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Riesgo Público es un suceso que puede afectar a una persona o a una comunidad determinada, sin
necesidad que estas tengan alguna característica en particular. En ese sentido, el hecho de estar
vivos nos hace estar en riesgo.

Generalmente percibimos las cosas de manera


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limitada. Este es el caso de la definición del llamado “RIESGO PÚBLICO”. Un riesgo entraña la posibilidad
de un suceso que nos afecte por su potencial daño. Así por ejemplo, la noción de “riesgo público” o
“riesgo psicosocial”, en materia de salud ocupacional, comprende dentro de este concepto, ciertos actos mal
intencionados que afectan la salud de los trabajadores, como es el caso de las lesiones producidas en un robo
a un mensajero, o un evento de los conocidos como fleteo, es una definición restringida, en la medida en que
se aplica para esos efectos exclusivamente.
Aún dentro de la misma salud ocupacional, algunas actividades consideradas como riesgos
profesionales, susceptibles de causar daño, pueden provenir de hechos de la naturaleza, como
una epidemia o una inundación. Estos fenómenos naturales pueden desencadenarse, a su vez, por otro
tipo de hechos jurídicos como el incumplimiento de funciones públicas –mal mantenimiento del
alcantarillado– por actos propios de una organización: asentar una sede en zonas de alto riesgo o construirlas
sobre terrenos inestables. Tales conductas generan un riesgo al que el público en general está expuesto, pero
dentro de la clasificación acostumbrada en salud ocupacional, no se les considera “riesgo público”.
Menos visibles, en su carácter de públicos, son aquellos actos susceptibles de generar otro tipo de
perjuicios, de otra índole o naturaleza diferente a la salud de los miembros de una organización. Por
ejemplo, la vulnerabilidad empresarial ante la arbitrariedad de algunos funcionarios, o las decisiones
gubernamentales o legislativas, sobre trámites, competencias, régimen laboral o de situaciones de coyuntura
económica como las crisis, la corrupción o los periodos inflacionarios, las presiones indebidas de las
comunidades, el hostigamiento de la delincuencia, la ineficiencia, el desorden o el despilfarro público.
Tampoco es fácilmente percibible la forma como estos fenómenos se pueden concatenar. Por ejemplo, es
prudente analizar cómo determinados eventos desencadenan una serie de efectos perversos en cascada,
como las secuelas del mal ordenamiento territorial, la falta de conciencia con el medio ambiente. Obsérvese
como las inundaciones afectaron actividades económicas como las agroindustriales, con el deterioro de las
respectivas finanzas familiares.
En este escenario son previsibles las protestas y desmanes, por lo cual el concepto de “riesgo público”
tradicional, caracterizado por los llamados “actos mal intencionados” de terceros claramente se incrementa.
La extensión de la crisis puede exacerbar los ánimos; entre más grave sea su marginalidad, es MAYOor la
agresividad de la protesta, e inversamente proporcional, es menor el auxilio. Igualmente, supongamos que
estas situaciones anómalas suelen ser utilizadas por grupos específicos de interés, tal como los políticos
deshonestos, los movimientos subversivos, la delincuencia común u organizada, o los carruseles de la
corrupción, entre otros.
¿Que tiene que ver esta disertación con la definición de riesgo público?, que su manejo compete a las
autoridades y que hasta ahora ha sido indiferente al sector privado. Sobre los factores y agentes que causan
tales riesgos, se carece de gobernabilidad o esta es mínima. En las Jornadas Internacionales de
Confrontación en Seguridad, que se llevarán a cabo el 26 y 27 de abril de 2012, en el Club El Nogal de
Bogotá, en su trigésimo tercera edición , usted y su empresa aprenderán cual es la responsabilidad que
deben tener frente al riesgo público.
Se presentará la nueva visión que la comunidad y en especial el sector empresarial, necesitan tomar, ya no
frente al “riesgo público”, sino a los “riesgos públicos” a los que todos estamos expuestos.
Todo depende de cómo avistar los síntomas y diagnosticar estas posibilidades, cómo pronosticar su probable
magnitud y en especial formular el tratamiento al prevenirlos, controlarlos, asumirlos o transferirlos.
Tenemos entonces que a partir de la definición de “riesgos públicos”, la visión frente a su manejo, el estudio
de las medidas pertinentes, y la necesidad de recurrir para ello a distintas formas de percepción de las
situaciones, nos conducen a la imperiosa necesidad de repensar la seguridad. Los gerentes tienen la función
de administrar las empresas, pero también la obligación de protegerlas. Percepción, prevención, protección y
preservación, se convierten en los 4 criterios esenciales para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la
situación, que deben ser comprendidos e interiorizados por directivos y funcionarios.
Nos tomamos muy enserio la seguridad; ¿Usted y su empresa están preparados para afrontar
fenómenos que pongan en consideración su seguridad?
Si no es así, el momento de estarlo.

MOMENTOS DE RIESGO PUBLICO


Recordemos que riesgos públicos son todos aquellos aspectos que se viven en espacios públicos y que
pueden poner en riesgo la vida y la integridad física de las personas. Por lo general están relacionados con
tránsito y violencia.
Ten presente, las siguientes recomendaciones:
 Preincidentes
Son aquellos factores que ocurren antes de que el hecho pase. Situaciones o actos sospechosos que nos
pueden estar alertando de que estamos en terreno de riesgo, por ejemplo:
 Un carro inusual   Un vehículo que nos
abandonado en la vía pública. adelanta, abusando de la
 Una calle sola y al final dos velocidad.
personas paradas en la  Una amenaza de paro
esquina. armado en determinada zona.
Son señales que nos están alertando de que algo puede pasar; de ahí que sea tan importante, asegurarnos
de tener información previa del sitio que vamos a visitar, además de aplicar estrategias como:
 Bajar el perfil en lugares específicos (quitarse los accesorios, evitar sacar el celular…)
 Aplicar todas las medidas de seguridad que tenemos a la mano (subir el vidrio del carro, poner los
seguros…).
 Agudizar la capacidad de observación.
 Evitar dar más información de la necesaria (teléfono, filas de banco, sitios nocturnos…).
 Tener presente que el perfil de los delincuentes ha cambiado, hoy se les puede ver bien vestidos; utilizan
a mujeres bonitas, ancianos y niños; y se visten de trabajadores públicos, entre otras estrategias.
 Durante el incidente o accidente
Si ya nos encontramos siendo víctimas de una situación de violencia, por ejemplo, un robo, es clave seguir
recomendaciones como:
 Conservar la calma.
 Informarle a los delincuentes todos los movimientos que vamos a realizar (me voy a quitar el cinturón de
seguridad, voy a sacar el celular…)
 Abstenerse de mirar al victimario a los ojos, es posible que piense que lo estamos retando. Lo mejor es
mirarlo a la altura de los hombros.
 Hacerle sentir al atracador que él tiene el control.
 Intentar identificar señales en el cuerpo del agresor que puedan servir para la investigación (cicatrices,
lunares, tatuajes, piercing…)
 Después de ser víctima de riego público
Tomarse un tiempo para tranquilizarse, ganar en confianza, analizar las causas e incorporar hábitos de vida
que nos protejan contra situaciones similares en el futuro. Algunas corrientes psicológicas recomiendan
además hacer uso de la resiliencia, capacidad de aprender de los momentos adversos para volver al estado
normal, acudiendo a la autoestima.

¿QUÉ SON LOS RIESGOS PSICOSOCIALES?

Cuando nos desempeñamos en ambientes en los que nuestro bienestar se ve perjudicado, puede que
estemos en presencia de riesgos psicosociales. Conoce más sobre estas situaciones y cómo enfrentarlas en
tu lugar de trabajo.
De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los riesgos psicosociales son “aquellas
características de las condiciones de trabajo que afectan a la salud de las personas a través de mecanismos
psicológicos y fisiológicos, a los que se llama estrés”.
El estrés laboral -o relacionado al trabajo- está determinado por la organización del ambiente de trabajo, su
diseño y las relaciones laborales. Este se presenta cuando las exigencias del trabajo no calzan o exceden las
capacidades, recursos o necesidades del trabajador; o cuando el conocimiento y habilidades de un trabajador
o un grupo de colaboradores, no calzan con las expectativas de la cultura organizacional de una empresa.
Hoy los riesgos psicosociales se pueden clasificar en 6, los cuales están evaluados y validados de acuerdo a la
realidad de nuestro país según el Ministerio de Salud.

De esta forma tenemos podemos identificar:

Factor Descripción

Se refiere la seguridad y estabilidad en el trabajo;


formas de comunicación y acceso a la información;
relación trabajo y vida familiar; ausentismo por
Organización y condiciones del empleo
enfermedad; acciones de retorno al trabajo y
cumplimiento de normativas de salud y bienestar en
el trabajo.

Hace referencia a las posibilidades de desarrollo en


el trabajo; la influencia; el control sobre los tiempos
Trabajo activo y desarrollo de habilidades
de trabajo; la libertad para la toma de decisiones; la
integración en la empresa y el sentido del trabajo.

Exigencias de tipo cuantitativas; emocionales; de


Demandas psicológicas
esconder emociones; sensoriales y cognitivas.

Existencia de situaciones de hostigamiento


Violencia y acoso
emocional, físico o sexual.

Alude a la existencia de claridad de rol; conflicto de


roles; evalúa la calidad del liderazgo; la calidad de
la relación con los superiores; el apoyo social de los
Relaciones al interior del trabajo
superiores; calidad de la relación con los
compañeros de trabajo y apoyo social de los
mismos.

Apunta a las preocupaciones que las tareas


Doble presencia domésticas y/o del ambiente familiar producen en el
trabajador(a).
Para enfrentar estos escenarios, se ha diseñado un protocolo de vigilancia, el que busca registrar la
existencia y magnitud de estos factores en las distintas organizaciones de nuestro país, elaborando
recomendaciones para disminuir la incidencia y prevalencia del estrés laboral, además de otros problemas
relacionados con la salud mental de los trabajadores.
Mediante resolución exenta N° 336 fue aprobado el “Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el
trabajo”, que entró en vigencia el 1 de septiembre de 2013 y cuyo objetivo es contar con un instrumento que
entregue orientaciones técnicas para valorar, medir y evaluar la exposición de los trabajadores a riesgos
psicosociales al interior de las empresas y organizaciones del país.
Durante este proceso la autoridad Sanitaria y la Dirección del Trabajo inspeccionaron y fiscalizaron a
cualquier empresa u organización, solicitando que los riesgos sean evaluados y auto gestionados por parte de
cada empleador. Este proceso se realiza respondiendo el cuestionario SUSESO ISTAS 21 en su versión breve,
previo cumplimiento de varias etapas señaladas y ejemplificadas en nuestro Manual ACHS Aplicación de
Protocolo de Riesgos Psicosociales (ver aquí).
Los resultados de esta evaluación deben ser gestionados por la empresa y entregados a nosotros, como
Organismo Administrador, independiente del nivel de riesgo que obtengan, a través del experto en la casa
matriz ACHS de cada empresa.
Si buscas más información sobre la evaluación de riesgos psicosociales, encuéntrala en nuestro sitio web en
la sección Empresas.

Riesgos psicosociales

Riesgos psicosociales son las condiciones presentes en una situación laboral directamente relacionadas con
la organización del trabajo, con el contenido del puesto, con la realización de la tarea o incluso con el
entorno, que tienen la capacidad de afectar al desarrollo del trabajo y a la salud de las personas
trabajadoras. En la actualidad, los riesgos psicosociales son una de las principales causas de enfermedades y
de accidentes laborales. [1]
Índice
Concepto Editar
Los factores o riesgos psicosociales son funciones en las que se divide tradicionalmente la prevención de
riesgos laborales (las otras áreas son el riesgo biomecánico, la seguridad y la higiene). Los riesgos
psicosociales se originan por diferentes aspectos de las condiciones y organización del trabajo. Cuando se
producen tienen una incidencia en la salud de las personas a través de mecanismos psicológicos y
fisiológicos.
Causas Editar
Las causas que originan los riesgos psicosociales son muchas y están mediadas por las percepciones,
experiencias y personalidad del trabajador. Algunas de ellas sonː
- Características de la tarea (monotonía, repetitividad, excesiva o escasa responsabilidad, falta de
desarrollo de aptitudes, ritmo excesivo de trabajo, etc).
- Estructura de la organización (falta de definición o conflicto de competencias, comunicación e
información escasa o distorsionada, pocas o conflictivas relaciones personales, estilo de mando autoritario,
etc).
- Características del empleo (mal diseño del puesto, funciones o tareas del puesto o cargo, falta de la
seguridad o higiene, salario inadecuado, etc).
Consecuencias Editar
Los efectos de la exposición a los riesgos psicosociales son diversos y se ven modulados por las
características personales. Algunos de los efectos más documentados son:
- Problemas y enfermedades cardiovasculares.
- Depresión, ansiedad y otros trastornos de la salud mental,
- El dolor de espalda y otros trastornos músculo esqueléticos,
- Trastornos médicos de diverso tipo (respiratorios, gastrointestinales, etc).
- Conductas sociales y relacionadas con la salud (hábito de fumar, consumo de drogas, sedentarismo, falta
de participación social, etc).
- Absentismo laboral.
Evaluación de los riesgo psicosociales Editar
La evaluación de riesgos es un paso necesario para detectar, prevenir y/o corregir las posibles situaciones
problemáticas relacionadas con los riesgos psicosociales. El ser humano no es una máquina de producir. Se
trata normalmente de una evaluación multifactorial, que tiene en cuenta aspectos de la tarea, la organización
del trabajo, el ambiente, el desempeño, etc.
Uno de los ejes principales de la evaluación de riesgos psicosociales es la participación de los
trabajadores en todo el proces

Los riesgos psicosociales y el estrés en el trabajo

Los riesgos psicosociales y el estrés laboral se encuentran entre los problemas que más dificultades plantean
en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo. Afectan de manera notable a la salud de las personas,
de las organizaciones y de las economías nacionales.
En torno a la mitad de los trabajadores europeos consideran que el estrés es un elemento común en sus
lugares de trabajo, y contribuye a cerca de la mitad de todas las jornadas laborales perdidas. Como muchas
otras cuestiones relativas a la enfermedad mental, el estrés suele interpretarse mal o estigmatizarse. No
obstante, si los riesgos psicosociales y el estrés se plantean como un problema de las organizaciones, y no
como un defecto personal, se pueden gestionar como cualquier otro riesgo para la salud y la seguridad en el
trabajo.
¿Qué son los riesgos psicosociales y el estrés?

Los riesgos psicosociales se derivan de las deficiencias en el diseño, la organización y la gestión del trabajo,
así como de un escaso contexto social del trabajo, y pueden producir resultados psicológicos, físicos y
sociales negativos, como el estrés laboral, el agotamiento o la depresión. Algunos ejemplos de condiciones de
trabajo que entrañan riesgos psicosociales son:

cargas de trabajo excesivas;

Exigencias contradictorias y falta de claridad de las funciones del puesto;


Falta de participación en la toma de decisiones que afectan al trabajador y falta de influencia en el modo en
que se lleva a cabo el trabajo;
Gestión deficiente de los cambios organizativos, inseguridad en el empleo;
Comunicación ineficaz, falta de apoyo por parte de la dirección o los compañeros;
Acoso psicológico y sexual, violencia ejercida por terceros.
Al analizar las exigencias del trabajo, es importante no confundir riesgos psicosociales como una carga de
trabajo excesiva con situaciones que, aunque estimulantes y a veces desafiantes, ofrecen un entorno de
trabajo en el que se respalda al trabajador, que recibe la formación adecuada y está motivado para
desempeñar su trabajo lo mejor posible. Un entorno psicosocial favorable fomenta el buen rendimiento y el
desarrollo personal, así como el bienestar mental y físico del trabajador.
Los trabajadores sienten estrés cuando las exigencias de su trabajo son mayores que su capacidad para
hacerles frente. Además de los problemas de salud mental, los trabajadores sometidos a periodos de estrés
prolongados pueden desarrollar problemas graves de salud física, como enfermedades cardiovasculares o
problemas musculo esqueléticos.

Para la organización, los efectos negativos se traducen en un mal rendimiento global de la empresa, aumento
del absentismo, «presentismo» (trabajadores que acuden trabajar cuando están enfermos pero son incapaces
de rendir con eficacia) y unos mayores índices de accidentes y lesiones. Las bajas tienden a ser más
prolongadas que las derivadas de otras causas, y el estrés relacionado con el trabajo puede contribuir a un
aumento de los índices de jubilación anticipada. Los costes que acarrea a las empresas y a la sociedad son
cuantiosos y se han estimado en miles de millones de euros a nivel nacional.

os riesgos psicosociales perjudican la salud de los trabajadores y trabajadoras, causando estrés y a largo
plazo enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas,
endocrinológicas, musculo esqueléticas y mentales. Son consecuencia de unas malas condiciones de trabajo,
concretamente de una deficiente organización del trabajo.
 
El estrés, el acoso y el malestar físico y psíquico que sufren muchos trabajadores y trabajadoras son
resultado de una mala organización del trabajo y no de un problema individual, de personalidad o que
responda a circunstancias personales o familiares.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales considera que la organización del trabajo forma parte de las
condiciones de trabajo que influyen en la salud y seguridad de los y las trabajadoras, entre otros mecanismos
a través de la exposición nociva a los riesgos psicosociales. Por ello, las características de la organización del
trabajo deben ser evaluadas, controladas y modificadas si generan riesgos.

La evaluación de riesgos psicosociales debe realizarse utilizando métodos que apunten al origen de los
problemas (principio de prevención en el origen), es decir, a las características de la organización del trabajo
- y no a las características de las personas.

Para la evaluación de los riesgos psicosociales existen métodos avalados por estudios científicos y no debe
aceptarse cualquier método. Los y las trabajadoras, y sus representantes, tienen derecho a exigir la
protección de su salud y para ello a participar propositivamente en todas las etapas de la prevención de
riesgos laborales - también en relación a la prevención de riesgos psicosociales. Como ayuda, está
disponible la  Guía del delegado y delegada de prevención para la intervención sindical: organización del
trabajo, salud y riesgos psicosociales.

Los daños a la salud por riesgos psicosociales no son un problema individual y ha de hacerse prevención para
todos y todas.

Cuáles son los riesgos psicosociales

Son características nocivas de la organización del trabajo, que podemos identificar a través de cuatro
dimensiones:
1. exceso de exigencias psicológicas: cuando hay que trabajar rápido o de forma irregular, cuando el
trabajo requiere que escondamos los sentimientos, callarse la opinión, tomar decisiones difíciles y de forma
rápida;
2. falta de influencia y de desarrollo: cuando no tenemos margen de autonomía en la forma de realizar
nuestras tareas, cuando el trabajo no da posibilidades para aplicar nuestras habilidades y conocimientos o
carece de sentido para nosotros, cuando no podemos adaptar el horario a las necesidades familiares, o no
podemos decidir cuándo se hace un descanso;
3. falta de apoyo y de calidad de liderazgo: cuando hay que trabajar aislado, sin apoyo de los superiores
o compañeros y compañeras en la realización del trabajo, con las tareas mal definidas o sin la información
adecuada y a tiempo;
4. escasas compensaciones: cuando se falta al respeto, se provoca la inseguridad contractual, se dan
cambios de puesto o servicio contra nuestra voluntad, se da un trato injusto, o no se reconoce el trabajo, el
salario es muy bajo, etc.
5. la doble presencia: el trabajo doméstico y familiar supone exigencias cotidianas que deben asumirse de
forma simultánea a las del trabajo remunerado. La organización del trabajo en la empresa puede impedir la
compatibilización de ambos trabajos, a pesar de disponer de herramientas y normativa para la conciliación de
la vida laboral y familiar. Las mujeres siguen realizando y responsabilizándose del trabajo doméstico y
familiar, por lo que la doble presencia es más prevalente entre el colectivo de mujeres.

DECRETO 480 DE 2009


(Octubre 27)
"Por el cual se adoptan medidas para la prevención y mitigación de situaciones específicas y
concretas que puedan generar riesgo público en Bogotá D. C., y se dictan otras disposiciones"
EL ALCALDE MAYOR DE BOGOTÁ, D. C.
En uso de sus atribuciones constitucionales y legales, en especial las conferidas por los numerales
1 y 6 del artículo 38 del Decreto Ley 1421 de 1993, y,
CONSIDERANDO:
Que Colombia como Estado Social de Derecho tiene entre sus fines servir a la comunidad, promover la
prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la
Constitución Política, en virtud de lo cual las autoridades públicas están instituidas para proteger a todas las
personas en su vida, honra, bienes y demás derechos y libertades.
Que el Estado debe proteger a la Familia como núcleo esencial de la sociedad y garantizar la primacía de los
derechos de los niños y en especial, dar protección a aquellas personas que por su condición económica,
física y mental se encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta.
Que el Decreto Extraordinario 919 de 1989 organizó el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres y otorgó competencias a las entidades territoriales para adoptar un régimen propio sobre
situaciones de desastre o calamidad en sus propios territorios.
Que el Decreto Ley 1421 de 1993 – Estatuto Orgánico de Bogotá - establece en sus artículos 35 y 38
numerales 1 y 6, dentro de las atribuciones del Alcalde Mayor, como primera autoridad de policía en la
ciudad, dictar, de conformidad con la Ley y el Código de Policía del Distrito, los reglamentos, impartir las
órdenes, adoptar las medidas, utilizar los medios de policía necesarios para garantizar la seguridad ciudadana
y la protección de los derechos y libertades públicas, así como hacer cumplir la Constitución, la ley, los
decretos del Gobierno Nacional y los Acuerdos del Concejo y distribuir los negocios según su naturaleza entre
las secretarías, los departamentos administrativos y las entidades descentralizadas.
Que el Decreto Distrital 230 de 2003 asignó funciones para la ejecución del programa de reasentamiento de
familias localizadas en zonas de alto riesgo no mitigable en Bogotá, Distrito Capital.
Que no obstante lo anterior, el mencionado Decreto Distrital 230 de 2003 contempló únicamente las
funciones y acciones de la Administración Distrital para los casos de prevención y mitigación de riesgos en
situaciones de alto riesgo no mitigable, dejando por fuera situaciones específicas y particulares en las que a
pesar de que el riesgo es alto e inminente no se cuenta con los estudios que permitan determinar su
condición de mitigable.
Que es necesario crear los mecanismos jurídicos que permitan a las entidades que conforman el Sistema
Distrital de Prevención y Atención de Emergencias adelantar las acciones relacionadas con la prevención y
mitigación del riesgo público, sin perjuicio de las acciones que normas especiales le otorguen a otras
autoridades distritales y así evitar cualquier riesgo sobre la vida, honra o bienes de los habitantes de Bogotá
D. C., cuando se encuentren en situación de riesgo alto e inminente.
Que la asunción de las actuaciones reguladas en el presente Decreto, por parte de la Administración, se
fundamenta en la defensa de los derechos a la vida, honra y bienes de los habitantes del Distrito Capital, lo
cual no implica la subrogación de la responsabilidad de los particulares que urbanicen y/o construyan
soluciones habitacionales, bien sea sin la realización previa de los estudios de riesgo y las obras de
mitigación, o por el desarrollo de soluciones habitacionales en zonas de alto riesgo no mitigable.
Que por lo anterior, la Administración Distrital conserva su derecho y obligación de requerir y/o repetir contra
las personas naturales o jurídicas responsables de la situación de riesgo público, por el pago de los costos y/o
la realización de las actuaciones que deban asumir, previo a la ejecución de las acciones de mitigación del
riesgo y/o estabilización de las familias afectadas; o con posterioridad a su realización, cuando con base en
este Decreto la Administración las asuma en caso de presentarse renuencia o imposibilidad temporal por
parte de los responsables.
Que en mérito de lo expuesto,
DECRETA:
Artículo 1°. Asignar funciones relacionadas con la prevención y mitigación de riesgos en situaciones
específicas y particulares no comprendidas dentro del marco de los Decretos Distritales 230 de 2003 y 332 de
2004, que puedan generar "Riesgo Público", con el propósito de salvaguardar la vida e integridad física de los
habitantes de las zonas donde se presenten, a las entidades pertenecientes al Sistema Distrital de Prevención
y Atención de Emergencias, como se detalla en los siguientes artículos.
Parágrafo. Para los efectos del presente Decreto, entiéndase como Riesgo Público lo establecido en el
numeral 1º del artículo 3º del Decreto Distrital 423 de 2006, es decir, el daño potencial que sobre la
población y sus bienes, la infraestructura, el ambiente y la economía pública y privada pueda causarse por la
ocurrencia de amenazas de origen natural, socio-natural o antrópico no intencional, que se extiende más allá
de los espacios privados o actividades particulares de personas y organizaciones y que por su magnitud,
velocidad y contingencia hace necesario un proceso de gestión que involucre al Estado y la sociedad.
Artículo 2°. Cuando se presente un evento que no haya sido declarado aún como emergencia de acuerdo
con lo establecido en el Plan de Emergencias de Bogotá, adoptado por la Resolución No. 004 de 2009, en
zonas del territorio del Distrito Capital donde pueda materializarse un Riesgo Público, con la potencialidad de
generar una emergencia, corresponderá a la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias - Fondo de
Prevención y Atención de Emergencias, la realización de una inspección técnica en la cual se hará una
evaluación cualitativa de los hechos, se definirá el área de afectación y se determinará si hay lugar a una
evacuación preventiva de los afectados.
En el evento en que proceda la evacuación preventiva de que trata el presente artículo, la Dirección de
Prevención y Atención de Emergencias - Fondo de Prevención y Atención de Emergencias coordinará la
realización del inventario de viviendas y la evacuación inmediata y provisional de las familias.
Parágrafo. Una vez sea efectuada la evacuación preventiva de las familias, la Dirección de Prevención y
Atención de Emergencias - Fondo de Prevención y Atención de Emergencias, realizará la entrega formal de
los predios o inmuebles evacuados a la respectiva Alcaldía Local para lo de su competencia, en particular
para lo establecido en el numeral 5 del artículo 86 del Decreto Ley 1421 de 1993, en concordancia con lo
señalado por el artículo 192 del Acuerdo 79 de 2003.
Artículo 3°. Asignar a la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias - Fondo de Prevención y
Atención de Emergencias, la realización del pago de la ayuda de relocalización transitoria requerida para los
efectos del presente Decreto, por un término máximo de seis (6) meses, vencidos los cuales la autoridad
competente, de conformidad con las características del evento y el origen del riesgo público, asumirá el pago
a que haya lugar de acuerdo con la decisión del Comité de Seguimiento, de que trata el artículo 9º del
presente Decreto, teniendo en cuenta el estudio técnico.
Artículo 4°. Si conforme a lo previsto en el artículo anterior se establece que el riesgo es mitigable,
corresponderá a la Unidad Administrativa Especial de Rehabilitación y Mantenimiento Vial, de conformidad
con las características del evento y el origen del riesgo público, efectuar los estudios, diseños y construcción
de las obras de mitigación así como la adquisición de predios, si a ello hubiere lugar, de acuerdo con lo
establecido en el literal d) del artículo 109 del Acuerdo 257 de 2006.
Artículo 5°. Si de conformidad con lo dispuesto por el artículo tercero del presente Decreto se establece que
el riesgo no es mitigable se dará aplicación a lo establecido en el Decreto Distrital 230 de 2003.
Artículo 6°. Corresponderá a las Secretarías Distritales de Salud, Educación e Integración Social garantizar a
las familias evacuadas, en el lugar en el que sean reasentadas y por el término de duración de las medidas
adoptadas en virtud de lo establecido en el presente Decreto, el acceso mínimo y digno a los servicios
sociales que se vean directamente afectados con ocasión del evento, con énfasis en seguridad alimentaría,
cuando ello sea determinado de conformidad con el análisis y lineamientos que al respecto adopte el Comité
de Seguimiento conformado para el efecto, con la finalidad de propender por las labores de estabilización
social de las familias evacuadas.
Parágrafo. En todos los casos que ello se requiera y por el tiempo que sea pertinente, la Secretaría Distrital
de Integración Social gestionará el montaje y adecuación y/o pondrá en funcionamiento y administrará los
alojamientos temporales, y las cocinas comunitarias, si es del caso, previos los lineamientos que para el caso
se efectúen desde el Puesto de Mando Unificado PMU que sea dispuesto para el caso y de acuerdo con lo
establecido en la Resolución No. 004 de 2009 – Plan de Emergencias de Bogotá, D.C.
Artículo 7°. En el caso de afectación estructural de las viviendas y/o unidades habitacionales o en el caso
que las mismas amenacen colapso como consecuencia de la ocurrencia del evento, por causa diferente a
amenaza de ruina, las mismas serán evaluadas por la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias de
Bogotá - Fondo de Prevención y Atención de Emergencias.
Si del concepto se desprende que se hace necesaria la demolición de las viviendas, la DPAE comunicará tal
hecho al Inspector de Policía de la Localidad respectiva para el trámite pertinente, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 6º del Decreto Distrital 166 de 2004.
En este evento, la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá – Fondo de Prevención y
Atención de Emergencias, demolerá los inmuebles, que según este artículo, deban ser objeto de intervención.
Artículo  8°. De conformidad con lo establecido en el parágrafo del artículo segundo del presente Decreto,
corresponderá a la Alcaldía Local respectiva, con el concurso de Policía Metropolitana a través de la Estación
de Policía de la respectiva localidad, efectuar el control de la zona para garantizar las condiciones de
seguridad sobre los bienes inmuebles que hayan sido evacuados por relocalización de familias.
Artículo 9°. Para cada evento se conformará un Comité de Seguimiento que verificará que las disposiciones
establecidas en el presente Decreto se cumplan, mediante la coordinación interinstitucional de las entidades
que lo conforman. Este Comité evaluará, validará y hará seguimiento al Plan de Acción del respectivo evento.
El Comité estará conformado por:
1. El (la) Secretario (a) Distrital de Gobierno o su delegado (a).
2. El (la) Alcalde (sa) Local respectivo o su delegado (a).
3. El (la) Secretario (a) Distrital de Salud o su delegado (a).
4. El (la) Secretario (a) Distrital de Integración Social o su delegado (a).
5. El (la) Secretario (a) Distrital del Hábitat o su delegado (a).
6. El (la) Secretario (a) Distrital de Planeación o su delegado (a).
7. El (la) Secretario (a) Distrital de Hacienda o su delegado (a).
8. El (la) Secretario (a) de Educación del Distrito o su delegado (a).
9. El (la) Director (a) de Prevención y Atención de Emergencias o su delegado (a).
10. El (la) Director(a) General de la Caja de la Vivienda Popular o su delegado (a).
11. Los (las) Gerentes de las Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios o sus delegados (as), si fuere
necesario.
Parágrafo 1°. El Comité será coordinado y presidido por la Secretaría Distrital del Hábitat y ejercerá la
Secretaría Técnica la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias como coordinadora del SDPAE,
quien lo convocará.
Parágrafo 2°. A las sesiones del Comité podrán ser convocados los Directores, Representantes o delegados
de otras entidades públicas o privadas.
 Parágrafo 3°. El Comité deberá incluir en el Plan de Acción del respectivo evento los instrumentos jurídicos
mediante los cuales se imponga a los particulares responsables de la urbanización y/o construcción de las
soluciones habitacionales que generen riesgo público a las familias que las habitan, el pago de los costos en
que incurra la Administración Distrital en la mitigación del mismo, ya sea de forma previa a la ejecución de
las obras o con posterioridad a ella.
Artículo 10°. El Comité de Seguimiento a través de la Secretaría Técnica, recopilará la información
necesaria y presentará cada dos (2) meses un informe al Despacho del Alcalde Mayor, por todo el término de
duración de las medidas adoptadas.
Artículo 11°. Para cada evento, las entidades del Sistema Distrital de Prevención y Atención de Emergencias
prepararán los protocolos y procedimientos de actuación, según su competencia, los cuales conformarán el
Plan de Acción que será presentado ante el Comité a que hace referencia el presente Decreto, para su
validación, adopción y seguimiento.
Artículo 12°. El presente Decreto rige a partir de la fecha de su publicación en el Registro Distrital.
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE.
Dado en Bogotá D.C., a los 27 días del mes de Octubre de 2009
SAMUEL MORENO ROJAS
Alcalde Mayor

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