En Jackendoff (2010) Fundamentos del lenguaje. Mente, significado, gramática y evolución. México: FCE.

l. La ~omplejidad
de la estructura lingüística

l. Un problema sociológico

QuiENES nos dedicamos a estudiar la lengua, con frecuencia nos encontramos

en la curiosa posición de tratar de convencer al mundo entero de que traba-
jamos en una labor delicada y técnicamente exigente. No se espera que los
matemáticos describan su trabajo a los demás: "¡Ay!, yo nunca pude con las.ma-
temáticas". Y si bien se espera que los biólogos y los estudiosos de la neuro-
ciencia expliquen sus metas de investigación de manera muy general, se
acepta que los imponentes detalles químicos y fisiológicos que constituyen la
sustancia real de su trabajo están fuera del alcance de los no especialistas.
Pero respecto a la lengua parece presentarse un escenario diferente. Cuan-
do empezamos a describir los temas de los que nos ocupamos, la respuesta
típica es: "¡Ah, sí! Yo sé lo difícil que es la lengua: ¡una vez traté de aprender
ruso!". Cuando empezamos a explicar una parte mínima de lo que hacemos,
perdemos rápidamente el interés de nuestro auditorio. La reacción es compren-
sible, pues quién si no un lingüista desea escuchar en un cóctel o en una pa-
rrillada en qué estado se encuentra la argumentación sobre la extracción a
distancia o el papel que desempeña el acento extramétrico.
A este respecto, la lengua y la biología presentan un contraste interesante.
La gente da por sentado que se aturdirá o bien se aburrirá con los detalles
biomédicos de, por ejemplo, el metabolismo de la célula, así que no pregunta
sobre ello. Lo que le interesa a la gente en general sobre la biología es la his-
toria natural, los datos curiosos acerca del comportamiento animal y cosas
parecidas; pero reconoce y acepta el hecho de que la mayoría de los biólogos
no estudian eso. De igual manera, lo que le interesa a las personas sobre la
lengua es su "historia natural": la etimología de las palabras, de dónde proviene
la lengua y por qué los jóvenes hablan tan mal en estos tiempos. La diferencia
es que la gente no reconoce que el estudio de la lengua comprende mucho

LA COMPLEJIDAD DE LA ESTRUCTURA LINGÜÍSTICA .. 25

 más que eso, así que se muestra decepcionada cuando el lingüista no participa
de su entusiasmo.
Bien podría ser que las personas a las que les atrae la lingüística tengan
un cierto talento para la reflexión metalingüística -un placer por construir
oraciones no gramaticales, por encontrar curiosas ambigüedades e implica-
ciones, por oír e imitar acentos y cosas similares- y que la formación profe-
sional como lingüista sólo acentúe esta inclinación. No debería entonces sor-
prender que el sentido de los lingüistas respecto a lo que es interesante en la
lengua sea diferente del que tienen nuestros colegas que trabajan en biología,
economía u odontología. Y es que los lingüistas hemos cometido el error de
suponer que todos los demás son como nosotros. Estamos en una posición si-
milar a la del ávido amante de la ópera que aún no se da cuenta de que está
en compañía de un grupo de rocanroleros.
Por sí misma, esta percepción errónea sería únicamente una fuente de
incomodidad social; pero puede tener un aspecto más pernicioso. Un buen
ejemplo es el debate que se desarrolló a mediados de 1990, a propósito de la
propuesta hecha por el Consejo Escolar de la ciudad de Oakland, California,
para que el dialecto de la comunidad afroamericana (el "ebónico") se integrara
a la instrucción escolar (ver Perry y Delpit 1998). La propuesta se basaba en
la bien documentada integridad estructural de este dialecto como lengua
-desde el punto de vista lingüístico-, así como en la investigación lingüís-
tica que indica que la enseñanza en la lengua vernácula puede ofrecer un an-
damiaje valioso para apoyar la alfabetización en la lengua estándar (Labov
1972, Rickford 1999). Sin embargo, la documentación científica no suscitó el
interés del público en general. Durante los momentos más álgidos del deba-
te se solían encontrar cartas al editor en los periódicos y hasta en las revistas
científicas haciendo referencia a que, sin importar lo que los lingüistas pensa-
ran en sus torres de marfil, el ebónico constituía una perversión bárbara del
inglés y era una locura fomentar su uso. 1
El ejemplo resulta revelador en dos sentidos: primero, subraya la impor-
tancia de la lengua para la identidad social y la forma en que los temas lin-
1
Es significativo que muy pocas personas, incluso quienes ocupaban puestos importantes, ha-
yan entendido lo que había propuesto el Consejo Escolar de Oakland. Se entendió sobre todo que
habían propuesto "enseñar a los niños el ebónico". De hecho, la propuesta real fue que se reconociera
dentro del salón de clases el propio dialecto de los estudiantes como una forma legítima de expre-
sión, y que se usara como apoyo para alfabetizar en el inglés estándar. Una parte importante de
aprender a leer es apreciar cómo la ortografía reneja la pronunciación. Si se enseña a leer en inglés
estándar a un niño que no lo habla, es difícil establecer este eslabón crucial.
26 .... FUNDAMENTOS PSICOLÓGICOS Y BIOLÓGICOS
güísticos se combinan con actitudes sociales más amplias. A diferencia de lo
que sucede en el caso del metabolismo de la célula, en la lengua la gente in-
volucra intereses personales. Segundo, muestra la manera en que las perso-
nas se sienten con derecho a intervenir en la conversación, aun sin tener for-
mación teórica, y llegan inclusive a menospreciar a los expertos con tal de
mostrar su punto de vista. Esta conducta recuerda la de los creacionistas
cuando reaccionaban ante la teoría de la evolución, o la reacción de las com-
pañías petroleras ante la evidencia del calentamiento global.
Por supuesto que los expertos no siempre están en lo correcto y a menudo
toman partido a propósito de algún tema político; pero por lo menos habría
que considerar algunos de los hechos y argumentos que ofrecen antes de
rechazarlos.
Aun cuando no se trate de temas que tengan grandes repercusiones socia-
les, encontramos una curiosa disponibilidad del público lego a especular so-
bre la naturaleza de la lengua y a mostrarse satisfecho con las conclusiones
que saca. Desafortunadamente, tales actitudes se extienden en ocasiones a ex-
pertos de otras disciplinas que involucran la lingüística, como son la filosofía,
la neurociencia y la cibernética, lo cual tiene por efecto que estas disciplinas
se separen entre sí, cuando deberían estarse apoyando recíprocamente.
El objetivo de este capítulo consiste, por tanto, en establecer una base a
partir de la cual se determine a qué debe responder una teoría de la estructu-
ra lingüística. A los lingüistas, el capítulo les servirá como recordatorio del
alcance de la empresa y como orientación sobre la perspectiva que tiene el
presente estudio. Por lo que se refiere a los estudiosos de disciplinas colindan-
tes, ciertamente no espero que sigan cada detalle de la estructura que se des-
cribirá; sin embargo, confío en que el capítulo les permita ver más allá de la
"historia natural" de los aspectos de la lengua y reconocer las cuestiones más
sutiles que entran en juego en la teoría lingüística, para en capítulos subsi-
guientes poder vincularlas con aspectos psicológicos y biológicos.
Claro está que, además de la estructura llana, existen muchos otros as-
pectos de la lengua, tales como su función en la identidad social y su poder
en la poesía. Pero es en el estudio de la estructura en donde considero que la
teoría lingüística encuentra sus áreas de interés más profundas y característi-
cas; por ello, la estructura será el centro de atención en este capítulo.
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