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ARISTOTELES Ἀριστοτέλης

ETICA Y MORAL

JESICA BELEÑO
KETTY DE ARMAS
JENNIFER DE ARMAS
ANDREA IGUARAN
ORLANDO LÓPEZ
LEINIS ORTIZ
ALEJANDRO PINTO
JUAN CARLOS VARGAS

.
PRESENTADO A
ANGELA ORTIZ ROJAS
Docente

UNIVERSIDAD DE LA GUAJIRA
Facultad De Ciencias Económicas Y Administrativas
Programa De Administración De Empresas Semestre IX
Riohacha La Guajira
2020
INTRODUCCION

En contexto filosófico, la ética y la moral tienen diferentes significados. La ética está


relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que guían el
comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las costumbres,
normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad.
Aristóteles (en griego antiguo: Ἀριστοτέλης Aristotélēs; Estagira, 384 a. C.-Calcis,
322 a. C.) fue un filósofo, polímata y científico nacido en la ciudad de Estagira, al
norte de Antigua Grecia. Es considerado junto a Platón, el padre de la filosofía
occidental. Sus ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual
de Occidente por más de dos milenios.

Fue discípulo de Platón y de otros pensadores, como Eudoxo de Cnido, durante los
veinte años que estuvo en la Academia de Atenas. Poco después de la muerte de
Platón, Aristóteles abandonó Atenas para ser el maestro de Alejandro Magno en
el Reino de Macedonia durante casi 5 años. En la última etapa de su vida fundó
el Liceo en Atenas, donde enseñó hasta un año antes de su muerte.

Aristóteles escribió cerca de 200 obras, de los cuales solo se han conservado 31
(ninguna de ellas destinada a la publicación) en el Corpus Aristotelicum sobre una
enorme variedad de temas, entre ellos: lógica, metafísica, filosofía de la
ciencia, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología.
Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que abordó.
Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien
existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo de
Aristóteles, donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al
respecto.

Para Aristóteles, a diferencia de su maestro, solo hay un único mundo, en donde


cada sujeto sensible está compuesto de materia y forma (hilemorfismo), siendo esta
última su esencia. Según el filósofo, el ser humano es un animal racional constituido
por un cuerpo (materia) y alma (forma) y que desea saber y ser feliz. La experiencia
es la fuente del conocimiento y la felicidad se proviene de la virtud propia del alma
humana, razonar. Los hombres viven en comunidad, formando Estados con el fin
de preservar la felicidad de sus ciudadanos. También defendió el valor del arte, la
retórica y la superioridad del varón.

Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación


espontánea, el principio de no contradicción y las nociones
de categoría, sustancia, acto, potencia y primer motor inmóvil. Algunas de sus
ideas, que fueron novedosas para la filosofía de su tiempo, hoy forman parte
del sentido común de muchas personas. Influyó en el pensamiento islámico durante
la Edad Media, así como en la escolástica cristiana. Su ética, aunque siempre
influyente, ganó un renovado interés con el advenimiento moderno de la ética de la
virtud.

Aristóteles consideraba que la ética era un estudio práctico más que teórico, es
decir, uno destinado a ser bueno y hacer el bien en lugar de saberlo por sí mismo.
Sostuvo lo que hoy se llama una ética de las virtudes. Aristóteles considera que
el fin que busca el hombre es la felicidad, que consiste en la vida contemplativa.
La Ética a Nicómaco comienza afirmando que toda acción humana se realiza en
vistas a un fin, y el fin de la acción es el bien que se busca. El fin, por lo tanto, se
identifica con el bien. Pero muchas de esas acciones emprendidas por el hombre
son un "instrumento" para conseguir, a su vez, otro fin, otro bien. Por ejemplo, nos
alimentamos adecuadamente para gozar de salud, por lo que la correcta
alimentación, que es un fin, es también un instrumento para conseguir otro fin: la
salud. ¿Hay algún fin último? Es decir, ¿Hay algún bien que se persiga por sí mismo,
y no como instrumento para alcanzar otra bien? Aristóteles nos dice que la felicidad
es el bien último al que aspiran todos los hombres por naturaleza. La naturaleza nos
impele a buscar la felicidad, una felicidad que Aristóteles identifica con la buena
vida, con una vida buena. Pero no todos los hombres tienen la misma concepción
de lo que es una vida buena, de la felicidad: para unos la felicidad consiste en el
placer, para otros en las riquezas, para otros en los honores, etc. ¿Es posible
encontrar algún hilo conductor que permita decidir en qué consiste la felicidad, más
allá de los prejuicios de cada cual?

La felicidad está en la vida virtuosa La felicidad consistirá en aquello que es más


propio del hombre, es así como llega Aristóteles a una primera aproximación del
concepto de felicidad: “actividad del alma dirigida por la virtud” Es decir la felicidad
no consiste en la sabiduría o la contemplación, sino en el obrar. Alejándose así de
Platón (que plantea una ética intelectualista, entendida casi como una disciplina
teórica), Aristóteles entiende al ser humano como un animal práctico: animal que se
desarrolla y realiza en la sociedad.
La felicidad radica, por tanto, en ser virtuoso, en obrar bien. Haciendo el bien el
hombre llega a ser feliz, sin necesitar de ningún tipo de recompensa externa, ya que
“las acciones virtuosas son agradables en sí mismas”. ¿y qué es la virtud? La
pregunta por la felicidad nos lleva necesariamente a hablar de la virtud, uno de los
conceptos más importantes de la Ética a Nicómaco.
Eudemonismo Es una teoría ética que considera que la felicidad es el bien que
buscan por naturaleza los seres humanos. Su principal representante fue
Aristóteles. Suele servir como una justificación de todo aquello que sirve para
alcanzar la felicidad. Sus principales normas morales están basadas en la
realización de la felicidad plena y buscar la armonía del alma. Los eudemonistas
afirmaban que para llegar a la felicidad hay que actuar de manera natural, es decir,
con una parte animal, que incluye los bienes físicos y materiales, pero también con
la parte racional, que consiste en el cultivo y enriquecimiento de la mente.
El eudemonismo es una de las propuestas éticas más influyentes en la cultura
occidental. Sin embargo, ha sido objeto de discusión filosófica durante más de
veinte siglos. Este debate es totalmente razonable, ya que todo hombre se hace
una pregunta que no tiene una fácil respuesta: de qué manera debo comportarme.
Las virtudes morales son las perfecciones de la voluntad y del carácter. La virtud
moral se puede aprender, es un hábito, una disposición consecuencia del ejercicio
o repetición y por tanto de la elección y la libertad; además, la virtud moral se realiza
a partir de lo que la razón enseña como bueno.
La filosofía moral aristotélica Aristóteles menciona que para llevar una vida racional
es necesario administrar de la mejor manera nuestros deseos y pasiones, dándoles
una satisfacción justa. Nuestra parte racional debe encontrar un “equilibrio” o un
"punto medio" entre el exceso y el defecto. Frente a la cobardía y la temeridad,
hemos de actuar con valentía; frente al despilfarro y la tacañería, hemos de hacerlo
con generosidad; frente a la desvergüenza y la timidez, con modestia; frente a la
adulación y la mezquindad, con gentileza; etc
Virtudes intelectuales o dianoéticas conforman la parte intelectual del alma, ya
que son las virtudes que se adquieren mediante la instrucción, las cuales incluyen:
 Respecto del conocimiento teórico, la ciencia o aptitud para la demostración,
la inteligencia o habilidad para captar intuitivamente la verdad de los
principios de las ciencias.
 La sabiduría o capacidad para alcanzar los últimos fundamentos de la
verdad, las cosas superiores y Dios.
Respecto del conocimiento práctico, el arte o técnica o habilidad para la creación y
modificación de las cosas, y la prudencia o saber distinguir los medios para la
realización de la felicidad y de la vida virtuosa.
Estas corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello, propias del
intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis). Su origen no es innato, sino que deben
ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza y parten de la diánoia, la
parte racional del alma. Las virtudes dianoéticas son el entendimiento, la ciencia, la
sabiduría, el arte y la prudencia. La prudencia no es ni ciencia ni praxis, es una virtud
y la más importante.
Tabla de las virtudes éticas de Aristóteles

Ausencia Virtud Exceso

Cobardía Valentía Temerario

Insensibilidad Templanza Libertinaje

Frusilería Magnificencia Vulgaridad

Complejo de inferioridad Autoestima Vanidad

Falta de ambición Ambición adecuada Exceso de ambición

Falta de ánimo Paciencia Irascibilidad

Juicio insuficiente Veracidad Jactancia

Grosería Ingenio Bufonada

Mal carácter Simpatía Adulación

Descaro Pudor Timidez

Regodeo malicioso Justicia Envidia

Frusilería Generosidad Derrochador


CONCLUSION

Para Aristóteles, el hombre prudente es aquel que pueda ver el bien del hombre en
todas las circunstancias.La virtud no es extremista, constituye una síntesis entre los
opuestos. Ni tan malo ni tan bueno. Es en la síntesis donde disminuye la parte
peligrosa de los valores absolutos.

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