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ENSAYO

Estudiante: Jorge Enrique Murillo Sanchez

Docente: Dr. Steven Lawson

Trabajo elaborado para el módulo de


“LAS DOCTRINAS DE LA GRACIA EN EL EVANGELIO DE JUAN”

Seminario Reformado Latinoamericano

17-06-2019
Medellín Colombia
INTRODUCCIÓN

En esta corta porción del Evangelio de Juan veremos algunas referencias claras y
específicas de las “Doctrinas de la Gracia” en un estudio exegético del pasaje Juan 17:9;
cabe recalcar que este sorprendente evangelio fue escrito por el discípulo amado de
Jesucristo, expresamente para llevar a los hombres a depositar su fe en el Señor
(20:31).1 A lo largo del evangelio, el apóstol Juan busca presentarnos a Cristo, para que
creamos. El evangelio es relatado por un testigo ocular que presencio el ministerio de
Jesucristo en el laxo de tres años y medio, escribiendo lo que vio, oyó y palpo, bajo la
dirección del Espíritu Santo.

En el capítulo 17 vemos la oración intercesora de Jesús; esta oración del gran


Sumo Sacerdote, Jesucristo, nunca puede ser modelo para nuestras oraciones, es
totalmente única. La misión de Jesucristo y de sus seguidores en la tierra, para la gloria
de Dios, es el tema constante.2 En esta plegaria todas las peticiones particulares del
Señor por su pueblo se relacionan con cosas espirituales; todas se refieren a bendiciones
espirituales. Aquí, el Señor no pide riquezas para ellos, ni honores, ni influencia
mundana, ni grandes puestos, pero sí ora fervientemente para que sean guardados del
mal, separados del mundo, preparados para el deber y llevados a salvo al hogar
celestial.3

Luis Palau aporta lo siguiente “Sería grandioso contar con un micrófono en el


mismo trono de Dios y escuchar una conversación entre Dios Padre y Dios Hijo”. Esta
oración del capítulo 17, también llamada “la oración del sumo sacerdote” o “la oración
sacerdotal del Señor Jesucristo”, tuvo lugar la noche antes de la crucifixión, y es en
verdad una oración que muestra la intimidad entre Padre e Hijo. Esta oración nunca deja
de ser; es una oración que, por así decirlo, todavía continúa; es un ruego que Jesucristo
sigue haciendo en la presencia de nuestro Padre celestial.”

En esta oración de despedida del Señor, muestra tres elementos principales: El


ora por sí mismo (vers. 1–5), ora por los discípulos (vers. 6–19) y ora por los futuros

1
R. Bruce Steward, Las Doctrinas de la Gracia en el Evangelio de Juan, (Florida: Instituto Bíblico monte
Sion, 2007), 3.
2
William Hendriksen, Comentario: El evangelio Según San Juan (Grand Rapid Michigan: Libros
Desafio,1981), 469.
3
William McDonald, Comentario Nuevo Testamento: Juan (Barcelona: Clie, 2004), 126.
discípulos (vers. 20–26). 4Asimismo, procederemos con la siguiente pregunta ¿El deseo
de Cristo en esta oración se extiende hacia toda la raza humana?
“Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque
tuyos son”

Este versículo aclara que su oración tiene referencia a las necesidades


particulares de sus discípulos. Como a menudo sucede, Jesús expresa una verdad en
modo positivo, luego negativo, y aquí vuelve al positivo. Es una manera de expresar una
verdad en la forma más categórica, eliminando toda posibilidad de un malentendido. El
término “el mundo” (kosmos) se refiere a la humanidad incrédula, que quizá contempla
también una actitud rebelde y hostil. Repite el hecho de que los discípulos son un regalo
del Padre al Hijo, explicando que él puede dárselos porque le pertenecen a él.5

En este pasaje del Evangelio de Juan, podemos ver la intervención de nuestro


señor Jesucristo, por los suyos, es decir, por su pueblo en especial. El pronombre Yo, es
enfático aquí, lo cual nos muestra el estado de primera persona; pero ¿quién es el que
habla? en contexto sabemos que quien ejecuta esta suplica es el señor Jesucristo, y por
tanto, el peso de esta oración es meritoria ante Dios, ya que proviene de su hijo amado,
quien es la imagen expresa de Dios, que nunca pecó, que siempre obedeció al Padre en
todo y se sujetó a la voluntad de Dios estando en este mundo.

La siguiente palabra, ruego, es un verbo que está en presente, por tanto, expresa
una acción continua, donde el apóstol Juan nos indica que Cristo continúa rogando. En
el griego “ερωταω” se traduce como requerir, pedir, rogar, implorar o suplicar. 6 Hasta
el momento, no conocemos el motivo de su ruego, pero con base a estos sinónimos, las
peticiones siempre hacen referencia a las necesidades particulares. Esto nos habla
bastante del carácter de Cristo hacia su pueblo, el amor es evidente en este gesto de
petición por parte del hijo de Dios.

Luego, en estas siguientes palabras por ellos, conocemos hacia quien se extiende
la petición de Jesus. El gran Sumo sacerdote, la dirige hacia ellos; pero ¿Quiénes son
ellos? Este ruego de Cristo concierne a “ellos”, cuyo pronombre en plural, está en caso
genitivo, es decir, aquellos que le pertenecen; en esto inferimos que su clamor indica
una referencia exclusiva de interés hacia este grupo en específico.
4
William H., Comentario: El evangelio Según San Juan, 469.
5
Danie Carro; José Tomás; Rubén; Comentario Bíblico Mundo Hispano: Juan, (El Paso TX: Mundo
Hispano, 2004), 244.
6
James Strong, Concordancia Exhaustiva, (Miami: Nashville, 2002) 87.
Teniendo en cuenta estos versos tratados, en el contexto vislumbra la doctrina de la
elección incondicional donde Dios extiende su gracia salvadora a quien él quiere; estos
“ellos” son aquellos elegidos por el padre, que en contexto sabemos que son los
discípulos de Jesus, en aquella época.

El apóstol Juan muestra que nuestro representante delante de Dios es el Señor


Jesucristo, quien apela por su pueblo escogido; en su epistola 1 Juan 2:1. “…abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo,” nos muestra que Cristo constantemente
aboga por nuestra causa.

Según Hendriksen afirma lo siguiente respecto a la oración de Cristo: Todo esto


es específico, no universal. Sin embargo, la oración del Sumo Sacerdote mira más allá
de los hombres que estaban en el Aposento Alto esa noche, como resulta claro por los
versículos 20 y 21. Resulta erróneo, además, decir (como se hace a veces) que Jesús oró
sólo por los creyentes. Antes bien, oró por todo su pueblo, también por aquellos que
todavía no creían en él, pero iban a aceptarlo con verdadera fe más adelante, como
resultado de la gracia soberana.7

Enseguida del verso “yo ruego por ellos,” vemos una oposición del enfoque
rogativo de Cristo con la palabra “no,” esta partícula negativa es enfática en el griego,
lo cual nos indica, que dicha intercesión de Cristo es acentuada sobre aquellos que le
pertenecen, a excepción de otros. No ruego por el mundo, con esta siguiente frase, la
idea se va entendiendo claramente. Ahora, tenemos mayor comprensión de lo que nos
quiere mostrar el autor en este pasaje, ya que identificamos un contraste muy marcado
del verso anterior “Yo ruego por ellos” y con el siguiente verso “No ruego por el
mundo.” Con base a esto consideramos la exclusiva intercesión de cristo, enfatizada a
un grupo en especial. Pero ¿Cuál sería la razón por la cual Cristo no ruega por el
mundo? Bien, la palabra mundo en el idioma griego se traduce “κοσμου” que indica
mundo en un sentido más amplio,8 esta palabra en su estado original, la encontramos en
genitivo de posesión, que al ir conectada con la palabra “no,” nos indica que la oración
de Cristo no se extiende al “mundo” en un sentido universal, debido a que no le
pertenece.

Además, la palabra “mundo” según el uso ordinario de la oración, se presenta en


el evangelio de muchas maneras, algunas refiriéndose a toda la humanidad; otras, al
7
William H., Comentario: El evangelio Según San Juan, 474.
8
James Strong, Concordancia Exhaustiva, 120.
globo terráqueo; otras, refiriéndose al sistema mundial invisible de maldad; otras, al
mundo de los pecadores excepto los creyentes; y otras refiriéndose a judíos y gentiles;
en este caso la palabra “mundo” se refiere a la humanidad incrédula y hostil, que
rechazo a Cristo, que conspiro contra él, y que finalmente promovió su muerte.

Con base a dicho análisis, se ve reflejada la doctrina de la expiación limitada,


donde Dios efectúa la salvación, sobre aquellos que ya han sido elegidos soberanamente
desde la eternidad; en este caso los elegidos son “ellos” sobre quien recae la petición
intercesora de Cristo, debido al contraste que vemos entre estas dos referencias vistas
del pasaje “ellos” y “mundo.”

De acuerdo a esto, Hendriksen comenta lo siguiente: “Las palabras, “no ruego


por el mundo” son muy claras. Entre el propósito de la expiación y el propósito de la
oración Sumo Sacerdotal de Cristo, donde hay armonía perfecta. Y esta unidad de
propósito divino incluye también el decreto. De hecho, ese consejo eterno es la base de
todo lo que sigue.”9

Barclay lo expone de la siguiente manera: “Como Sumo Sacerdote, Cristo rogó


por los discípulos; no rogó por el mundo. Esto no debería ser tomado como significando
que Cristo nunca rogase por el mundo. En la cruz, oró: “Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen.” Pero aquí estaba orando como aquel que representaba a los
creyentes ante el trono de Dios. Allí, Su oración sólo podía ser por los Suyos.”10

Ahora trataremos con la siguiente palabra: “sino,” que nos dará una mayor
comprensión del todo el versículo 9. Dentro de su forma gramatical, se identifica como
una conjunción, que busca unir las dos partes de la oración, “no ruego por el mundo,
sino …” En su estado original (griego) se nos presenta como adversativo, es decir, en
sentido contrario, que enlaza dos ideas en direcciones opuestas, donde su función
primaria consiste en generar un contraste para destacar un énfasis o fuerza en la
expresión de la segunda idea. La conjunción “sino” es de suma importancia a la hora de
interpretar el versículo, aunque muchos interpretes descuidan esta partícula, en este
pasaje es bastante clave.

9
William H. Comentario: El evangelio Según San Juan, 475.
10
William M., Comentario N.T: Juan, 127.
Según lo anterior, la conjunción “sino” nos dirige a la segunda idea más
relevante: sino por los que me diste, Cristo en este ruego busca enfocar su oración por
aquellos que el padre le ha dado, y no por aquellos que el padre no le ha entregado, es
decir, por el mundo; pero este contraste es tan fuerte, que enfatiza demasiado, la súplica
hacia los que el padre le dio. La preposición por nos conduce a una dirección que
apunta a hacia “los que me diste,” es decir, la rogativa resaltada concierne en lo que
respecta a los dados por el Padre.

Trataremos con el siguiente verso “los que me diste.” La palabra “diste” en su


estado original (griego), δεδωκας se traduce como conceder, confiar, constituir, dar,
dejar.11 Este verbo es de necesario análisis, ya que nos complementa la causa importante
de Jesús al hacer esta oración. El verbo “diste” lo encontramos en tiempo perfecto, y
esto es de suma importancia, porque denota una acción que se hizo en el pasado con
resultados que continúan, en pocas palabras, el Padre continúa trayendo las personas a
Cristo como lo hizo antes, y hasta entonces; además el estado de este verbo nos indica
una voz activa, la cual nos muestra que quien realiza la acción es el Padre, el agente
activo.

El verbo “diste” se usa repetidas veces en el evangelio de Juan, para referirse a


los escogidos, a los llamados, a aquellos que el Padre ha dado al hijo para que sean
salvos, el Padre manda a que estos vayan a Cristo, tocando sus corazones llevándolos al
hijo, puesto que ellos no tienen la capacidad de ir por sí mismos.

Con base a esto, vemos el llamado irresistible de Dios hacia el hombre, el padre
es quien actúa, trayendo los suyos a Cristo; entendiendo que estos no pueden ir por sí
mismos, el Padre interviene realizando su obra de gracia, que supera toda resistencia
natural. El apóstol Juan nos indica con certeza que Dios el Padre no invita a las personas
a venir a Cristo, sino que él así mismo lo dispone.

¿Cuál es la causa por la cual Cristo realiza esta majestuosa oración Sumo
Sacerdotal? El verso final de este versículo 9 nos da la respuesta. Porque tuyos son, en
otras palabras, la causa de esta oración es a los “llamados por el Padre.” En la primera
palabra “porque,” nos abre el paso para darnos la clara comprensión del motivo
intercesor de Jesucristo, esta partícula es una conjunción que busca dar una razón.
Según lo anterior, la palabra “tuyos” en el original (griego) nos indica un pronombre

11
James Strong, Concordancia Exhaustiva 58.
personal en caso dativo, que busca delegar el objeto de posesión a otro agente y en este
caso sería Dios, a quien le pertenece.

Para finalizar con este versículo 9, la última palabra que resalta en este pasaje de
Juan es, “son,” que nos lleva a la conclusión final. Este verbo está en tiempo presente lo
cual nos indica que aún siguen siendo de Dios; también, está en voz activa, donde aún
Dios continua siendo el agente promotor, y en plural, que nos señala una clara conexión
con la primera parte del versículo cuando Cristo, inicia “Yo ruego por ellos,” el
pronombre “ellos” es abarcado por el plural “son.” Esto concluye el estudio de este
pasaje de Juan 17:9.

En resumen, del versículo, respondemos a la pregunta de este ensayo ¿El deseo


de Cristo en esta oración se extiende hacia toda la raza humana? Concluimos
enfáticamente que la respuesta es no, porque se dirige únicamente a todos los suyos,
aquellos que el Padre le da. La oración de Cristo se enfoca en los discípulos, quienes
habían de llevar la gran responsabilidad de propagar las buenas nuevas de salvación a
todo el mundo, sabemos que estos discípulos fueron fieles en su llamado, estuvieron
dispuestos sufrir y a morir por causa del evangelio.
CONCLUSIÓN

Con relación a lo antes expuesto, vimos que, en cada detalle, y en cada término
analizado en este pasaje, las “Grandes Doctrinas de la Gracia” las cuales nos dejan
como enseñanza, el reconocer nuestra incapacidad de acercarnos a Cristo por nuestros
propios medios, dando toda la gloria y honra al Dios Santo y soberano, que por su
gracia nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, y que por lo tanto, el evangelio debe
proclamarse a todos; la muerte de Cristo es suficiente para todos; Dios atrae a los suyos
de entre todas las naciones del mundo; ejerce autoridad sobre todos, y es glorificado en
todos.12 Al recibir esta gracia, llegamos a ser grandes adoradores de un amor eterno.

Ahora, nos gozamos de saber que tenemos a un Gran Sumo Sacerdote que nos
representa ante Dios con su justicia; un Padre que continúa preservando nuestra vida; y
el Espíritu Santo que nos acerca cada vez más a nuestro señor Jesucristo.

Concluimos con las palabras de Luis Palau “Cristo es honrado y glorificado aquí
en la tierra cuando nuestras vidas están de acuerdo a su voluntad. Es glorificado por la
vida y la conducta de aquellos que escogió y salvó. Nosotros pertenecemos no tan sólo a
Jesucristo sino también al Padre. Todo lo que el Padre tiene es de Cristo. Todo lo que
Cristo tiene es del Padre, y nosotros glorificamos al Señor Jesús con una santa manera
de vivir.”13

12
William H. Comentario: El evangelio Según San Juan, 475.
13
Luis Palau, Comentario Bíblico: San Juan, (Miami: Unilit, 1991), 183.
BIBLIOGRAFÍA

MacDonald, William. Comentario Bíblico del Nuevo Testamento: Juan. Barcelona:


Clie, 2004.

Hendriksen, William. Comentario: El evangelio Según San Juan, Grand Rapid


Michigan: Libros Desafio,1981.

Strong, James. Concordancia Exhaustiva, Miami: Nashville, 2002.

Steward, R. Bruce. Las Doctrinas de la Gracia en el Evangelio de Juan. Florida:


Chapel Library, 2007.

Daniel Carro; José Tomás Poe; Rubén O Zorzoli. Comentario Bíblico Mundo Hispano:
Juan, El Paso TX: Mundo Hispano, 2004.

Palau Luis. Comentario Bíblico del Continente Nuevo: San Juan. Miami: Inilit, 1991.

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