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Cap5EntrevistaClinica PDF
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Capítulo 5
RELACIONES EN LA ENTREVISTA
CLÍNICA CON APOYO TEÓRICO Y
BASADAS EN EVIDENCIA
Una manera breve para describir el cambio que ha tenido lugar en mi es el decir
que en mis primeros años profesionales yo estaba haciendo la pregunta, ¿Cómo
puedo tratar, cuidar o cambiar a esta persona? Ahora, expresaría la pregunta de
esta manera: ¿Cómo puedo proveer una relación la cual esta persona pueda
usar para... desarrollo personal?
-Carl Rogers, El proceso de convertirse en persona
33) que pudiera facilitar el desarrollo personal. Rogers llegó a ver a esta relación
siendo de suma importancia para el éxito de la consejería, psicoterapia, enseñanza,
y hasta el mantenimiento de la paz internacional (Rogers, 1951, 1958, 1961, 1969,
1977; Rogers & Haigh, 1983; Rogers & Dymond, 1954). El afirmó audazmente que
la relación psicoterapéutica que preveía era necesaria y suficiente para el desarrollo
personal positivo (Rogers, 1957).
En los años que le siguieron a las primeras publicaciones de Rogers (i.e.,
Counseling and Psychotherapy, 1942, y Client-Centered Therapy, 1951), inició la
investigación dirigida hacia la importancia de los factores de la relación en
consejería y psicoterapia y continúa hasta este día. No es sorprendente que las
conclusiones generales apoyan mucho de la hipótesis original de Rogers; esto es,
una relación cálida, personal y de confianza es un factor común terapéutico
importante para virtualmente todas las formas de consejería y psicoterapia
(Goldfried, 2007; Hardy et. al., 2007; Norcross, 2002; Sommers-Flanagan &
Sommers-Flanagan, 2007a). Recientemente ha habido un resurgimiento de las
ideas de Rogers dentro de la psicoterapia contemporánea. A este resurgimiento
muchas veces se le refiere como relaciones basadas en evidencia (Chambless et.
al., 2006; Norcross, 2002).
A estas alturas, virtualmente todos los profesionales en salud mental
están muy de acuerdo con mitad de la audaz afirmación de Rogers sobre la terapia.
Esto es, una buena relación de terapia se considera un ingrediente necesario para
el desarrollo, curación, o cambio positivo del cliente.
Este capítulo se enfoca en las condiciones centrales de la relación
derivadas de teorías específicas y de la investigación dentro de consejería y
psicoterapia. Estas condiciones de la relación están organizadas por orientación
teórica, pero también, en muchos casos, tienen un apoyo empírico robusto. En
términos de la entrevista clínica, es esencial enfocar estos factores de la relación
como los componentes básicos para una evaluación precisa y una terapia efectiva.
Al examinar las condiciones centrales de la relación, empezamos con lo
que Rogers consideró crucial para un éxito terapéutico y subsecuentemente
revisamos variables en la relación de terapia comúnmente asociadas con los
enfoques psicoanalítico, cognitivo-conductual y de la psicología social, feminista, y
constructivista/centrada en soluciones hacia la terapia.
Carl Rogers (1942) creía que el establecer una relación terapéutica constituía la
esencia y totalidad de lo que es terapéutico sobre la consejería. Las tres
condiciones centrales de Rogers son:
1. Congruencia
2. La consideración positiva incondicional
3. Empatía precisa
Congruencia
Implicaciones de la Congruencia
¿Congruencia significa que puedo decir lo que realmente pienso sobre el cliente
en su cara?
¿Si me siento atraído sexualmente al cliente, debo ser "congruente" y decírselo
directamente, durante la sesión?
¿Si me siento con ganas de tocar al cliente, debo seguir adelante y hacerlo?
¿Estoy siendo poco sincero si me restrinjo?
¿Qué tal si no me gusta un cliente o algo que hace el cliente? ¿Estoy siendo
incongruente si no se lo digo?
Esta afirmación ilustra como Rogers creía que el buen juicio debería ser usado al
utilizar la autorrevelación. El discutir sus sentimientos con compañeros o
supervisores es usualmente más apropiado que discutir sentimientos directamente
con su cliente.
Para Rogers, estar realmente presente y comprometido a la escucha y
ayudar a los clientes era el atributo más importante que los entrevistadores ofrecen.
Templando su Congruencia
Gazda, Asbury, Balzer, Childers, y Walters (1984) proveen excelente consejo para
saber cómo determinar si usted está siendo espontáneamente expresivo en una
entrevista. Aunque refiriéndose específicamente al uso tocar al cliente en
consejería, su consejo es sólido para la mayoría de las conductas espontáneas del
entrevistador. Estos autores le piden a los entrevistadores que consideren: "¿Para
quién es? ¿Estoy haciendo esto para mí, la otra persona, o para impresionar a
aquellos que observan?" (p. 111). En otras palabras, los entrevistadores deben
explorar los motivos detrás de sus conductas potencialmente espontáneas.
En lo que se refiere a tocar al cliente, puede que nosotros seamos aun
más conservadores que Gazda y sus asociados. Además de estar seguro que el
tocar se ofrece solamente para el beneficio del cliente y no para su propia
gratificación o consuelo, también creemos que el tocar nunca debe sentirse
invasivo o prepotente. Usted también tiene que estar seguro de que no será
malinterpretado. Si usted tiene cualquier duda, no debería tocar a su cliente.
Una de las razones por las que el tocar debe ser cuidadosamente
examinado es porque su cliente puede experimentar su toque como íntimo,
romántico, o abiertamente sexual. Por supuesto, las relaciones sexuales entre
terapeuta y cliente siempre son inapropiadas, inaceptables, no éticas y muchas
veces ilegales; el sexo entre terapeuta y cliente resulta en trauma y victimización
(Sonne & Pope, 1991). Nosotros estamos de acuerdo con la terminología de Pope
(1990) para las relaciones sexuales entre terapeutas y clientes. El les llama abuso
sexual de los clientes. Cuando tal terminología es usada, se vuelve obvio: El abuso
sexual de los clientes nunca podrá ser parte de cualquier empeño terapéutico.
Consecuentemente, examinar la necesidad de tocar es necesario.
No es inusual para los terapeutas que ocasionalmente se sientan atraídos
sexualmente hacia sus clientes. De hecho, como Welfel (2006) afirma: "La
atracción sexual hacia los clientes es casi un fenómeno universal entre los
terapeutas, pero la mayoría no actúa bajo esa atracción y manejan sus reacciones
de una manera responsable" (p. 133).
Recuerde: Si usted siente atracción sexual hacia los clientes, aunque sea
normal, es inaceptable que actúe bajo esa atracción, ya sea tocando a su cliente
sexualmente o hablando de su atracción con el cliente. El hablar de su atracción
agobia a su cliente con el conocimiento de su atracción. Cuando experimente
atracción sexual hacia un cliente, busque aportaciones y asistencia de supervisores
o colegas (Sommers-Flanagan & Sommers-Flanagan, 2007).
Desde los 1960s, los terapeutas feministas han abogado fuertemente por
congruencia, o autenticidad, en las relaciones entrevistador-cliente. Brody (1984)
describe un rango de respuestas que un entrevistador auténtico pudiera usar:
Aunque probablemente usted no vea a sus clientes tres veces a la semana por un
año, en algún momento, enfrentará preguntas similares y usted necesitará decidir
cómo responder. ¿Le negará a su cliente una respuesta humana y congruente a
favor de preservar neutralidad, profesionalismo, y corrección técnica? O, ¿hace a un
lado la neutralidad profesional y técnica y responde a su cliente como otro ser
humano? Entrevistadores con entrenamiento psicoanalítico o una orientación
conductista se mantienen más con la neutralidad profesional, mientras que
entrevistadores centrados en la persona, existencialistas, feministas, y
constructivistas escogen enfoques más abiertos, humanistas (Burkard et al., 2006;
Mathy, 2006). Esto no quiere decir que los terapeutas de estas orientaciones
teóricas siempre e inmediatamente responden preguntas directas de los clientes.
La mayoría de las preguntas que requieren autorrevelación del terapeuta, juicio, o
consejo deben ser discutidas, exploradas, y analizadas antes de ser respondidas (o
inmediatamente después), sin importar la orientación de la consejería.
Antes, mencionó que se siente lastimado cuando una mujer que es importante
para usted lo rechaza. Ahora está hablando de su madre y como sintió que lo
abandonó cuando tuvo que atender el alcoholismo de su padre. Estoy seguro
que usted probablemente ya había pensado acerca de esto, pero parece que
pudiera haber una conexión o patrón aquí.
Aunque este comentario está diseñado para facilitar insight hacia los patrones de
las relaciones, también le permite al cliente saber que el entrevistador le está
escuchando detenidamente. Como resultado, el cliente se puede sentir honrado y
respetado, y la relación puede tomar mayor intimidad. Recordar lo que su cliente
dice requiere una atención deliberada. El usar intelecto, intuición, y empatía para
reflejar el mundo interno del cliente comunica un profundo respeto el cual es la
esencia misma de la consideración positiva incondicional.
Cliente: "No sé porque mi papá quiere ahora que vengamos a terapia para tratar de
hablar de nosotros. Nunca nos hemos podido comunicar. Ya ni siquiera
me molesta. Lo he aceptado. Quisiera que él lo aceptara también."
Entrevistador: "Debe molestarle tener un padre que no se puede comunicar de
manera efectiva con usted."
Cliente: "Para nada. Estoy dejando la relación con mis padres. En verdad, no dejo
que me moleste."
El venir a terapia no parece tener mucho sentido para usted. Quizá solía tener
algunos sentimientos sobre su falta de comunicación con su papá, pero en este
momento suena como que se siente bastante insensible acerca de toda la
situación y solo quiere seguir adelante.
Esta segunda respuesta es más precisa. Toca en cómo se sentía antes el clientes,
lo que piensa actualmente, así como en la respuesta afectiva insensible. Puede que
haya tristeza no resuelta, ira, o decepción, pero para que el entrevistador se
conecte con estos sentimientos enterrados se requiere una interpretación, la cual
necesita ser apoyada con evidencia clara antes de que pueda ser experimentada
por el cliente como empática. Recuerde del Capítulo 3 que las interpretaciones y
reflexiones interpretativas de sentimientos deben ser apoyadas por evidencia
adecuada.
En lugar de enfocarse solamente en lo que usted sentiría si estuviera en
los zapatos de su cliente, es más efectivo el también reflexionar intelectualmente en
como otros clientes (u otras personas que conoce) pudieran sentir y pensar en
respuesta a esta experiencia particular. Carl Rogers (1961) también enfatizó que las
reflexiones sobre sentimientos debería afirmarse de manera tentativa para que los
clientes sean libres de aceptarlas o rechazarlas. Tenga en mente que usted debe
expresar empatía no solo para lo que su cliente está diciendo, pero tambien para su
estilo de defensa (p. ej., si están usando mecanismos de defensa tales como
racionalización o negación, muestre empatía para ellos). Por ejemplo:
Cliente: "No sé porque mi papá quiere ahora que vengamos a terapia para tratar de
hablar de nosotros. Nunca nos hemos podido comunicar. Ya ni siquiera
me molesta. Lo he aceptado. Quisiera que él lo aceptara también."
Entrevistador: "El venir a terapia no parece tener mucho sentido para usted. Quizá
solía tener algunos sentimientos sobre su falta de comunicación con su
papa, pero en este momento suena como que se siente bastante
insensible acerca de toda la situación y solo quiere seguir adelante."
Cliente: "Si, supongo. Creo que estoy dejando atrás las relaciones con mis padres.
En verdad, no dejo que me moleste."
Entrevistador: "Quizá una de las maneras para protegerse a usted mismo de cómo
se siente acerca de la falta de comunicación con su papá es
distanciándose de sus padres. De otra forma, supongo que aun le
molestaría."
Cliente: "Pues, si. Creo que si me permitiera acercarme a mis padres de nuevo, la
patética inhabilidad de mi papá para comunicarse me molestaría de
nuevo."
Solo porque usted quiere ser empático con sus clientes no quiere decir que tendrá
éxito. En realidad, debido a la naturaleza delicada y sensitiva de las interacciones
entrevistador-cliente, es sorprendentemente fácil el esforzarse demasiado para
expresar empatía, el perder por completo el punto emocional del cliente, o de otra
manera tropezar en sus esfuerzos por comunicar una comprensión empática. Las
declaraciones empáticas clásicas que los entrevistadores novatos muchas veces
usan, pero que deberían evitar, incluyen las siguientes (Sommers-Flanagan &
Sommers-Flanagan, 1989):
Muchas veces los clientes tienes sentimientos ambivalentes sobre sus experiencias.
Por ejemplo, tome la siguiente interacción entrevistador-cliente:
podido cerrar cualquier exploración del cliente sobre sus sentimientos de culpa y
víctima acerca del incidente.
De manera alternativa, esta es una situación en donde el cuestionamiento
gentil y abierto pudiera ayudar a profundizar el entendimiento del entrevistador
sobre la experiencia persona única del cliente y ayudarlas a empezar a explorar sus
sentimientos, como ira, que pudiera haber sentido en respuesta al abuso de su
madre. Por ejemplo, el entrevistador pudiera haber preguntado:
Usted me dice que quizá se siente como si hubiera merecido ser golpeada por
su madre en esa situación, pero no puedo evitar preguntarme… ¿qué otros
sentimientos pudiera tener?
¿Qué tal si usted tuviera una amiga que hubiera experimentado algo parecido a
su experiencia? ¿Qué le diría a su amiga?
La Complejidad de la Empatía
Rogers creía que el deseo de juzgar a los clientes o responderles desde su propia
necesidad se reducía enormemente a través de la empatía. Encontró que la
interrelación entre empatía, consideración positiva incondicional, y congruencia
modificó la espontaneidad asociada con la congruencia. La empatía precisa
también disminuye la tendencia para juzgar a los clientes y así aumenta la
Transferencia
Sigmund Freud (1949) definió la transferencia como un proceso que ocurre cuando
"el paciente ve en su analista el retorno -la reencarnación- de alguna figura
importante salida de su niñez o pasado, y consecuentemente transfiere en el
sentimientos y reacciones que sin lugar a dudas se aplicaban a este modelo" (p.
66). Subsecuentemente, Sullivan (1970) definió un proceso similar pero más
generalizado al cual se refería como distorsión paratáxica: "Las características
reales del prójimo pueden ser en ese momento de mínima importancia para la
situación interpersonal. A esto le llamamos distorsión paratáxica" (p. 25).
La transferencia se caracteriza por ser inapropiada; el cliente responde al
entrevistador actuando, pensando, o sintiendo de una manera inapropiada. Freud
(1958) declaró que la transferencia "excede cualquier cosa que pudiera ser
justificada en términos sensatos o racionales" (p. 100). En ocasiones, pero no
siempre, situaciones intensas y obvias de transferencia pueden surgir de manera
temprana en una entrevista. Por ejemplo, un hombre joven confundido y enojado
tuvo una reacción especialmente negativa a su consejera femenina. Se volvió
verbalmente agresivo durante su entrevista inicial de diagnóstico, declarando de
manera repetida, "Mujeres. Ustedes [improperios eliminados] mujeres no pueden
entender por lo que he pasado. De ningún modo. Las mujeres simplemente no me
entienden. Como usted. Usted no me entiende." Debido a que la consejera no se
había comportado de una manera que explicara tan fuerte reacción, es probable
que este clientes estaba desplazando "sentimientos, actitudes, y conductas"
basadas en interacciones previas que había experimentado con mujeres (Gelso &
Hayes, 1998, p. 51).
De manera más común, como en muchas variables de la relación, la
transferencia es abstracta, vaga y elusiva. Para notarla, usted tiene que prestar
atención a transacciones idiosincráticas que los clientes inician con usted; por
ejemplo, los clientes puede que respondan sutilmente hacia usted en maneras que
son más emocionales de lo que la situación demanda, puede que formen
suposiciones sobre usted que tienen poco fundamento en la realidad, y puede que
expresen expectativas mal fundadas o no realistas sobre usted o la terapia.
Un mapa viejo sobre terreno nuevo muy común son las creencias tácitas
sobre usted, que como otros en sus vidas, usted los evaluará, encontrará que tienen
fallas, y los rechazará. Un ejemplo es una cliente que expresa ansiedad en la
evaluación sobre su desempeño en una prueba psicológica y en una tarea en casa
cognitivo-conductual. Ella mencionó tentativamente, "Sabe, algunas de esas cosas
que la prueba dice sobre mí no me parecen correctas. Debí haber hecho algo mal
cuando tomé la prueba." Este comentario es revelador por cuando se les provee
una retroalimentación de pruebas psicológicas que es incorrecta a los clientes,
comúnmente cuestionan la validez de la prueba, en lugar de su propio desempeño.
De manera similar, ella mencionó, "Hice la tarea en casa, pero no estoy segura de
si le entendí bien." De nuevo, ella hizo esta declaración cuando, de hecho, entregó
una tarea bastante completa. Hizo exactamente lo que se le instruyó, pero su duda
en sí misma se disparó porque veía a su terapeuta como una figura de autoridad
quien podría evaluarla negativamente. Sus expectativas de criticismo sugieren,
basándose en la perspectiva psicoanalítica, que pudiera haber experimentado duras
y quizá inapropiadas críticas en el pasado. En este sentido, su reacción es similar a
la del niño quien hace una mueca de dolor cuando se le acerca un adulto cuyo
brazo está extendido. El niño puede hacer la mueca debido a un abuso físico previo;
la mueca puede ser una respuesta automática e inconsciente. De manera similar,
los clientes que han sido expuestos a un criticismo excesivo tienen una tendencia
automática e inconsciente para prepararse (o hacer una mueca) cuando se exponen
a situaciones de evaluación. Este es un ejemplo de transferencia.
Las reacciones de transferencia pueden volverse profecías autocumplidas.
El cliente, esperando rechazo, evaluación negativa, o falta de empatía busca estas
posibilidades continuamente. Por lo tanto, cualquier rechazo sutil, cada fruncir el
ceño, y toda oportunidad empática que se pierde es interpretada por el cliente,
quien es una experta en detectar estas transgresiones, como el cumplimiento de
sus suposiciones de cómo la gente la trata. La cliente puede empezar a responder
de manera negativa a estos errores pequeños pero magnificados al rechazar
severamente los parafraseos o reflejo de sentimientos del entrevistador. Pronto el
entrevistador estará pensando, "No sé que tiene ella, pero me está empezando a
molestar." Si el entrevistador falla en notar este patrón de transferencia, el cliente
puede eventualmente generar una evaluación negativa.
Como Freud (1949) mencionó, "La transferencia es ambivalente" (p. 66).
La transferencia se puede manifestar con actitudes, sentimientos, o conductas
positivas (p.ej., afectuosas, de gusto, o amorosas) o negativas (hostiles, de rechazo
o frías). Cada una puede ser un área sobre la cual trabajar con el cliente mientras
progresa la terapia. Sin embargo, durante las etapas iniciales, el curso más sabio
para los entrevistadores es ser observadores astutos, notando respuestas y
conductas que parecen venir de viejos terrenos y relaciones pasadas en la vida del
cliente, pero no comentando sobre estos patrones.
Contratransferencia
Usted es la persona más fría como computadora que jamás había conocido. ¡Es
como un robot! Yo hablo y usted solo se sienta ahí, asentando con su cabeza
como una máquina. ¡Apuesto que si le cortara y abriera los brazos encontraría
cables en lugar de venas!
Identificación e Internalización
Resistencia
Alianza de Trabajo
Profesionalismo
Atractivo
Con los terapeutas, así como en el amor, la belleza está en el ojo de quien observa.
Sin embargo, hay algunos rasgos estándares que la mayoría de la gente ve como
atractivos. Debido a su naturaleza subjetiva y al hecho de que la consciencia de sí
mismo es un atributo importante de los entrevistadores clínicos, lo referimos a la
actividad incluida en Punto Importante Multicultural 5.2. Esta actividad le ayuda a
explorar conductas y características que usted pudiera encontrar atractivas si usted
fuera a un entrevistador profesional. Note que cuando hablamos de lo que es
atractivo, nos estamos refiriendo no solo a apariencia física pero también a
conductas, actitudes, y rasgos de personalidad.
Confiabilidad
"Puedo ver que no está feliz con estar aquí. Eso muchas veces es cierto cuando
la gente es forzada a venir a consejería. Así que desde el principio, quiero que
sepa que no espero que confíe en mi o que le guste estar aquí. Sin embargo, ya
que estaremos trabajando juntos depende de usted decidir que tanto puede
confiar en mí y en esta consejería. También, quisiera añadir, que solo porque
usted requiere estar aquí no quiere decir que usted requiere pasar un mal rato."
Debido a que la confianza muchas veces se entiende como una tendencia humana
aprendida y que se gana (Glanville & Paxton, 2007), los clientes periódicamente
pondrán a prueba a sus entrevistadores (Fong & Cox, 1983). En cierto sentido, los
clientes "le pondrán trampas" para determinar su es confiable. Por ejemplo, niños
que han sido abusados sexualmente muchas veces actúan de manera seductora
cuando conocen a un entrevistador; puede que se sientan en sus piernas, que se
froten contra usted, o que le digan que lo aman. Cuando se les deja solos por
primera vez con el entrevistador, algunos niños abusados hasta le piden al
entrevistador que se desvista. Estas conductas se puede ver como pruebas
descaradas de la confiabilidad del entrevistador (i.e., las conductas preguntan,
"¿Vas a abusar de mi también?"). Es importante para los entrevistadores el
reconocer estas pruebas de confianza y responder, cuando sea posible, en maneras
que mejoren la relación de confianza.
Mutualidad
Caso de Ejemplo
Cammy, una estudiante de postgrado de 25 años, llega para una entrevista inicial.
El supervisor de la entrevistadora le ha pedido a la entrevistadora que se mantenga
neutral y que resista el impulso por autorrevelarse. La entrevistadora dice,
"Cuénteme, que le trae por aquí en este momento." Cammy empieza a llorar casi
se yacen los fundamentos para una relación que incluya una autorrevelación
honesta por parte de la entrevistadora y que puede, después en la terapia, hasta
incluir momentos en los que la cliente observa y comenta sobre los patrones de
conducta en el entrevistador. En una relación orientada a la mutualidad, los
entrevistadores y terapeutas están listos para responder a tales ofertas de los
clientes de una manera genuina que no solo refleja las declaraciones de los clientes
ni los interpreta como surgiendo de una necesidad patológica del cliente (Brown,
1994; Stocker, 2005).
Cuando los entrevistadores entablan en mutualidad, usualmente lo hacen
con el propósito final del empoderamiento de los clientes. Los clientes ven la terapia
como una relación de trabajo en la cual son miembros iguales en lugar de
subordinados. Aunque la mutualidad no altera de manera completa el hecho de que
cierta cantidad de autoridad debe descansar sobre el consejero (Clarkson, 2003), el
entrevistador feminista trabaja de manera activa para enseñar a los clientes a
responder a la autoridad con un sentido de valor personal y con su propia autoridad
personal. Los terapeutas feministas creen que interacciones recíprocas pueden
resultar en un sentido creciente de poder personal en los clientes y la información
empírica apoya esta afirmación (Neff & Harter, 2003).
Empoderamiento
La afirmación de Adler apunta hacia un tema clave en la teoría feminista. Esto es,
las condiciones patológicas entre las mujeres muchas veces son construidas y
mantenidas por factores político sociales (Miller, 1986; Olson, 2000).
Consecuentemente, el concepto de empoderamiento para un feminista involucra
elevar la consciencia entre grupos oprimidos (especialmente mujeres) y los motiva a
levantarse y reclamar su poder personal, empezando por entender las fuerzas que
están en juego en la sociedad que los rodea. Brown y Bryan (2007) escribió:
El Cliente es el Experto
Es raro para un terapeuta TBCS que haga una sugerencia o tarea que no esté
basada en las soluciones o excepciones previas del cliente. Siempre es mejor si
las ideas para cambio y tareas emanan de los clientes, por lo menos
indirectamente durante la conversación, en lugar del terapeuta, porque el
cliente tiene familiaridad con estas conductas. (p. 5)