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LIDERAZGO EN TIEMPO DE

CORONAVIRUS  
“Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de
cambiarnos a nosotros mismos”: Viktor E. Frankl.  

Por: The Friedman Group México


Es claro que 2020 estará marcado por un antes y un después de la
pandemia del COVID-19, así como por la nueva
normalidad que emergerá en la era post viral. Mientras transitamos
hacia nuevas realidades, seremos testigos de un cambio en el
entorno de negocios que seguramente modificará la manera en
que tradicionalmente hemos trabajado. Hoy, la crisis provocada por
el Coronavirus nos presenta enormes retos en todos los ámbitos. En
el laboral, nos regala la enorme oportunidad de mejorar nuestra
forma de liderar. 

La incertidumbre asusta y mucho. Cuando se está en una posición de


liderazgo, lidiar con la incertidumbre “es parte del paquete”, sin
embargo, el COVID-19 no estaba en nuestra lista de asuntos
pendientes por resolver este año. 

Un líder debe enfocarse en lo siguiente:

1. Tu equipo es tu espejo. 

Es bien sabido que las emociones son contagiosas. Si te das cuenta de


que tus pensamientos asociados a la pandemia y sus consecuencias
son absolutamente catastróficos, seguramente estás transmitiendo
esos pensamientos y los sentimientos asociados a ellos, al resto de tu
equipo. Obsérvate, observa tu lenguaje y la manera en la que te
estás comunicando con tu equipo de trabajo. No se trata de estar en
estado de negación, simplemente reconoce tus emociones y reconoce
cómo te estás sintiendo ante la información que buscas o que te
llega. Trata en la medida de lo posible de mantenerte positivo y si es
necesario, comparte tus preocupaciones con personas de tu confianza. 

2. Los logros de tu equipo son grandes. 


Lo que tú y tu equipo son y han construido a lo largo del tiempo es
más grande y poderoso que el estrés, miedo o ansiedad
que hoy pudiera estar presente como resultado de la
incertidumbre. Enfócate en las tres acciones estratégicas que tu
equipo necesita conseguir esta semana de cara al cumplimiento de
los objetivos trimestrales o anuales del negocio. Celebra con
tu equipo pequeños y grandes logros diarios. 

3. Lo que puedo controlar vs lo que no puedo controlar. 

Si bien es cierto que lo único que podemos controlar es la manera en


la que respondemos ante los acontecimientos que se nos presentan, a
veces hacer conciencia sobre estos temas nos puede ayudar... 

LO QUE PUEDO CONTROLAR  LO QUE NO PUEDO CONTROLAR 

Mi actitud ante el momento presente  El futuro 

La “nueva normalidad” que se nos


El trabajo por hacer el día de hoy 
presentará en el mundo laboral 

El refrendo de mis compromisos y la La afectación que causará la pandemia en


reafirmación de mis creencias   todos ámbitos 

4. Enfoque en lo que puedo controlar. 

Siempre puedes controlar tu respuesta, actitud, comportamientos,


palabras y acciones. Escoge ser proactivo y ayudar a los demás en
estos tiempos de Coronavirus, en lugar de paralizarte. No permitas
que la incertidumbre anule de pronto todo lo alcanzado por tu equipo
de trabajo. Confía y delega. 

Liderar a otros implica trabajar en uno mismo primero. Desde el


autocontrol, la empatía y la tolerancia es posible sortear los desafíos de
la pandemia y los que la “nueva normalidad” en el trabajo nos
presenten. Desde la desesperanza, el temor y el pesimismo, no sólo
será difícil liderar equipos, sino que se pone en riesgo la estabilidad y
los logros alcanzados hasta ahora.

 ¡A cuidarnos primero para desde ahí estar en condiciones de liderar a


los demás!
https://mdcmagazine.com/articulos/planners-tips/how-to-
do/liderazgo-en-tiempo-de-coronavirus 

Liderazgo en tiempo de crisis


Estamos en plena crisis por la pandemia del coronavirus Covid-19. Las
crisis son tiempos de cambio, ruptura, disfunción, incertidumbre,
inestabilidad, desequilibrio… Es un tiempo que examina y evalúa el
liderazgo, que va a penalizar a quienes no están sabiendo liderar y aupará
a nuevos líderes emergentes. Es apasionante asistir atónito al
hundimiento de líderes guiados por su torpeza y el criterio equivocado de
sus asesores, y apasionante también observar cómo irrumpen nuevos
estilos de liderazgo. Quiero hacer una reflexión en torno al liderazgo en
tiempos de crisis, como la actual pandemia, que evalúa el liderazgo en
general de políticos, empresarios, responsables de equipos,
entrenadores… de cualquier persona que coordina un equipo, de trabajo
o deportivo.

¿Qué es liderazgo?
Liderazgo es la capacidad de influir o dejar huella en otras personas.
Liderazgo es lograr que otros hagan suyos unos valores, una filosofía, un
mensaje, es “evangelizar”, ir haciendo seguidores que comparten, coinciden,
comulgan…  No lidera quien quiere, sino quien sabe hacerlo y lo hace de
forma natural. Hay muchos “jefes”, “presidentes” “directores”, “mandatarios”,
pero muy pocos alcanzan la condición de “líderes”.
Liderazgo es reconocimiento, prestigio o “autoridad moral”. El concepto
de autoridad ha cambiado radicalmente en la sociedad del siglo XXI, en las
sociedades democráticas. Muchos se quejan de que se ha perdido “autoridad”.
No es cierto, más bien no se sabe ejercer la autoridad. Jefes de gobierno,
políticos, empresarios, coordinadores de equipos de trabajo, entrenadores,
profesores, madres y padres… tienen poder, el poder inherente al rol que
desempeñan. Pero no tienen necesariamente autoridad. Esta se la han de
ganar.
La autoridad es consecuencia del buen hacer o de la buena gestión en el
desempeño del rol y se reviste de reconocimiento o prestigio moral de los
subordinados. El liderazgo cotiza al alza o a la baja en función de cómo se
gestiona o se ejerce la dirección. La autoridad la otorgan los subordinados a
quien es acreedor a ella, a quien se la merecer, ya no es propiedad del “jefe” o
“director” simplemente por el cargo que desempeña. Un Jefe de Gobierno tiene
mucho poder, pero no tiene autoridad necesariamente, ya que puede que no
pase de ser un simple presidente más y no llegar a ser reconocido nunca como
“nuestro” presidente. Es un ejemplo aplicable a cualquier otro tipo de
responsabilidad. Empresarios, entrenadores, profesores, padres no tendrán
autoridad si no son merecedores de ella, no llegarán a ser aupados a la
condición de “líder” por los suyos si no gestionan bien su rol. Cuando un hijo
siente adoración por su padre o madre, es que estos ejercen liderazgo ante él,
son una gran influencia moral sobre él. “Ese es mi entrenador” supone
autoridad moral o liderazgo, en cambio “ese es el entrenador” supone que es
uno más.
El líder no nace, se hace. El liderazgo no es una característica que figure
en el genoma humano. Hay personas más carismáticas que otras, porque
su patrón de personalidad les ayuda en las relaciones sociales, pero
también porque han aprendido de modelos competentes en las edades
más tempranas. El liderazgo se aprende, se entrena, se desarrolla y puede
morir por torpeza, por éxito, por mal asesoramiento… Situaciones de
dificultad o crisis conllevan un movimiento del liderazgo dentro de los
grupos, organizaciones y la sociedad, sacrificando líderes y haciendo que
emerjan o surjan otros nuevos que les sustituyen.
¿Qué características identifican al líder?
Me sorprende cómo muchos “expertos” o “gurús” relacionan el liderazgo con la
comunicación, la capacidad de llegar a otras personas. No coincido para nada.
¿Puede ser líder cualquiera que comunique bien? Rotundamente, no. Hay
líderes “silenciosos”, que hablan lo justo, pero su criterio es determinante para
muchas personas.

Voy a enunciar las características que identifican al líder según el grado de


importancia o peso que tienen para generar liderazgo:
 HONESTIDAD. El líder es una persona honesta, dice lo que piensa y
hace lo que dice. Decide lo correcto según su estricto criterio y no dice lo
políticamente correcto, lo que se espera escuchar de él. No puede ser líder
quien utiliza un discurso largo, retórico, previsible, esperado, incoherente,
ambiguo, hueco, que busca más superar el trámite o no equivocarse, que
convencer. Nunca alguien deshonesto puede alcanzar la condición de líder.
 GENEROSIDAD. El líder se relaciona con sus ciudadanos,
colaboradores, subordinados, jugadores, alumnos… desde una actitud de
ayuda. El líder es generoso, el liderazgo es un ejercicio de generosidad. No
puede ser líder quien persigue su interés, quien busca su beneficio.
 VISIÓN. El líder tiene una visión de futuro que la trasmite y la contagia
a los demás. El líder ve a medio plazo y largo plazo, supera cualquier
dificultad con miras puestas en un objetivo “valioso” o trascendente. No
puede ser líder quien no tiene una visión, un proyecto, un largo recorrido,
quien vive al día, quien cambia el rumbo cada dos por tres.
 EMOCIÓN. El líder transmite o contagia emoción. Es entusiasta,
apasionado, irradia ilusión, fuerza o energía, es emocional. No puede ser
líder quien es plano u opaco a nivel emocional, quien aburre en su retórica,
menos aún quien transmite apatía, inseguridad, indiferencia, quien riñe…
 ESTAR CENTRADO EN LO IMPORTANTE. El líder sabe que se ha de
centrar en lo importante frente a lo accesorio, sabe que se ha de ocupar
de ese veinte por ciento de las situaciones que son claves, frente al ochenta
por ciento de las situaciones restantes que son accesorias o menos
importantes.
 EFICIENCIA Y EFICACIA. El líder toma decisiones eficaces, no le
tiembla el pulso. Planifica bien, sabe entrever las dificultades que van a
surgir, se prepara para hacerles frente, no espera a ver cómo evolucionan
los acontecimientos, va por delante de ellos, no es zarandeado por las
circunstancias.
 MENTALIDAD DE APRENDIZ. El líder es insaciable en su curiosidad,
en su afán de aprender y de ser mejor. Se expresa y actúa con humildad y
respeto, con prudencia. La soberbia, la vanidad y la suficiencia están reñidas
con el liderazgo.
 EMPATÍA. El líder conecta profundamente, sabe ponerse en la piel de
los demás, sabe cómo piensan, porqué piensan así, sabe cómo sienten,
conecta con el pensamiento y el sentimiento de los demás, lee bien a nivel
emocional. La empatía está reñida con mostrarse correcto, distante,
engolado, prepotente, por encima del bien y del mal.
 TRANSPARENCIA. El líder es trasparente en su mensaje y en sus
emociones, dice que lo es, lo que sucede, afronta las situaciones con
claridad, coge el toro por los cuernos. Quien disfraza la realidad, oculta
información, ofrece información parcial y a su conveniencia nunca será
reconocido como un líder.
 CONCILIAR. El líder aúna, junta, concilia, acerca, busca el consenso,
establecer compromisos, acercar posturas, no divide, ni enfrenta, ni polariza,
ni crispa…
 CEDER PROTAGONISMO. El líder hace asistencias para que otros
marquen los goles. Ante el éxito, cede el protagonismo a los demás,
es generoso en la victoria. El líder no saca pecho, nunca personaliza el
éxito en él o en lo “bien que lo hacemos”.
 ASUMIR LA RESPONSABILIDAD. El líder quiere ser el único
responsable ante la derrota, cuando surgen las dificultades y libera a los
demás de responsabilidades. El líder nunca señala culpables ni deriva su
responsabilidad.
 ÉTICA PERSONAL. El líder se mueve por unos valores
inquebrantables, su comportamiento se ajusta a una ética personal y
social. No puede ser líder quien es amoral, quien carece de un código ético,
o quien ajusta su ética a su interés.
 AUTOLIDERAZGO. El líder predica con el ejemplo, nunca traiciona lo
que pide a los demás, no hace lo contrario de lo que solicita a los demás, no
busca excusas para quebrantar la norma establecida para todos.

Así pues, el liderazgo no consiste en comunicar bien, asesorar al líder no


pasa solo por diseñar una estrategia de comunicación, una política de
marketing. Solo pueden acceder a la condición de líder aquellas personas
que son honestas, generosas, emocionales, transparentes, humildes,
respetuosas, decididas, eficaces, conciliadoras, rectas, ejemplares y se
mueven por motivaciones valiosas, no por el interés particular.

Liderazgo en momentos de crisis o dificultad


El líder en momentos de crisis o dificultad transmite tranquilidad, desde el
respeto y la seriedad del momento, se mueve con honestidad, desde el rigor y
nunca persigue su interés personal, asume responsabilidades, no señala
culpables, ayuda, busca soluciones…
Muchas personas están quedando retratadas con su
comportamiento incompetente, irresponsable, insolidario e incívico ante la
gravedad de esta pandemia. Queda retratado el líder político que busca arrimar
el ascua a su sardina y piensa más en su interés, en cómo gestionar la crisis en
términos de votos, queda señalado quien no ha protegido a los profesionales
que nos cuidan (personal sanitario) y quien ha desprotegido a los ancianos en
las residencias de mayores, también ese empresario que aprovechará la
situación para sanear la cuenta de resultados, el estudiante que pedirá el
aprobado general, ese energúmeno que agrede a su pareja aprovechando el
confinamiento, el irresponsable e insolidario que no se queda en casa y pone
en peligro la salud de los demás, el desaprensivo que sigue tratando de
engañar o delinquir… A continuación, señalo algunas actitudes que acercan y
otras que alejan del liderazgo.

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