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AIMARA

El aimara, a veces escrito

aymara, es la principal lengua

perteneciente a las lenguas


aimaraicas. Este idioma es
hablado en diversas variantes,
por el pueblo aimara en
Bolivia (donde es una de las
lenguas amerindias

mayoritarias), en Perú,

Argentina y Chile. El idioma es cooficial en Bolivia5 y en el Perú6 junto con el


español. Constituye la primera lengua de un 18 % de la población de Bolivia y
es el principal idioma amerindio del sur peruano y el norte chileno. La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco) considera que este idioma se encuentra en situación «vulnerable» de
cara a su supervivencia futura. En el caso de Argentina sigue siendo hablado
por las comunidades Aymaras que conviven junto con los Quechuas en el norte
del país.

Esta lengua fue estudiada por primera vez por el jesuita italiano Ludovico
Bertonio a finales del siglo XVI. Mientras se encontraba como misionero en Juli
(Chucuito, Puno), realizó la primera transcripción fonética de esta lengua
utilizando caracteres latinos, aunque tiene demasiadas imprecisiones debido a
las faltas de correspondencia fonética.

Ellen Ross es la primera lingüista moderna que realiza un estudio a fondo en


1963. No obstante, los trabajos más importantes fueron realizados por Juan de
Dios Yapita y la Escuela de Florida en la década de 1960 con Marta J.
Hardman a la cabeza, que participaron en la preparación del material para la
enseñanza de la lengua aymara en la Universidad de Florida.

Existe un Instituto de la Lengua y la Cultura Aymara (ILCA), fundado en 1972


por Juan de Dios Yapita, diseñador de un importante alfabeto aymara.
HUITOTO
Los uitoto, witoto, güitoto o murui-
muinane son una etnia o pueblo
indígena de la Amazonía colombiana
y peruana, cuyo territorio originario se
encontraba en la parte media del río
Caquetá y sus afluentes, y la zona
selvática que va hasta el río
Putumayo. Hablan una lengua de la
familia bora-witoto.
En la actualidad se encuentran
dispersos en varias regiones del
Amazonas, habitando la región
conocida como el Medio Amazonas
colombiano así como un importante
sector peruano en la frontera con Colombia.
Los primeros contactos significativos se dieron alrededor de la explotación del
caucho en 1886. En 1901 las zonas del Caquetá y el Putumayo tenían 22
colonias extractoras de caucho, en su mayoría de colombianos, todos con
mano de obra uitoto. Esta situación cambió rápidamente cuando en 1903
ingresó a la extracción del caucho la Casa Arana o Peruvian Amazon
Company, cuyo propietario era Julio César Arana.
Producto de esa esclavitud la población fue diezmada en grandes
proporciones, reubicada en lugares ajenos a su territorio original y su
organización social fue seriamente alterada.
Esta situación permaneció hasta cuando tuvo lugar el llamado Conflicto
Colombo Peruano en la década de 1930, ya que siendo peruanos los
caucheros tuvieron que retirarse al sur del río Putumayo y en los alrededores
del río Tarapacá, al sur del río Amazonas.
En los últimos años del siglo XX este grupo se ha visto envuelto en conflictos
como los procesos de colonización y las “bonanzas económicas” entre las que
se encuentran: el tráfico de pieles de animales silvestres, el narcotráfico, la
explotación de oro y la explotación maderera, entre otros.
Al igual que el resto de indígenas en Colombia, los uitoto vienen en un proceso
de reconocimiento con el resto de la sociedad nacional en donde se les ha
legalizado sus territorios y participan, de alguna manera, en la administración
pública. Se encuentran organizados en el Consejo Regional Indígena del Medio
Amazonas CRIMA, junto con otras etnias con las cuales comparten su
cosmovisión, los que son Bora, Miraña, Andoke, Nonuya, Ocaina y Muinane.
LENGUA JIBARO

Nativos jíbaros

La lengua jíbaro (jívaro o hívaro, shuara, achuara o achual, maina) consiste de


2 lenguas emergentes, la jíbaro propiamente dicha, hablada en Loreto, Perú, y
Oriente, Ecuador, por algo menos de 50.000 personas. La otra lengua es la
awaruna (aguaruna), autónimo awahun, hablada en Amazonas, Perú, por unas
25.000 personas.

La lengua jíbaro es una de las lenguas más populosas de las tierras bajas de
Sudamérica. El nombre jíbaro es el mismo que shuara y se trata de una
españolización de una antigua pronunciación indígena de algo que sonaba
parecido. Algunos lingüistas sostienen que sólo hay una lengua jíbara aunque
reconocen que la awaruna es el dialecto más diverso. Una lengua muerta,
palta, se piensa que pudo pertenecer al jíbaro pero está pobremente
documentada y muestra poco parecido.
LENGUA MACHIGUENGA
El machiguenga o matsiguenga es una lengua arahuaca nativa de la selva
amazónica del centro y sur de Perú. En la actualidad se calcula que cerca de
15 000 personas pertenecen a este grupo étnico y, por lo menos 12 000 hablan
la lengua. La mayor concentración está en la cuenca del río Urubamba, en el
departamento del Cusco, y una pequeña cantidad, en la cuenca del Manu, en
el departamento Madre de Dios.
Es una lengua polisintética con morfología aglutinante. Algunos lingüistas la
consideran casi exclusivamente de carácter núcleo-marcador (head-marking).
Los marcadores verbales de persona son argumentos; sin embargo, no se
puede afirmar que, por esto, sea un idioma de tipo argumento pronominal,
porque los marcadores de persona no son obligatorios, y es posible
reemplazarlos con una frase nominal referencial.
El machiguenga se habla en la cuenca del Urubamba y del Alto Madre de Dios.
Se reconocen tres variedades dialectales: Manu, Alto Urubamba, Bajo
Urubamba, completamente intercomprensibles, aunque no completamente
estudiadas. Hasta el siglo pasado, la frontera étnica entere quechuas y
matsiguengas por el Urubamba era el poblado de Illapani. En la actualidad, la
presencia de colonos de origen quechua, ha avanzado hacia el norte; pero no
ha hecho retroceder poblaciones tradicionales como Chirumbia y Koribeni, que
son las comunidades más al sur en el territorio matsiguenga. Por el Bajo
Urubamba, los matsiguenga tuvieron por vecinos a los yine del Sepahua. Tal es
su territorio actual.y
Existen gramáticas y diccionarios preparados por el Instituto Lingüístico de
Verano y una muy buena gramática de corte histórico, de Fray José Pío Aza
(primera edición, 1924; edición crítica, 2004), y un diccionario del mismo autor,
con una edición única de 1923, rarísima. Hay también nuevos testamentos,
transcripciones de la tradición oral y manuales de alfabetización. Aunque
recientemente se ha querido establecer un alfabeto de corte más fonológico,
las personas de mayor edad emplean el alfabeto ILV.
QUECHUA
El quechua o quichua es una familia de
idiomas originarios de los Andes
centrales que se extiende por la zona
occidental de América del Sur a través

de siete países.5 Para el año 2004 la

cantidad de hablantes de lenguas


quechuas se estimaba entre ocho y diez
millones.5. Según datos estadísticos del censo de 2018, en el Perú la población
de quechuahablantes ha aumentado, en comparación al año 2007

Esta familia lingüística se habría originado en un territorio que se


correspondería con la región central y occidental de lo que actualmente es
Perú.7 En el siglo v, se separaron dos ramas de la familia; el Quechua I hacia
el norte y el Quechua II hacia el sur. Hacia el siglo xv, la llamada lengua
general se convirtió en una importante lengua vehicular y oficial por el Estado
incaico. Esta variante fue la lengua más importante empleada para la
catequesis de los indígenas durante la administración española. En el siglo xx,
el castellano sobrepasó al quechua como lengua mayoritaria en el Perú. El
quechua sureño, descendiente de la lengua general colonial, es la lengua
quechua más extendida, seguido del quichua norteño (de Ecuador, Colombia y
Loreto) y del quechua ancashino. En la década de 1960, estudios
dialectológicos determinaron la existencia de lenguas separadas dentro del
quechua.

Las lenguas quechuas tienen una morfología aglutinante, con raíces regulares
y repertorios amplios de sufijos productivos, que permiten formar palabras
nuevas de forma regular. Entre sus rasgos gramaticales, se distingue la fuente
de la información o evidencialidad, varios casos nominales, un nosotros
inclusivo y otro excluyente, el beneficio o la actitud del hablante al respecto de
una acción, y opcionalmente el tópico. Los verbos transitivos concuerdan con el
sujeto y el objeto. Expresan predicaciones nominales yuxtaponiendo el sujeto y
el atributo. A diferencia del español, el quechua funciona sin artículos o
conjunciones [cita requerida] y sin distinguir géneros gramaticales.

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