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En 2002, 39 cuadros de la artista estuvieron a punto de perderse en remates de
arte
Remedios Varo y un juicio tan surrealista como sus
pinturas
Una sobrina de la pintora, movida por la ambición, quiso heredarla, cuenta el
entonces director del Indautor Ignacio Otero
El abogado halló el contrato en el que la creadora da los derechos a su pareja
Walter Gruen, quien donó las piezas al pueblo de México, por lo que logran
quedarse en el país
JOSELYN CASTRO
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de octubre de 2013, p. 2

En el 50 aniversario luctuoso de Remedios Varo –8 de octubre– hay un motivo de


celebración: sus obras pertenecen al pueblo de México luego de que en 2002 estuvieran
a punto de perderse a raíz de un juicio de petición de herencia promovido por Beatriz
Varo Jiménez, sobrina de la pintora.

Ignacio Otero, abogado, narra en entrevista con La Jornada su experiencia en el


caso. Cuando empezó el proceso fungía como director del Registro Público del Derecho
de Autor. El jurista asegura que el litigio fue tan surrealista como las pinturas de
Remedios.

Cuando murió la artista en 1963, faltaban seis meses para que se cumpliera el plazo
que fijaba la ley, en ese entonces, para validar su concubinato con su pareja sentimental
Walter Gruen (1914-2008). Varo murió intestada, por lo que ante la ley, todos sus
bienes serían cedidos a los familiares más cercanos; no obstante, ella tuvo la precaución
de ceder los derechos tanto materiales como morales de toda su obra a Gruen, mediante
un contrato notariado y certificado por el doctor Guillermo Floris Margadant.

En 1994, Beatriz Varo encuentra en casa de un familiar en España el cuadro de su


tía Naturaleza muerta resucitando (1963) y lo ofrece a la casa Sotheby’s, que lo vendió
en 550 mil de dólares.

A partir de ese hecho a la sobrina la mueve la ambición, asegura Otero.

En 2002 reclama como parte de la masa hereditaria las 39 pinturas que se


encuentran en el Museo de Arte Moderno (MAM). Los cuadros se exhibían en el recinto
luego que Gruen y su esposa Alexandra Varsoviano los cedieron al pueblo de
México (La Jornada 28/02/2002).
Así comenzó un litigio que duró seis años. El problema fue que no emplearon los
recursos de apelación adecuados cuando Beatriz reclamó en México las pinturas de
Remedios, valuadas en más de 15 millones de pesos, dice el también catedrático.

El 14 de enero de 2004, la tercera sala familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal emitió una sentencia para que el Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA) comprobara que era albacea de las obras de Varo.

Le preguntaron al INBA si tenía en su poder obras de Remedios Varo y


respondieron que sí. ¡Grave error!, las pinturas no eran de Remedios, por lo que no
podían ser reclamadas como parte de la herencia, las obras eran de la Federación, es
decir, del pueblo de México, señala el entrevistado.

El primer recurso de apelación fue un grueso expediente de 2 mil 500 fojas, en el


que se mostraron documentos probatorios que se obtuvieron cuando se hicieron las
fichas técnicas para montar las pinturas en el MAM.

Fragmento de El gato helecho, imagen tomada de Remedios Varo, catálogo razonado, editado por ERA

A pesar de esto, el juzgado décimo tercero de lo familiar emitió el 15 de marzo de


2005 una sentencia en la que condenaba al INBA a entregar las piezas a Beatriz Varo
Jiménez.

Se ignoraron las pruebas, detalla el abogado. En su momento, Javier Andrés


Oropeza, director jurídico del INBA, aseguró que la juez Margarita Gallegos y la
magistrada Rebeca Pujol no dieron ningún valor al amparo interpuesto, por lo que
apelarían de la sentencia.

Algunos especialistas opinaron entonces que tanto la juez como la magistrada


debieron declararse incompetentes, puesto que estaban en conflicto bienes propiedad de
la nación, sujetos a la jurisdicción federal, lo cual no correspondía a su ámbito.

Se estableció el 28 de marzo de 2005 como fecha límite de apelación de recurso. El


INBA lo presentó y quedó en suspenso la sentencia que ordenaba al instituto entregar a
más tardar el 29 de abril de 2005 las obras a Varo Jiménez.

La juez pidió al INBA presentar una garantía de medio millón de pesos mediante un
depósito en efectivo, un billete equivalente de Nafinsa, o una fianza otorgada por una
compañía, petición que según el entrevistado fue excesiva, además de improcedente.

Luego de la apelación, el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor)


encontró entre sus registros el contrato que suscribió Remedios Varo en vida para ceder
los derechos de su obra a Gruen. Con lo que la historia dio un vuelco, señala el
entrevistado.

Se apeló ante un tribunal unitario de circuito y se dio parte a la Procuraduría General


de la República (PGR), ya que ésta, agrega, es la encargada de velar por la salvaguarda
de los bienes de la nación.

Al intervenir la PGR se promovió un juicio de amparo que fue concedido el 15 de


diciembre de 2005.

Finalmente, el 11 de enero de 2008, la titular del juzgado décimo tercero de lo


familiar, María Margarita Gallegos López, emitió una sentencia donde señaló que la
Federación, entendida como la nación mexicana, es la única y legítima propietaria de las
39 obras de Remedios Varo.

Actualmente, el MAM cuenta con estas piezas en su acervo permanente; se exhiben


al público en el espacio Colección Isabel Gruen Varsoviano: en memoria, el cual se
inauguró el 13 de febrero de 2008.

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