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Cómo hacer un resumen

DEFINICIÓN DE RESUMEN
¿Qué es un resumen? Un resumen es un tipo de texto de carácter
expositivo y objetivo en el que se abrevia de modo claro y preciso el
contenido esencial de un texto más largo o cualquier tipo de
producción o experiencia: un artículo, un libro, una película, un
documental, una actividad determinada, una visita a un museo, etc.
Un buen resumen se centra en las ideas, hechos, sentimientos,
situaciones o acciones que se consideran imprescindibles; por
tanto, se elimina todo lo que se considere accidental, anecdótico,
secundario.
¿CÓMO HACER UN RESUMEN?
Vamos a centrarnos en el resumen de un texto de corta extensión,
que es el tipo que más suele darse en el ámbito académico.

Primer paso: lectura


El autor de un resumen debe hacer, en primer lugar, una lectura del
texto en silencio y concentrado. Es posible que no valga con una
sola; lo normal es hacer dos o tres, o las que hagan falta para
comprender perfectamente el significado del texto. Si desconoce el
significado de una palabra, debe consultarla en el diccionario; si no
dispone de él, por el contexto debe deducirla de una manera más o
menos precisa.
Segundo paso: subrayar
Tras una segunda o tercera lectura, debe subrayar las ideas
básicas, importantes, nucleares o imprescindibles. Es decir, se debe
omitir todo lo que sea irrelevante, superfluo, anecdótico o
secundario. Conviene que identifique la idea esencial o principal
tratada en cada uno de los párrafos (si tuviera más de uno). Lo
recomendable es que vaya oración a oración y se pregunte: a) ¿de
qué trata este párrafo?, ¿cuál es su asunto?; ¿qué idea importante
dice sobre ese asunto?, ¿qué ocurre? Conforme avance oración a
oración, a la vez que se ha de diferenciar entre la información nueva
y la información ya dicha para hacer un buen resumen. En
definitiva, leemos oración a oración, párrafo a párrafo, y,
mentalmente, lanzamos preguntas al texto: ¿a qué se refiere?, ¿qué
dice sobre ello?, ¿por qué lo dice?, ¿repite información?, ¿es
accesorio o fundamental eso que dice?

Tercer paso: esquema de ideas


El siguiente paso de este artículo sobre cómo hacer un resumen
consiste en percibir la estructura u organización de las ideas, es
decir. Aquí conviene preguntarse: ¿en cuántas partes se puede
dividir el texto? Una estructura habitual es la tripartita: introducción o
presentación, desarrollo y conclusión. Pero, en cualquier caso, no
hemos de ir con una idea preconcebida. Lo importante es dividir el
texto en núcleos de contenidos esenciales, importantes. Lo habitual
es que, como mínimo, localicemos dos y, como máximo, cinco. Si
redacta la estructura o esquema de ideas de modo formal será muy
útil para luego redactar el resumen; si no hay tiempo, se puede
hacer de modo informal, o simplemente con llaves o alguna nota.

Cuarto paso: redacción


Lo siguiente es resumir, es decir, redactar de modo correcto y
preciso todas esas ideas importantes o básicas detectadas. Para
ello, hemos de tener el siguiente apartado: características y errores
que debes evitar al redactar un resumen.
Características de un buen resumen y errores más comunes que debes
evitar
Ejemplo de resumen
Paso 1: Lectura
EJEMPLO: «MENDIGOS»

Algunos Ayuntamientos españoles aplican una medida para acabar con la


mendicidad, que consiste en imponer una multa de varios cientos de euros a
quienes la practican. La sanción puede llegar a los 500 del ala.

Yo creo que es una decisión muy adecuada, porque los mendigos no respetan
lo suficiente a los demás ciudadanos. Nos agobian.

En la plaza donde vivo anidan unos cuantos tipos de esta clase. Y los
madrileños sencillos nos vemos molestados por ellos con demasiada
frecuencia. Van sucios y a veces mienten, porque dicen que es para comer y
se lo gastan en tetrabriks de vino malo cuyos envases no siempre colocan en
las papeleras cuando están vacíos.

Pero esa justa y caritativa medida plantea algunos inconvenientes. Al parecer,


los mendigos no tienen un domicilio fijo al que hacer llegar la notificación de la
multa. No hay una manera segura de obligarles a hacer frente al castigo. Y
ellos, con astucia, no suelen llevar en efectivo el dinero suficiente para afrontar
su responsabilidad. Acumulan multas sin pagar como muchos conductores
pillados a 200 por hora en una autopista.

Por eso, seguramente, algunos consistorios (¡necesitaba escribir esa palabra


alguna vez!) están dando marcha atrás. El Ayuntamiento de Barcelona entre
otros. Si los alcaldes que han intentado erradicar así la mendicidad leyeran
algo de historia sabrían que el propio marqués de Tamarón, que fue
gobernador franquista de Madrid en 1941, tuvo que dejar de multar a los cojos
y maltrechos supervivientes del Ejército republicano, que pedían de comer por
la calle, por esa razón, porque no pagaban.

Pero hay que pensar alguna alternativa. Es intolerable que haya tanta gente
exhibiendo la miseria con semejante impudicia.

Sucios borrachos y malos pagadores.

Jorge M. Reverte, El País


Paso 2: Subrayado
En una segunda o tercera lectura vamos párrafo a párrafo, oración a oración,
preguntándonos específicamente de qué trata y qué dice de aquello que trata. 

Algunos ayuntamientos españoles aplican una medida para acabar con la


mendicidad, que consiste en imponer una multa de varios cientos de euros a
quienes la practican. La sanción puede llegar a los 500 del ala.
Yo creo que es una decisión muy adecuada, porque los mendigos no respetan
lo suficiente a los demás ciudadanos. Nos agobian.
En la plaza donde vivo anidan unos cuantos tipos de esta clase. Y los
madrileños sencillos nos vemos molestados por ellos con demasiada
frecuencia. Van sucios y a veces mienten, porque dicen que es para comer
y se lo gastan en tetrabriks de vino malo cuyos envases no siempre colocan en
las papeleras cuando están vacíos.
Pero esa justa y caritativa medida plantea algunos inconvenientes. Al parecer,
los mendigos no tienen un domicilio fijo al que hacer llegar la notificación de la
multa. No hay una manera segura de obligarles a hacer frente al castigo. Y
ellos, con astucia, no suelen llevar en efectivo el dinero suficiente para afrontar
su responsabilidad. Acumulan multas sin pagar como muchos conductores
pillados a 200 por hora en una autopista.
Por eso, seguramente, algunos consistorios (¡necesitaba escribir esa palabra
alguna vez!) están dando marcha atrás. El Ayuntamiento de Barcelona entre
otros. Si los alcaldes que han intentado erradicar así la mendicidad leyeran
algo de historia sabrían que el propio marqués de Tamarón, que fue
gobernador franquista de Madrid en 1941, tuvo que dejar de multar a los cojos
y maltrechos supervivientes del Ejército republicano, que pedían de comer por
la calle, por esa razón, porque no pagaban.
Pero hay que pensar alguna alternativa. Es intolerable que haya tanta gente
exhibiendo la miseria con semejante impudicia.
Sucios, borrachos y malos pagadores.
 
Paso 3: Esquematización de las ideas

Recuerda que en el esquema de contenidos o estructura interna hay que


formular de modo sintético las ideas esenciales:

sujeto + verbo + complementos (enunciado oracional)

Esquema de contenidos 1

Párrafo 1: Varios Ayuntamientos españoles multan a los mendigos

Párrafo 2: Opinión negativa del autor sobre los mendigos. Falta de respeto y
agobio a los ciudadanos.

Párrafo 3: Los mendigos molestan, van sucios y son borrachos.

Párrafo 4: Inconvenientes de la sanción: no tienen domicilio fijo, no tienen


dinero.

Párrafo 5: Algunos Ayuntamientos están dando marcha atrás. Ejemplo similar


durante el franquismo.

Párrafo 6: Necesidad de tomar alguna medida para erradicar la mendicidad.

Párrafo 7: Insistencia en los aspectos de los mendigos: suciedad, alcoholismo,


pobreza.

Resumen ejemplo 1

6 JUNIO, 2019~ACADEMIAVIRTUALANTONIONEBRIJA

Resumen ejemplo 1. Vamos a resumir el siguiente texto siguiendo los pasos


indicados en un artículo anterior.
Índice de los contenidos [Ocultar]

Paso 1: Lectura

Paso 2: Subrayado

Paso 3: Esquematización de las ideas

Esquema de contenidos 1

Esquema de contenido 2:

Paso 4: REDACCIÓN DEL RESUMEN

¿Por qué es un buen resumen?

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Relacionado

Paso 1: Lectura

En primer lugar, una lectura atenta y silenciosa. O dos, o las que hagan falta
para comprender bien el texto.

RESUMEN EJEMPLO: «MENDIGOS»


Algunos Ayuntamientos españoles aplican una medida para acabar con la
mendicidad, que consiste en imponer una multa de varios cientos de euros a
quienes la practican. La sanción puede llegar a los 500 del ala.

Yo creo que es una decisión muy adecuada, porque los mendigos no respetan
lo suficiente a los demás ciudadanos. Nos agobian.

En la plaza donde vivo anidan unos cuantos tipos de esta clase. Y los
madrileños sencillos nos vemos molestados por ellos con demasiada
frecuencia. Van sucios y a veces mienten, porque dicen que es para comer y
se lo gastan en tetrabriks de vino malo cuyos envases no siempre colocan en
las papeleras cuando están vacíos.

Pero esa justa y caritativa medida plantea algunos inconvenientes. Al parecer,


los mendigos no tienen un domicilio fijo al que hacer llegar la notificación de la
multa. No hay una manera segura de obligarles a hacer frente al castigo. Y
ellos, con astucia, no suelen llevar en efectivo el dinero suficiente para afrontar
su responsabilidad. Acumulan multas sin pagar como muchos conductores
pillados a 200 por hora en una autopista.

Por eso, seguramente, algunos consistorios (¡necesitaba escribir esa palabra


alguna vez!) están dando marcha atrás. El Ayuntamiento de Barcelona entre
otros. Si los alcaldes que han intentado erradicar así la mendicidad leyeran
algo de historia sabrían que el propio marqués de Tamarón, que fue
gobernador franquista de Madrid en 1941, tuvo que dejar de multar a los cojos
y maltrechos supervivientes del Ejército republicano, que pedían de comer por
la calle, por esa razón, porque no pagaban.
Pero hay que pensar alguna alternativa. Es intolerable que haya tanta gente
exhibiendo la miseria con semejante impudicia.

Sucios, borrachos y malos pagadores.

Jorge M. Reverte, El
País

Paso 2: Subrayado

Una vez leído, el asunto (¿de qué o de quién habla?) está claro por el título y la
mención en cada párrafo de dicha palabra o su derivado: los mendigos / la
mendicidad. Ambos sustantivos aparecen en los siete párrafos, lo que
contribuye a la coherencia textual. En cinco párrafos están presentes uno u otro
término de modo directo y en otros a través de la elipsis: en el tercero, al decir
«van sucios» queda como sujeto omitido «los mendigos», y en el último
párrafo, que consta únicamente de cinco palabras (queda como un enunciado
no oracional formado por tres adjetivos, pero se lo transformamos en una
oración sería fácil detectar el sujeto: «Los mendigos son sucios, borrachos y
malos pagadores»).

En una segunda o tercera lectura vamos párrafo a párrafo, oración a oración,


preguntándonos específicamente de qué trata y qué dice de aquello que trata.

Algunos ayuntamientos españoles aplican una medida para acabar con la


mendicidad, que consiste en imponer una multa de varios cientos de euros a
quienes la practican. La sanción puede llegar a los 500 del ala.
Yo creo que es una decisión muy adecuada, porque los mendigos no respetan
lo suficiente a los demás ciudadanos. Nos agobian.

En la plaza donde vivo anidan unos cuantos tipos de esta clase. Y los
madrileños sencillos nos vemos molestados por ellos con demasiada
frecuencia. Van sucios y a veces mienten, porque dicen que es para comer y
se lo gastan en tetrabriks de vino malo cuyos envases no siempre colocan en
las papeleras cuando están vacíos.

Pero esa justa y caritativa medida plantea algunos inconvenientes. Al parecer,


los mendigos no tienen un domicilio fijo al que hacer llegar la notificación de la
multa. No hay una manera segura de obligarles a hacer frente al castigo. Y
ellos, con astucia, no suelen llevar en efectivo el dinero suficiente para afrontar
su responsabilidad. Acumulan multas sin pagar como muchos conductores
pillados a 200 por hora en una autopista.

Por eso, seguramente, algunos consistorios (¡necesitaba escribir esa palabra


alguna vez!) están dando marcha atrás. El Ayuntamiento de Barcelona entre
otros. Si los alcaldes que han intentado erradicar así la mendicidad leyeran
algo de historia sabrían que el propio marqués de Tamarón, que fue
gobernador franquista de Madrid en 1941, tuvo que dejar de multar a los cojos
y maltrechos supervivientes del Ejército republicano, que pedían de comer por
la calle, por esa razón, porque no pagaban.

Pero hay que pensar alguna alternativa. Es intolerable que haya tanta gente
exhibiendo la miseria con semejante impudicia.

Sucios, borrachos y malos pagadores.


Paso 3: Esquematización de las ideas

A continuación, corresponde realizar en este resumen ejemplo, el esquema de


contenidos. En él las ideas pueden simplemente quedar al margen del texto, o
bien, que es lo mejor, se formulan en un esquema en tu cuaderno o debajo del
texto.

Recuerda que en el esquema de contenidos o estructura interna hay que


formular de modo sintético las ideas esenciales. Usaremos dos estructuras
básicas:

sujeto + verbo + complementos (enunciado oracional)

sustantivo + complemento del nombre (este puede ser uno solo o más de uno)

Esquema de contenidos 1

Párrafo 1: Varios Ayuntamientos españoles multan a los mendigos

Párrafo 2: Opinión negativa del autor sobre los mendigos. Falta de respeto y
agobio a los ciudadanos.

Párrafo 3: Los mendigos molestan, van sucios y son borrachos.


Párrafo 4: Inconvenientes de la sanción: no tienen domicilio fijo, no tienen
dinero.

Párrafo 5: Algunos Ayuntamientos están dando marcha atrás. Ejemplo similar


durante el franquismo.

Párrafo 6: Necesidad de tomar alguna medida para erradicar la mendicidad.

Párrafo 7: Insistencia en los aspectos de los mendigos: suciedad, alcoholismo,


pobreza.

Paso 4: REDACCIÓN DEL RESUMEN

A partir del subrayado y el esquema (anotaciones al margen, como en


estructura o esquema 1, o de modo formal en un folio u hoja, como en
estructura o esquema 2), se redacta el resumen. Para ellos hay que tener en
cuenta los consejos que ya tratamos en otro artículo: contenido relevante,
brevedad, claridad, precisión, orden, buena cohesión, lenguaje propio,
objetividad.
¿Por qué es un buen resumen?
Porque cumple con las siguientes características:

No hay información accesoria, secundaria, anecdótica o superficial.


Es claro, concreto, preciso (sin generalidades ni vaguedades) y coherente.
Tiene una extensión adecuada (aproximadamente, entre una tercera y cuarta parte
del texto original).
Utiliza un lenguaje propio (no es literal, no copia del texto/frases, sino que reelabora
personalmente).
Redacta de modo objetivo (sin juicios valorativos), en 3ª persona y (preferiblemente)
en presente.
Existe un único párrafo en oraciones (tres como mínimo) bien cohesionadas (aparece
algún conector o nexo como porque, aunque, ahora bien).
Las oraciones son enunciativas (no exclamativas ni interrogativas directas o indirectas,
o sea, no se usa cómo, qué, dónde…) y su extensión es adecuada (ni muy largas con
más de cuatro verbos o cinco verbos).
En definitiva, demuestra que ha comprendido el texto y alguien que no haya leído el
original capta lo esencial.

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