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UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
COLECTIVO: PEDAGOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
JENNY LORENA PATIÑO MEJIA

PEDAGOGIAS PARA LA MEMORIA HISTORICA: REFLEXIONES Y


CONSIDERACIONES PARA UN PROCESO DE INNOVACIÓN EN EL AULA

Este texto, es el resultado de una serie de investigaciones realizadas en el


seno de “El proyecto Educación Para la Memoria: Reflexionando sobre la Memoria
Histórica en las Escuelas Colombianas” que fue formulado por el laboratorio de
“Cognición aplicada, educación y medios”, de la Universidad Nacional de Colombia
en el año 2015.

El artículo expone, cómo a través de talleres explorativos organizados de


forma secuencial, los participantes del laboratorio buscaban generar en los
estudiantes de un colegio, una conexión entre los eventos históricos significativos
con relación al conflicto armado y sus propias cotidianidades.

Para empezar, los autores enmarcan la propuesta pedagógica bajo seis


principios expuestos por Seixas y Peck (2004), sobre las estructuras cognitivas en la
vinculación de historia al aula. El primer elemento retomado, es la significancia: es
decir, los talleres apuntaban a discriminar cuáles hechos son más representativos
en la historia del conflicto y por qué; el segundo elemento es lo epistemológico, que
busca identificar con ayuda de los estudiantes las diversas fuentes de información,
contrastarlas y elegir la que más se ajuste a las necesidades; El tercer elemento es
la continuidad y cambio, que apunta por identificar esos procesos de continuidad y
cambio social en la línea histórica de Colombia; El cuarto elemento denominado,
progreso y cambio, apuntala por identificar en determinados momentos sociales su
auge y apogeo contextualizados; El quinto elemento corresponde a la empatía y el
juicio moral, este es quizá, el elemento clave del trabajo, pues propende porque los
estudiantes que participaron en el ejercicio logren identificar perspectivas diferentes
a las propias y logren establecer una conexión emocional con los hechos; por
último, el sexto elemento se denomina agencia histórica, y se constituye en una
apuesta por que los estudiantes logren identificar los grupos sociales influyentes en
el curso de la historia y las relaciones que guardan con las estructuras de poder.

En lo que respecta a la metodología, está fue denominada “en carne propia”,


puesto que, buscaba por medio de una serie de recursos audiovisuales, entrevistas,
representaciones actuadas, dilemas morales, entre otras, lograr que los
participantes experimentaran es ese momento lo que vivieron los diversos actores.
Los momentos históricos elegidos, fueron: Masacre de Bojayá, Genocidio de la
unión patriótica, los magnicidios de Luis Carlos Galán, Álvaro Gómez Hernández y,
por último, el fenómeno de los falsos positivos en Soacha.

La memoria como categoría de análisis

Ahora bien, los autores problematizan la memoria pasiva y la memoria activa,


ya que, el tener un sinnúmero de memorias pasivas (Libros, registros, fotográficos,
monumentos) no garantiza necesariamente la evocación por parte de las personas.
Situación que me traslado necesariamente a Colombia, en donde hay museos, está
la catedra de para la paz en los colegios, los informes producidos por el CNMH junto
con los documentales. Sin embargo, ¿permiten estos ejercicios generar una
evocación significativa por parte de la sociedad? Interrogante que, por ahora,
seguirá abierto.

De este modo, que los investigadores deciden apelar los planteamientos de


Ausubel sobre los “conocimientos subsumidores” los cuales son aprendizajes que
se anclan a las estructuras cognitivas preexistentes, acomodándose o propiciando
una reestructuración de estos. Lo anterior, es un aspecto fundamental, pues
problematiza la enseñanza y sitúa la idea de que la memoria histórica necesita
enseñarse en la escuela por medio de aprendizajes significativos que volqueen al
estudiante a una reacomodación y/o recombinación de sus estructuras cognitivas
preexistentes “y por tanto un cambio comportamental en el aprendiz.” (Londoño;
Carvajal, 2015. Pág. 132).

Anudado a la premisa de que la Memoria Histórica es una memoria viva que


se construye en la interacción social, plantean que, para que este ejercicio alcance
el proceso cognitivo de la evocación-significación es necesario el escenario escolar,
el cual le posibilita al estudiante incorporar los nuevos conocimientos a su estructura
cognitiva, relacionarlos con su contexto, y darles una connotación propia partiendo
de los puentes empáticos y las conexiones emocionales.

El texto concluye, exponiendo los resultados positivos de la investigación,


para lo cual presenta algunos apartados de las entrevistas realizadas, en donde se
observa cómo en los estudiantes emergieron emociones y puentes empáticos con
relación a cada uno de los hechos emblemáticos. El ejercicio le permitió ver a los
autores que los estudiantes experimentaron una amplia gama de emociones: ira,
rabia, impotencia, dolor, tristeza, desolación, culpabilidad entre otras, y, no obstante,
reconocieron la necesidad de actuar en pro de la no repetición.

Para finalizar, rescato de la lectura del texto varios aspectos que nutren
considerablemente mi ejercicio investigativo. En primer lugar, me insta a revisar si
desde la catedra para la paz instituida en los colegios se logra dar significancia a la
memoria, es decir, hacer de la memoria pasiva una memoria activa. En segundo
lugar, a interpelarme si la catedra para la paz, logra generar una conexión
emocional por parte de los estudiantes hacía los hechos ocurridos en marco del
conflicto armado, y de ser así, garantizaría esto el pre-supuesto de la no repetición.
Por ultimo, me lleva a considerar otras apuestas que se están dando al interior de
las escuelas, que apuntan, más allá, de dar un repaso a los acontecimientos de la
historia, a generar un vínculo con la misma.

REFERENTES
Londoño, J. G. & Carvajal, J. P. (2015). Pedagogías para la memoria histórica:
reflexiones y consideraciones para un proceso de innovación en el aula.
Ciudad Paz-Ando, 8(1), 124-141

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