Está en la página 1de 36

Argumentación

Noción de argumentación

La argumentación es un juego del lenguaje que se utiliza para desarrollar temas que se prestan
a controversia. En ella, el acto comunicativo está orientado a sostener la validez de una
afirmación (que se presenta como opinión, punto de vista, postura o calificación) recurriendo a
otras que funcionan como pruebas o argumentos. Su propósito central es convencer a otros
acerca de la validez de una afirmación general acerca del tema por medio de la contundencia
de los razonamientos (aproximación lógica) y de los hechos (aproximación objetiva); por lo
tanto, se dirige a la racionalidad del receptor. En cambio, cuando con el propósito de convencer
utilizamos técnicas emocionales, nos encontramos en el terreno de la persuasión. La fuerza
probatoria o argumentativa recibe el nombre de cogencia.

Estructura de la argumentación

1. TEMA

El tema es el marco de la argumentación. A partir de él, se aborda el problema que se discute.


Como tema de argumentación, se debe tomar aquello que se preste a controversia. Se enuncia
como un título, es decir como FRASE NOMINAL o como PREGUNTA.

2. TESIS

La tesis es la ORACIÓN más importante del texto argumentativo. Se trata de un enunciado


general, afirmativo o negativo, sobre el tema por abordar, que se justifica por la información
obtenida y por la interpretación que le damos a esta. Es una TOMA DE POSICIÓN FRENTE A UN TEMA
que se conoce, un compromiso con el mismo o una calificación. Además, determina la selección
de material para sustentación. Para mayor efectividad del texto, la tesis debe aparecer de
manera explícita en el primer párrafo del texto.

SEÑALE CUÁLES DE LOS SIGUIENTES ENUNCIADOS PUEDEN SER CONSIDERADOS TESIS.


ENUNCIADO SÍ / NO
1. Las corridas de toros: cultura y tradición
2. Se debe prohibir el uso de armas nucleares bajo cualquier circunstancia.
3. Los peruanos son muy impuntuales.
4. La independencia del Perú se proclamó en 1821.
5. La lectura transforma nuestra manera de observar el mundo.
6. Los espectáculos nocturnos en la ciudad de Lima
7. La hermana de María es más bonita que yo.
8. Desde el 2005, se institucionalizará el turismo espacial.

1
9. Uno puede notar, por el nombre, que la fiesta de Halloween es una celebración
foránea.
10. La marihuana es una droga social.
11. Es necesario un mayor control de ingreso a la universidad.
12. La violencia familiar es un problema que afecta a miles de hogares en el Perú.
13. Estoy convencido de que la legalización de la droga acabará con las muertes por
consumo de droga adulterada, con la delincuencia urbana y con el tremendo
negocio del narcotráfico.
14. El equipo de fútbol que ha encabezado, desde el primer momento, la tabla de
posiciones con una diferencia de nueve puntos sobre su más cercano perseguidor
15. Es conveniente plantear el debate sobre la clonación en cuanto a realizar
clonaciones con fines terapéuticos.

3. ARGUMENTOS

Los argumentos son ORACIONES probatorias (afirmativas o negativas), fundamentaciones,


justificaciones, evidencias de la tesis, que la hacen más plausible y aceptable. Generalmente se
basan en hechos, pero también pueden estar constituidas por razonamientos lógicos
contundentes. Es necesario precisar que los argumentos están seleccionados y organizados en
función de la tesis: si la tesis cambia, los argumentos, también, pues su propósito es sustentar,
probar, demostrar o justificar la validez de la tesis. Se procura desarrollar o explicar un
argumento por párrafo.

Tenga presente que los argumentos deben consistir en razonamientos objetivos y no en


simpatías, gustos, prejuicios o atribuciones subjetivas o sin comprobación. Además, deben ser
pertinentes y adecuados para la tesis que se defiende. Si se desea presentar “argumentos”, es
necesario que estos realmente justifiquen de manera objetiva la idea que se defiende.

ANALICE:
Tema: Vida extraterrestre
Tesis: Existe vida extraterrestre en contacto con humanos.

Argumentos: O/S
#1. Muchas personas que no se conocen entre sí afirman haber tenido
contacto con extraterrestres.
#2. Sus testimonios coinciden en las descripciones de OVNIS y seres
extraterrestres.

#3. Estas personas no han sido influenciadas por los medios de prensa.

#4. Estas personas no pueden haberse puesto de acuerdo para mentir.

Relación entre argumentos y causas:

¿SON DIFERENTES LOS argumentos DE LAS CAUSAS? ¿POR QUÉ?


EJEMPLO:
AFIRMACIÓN: «FUE JUAN EL QUE ROMPIÓ LA VENTANA».

2
 Causas del hecho:  Justificaciones de la acusación:
¿Por qué Juan lo hizo? ¿En qué me baso para afirmar lo que he
1. Juan rompió la ventana porque se dicho?
tropezó. 1. Juan era el único que estaba en la casa.
2. Juan rompió la ventana porque se había 2. La piedra que se empleó para romper la
olvidado su llave. ventana tiene sus huellas.

4. CONCLUSIÓN

La conclusión es la ORACIÓN que reafirma la tesis, es decir, dice lo mismo aunque con otras
palabras. Esta conclusión se debe seguir lógica o conductivamente a partir de la contundencia
de los argumentos presentados. Si no se infiere de ellos con claridad, entonces no se ha
conseguido una buen argumentación (no hay cogencia).

VERIFIQUE CUÁLES DE LOS SIGUIENTES ENUNCIADOS PUEDEN SERVIR COMO TESIS Y


CONCLUSIONES AL MISMO TIEMPO.

GRUPO # 1

Tesis: Se debe fomentar el cultivo alternativo en los valles cocaleros.


Conclusión: El reemplazo de la hoja de coca por otros productos beneficiará a la población.

GRUPO # 2

Tesis: El ministro de Salud se equivocó al evitar repartir condones en los colegios.


Conclusión: La enseñanza de la religión católica en los colegios debe ser opcional.

GRUPO # 3

Tesis: Es imprescindible que las mujeres gocen de la misma jerarquía política que los
hombres.
Conclusión: No cabe duda de que la vida política puede ser gestionada tanto por hombres
como por mujeres.

GRUPO # 4

Tesis: Estoy de acuerdo con la eliminación del pasaje universitario en el transporte


público.
Conclusión: Los transportistas pueden declarar inconstitucional el descuento de los pasajes.

Argumentación: tópicos argumentativos


3

Los tópicos argumentativos constituyen el cúmulo de premisas de carácter general que los
oradores pueden utilizar para armar sus argumentaciones. Se trata, de modelos o de depósitos
de argumentos, los cuales permiten generar argumentos más o menos válidos a partir de un
punto de partida específico. Los tópicos se clasifican en relación con la manera en que el orador
los emplea en la argumentación.

I. Con relación a la presentación de los razonamientos

1. Definición persuasiva
Consiste en ofrecer como premisa del argumento una definición cuyo contenido es favorable a
nuestra causa. Se prepara porque le conviene al autor de la argumentación: le sirve para ganar
ventaja. Es necesario tomar en cuenta que, en muchos casos, esta definición es bastante
reduccionista o incluso falsa.

Estructura:
A es B
algo que se quiere justificar nexo algo que se considera bueno
algo que se quiere criticar definitorio algo que se considera malo

EJEMPLO:
“¿Qué es la libertad? ¿El ejercicio de la voluntad de todos o el ejercicio de la voluntad de uno
solo? Lo último es la mejor definición de tiranía. Defender lo primero es lo que nos lleva a
invadir Irak.”

Estructura:
A es B
La libertad el ejercicio de la voluntad de
nexo
todos
definitorio
La tiranía el ejercicio de la libertad de uno

A partir de la primera definición, se está defendiendo la validez de la invasión a Irak.

2. Sentidos relevantes
Las connotaciones y el rescate de ciertos matices del significado de un término también
resultan particularmente útiles como presentación de los razonamientos. Se trata de otorgar,
como parte de una premisa de nuestra argumentación, el sentido más favorable para nuestra
tesis de un término en discusión.

Ejemplo:
Facultad de obrar de una manera o de otra y de no
obrar
La libertad
Estado de quien no está preso
Falta de sujeción y subordinación

El argumentador puede elegir el sentido que más le convenga para construir un argumento
y defender su postura o atacar la postura contraria.

4
3. Relación correlativa
Por medio de ella, se introduce como premisa la opinión de que dos acciones o hechos
íntimamente vinculados comparten la misma cualidad.

Ejemplo:

La juventud Energía, vigor, frescura

El argumentador puede valerse de este tópico para ganar ventaja sobre su adversario.
Se trata de vincular una situación con otra porque suelen estar asociadas.

II. Con relación a las posturas favorables

4. Antecedentes favorables
Se presenta la tesis propia como la mejor en función de premisas que exponen posturas
semejantes y previas que han recibido juicios favorables.

EJEMPLO:
“Si Alan gana ahora, Fujimori vuelve el 2006”
La exitosa reaparición en la vida política peruana del ex presidente Alan García durante
las elecciones del año 2001 motivó entre los ciudadanos expresiones de este tipo. Tal
afirmación podría formularse de manera más clara de la siguiente manera: “Si un
político con una experiencia desastrosa en el gobierno puede volver a gobernar, no hay
obstáculo para que en nuestro país, donde lo peor siempre está por pasar, Fujimori
también sea de nuevo presidente”. Como es obvio, la afirmación tiene por objetivo
anular la adhesión a la primera cláusula de la afirmación.

5. Relaciones de mayor o menor grado


Estas relaciones muestran una situación semejante a la causa planteada, pero en mayor o en
menor grado.

EJEMPLO:
“Si la capacidad instalada de la Organización Mundial de la Salud no puede hacer nada para
frenar el desarrollo de la neumonía atípica, es un hecho que nuestro escaso potencial
sanitario se verá rápidamente sobrepasado”.

Si el más grande no puede, se sigue que el más pequeño no podrá tampoco.

6. Argumento pragmático (a partir de las consecuencias)


Consiste en introducir como premisa las consecuencias positivas de una acción en discusión y
cuya validez o pertinencia estamos defendiendo.

EJEMPLO:
Quienes creemos en la necesidad de legalizar las drogas lo hacemos convencidos de que, al
bajar radicalmente los precios, no solo se acabaría la adulteración asesina, sino que
desaparecería radicalmente la pequeña delincuencia urbana de quienes roban, clavan
navajas o amenazan para pagarse una dosis. También terminaría el martirio de las madres y
las familias, que acaban siendo las primeras víctimas de las amenazas y robos de los chicos
enganchados a la droga. ¿A que a usted no lo ha asaltado nadie con navaja para pagarse un

5
litro de cerveza? Pues nadie lo asaltaría para financiarse dosis al precio real de la droga —
más impuestos—, y no al precio astronómico actual resultado de la prohibición.

Las consecuencias positivas llevan a justificar la legalización.

7. Consideraciones de proporción
Consiste en plantear como premisa a una acción o afirmación proporcional a la que se debate y,
en virtud de la equivalencia, sostener la validez de la causa defendida.

EJEMPLO:
Si los ancianos débiles y al borde de la demencia senil están permitidos de sufragar, ¿por
qué no lo están los jóvenes vivaces y pendientes de la actualidad que tienen 16 años?

Por proporción, deberían acceder al voto los jóvenes.

III. Con relación a la postura contraria

8. Postura contraria indeseable


Se introduce como premisa de la argumentación la postura contraria a la propia y se muestra
que tiene consecuencias indeseables. Si ello es así, la postura propia queda validada de
inmediato. OJO: no debe confundirse con argumento pragmático, que defiende la propia
postura.

EJEMPLO:
Si preocuparse por mí significa que tomen el control absoluto de mi vida, entonces
prefiero que me dejen de lado, ignorado por completo.

9. Postura contraria contradictoria


Consiste en introducir como premisa de la propia causa las premisas contrarias que resultan
contradictorias y restar de este modo capacidad de convicción a la posición ajena.

EJEMPLO:
“No podemos ser tan cobardes de decir ‘a la pena de muerte nunca’, pero algunas
veces matar al no nacido. ¡Tremenda hipocresía, tremenda cobardía que pretende
incluirse en la Constitución!”. (Cardenal Juan Luis Cipriani, ante la posibilidad de que se
discutiera en el Congreso la legalización del aborto terapéutico – Expreso, 25 de
noviembre del 2002)

La contradicción perjudica la argumentación.

10. Desaparición de las causas


Consiste en introducir en negar la base sobre la que se sostiene la postura contraria a partir de
la opinión generalizada de que, si no existe una causa para un hecho, este, en tanto
consecuencia, no existe. La negación de la base se puede hacer a la manera de aclaración o de
confrontación con la verdad.

EJEMPLO:
Un argumento de corte legal que justificaba la invasión norteamericana a Irak fue la
desobediencia de este país a un mandato de las Naciones Unidas. En tanto Irak era un
infractor de la prohibición a las armas químicas, Estados Unidos esgrimía la justicia de su
causa por la guerra. Sin embargo, tras la masacre y la conquista de los iraquíes, no apareció
por ninguna parte de su territorio, o por debajo de él, el pregonado arsenal de mísiles y
demás artilugios de destrucción masiva. Cientos de soldados buscaron infructuosamente

6
durante semanas los silos y hangares ocultos donde el régimen de Sadam Hussein guardaba
sus más letales armamentos, pero jamás los encontraron. El fundamento del ataque a Irak
no existió más que en la imaginación belicista norteamericana y, con ello, se esfumó la
justicia de su causa.

IV. Con relación a la postura propia o a la ajena

11. Atención al tiempo


Consiste en presentar como premisas o bien la idea de que se debe ser consecuente en las
propias acciones a través del tiempo o bien que el paso de este garantiza la transformación de
tales acciones. Usualmente está vinculado con la aparición de nuevos datos sobre el caso que
se examina, justamente posibilitado por el paso del tiempo.

EJEMPLO:
Como Maradona, García es de los que decide solo una elección. Como Diego, Alan es de
los que fomenta una relación de codependencia al ritmo de sus endiabladas piruetas,
dignas de Matrix. La única diferencia es que, mientras el argentino hace goles en el
arco contrario, el peruano es el goleador del autogol. Por lo menos eso fue lo que hizo
durante el lustro en que capitaneó la selección peruana: no contento con arruinarnos el
bolsillo y la moral, dejó al país en las garras de Sendero y la banda de Fujimori y
Montesinos. Diez años después, ya está de vuelta por casa, otoñal y perdonavidas,
como si nada hubiera pasado.

12. Motivos posibles


Se introduce como premisas los motivos posibles de un hecho o postura, pero admitiéndolos
como causas efectivas y no como situaciones hipotéticas. Los objetivos son favorecer la propia
causa, si se atribuyen motivos nobles o dignos a los hechos o posturas propias, o perjudicar la
contraria, sin que se asignen motivaciones censurables a los hechos o posturas contrarios.

EJEMPLO:
Los profesionales de la política y los empresarios peruanos no debieron tener problemas
para aceptar la cleptocracia fujimorista. Estaban acostumbrados a los beneficios del
estado peruano, a dar y recibir comisiones por la “exclusividad” en licitaciones
supuestamente públicas, a negociar legislación amañada para obtener exoneraciones
tributarias, a la doble contabilidad, al arreglo. Fujimori y su siniestro asesor solo
convirtieron la costumbre en vicio. Sistematizaron los repartos; dieron horario de oficina
para regatear los favores del estado; crearon una amplia burocracia especializada en el
manejo de dinero ilegal.

Argumentación: falacias más comunes



Las falacias son razonamientos desviados. Parecen buenos, porque son persuasivos
(aparentemente tienen cogencia); sin embargo, en realidad, son defectuosos, incorrectos, no
válidos. En muchos casos, se usan como estrategia para evitar la finalidad de la argumentación
y terminar imponiéndose al interlocutor.

I. Preguntas complejas

Presuponen solo dos posibilidades mutuamente excluyentes.

EJEMPLO:

7
¿Qué es la libertad? ¿El ejercicio de la voluntad de todos o el ejercicio de la voluntad de uno
solo? Si no es lo segundo, es obvio que debe ser lo primero.

II. Por falta de pruebas de la postura contraria (ad ignorantiam)

Consiste en defender la verdad o falsedad de un enunciado a partir de la aclaración de que no


se ha probado la postura contraria.

EJEMPLO:
La prueba de que en cualquier otra circunstancia no hay amistad posible entre un
hombre y una mujer es esta: nada existe tan agradable como una diversión compartida
con buenos amigos. La posibilidad de divertirse juntos es la piedra de toque de la
amistad. Los hombres se divierten entre ellos muchas veces y, si son buenos amigos, se
divierten siempre que se reúnen. Las mujeres también se divierten ente ellas. Como
ningún estudio serio ha logrado comprobar que, en realidad, hombres y mujeres juntos
se diviertan alguna vez, entonces asumimos que nunca se divierten juntos y no es
posible la amistad entre ellos.

Caso aceptable: “Teniendo en cuenta que no se ha encontrado ninguna prueba que apoye la
culpabilidad de X, el tribunal lo declara inocente”.

III. Argumentación circular

La tesis y los argumentos son iguales.

EJEMPLO:
El hombre es más fácil de seducir, pues es más infiel. La infidelidad tiene que ver con
las oportunidades: cuando más opciones tiene una persona de conocer gente, más
probabilidad hay de que sea infiel. Además, si conoces más gente, es probable que se
desee experimentar nuevas formas de contacto en aquello en lo que se es vulnerable.
Si la vulnerabilidad del hombre es el sexo, el hombre es más infiel, porque es más fácil
de seducir. Si una mujer te hace tres cruces de pierna, empiezas a sentir una involución
hacia el simio, ¿o no?

IV. Argumentación irrelevante

1. Argumentación contra la persona (ad hominen)


En lugar de refutar argumento, se lanza agravios contra quien lleva la argumentación
contraria o sus antepasados o su pueblo, de manera tal que ridiculiza a la persona, sus
rasgos o su medio de vida.

EJEMPLO:
El alcalde del Callao aboga por la construcción de un puente que una La Punta
con la isla San Lorenzo. Pero, quiero recordarles que llegó a su cargo por el
más estrecho margen mayoritario de votos, después de una campaña
desvergonzada en la cual apeló a las pasiones del pueblo. Quiso ser alcalde de
Lima y, como no pudo, prometió de todo a los chalacos sabiendo que no podría
cumplir sus promesas. Por ello, la construcción del puente no debe llevarse a
cabo.

8
2. Apelación a la falsa autoridad (ad verecundiam)
Cita a persona irrelevante. Se debe contar con autoridades reconocidas en tema en
cuestión.

EJEMPLO:
En la revista Somos, lo afirmó una estrella del fútbol nacional en relación con el
debate acerca del “seviche” peruano: «La ortografía es una carga inútil que se
impone al estudiante y que tarda su libre y espontánea expresión por escrito.
Que se aprenda el valor de las letras es suficiente, ¿para qué más? Si yo escribo
“buque” o “buke” o “vuque” o aun “vuke” lo pronunciado (que es lo que al final
importa) será lo mismo. Por ello, ha llegado la hora de decirle adiós a la
voluminosa lista de reglas de ortografía. ¡Biba la livertad de heksprezión!».

3. Apelación a la compasión (ad populum o ad misericordiam)


Se acude a la piedad para “convencer” de que se lleva la razón.

EJEMPLO:
No debemos comer carne. No solo matamos a los animales para comer, sino
que, en nombre de la ciencia, los sometemos al peor maltrato, a una
explotación insufrible, a una esclavitud que no deseamos para nosotros. Les
provocamos los más atroces sufrimientos, les inyectamos todo tipo de drogas,
experimentamos con ellos las más espantosas radiaciones, los matamos de
hambre y los cocemos vivos. El espectáculo es sumamente triste, doloroso. A
cambio, los animales embellecen el mundo en que vivimos, nos compensan del
sufrimiento con su inmensa alegría; nos ofrecen su amistad, lealtad y
compañía, su nobleza y cariño, su ayuda y su amor.

4. Apelación a la práctica común (ex populo)


Se asume que un enunciado se debe admitir como válido / bueno o inválido / malo porque
todo el mundo así lo cree.

EJEMPLO:
La Inquisición debe de haber estado justificada y haber sido benéfica, si
pueblos enteros la invocaron y la defendieron, si hombres del más elevado
espíritu la fundaron y la crearon separada e imparcialmente, y sus mismos
adversarios la aplicaron por su cuenta, contestando a la hoguera con la
hoguera.
(Benedetto Croce, Filosofía de lo práctico)

5. Causalidad incorrecta (post hoc, ergo propter hoc)


Se establece, sin bases suficientes, que de dos hechos que concurren uno es la causa de
otro. La sospecha puede ser válida, pero este debe ser el punto de partida no la conclusión
del razonamiento.

EJEMPLO:
En los últimos años se ha incrementado la migración de jóvenes a la capital.
Pero también se ha incrementado la delincuencia juvenil. Esto hace evidente
que, para eliminar la delincuencia entre los jóvenes, debemos prohibir la
migración de jóvenes a la capital.

6. Falacia por conclusión impertinente


Se usa un razonamiento que se orienta hacia una conclusión particular, pero se llega a una
conclusión distinta de esta.

9
EJEMPLO:
Alejandro Guerrero ha producido excelentes documentales acerca del Perú y su
riqueza natural. Por su trabajo, ha sido reconocido como uno de los mejores en
su rama tanto en el Perú como en el extranjero. Su gran desempeño
periodístico durante muchos años ha sido un gran soporte en todo proyecto
que ha querido llevar a cabo. El último de ellos, Hombres de bronce, confirma
su calidad como investigador y promotor de la cultura peruana. Por ello, no
debemos perder la oportunidad de viajar y visitar el Perú.

7. Por composición
Se transfiere las características de las partes al todo.

EJEMPLO:
Muy nutrida y efervescente fue la movilización pacífica de unos veinte mil
loretanos, quienes no ven con buenos ojos la Ley de Promoción a la Inversión
en la Amazonía Peruana así como la entrega de dos áreas de comercio al
Ecuador, según el Tratado de Libre Navegación. Resulta, entonces, indudable
que todos los peruanos rechazan el llamado Acuerdo de Paz entre nuestra
nación y el vecino país del norte.

8. Por división
Se transfiere las características del todo a las partes.

EJEMPLO:
El cuerpo policial en nuestro país es bastante corrupto, de modo que no
podemos esperar que el sargento Sarmiento sea una persona honesta.

Argumentación: análisis de textos argumentativos

TEXTO # 1
¿Debemos celebrar Halloween en Lima?
Mónica Gastelú

Desde hace algunos años, aproximadamente desde inicios de los ochenta, se observa una
nueva costumbre en nuestra ciudad, la fiesta de Halloween. Uno puede notar que es una
celebración foránea inmediatamente por el nombre. Este es anglosajón y su significado es
“todos los santos”. Procede de ciertas costumbres europeas muy antiguas, relacionadas con
prácticas mágicas. La pregunta es si resulta sensato celebrar tal fiesta en Lima. Mi punto de
vista es que resulta absurdo y que es hasta negativo. A continuación, trataré de explicar mi
parecer recurriendo a situaciones perfectamente corroborables para cualquier lector limeño
medianamente enterado.
Ante todo, debemos notar que la fiesta de Halloween pertenece a una cultura muy diferente de
la nuestra. Antiguamente, en Europa, se practicaban mucho más intensamente los ritos
mágicos asociados con creencias no cristianas; dentro de tales misterios, los brujos y brujas
observaban diversas fechas de gran valor de acuerdo con sus concepciones del mundo. Una de
esas fechas era la medianoche entre el 31 de octubre y el día 1 de noviembre. En un segundo
momento, la fiesta se trivializó entre el pueblo europeo que mezclaba las creencias mágicas y la
religión cristiana. Mucho más tarde, la fiesta se convirtió en una costumbre con escaso
significado incluso para los europeos y las colonias inglesas en América. En cierto modo, y como
muchas otras fiestas, pasó a convertirse en una especie de fósil o anacronismo. Como se ve,
pues, si para los pueblos cuyas culturas produjeron este rito no significa ya nada, para nosotros
resulta más que evidente que carece absolutamente de relevancia.

10
Actualmente, la profunda penetración de los medios comunicativos norteamericanos dentro de
la sociedad limeña ha introducido un gran número de elementos culturales, entre los cuales se
encuentra el Halloween. Para los norteamericanos, actualmente, la celebración de las calabazas
caladas es un pretexto para la socialización; para nosotros, los limeños, también, aunque sea
menester echar mano de calabazas de plástico. Pero, a diferencia de Estados Unidos, aquí,
simplemente, un huachafo supino la copió de pronto, sin duda alguna en un afán imitativo de
una sociedad admirada. Para nosotros, no existe mayor respaldo cultural enlazado con la vida
de las generaciones anteriores a nosotros que el remedo de otro pueblo. Quizá una
investigación más profunda revele que fueron determinadas series televisivas norteamericanas
las que inspiraron a aquel legendario huachafo a adoptar tal tradición.
Hemos visto que el día de Halloween es una importación cultural absolutamente desmotivada;
sin embargo, no se le puede acusar de carecer de parafernalia propia. En nuestro medio,
realizadas las necesarias adaptaciones locales, seguimos todos los preparativos para la fecha, lo
que exige la compra de adornos diversos para decoración, disfraces, golosinas y bebidas, tanto
gaseosas como alcohólicas. Por otro lado, las discotecas ofrecen fiestas para la ocasión donde
los asistentes beben y bailan, prácticamente, sin motivo alguno, es decir, solo porque es
Halloween. Todos estos elementos materiales encuentran un mercado que cada año se amplía
y diversifica. En efecto, la oferta se dirige a una amplia gama de compradores según su poder
adquisitivo y, como es previsible, según sus edades. Últimamente, dentro del público objetivo,
se percibe un incremento de oficinas e incluso comercios, cuyos rubros no se asocian
inmediatamente a la fiesta, pero que tratan de recoger la “emoción” de la fecha a fin de no
quedar fuera de la efervescencia.
Otro aspecto muy enojoso es que Halloween
es un pretexto para que familias enteras
deambulen por las calles de la ciudad tocando
las puertas y pidiendo golosinas. Parece
exagerado decir “familias enteras”, pero así
es. Dado que se trata de niños que caminan
por la noche, estos salen con parientes
mayores. El espectáculo no siempre es
agradable, en especial, cuando se perciben
niños muy pequeñitos andando a rastras,
porque el peregrinaje se inició hace ya varias
horas, desde sectores medios-bajos de la
ciudad hasta distritos más pudientes. Por otro
lado, no siempre las solicitudes de golosinas
se realizan de buenas maneras. Son muy frecuentes las situaciones desagradables y hasta
acciones violentas, pues, a veces, los niños o jovencitos dañan las casas que —con todo
derecho— se niegan a acceder a sus pedidos. Así, la ira o frustración de no pocos taimados los
lleva a pintarrajear los muros y las paredes del omiso. La agresión a menudo no llega
solamente a trazos pueriles realizados con tiza escolar, sino a medios más enérgicos y
perjudiciales contra las propiedades privadas.
En conclusión, Halloween solo causa efectos indeseables, no alienta ningún valor o significado
social, obliga a gastar dinero y hasta causa situaciones molestas para los ciudadanos. Esta
fiesta, pues, no debería ser alentada y las autoridades, quizá, deberían tomar una postura más
enérgica contra los desmanes que, eventualmente, puede originar. Tal vez sea un poco
exagerado, sin duda, pedir su prohibición; sin embargo, sí parece sensato plantear claramente
a la población la verdadera naturaleza de esta “festividad”.

TEXTO # 2
Prohibido prohibir

11
El debate sobre la legalización de la droga se plantea realmente entre quienes tienen miedo y no
han reflexionado sobre el tema, y quienes han tenido coraje y tiempo para reflexionar sobre las
causas y efectos de esta perniciosa plaga. Quienes tienen miedo y no han pensado sobre el asunto
creen que mata la droga y no la prohibición. Al contrario, los partidarios de la legalización están —
estamos— convencidos de que lo que mata es la prohibición y no la droga. Lo que mata es la
porquería adulterada de ladrillo o matarratas que se meten nuestros jóvenes en las narices y las
venas —a causa de la prohibición—, y no la droga en sí.
Quienes creemos en la necesidad de legalizar controladamente el consumo y venta de la droga en
farmacias estamos convencidos de que esta medida traería consigo de inmediato una drástica
disminución del número de muertos o piltrafas humanas provocados por la droga adulterada. Aún
habría algún muerto por sobredosis, pero sería una minúscula cifra si lo comparamos con la
situación actual. Quienes creemos en la imperiosa necesidad de legalizar la venta de drogas en
farmacias lo hacemos convencidos de que esa es la más eficaz manera de acabar con los muertos
tristes de tantas esquinas urbanas.
Quienes creemos en la necesidad de legalizar
las drogas lo hacemos también convencidos de
que, al bajar radicalmente los precios, no solo
se acabaría la adulteración asesina, sino que
desaparecería radicalmente la pequeña
delincuencia urbana de quienes roban, clavan
navajas o amenazan para pagarse una dosis.
También terminaría el martirio de las madres y
las familias, que acaban siendo las primeras
víctimas de las amenazas y robos de los chicos
enganchados a la droga. ¿A que a usted no lo
ha asaltado nadie con navaja para pagarse un
litro de cerveza? Pues nadie lo asaltaría para
financiarse dosis al precio real de la droga —
más impuestos—, y no al precio astronómico actual resultado de la prohibición.
Quienes creemos en la necesidad de legalizar las drogas creemos también que así dejaría de existir
esa “primera industria” de Occidente, que vive, prospera, corrompe y mata con los ingentes
capitales acumulados en el tráfico clandestino de drogas. Colombia volvería a respirar al cortarle el
suministro de miles de millones que alimenta hoy a un contrapoder fabuloso capaz de seguir
plantando “con vistas a un Estado moderno”. Y aquí, en España o en Estados Unidos o en Italia,
desaparecerían también los continuos crímenes y la corrupción que pervierten a nuestros
organismos aduaneros o de policía.
Finalmente, quienes creemos urgente legalizar las drogas no creemos en esa fantasía de que quien
fuma marihuana, inhala cocaína una vez o se da un solo pinchazo de heroína queda condenado
para siempre a la destrucción y a la muerte. Lo que mata es la prohibición, no la droga. ¿Mata la
droga? Sí, como el tabaco o el alcohol o la dieta excesiva. Todo exceso es malo. Pero lo idiota es
prohibir fumar en los aviones —a Dios gracias esa idiotez no mata, solo genera discordia gratis—
mientras condenamos a millones de jóvenes a consumir una droga adulterada, que es veneno puro
en las venas.

TEXTO # 3
Clonación con fines terapéuticos
Serafín Mazarredo

El debate sobre la clonación se plantea sobre la conveniencia o no de realizar clonaciones con fines
terapéuticos. Es bastante razonable pensar que el fin no justifica los medios. Así, por ejemplo, no
parece bueno que yo mate a alguien (medio malo) para conseguir comida para mi hijo (fin bueno).
De este modo, el debate está planteado, en mi opinión, a un nivel un poco devaluado. El concepto

12
de clonación está tan mal visto que solo se hace afrontable si añadimos “con fines terapéuticos”, es
decir, sin azúcar, no pasa el jarabe.
Tendríamos que ser más directos: ¿es bueno clonar humanos o no? Los que están en contra
apuntan que la clonación es una operación por la cual se produce un ser humano de una manera
“no natural”. ¿Eso es malo? ¿Es malo curarse un cáncer con quimioterapia, cosa que es totalmente
“no natural”? Nadie duda de que sea buena la quimioterapia, aunque sea no natural. ¿Por qué
ensañarse, entonces, con la clonación? El contrargumento se apresura a aparecer: no podemos
intervenir artificialmente en el inicio de la vida. Pero ¿qué diferencia conceptual hay entre intervenir
con unos instrumentos sofisticados de laboratorio y realizar el acto sexual? Ambas son, sin duda,
equivalentes, pues se presentan como operaciones físico-químicas. Las diferencias, señalan los
opositores, son que el acto sexual es considerado “un acto de amor” y que deja “algo al azar”.
Pues bien, les respondo.
Con respecto al amor, yo no creo que la realidad o dignidad de
persona de un hijo se vea en nada afectada porque sus padres
quieran generarlo por clonación en laboratorio en vez de por acto
sexual. El amor puede existir también entre los padres clonadores y
su hijo clonado. ¿O es que el amor va en los espermatozoides y en
el óvulo por la vía “natural”?
En cuanto al tema del azar, se afirma que, si clonamos, entonces
“determinamos” como será el clonado. Me parece que no
determinamos más que en la reproducción sexual “natural”. En la
natural, ya sabemos que el resultado va a ser una mezcla de los
genes de los padres. Lo que no sabemos es cómo va a resultar la
mezcla (de quién van a ser los ojos o de quién la boca). La
diferencia, por tanto, no es que determinemos más o menos por
uno u otro método, sino que por un método “sabemos” cuál será el resultado y, por el otro, no.
En definitiva, yo no veo ningún argumento en contra de la clonación. Si se dice que con la
clonación se pueden generar ejércitos de clonados, lo malo no es la clonación, sino esos ejércitos
de esclavos. Pero los ejércitos de esclavos no son algo indisociablemente unidos a la clonación: ya
los tenemos en algunas partes del mundo hechos por seres generados por vía sexual tradicional y
eso no hace que la vía sexual tradicional sea mala.
Por lo que expuesto, solo me queda decir lo siguiente: si alguien tiene un buen argumento en
contra de la clonación, le pido, por favor, que me lo dé.

TEXTO # 4
El derecho a formar familias
Mónica G.D.

En los últimos años, estamos asistiendo a una creciente apertura de la sociedad a una realidad,
la de lesbianas y gays, que durante muchos años ha permanecido oculta, cuando no marginada
y perseguida. Una vez alcanzado en los países occidentales un cierto desarrollo en los derechos
individuales de lesbianas y gays (ya no se les condena ni encarcela ni ingresa en hospitales
psiquiátricos), el interés social de los medios de comunicación y, por supuesto, de los colectivos
de gays y lesbianas se ha centrado en otro aspecto de esa realidad: la vida en familia de estas
personas.
Existen. Son personas cuya orientación afectivo-sexual va dirigida
hacia personas de su mismo sexo y ese es su único punto en común y
su única diferencia con la mayoría heterosexual. Eso está ya claro.
Pero ¿cómo viven? ¿Responden a los mismos deseos de gran parte de
las parejas heterosexuales de formar familias, protegerse
mutuamente, tener y criar hijos? ¿Responden, realmente, a los
estereotipos, que algunas instituciones se empeñan en mantener, de
personas con una sexualidad nocturna promiscua y, a menudo,

13
mercenaria? No es necesario imaginar; basta con abrir los ojos y querer ver la realidad, una
realidad que, a medida que vayamos siendo más respetuosos con ella, irá siendo más visible:
su vida no es más distinta que la de los heterosexuales.
Las parejas de gays y lesbianas organizan muy comúnmente sus vidas formando núcleos
familiares duraderos; en esos núcleos familiares, viven y se educan niños y niñas. El separar la
orientación gay-lésbica del deseo de ser padres o madres es un error que se comete con
frecuencia, como si ambos no pudiesen formar parte de la misma persona. Tampoco hay que
confundir el hecho de ser gay o lesbiana con el de ser estéril. Las lesbianas pueden parir hijos y
los gays engendrarlos. Por otro lado, las lesbianas y gays también pueden adoptar hijos desde
la ley de 1998 (en España), que regula la adopción. De hecho, lo están haciendo como
personas solteras, igual que las heterosexuales, cuando consiguen la declaración de idoneidad.
Sin embargo, cuando deciden hacerlo como pareja, la posibilidad queda cerrada. ¿Es que,
acaso, dos personas idóneas, cuando se juntan, dejan de ser “idóneas”?
Los grupos y las instituciones que niegan el derecho de estas personas (de estas parejas que ya
tienen niños; otras los están esperando) a ser consideradas familias argumentan que estos
ambientes no son los más adecuados para el desarrollo y el crecimiento de un niño. Sin
embargo, los estudios realizados en torno de la existencia de familias constituidas por una
pareja de gays o de lesbianas con hijos a su cargo no confirman estas afirmaciones. Muchos de
estos estudios se han realizado por organismos oficiales: Parlamento Europeo, Senado alemán,
Asociación Americana de Psicólogos. Son diversos en cuanto a su objeto de estudio: desarrollo
evolutivo, socialización, aprendizaje, resultados escolares... Y las conclusiones son positivas. No
hay ninguna evidencia de que el ser criado y educado por este tipo de parejas resulte negativo
para el menor.
El informe presentado el 6 de junio de 2000 a la Asamblea del Consejo de Europa sobre la
situación de gays y lesbianas en el Viejo Continente hace un resumen de su situación y dice
textualmente: «Han tenido lugar multitud de estudios en este sentido, pero ninguno ha podido
determinar que el hecho de ser educado por padres que sean gays o lesbianas perjudique a
esos niños ni que los padres homosexuales serían peores padres que los heterosexuales».
También en España, expertos como Jesús Palacios, catedrático de Psicología Evolutiva y de la
Educación de la Universidad de Sevilla, en un artículo titulado “El supremo derecho de los niños
a una infancia feliz”, insiste en la idoneidad de las parejas de gays y lesbianas para la adopción
al afirmar: «Lo esencial no radica en sus creencias religiosas ni en sus preferencias sexuales o
en su forma de organización familiar, sino en sus actitudes educativas y en su capacidad para
hacer frente a las necesidades de quienes son adoptados».
18 de julio de 2001

TEXTO # 5
Fantasías por resolver
Oriana Baco

Las feministas militantes antiporno sustentan su discurso en el supuesto de que el material
pornográfico nutre la cosificación sexual de las mujeres. Plantean que las mujeres son usadas
como objetos ante una dominación machista absoluta. En este sentido, proponen a las películas
pornográficas como instrumento directo de maltrato femenino. Encuentro un resentimiento
injustificado en esta forma de abordar el tema que plantean las feministas antiporno y creo que
esta posición de víctima en el ámbito de la sexualidad no hace más que degradar al género
femenino en tanto que elemento susceptible al deseo sexual.
Me pregunto si, alguna vez, al ver una película porno, se han cuestionado acerca de la
cosificación sexual del hombre. De hecho, este material solo enfoca su interés en la mujer y su
comportamiento sexual. Considero importante recordarles lo obvio: la pornografía también ve al
hombre como alguien que proporciona y recibe placer sexual. Si se quiere, en los términos
propios del movimiento antiporno, la pornografía también ve al hombre como un objeto sexual.

14
El movimiento antiporno asegura que las mujeres son despojadas de su carácter de seres
humanos cuando son parte de escenas sexuales explícitas
que suponen una visión peyorativa del género femenino.
Esta crítica se basa en una presunta reducción de la mujer
a su condición corporal que deja de lado toda otra posible
dimensión. En este punto, resulta importante recordar algo
evidente: a la pornografía solo le compete el ámbito de lo
sexual. En el campo del sexo, la gente se comporta
sexualmente. Por este motivo, resulta inexacto decir que el
material porno promueve la identificación total de la mujer
como objeto. Se trata de una generalización sin sustento,
ya que, aunque las películas pornográficas solo muestran a
las mujeres en situaciones sexuales, no significa que ellas
actúen de esta manera en todos los campos en los que se
desarrollan y, menos aun, que solo sirvan para esta clase
de actividad.
El discurso antiporno cae, de esta forma, en lo que
censura: en negar una dimensión de la mujer como ser
humano. Si bien es cierto que la mujer no se reduce a su sexualidad, también es obvio que la
sexualidad es parte de ella.
Por otro lado, las feministas antiporno critican la negación de la esfera intelectual y sensible de
la mujer, pero a la vez niegan la esfera carnal y asumen que la asunción de esta (en todos sus
posibles desenvolvimientos) degrada a la otra. En el planteamiento de la lucha contra la
pornografía, se establece que una actitud explícitamente susceptible al gozo del placer sexual
niega la condición humana de las mujeres. En realidad, lo que niega esta interpretación es que
el ser humano de género femenino pueda ser libre de ejercer una sexualidad no estigmatizada
por el menosprecio de la validez de su deseo.
La verdadera marginación de las mujeres a lo largo de la historia en el campo sexual se ha
manifestado en la idea de que la mujer pura no debe tener inclinaciones ni deseos sexuales
fuera de lo establecido por las reglas de la moral cristiana. Por muchos años, una “mujer
decente” ni siquiera podía experimentar abiertamente en el campo de la sexualidad dentro del
matrimonio. Me refiero aquí a una exploración completa, donde una mujer es capaz de llevar a
cabo cualquier tipo de experiencia y disfrutar de ella. Las feministas consideran el material
pornográfico como un atentado contra la pureza femenina, cuando, en realidad, es esta
absurda concepción de la pureza la que atenta contra la verdadera identidad sexual de las
mujeres. Por ello, la pornografía podría ayudarnos a descubrir esa identidad, en el sentido de
que toda mujer debe asumir como válido y saludable su propio deseo sexual y su capacidad de
crear y vivir fantasías que escapan a lo convencional del “sexo apropiado” para una “mujer
decente”.
En general, en las películas pornográficas, se pueden diferenciar dos tipos de rol sexual
femenino. Por un lado, existen películas donde las mujeres son obligadas a participar de una
situación sexual no deseada. En este caso, el discurso antiporno promueve una visión de la
mujer como víctima pasiva susceptible de ser explotada. Al sentirse agredidas por la práctica de
sexo oral a un hombre, por ejemplo, las películas pornográficas fomentan la percepción
peyorativa que aún tiene muchas personas de la mujer como incapacitada para disfrutar de un
momento sexual no convencional. Pero esta visión es inadecuada y hasta falsa: las mujeres
pueden disfrutar de momentos sexuales no parametrizados por la “decencia”.
En una segunda clase de rol sexual de la mujer propuesto por las películas pornográficas, las
mujeres dan licencia a su instinto sexual natural tanto como los hombres. En lugar de reprimirlo
para dar paso a la absurda postura de dama recatada que no necesita sexo, deja aflorar las
fantasías y deseos que toda mujer tiene y quiere satisfacer. En este sentido, se podría
considerar a esta clase de pornografía como portadora de un rol sexual femenino que
contribuye en la lucha en favor de la libertad de las mujeres y de igualdad de derechos entre
hombres y mujeres. Si las situaciones propuestas por estas películas pornográficas se llevaran a
cabo (en el sentido de que toda mujer pueda liberarse a tal punto que cumpla sus fantasías sin

15
tensión inmediata ni remordimiento posterior), ya sea en relaciones monógamas o polígamas,
se lograría superar el verdadero problema de discriminación sexual que sufren las mujeres: el
de ser consideradas “putas” por el libre ejercicio de su sexualidad.
A fin de cuentas, el sexo es un campo de desarrollo humano como lo es cualquier otro, donde
las personas asumen cierto rol. Es cierto que las películas pornográficas normalmente se limitan
a presentar a las personas en su rol sexual, mientras que otro tipo de películas muestra a los
personajes en varios roles. Este es un problema de
género cinematográfico, pero no un asunto de
discriminación machista (como lo quisieran probar
algunas feministas). En una sociedad como la nuestra,
donde solo los hombres pueden permitirse actuar sin
reprimir sus deseos, me parece que las películas
pornográficas podrían ser un estimulante positivo para
una transformación indispensable en la mentalidad de los
peruanos. Este cambio haría más felices tanto a los
hombres como a las mujeres. Esta no es una propuesta
de libertinaje sexual. No se trata de actuar en todo
momento de acuerdo con lo propuesto por la
pornografía. Sin embargo, resulta positivo aceptar esta
propuesta de roles sexuales que aporta la pornografía para que, en las situaciones que nosotras
mismas escojamos, nos sintamos menos restringidas y más satisfechas, ya que, en el juego
sexual, finalmente, se participa para lograr satisfacción (ya sea sexual, sensual, amorosa) que
solo se puede obtener si no hay reglas establecidas.

TEXTO # 6
Europa laica y creyente
Mario Vargas Llosa

Han hecho bien los gobiernos europeos en aprobar un proyecto de Constitución en cuyo
preámbulo no se mencionen las "raíces cristianas" de Europa, como pedían algunos dirigentes y
exigía el Vaticano. Desde luego, el cristianismo es un componente central de la tradición y la
cultura de Occidente; pero, de este modo, la carta fundamental de la naciente Europa unida
subraya —y estoy de acuerdo con eso— el carácter laico del Estado y enmarca la religión y la
vida espiritual de los europeos en el ámbito que le corresponde: lo privado. Gracias a que existe
esta frontera entre lo público y lo privado, Europa es democrática. Cuando esta frontera no
existe o es extremadamente laxa y porosa, y permite que la religión invada el Estado y este se
inmiscuya en la vida privada, vastas regiones del mundo —los países islámicos, principalmente
— tienen dificultades enormes, insuperables, para evolucionar desde el despotismo autoritario a
la sociedad abierta.
Por definición, toda religión —toda fe— es intolerante, pues proclama una verdad que no puede
convivir pacíficamente con otras que la niegan. Durante muchos siglos, el cristianismo lo fue,
tanto como el islamismo radical, y combatió a las otras religiones —al error— con la espada y
con la buena conciencia de quien se sabe aliado de Dios y portaestandarte de la absoluta,
integérrima verdad. Ateos, judíos, mahometanos, paganos, y más tarde protestantes pagaron
carísimo profesar falsas religiones y adorar dioses fetiches, y millones de ellos fueron forzados
por el terror a convertirse a la verdadera religión. Durante muchos años, y hasta hace
relativamente poco tiempo, mientras fue religión de Estado, el catolicismo legisló y estableció
normas de conducta estrictas en la vida privada de las personas, ni más ni menos como en los
Estados fundamentalistas islámicos donde impera la sharía, aunque es justo señalar que, con
toda su ferocidad represora en materia sexual, el catolicismo no llegó nunca a los extremos
discriminatorios y denigrantes contra la mujer del islamismo.

16
La omisión de la influencia cristiana en la
Constitución de la Unión Europea, de otro lado, va a
facilitar la incorporación de Turquía, un país que,
aunque constitucionalmente laico desde la revolución
de Kemal Ataturk, tiene una población que en su
inmensa mayoría profesa la religión musulmana.
Para poder integrarse a Europa, una aspiración
compartida por las principales fuerzas políticas y
apoyada, sobre todo, con pasión, por las capas más
modernas de la sociedad turca y las más empeñadas
en que Turquía perfeccione su deficiente democracia
y alcance unas cotas de legalidad y libertad
comparables a las de los países más avanzados de
Occidente, los gobiernos turcos han dado pasos muy importantes, tanto económicos como
políticos, a fin de ser elegibles como miembros de Europa. Desde la abolición de la pena de
muerte hasta el respeto al pluralismo político y a la libertad de prensa, pasando por la
independencia de los jueces ante el poder político, la disciplina fiscal y la supresión de las
trabas para que la minoría kurda pueda tener escuelas que enseñen su lengua y desarrollar su
cultura sin censuras, en los últimos diez años, Turquía ha sido, de lejos, la sociedad musulmana
que más avances ha hecho en el camino de la democracia. Que los logros, pese a ser
bastantes, sean aún insuficientes, no está en duda. Pero, precisamente, nada puede estimular
mejor la modernización de Turquía que sentirse bienvenida en el concierto de la Europa que
nace, una Europa, no lo olvidemos, plural, cultural y políticamente hablando, en la que, dentro
de un denominador común democrático, deberán poder coexistir no solo culturas, lenguas y
tradiciones, sino también religiones.
No es necesario destacar la importancia que tendría para todo el mundo islámico, y, muy en
especial, para el conformado por los países árabes, el ejemplo de una Turquía capaz de
conciliar sin traumas la fe en el Corán y la cultura democrática, es decir, de un país musulmán
que haya conseguido, como la Europa cristiana, seguir aquel proceso de secularización —de
privatización de la religión— que hace posible el arraigo de la libertad en un país.
En otro orden de cosas, es necesario señalar que un Estado laico no significa una sociedad atea
o agnóstica, ni mucho menos un Gobierno enemigo de la religión, como han insinuado algunos
de los defensores recalcitrantes de la mención en la Carta fundacional de la Unión Europea de
las raíces cristianas de Europa. Significa simplemente que el Estado se compromete como tal a
respetar todas las religiones que profesen los ciudadanos y a no identificarse con ninguna en
especial, deslindando con toda precisión lo que la fórmula bíblica llamó tan bien el mundo del
César y el mundo de Dios. Mientras no traten de impedir las creencias y prácticas religiosas de
los demás, los ciudadanos son libres de adoptar la fe y ejercer el culto que les plazca.
Además, todos los grandes pensadores de la libertad, de Kant a Hayek, de Adam Smith a
Popper, de Tocqueville a Isaías Berlin, han señalado, con prescindencia de sus propias actitudes
en materia religiosa, que una rica e intensa vida espiritual es un requisito indispensable para
que una democracia funcione, y, también, que nada reemplaza a la religión como fermento y
patria de la espiritualidad. Esta es, también, mi profunda convicción. Solo a una minoría muy
reducida de personas, la cultura, las ideas, las artes, la filosofía, bastan para suplir a la fe
religiosa como alimento espiritual y para infundirle esa seguridad mínima respecto a la
trascendencia sin la cual es difícil, acaso imposible, que una sociedad despliegue toda su
energía creativa y viva en un clima de armonía, confianza y orden que le permita aprovechar
todas las oportunidades que ofrece la libertad. La mejor prueba de que así son las cosas es el
fracaso sistemático de todos los intentos históricos, empezando por la Revolución Francesa y
terminando por las revoluciones soviética y china, para desarraigar la religión de los espíritus y
reemplazarla por una ideología materialista. No se puede erradicar a Dios del corazón de todos
los hombres; muchos de ellos, acaso la gran mayoría, lo necesitan para no sentirse extraviados
y desesperados en un universo donde siempre habrá preguntas sin respuestas. Pero, así como
no se puede acabar con la religión, sí se puede, y este es el gran triunfo de la cultura de la
libertad, desestatizarla y confinarla en el ámbito de la vida privada, de manera que la libertad
pueda desarrollarse y los ciudadanos estén en condiciones de desplegar todas sus potencias

17
creativas sin los frenos y limitaciones que una religión identificada con el Estado
inevitablemente impone, recortando, a veces hasta límites intolerables, la soberanía humana.
Es natural e inevitable que, en un Estado laico, las organizaciones
religiosas traten de influir en la dación de las leyes, de modo que estas
coincidan con, o reflejen, las convicciones, modos de conducta y prejuicios
que las animan. Y en muchísimos casos esta propensión resulta benéfica
para el funcionamiento de las instituciones democráticas. Pero, en ciertos
asuntos, como el divorcio, el aborto, la eutanasia, los matrimonios entre
gays y lesbianas, no lo es y surgen desavenencias y polémicas. Bienvenidas
sean estas polémicas, pues la esencia de una sociedad abierta es el debate
y el constante cuestionamiento de las normas que regulan la marcha de la
sociedad, en pos de su mejora. Así como la obligación de un Estado laico
es no invadir la vida privada de las personas —su vida familiar, sexual,
espiritual y religiosa—, también lo es, en caso de conflicto con las
organizaciones religiosas, hacer prevalecer la propia noción de bien común,
respaldada por los órganos soberanos de la vida pública, el Parlamento y el
Gobierno, y resistir las presiones confesionales. Se trata, sin duda, de un
avance en materia social e institucional que corrige una situación de discriminación e injusticia
contra minorías víctimas de persecución y prejuicios.
Piedra de Toque. 15 de julio de 2004 © Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario EL
PAÍS, SL, 2004 (adaptado).

18
Argumentación: producción de textos argumentativos


Todo texto argumentativo debe contar con las siguientes partes esenciales:

 Específico para el problema que se discute


 Título
 Llamativo (captura la atención del lector)

 Parte llamativa

 Introducció
 Parte explicativa
 Marco general o contexto
n  Foco específico
 Enunciado de tesis
 Anticipación de lo que vendrá
 Oraciones temáticas para enunciación explícita de
argumentos
 Desarrollo argumentativo a través de tópicos

 Cuerpo  Citas y referencias bibliográficas

 Ejemplos, casos específicos

 Respuestas a las objeciones

 Vínculo explícito con tesis

 Énfasis de puntos resaltantes

 Conclusión  Reafirmación de tesis

 Reflexión o llamado a la acción

A continuación, se le presentan distintas opiniones acerca de dos temas. Léalas y


realice lo que se le pide:

1. Discuta las opiniones con sus compañeros de clase. Puede ofrecer su propia
opinión acerca del tema.
2. Elabore dos esquemas: uno con una tesis a favor de cada uno de los temas y otra
con una tesis en contra. Asegúrese de que cada esquema cuente con cuatro
argumentos claramente definidos.
3. Redacte cada uno de los textos siguiendo las pautas de la redacción de textos
formales.

19
TEMA # 1: ¿CREE QUE SE DEBE PROHIBIR BEBER EN LAS CALLES?

En varios municipios locales, se ha puesto en ejecución una ley que prohíbe a las
personas consumir bebidas alcohólicas en la vía pública. ¿Es correcta la medida que
pretende prohibir el consumo de alcohol en la calle? ¿Es acaso una propuesta
negativa? Se le presentan, a continuación, las opiniones de algunos vecinos limeños.


Esta imitación de las leyes de Estados Unidos va a aportar un poco más de control sobre la
venta y uso del alcohol por menores en el momento actual. Se evitarán muchos problemas,
entre otros la iniciación de la dependencia por la juventud. Todavía son livianas las leyes contra
establecimientos, pero como primer paso es bueno. Mariana Jiménez

Me parece muy bien que prohíban que se beba en las calles. Ya es hora de que alguien controle
a los jóvenes de hoy en día, que creen que la única manera de divertirse es emborrachándose y
drogándose y no saben aprovechar la juventud. Ing. Banto

¿Beber en la calle? Cuando el municipio autoritario decide aprobar medidas represoras, lo que
logra es que, para los jóvenes, sea mucho más divertido el beber en la calle, porque estará
prohibido. Harán lo mismo que en Estados Unidos: llevar las botellas metidas dentro de una
bolsa de papel. Carlitos

Me parece muy bien. ¡Ya era hora! Si los jóvenes no son capaces de comportarse
civilizadamente (recoger la basura que originan, aguantarse las ganas de ensuciar de las peores
maneras la calle, etc.), que acepten las consecuencias. Laura M.

Por fin los políticos hacen algo contra el lastre de ver nuestras calles y parques llenos de
botellas y latas. Es un espectáculo bochornoso que daña nuestra imagen de país civilizado, así
como la vida diaria de los vecinos de las zonas afectadas, y que, al final, conduce a la
marginalidad de esas mismas zonas, donde las propiedades incluso llegan a perder su valor por
culpa de los escandalosos. Felicidades a los gobiernos que tomen estas iniciativas. Ñ. P.

Si cualquier persona lleva su envase y bebe un líquido y se comporta de manera normal, ¿quién
te va a prohibir beber? ¿Te pararán los agentes y te dirán que deben probar lo que estás
bebiendo? ¡Qué absurdas prohibiciones! Diego Sáenz

Muy bien por el gobierno y todos los que adopten la misma norma. La calle es lugar de tránsito
y convivencia de la gente, y no zonas de mal ejemplo a menores, con el vicio y la suciedad que
como consecuencia se producen. Patty

Yo pienso que debería prohibirse el consumo de bebidas alcohólicas como así también el
consumo de tabaco y drogas en todo lugar público. Los espacios públicos no deben ser
contaminados por aquellos que desprecian, con su actitud, la salud y vida de sus semejantes.
Además, un joven alcoholizado es una amenaza potencial, no solamente para sí mismo, sino
para todo aquel que se cruce, por desgracia, en su camino. Podrán tildarme de dictador, pero
es hora de que la raza humana deje de agredir contaminando todo, y aprenda a respetar al
prójimo. José Luis Huayta

La medida es seguramente inconstitucional. Atenta contra el más elemental principio de


libertad. Lo único que se podría prohibir —y va implícito en dicho principio— es que el que beba
moleste a los demás. Olga Gutiérrez

Ahora que ya me había acostumbrado al hedor a orina de debajo de mi casa y a no dormir los
fines de semana, van y prohíben a estos simpáticos muchachos que beban hasta el coma etílico

20
y que dejen los parques sembrados de porquería y cristales rotos: pues vaya, qué pena tan
grande. Nena Terán

No se soluciona nada con represión, sí con educación. La juventud es ignorada constantemente


por la sociedad. Necios son los que nos tachan de alcohólicos y drogadictos. La sociedad tiene
grandes deberes hacia los jóvenes, todos ellos incumplidos. ¿Quién nos protege a nosotros de
su ineptitud? Reni

El problema NO es que se beba en la calle, ES el que se moleste a los demás. O sea que con
unos colegas podemos ir a cantar bajo las ventanas del Alcalde a las 4:00 de la mañana, o
ensuciar su puerta, pero, eso sí, bebiendo Coca Cola. A ver cuando los políticos van a los
problemas reales en lugar de a lo facilón para conseguir votos. Fede Falcón

No estoy de acuerdo. Se exagera con esta generalización de lo que ocurre en unos lugares
concretos y a unas horas concretas. A mí, en verano, me gusta tomarme harta cerveza
fresquita y no creo que con ello moleste a nadie. Con estas represiones, solo empujamos a los
jóvenes a que se pasen más todavía de la raya. Manuel

Yo creo que la cosa está muy clara: que hagan con su salud lo que estimen oportuno, pero con
dos condiciones: 1) que no me quiten el sueño; 2) que no dejen la calle hecha una porquería,
que recojan los residuos que generan y los tiren al basurero más próximo. Tania García
Calderón

Se empieza por prohibir beber en la calle y se acabará con toque de queda, con un estado
policial. ¿Qué está pasando en este país? Parece que nadie se da cuenta de nada. Micki

Cualquier tipo de prohibición es un atraso: el problema no se arreglaría de esa forma; lo que


habría que hacer es concientizar a los jóvenes para que fueran más cívicos y condescendientes
con el resto de ciudadanos, evitando dejar basura y todo lo que conlleva beber en la calle. Raúl
Curi

Creo que se están confundiendo términos; el problema era la queja de los vecinos ante el
bullicio y la porquería originada: una vez acallado esto, da igual que los jóvenes beban, porque
lo siguen haciendo. La verdadera solución sería una educación diferente. ¿Cómo los jóvenes no
vamos a beber si vemos a nuestros mayores hacerlo? María Pía N.

La libertad es el equilibrio entre la opción personal y social. Cuando hay desequilibrio, como es
el caso de la gente que bebe en la calle, por la falta de higiene, por la agresión del ruido, hay
que exigir responsabilidades. Sandro del Castillo

Es un problema para el cual hay que buscar soluciones que no coarten la libertad de ningún
ciudadano. Las leyes prohibicionistas no cumplen de ningún modo lo anterior: respetar el
derecho adquirido y cultural como es el consumo de bebidas espirituosas. Sin embargo, hay
que respetar el descanso de los demás y controlar el consumo en los menores de edad.
Señores legisladores, sean consecuentes: el prohibir no soluciona sino que empeora. Hay otras
soluciones. Hilda Valdez

TEMA # 2: ¿SE DEBE DIFUNDIR EL USO DEL CONDÓN EN COLEGIOS?1

Para muchos, promover un avance en temas de educación y prevención sexual es un


atentado contra la moral. Sin embargo, cabe preguntarse si todas las medidas

1
Este ejercicio fue preparado por el profesor Miguel Carneiro Figueroa.

21
sugeridas en este tema son realmente viables. A continuación, se presentan algunas
opiniones al respecto del tema propuesto.

Ira santa por reparto de condones en los colegios

Al parecer, la política del Estado para avanzar en el tema de la educación y prevención sexual
siempre será considerada como “un ataque contra el principio moral” por la Iglesia Católica. Si
bien es cierto que el anuncio del ministro de Salud, Álvaro Vidal, de repartir condones entre los
escolares ha sorprendido a la opinión pública, esta medida no va en contra de la realidad:
anualmente en el país se reportan miles de casos de adolescentes embarazadas y, además, se
sabe que el 75% de casos de SIDA es contraído durante la adolescencia o juventud.

Entonces, ¿dicha campaña es incorrecta? Para el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, este
anuncio “no busca promover la salud sino promocionar el uso del sexo como objeto de
diversión, y no como lo que Dios quiere”. Asegura que “el placer ha sido puesto por Dios con la
idea de unir a una pareja, en función de la procreación”. “La iglesia no pide tratos especiales,
pero sí le puede reclamar al Estado que no ataque los principios de la fe de la mayoría católica”,
sostuvo. El cardenal Cipriani tampoco se quedó callado ayer. Durante su homilía, fue aun más
enérgico que el día anterior. Afirmó que la propuesta de regalar preservativos a los menores de
dad es un atentado contra la dignidad de las personas. “Esto es sepultar el derecho a la vida en
su parte más fundamental, para permitir que cualquier experiencia sexual, con tal de que no
tenga hijos, con tal de que no contraiga una enfermedad, no importe… ¿Pero, la prostitución de
aquel chico y aquella chica?” Así lo dijo, haciendo un símil entre mantener relaciones sexuales y
la venta de sexo por dinero. Este comentario encendió aun más el debate público. Sin
pronunciar las palabras condón, profiláctico o preservativo, monseñor Cipriani fue claro en
invocar que la niñez y la juventud no deben convertirse en “víctimas inocentes de intereses o
estrategias permisibles que atenten contra la formación moral”.

No obstante, los números no engañan. Según el Ministerio de Educación, 176 mil adolescentes
entre 13 y 19 años terminan embarazadas, promedio que se mantiene desde 1998. De estas,
un 17% —según el Instituto Nacional de Estadísticas (INEI)— deja el colegio. Así, la gestación
precoz se convierte en la segunda causa de deserción escolar. Además, según diversos
estudios, la vida sexual se inicia cada vez más pronto: entre los 13 y 15 años, o sea, cuando los
adolescentes cursan el segundo o tercer año de secundaria.

Opiniones

Eduardo Blume, representante de la ONG Vía Libre, saludó la supuesta propuesta del
ministro, debido a que nunca se ha hecho una campaña así, desde que apareció, hace más de
dos décadas, el SIDA en el Perú. Mencionó que esto se dará paralelamente a la difusión de
información sobre las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), salud reproductiva y
embarazos no deseados. Consideró que se debe enfrentar la realidad con entereza y sin
hipocresía. Sugirió que la entrega de preservativos a los chicos debe hacerse desde los 12 años.
“No nos hagamos los ciegos ante el SIDA y los embarazos precoces; se tiene que entender que
un ‘jebecito’ no promueve el sexo”, puntualizó.

La Defensora de la Mujer, Rocío Villanueva, se mostró a favor del anuncio ministerial, pero
acotó que era de vital importancia acompañar esta repartición de preservativos con una
agresiva campaña informativa de diferentes métodos anticonceptivos.

No es cuestión de repartir condones. El Ministerio de Salud debe liderar una campaña en la que
difunda los derechos del niño y del adolescente, que contemple la moral y una buena forma de
vida. Julia Valenzuela, presidenta de la Comisión de Educación del Congreso

22
Antes de repartir preservativos, tenemos que preocuparnos de una adecuada educación sexual,
sobre todo en los jóvenes de cuarto y quinto año de secundaria. Es un extremo que se reparta
el “arma” a los jóvenes, sin saber cómo usarla. Daniel Robles, congresista

Conocer todos los métodos anticonceptivos es parte de la educación sexual. Finalmente, es más
nocivo que los adolescentes accedan a la información sin orientación. Pero, el ministro de
Salud, Álvaro Vidal, debe informar al detalle cómo será el programa que van a realizar.
Mercedes Cabanillas, congresista del PAP

Sería un grave error impedir que los jóvenes reciban información sobre sexualidad a la que
tienen todo el derecho. Pero tampoco se deben hacer anuncios unilaterales que no
corresponden a una política educativa, sin un programa que contemple los diversos aspectos
como lo biológico, emocional y moral de cada persona. Idel Vexler, educador

El acceso a un preservativo en una forma indiscriminada crea controversia y preocupación en la


población. Espero que esto se afine y se aclare en los próximos días. Estamos de acuerdo en
que haya una gran campaña de prevención contra el Sida y los padres de familia tienen que
participar muy activamente. Daniel Aspilcueta, presidente de Inppares

Me parece excelente. Primero porque se reconoce que la práctica sexual se inicia pronto, entre
los 13 y 14 años, en hombres y en mujeres. Además, plantear una medida así es realista,
porque se admite que lo básico es la información. El ministerio está actuando con
responsabilidad. Susana Chávez, representante de “Flora Tristán”

El ministro de Salud, Álvaro Vidal, salió al frente para desmentir la iniciativa que exasperó a
algunos sectores de la sociedad, entre ellos al cardenal Juan Luis Cipriani. “En ningún momento
hemos informado a los medios de prensa, que vamos a distribuir condones en los colegios. El
Ministerio de Salud no tiene esa política actualmente”, sostuvo Vidal, en declaraciones a Radio
Programas. Aclaró, no obstante, que es función del Estado y de su portafolio, intensificar las
campañas de medicina preventiva, particularmente si se trata del Sida.

La iglesia debe respetar los fueros del Estado y no debe ejercer presión. Es una obligación del
gobierno procurar todos los medios para que las parejas se cuiden. La Iglesia tiene una
distorsión: considera que el acto sexual solo es para la procreación, pero también hay una
satisfacción que se da a través de la comunicación sexual. Uno de los fines del matrimonio es la
procreación, pero no de manera exclusiva ni determinante. José Rouillón Delgado,
presidente del Movimiento Diálogo de Vida por la Renovación de la Iglesia.

La Asociación Civil Mujer por la Mujer marchó por las calles de Miraflores, en contra de la
repartición de condones en los centros educativos, debido a que las estadísticas que ellas
manejan dan cuenta de que existe un 28% de error respecto de la seguridad del condón, pues
este permitiría el contagio del SIDA.

En el nivel primario, no se debe difundir el uso del condón sino simplemente informar sobre
educación sexual. En cambio, en el nivel secundario sí se debe difundir abiertamente el uso del
preservativo. La juventud tiene que saber sobre el uso del condón. Carlos Solano, trabajador
independiente (32 años)

De esa manera se previenen hijos no deseados, por ejemplo. Desde el colegio se debe empezar
a instruir a la juventud. En la actualidad, los niños ya saben cómo han nacido y ni para ellos, ni
para los padres, el sexo es tabú. Estoy de acuerdo con esa iniciativa. Lidia Mamami, ama de
casa (36 años)

Sí se debería difundir el uso del condón en las escuelas. Es algo muy importante en esta época
que vivimos. Sirve para que los adolescentes no tengan hijos a temprana edad, además
previene problemas como el SIDA. Encima que estamos en un país subdesarrollado, desconocer
la información sexual nos retrasa más. Wilson Aguilar, empleado (48 años)

23
Sí. Cada día hay más niños muertos producto de abortos. Además, criaturas abandonadas a
consecuencia de embarazos no deseados. Hay mucho adolescente inmaduro y se malogra la
vida por no usar condón. Me da cólera cuando la Iglesia se opone a este tipo de medidas. Julia
Herrerra, independiente (51 años)

Se debe hacer una difusión selectiva, dependiendo del grado de instrucción en el que se
encuentre el joven. Sin embargo, la enseñanza sobre la función del condón debe partir desde la
primaria. Es más, la educación sexual tiene que empezar en el hogar. José Angulo, chofer (41
años)

Me parece correcto el reparto de condones. Considero que esta medida no va a disparar el


erotismo. Las relaciones sexuales de los jóvenes se deben a razones más complejas. No van a
estar propiciadas porque tengan un preservativo en el bolsillo. Se debería dar mayor
información sobre la excitación y el deseo sexual, porque los jóvenes no suelen controlar estos
sentimientos. Fernando Maestre, psicólogo

No estoy de acuerdo con que se invite a los alumnos a mantener relaciones sexuales. Eso
puede violentar a los chicos que ni siquiera están pensando en el tema. Puede ser una
perturbación psicológica. La entrega de condones es un mensaje incitador. Una mujer puede
ser virgen a los 20 años y está bien. Si se quiere informar, para eso están los cursos de
contracepción. Constantino Carvallo, educador

[Opiniones y artículos adaptados de Perú.21, sábado 27, domingo 28 y lunes 29 de septiembre y lunes 6 de octubre de
2003].

24
Argumentación: contrargumentación

 La contrargumentación consiste en la
refutación razonada y contundente de
argumentos de la postura contraria.

 Su estructura está planteada a partir de la


división de la postura contraria, es decir,
se divide la postura contraria en un
número manejable de premisas que se van
descartando de forma sucesiva.

 Para ir descartando los argumentos


contrarios, es necesario hacer un buen
manejo de los tópicos argumentativos y de
otros elementos de persuasión.

 Tome en cuenta, asimismo, que el tono de


sus refutaciones debe ser tolerante y
directo. Sea cortés y conceda que la
postura contraria tiene bases más o
menos racionales; al mismo tiempo, sea
firme y señale que los razonamientos
seguidos por la postura contraria no se
siguen de sus premisas.

Ejemplo:
DEMOCRACIA SOBRE LAS RUINAS
 Mario Vargas Llosa

Acabo de pasar una semana en París y he discutido, con decenas de amigos,


sobre Saddam Hussein y los bombardeos angloamericanos que sepultaron su
Introducción satrapía. Partidarios o adversarios de la guerra, casi todos ellos, sin
embargo, coincidían en que era sencillamente imposible que de las ruinas de
* Marco Irak surja en un futuro más o menos próximo un sistema democrático digno
* Presentación de de ese nombre. Mis argumentos de que no había razón alguna —cultural,
postura histórica o política— que lo impidiera se estrellaban contra una muralla de
escepticismo y un abanico de razones que me gustaría analizar
someramente.

Primer La primera de ellas es que el pueblo iraquí no tolerará un sistema político


contrargumento que llega a Irak en las bayonetas y los tanques de un ejército invasor y que
rechazará el estado de derecho como una mera coartada de los países
* Exposición de
ocupantes. Desde luego, una intervención militar no es, en modo alguno, el
postura contraria
* Argumentación
método ideal para transitar de una dictadura a una democracia, pero lo
de postura propia cierto es que hay abundantes ejemplos de que el florecimiento de la
democracia ha sido la consecuencia feliz de una contienda bélica. ¿No son
Alemania y Japón, hoy día democracias funcionales, un ejemplo mayor de lo

25
que digo? Antes de la Segunda Guerra Mundial, ambos países habían
alcanzado un gran desarrollo industrial, pero eran sociedades autoritarias
con escasísima (Alemania) o nula (Japón) experiencia democrática. Y que el
estado de derecho llegara en las alforjas de un ejército ocupante y como
consecuencia de una devastadora derrota militar no fue obstáculo para que
alemanes y japoneses hicieran suyo un sistema de gobierno y de
organización de la sociedad que respetaba los derechos humanos y abría
formidables oportunidades para el progreso del país y de los ciudadanos
particulares. A estos ejemplos se suele replicar que Alemania y Japón eran
países industriales y modernos y que Irak está inmerso en el subdesarrollo.
Pero ¿y Panamá? La intervención militar que derrocó a Noriega provocó
dolorosas pérdidas humanas, considerables daños materiales y la repulsa de
amplios sectores del pueblo panameño. Sin embargo, este recibió con
alegría la recuperación de la democracia que, desde entonces, funciona allí
con un respaldo unánime, incluido el del partido al que pertenecía el dictador
depuesto. ¿Por qué no ocurriría algo similar en Irak?

A estas alturas de la discusión, sale a relucir la objeción religiosa. No puede


ocurrir en Irak porque allí impera el islamismo, una religión que, por no
haber experimentado un proceso de secularización en ninguna sociedad
árabe, es incompatible con un Estado laico y una legalidad autónoma, no
subordinada al poder religioso. Tampoco estas razones me parecen
convincentes. Que no haya un país árabe democrático solo indica que, en
ellos, hasta ahora, la tradición autoritaria ha sido lo suficientemente fuerte
para aplastar las aspiraciones a vivir con más libertad y oportunidades,
dentro de una legalidad, que alientan todos los pueblos reprimidos y
miserables del mundo. Para estos dictadores, el Islam ha sido un
instrumento de dominación tan efectivo como lo fue el cristianismo durante
cientos de años hasta que el progreso económico, la cultura liberal y el
espíritu civil fueron socavando esa fortaleza teológico-autoritaria tras la que
se escudaban los príncipes y los déspotas. No solo Turquía es una sociedad
donde la religión musulmana, pese a ser practicada por una mayoría de la
población, coexiste con un Estado laico, sino que, también en Asia, la
Segundo democracia se ha ido abriendo paso, cierto que tímidamente, en sociedades
contrargumento donde parecía que el Islam les cerraría siempre las puertas. El caso más
interesante es el de la populosa Indonesia. ¿Por qué el pueblo maltratado y
* Exposición de hambreado de Irak rechazaría un sistema que reconozca los derechos
postura contraria humanos, que lo libre de las pesadillas de las mazmorras y las torturas por
* Argumentación ejercer la crítica o no doblegarse al poder, y que le permita combatir la
de postura propia corrupción y los abusos de la autoridad? ¿Por qué las mujeres iraquíes no
harían suyo un sistema de gobierno que las emancipe de la servidumbre y
de su condición de ciudadanos de segunda clase en que todavía se hallan
confinadas muchísimas de ellas pese a la supuesta naturaleza “laica” del
régimen de Saddam Hussein? Desde luego que la transición de un régimen
cerrado a un sistema abierto es difícil en países que carecen de una tradición
de libertad y de legalidad, pero no es imposible. No hay sociedad alguna en
que este parto no haya sido complicado y sujeto a veces a traumáticos
reveses. Pero lo cierto es que, dentro de la larga perspectiva histórica, la
democracia fue siempre una revolución sustancial para todas las sociedades,
pues puso fin a una antiquísima tradición de autoritarismo y despotismo tan
severa y tan ruin a veces como la que ha vivido Irak. Este país, ahora, por
las especiales circunstancias en que se ha producido la caída de Saddam
Hussein, cuenta con un apoyo de la comunidad internacional que puede
ayudarle a superar los obstáculos inevitables en toda transición hacia la
democracia.

Tercer Por otra parte, señalan mis amigos, Irak no es una sociedad integrada, ni
contrargumento

26
étnica ni religiosamente, y la multitud de divisiones que la fragmentan y la
mantienen siempre a las orillas de la desintegración impiden ese
denominador común compartido sobre las reglas de juego, o principio
constitucional, que sirva de cimiento a la edificación de una democracia. Si
esta se instala, durará un suspiro, descuartizada por las fuerzas centrífugas
(kurdos, chiíes, suníes, siriacos, caldeos, etcétera) cuyos objetivos son
incompatibles entre sí. Las divisiones étnicas y religiosas que existen en Irak,
según aquellos escépticos, solo pueden ser acalladas bajo un régimen de
fuerza. En democracia, ellas provocarían confrontaciones y rupturas que
* Exposición de acabarían deshaciendo el país. Mi postura es la contraria. La dictadura no
postura contraria anula, sino que, por el contrario, atiza aquellas divisiones impidiéndoles
* Argumentación expresarse a plena luz. Para una sociedad en la que abundan las diferencias
de postura propia étnicas y religiosas, el sistema flexible y de concesiones recíprocas que
representa la democracia es el único que puede salvar la integridad del país,
permitiendo una descentralización y unas autonomías regionales, étnicas o
religiosas que hagan la coexistencia posible. A estas afirmaciones suele
responder, detrás de una burlona sonrisa, la irónica pregunta: “O sea, Irak
podría convertirse en una segunda Bélgica, en una segunda Suiza”. Pues,
pese a provocar las carcajadas de los escépticos, yo tengo el firme
convencimiento de que no hay razón alguna para que ello no sea posible.

Hay gigantescas dificultades que vencer, desde luego. Pero estas no son
mayores que las que debieron superar, en su momento, aquellos países que
hoy día son presentados como paradigmas de progreso y de civilización. Y
una de las peores dificultades es, precisamente, la actitud perdonavidas,
arrogante, etnocentrista y, a fin de cuentas, racista de quienes creen que la
Conclusión democracia es un patrimonio exclusivo de los países occidentales —“la
libertad, un monopolio de los libres”— y que miran con infinito desdén los
* Reafirmación de
la tesis esfuerzos de los países tercermundistas para alcanzarla y, en vez de
* Comentario final ayudarlos en esa empresa, la obstruyen y sabotean. Para mí, esa forma
solapada de colonialismo mental es lo primero que es imprescindible
derrotar a fin de que la humanidad viva por fin alguna vez en un mundo en
el que los Saddam Hussein sean anacronismos tan flagrantes como lo son
ahora el canibalismo o la trata de esclavos.

© Mario Vargas Llosa, 2003


© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario El País, SL, 2003
(adaptación)

REVISE EL SIGUIENTE GRUPO DE ARGUMENTOS Y PREPARE UNA CONTRARGUMENTACIÓN.

Razones contundentes contra la clonación humana


Ken Connor

1. La clonación explota a las mujeres, ya que ellas son las que donarían los óvulos para la
clonación. Para ello, las mujeres recibirían inyecciones con fármacos que provocan la súper
ovulación, los cuales aumentan el riesgo de cáncer de los ovarios y de otros peligros para la
salud.
2. La financiación de la clonación es irresponsable, porque ya existen alternativas terapéuticas
que han demostrado ser superiores y no dañinas: la obtención de células madre de adultos.

27
3. La clonación está relacionada con la esclavitud, ya que los seres humanos clonados, sin
dejar de ser seres humanos dignos de respeto, son fabricados y sus fabricantes serían sus
dueños. El permitir esta aberración es retroceder hacia la época de la esclavitud, cuando
ciertos seres humanos eran considerados objetos de propiedad.
4. Los que se oponen a la clonación humana apoyan el progreso científico que se inserta
dentro de los límites éticos, es decir, del respeto a la dignidad humana.

CONNOR, Ken. The Anti-Cloning Argument: Built Ford Tough. Family Research Council. 05/06/02,
www.frc.org <http://www.frc.org>.

LEA LOS SIGUIENTES TEXTOS, IDENTIFIQUE LA TESIS Y LOS ARGUMENTOS, Y PREPARE UNA
CONTRARGUMENTACIÓN PARA CADA UNO DE ELLOS.

TEXTO # 1
La ampliación del voto juvenil
Bonifacio de la Cuadra

“Se me ocurre proponer que los niños voten”. La frase, procedente de la psicóloga forense
Blanca Vásquez y publicada por el diario El País, de España, el 2 de enero en una carta al
director sobre los malos tratos en la familia, merece una reflexión. ¿Cuándo deben comenzar los
ciudadanos a ejercer el derecho al voto? ¿Deben seguir votando a partir de los 18 años? ¿Y por
qué no desde los 13, ó los 15, o al menos desde los 16, edad legalmente apta aun en España
para ingresar en una cárcel de adultos? Partamos de que el sufragio universal es una conquista
democrática irreversible y dediquémonos solamente a establecer los confines razonables de ese
universo de votantes. ¿Es hoy la frontera de los 18 años un límite sólido que justifique dejar
fuera de la participación política esencial en una democracia a los menores de edad, a todos los
menores de edad? Analicemos la situación.

¿Existen estudios solventes que aseguren que el niño de


14, 15 ó 16 años, receptor habitual del caudal de
información suministrado a cada segundo, carece de la
capacidad de emitir un voto en igualdad de condiciones
que un adulto? O, de otro modo, ¿la “falta madurez física
y mental” del menor de 18 años —que, según la
Declaración de los Derechos del Niño aprobada en 1959
por la ONU, genera una necesidad de protección legal y
social— le invalida verdaderamente para ejercer el
derecho a votar, esto es, a elegir ente diversas opciones
políticas que durante una campaña electoral exhiben sus
programas y sus candidatos? Sin duda, no se trata por el
momento de echar sobre los adolescentes
responsabilidades políticas o de gestión pública para las
que, posiblemente, no estén capacitados. No se trata
tampoco de interrumpir abruptamente la etapa de
formación de los niños para dedicarlos prematuramente a
dirigir la sociedad. Lo que se plantea es únicamente el
derecho de los menores de 18 años a depositar la
papeleta electoral en toda clase de comicios electorales:
europeos, estatales, autonómicos o municipales.

A favor del anticipo de la edad apta para votar, hay, además de otras muchas, razones
demográficas. El aumento de la longevidad ha producido en nuestros días el envejecimiento del
electorado. De hecho, en España existe una bolsa de dos millones de jubilados y pensionistas
con derecho a voto, que constituye un legítimo lobby en defensa de sus intereses y que, sin

28
duda, condiciona las políticas sociales de los gobiernos y las ofertas electorales de los partidos
que aspiran a serlo. De ese colectivo de potenciales votantes, forman parte personas
consideradas no aptas para la actividad laboral o profesional o en condiciones de decrepitud
manifiesta. ¿Podría asombrar que paralelamente a esas situaciones se admitiera también el voto
de quienes todavía no han alcanzado la plena capacidad ni madurez? En esas etapas, el
derecho de voto se configura respectivamente como una prórroga o un anticipo de la vida
adulta en plenitud de derechos y deberes.

Una inyección de votos juveniles, además de contribuir a equilibrar el peso político legítimo de
la tercera edad y a ensanchar la universalidad del sufragio universal, probablemente haría
volver la cabeza de los políticos hacia problemas educativos, de paro juvenil y formación
profesional que se abordan desde la única perspectiva de unos representantes elegidos por
votantes mayores de 18 años.

Y no se diga que un ciudadano de 14, 15 ó 16 años no tiene capacidad política hoy para elegir
políticamente lo que más le interesa, sobre todo si las ofertas electorales son capaces de
conectar con sus inquietudes. Cuestionarse si algunos adolescentes tienen capacidad de
discernimiento exigiría replantear el derecho al voto de algunos ancianos nonagenarios y
abocaría a una no deseable guerra generacional. Parece mucho más democrático aumentar por
el lado juvenil el volumen de votantes.

El País, 28/02/98

TEXTO # 2
Celibato sacerdotal
Ricardo Ribera

El escándalo por los casos de sacerdotes católicos acusados de pederastia y de abusos sexuales
contra menores ha puesto sobre el tapete de la discusión el celibato obligatorio que impone la
Iglesia a sus clérigos. Hay un colectivo de más de setenta curas catalanes que escribieron una
carta a su obispo solicitando que la Iglesia declare voluntario el celibato de los sacerdotes. Uno
de sus argumentos es que esto contribuiría a erradicar las desviaciones sexuales, fomentando
una sexualidad sana y una “vida normal” para los miembros del clero católico, lo que facilitaría
su inserción en el mundo social en que se desenvuelven. No es fácil que estas ideas, así como
la reivindicación de abrir la vocación sacerdotal a las mujeres, se abran paso en la Iglesia
Católica. Al menos no, mientras dure el pontificado del actual Papa, que se ha caracterizado por
sus posiciones conservadoras.

Pero el escándalo alimenta la discusión en las filas de la Iglesia, donde se debaten un bando
progresista y otro más tradicional, sin que pueda preverse cuál de los dos saldrá reforzado de
tal coyuntura. Desde hace alrededor de un milenio, la Iglesia Católica elude para sí el mandato
bíblico “creced y multiplicaos”. A la larga, la consecuencia ha sido generar en su seno lo
opuesto: “decreced y dividíos”. La urgencia de reformas la determina el posible éxodo de
feligresía como consecuencia del escándalo actual, pero, también, la crisis de vocaciones que
arrastra la Iglesia en las últimas décadas. Una razón, y no la de menor importancia, es la difícil
aceptación del celibato.

La resistencia jerárquica a cambiar esta situación, creada por el derecho canónico y no


originada por ley divina, se deriva de una vieja interpretación de lo que se supone favorece la
conveniente cohesión y solidez de la institución. La ordenación sacerdotal conlleva un triple
voto: de pobreza, de castidad y de obediencia. Los tres están relacionados entre sí. La
represión sexual promueve, como lo ha demostrado la Psicología, personalidades proclives a la
sumisión y al respeto jerárquico. Queda facilitado así el voto de obediencia. En el caso de
trasgresión del voto de pureza, el sentimiento de culpa opera psicológicamente y facilita el
sometimiento. También el voto de pobreza —personal, que no impide el atesoramiento

29
institucional— está vinculado con el voto de abstinencia. Aquí opera una lógica desarrollada en
la época medieval, semejante a la del imperio chino. Una dinastía de emperadores chinos,
preocupada por el creciente poder de los mandarines, que acumulaban tierras y tendían a
transformarse en señores feudales, los expulsó de la burocracia estatal y los sustituyó por un
nuevo tipo de funcionarios imperiales: los eunucos. Cultos y finamente educados, aceptaban ser
castrados a fin de acceder a importantes cargos de la burocracia imperial. Vivían con lujo y
tenían grandes prerrogativas, pero no tenían derecho a heredar sus posesiones. Incapaces de
tener descendencia, nunca acumularían un poder económico que amenazara la hegemonía del
poder imperial.

Es bastante probable que la Iglesia medieval, al ser un fuerte poder terrenal que concentraba,
por lo menos, la tercera parte de las tierras y otras riquezas en grandes cantidades, operara
con una lógica semejante. Las tierras episcopales, de abadías y monasterios no dejarían nunca
de acumularse a favor de la institución. Al impedir que priores y abades, obispos y canónigos
formalizaran su derecho de posesión y disfrute en una forma de propiedad que pudieran
heredar a sus hijos, la Iglesia se protegía de manera semejante a como lo hiciera el emperador
chino. Era innecesario “cortar por lo sano”, como se había hecho en China, pues lo que de
veras contaba no era tanto el cumplimiento escrupuloso del celibato —a menudo contrariado
por la existencia de concubinas e hijos ilegítimos— como la imposibilidad de herencia.

Superada aquella época de excesos, de crímenes y de “errores”, que la propia Iglesia ha


reconocido y por los que ha pedido perdón, cuesta entender el predominio de la inercia
ideológica. Perviven por ella elementos de origen medieval en una institución que, por otra
parte, ha demostrado, en más de dos mil años de historia, su formidable capacidad de
adaptación y de supervivencia.

Abrir el sacerdocio a las mujeres significaría


una lectura atenta a los signos de los
tiempos, tan marcados por la pujante
liberación femenina y su acceso al
desempeño responsable en las más variadas
profesiones. Abrir el sacerdocio a los
aspirantes casados y no cerrar el ministerio
eclesial a quienes deseen casarse, lejos de
debilitar las filas del clero, las reforzaría en
cantidad y en calidad. Seguir en la postura
cerrada, a espaldas de la época y de sus
exigencias, trae más males que bienes:
menos pastores y más débiles; a menudo,
con doble moral; sin moralidad alguna en
ciertos casos —pocos, es verdad— de
abusadores y pedófilos. Sacerdotes con
demasiada frecuencia desviados hacia la
homosexualidad —la cual se mira más
contraria al espíritu del verdadero sacerdocio y mucho más nociva que las consecuencias de
una sana vida matrimonial— son, en parte, los resultados de la política oficial de la Iglesia de
mantener a toda costa el celibato eclesial.

Buenos cristianos requieren de buenos sacerdotes. Las ovejas aguardan por el buen pastor, que
las conduzca y oriente responsablemente. Pero entiéndase bien: las ovejas de hoy en día, más
informadas y educadas que antes, con mayor sentido de su propia dignidad, aceptan y
aceptarán, cada vez menos. comportarse como simple rebaño.

Adaptado de http://www.elfaro.net/anteriores/2002/052002/secciones/opinion/columnistas/rr/rr.asp

TEXTO # 3

30
Zoológicos: conservar especies
Carlos Fernández

Los zoológicos son visitados por varios millones de personas al año. Suelen ser uno de los
clásicos paseos de fin de semana y, de hecho, muchos lo disfrutan. Otros, en cambio, lo
aborrecen. Sobre todo, los que piensan más allá de la recreación. Pero no se trata de estar a
favor o en contra, sino de lograr que cumplan con sus objetivos, que no son nuevos. Considero
que los zoológicos son claves para conservar la biodiversidad y, por ello, no deben ser
eliminados. Para demostrarlo, podemos acudir a distintos argumentos.

Un jardín zoológico es una institución científica. Por sus exterioridades, puede pasar inadvertido
el carácter fundamental de su existencia para aquellos que acostumbran examinar solamente la
superficie de las cosas, pero el observador concienzudo encontrará siempre, en los
establecimientos de su clase, un vasto campo rico en cuadros de enseñanza, donde la
Naturaleza, no por hallarse estrechada en límites artificiales, dejará de hablarle con la voz
elocuente de los hechos. Un jardín zoológico no es un lujo, no es ostentación vanidosa y
superflua. Es un complemento amable y severo de las leyes nacionales relativas a la instrucción
pública.

Un zoológico —al igual que un jardín botánico, un


parque nacional u otra institución que conserva el
patrimonio común—- comparte los cuatro pilares del
accionar de un museo: conservar, investigar, educar y
recrear. Seamos sinceros: conocemos muchos que no
cumplen con ninguna función, pese a que se
autodenominan “zoológico”. En este caso, debemos
llamar a las cosas por su nombre, que será “circo” o
“depósito de animales enjaulados”. Sería injusto y
erróneo asumir que toda colección de animales
silvestres en cautiverio los conserva e investiga, además de recrear y educar a los visitantes,
pero sería más injusto asumir que ese descuido de algunos pueda extenderse a los zoológicos
también.

Para muchas personas, los zoológicos generan rechazo por el sentido que los humanos tenemos
sobre la libertad. La preocupación del público, en este sentido, es noble, pero, en su mayor
parte, equivocada, porque los animales no tienen el mismo concepto sobre la libertad que
nosotros. Científicamente, se ha comprobado que los ejemplares de la fauna silvestre tienen
requerimientos básicos que, si se conocen y respetan (como las dimensiones del territorio, el
tipo de ambientación, sus hábitos, etc.), harán que vivan bien. El conocimiento y respeto de
esos requerimientos marcan la diferencia entre un zoológico moderno que actúa como un
centro de conservación y lo que se llamaba “casa de fieras” en tiempos victorianos. Pero no nos
confundamos: la solución ideal no consiste en lograr una imitación exacta del hábitat natural,
sino en adaptar el terreno y la atención del zoológico a las necesidades biológicas del
pensionado. Esto exige tanta responsabilidad y conocimiento como la de salvar o educar a una
persona. Para eso, hay que estar preparado. No alcanza con “querer a los animales”, porque si
no tenemos en cuenta esas necesidades, por grande que sea el espacio que le asignemos,
tendremos un animal aburrido o enfermo (cuando no, muerto).

Los zoológicos deben ser observados, pues, claramente en todos sus objetivos para que la
sociedad los reconozca como piezas claves para la conservación de nuestro patrimonio natural.
Está claro que hoy por hoy esto no sucede. Pero confiamos en que se pueda conseguir que el
público vea los zoológicos como lo que son: el ámbito ideal para realizar programas de
reproducción de especies en peligro.

31
TEXTO # 4
El nasciturus
Mario Vargas Llosa

El Congreso de los Diputados, en España, ha rechazado por un voto una ampliación de la ley
del aborto que hubiera añadido, a las tres causales ya legitimadas para la interrupción del
embarazo (violación, malformación del feto o peligro para la salud de la madre) un cuarto
supuesto, social o sicológico, semejante al que, con excepción de Irlanda y Portugal, admiten
todos los países de la Unión Europea, cuyas legislaciones, con variantes mínimas, permiten el
aborto voluntario dentro de los tres primeros meses de gestación. El resultado de la votación
fue una gran victoria de la Iglesia Católica, que se movilizó en todos los frentes para impedir la
aprobación de esta ley. Hubo un tremebundo documento de la Conferencia Episcopal titulado
Licencia aún más amplia para matar a los hijos , que fue leído por veinte mil párrocos durante la
misa, rogativas, procesiones, mítines y lluvia de cartas y llamadas a los parlamentarios
(campaña que resultó eficaz, pues cuatro de ellos, cediendo a la presión, cambiaron su voto).
Muchos intelectuales católicos, encabezados por Julián Marías —para quien la aceptación social
del aborto es una de las peores tragedias de este siglo—, intervinieron en el debate, reiterando
la tesis vaticana según la cual el aborto es un crimen perpetrado contra un ser indefenso, y, por
lo mismo, una salvajada intolerable no solo desde el punto de vista de la fe, también de la
moral, la civilización y los derechos humanos.

Está dentro de los usos de la democracia que los


ciudadanos se alisten en acciones cívicas en defensa de sus
convicciones, y es natural que los católicos españoles lo
hayan hecho con tanta beligerancia, en un tema que afecta
sus creencias de manera tan íntima. En cambio, quienes
estaban a favor del cuarto supuesto —en teoría, la mitad de
la ciudadanía— permanecieron callados o se manifestaron
con extraordinaria timidez en el debate, trasluciendo de
este modo una inconsciente incomodidad. También es
natural que sea así. Ocurre que el aborto no es una acción
que entusiasme ni satisfaga a nadie, empezando por las
mujeres que se ven obligadas a recurrir a él. Para ellas, y
para todos quienes creemos que su despenalización es
justa, y que han hecho bien las democracias occidentales —
del Reino Unido a Italia, de Francia a Suecia, de Alemania a
Holanda, de Estados Unidos a Suiza— en reconocerlo así, se
trata de un recurso extremo e ingrato, al que hay que
resignarse como a un mal menor.

Los argumentos antiabortistas son falaces, pues se esgrimen como si el aborto no existiera y
solo fuera a existir a partir del momento en que la ley lo apruebe. Confunden despenalización
con incitación o promoción del aborto y, por eso, lucen esa excelente buena conciencia de
“defensores del derecho a la vida”. La realidad, sin embargo, es que el aborto existe desde
tiempos inmemoriales, tanto en los países que lo admiten como en los que lo prohíben, y que
va a seguir practicándose de todas maneras, con total prescindencia de que la ley lo tolere o
no. Despenalizar el aborto significa, simplemente, permitir que las mujeres que no pueden o no
quieren dar a luz, puedan interrumpir su embarazo dentro de ciertas condiciones elementales
de seguridad y según ciertos requisitos, o lo hagan, como ocurre en todos los países del mundo
que penalizan el aborto, de manera informal, precaria, riesgosa para su salud y, además,
puedan ser incriminadas por ello.

Significa, también, reducir la discriminación que, de hecho, existe en este dominio. Donde está
prohibido el aborto, la prohibición solo tiene algún efecto en las mujeres pobres. Las otras lo
tienen a su alcance cuantas veces lo requieran, pagando las clínicas y los médicos privados que
lo practican con la discreción debida, o viajando al extranjero. Las mujeres de escasos recursos,

32
en cambio, se ven obligadas a recurrir a las aborteras y curanderos clandestinos, que las
explotan, malogran, y a veces las matan.

Es absolutamente ocioso discutir sobre si el nasciturus, el embrión de pocas semanas, debe ser
considerado un ser humano —dotado de un alma, según los creyentes— o solo un proyecto de
vida, porque no hay modo alguno de zanjar objetivamente la cuestión. Esto no es algo que
puede determinar la ciencia, o, mejor dicho, los científicos solo pueden pronunciarse en un
sentido o en otro no en nombre de su ciencia, sino de sus creencias y principios, igual que los
legos. Desde luego que es respetabilísima la convicción de quienes sostienen, guiados por su
fe, que el nasciturus es ya un ser humano imbuido de derechos, cuya existencia debe ser
respetada. Y también lo es que, coherentes con sus principios, los publiciten y traten de ganar
adeptos para su causa.

Sería un atropello intolerable que, por una medida de fuerza, como ocurrió en la India de Indira
Ghandi o como ocurre todavía en China, una madre sea obligada a abortar. Pero ¿no lo es,
igualmente, que sea obligada a tener los hijos que no quiere o no puede tener, en razón de
creencias que no son las suyas, o que, siéndolo, impelida por las circunstancias, se ve inducida
a transgredir? Esta es una delicada materia, que tiene que ver con el meollo mismo de la
cultura democrática. La clave del problema está en los derechos de la mujer, en aceptar si,
entre estos derechos, figura el de decidir si quiere tener un hijo o no, o si esta decisión debe
ser tomada, en vez de ella, por la autoridad política. En las democracias avanzadas, y en
función del desarrollo de los movimientos feministas, se ha ido abriendo camino, no sin
enormes dificultades y luego de ardorosos debates, la conciencia de que a quien corresponde
decidirlo es a quien vive el problema en la entraña misma de su ser, que es, además, quien
sobrelleva las consecuencias de lo que decida. No se trata de una decisión ligera, sino difícil y a
menudo traumática.

Un inmenso número de mujeres se ven empujadas a abortar por ese cuarto supuesto,
precisamente: unas condiciones de vida en las que traer una nueva boca al hogar significa
condenar al nuevo ser a una existencia indigna, a una muerte en vida. Como esto es algo que
solo la propia madre puede evaluar con pleno conocimiento de causa, es coherente que sea ella
quien decida. Los gobiernos pueden aconsejarla y fijarle ciertos límites —de ahí los plazos
máximos para practicar el aborto, que van desde las 12 hasta las 24 semanas (en Holanda) y la
obligación de un periodo de reflexión entre la decisión y el acto mismo—, pero no sustituirla en
la trascendental elección. Esta es una política razonable que, tarde o temprano, terminará sin
duda por imponerse en España y en América Latina, a medida que avance la democratización y
la secularización de la sociedad (ambas son inseparables).

Ahora bien, que la despenalización del aborto sea una manera de atenuar un gravísimo
problema, no significa que no puedan ser combatidas con eficacia las circunstancias que lo
engendran. Una manera importantísima de hacerlo es, desde luego, mediante la educación
sexual, en la escuela y en la familia, de manera que mujer alguna quede embarazada por
ignorancia o por no tener a su alcance un anticonceptivo. Uno de los mayores obstáculos para
la educación sexual y las políticas de control de la natalidad ha sido también la Iglesia Católica,
que, hasta ahora, con algunas escasas voces discordantes en su seno, solo acepta la
prevención del embarazo mediante el llamado “método natural”, y que, en los países donde
tiene gran influencia política —muchos todavía, en América Latina—, combate con energía toda
campaña pública encaminada a popularizar el uso de condones y píldoras anticonceptivas.

Se impone una última reflexión, a partir de lo anterior, sobre este delicado tema: las relaciones
entre la Iglesia Católica y la democracia. Aquella no es una institución democrática, como no lo
es, ni podría serlo, religión alguna (con la excepción del budismo, tal vez, que es una filosofía
más que una religión). Las verdades que ella defiende son
absolutas, pues le vienen de Dios, y la trascendencia y sus
valores morales no pueden ser objeto de transacciones ni
de concesiones respecto a valores y verdades opuestos.
Ahora bien, mientras predique y promueva sus ideas y sus

33
creencias lejos del poder político, en una sociedad regida por un Estado laico, en competencia
con otras religiones y con un pensamiento arreligioso o antirreligioso, la Iglesia Católica se
aviene perfectamente con el sistema democrático y le presta un gran servicio, suministrando a
muchos ciudadanos esa dimensión espiritual y ese orden moral que, para un gran número de
seres humanos, solo son concebibles por mediación de la fe. Y no hay democracia sólida,
estable, sin una intensa vida espiritual en su seno.

Pero, si ese difícil equilibrio entre el Estado laico y la Iglesia se altera y esta impregna aquel, o,
peor todavía, lo captura, la democracia está amenazada, a corto o mediano plazo, en uno de
sus atributos esenciales: el pluralismo, la coexistencia en la diversidad, el derecho a la
diferencia y a la disidencia. A estas alturas de la historia, es improbable que vuelvan a erigirse
los patíbulos de la Inquisición, donde se achicharraron tantos impíos enemigos de la única
verdad tolerada. Pero, sin llegar, claro está, a los extremos talibanes, es seguro que la mujer
retrocedería del lugar que ha conquistado en las sociedades libres a ese segundo plano, de
apéndice, de hija de Eva, en que la Iglesia, institución machista, si las hay, la ha tenido siempre
confinada.

Vargas Llosa, Mario. «El nasciturus». Revista Caretas. Piedra de toque. Nº1538,16 de octubre de 1998

TEXTO # 5
El mito de la amistad entre el hombre y la mujer
Noel Clarasó

Este tema me parece importante en la comprensión del alcance de la guerra de los sexos.
Muchas cosas que no se harían jamás por justicia se hacen por amistad. Es cierto que tener
amigos en todas partes equivale a tener muchas puertas abiertas. Alguien ha dicho que la
misión de un hombre políticamente situado no es hacer cumplir las leyes, sino exceptuar del
cumplimiento de estas a sus buenos amigos.

La amistad existe y es un vínculo de excepción que convierte en nuestros aliados afectivos a un


cierto número de personas. Los amigos no se buscan, se encuentran. O se cogen, como se
coge el tifus. Y desde que otro es amigo nuestro, auténticamente amigo, podemos usar y
abusar de él sin que nos lo reproche jamás. La amistad es una mutua concesión, y lo que nos
concedemos es esto: el derecho de usar y hasta de abusar un poco de otros. Nadie puede
considerarse amigo de otro si no se ha producido entre ellos algunos abusos tolerados. Mi tesis
es concretamente esta: la amistad entre un hombre y una mujer solo puede existir, y con
infinitas reservas, cuando él o ella, o mejor los dos, han llegado a
una edad en que la pasión amorosa es imposible.

La prueba de que en cualquier otra circunstancia no hay amistad


posible entre un hombre y una mujer es esta: nada existe tan
agradable como una diversión compartida con buenos amigos. La
posibilidad de divertirse juntos es la piedra de toque de la amistad.
Los hombres se divierten entre ellos muchas veces y, si son buenos
amigos, se divierten siempre que se reúnen. Las mujeres también
se divierten entre ellas. Hombres y mujeres juntos no se divierten
nunca. La comunidad de hombres y mujeres impide que la diversión se produzca. Lo impide
porque la diversión es un fenómeno de la inteligencia, y seres con inteligencia distinta no
pueden jamás participar en las mismas diversiones.

¿No basta esto como demostración de que la amistad entre hombres y mujeres es
prácticamente imposible? Copio un trozo del libro de Carlos Mora, En España con Federico
García Lorca. En la página 187, dice:

Se trata de determinar si es posible el mantenimiento de una amistad, lisa y llana,


puramente espiritual entre un hombre y una mujer que, psicológicamente, se

34
comprenden. Formo parte del grupo que no lo cree realizable. La mujer puede, en un
comienzo —declara Federico— exigir que esa amistad (que yo llamaría afinidad) se
mantenga en un pie de camaradería exento de todo espíritu de conquista; pero si el
hombre cumple el compromiso sin dar señales de desfallecimiento, será ella la que se
manifestará con ello ofendida. Una mujer verdaderamente femenina —acota uno de los
presentes— no se conforma nunca, aunque lo haya así establecido, con la amistad
pasiva de un hombre. Espera siempre la ofensiva... a pesar del compromiso.

Aceptado que la diversión en común entre hombres y mujeres es prácticamente imposible (y el


que no opine igual que trate de divertirse por ahí en compañía de mujeres), queda otra
posibilidad: la conversación. Pero ¿existe acaso un tipo de conversación que interese a la vez a
hombres y mujeres? Diversión y conversación son dos frutos de la inteligencia; y ni los que
produce el hombre pueden ser digeridos por las mujeres, ni los que producen las mujeres
pueden ser digeridos por el hombre.

Es posible que exista un tipo de diversión sin inteligencia y que en ella pudieran coincidir
hombres y mujeres. Jean Pierre, un niño suizo, hijo del dueño de una serrería, estaba una tarde
sentado en un prado, inclinado sobre la hierba, muy entretenido. Me acerqué y vi que estaba
martirizando a un saltamontes. Ya le había arrancado las dos alas y una de las patas
posteriores. Le pregunté: “¿Qué haces?”. Él me miró dulcemente con sus grandes ojos claros y
me contestó seriamente: “Me divierto”. Algunos hombres y algunas mujeres han superado ese
tipo de diversión en que la inteligencia interviene muy poco. Prefiero referirme a ellos.

Dicen que nada divierte tanto como fastidiar al prójimo, cuando menos, ver que el prójimo se
fastidia. Tal vez en la diversión de Jean Pierre o en la de mi vecino, quien decía a su madre
política “a mí solo me divierte que a usted le duelan las muelas”, podríamos coincidir hombres y
mujeres. En otras diversiones más recomendables para gente civilizada, no.

La aparente diversión de los mocitos y las mocitas cuando se juntan se confunde con la
satisfacción del hambre natural. Ellos tienen hambre de algo femenino y ellas tienen hambre de
algo que sepa a hombre. Ni ellos ni ellas saben exactamente de qué. Cuando están reunidos,
satisfacen el hambre. El polvillo de oro sigue flotando en el aire. Se divierten en el mismo
sentido que se divierte el hambriento ante una mesa bien servida. ¿Es que alguna persona
sensata ha confundido jamás comer con divertirse? La diversión es algo que se da de más, que
se añade a la satisfacción de las necesidades naturales, una forma de vida inteligente y
trabajada. En fin, los pobrecitos animales se diferencian del
hombre precisamente en que no se divierten jamás; y en
que tampoco se aburren.

La falta de tema para una conversación común entre


hombres y mujeres me parece tan insuperable que, aparte
de los diálogos elementales acerca de un asunto
determinado que se ha de resolver, no veo otra actitud más
sana ni más sabia que renunciar por principio a todo intento
de conversación. Esta renuncia, si se hace con cordialidad y
con nobleza, es el fundamento del único trato posible entre
ambos sexos.

He leído algunos ensayos sobre el placer y el goce de la


conversación. He escrito un libro con el mismo tema. En
nada de lo que he leído, he hallado lecciones para llevar a
cabo conversaciones entre hombres y mujeres. Las que
puse en mi libro se limitaron a aconsejar a los hombres que cultivaran la conversación con
mujeres únicamente como ejercicios de soltura, pues, con ellas, nunca hace falta pensar lo que
se dice, ya que jamás se podría ser interpretado en el sentido que se ha querido dar.

35
Parece que los chinos son grandes conversadores. Bien, pues existe un viejo proverbio chino
que dice así: “Si una mujer te habla, sonríe y no la escuches”. Sé que no hay filósofas chinas o
que, si las hay, no han escrito libros. Y también sé que si las hubiera y los escribieran,
introducirían en el mercado cultural otro hermoso proverbio, así: “Si un hombre te habla, dile
que sí y piensa en otra cosa”.

Si no hay entre nosotros y ellas ningún tema en el que coincida el interés, mejor será que
desistamos de intentar conversación. Equivaldría a malgastar esfuerzos tratando de sacar agua
con un cesto. La única posibilidad favorable en cualquier conversación obligada o de cortesía
entre hombres y mujeres es la brevedad y acabar lo antes posible.

La superficialidad es, pues, condición indispensable en el trato entre hombres y mujeres. Lo es


para nosotros y para ellas. Que cada sexo descubra sus problemas y trate de resolverlos. Y que
se abstenga de molestar con ellos al sexo contrario, que ni los comprenderá ni les dará la
menor importancia. Tal vez la mejor forma de cordialidad con las mujeres sea no intervenir
jamás en sus conversaciones largas y serias, con la condición, naturalmente, de que ellas no
intervinieran jamás en las nuestras. Y ojalá esa no intervención, apoyada en la más generosa
cortesía sentimental, se extendiera a todo lo que nosotros consideramos nuestro y ellas
consideran suyo.

Y, en realidad, si observamos el mundo sin los cristales de aumento de la literatura, el trato


entre hombres y mujeres es tan moderado que apenas existe. En muchas civilizaciones, no ha
existido jamás, y tampoco existió en épocas anteriores. Los caballeros más o menos andantes
nada sabían de sus damas ni sostenían jamás conversaciones con ellas, aunque por ellas
murieran. Era morir por una idea que el aire de entonces había desplegado y hacía tremolar. En
todo el Islam, el trato entre hombres y mujeres no existe. Está mal visto, es pecado. Y en otras
civilizaciones más respetuosas con la naturaleza humana que la occidental, el trato entre
hombres y mujeres ni siquiera ha llegado a tener el valor de tema literario.

En fin, solo falta la conclusión. Si no es posible coincidencia en la diversión inteligente ni en el


tema de conversación, ¿cómo pueden ser los hombres y las mujeres amigos jamás? No lo sé. Si
alguien lo sabe y nos lo dice, nos dará ocasión de aumentar nuestros conocimientos.

CLARASÓ, Noel. “El mito de la amistad entre el hombre y la mujer”. En: Fáscinum, año 1, n.º 5, diciembre de 1972, pp.
69-72 (adaptado).

36

También podría gustarte