La casa verde
Emmel no alcanzo a
Una llamada que Alice no quería
contestar, sabia de quien era y no quería
tomar ese caso pues sonaba descabellado.
Era el caso de una niña reportada por
posible maltrato intrafamiliar y animal,
simplemente no le interesaba, pero tenía
que hacerlo de todos modos y no le quedo
de otra que levantar la bocina. Esta niña
fue reportada por los vecinos quienes
declararon haber escuchado gritos de
animales y sonidos extraños como si se
tratara de una tortura a altas horas de la
noche. Además decían que encontraban
algunos restos de carne alrededor de la
casa donde habitaba, algo que Alice
consideraba como algo exagerado para
relacionar con una niña y una familia
pequeña conformada solo por una madre,
su padre un adulto mayor en silla de
ruedas y su pequeña hija.
Alice tomo los datos de la familia, su
dirección y sus nombres: Jasper el adulto
mayor, Ema la madre y Emmel su hija.
La dirección apuntaba a un barrio de clase
media en la ciudad, la leyó por última vez
y salió en busca de un taxi para llegar al
lugar.
Al llegar al sitio se encontró con una casa
de un solo piso y pintada en su totalidad
de color verde, se acercó a la puerta y
llamo del timbre, a los pocos minutos le
abrió la que parecía ser Emmel y le
sorprendió su apariencia. Una niña de
unos ocho años con el cabello tan rubio
que parecía blanco, unos ojos de un azul
tan fino como profundo y su tez pálida ,
le daban a Emmel una apariencia algo
sombría y extraña.
decir una palabra cuando llego su madre.
Alice se presentó con la madre de Emmel,
la señora Ema, le informo sobre el reporte
y le pregunto si podía pasar a
inspeccionar la casa y revisar que todo
estuviera en orden además de hablar con
Emmel. La señora Ema fue muy amable y
la hizo pasar a la casa.
Para sorpresa de Alice la casa también en
su interior era verde, un verde que le
generaba cierta sensación de mareo e
incomodidad, además de que la casa tenía
un extraño olor como si algo se estuviera
pudriendo. Ema noto la cara de desagrado
de Alice y le contesto que el olor era
porque aún no había retirado la basura.
Alice lo ignoro y le pregunto enseguida si
podía hablar primero con Emmel a solas,
quería salir de ahí lo más rápido posible,
Ema le contesto que sí y mientras tanto
ella cuidaría de su padre en silla de
ruedas.
Ema le mostro la pequeña sala de estar y
Alice tomo asiento en un pequeño sofá y
frente a ella se sentó Emmel sin decir
nada por un momento Alice pensó que
ella podría ser muda. Se quedó mirándola
unos segundos y se sentía extraña la
mirada de hielo azul de Emmel era algo
escalofriante y por alguna razón sentía
que ella no era la verdadera Emmel.
Alice reacciono y le comenzó a preguntar
cosas relacionadas al caso reportado por
los vecinos.
-¿Emmel, te gustan los animales?
-Si señorita, me gusta verlos saltar y
volar
-Entonces... ¿tienes algún pájaro o gato?
-No señorita, ellos vienen de la calle y a
veces me gusta jugar con ellos.
- ¿y cómo juegas con ellos?
-Como siempre señorita, saltar y volar
-Entonces sabes que está mal hacerles
daño
-Si señorita, solo que a veces me toca
hacerlo
-¿Por qué? ¿Alguien te dice que les hagas
daño?...
En ese momento llego Ema se dirigió a
Alice para pedirle que le ayudara un
momento con el abuelo, Alice accedió y
fue tras la señora Ema, pensando en la
última respuesta de Emmel, era difícil
saber cuándo un niño decía la verdad.
Siguió a Ema por un pasillo largo y
extremadamente limpio, pero el
desagradable olor aun seguía, hasta llegar
al patio trasero. Allí estaba de espaldas el
que parecía ser el Señor Jasper el padre de
la señora Ema, sentado en su silla con un
abrigo negro.
Ema le pidió el favor de ayudarle a
levantar a su padre junto con la silla pues
el pasillo tenía un pequeño escalón y
claramente no podía levantarlo ella sola.
Alice acepto sin problema y tomo parte
del espaldar de la silla y la señora Ema
del frente. En esa posición no pudo ver la
cara del señor Jasper pero alcanzo a ver
un poco de sus manos, se veían pálidas y
con unos cuantos moretones, le llamo un
poco la atención, pero más aún le
sorprendió el silencio del señor. Alice y la
señora Ema contaron hasta tres y
levantaron al mismo tiempo la silla.
Luego la señora Emma se disculpó con
Alice diciéndole que la tenía que
despachar porque era hora de bañar a su
padre y no podía atenderla más tiempo,
así que la acompaño a la salida.
Atravesaron de nuevo el Largo pasillo, y
al pasar por la sala, Emmel ya no estaba,
Ema la escolto a la salida y se despidió
apresuradamente de Alice y al estar
afuera le cerró la puerta con un fuerte
golpe.
Alice sintió una sensación de
desconfianza, sentía que había algo
extraño en esa casa, pero también se
preguntaba ¿por qué sentía eso? Y
además ¿Quién le diría a una niña que
torture animales? Cuando miro su
teléfono vio que había estado casi dos
horas en esa casa, pero ¿en verdad había
pasado tanto tiempo?
Al llegar a casa Alice se sentía cansada y
no podía dejar de pensar en lo extraña que
había sido esa visita, y peor aún en que
tenía que volver a visitar a la familia y
hacer el extenso informe. Así que tomo
un café y se dispuso a realizar el informe
en el escritorio de su habitación. Al
terminarlo se sentía aún más cansada,
tomo su teléfono y vio la hora, era un
poco más de media noche y sentía que el
tiempo pasaba más rápido de lo normal
como si alguien hubiera tomado su
tiempo y lo alterara. Quería dormir de una
vez pero antes pensó en una ducha para
aliviar un poco su cansancio.
Tomo la toalla que estaba en su cama,
solo tu cabello largo y rubio y entro en el
baño cerrando la puerta. Luego dejo su
teléfono en el tocador justo al lado del
lavamanos, y abrió el grifo de la ducha y
la abrió para que mientras se desnudaba,
el agua se calentara un poco. Espero unos
segundos y entro en la bañera, el agua se
sentía como una suave manta que quitaba
su cansancio físico y mental, dio unos
profundos respiros de alivio estiro su
cuello para desahogar la tensión y por uno
momento se sintió en calma. El vapor del
agua caliente inundaba rápidamente todo
el espacio casi hasta el punto de no poder
ver, y le encantaba esa sensación de
soledad que generaba. Cerro los ojos
ignorando todo a su alrededor mientras
masajeaba su cabello lentamente y pasaba
jabón por su cuerpo, hasta que este se le
resbalo de las manos y cayó en la bañera.
Se juago el cabello y el cuerpo y busco el
grifo del agua con su mano derecha y lo
sintió diferente, no se sentía el mismo
grifo elegante de una sola palanca que
había comprado hace algunos meses,
sintió una pequeña llave en forma de flor
como la que tenía antes. Entendió que
algo no estaba bien recordaba que la
había cambiado, al abrir los ojos casi no
podía ver, el vapor era demasiado.
Agito un poco las manos para difuminar
un poco el vapor y se dio cuenta que la
llave era distinta y además estaba vieja y
oxidada, además del horrible tubo que
transportar el agua. Al mirar a su entorno
quedo en un silencio fantasmal. Ese no
era su baño, no era su bañera, no era su
casa. Se vio en una bañera vieja encerrada
en su totalidad por dos cortinas y aun el
vapor no la dejaba ver muy bien, pero
alcanzaba ver parte de las paredes y el
techo, los vio de color verde. ¿Pero qué
mierda esta pasado? ¿Dónde estoy?
Sentía que la respiración se le iba. Y se le
fue, escucho el sonido de una puerta
abrirse. El miedo le ganaba se llevó la
manos a la boca para no gritar, algo le
decía que no debía hacerlo. Escucho el
sonido de unas ruedas y podía ver a través
de la cortina una leve sombra acercarse, y
luego esta se levantó. Alice no pudo
contener más las lágrimas y no dejaba de
pensar que estaba haciendo ahí, como
había llegado ahí, ese lugar sucio y de
apariencia grotesca. La silueta se acercó
hasta quedar justo detrás de la cortina, y
luego puso una mano ella y luego acerco
un poco su cara, Alice podía escuchar su
respiración lenta y pausada. Lo que no
sabía era que había más manos detrás de
ella.
Enseguida sintió el movimiento de la
cortina tras de ella y vio más manos
pegadas. Estaba petrificada no sabía si
correr, gritar o enfrentarse a esas cosas
que estaban del otro lado. Por un
milisegundo todo se quedó en el absoluto
silencio, hasta que todas las manos a
tomaron y la envolvieron de manera
brutal en las cortinas. Alice quedo hecha
un bulto bajo las cortinas gritaba y trataba
de que boca no quedara cubierta para
poder respirar, la fuerza que sentía de las
manos era inhumana, pero no se quería
rendir al menos no aun. Seguía gritando y
pataleando esta vez más fuerte, sentía
como las manos le rasguñaban la espalda
y las piernas, sentía un dolor que nunca
había sentido antes como si con cada
rasguño le estuvieran quemando la piel.
Luego todo fue oscuridad. Y sonó su
alarma de las seis en punto.
Alice despertó de golpe en su cama, aun
se sentía cansada y adolorida, se sentó
rápido en su cama y se revisó las piernas,
pero no tenía ni un rasguño. Se levantó y
se miró en el espejo de su habitación y
reviso su espalda, pero nada. Recordaba a
la perfección la escena del baño pero ¿en
realidad había pasado? ¿Cómo podía
sentir semejante dolor tan real?, siguió el
sonido de la alarma. El teléfono estaba en
el mismo lugar donde lo dejo la
noche anterior.
Llego a la oficina a las 7:45, siempre
llegaba a esa hora. Le entrego el informe
a Jake, era su jefe y también su amigo de
años, decidió contarle su experiencia pero
solo la parte de la visita a la casa de la
familia. Jake la miro con cara de extraño
y para su fortuna le dijo que volviera a ir
en la mañana del día siguiente, para que
no se asustara y pudiera redactar un
informe mucho mejor y así lo hizo Alice
tomando su día con algo de tranquilidad
hasta que llego la noche.
Al llegar a casa, Alice no dejaba de
pensar que había sido esa pesadilla, o que
significaba o tal vez solo era algo de
sicosis por la extraña vista de ese día. El
cansancio la doblaba pero sentía temor de
caer dormida y sentir de nuevo ese dolor,
además de que no quería estar de nuevo
quien sabe dónde. Así que paso gran parte
de la madrugada viendo videos para no
dormir. Pero finalmente cayó en un
profundo sueño.
Cuando sintió que ya casi era la hora de
levantarse, tomo el teléfono, vio la hora y
aún faltaba casi media hora así que siguió
durmiendo. Al instante sintió bastante frio
pasarle por el rostro, tomo las cobijas
para taparse un poco mejor, pero su
tranquilidad duro poco. De nuevo la
sensación de desconfianza, y más aún
cuando escucho las palabras: Ya es tarde,
con un tono masculino y suave, tan cerca
a su rostro, como si el que las dijo
estuviera volando sobre ella.
Se quitó las cobijas y se levantó de la
cama de un salto, con el corazón en la
boca, pero no había nada. Luego sonó la
alarma.
De nuevo 7:45 en la oficina. Paso primero
por la oficina de Jake pero no estaba, así
que fue a su oficina. Cerca de las 10
recibió una llamada de Jake, y estaba
alterado.
-Hola Alice
-Hola Jake ¿todo bien?
-No, en realidad, no… Estoy en la
casa a la que fuiste hace dos días,
me llamo la policía.
Algo muy extraño pasó anoche en
la casa y querían hablar con la
persona encargada de la ayuda
psicológica que se le presto a la
familia, les explique pero quieren
hablar contigo de inmediato.
Alice no podía creer lo que había
escuchado, se quedó muda un
rato.
-Alice, ¿Estás ahí?
-Si… acá estoy… ya salgo.
Aterrorizada se quedó Alice en la silla de
su oficina, inmóvil y fría. Solo podía
pensar ¿en qué mierda de caso me metí?
Al llegar Alice se encontró con toda la
casa custodiada por la policía, personal de
levantamientos y criminalística, - ¿pero
qué carajos paso? Espero no tener nada
que ver, pensó.
Enseguida se encontró con Jake.
-Jake. Que paso aquí, esto parece una
escena de película de terror.
-y sí que lo es – respondió Jake
Algo le paso a la familia pero no se sabe
exactamente qué y lo que es más extraño
solo encontraron al abuelo.
Jake no le alcanzo a decir más cuando
llegaron dos policías para hablar con
Alice. Se presentaron con ella y le dijeron
que los acompañara más cerca de la casa.
-Señorita Alice entiendo que usted fue la
última persona en ver a la familia, puede
decirnos ¿en qué condiciones se
encontraban?
-Si por supuesto pero antes podría
explicarme que paso.
-Anoche hubo una llamada de los vecinos
por que escucharon fuertes golpes y al
parecer un posible caso de violencia
intrafamiliar. Pero al llegar acá esta
madrugada fue algo inesperado lo que
encontramos. No Estaba ni la madre ni la
niña y al parecer nadie las vio salir. Lo
único que encontramos además de la casa
vacía en su totalidad, fue el cuerpo de un
hombre al parecer paralitico, encontramos
su silla de ruedas casi al lado de su
cuerpo. En verdad fue una escena
devastadora el tipo estaba colgado al
techo de los pies con ganchos en los
tobillos, pero no es lo más extraño, al
parecer lleva por lo menos más de una
semana muerto.
A Alice se le rol vio el estómago se llevó
la mano a la boca llena de asombro e
incredibilidad, no quería creer una sola
palabra del policía.
Pensó que ahora todo tenía sentido.
-Señorita Alice….
-Disculpe, es solo que cuando vine hace
dos días la casa y la familia se veían bien
y el señor Jasper estaba vivo o bueno eso
creo realmente no le vi cara. Recibí la
llamada de solicitud de inspección
psicología ese día y fue el único que vi a
la familia todo parecía en orden.
-pero exactamente ¿pudo usted hablar con
alguno?
- no mucho, solo hable con la niña un
momento y con su madre no pude hablar
acerca de la llamada que habían realizado
sus vecinos.
-Entiendo, por ahora por favor no se vaya
necesitamos su testimonio.
-por supuesto, los esperare.
Alice sentía nauseas por todo lo que
acababa de escuchar, dirigió su mirada a
la entrada de la casa de inmediato sintió
ganas de llorar pero no sabía exactamente
por qué. Sintió la necesidad increíble de
entrar a la casa. No se resistió y entro, ya
nada más la podía sorprender.
Efectivamente la casa estaba vacía como
lo dijo el policía, el olor a carne podrida y
sangre era insoportable, todo se veía
diferente el color verde encendido del
ambiente que recordaba, no era el mismo, de noche y vio que de la sala salía una luz
se veía oscuro y desgastado, estaba segura amarilla como si hubiera una fogata.
de que no estaba así el día de la visita. Enseguida vio dos figuras de negro una
Avanzo hasta llegar al patio y no se había alta y una mucho más baja, con una
dado cuenta de que este tenía baldosas pequeña fogata en un tazón antiguo, la
verdes también. pequeña figura comenzó a arrojar al fuego
Se retiró y avanzo a otro corredor para las cabezas de los animales decapitados y
llegar al baño, y comenzó a ver en el luego la figura más alta recitaba unas
suelo las manchas de sangre cada vez más palabras ininteligibles para Alice. Luego
extensas, hasta que se detuvo en la puerta ambas figuras se giraron y se quedaron
del baño. Ya sabía con que se iba a viendo a Alice. Se comenzaron a acercar
encontrar. a ella y como fantasmas la atravesaron y
se dirigieron al patio.
Abrió la puerta y los charcos de sangre
formaban un rio que llegaba hasta la Alice creía que por fin había entendido, y
mitad del baño, un baño también todo de salió de la casa sin decir una sola palabra.
baldosas verdes, con la bañera justo en la
mitad y con las cortinas desgastadas en el
suelo. Acá el olor era mucho más fétido
pero esto no le impidió echarse a llorar en
una esquina del baño. Aunque no sabía
bien por que lloraba, sentía que entendía
todo y no entendía nada. Lloro un buen
rato y se levantó a detallar la bañera, era
la misma de su sueño por un momento
imagino que en lugar de ella era el abuelo
Jasper al que las manos atacaban. Y lloro
aún más, pero se levantó se quedó ahí
unos segundos y salió del baño cerrando
la puerta.

Al ir caminando de nuevo por el pasillo

vio una sombra atravesar rápido el pasillo
de en frente, Alice tomo un respiro y
corrió rápido al pasillo que daba al patio y
llego a él. Vio al señor Jasper en su silla y
alrededor de Él, había unos cuantos gatos
y aves muertos, todos decapitados. Alice
sintió un tanto miedo que comenzó a
temblar, además no sabía si Jasper estaba
vivo o muerto. Sintió de repente que era
Los Bombillos azules.
La casa del abuelo, grande de 2 pisos,
con un enorme patio y en él un árbol de
duraznos del lado izquierdo, por que del
lado derecho, el abuelo construyo su
habitación, que era como un pequeño
ático. Esta habitación siembre olía a
tabaco y a desorden era algo que
caracterizaba al abuelo, tal vez yo herede
de El mi desorden. En ella tenía sus
cosas viejas y fotos de la abuela y aunque
no la conocí, sé que era hermosa por las
fotografías que estaban pegadas a su
espejo.
La cocina de la casa era realmente grande
habían dos mesas a cada lado y en la
mitad estas dejaban un amplio pasillo
para pasar. Detrás de la mesa de la
izquierda había una puerta vieja y alta,
ese día le pregunte al abuelo que había
detrás de ella y me dijo que jamás
intentara entrar o sino nunca más volvería
a salir y luego se rio, pero enseguida dijo
que en realidad solo guardaba platos y
más cosas viejas de la abuela. Después se
fue rápido como si quisiera evadir algo,
no le creí lo de los platos.
En la noche cada uno se fue a su
habitación, y yo en la mía me sentía algo
incomoda, hacia frio y el árbol del patio
no me dejaba dormir por sus ramas que
pegaban contra la ventana, así que baje a
la cocina por un vaso de agua y algunas
galletas. Baje y encendí la luz y la cocina
se sentía incluso más fría que mi
habitación. Serví agua y las galletas las
coloque en un plato de madera, cuando ya
me iba a ir apague la luz y de la puerta
detrás de la mesa sonó un golpe como si
algo se hubiera caído tras de ella, se sintió
como si se hubiera abierto por el golpe.
Aferre el vaso con agua tan fuerte que
pensé que se rompería por la presión, y
me quede inmóvil por unos segundos.
Al reaccionar, encendí la luz de nuevo
pero no había nada abierto, ni la puerta ni
un gabinete, ¡nada! Apague la luz de
nuevo y subí corriendo las escaleras para
meterme en la cama. Al llegar a la
habitación cerré la puerta de un portazo y
me tome el agua en dos segundos. Me
quede mirando la puerta en silencio
totalmente paralizada, pues de la cocina
se escuchaba como seguían callándose
cosas como si votaran cientos de platos al
mismo tiempo. Solo podía pensar en una
cosa –El abuelo me va a matar.
Al día siguiente cuando desperté y baje
por el desayuno, el abuelo estaba en la
cocina preparando huevos para los dos, lo
salude con miedo pensando en que me
diría algo por el tremendo ruido de
anoche, pero no dijo nada más a parte del
saludo. Así que le pregunte.
-Abuelo… ¿Escuchaste algo
extraño anoche?
-No cariño ¿Por qué? –contesto el
-Creí escuchar cosas acá en la
cocina – le conteste
Pero solo me miro con cara de extraño y
siguió preparando los huevos, yo solo
podía pensar en qué demonios había
pasado tras la puerta y quien o que había
estado tirando cosas. Ahora quería que se
hiciera de noche para poder abrirla, así
que todo lo que hice ese día fue esperar.
De noche, de nuevo hacia frio y seguía
esperando a que fuera lo suficientemente
tarde para que el abuelo se quedara
profundo en su habitación y así estaría
más segura de que no me descubriría.
Mientras tanto me puse los tenis blancos
de siempre y una chaqueta azul, aliste un
par de velas y una cajetilla de fósforos, no
quería encender la luz. Pasa la media
noche baje las escaleras hasta la cocina,
con las velas en la mano izquierda. Las
puse en una botella que había en la mesa
del lado derecho. Me gire para ver la
puerta, y con toda mis fuerzas tome la
mesa frente a ella y la corrí hasta dejar un
pequeño espacio para que pudiera abrirla
y pasar. Volví a tomar las velas y atravesé
la mesa por encima, vi la puerta y
realmente si estaba abierta, la abrí lo más
que pude, pero para mi sorpresa solo
había un gabinete con algunos platos,
como había dicho el abuelo, pero nada
estaba roto, nada se había caído al suelo,
como pensé que estaría. Observe bien
entre los platos y de uno de ellos saque un
pedazo de papel, lo alise y vi que era un
foto del abuelo y la abuela.
La detalle por un instante, se veían tan
felices y jóvenes, hasta que de nuevo sonó
como si se hubiera caído algo tras el
gabinete. Acerque las velas al marco del
gabinete para revisar si había algo más,
mi curiosidad estaba insaciable y mi
corazón latía tan rápido que casi lo podía
oír. Enseguida descubrí una bisagra la
tome y la hale hacia mí esto hizo que el
gabinete saliera como si fuera una
segunda puerta, sabía que algo más había
tras el gabinete.
Entre detrás del gabinete alce las velas
para poder iluminar algo y pude ver que
del techo había un antiguo bombillo de
cadena. Tome la cadena para tirar de ella,
y la luz de este bombillo resulto ser azul,
me pareció algo extraño, además de que
comencé a sentir una corriente de aire que
venía desde el interior. Pude ver un
pasillo lleno de cosas viejas, sillas, mesas,
trastos de madera, maletas y algunos
restos de vidrios y espejos rotos se
esparcían por el suelo. Avance un poco y
pareciera que cada vez habían más
objetos desechos. Alce las velas de nuevo
y esta vez me di cuenta de que el techo
estaba lleno de esos bombillos azules,
quede realmente extrañada por la
innumerable cantidad que había.
Avance otro poco y pude ver que detrás
de los objetos del lado derecho había otra
puerta. Comencé a mover los objetos con
cuidado para llegar a ella, pero al llegar y
mover el picaporte este no cedió, la puerta
estaba con llave. Al lado de la puerta
había un enorme espejo un poco roto y
pude ver en su reflejo que del otro lado
había otra puerta, prendí más bombillos
del techo para ver mejor y pase al otro
lado para abrir la puerta pero al llegar
también estaba cerrada.
Aún seguía la corriente de aire pero no la
había determinado hasta que volví al
centro del pasillo y dirigí la mirada la
mirada a todo el pasillo y pude ver que
estaba lleno de puertas en ambos lados.
Quede paralizada y caí en cuenta de algo,
el pasillo era demasiado largo para estar
dentro de la casa y de la cocina. Me gire
sobre mis talones lentamente, y en
dirección a la entrada y se me bajo la
temperatura y la respiración con lo que vi.
No había avanzado tanto como para estar
a más de la mitad del pasillo, solo había
visto dos puertas y esta vez había por lo
menos unas ocho en cada lado.
Me quede tan quieta casi sin respirar, sin
mover un solo cabello ni siquiera podía
parpadear, no podía dejar de ver lo lejos
que estaba. Luego escuche un pequeño
sonido tras de mí que venia del techo gire
sobre mi misma de nuevo y vi a lo lejos
como otro bombillo se encendía, luego
otro y otro y otro hasta que con tanta
iluminación vi que el pasillo no tenía fin
del otro lado. Se me hizo un nudo en la
garganta y sentía que por más que tratar
de gritara no iba a poder, tenía la
sensación de desmayarme en cualquier
momento y aun sentía el aire por mi cara
pero esta vez una corriente más intensa,
temía que mis velas se apagaran. Sabía
que ya tenía que salir de ahí, así que con
mucha fuerza di un paso hacia atrás y
tuve la impresión de que había algo
enorme detrás de mí pero no quería ver,
no quería girar mi cara ya con los ojos
acuosos a punto de llorar.
Luego escuche la voz del abuelo y decía:
-Te dije que no entraras o no volverías
a salir
Sentí un escalofrió que me corrió por todo
el cuerpo, sabía que no era él. Temblando,
aferre fuerte la botella y me di la vuelta lo
más rápido que pude para atacar a lo que
sea que estuviera detrás. Pero no había
nada ni nadie, solo yo y mis velas y un
motón de objetos olvidados y viejos que
de pronto comenzaron a caerse y formar
una especie de avalancha, reaccione de
golpe y comencé a correr, y con cada
paso que daba, se encendían más y más
bombillos. Sentí mucho más miedo no
quería que todo eso me aplastara
ahí dentro.
Tropezaba con cosas que se caían de
todas partes hasta que ya no pude
esquivarlas y caí al suelo en un golpe
seco, trate de levantarme rápido pero
enseguida sentí unas manos frías
halándome los pies cada vez eran más
manos que salían bajo la montaña de
objetos, no aguante más y comencé a
gritar, quería ver al abuelo y que me
sacara de ahí aunque tuviera que aguantar
su regaño por haber entrado.
Me arrastraba un poco con la poca fuerza
que tenía pero las cientos de manos me
ganaban y más aun con todo el peso sobre
mis piernas. Pensé rápido y tome la pata
rota de una silla para apalear las manos y
quitármelas, eran demasiadas.
Logre zafarme de algunas y seguir
corriendo pero ya habían demasiadas
cosas en el suelo como para correr, tenía
que pasar por encima de todo. Ya faltaba
poco para llegar a la puerta así que me
subí tan rápido a una mesa para
sobrevolar la montaña de objetos y saltar
hasta puerta. Caí con una fuerza extrema
que me dolió todo el cuerpo al darme la
vuelta lentamente en dirección al pasillo
quede aún más espantada.
Ya no había nada en el pasillo, solo una
oscuridad perturbadora y un silencio
infinito pero aun podía ver que algunos de
esos bombillos azules volvían a
encenderse así que me arrastre hacia atrás
del miedo hasta que sentí un jalón de la
chaqueta que me levanto. ¡Era el abuelo!
Y estaba furioso, tomo el gabinete para
cerrarlo y comenzaron a llegar las manos
para no dejar cerrarlo. Me levante rápido
y ayude al abuelo a cerrarlo con fuerza,
mientras me gritaba ¡te dije que no
entraras! Hasta que pudimos y a
continuación cerramos la puerta.

Luego dijo con un tono más amable

-No sé qué viste ahí, siempre es diferente,
habrán cosas que nos atormenten y de
algunas no podremos escapar… no sé
cuántas almas estén atrapadas ahí dentro.
Ella lo intento, intento salvarlas, intento
salvarse y no pudo. Sé que la próxima vez
no dejaran que alguien salga.

Era obvio de quien hablaba.