Kip le hizo una promesa a Lucas de que volvería a su casa después

de su gira por el extranjero, pero ¿lo estará esperando Lucas como

prometió?
Kip Foster casi ha terminado su gira por el extranjero y está listo 2
para abandonar el desierto caliente y la amenaza constante de
peligro. Él espera reunirse con su amante, Lucas Danvers. Sin
embargo, cuando llama para pedirle a Lucas que lo encuentre en su
hotel, Lucas termina con él. Lucas ya no quiere ser su pequeño y sucio
secreto. Él dice que ha esperado lo suficiente para que Kip haga una
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elección y él no lo hizo. Devastado, Kip se da cuenta de lo mucho que
ama a Lucas y de que, si quiere reconquistarlo, necesita hacer algo
grande. Él no debe permitir que el odio y el miedo controlen su vida.
Entonces él hace planes para comenzar a vivir la vida de la manera
que él quiere. Sin embargo, ¿todavía seguirá Lucas esperando cuando
llegue a casa?
 3

Él estuvo esperando el tiempo suficiente para hacer

su elección. 03/2018

ANNA LEE
 Dedicación

A mi querido amigo, Caz, por escuchar todas mis locas ideas y por
apoyarme siempre. 4

03/2018
 Capítulo Uno

Mientras besaba la mandíbula de Lucas, Kip deseó poder quedarse

allí en este momento. Tiempo de congelación. Él no quería dejar a su 5
amante. Pero su bolsa estaba en la puerta y por la mañana regresaría
a la base y sería enviado a Irak.
Lucas lo jaló para un beso.
—Quédate conmigo, bebé.
—Quiero, —susurró Kip, mirándolo. Sabía que Lucas quería decir
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aquí y ahora, pero expresó sus pensamientos. Apoyó las manos a
cada lado de la cabeza de Lucas. Sus cuerpos desnudos entrelazados
con las sábanas retorcidas. Ambos todavía estaban medio duros a
pesar de que acababan de hacer el amor.
—Lo sé. —Los ojos azules de Lucas se llenaron de lágrimas. —
¿Prométeme algo?
—Cualquier cosa.
—Ven a casa conmigo. Hazlo a través de tu gira y regresa aquí. Yo
no... no puedo perderte.
Se movió y envolvió a Lucas en un abrazo.
—No lo harás. —Él rozó sus labios con la frente de Lucas,
echándose hacia atrás sus rizos castaños. —¿Prométeme que me
esperarás? —Quería ser todo lo que Lucas necesitaba. Y esperaba que
su promesa fuera suficiente.
—Lo haré, —maldijo Lucas, dándole una pequeña sonrisa.
 —Entonces haré lo que sea necesario para poder volver contigo. —
Kip lo besó suavemente, pero el beso se alimentó por la necesidad y
el deseo de no separarse. Rodó a Luc para que volviera a estar arriba,
sus pollas deslizándose lánguidamente juntas. —Te amo, Luc.
—Yo también te amo—. Lucas se aferró con fuerza a él mientras se
mecían hacia su clímax. Lo alcanzaron juntos, cayendo en placer
mientras se aferraban uno al otro. Kip quería quemar esto en su
memoria; este sería un momento que recordaría para llevarlo a través
de los duros y solitarios días que le esperaban. 6
****

La mañana siguiente llegó demasiado pronto. Kip se duchó y se

vistió cuando Lucas les ordenó el desayuno. Compartieron
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panqueques y café en la cama deshecha. Mientras comían, Kip se
preguntó cuándo volverían a estar juntos. Tenía sus órdenes, pero
podía regresar antes o incluso más tarde. Ocho meses fue mucho
tiempo. Podrían escribir cartas, claro, pero las llamadas telefónicas
serían escasas para evitar sospechas. Y Skyping estaba fuera.
Cualquier rumor podría volver a su padre, el Comandante de la base,
y se vería obligado a salir. Él no estaba listo para eso todavía. Quería
declarar abiertamente que estaba en una relación con el hombre
hermoso a su lado, pero tenía miedo de los riesgos. Había tantos para
pensar a dónde iba. Suspiró y Lucas levantó la vista de su taza.
—¿Qué es?
Él se acercó para acariciar la mejilla de Lucas.
—Nada. Sabes que tendremos que celebrar nuestro aniversario
cuando regrese—. Hace cuatro años, cuando el Pastor Alemán de Kip
- Jax había caído enfermo, se conocieron mientras Lucas hacía una
pasantía. Acababan de hacer clic y Lucas había sido un buen amigo
cuando tomó la difícil decisión de dormir al perro porque tenía un
tumor cerebral. La amistad se había vuelto más lenta, y Lucas había
aceptado mantener su relación en secreto durante su primera gira.
Desde entonces, se habían enamorado, pero todavía estaban
escondiéndolo de todos. Y aquí estaba él, listo para el próximo
despliegue.
—Cuatro años el próximo mes—. Lucas sonrió. Luego se pasó una
mano por el pelo. —Desearía poder ir contigo ahora mismo. 7
Despedirte.
—Lo sé, pero es mejor así. Podemos despedirnos y puedo besarte
todo lo que quiera.
Lucas se inclinó y le dio un beso con sabor a café.
—¿Prométeme que al menos pensarás en mí como en el regreso a
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casa cuando vuelvas?
—Lo haré. —Kip lo miró. —Realmente voy a extrañarte.
—Yo también—. Lucas se mordió el labio. —Comenzaré entrevistas
la próxima semana. Espero que si puedo conseguir un trabajo
decente podría obtener un lugar más grande. Entonces no
tendríamos que venir aquí todo el tiempo.
Kip se quedaba en el cuartel y apenas podían darse la vuelta en el
departamento de Lucas, por lo que el hotel era un buen lugar para
que ambos se alejaran de todo.
—¿No dijo Brianna que tendría un lugar para ti una vez que
obtuvieras tu título?
—Ella lo hizo. —Lucas asintió. —Y mi tía podría mudarse a Florida,
así que hay otra opción.
—Oh, ¿sí? Ella te dará la casa?
 —No directamente, pero podría ser mía... Nuestra, —dijo en voz
baja.
—Eso sería genial... Tengo que irme, cariño. Hablaremos de esto
más tarde, ¿de acuerdo? —Kip agarró su petate y su gorra. Él revisó el
reloj. —Ya lo estoy presionando.
—Te retendré para eso—. Lucas se levantó de un salto y caminó
hacia él. Ajustó la chaqueta de Kip, luego ahuecó su rostro y lo besó
tan suavemente que le quitó el aliento a Kip.
Puso la mano de Lucas en su corazón. 8
—Voy a dejar esto aquí, mantenerlo a salvo.
Había lágrimas en los ojos de Lucas y él solo asintió. Por un
momento, él guardó silencio y luego dijo:
—Te escribiré todos los días.
—Y llamaré cuando pueda—. Kip abrazó a su amante y lo dejó sin
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aliento. Se necesitó cada onza de fuerza de voluntad para alejarse e ir
a la puerta. —Regresaré antes de que lo sepas.
—Será mejor que lo estés—. Lucas le dio una sonrisa acuosa. —Te
amo, Kip.
Dio media vuelta y le sonrió a Lucas, poniéndose valiente y
fingiendo confianza que no sentía.
—Te amo, Lucas. —Levantó su mochila sobre su hombro y se alejó,
deseando ya no tener que irse.

****

Ocho meses después

Solo dos semanas más y Kip estaría fuera de esta pesadilla lejos del
más caliente infierno infestado de insectos. Lejos de balas voladoras,
artefactos explosivos improvisados e insurgentes. Él se iría a casa.
Esta segunda gira había sido más dura, estaba más nostálgico, más
solitario. No podía esperar para ver a Lucas otra vez. Ocho meses era
demasiado tiempo sin su sonrisa, su risa, su toque. Echaba de menos
lo bien que se sentía estar en los brazos de Lucas. Besándolo.
Haciendo el amor con él.
Por eso corría un poco de riesgo ahora y lo llamaba. Nadie sabía
que era gay. Ninguno de los tipos en su unidad tenía una pista. Él o
lamentó que era soltero o que no se dio cuenta de los detalles. Tenía 9
demasiado miedo de cómo reaccionarían. Lo que le harían si tuviera
la oportunidad. Nate Mathers, en particular, lo preocupaba con sus
constantes insultos homofóbicos.
Sacudiendo los pensamientos, Kip esperó a que Lucas respondiera.
No había nadie en la habitación pequeña y no era como si supieran
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con quién estaba hablando.
—¿Hola? Kip, ¿estás bien? —La suave voz de Lucas estaba llena de
preocupación.
—Estoy bien. Solo quería llamar. —Kip susurró la siguiente parte, —
Te extraño.
—Yo también te extraño. ¿Cómo te va?
—Estoy listo para volver a casa. Es por eso que estoy llamando.
—Esperaba que lo hicieras. Quería preguntarte, ¿puedo verte
cuando llegues a casa?
—¿En nuestro hotel? —Kip se emocionó. Ellos estaban en la misma
onda. Ellos siempre se encontraron en secreto y se quedaron el fin de
semana en un hotel fuera de la ciudad. En su pequeña burbuja, se
relajarían, harían el amor y soñarían con vivir así una vez que dejara el
Ejército. Su padre quería que se quedara, pero Kip quería ir a la
escuela. Él planeó estudiar derecho. Lucas lo había animado a
inscribirse después de esta gira y había decidido hacerlo. Sus cuatro
años de servicio activo se realizarían cuando comenzaran las clases y
estaría en reserva inactiva.
—No, estaba pensando en el regreso a casa en la base.
—Luc, sabes que mis padres van a estar allí.
—Y somos mejores amigos, podríamos inventar algo. ¿No
podemos? Me prometiste que lo pensarías.
Kip lo había pensado. Podía imaginar el ajuste que su padre
lanzaría. Y había algunos tipos que temía que serían desagradables, 10
no podía exponer a Lucas a eso. Mathers siempre tuvo algo
homófobo que decir. No quería que lastimara a Lucas.
—Lo hice y es muy arriesgado, —le dijo Kip. —No nos hemos visto
en tanto tiempo. Quiero poder abrazarte y besarte cuando lo
hagamos.
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—Entonces, ¿por qué no? —Lucas respondió. —Ya no somos niños,
Kip. Tengo un trabajo ahora en la oficina del veterinario, Brianna me
contrató. Estoy buscando mudarme a un apartamento más grande.
Quiero comenzar a hacer un futuro. Para nosotros.
Kip suspiró.
—Sabes que yo también quiero eso.
—¿Entonces, cuál es el problema? Vas a dejar el Ejército. No verás a
la mayoría de esos tipos otra vez. Y si los otros son tus amigos, no les
importará.
—¿Qué hay de mi mamá y papá? ¿Quieres que salga delante de
todos?
—No quiero obligarte a hacer nada que no quieras. Solo digo, he
esperado cuatro años. Cuatro años como tu secreto. Porque te amo.
Pero estoy empezando a sentir que no me amas tanto.
 —¡Eso es una mierda! —Kip agarró el teléfono con más fuerza. Él
estaba herido por lo que Lucas dijo. La ira burbujeó. ¿Cómo puede
siquiera pensar eso? Claro, su situación no era ideal, pero Lucas era
todo para él. —Sabes que eso no es verdad.
—Entonces, ¿por qué permites que el odio y el miedo controlen
nuestras vidas? Sí, el mundo apesta a veces y hay muchas cosas por
las que se puede llorar, pero esa no es forma de vivir.
—Ha terminado aquí, —argumentó Kip. —¿Qué pasaría si estos
tipos no estuvieran cuidando mi patrulla? ¿Qué pasa si uno de ellos 11
'accidentalmente' me disparó en un tiroteo?
—¡Siempre vas al peor de los casos! —Lucas alzó la voz. —¿Por qué
tienes que asustarme así?
Kip se pellizcó el puente de la nariz.
—Lo siento, bebé. No quise hacerlo.
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—No te estoy pidiendo mucho. Sólo quiero estar contigo.
—Lo haremos, —aseguró. —Solo dame unas semanas cuando
llegue a casa. Le diré a mis padres. Lo resolveré todo.
—Siempre quieres más tiempo, Kip. —Lucas suspiró, la decepción
clara en su voz. —No sé si puedo esperar más. Llámame cuando
llegues a casa.
El corazón de Kip se aceleró. Seguramente, Lucas no estaba
diciendo lo que pensaba que era. ¿Cómo podría hacerle esto a él
ahora mismo? Mientras estuvo aquí luchando como el infierno para
llegar a casa?
—¿Estás rompiendo conmigo ahora mismo? Estoy aquí en el
infierno y eso es lo que vas a hacer?
—No quiero, —dijo Lucas, enganchando la voz. —¿Pero cuál es el
punto de permanecer juntos si nunca lo tendré todo? Si siempre vas a
tener una excusa y mantenerme en secreto?
 —No estoy. No lo haré. Solo dame una oportunidad, —suplicó Kip.
—No lo sé. Me voy a ir ahora, danos a los dos algo de qué pensar.
Tal vez hablaremos más tarde. —La línea se cortó.
—¡No! —Kip casi tiró el teléfono satelital, pero lo arrojó sobre la
mesa cercana. Caminó alrededor de la tienda, con las botas
golpeando la arena que había recorrido. Pasó una mano por su
cabello corto e intentó calmarse. No habían dicho oficialmente que se
había terminado. Tal vez él podría arreglar esto. Aunque ahora
mismo, estaba enojado. ¿Por qué Lucas lo presionó tanto para 12
contarle a todos? Lo había mencionado un par de veces antes, pero
nunca se había enojado tanto. ¿Había pasado algo? ¿Había conocido
a alguien más y estaba usando esto como una razón para terminar
con las cosas? Kip no sabía, sus emociones estaban en todas partes.
Recordó el día en que se fue y la promesa de Lucas de esperar. Él
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no rompería eso. Entonces, ¿qué era eso? Idiota, pensó para sí
mismo, te echó de menos y todo lo que quería era verte, pero todo lo
que hiciste fue volver a ser un cobarde. ¿Por qué no podía
simplemente admitirlo? Él era gay. No debería importar, era quién
era él. Y alguien lo amaba. Entonces, ¿por qué no podría ser
suficiente? ¿Por qué le tenía miedo a la opinión de los demás?
—Amigo, —llamó Dave, asomando la cabeza por la habitación. El
tipo de piel oscura estaba construido como una montaña y era un
gran mecánico. Él podría reparar cualquier vehículo. También fue
divertido y siempre tuvo una forma de levantar espíritus. Dave era un
amigo cercano, alguien con quien Kip podía contar. Pero, ¿sería capaz
de hacerlo si le dijera que era gay? Dave pensó que Mathers era un
bobo bocazas, pero Kip no sabía de una manera u otra cómo
reaccionaría. Esa incertidumbre lo detuvo en seco. —Aquí tienes.
Necesito algo de ayuda. ¿Estás bien?
 —Bien, —mintió Kip, volviendo a poner su máscara en su lugar.
—Te ves como si hubieras sido abandonado. ¿Problemas con
chicas? —Dave negó con la cabeza. —Mi chica rompió conmigo la
primera gira, no podía manejarlo. Oye, sin embargo, las chicas de
vuelta a casa, aman a un hombre en uniforme. Lo descubrí.
Podríamos ir al bar cuando volvamos.
—Gracias, estoy bien. —Kip dio un paso al frente. —¿Qué
necesitabas?
—Tu pérdida, hombre. —Dave sonrió. —Vamos, necesito un par de 13
manos adicionales para arreglar un motor.
Bueno, eso lo mantendría ocupado por un tiempo. El trabajo bueno
y duro podría aclarar su mente.
—Cosa segura.
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 Capitulo Dos

¿Cómo pudieron las cosas haber ido tan mal en cuestión de

minutos? Un segundo, Dave había estado bromeando con Kip 14
mientras caminaban por un pueblo patrullando, al siguiente estaba
sosteniendo el cuerpo sangrante de su amigo. Un francotirador lo
había golpeado, directamente en el cuello. Kip puso su mano sobre el
agujero y arrastró a Dave para cubrirse detrás de una pared rota.
Hubo gritos y órdenes, pero se centró en Dave.
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—Todo va a estar bien, Dave. Solo espera ahí.
Dave intentó hablar pero gorgoteó sangre en su lugar. Lo intentó de
nuevo.
—'S'okay, Kip. Recuerda que todo lo que tenemos es hoy y la vida
es buena.
Mierda. Kip lo iba a perder.
—¡Necesito ayuda! ¡Médico!
Mathers, de todas las personas, saltó la pared y aterrizó a su lado.
—Estamos inmovilizados. Tenemos que conseguir ese
francotirador. Puedes hacerlo, Kip. Eres la mejor opción para todos
nosotros.
—No puedo dejarlo ir, —argumentó Kip.
—Si no lo haces, todos estamos muertos. —Mathers puso su mano
sobre la de Kip. —Muévete lejos. Yo me haré cargo de él. Tan pronto
como puedas atrapar a ese bastardo, podemos ayudar al Big Guy
aquí.
—Maldita sea—. Kip miró a Dave y vio comprensión en sus ojos.
Todos estaban contando con él. Apartó su mano y Mathers presionó
rápidamente, cubriendo la boca de Dave antes de que pudiera gritar.
Dirigió una mirada fulminante a Mathers, pero el chico lo ignoró. Kip
sabía que necesitaba un lugar mejor. Se secó la sangre en sus
pantalones de camuflaje, preparó su rifle y su mira telescópica y
luego rodó hacia la arena. Tenía que ver dónde estaba el 15
francotirador, y esperó a que volviera una bala. El reflejo del sol se
reflejó en la lente del enemigo, y Kip lo vio acurrucado en una
distancia no muy lejana, pero solo recibió una oportunidad. Un
disparo o él sería el próximo objetivo, y tenía la sensación de que el
bastardo no lo echaría de menos. Se dejó caer sobre su vientre y se
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arrastró por debajo de un automóvil destartalado. Esperaba que le
diera algo de cobertura. Él estabilizó su arma, miró a través de la vista
y alineó el tiro. El francotirador estaba disparando contra Liam, quien
imprudentemente había elegido algunos barriles para esconderse
detrás.
Kip apretó el gatillo y cerró los ojos, rezando para que sobreviviera
los siguientes minutos. Tenía que llegar a casa. Tenía que hacer las
cosas bien con Lucas. No podía tener esa pelea como sus últimas
palabras. Hubo un silencio y luego escuchó algo. El cuerpo rodando
desde el techo y golpeando el suelo duro. Kip odiaba quitar vidas,
pero sus muchachos estaban en peligro. Y Dave...
Kip saltó de su cubierta y corrió hacia su amigo. Todos se habían
reunido alrededor de Dave. Mathers negó con la cabeza cuando Kip
se acercó. Dave había sangrado de su herida. Un oscuro charco de
sangre se filtró en la arena. Las manos y los pantalones de Mathers
estaban empapados. Kip cayó de rodillas y colgó la cabeza al lado de
su amigo. Él quería gritar pero no lo hizo.
Liam le puso una mano en el hombro.
—Maldición, pobre Dave. Kip, tú nos salvaste. Gracias hombre.
Pensé que era el próximo...
—No pude salvarlo, sin embargo.
—No es tu culpa—. Liam suspiró. —Joder, no puedo esperar para
salir de aquí.
Kip sabía exactamente a qué se refería. 16
****

Sacudido y angustiado, Kip ayudó a Dave a regresar a la base. Se

sintió mal del estómago y cuando salieron del Humvee, vomitó en la
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arena hasta que no le quedó nada. Se puso de pie y ayudó a levantar
el cuerpo de Dave en una camilla, donde lo cubrieron con una sábana.
Era demasiado ver su rostro así, no brillante y sonriente sino
ceniciento y grabado de dolor. La culpa se levantó. Debería haber
estado más alerta antes.
Todos fueron controlados por un médico y, sintiéndose un poco
entumecido, informó a su Comandante.
—No hay nada que pudieras haber hecho por Dave, Kip, —le dijo el
sargento Barry después de interrogarlo. —Al menos tienes el
bastardo.
Kip simplemente asintió.
—Sí, señor. Aunque no se siente así.
—Lo sé. —Los ojos del sargento estaban llenos de comprensión. —
Dave fue uno de los mejores. Será muy extrañado. —Hizo una pausa.
—Hoy salvaste muchas vidas, recuerda eso.
 —Lo haré, señor, —respondió con voz dura.
—¿Por qué no tomas un descanso por la noche, descansas, quizás
hablas con tu familia? —Sugirió Barry.
—Sí, creo que es una buena idea. —Los ojos de Kip ardieron y tragó
con fuerza contra el nudo en su garganta. Él no quería hablar con su
familia. Él quería a Lucas. Lo necesitaba. Dios, había estado tan cerca
de perderlo todo. Perder la oportunidad de tener la vida que quería
con Lucas. Una casa. Una familia algún día. Sintió que iba a
derrumbarse. 17
Su sargento siguió hablando, pero todo pasó junto a él en un
borrón. Probablemente terminen yendo a casa antes para poder
asistir al funeral. La abuela de Dave tuvo que ser notificada, su cuerpo
enviado a casa. Finalmente, Kip fue despedido y se dirigió al cuartel.
Tomó una ducha tibia, el baño se enjuagó por el desagüe. No había
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llorado desde que era un niño, pero una lágrima o dos se mezclaron
con el spray y ¿quién lo sabría? Él quería hablar con Lucas. Quería su
toque reconfortante y estar con él. Lucas podía ahuyentar esos
horribles sentimientos y la visión de un Dave sin vida que veía cada
vez que cerraba los ojos por un momento. La adrenalina se estaba
desvaneciendo, iba a estrellarse fuerte, pero probablemente estaría
plagado de pesadillas. Aún así, recordó las últimas palabras de Dave y
se juró a sí mismo que nunca desperdiciaría otro momento.
Probablemente no debería hacerlo ahora, pero qué diablos, no podía
sentirse peor.
Entonces, esperó hasta que la carpa de comunicaciones estaba
vacía, luego llamó por teléfono a su madre y conversó con ella
durante unos minutos, dejando que la normalidad de su vida
cotidiana lo inundara. Luego ella trajo su regreso a casa y se
sumergió.
 —Mamá, voy a tener a Luc allí. Lo necesito allí, —dijo, con la voz
repentinamente ronca.
—Está bien, cariño. —Su madre asintió en la pantalla de la
computadora, sus palabras no estaban sincronizadas con sus labios. El
programa maldito nunca funcionó bien. —No necesitas mi permiso
para invitarlo.
—No, lo sé. —Kip se inclinó hacia adelante y se frotó la parte
posterior de su cuello. —Mamá, necesito decirte algo. Tuve un susto
hoy y me hizo ver lo estúpido que he sido, cuánto tiempo he perdido. 18
Luc no es solo un amigo, es mi novio, —dijo apurado.
—Kip, cariño, lo sé, —respondió con una sonrisa cómplice.
El shock y el alivio lo recorrieron.
—¿Espera, lo sabías?
—Soy tu madre. Nunca puedes guardar nada de mí, y tu hermana
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Kenna tampoco. Me enteré hace un tiempo. Incluso vi a dos chicos
besándose en el garaje una vez. —Ella se rió y luego lo miró, con sus
ojos verdes llenos de amor. —Sé por qué lo mantuviste en secreto,
pero me alegra que me lo hayas dicho.
—Sí, pero ¿cómo va a reaccionar papá?
—No lo sé. Esta debería ser una conversación que debes tener con
él en persona.
—Sí, y debería haberlo hecho antes, pero... —Kip espetó: —Quiero
proponerle matrimonio a Luc cuando llegue a casa—. Me sentí bien al
decir eso. Hasta ahora no había pensado en eso, pero quería hacerlo.
Necesitaba mostrarle a Lucas cuánto lo amaba. Que podrían tener ese
futuro del que habían hablado. Solo tenía que perseguir ese sueño.
Podría haber sido asesinado hoy, ir a casa en un ataúd como Dave.
Realmente puso las cosas en perspectiva. Ya no le importaba lo que
cualquiera pensaría.
 Su madre se quedó sin aliento.
—¿Hablas en serio, Kip?
—Lo estoy, mamá. Es lo que quiero. Si papá no puede aceptarme,
entonces difícil. He vivido con miedo a su opinión por demasiado
tiempo—. Siempre había sentido que su padre era más un sargento
que un padre. Y apenas lo había visto de niño. Su padre había hecho
una gira tras otra mientras ascendía en las filas al comandante de la
base. No eran cercanos, se unió al Ejército para enorgullecer a su
padre y servir a su país. Cuando su padre descubrió que elegiría la 19
vida civil para continuar su carrera militar, se enojó. Agrega esto y es
posible que ni siquiera tengan una relación. Demonios, ya terminé de
preocuparme. Le diré al anciano y lo resolveré desde allí.
—Maggie, ¿es Kip? —La resonante voz de su padre se hizo eco de la
conexión. Apareció en la pantalla un segundo después. Vestido con
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pantalones de camuflaje y una camisa de color verde oliva, su padre
parecía que acababa de regresar del trabajo. Duros ojos grises como
el acero lo miraron a través de la pantalla de la computadora. —Te
ves como el infierno. Escuché lo que pasó, maldito buen trabajo que
hiciste hoy, hijo. Salvaste todas esas vidas, estoy orgulloso de ti.
—Gracias, papá—. Kip se sorprendió al escuchar tales elogios. Fue
raro. —Hice lo que tenía que hacer. Los chicos contaban conmigo.
—Sé que estabas pensando en ir a la escuela, pero podrías ser
promovido. Haz algunas giras más-
—No, —dijo Kip. —Voy a estudiar derecho. No quiero esta vida, no
la quiero desde hace tiempo. He cumplido con mi deber y estoy listo
para hacer algunos cambios.
—Necesitas pensar en esto—. Su padre se cruzó de brazos. Él
estaba parado así que se alzó sobre la pequeña madre de Kip. —No
quieres arruinar algunas buenas oportunidades.
 Kip suspiró.
—Sé que venimos de una larga lista de militares, pero no soy yo.
—Brett, no discutamos, ¿eh? —Dijo su madre en voz baja. —Kip
tiene que irse en un minuto.
—Solo piénsalo, —ordenó su padre.
—Yo lo hice. Voy a estudiar derecho y me voy a casar con Lucas.
Con las cejas fruncidas, su padre resopló.
—Estás jugando ahora.
—No, lo he mantenido en secreto por mucho tiempo. Soy 20
homosexual. Y puedes aceptarlo o no. Lo mismo que yo voy a estudiar
derecho. No hace ninguna diferencia. No arriesgué mi vida aquí para
poder vivir en las sombras y esconderme solo para aplacarte—. Kip se
levantó y miró a su madre. —Te amo, pero es hora de que haga lo
que quiero.
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—Ahora espera un momento, —ladró su padre. —No puedes
simplemente alejarte de esta conversación. Creo que algo se sacudió
hoy, estás en estado de shock...
—No, no lo estoy. —Kip miró su reloj. —Mi tiempo se terminó. Si
quieres hablar, te veré cuando regrese.
Desconectó la llamada y suspiró de nuevo. Maldición, eso fue duro.
Dudaba que su padre volviera alguna vez, pero ya estaba hecho.
Finalmente había subido al tren para decir lo que siempre había
querido. Se sintió bien. No podía esperar para contarle a Lucas.
Ahora, solo tenía que ver si Kenna podía ayudarlo a conseguir un
anillo y luego convencer a Lucas para que apareciera.
Para su sorpresa, vio a Nate Mathers apoyado contra la tienda.
Mierda. ¿Cuánto había escuchado?
—Bueno, eso no fue bien, ¿verdad?
—Tómatelo, —gruñó Kip, listo para pasar a su lado si era necesario.
 —Oye, solo vine a ver cómo estás. Te tomaste la muerte de Dave
duro.
—¿Y de repente te importa? —Kip trató de controlar su ira. Él
estaba casi ansioso por una pelea ahora. Alguna manera de ventilar.
No era como si tuviera a alguien con quien pudiera hablar aquí para
sacar cosas de su pecho.
—Mira, sé que soy un asno, pero él era un buen tipo... y tú—. Se
encogió de hombros. —Bueno, estás lleno de sorpresas, ¿no?
—Si le cuentas a alguien, —advirtió Kip. Se calmó un poco. Él tenía 21
planes que hacer. Se dirigió hacia Mathers, pasando junto a él. El
chico más pequeño lo agarró por el brazo y Kip estaba listo para
golpearlo cuando para su completo shock, Mathers se inclinó y
estrelló sus labios. Kip lo empujó hacia atrás, odiando que una
pequeña parte de él casi haya cedido. Tanto tiempo sin intimidad, el
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día de mierda, la necesidad de sentirse vivo. Fue muy tentador
agarrar a Mathers y ver qué tan lejos irían las cosas. Mejor joder una
pelea. Luego pensó en Lucas y fue como si lo hubieran bañado en
agua fría.
—¿Qué mierda realmente, Nate?
—¿Alguna vez escuchaste 'el que protesta más fuerte'? —Nate
agachó la cabeza. —No soy un tipo grande, probablemente
conseguiré que me entreguen el culo en una pelea así que, uh, me
aseguro de que todos piensen que soy heterosexual.
—¿Siendo un idiota? —Kip se burló. —Mierda, todos piensan que
soy heterosexual, pero no hago eso.
—No dije que no fuera idiota—. Nate se encogió de hombros. —
Mira, yo estaba en el campo de entrenamiento y este chico, joder, me
asustó... Dejó en claro lo que quería, y cómo iba a conseguirlo. Incluso
me arrinconó una vez... De todos modos, hice amistad con algunos
muchachos, pendejos en realidad, y comencé rumores para que el
chico me dejara en paz. Funcionó, y después de eso, no sé,
simplemente mantuve el engaño y me convertí en esta persona a la
que desprecio.
—Esa no es forma de vivir—. Kip negó con la cabeza. Maldita sea,
no me extraña que sea tan idiota. Es una mierda horrible de la que
ocuparse. Pobre chico, pensé que lo tenía difícil. —Esconderse como
lo hacemos simplemente nos hace miserables.
—Me estás engañando—. Nate suspiró. —He estado solo todos 22
estos años.
—Eso es horrible... Entonces, ¿por qué hacer un movimiento
conmigo?
—Me he sentido atraído por ti desde que nos conocimos, —
confesó Nate, caminando por el suelo con su bota. —Nunca pensé
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que tendría una oportunidad. Entonces hoy sucedió y te oí hablar con
tus padres y simplemente fui por ello. Lo siento.
—Realmente me siento halagado—. Kip lo miró y, probablemente
por primera vez, realmente lo vio. Él era bastante guapo. Cabello
castaño oscuro, realzado por el sol, ojos color caramelo y un hoyuelo
en la mejilla. Era estrecho y delgado, y se veía bien de uniforme.
Mierda, necesitaba detener ese tren de pensamiento. —Pero estoy
con alguien, Nate. Un buen chico. Demonios, mejor de lo que
merezco.
Nate levantó la vista.
—Yo también escuché eso. ¿Realmente vas a dejar el Ejército y
casarte?
—Ese es el plan, —dijo. —Quiero una oportunidad de algo bueno.
Quiero ser feliz. La vida es demasiado corta desperdiciándola como
yo.
 —Desearía ser tan valiente, —dijo Nate en voz baja. —Tienes
suerte, Kip. No tengo a nadie. Y no me importa, diablos, debería
haber sido yo en lugar de Dave...
Kip agarró a Nate por los brazos y lo sacudió suavemente.
—¡No digas eso! —Levantó la barbilla de Nate para que sus miradas
se encontraran. Maldita sea, él era demasiado vulnerable ahora
mismo. Ambos lo eran. Él no quería dar a Nate la impresión
equivocada, pero él no quería hacer nada de erupción tampoco. —
Necesitas un amigo, tienes uno. Hermanos en armas, ¿verdad? 23
—Bien, —asintió Nate levemente.
Decidió que lo que Nate necesitaba era alguna esperanza, tal vez
podría darle un poco de tiempo.
—Descubre lo que quieres, Nate, y ve por ello. No dejes que lo que
sucedió hoy sea en vano. Dave siempre me dijo que solo recibes hoy.
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Así que vivamos y hagamos algunos cambios, ¿eh?
Nate se mordió el labio.
—Sí, pero ¿y si te quiero?
—Estás diciendo eso. —Kip lo soltó y dio un paso atrás para poner
una distancia muy necesaria entre ellos. No podía, no lo haría,
traicionar a Lucas y perder su confianza. —Hemos tenido un día de
mierda, estamos solos y con sobrecarga.
—No estoy escuchando una razón para no venir y besarte. —Nate
le dio una mirada que hablaba claramente de lo que quería.
—Tengo novio.
—Él nunca lo sabría.
—Lo haría—. Kip se cruzó de brazos. —Eres tentador como el
infierno, pero no soy un tramposo, así que me voy a ir ahora.
Podemos hablar más tarde después de que ambos hayamos
descansado y nos hayamos calmado.
 Nate hizo un puchero y fue casi lindo.
—No hay manera de convencerte, ¿verdad?
—No, lo siento—. Kip dio otro paso atrás. —Simplemente sería
sexo, Nate. No podría darte nada que realmente necesites. Y me
arruinaría todo. Ya tengo que intentar convencer a Luc para que me
dé otra oportunidad.
—Espera, ¿no están juntos y vas a proponerte? —Los ojos de Nate
se abrieron de par en par. —¿Me he perdido algo?
—Estamos, acabamos de pelear porque era estúpido y no les diría a 24
mis padres que estamos juntos, —admitió Kip.
—¿Qué pasa si él no te da una oportunidad? —Nate caminó hacia
él. —Porque si no lo hace, recuerda que estoy interesado—. Apretó la
colilla de Kip y luego se alejó con una risa. Kip gruñó y decidió no ir
tras él. Ese tipo era más problemático que antes. Se preguntó qué
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pensaría Lucas si le dijera que Nate era gay. Le dijo todo a su novio,
esta no sería una excepción. Quería que Lucas supiera que siempre
podría confiar en él.
 Capítulo Tres

El día antes de volar a casa, Kip le dejó un mensaje de voz a Lucas.

—Hola, Luc. Soy yo, tú lo sabes, por eso no respondes. Tuve un mal 25
día, perdimos un chico. Claro que quería escuchar tu voz... Está bien,
solo quería que supieras que volveré a casa mañana. Te escuché,
bebé. Se lo dije a mis padres. Incluso le dije a un chico aquí,
recuérdame que te cuente esa historia más tarde. De todos modos, te
quiero allí. En el regreso a casa. Ven por favor. —Se aclaró la garganta
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cuando se formó un bulto. —Estoy cumpliendo mi promesa y
volviendo a casa contigo. Entonces, quiero creer que mantendrás la
tuyo. —Colgó y se enjugó los ojos, luego llamó a su hermana. Todavía
necesitaba su ayuda y no tenía mucho tiempo.
—¡Kip! —Dijo emocionada. —Maldita sea, dejaste caer una bomba.
Forma de advertir a un gemelo.
Él se rió de su hermana. Ella era apenas unos minutos mayor que él,
pero nunca lo dejó olvidarlo.
—Lo siento, papá estaba siendo papá y tuve un día y simplemente
salió. O, bueno, lo hice.
Ambos se rieron.
—Todo está bien. Me alegra que finalmente te enfrentaras a él.
Ahora, tal vez puedas comenzar a tener esa vida con Luc que deseas.
—Sobre eso. —Kip se lanzó a su plan y luego dijo cuando terminó:
—¿Qué piensas?
 Kenna soltó una risita.
—¡Lo amo! Conseguiré el anillo hoy. No hay problema.
—Te debo mucho. —Kip sonrió. —Sé que elegirás uno bueno.
—Por supuesto que lo haré. Sé lo que les gusta a los dos, —
bromeó.
—¿Crees que Luc se mostrará?
—Él lo hará. Él te ama, —aseguró Kenna. —Solo quería saber que
sientes lo mismo.
—¿Y papá? 26
—Él estará allí. Él tiene que hacerlo para que pueda darles la
bienvenida a todos en casa. Y si él no te habla, bueno. Ya sabes lo que
siento por su actitud.
Kip suspiró.
—Sí, nunca podríamos hacer nada bien.
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—No, entonces haz lo que hice. Ve por tus sueños y vive tu vida. Si
él quiere, él vendrá y será parte de eso. Si no, su pérdida.
—¿Cuándo te hiciste tan inteligente?
—Justo en el momento en que obtuve mi título en psicología. Y, por
supuesto, Thomas es de gran ayuda también.
—Bueno, si alguna vez decide hacer esta pregunta, tiene mi
bendición.
Kenna se rió entre dientes.
—Me aseguraré de decirle eso.
—Bien, me tengo que ir. Gracias de nuevo, Kenna. Te amo.
—También te amo. Te veo pronto.

****

En el avión, Nate se sentó junto a él.

 —¿Estás bien? —Nate preguntó en voz baja.
Kip se dio cuenta de que había estado apretando el brazo. Maldita
cosa parecía como si estuviera lista para romperse. Él lo soltó.
—Simplemente nervioso, es todo.
—¿Sobre tus padres?
—Sé que mi madre estará allí—. Kip suspiró. —Al menos, eso
espero. El coronel tiene que estar allí, por supuesto, pero dudo que
tenga algo que decirme.
—Bueno, espero que te salga mejor que a mí. 27
—¿Creí que tus padres no sabían? —Kip lo miró confundido.
Nate se encogió de hombros.
—¿Por qué crees que me uní al Ejército? Me echaron en el
momento en que cumplí dieciocho. No podía, —Nate bajó la voz para
que solo Kip pudiera oír, —tener un marica por hijo.
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Jesús. ¿La historia de este tipo puede empeorar? ¿O todo esto está
hecho para que sienta pena por él? Se preguntó qué era verdad.
—Lo siento, Nate.
—Es lo que es, —Nate dijo como si no importara, pero Kip podía
decir por la expresión de dolor que lo hacía. —Tengo una tía que es
genial. Ella podría estar allí cuando lleguemos a casa. Ella es la única
que no actúa como si yo no existiera.
—Espero que lo esté—. Se miró las manos. —No estoy seguro de
que Lucas lo haga.
—¿Qué? —Nate levantó una ceja.
—Le dejé un mensaje, él no respondió.
—¿Y si algo te hubiera pasado? Es ridículo estar tan enojado
cuando pasaste por el infierno ayer.
Kip miró a Nate.
 —No es su culpa. Él no sabía y probablemente estaba trabajando. Él
es un veterinario. Podría haber habido una emergencia...
—¿A quién estás tratando de convencer? —Replicó Nate.
—¿Sabes qué? No hablemos más. —Kip se dio la vuelta, apoyó la
cabeza contra el asiento y cerró los ojos. No había dormido nada la
noche anterior.
—Lo siento, Kip, —se disculpó Nate. —Ahora ves por qué no tengo
amigos.
Kip le devolvió la mirada. 28
—Quieres ser mi amigo, será mejor que aceptes que Lucas es mi
futuro.
—Bien, puedo hacer eso. —Nate asintió y le dio una leve sonrisa. —
Gracias, amigo, creo que necesito que alguien me diga cuándo he ido
demasiado lejos. Podrías ser bueno para mí, como un amigo, quiero
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decir, —agregó apresuradamente.
Kip negó con la cabeza.
—Eres un problema—. Sabía que Nate necesitaba un amigo y sería
útil tener a alguien con quien hablar que hubiera pasado por el
mismo infierno, pero si se llegaba a la conclusión, él elegiría a Lucas.
—Culpable como Charlie.

****

Una multitud esperaba afuera de uno de los hangares. Era una

cálida tarde de primavera. Señales y serpentinas rojas, blancas y
azules decoraban las vigas y las paredes. Los niños se rieron y
corrieron alrededor. Kip observó a Liam correr hacia su prometida y
tomarla en sus brazos. Él sonrió cuando Francis se reunió con su
esposa y sus tres hijos. Nate se detuvo, pero luego corrió a saludar a
una mujer de mediana edad que se parecía a él. Entonces su tía se
había mostrado. Fue bueno saber que no estaba solo hoy. Kip lo hizo,
fue en busca de Lucas y Kenna. Y a sus padres también, si fuera
honesto.
—¡Kip! —Gritó Kenna. Ella corrió hacia él y él levantó a su hermana
de sus pies y en un abrazo de oso. Su largo cabello rubio estaba
recogido en una cola de caballo y sus ojos de color verde jade estaban
llenos de lágrimas cuando ella se echó hacia atrás y le sonrió. Ella era
solo unos centímetros más corta que él. Alta y esbelta, mientras que 29
era musculoso y con el pecho ancho. Ella estaba usando jeans y una
camiseta Green Arrow. Le encantaba que fuera una geek como él
cuando se trataba de superhéroes y cómics y espectáculos de ciencia
ficción.
—¡Te extrañé!
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—¡Te extrañe, también! —Él le devolvió la sonrisa y se sacudió una
lágrima. —No más lágrimas, estoy en casa.
—Y quedarte aquí. —Ella lo abrazó de nuevo. —Tenemos mucho
que ponernos al día.
—Lo hacemos. Y te debo un día de compras para... —Él jadeó
mientras deslizaba una pequeña caja negra en su mano. —Por esto.
—Miró a su alrededor. —Él no está aquí, sin embargo, K.
—Dale tiempo, —dijo, poniendo su mano sobre la suya.
—¡Kip! —Llamó su madre, corriendo hacia él. Se apartó de Kenna y
abrazó a su madre. Parecía tan pequeña en sus brazos, sin embargo,
todavía sentía que lo estaba abrazando y dándole la fuerza que tanto
necesitaba. La relevación corrió a través de él. Ella estaba aquí y lo
apoyaba. Ella siempre lo había hecho y eso era lo que importaba. —
Oh, mi niño. ¿Por qué no me hablaste de Dave?
 —No quería que te preocupes—. Él besó la parte superior de su
cabeza. —Estoy bien.
Ella ahuecó su cara y se encontró con su mirada, sus ojos como los
suyos.
—Eres mi hijo y yo te amo. Nada cambiará nunca eso, ¿me oyes? Si
quieres casarte con Lucas, adelante. Yo manejaré a tu padre.
La emoción brotó y él parpadeó. No se dio cuenta de cuánto
necesitaba escuchar eso. Un peso levantado de su pecho.
—Yo también te amo, mamá. 30
Ella le besó la mejilla.
—Papá tenía algunas cosas de qué encargarse. Él estará aquí en
cualquier momento.
—Bueno. ¿Has visto a Lucas?
—No, pero está un poco abarrotado.
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—Vamos a separarnos, —sugirió Kenna. —Ve si podemos
encontrarlo.
—Iré contigo, K, —dijo su madre y Kip se preguntó si estaban
tramando algo.
Sin embargo, no podía pensar en eso ahora. Dio media vuelta y se
dirigió en dirección a un grupo más atrás. Mientras buscaba, alguien
corrió hacia la reunión. Estuvo a punto de quedarse boquiabierto
cuando reconoció quién era. Vestido con pantalones cortos color
canela y polos publicitarios, Lucas tenía un estilo informal y relajado.
Corría un par de millas cada mañana y se veía en su cuerpo delgado y
elegante mientras corría.
—¡Luc! —Gritó. No lo pensó un segundo. Corrió hacia su amante y
lo encontró a mitad de camino. Lucas vaciló en el último momento,
sus ojos se encontraron, y Kip sabía que no estaba seguro de qué
hacer. Él resolvió el problema por él levantándolo y haciéndolo girar
en círculo.
La risa de Lucas fue el mejor sonido que había escuchado en meses.
Enterró su cara en el cuello de Ki y se envolvió alrededor de él.
—Lo siento, —susurró. —Fui estúpido. No debería haber empezado
esa pelea. Te extrañé muchísimo y quería que fuera así. Para verte.
Sostenerte.
—¿Bésame? —Susurró Kip y Lucas levantó su cabeza, con las
frentes apoyadas juntas. —Bésame, Luc. 31
—¿Sí? —Lucas ahuecó sus mejillas y rozó sus labios con los de Kip.
Fue un beso casto pero anhelante, uno que hablaba de su amor y
necesidad reprimida. Kip lo profundizó, vertiendo todo lo que sentía
por este hombre en él. Suspiró feliz cuando se separaron para tomar
aire y puso a Lucas de pie.
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—No puedo creer que hayas hecho eso por mí, —dijo Lucas en voz
baja.
—Por nosotros, —corrigió Kip. —Te amo y tienes razón. No estás
destinado a ser un secreto, bebé. Eres mi mejor amigo. Al que luché
para volver a casa. Eres todo para mí y voy a gritarlo a partir de ahora.
Te lo prometo.
Había lágrimas en los ojos de Lucas mientras miraba la caja que Kip
todavía estaba agarrando en su mano. Él jadeó.
—¿Qué es eso?
Kip miró a su madre y a Kenna, que ahora estaban mirando, junto
con un puñado de otras personas. Su madre sonrió y Kenna le dio el
visto bueno. Él respiró hondo y se arrodilló. Las manos de Lucas
cubrieron su boca.
—¿Kip?
 Kip ni siquiera sabía cómo era el anillo. Abrió la caja y sonrió. Oh, le
debía aún más a su hermana. No tenía idea de cómo había
encontrado esto, pero era perfecto. TARDIS azul y grabado con
engranajes y espirales. Kip sabía que a Lucas le encantaría un anillo
inspirado por Doctor Who. Tendría que grabarlo más tarde. Y
preguntarle a Kenna cómo lo había logrado en tan poco tiempo. Se
estaba saliendo de la pista y enfocó sus pensamientos a la pregunta
más importante de su vida.
—Lucas Danvers, sé que nuestro amor es real. Me fui, pero mi 32
corazón estaba aquí contigo. Sabes que no importa a donde vaya,
volveré a casa contigo. Mantuve esa promesa. Al igual que
mantuviste la tuya y me esperaste. Entonces, ¿podría ser todo lo que
necesitas si te prometo mi amor ahora y para siempre? ¿Y quieres
casarte conmigo?
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Lucas asintió y le tendió la mano.
—Sí, Kip. Mil veces, sí. Me casaré contigo. —Kip logró ponerse el
anillo, aunque su mano temblaba de repente. Lucas lo ayudó a
ponerse de pie y lo besó. Kip estaba aturdido por la euforia. Lucas dijo
que sí! Dios, ¿cómo tuve tanta suerte de tener esta segunda
oportunidad? No pudo expresar en palabras lo feliz que era.
—Te amo más de lo que puedo decir, —susurró Lucas.
Hubo vítores y aplausos mientras se besaban nuevamente. Lucas
admiró su anillo mientras mantenía un brazo alrededor de Kip.
—¿Cómo manejaste esto?
—Mi increíble hermana de allí, —admitió Kip. —Te gusta, ¿verdad?
—Es perfecto, y no solo por el diseño—. Lucas lo miró. —Podrías
haberme dado una cuerda anudada y hubiera estado feliz.
Con una sonrisa, Kip entrelazó sus dedos.
—Eso es todo lo que quiero, que seas feliz.
 —Lo soy, —aseguró Lucas, con los ojos desorbitados. —Escuché
cuando vine a la base que perdiste a Dave. Lo siento mucho. Me
siento horrible, no estaba allí para ti.
—Tú estás ahora—. Kip golpeó su frente contra la de Lucas. —
¿Puedo quedarme en tu casa esta noche? Quizás pueda dormir un
poco.
—Nuestro lugar, —corrigió Lucas con una sonrisa amable que Kip
no pudo evitar regresar. —Si te mudas conmigo. Quiero decir,
estamos comprometidos, después de todo. 33
—No hay lugar donde prefiera estar—. Kip se aferró un poco más a
él cuando notó que su padre se acercaba.
El Coronel Nielsen lo saludó y Kip respondió con amabilidad.
—Bienvenido a casa, hijo—. Bajó el brazo y asintió con la cabeza
hacia Lucas. —Lucas. Escuché que las felicitaciones están en orden.
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—Sí, señor. —Kip sabía que su padre no haría una escena aquí
delante de todos. —Y es bueno estar en casa.
—¡Una fiesta está en orden! —Kenna lo abrazó a él y Lucas,
besando sus mejillas. —Cena esta noche, mi regalo.
—Y el mío, —su madre intervino con abrazos y besos similares.
Luego se acercó y le apretó el brazo a Brett. —Te unirás a nosotros,
¿verdad, querido?
La sonrisa parecía un poco forzada, pero su padre asintió.
—Veré si puedo mover algunas cosas.
—¡Bien! —Ella palpó sus manos. —Está haciendo calor bajo este sol
de Charleston y Kip tiene que estar exhausto. Luc, llévalo a casa y
déjalo descansar un poco.
Lucas sonrió.
—Sí, señora. —Miró a Kip. —¿Listo para ir, soldado?
—Dirige el camino. Solo necesito conseguir mi bolsa.
 —Nos encontraremos en Buca's a las siete, —sugirió su madre.
—Perfecto, estaremos allí, —prometió Kip y Lucas asintió con la
cabeza.
Kip agarró su petate y siguió a Lucas a su SUV. Recibieron algunas
felicitaciones por el camino. Liam incluso le presentó a su hermana y
a su esposa. Kip se sintió aliviado de que la gente pareciera aceptar.
Como hijo del Comandante de la base, pensó que serían civiles como
mucho, pero fue una sorpresa agradable. Vio a Nate esquivarlos y
supuso que había vuelto a hacer su parte. Kip no estaba seguro de 34
querer que hablara con Lucas, de todos modos. No estaba seguro de
lo que implicaría Nate y no había tenido la oportunidad de decirle a
Lucas lo que había pasado. Estaban de nuevo en tierra firme y no
quería que nada lo arruinara.
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 Capítulo Cuatro

Kip se durmió en el instante en que subió al SUV. Puso su mano

sobre la rodilla de Lucas, y la comodidad que encontró en ese 35
contacto significó que finalmente pudo descansar. Solo se despertó
cuando Lucas dijo su nombre y apretó sus dedos.
Se quitó el sueño de los ojos y miró a su alrededor. Estaban frente a
una pequeña casa con césped verde y un gran roble. La pintura azul
era una agradable sombra que le recordaba a los ojos de Lucas.
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—¿No es esta la casa de tu tía Stef?
—Fue, —le dijo Lucas. —Ella se retiró a Florida con mi madre ahora.
Me dejó tener la mitad del alquiler hasta que pueda ahorrar y
comprarlo.
—Wow, eso es increíble, bebé—. Kip sonrió. Había estado
esperando el pequeño apartamento de una habitación que Lucas
había estado alquilando antes de irse. Él estaba encantado con el
cambio. No más vecinos ruidosos, mucho espacio y espacio para
expandir a su familia si alguna vez quisieran. —Podría obtener un
préstamo hipotecario, —ofreció. —Es un lugar agradable. Siempre me
ha gustado este barrio.
—Tranquilo, también. —Lucas saltó del todoterreno y Kip se unió a
él, caminando con él por la acera hasta la puerta principal. —Si
puedes obtener el préstamo, sería genial. Acabo de mudarme, así que
tenemos que desempacar algo para hacer.
 —También puedo sacar mis cosas del almacenamiento.
—Sí—. Lucas abrió la puerta. Dio media vuelta y de repente pareció
nervioso. —No es una gran sorpresa, ¿verdad? No quiero abrumarte.
—No, es bueno—. Kip sonrió y se acercó a su prometido. A él le
gustó ese pensamiento. —Hablamos sobre esto, esperabas que ella te
diera la casa. Me alegra que lo haya hecho. Tu parte fue apenas lo
suficientemente grande como para moverte.
Lucas se rió entre dientes.
—Exactamente. —Cogió la mano de Kip. —¿Me perdonas por 36
comenzar esa pelea? Es solo que... la tía Stef me contó sus planes y
me envolví tanto en las cosas que quería que hiciéramos cuando
llegaras a casa que yo...
Presionó un dedo en los labios de Lucas.
—No hay nada que perdonar. A menos que me perdones por ser un
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cobarde todos estos años y por mantener nuestro amor en secreto.
—¡No eres un cobarde! —Lucas agarró sus dos manos. —Eres un
héroe, Kip.
—No cuando se trataba de nosotros—. Kip suspiró. —Me
equivoqué, bebé, y lo sé. Espero que sepas que nunca voy a dejar que
te arrepientas de darme esta oportunidad.
—Sí—. Lucas sonrió. —Oops, probablemente no debería decir eso
todavía, ¿eh?
—No sé, podría ser una buena práctica. —Se rió mientras tomaba a
Lucas en sus brazos y lo llevaba por el umbral después de empujar la
puerta con su bota.
—¡Estás loco! —Lucas envolvió sus brazos alrededor del cuello de
Kip y lo besó. —Pero eres mío, así que está bien.
Había cajas alrededor de la entrada pero Kip notó un rastro de
pétalos de rosa.
 —¿Qué es esto?
—La razón por la que llegué tarde, —admitió Lucas, un rubor
coloreando sus mejillas bronceadas. Hizo que Kip lo bajara y luego lo
tomó de la mano. Lo condujo a la sala de estar, que estaba vacía, a
excepción de una cama tamaño king en el suelo hecha con sábanas de
algodón azul. Un cubo de hielo contenía algunas cervezas y había un
plato de su postre favorito al lado. Snickers del tamaño de un bocado,
amigo, él no había tenido uno parecía que por siempre. Miró a Lucas,
su corazón se sobresaltó. 37
—No me merezco esto. —Kip extendió sus manos. —No tienes que
tomar tantas molestias por mí.
—Como el infierno que no hice. —Lucas tiró de él hacia adelante y
comenzó a desabotonar su chamarra de camuflaje. —Acabas de llegar
a casa después de ocho meses sin ninguna comodidad. Voy a
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consentirte esta noche.
Kip sintió una punzada de culpabilidad, aunque no tenía motivos
para hacerlo. Él detuvo a Lucas.
—Necesito decirte algo... Nate intentó besarme.
—Espera, Nate? ¿El imbécil que siempre habla mal de la gente? —
Lucas frunció el ceño.
—Es un poco incomprendido. Es una larga historia. No pasó nada,
sin embargo, lo juro, Luc. Solo que nunca quiero darte una razón para
no confiar en mí.
—Te creo—. Lucas encontró su mirada y Kip suspiró de alivio. —
Nunca me podrías mentir.
—No puedo. Él intentó seducirme y no estoy seguro de qué te diría
si lo vieras, así que quería que supieras que no pasó nada. Lo empujé
y le dije que me habían arrebatado.
 —Te creo, —dijo Lucas de nuevo, luego se mordió el labio. —
Entonces, ¿qué te está molestando?
—Fue después de que Dave murió. Simplemente salí con mis
padres. Estaba en un punto realmente bajo. Y él-
—Se aprovechó de ti en un momento de vulnerabilidad.
—Y por un segundo, casi me doy por vencido, —admitió Kip,
bajando la cabeza.
—No lo hiciste, sin embargo. —Lucas ahuecó su mentón. —No
estoy enojado. Estabas en un mal lugar, no estaba allí para ti como 38
debería haber estado. Sin embargo, todavía te detuviste. Eso me
demuestra aún más que eres fiel.
—Yo te quería. Solo tú. Y no iba a tirar esto por algo tan tupido, —
susurró Kip. —Lo siento, sin embargo.
—No lo hagas. —Lucas lo acercó. —No quiero que te enojes más.
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Todo ha terminado ahora. Y tú estás conmigo. Déjame cuidarte,
¿bien?
—Hazme olvidar todo lo demás, —suplicó Kip.
—Lo haré. —Lucas aceptó su mano. —Primer paso, ¿qué tal un
buen remojo? ¿Tal vez un masaje?
—Suena bien. Siento que todavía estoy cubierto de arena.
Lucas lo condujo al baño principal y dejó que Kip se desvistiera
mientras comenzaba a correr el baño, añadiendo aceite de sándalo y
sales. Él incluso encendió las velas que se había propuesto. Kip había
olvidado lo romántico que podía ser su prometido. Lo hizo sentir
apreciado.
Se quitó la chaqueta y luego se levantó la camisa color oliva sobre
la cabeza mientras se quitaba las botas. Lucas se quedó sin aliento
cuando se dio la vuelta.
—¿Qué pasó ?
 —¿Huh?
Lucas tentativamente tocó su abdomen, donde había un rasguño
que le llegaba hasta la cadera. Y leves hematomas en la parte inferior
de la espalda.
—Estás herido.
—Tuve que gatear debajo de un auto para cubrirme.
—¿Cuándo Dave...?
—Sí, saqué el francotirador que nos atacaba—. Kip se frotó la parte
posterior de su cuello. —Fue peligroso y no quiero mentirte, así que 39
dejémoslo así.
Lucas se llevó una mano a la boca.
—Jesús, ¿qué tan cerca llegué a perderte?
Demasiado cerca.
—No iba a dejar que eso sucediera, —le aseguró Kip. —Tenía una
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promesa que cumplir, ¿recuerdas?
Las lágrimas llenaron los ojos de Lucas. Abrazó a Kip con fuerza,
pasando sus manos por todo su cuerpo como para tranquilizarse, y
Kip lo dejó.
—Gracias a Dios que volviste.
Kip besó la parte superior de su cabeza.
—Me hizo ver que no debería perder un momento.
—¡Oh, el agua! —Lucas saltó hacia atrás y ambos rieron
ligeramente mientras apagaba rápidamente los grifos. Hizo un gesto.
—Listo.
Kip lo besó y terminaron de desvestirse el uno al otro. Se metió en
la bañera y se metió en el agua, gimiendo contento a la temperatura
perfecta. Esperó mientras Lucas se deslizaba detrás de él.
Gentilmente jaló a Kip hacia él. Se apoyó contra el pecho de su
amante, suspirando nuevamente con satisfacción, mientras Lucas lo
envolvía con sus brazos, presionando besos en su cuello y rostro.
—Solo relájate. —Lucas alcanzó la esponja vegetal y jabón y luego
comenzó a limpiar cada centímetro del cuerpo de Kip. Frotó los
hombros tensos, acarició su costado herido y alivió los vestigios de los
últimos días terribles.
Kip, podría dormitar así, seguro y cálido en el abrazo de Lucas. El
deseo se agitó mientras Lucas arrastraba sus manos por su pecho.
—Luc... 40
Lucas presionó un beso en el cuello de Kip, preocupándose por un
parche de piel y dejando una marca enrojecida. Mierda, eso es
caliente. Le encantó cuando Lucas lo marcó.
—¿Qué quieres? —Lucas respiró sobre la piel de Kip.
Apoyó su cabeza sobre el hombro de Lucas, dando a su amante un
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mejor acceso.
—Quiero que me hagas sentir vivo.
Lucas besó el lado de la cara de Kip mientras sus dedos rozaban su
pezón erecto.
—No deberíamos hacerlo, debes estar agotado. Estabas casi
dormido, bebé.
—Te necesito. —Kip giró su cabeza ligeramente para que sus
miradas se encontraran. —Puedo dormir más tarde. Esto es lo que
necesito.
—Como desees, —susurró Lucas, pasando los dedos por los gruesos
cabellos en el pecho de Kip. Él viajó lentamente hasta su estómago.
Su toque hizo que Kip se estremeciera, sus músculos temblaban bajo
las caricias. En todas partes que Lucas tocó estaba en llamas, y el
deseo lo consumió. Lucas continuó besándose y chupando su cuello.
—¿Quieres que te chupe esa preciosa polla tuya? ¿Tocarte?
 Sonrió al sentir a Lucas endurecerse detrás de él cuando la mano de
su amante se agarró a su propia polla endurecida.
—Tócame. ¡Por favor!
Lucas besó el cuello de Kip en su oreja. Lamió la capa exterior y
luego mordió suavemente el lóbulo. Mientras tanto, su mano se
envolvió alrededor de la polla medio dura de Kip.
—¿Te gusta esto? —Respiró. —Maldición, ha pasado demasiado
tiempo.
—Demasiado tiempo, —dijo Kip con un gemido, presionando la 41
mano de Lucas, ansioso por más. Cerró los ojos y cedió al placer.
Lucas acarició su polla de la base a la punta, haciendo una pausa para
frotar su pulgar sobre la cabeza de la polla de Kip. Él inclinó sus
caderas hacia adelante, salpicando agua de la bañera. —Fácil, —
tranquilizó Lucas mientras continuaba acariciando.
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La cabeza de Kip volvió a caer sobre el hombro de Lucas.
—Se siente tan bien. —Sonrió mientras la polla de Lucas se frotaba
contra su culo, y de repente supo lo que quería. —Bebé, vamos a la
cama. Quiero que nos toques y nos unamos.
—Joder, sí, —gimió Lucas. —Me encanta tu forma de pensar.
Puso su mano sobre la de Lucas, deteniéndola.
—Sigues haciendo eso y no saldré de esta bañera.
Lucas se rió.
—Terminemos de enjuagarnos rápidamente entonces. —Ahuecó
una mano y vertió agua sobre la cabeza de Kip. —Veo algunos y aquí.
—¡Oye! —Balbuceó Kip, salpicando hacia él. —Iba a ofrecer lavarte
también, pero tal vez no.
Lucas lo agarró por la cintura y le hizo cosquillas en las costillas.
Maldición, él conocía su punto débil. Se retorció, pero no luchó para
alejarse, amando la alegría. Cuando logró liberarse, se levantó y
agarró la ducha desmontable, rociándola contra Lucas. Su amante se
levantó e intentó alcanzarlo, salpicando agua. Kip solo se rió y lo
sostuvo en alto, empapando su cabeza.
—¿Allí, mejor?
Lucas agotó la bañera y luego lo empujó suavemente contra la
pared.
—Te estás perdiendo algo. —Dirigió una mirada tierna a Kip. —Ni
siquiera me dejaste terminar mi masaje—. Hizo un puchero.
Kip besó el puchero y le dio el champú. 42
—¿Por favor?
Lucas agarró el shampoo y lo metió en el cuero cabelludo de Kip,
masajeando y acariciando tiernamente su mano sobre su cabeza. Su
cabello era demasiado corto, pero pronto lo dejaría crecer. Lucas
enjuagó el champú y luego Kip le devolvió el favor. Le encantaban los
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rizados rizos castaños de Lucas, la forma en que se enredaban
alrededor de sus dedos.
Cuando estuvieron limpios, Kip capturó los labios de Lucas en un
beso hambriento.
—Vamos, salgamos. Te necesito.
Kip salió y se aseguró de que Lucas no se resbalara sobre las
baldosas mojadas. Dejaron caer una toalla en el suelo para absorber
el agua y usaron otra para secarse mutuamente. Kip se aferró a Lucas
mientras se besaban y regresaron a la cama.
—¿Por qué pusiste la cama aquí?
—Porque el marco está hecho pedazos en el dormitorio y dejé de
intentar resolverlo, —bromeó Lucas. —Es un trabajo para dos
personas, lo juro.
—Qué bueno que estoy aquí entonces—. Kip sonrió. —Lo
tendremos juntos en poco tiempo.
 —¿Ahora mismo? —Lucas levantó una ceja y ambos se rieron
juntos.
—No, ahora mismo tengo planes para ti. —Kip lo empujó hacia el
colchón.
Lucas se arrodilló, se deslizó debajo del edredón y Kip se unió
rápidamente a él. Se tumbó para que estuvieran cara a cara y besó a
Lucas suavemente, conteniéndose un repentino bostezo.
—Maldición. Quiero hacerte el amor.
—Lo haremos. Todo el día, una vez que descanse. —Lucas 43
enganchó su pierna sobre el muslo de Kip y lo atrajo hacia sí, sus
cuerpos presionando juntos. Podía sentir la dura polla de Lucas contra
la suya y dejó escapar un suave sonido de placer. —¿Qué tal esto por
ahora?
—Perfecto—. Kip frotó sus labios. Miró a Lucas. Dios, cómo lo había
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extrañado. Advirtió su presencia y por un momento no pudo respirar.
—Eres perfecto. —Recorrió con sus dedos las hermosas facciones de
Lucas. Las había memorizado, pero para tocarlo de nuevo... Ocho
meses y ahora aquí estaba nuevamente en los brazos de Lucas. Listos
para hacer el amor, perderse en lo que sienten el uno por el otro y
cuán correcto era esto. Tenían tanto que celebrar y la felicidad lo hizo
besar a Lucas nuevamente. Su amante era un buen besador y podría
volverlo loco.
Lucas tocó la mejilla de Kip, luego capturó los labios de Kip contra
los suyos, besándolo profundamente. Kip separó los labios, dejando
que la lengua de Lucas se deslizara dentro. Enredó su mano en los
rizos de Lucas mientras continuaban besándose. Lucas golpeó ese
punto caliente en el techo de su boca y gimió. Kip perdió toda la
noción del tiempo mientras se exploraban la boca, saboreando el
sabor único de Lucas y reconectando. Le encantaba la forma en que
Lucas suspiraba suavemente cuando pellizcaba sus labios. Los besos
solo se rompieron cuando necesitaban tomar aire, y luego volvieron
rápidamente para buscar otros más apasionados.
—Estoy aquí, y tú también, Kip, —respiró Lucas. —Déjalo ir.
—Nunca volveré a dejarte—. Kip sabía que Lucas necesitaba esto
tanto como él.
—Nunca te dejaré ir otra vez. —Lucas enroscó su mano alrededor
del cuello de Kip, sosteniéndolo cerca cuando lo atrajo hacia otro
suave beso. 44
Kip empujó suavemente, incapaz de negar lo que ambos
necesitaban en este acto de amor y afirmación de la vida. Lucas gritó
suavemente y retrocedió.
—Sí, por favor... tan bueno. —Acarició la nuca de Kip. —Te sientes
muy bien.
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—Así que tú, —jadeó Kip.
Se besaron lánguidamente cuando se ondularon el uno contra el
otro. La mano de Kip fue a la cadera de Lucas para sostenerlo
mientras dejaba que su amante los trabajara hacia sus clímax. A Kip le
encantaba la sensación de la polla de Lucas, resbaladiza con aceites
de baño, deslizándose sobre la suya con suficiente fricción para el
placer pero no lo suficiente como para hacer que se vinieran por el
momento.
Kip murmuró palabras de amor en la piel de Lucas, adorando el
cuerpo de su prometido con sus manos y labios mientras Lucas se
aferraba a él, besándose y tocando donde podía. Kip se sintió
completamente conectado en mente y cuerpo cuando se perdieron el
uno en el otro, su amor tangible entre ellos. Todo lo demás se
desvaneció, sus problemas y preocupaciones desaparecieron y el
mundo se redujo a ellos en ese momento.
 —Tan cerca, —admitió Kip. Había sido demasiado largo y
rápidamente estaba perdiendo el control. Su polla estaba goteando
cuando se frotó a lo largo de Lucas. —Más, por favor, bebé.
Lucas tomó la mano de Kip, entrelazó sus dedos y atrajo sus manos
unidas por sus cuerpos. Él ligeramente los envolvió alrededor de sus
pollas duras.
—Juntos, ¿sí?
—¡Sí, Luc! —Gritó suavemente, el toque casi lo deshacía mientras
empujaba contra la pelvis de Lucas. —Bésame, —suplicó Kip cuando 45
capturó la boca de Lucas con la suya, empujando sus lenguas
reflejando el empuje de sus erecciones.
Sus gemidos y su respiración pesada llenaron la habitación mientras
se movían más y más cerca de la liberación. Kip los volteó para que él
estuviera arriba, con una mano apoyada en la cabeza de Lucas cuando
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ambos aceleraban el ritmo y sus manos acariciaban rápidamente.
Lucas se agarró la espalda, clavando las uñas para poder sostenerlo
con fuerza. Lo volvía loco sabiendo que Lucas lo estaba marcando de
nuevo.
Kip salpicó la cara de Lucas con besos.
—Eres tan hermoso así.
La sonrisa de Lucas iluminó la habitación.
—Siendo tonto otra vez, bebé.
—Lo piensas—. Kip lo miró. —Tengo tanta suerte que eres mío.
—Siempre tuyo—. Las caderas de Lucas comenzaron a mecerse
más rápido mientras se entregaba por completo a Kip, dejando que
Kip lo arrastrara por el borde mientras lo sostenía y acariciaba. —Te
amo, Kip, mucho, —jadeó.
Kip sonrió.
—Yo también te amo.
 La polla de Lucas era dura y se metía con urgencia en sus manos
unidas. Le encantaba la sensación de la polla de Lucas deslizándose
sobre la suya, creando una deliciosa fricción. Estaba cerca y
necesitaba ir, pero quería primero a Lucas. Había sido tan
desinteresado, cuidándolo, y ahora Kip quería verlo perdido en el
placer que solo él le daba.
—Suéltate, amor. Te tengo—. Besó profundamente a Lucas.
Eso parecía ser todo lo que Lucas necesitaba.
—¡Kip! —Gritó cuando presionó hacia él, llegando y cubriendo sus 46
vientres en chorros calientes. Kip lo siguió unos segundos más tarde,
arqueándose y viniéndose duro gritando el nombre de Lucas.
Kip observó a Lucas mientras el orgasmo lo inundaba. Estaba
relajado con una sonrisa soñadora jugando en sus labios y no podría
haberse visto más hermoso. Apoyó su frente contra la de Lucas.
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—Maldición, bebé.
Lucas se acurrucó contra él y Kip rodó sobre su costado para
abrazarlo. Estaba completamente saciado y satisfecho. Sus manos
estaban cubiertas de esperma por lo que Lucas levantó sus dedos
entrelazados y los chupó. Luego le dio un sabor a Kip y una vez que
sus dedos fueron succionados, Kip besó profundamente a Lucas. Todo
el tiempo, Lucas siguió moviéndose, atrayendo su placer tanto como
pudo, deteniéndose solo cuando vio que Kip se dormía lentamente.
—Siempre me das lo que necesito, —susurró Kip.
Lucas le besó la frente.
—Siempre, estoy tan feliz de que estés en casa.
Se desenredó del abrazo de Kip.
—Tengo que limpiarnos o nos quedaremos atrapados.
Kip sonrió.
—¿Y ese es un problema?
 Lucas se rió pero se levantó de la cama.
—Me lo agradecerás más tarde.
Kip bostezó, pero se sentó y tomó el caramelo, desenvolvió uno y lo
saboreó hasta que Lucas entró con un trapo. Vio una botella de agua
en el cubo y la agarró, bebió la mitad en unos sorbos, luego se la pasó
a Lucas mientras se limpiaba con la tela caliente.
Lucas volvió a la cama y abrió los brazos. Kip se deslizó cerca y
apoyó la cabeza en el pecho de su amante, donde pudo escuchar sus
suaves latidos cardíacos. Tomó la mano de Lucas y pasó sus dedos 47
sobre el anillo.
—Cuando me revisaron, me advirtieron que podría tener algún
trastorno de estrés postraumático... si tuviera pesadillas...
—Lo recuerdo—. Lucas se frotó la espalda. —Estaré aquí si
necesitas algo.
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—¿Podemos quedarnos en casa y quedarnos en la cama todo el día
de mañana? —Preguntó Kip, cerrando los ojos. —Sé que tenemos que
ir a cenar esta noche, pero mañana no hagamos nada más que comer
esos Snickers y hacer el amor.
Lucas se rió de él.
—Lo tienes. Quizás también arreglemos nuestra cama.
—S'okay así. Se siente como una nube. —Kip suspiró y se acurrucó
con Lucas. El sueño pesaba sobre él y no estaba seguro de tener
sentido. —Seguro aquí, también.
—Sí, te tengo. Solo descansa. —Lucas le cantó suavemente a Kip,
acariciando su cabello cuando se rindió y se durmió, tan agradecido
de que Lucas hubiera esperado a que volviera a casa y que había
dicho que sí.

FIN
 SOBRE EL AUTOR

Anna Lee se graduó de la Universidad de California en Riverside con

una Licenciatura en Escritura Creativa. Viviendo con una discapacidad, 48
ella ha superado muchos desafíos y ha puesto su pasión por la vida y
el amor en su escritura. Ella vive con su familia y perros y le gusta
escribir hasta altas horas de la noche. Cuando no escribe, a Anna le
gusta perseguir a sus sobrinas y sobrinos o conversar con sus amigas
sobre sus libros y programas de televisión favoritos.
03/2018
Correo electrónico: annalee509@gmail.com
A Anna Lee le encanta escuchar a los lectores. Puede encontrar su
información de contacto, sitio web y biografía del autor en
http://www.totallybound.com.
 Traducción y Corrección
TESS

Diseño y Edición
IPHI
49

EPUB
03/2018
MARA
NO
FACEBOOK
ni ninguna
red social

Es de fans para fans y no recibimos ninguna compensación

económica por las traducciones que realizamos.
Espero que les guste.
Y no olviden comprar a los autores, sin ellos no
podríamos disfrutar de estas maravillosas historias