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Ácido ascórbico (vitamina C)

En esta misma línea, los médicos Alfred F. Libby e Irwin Stone han estudiado
en profundidad el rol que puede cumplir esta Vitamina y han concluido que
puede significar un enorme aporte en las terapias contra la drogadicción. Han
realizado estudios y exitosas experiencias prácticas con grupos de
drogadictos. A su juicio “el fracaso en manejar la drogadicción hasta ahora se
ha debido al hecho de poner énfasis en los problemas legales del problema, el
concepto de crimen y castigo, ignorando las condiciones físicas y mentales de
los adictos y dejando de lado el concepto de salud y los problemas metabólicos
de las víctimas. Los adictos sufren de severas disfunciones metabólicas por lo
que cualquier programa que no contemple sanarlos está condenado
necesariamente al fracaso”.

Según sus análisis, el drogadicto sufre de una severa deficiencia de ascorbato,


lo que lo hace más débil al stress natural y, posteriormente, al producido por la
misma situación de adicción. El síndrome es llamado por estos expertos de
Hipoascorbemia Kwashiorkor y han tenido éxito, sin recaídas, con adictos a la
heroína o la metadona. El tratamiento incluso impide efectos negativos en el
caso de que durante el período de rehabilitación tomen algo. En ese caso, el
propio cuerpo los desintoxica o impide que “se vuelen”. Si están tomando las
dosis convenientes de ácido ascórbico, la “recaída” equivale a que se inyecten
agua.

En esta experiencia la rehabilitación total de los adictos tratados consistió en


darles 25 a 85 gr de ácido ascórbico o ascorbato de sodio al día en dosis
espaciadas con altas dosis de otras vitaminas, minerales esenciales y altos
niveles de proteínas predigeridas.
Esto se aplica continuamente durante 4 a 6 días, luego de los cuales las dosis
se van reduciendo a dosis que varían entre 10 y 30 gr por día.

La explicación de esta terapia consiste básicamente en la opinión de que el


ácido ascórbico posee efectos positivos en el stress y en el aparato
cardiovascular. Según Libby y Stone, los drogadictos, como todos los humanos,
nacen con un gen incapaz de generar la síntesis de la enzima proteica llamada
L-gulonolactone oxidase (GLO) que produce el hígado. Este defecto de
nacimiento causa una deficiencia potencialmente fatal, pero ahora susceptible
de ser corregida, la hipoascorbemia. Este defecto en el metabolismo de los
carbohidratos destruye la capacidad del hígado humano para sintetizar el
ascorbato de la glucosa de la sangre y priva al humano de una forma a través
de la cual todos los otros mamíferos combaten el stress. La respuesta normal
del mamífero al stress es aumentar la síntesis que hace el hígado del ascorbato
como un mecanismo antistress y desintoxicante para mantener la homeostasis
dentro del cuerpo.

La mayoría de los mamíferos cuentan con el gen GLO y normalmente producen,


bajo condiciones de un stress suave, cerca de 10 a 20 gr. de ascorbato por día
por cada 70 Kgs de peso lo que les permite hacerse cargo de sus necesidades
fisiológicas básicas diarias. Un mecanismo bioquímico de retroalimentación
evolucionó en los primeros mamíferos y aumentó su creación diaria de
ascorbato, posiblemente tres a cinco veces, como respuesta a diferentes
stresses químicos y físicos. Los humanos se encuentran entre los pocos
mamíferos que no cuentan con este mecanismo homeostático protector, por lo
tanto sufren un mayor daño fisiológico ante el stress, lo que se supera si toman
ascorbato como suplemento. Por tanto, si un adulto humano stressado ingiere
10 a 20 gr de ascorbato diariamente llega al rango normal de ascorbato con el
que cuenta cualquier otro mamífero. Bajo stress un humano requiere de 30 a
100 gr al día para mantener su salud.
El uso terapéutico de mega niveles de ascorbato ha logrado gran éxito en
enfermedades virales y muchas otras patologías. La recomendación (“de sub-
subsistencia) de consumo diario de Vitamina C para los humanos, hechas por
homeópatas durante los últimos 40 años, apenas alcanzaría para mantener a
otros mamíferos vivos o en buena salud. El amplio consenso acerca de esta
errada hipótesis nutricional de la medicina moderna sólo ha permitido la
persistencia continuada del escorbuto subclínico (SES) que constituye, en la
actualidad, la enfermedad humana más insidiosa y generalizada.

Los casos de adicción, normalmente, siguen el siguiente patrón: los futuros


adictos nacen con la carencia genética del GLO y ya al nacer sufren del
síndrome SES. El síndrome usualmente continúa a través de la infancia,
adolescencia y período adulto sin ningún tratamiento.

la experiencia de diferentes médicos con los adictos con que se ha trabajado


es que se empiezan con un fin de semana “high” hasta que llegan al hábito diario
de consumo del cual ya no pueden escapar. Cada uno de estos excesos
profundiza la carencia de ascorbato con la que nacieron llevándolos a una
severa exacerbación de síndrome de escorbuto subclínico ya presente. No hay
ninguna reposición del ascorbato perdido.

Esto se acentúa, porque los drogadictos pierden el apetito y la ausencia o


restricción de la alimentación los lleva a una severa malnutrición de vitaminas y
proteínas. “Todos los adictos crónicos analizados sufren de una severa
hipoaminoacidencia. Esto ha llevado a definir a los adictos confirmados como
víctimas del síndrome de la Hipoascorbemia-Kwashiorkor y el tratamiento
consiste en un enfoque intensivo holístico para la corrección completa de estas
disfunciones genéticas y nutricionales. El procedimiento es completamente
ortomolecular y no se usa ninguna droga, sustancia extraña o narcótico-tóxica

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