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CAPÍTULO III

MEJORANDO LA CONVIVENCIA EN EL AULA Y LA


ESCUELA

Nuestras acciones en el mundo nos parecen tan racionales que nunca nos detenemos
a reflexionar de dónde surgen; no hemos aprendido a observar cómo cambian de
acuerdo a las emociones. Cada espacio y momento de la vida y, sobre todo, las
personas con las que nos hemos relacionado, contribuyeron a configurar nuestra
personalidad, nuestra identidad personal y profesional.
3.1. LA ESCUELA COMO ESPACIO DE CONVIVENCIA
La escuela es un espacio de socialización y convivencia entre personas de diversas
generaciones y procedencias, por esa razón, los docentes necesitamos aprender a
observar e identificar lo que caracteriza al plantel en el que laboramos. Descubrir cuál
es la cultura escolar predominante, pues es precisamente esa socialización la que
genera aprendizajes que se arraigan y, no siempre guardan relación con todo lo que
desde el currículo formal se propone lograr con nuestros estudiantes.

Para la sociedad, la escuela tiene como una de sus razones de existir la de disciplinar
a los estudiantes, de formarlos en la obediencia a “sus superiores” y a sus
compañeros. Como espacio de retención, la escuela ha construido una cultura en la
que se reproducen patrones de crianza autoritarios y verticales. Todo el ritual de la
escuela está construido para ello: formación, escolta, brigadier, brigadier general
escolta batallón, gallardete, firmes, atención... cuántas palabras que remiten a un
cuartel militar prevalecen desde décadas. Y no hemos mencionado los aditamentos
exigidos en cada escuela: vinchas de un color determinado, corte de pelo, cordón,
revisión de aseo... y el castigo.

No se puede pretender democratizar el conocimiento sin democratizar la cultura


escolar. He allí la gran incompatibilidad que los maestros debemos enfrentar día a día;
por un lado un diseño curricular que se propone formar ciudadanos responsables,
competentes, con identidad y respeto; por el otro, una cultura que valora y hasta llega
a premiar el orden y la disciplina entendidas como respeto al superior en tanto adulto,
y no necesariamente a su autoridad.

Los maestros de educación secundaria debemos profundizar en el conocimiento del


vínculo entre los nuevos paradigmas y la cultura de la escuela. Descubrir los puntos de
encuentro y los desencuentros.

Desde hace una década el término autoestima se ha difundido por doquier, casi no
hay persona que no haya utilizado este término siquiera una vez; sin embargo de tanto
usarla se desgastó la palabra. Como educadores, debemos evaluar nuestra propia
experiencia e identificar qué tanto hemos fortalecido nuestra autoestima y sobre qué
bases.

Llegar a la desvaloración de la persona ante sí misma y ante los demás, es decir, no


tener autoestima, es haber perdido la energía con la que se busca el sentido de la
vida. La sociedad demanda de nosotros los docentes todo lo contrario. Los maestros
debemos tener capacidad para sostener al niño y al adolescente en formación y
levantar con él una autoestima que potencie sus capacidades y mejore
sustantivamente su destino.

Los maestros necesitamos trabajar una auto imagen positiva que nos permita:
descubrir lo importante y valioso que hay en cada uno de nosotros; enfrentar con
seguridad los desafíos; reconocer y actuar con claridad y coraje sobre las deficiencias;
construir niveles de autorrealización profesional (a pesar de las dificultades); aprender
a ser felices.

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3.2. LA AUTOESTIMA EN LOS DOCENTES

Los psicólogos definen la autoestima como la actitud emocionalmente valorativa de


aceptación, respeto y aprecio que cada individuo siente por sí mismo; es decir, refleja
el nivel de confianza, seguridad y autenticidad, resultado de muchos hábitos y
aptitudes adquiridos desde la infancia. Constituye la base sobre la que se edifica la
personalidad del individuo, su sentido de pertenencia e identidad10. No es algo innato;
se construye en la interacción con los demás y siempre se manifiesta a través de
hechos concretos. Sin embargo no es algo que se adquiere o se pierde
definitivamente; su consistencia es dinámica; se incrementa o decrece de acuerdo a
las condiciones internas (procesos psíquicos) y externas (interrelación).

La autoestima es un concepto importante en la vida. En la educación, es un eje


vinculado con el desempeño laboral del docente, el rendimiento escolar, la
motivación, el desarrollo de la personalidad, las relaciones sociales y afectivas.

Uno de los indicadores de una alta o baja autoestima en nosotros los docentes es el
nivel de satisfacción1 con nuestra profesión. Los docentes autorrealizados se
preocupan porque sus alumnos tengan una actitud favorable hacia la vida. Se
interesan por hacer cosas que los motiven a aprender de manera consciente. Aquellos
docentes tienen un aprecio por los conocimientos y el aprendizaje y no sólo se
dedican a cumplir con su trabajo; mantienen las expectativas de éxito elevadas en sus
alumnos buscando el logro, el desarrollo, el triunfo.

La autoestima tiene dos componentes: un sentimiento de capacidad personal y


sentimiento de valía personal.

COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA

Sentimiento de capacidad Sentimiento de valía personal.


personal

AUTOCONCEPTO AUTOIMAGEN

La autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. Refleja el juicio


implícito que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida
(para comprender y superar los problemas) y de su derecho a ser feliz (respetar y
defender sus intereses y necesidades).

Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz
y valioso. Tener una autoestima baja es sentirse inútil para la vida, equivocado, no con
respecto a tal o cual asunto, sino equivocado como persona.

Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para


vivir y merecer la felicidad y por lo tanto, ayuda a alcanzar nuestras metas y
experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar la propia capacidad de
ser felices.

10
Alberco Cuya, Véliz. Una contribución para el desarrollo de la autoestima del maestro. En: Revista
Tarea Nº 38. pp. 28 – 36. (setiembre, 1996) Lima.

48
Cuanto más alta es nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para afrontar las
adversidades: cuánto más flexibles seamos, más resistiremos las presiones que nos
hacen sucumbir a la desaparición o a la derrota.

Una persona con una autoestima desarrollada muestra las siguientes cualidades:
• Tiene una percepción más clara y eficaz de la realidad.
• Muestra mayor apertura para las experiencias.
• Muestra mayor integración, totalidad y unidad de la persona.
• Tiene mayor espontaneidad y expresividad: total funcionamiento.
• Posee un yo real, una identidad sólida, autonomía, unicidad.
• Expresa creatividad, aprecio a lo bello.
• Demuestra capacidad para unir lo abstracto y lo concreto.
• Expresa capacidad de amor.
• Le gusta adquirir conocimientos.

La autoestima es importante porque:

q Condiciona nuestro aprendizaje: Las críticas de nuestros colegas, de los padres


de familia y de los propios alumnos, hacen que los docentes formemos un
autoconcepto negativo, que influye posteriormente en el rendimiento laboral.

q Ayuda a superar las dificultades personales: Cuando poseemos una autoestima


alta podemos superar los problemas que se nos presenta, lo cual nos lleva a un
progreso en nuestra madurez y competencia personal.

q Fundamenta la responsabilidad: Una persona sólo se compromete cuando tiene


confianza en sí mismo y normalmente encuentra en su interior los recursos
requeridos para superar las dificultades.

q Apoya la creatividad: Una persona creativa sólo puede surgir si posee una gran fe
en sí misma, en su originalidad, en su capacidad.

q Determina la autonomía personal: Uno de los objetivos más importantes de la


educación es la formación de alumnos autónomos, autosuficientes, seguros de sí
mismos, capaces de tomar decisiones, que se acepten a sí mismos, que se
sientan a gusto consigo mismo, que sepan auto orientarse en medio de una
sociedad en permanente cambio.

q Posibilita una relación social saludable: El respeto y aprecio hacía uno mismo son
la base para relacionarse con las demás personas las cuales se sentirán cómodas,
porque formaremos un ambiente positivo en nuestro entorno.

q Garantiza la proyección futura de la persona: La persona en el transcurso de su


vida se proyecta hacía el futuro, se autoimpone aspiraciones y expectativas de
realización, se siente capaz de escoger metas superiores. Para lograr ello, es
obvio que debe cultivar una autoestima positiva, que garantice una formación y
convicción lo suficientemente sólida.

Nuestro nivel de autoestima puede ser alto o bajo, y consecuentemente cada


uno incidirá en nuestra calidad de vida.

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Cuando nuestra autoestima no es sólida, nos cuesta asumir riesgos y tomar las
decisiones necesarias que nos permitirán vivir una vida productiva y gratificante. Un
bajo nivel de autoestima afecta adversamente nuestras relaciones familiares,
amistosas y de pareja, nuestro desempeño personal y profesional, y lo más
importante, nuestra sensación interna de bienestar.

Las personas que tienen un nivel de autoestima bajo dependen de los resultados
presentes para establecer como deben sentirse con respecto a si mismos. Necesitan
experiencias externas positivas para contrarrestar los sentimientos negativos que
albergan hacia ellos mismos.

Un nivel alto de autoestima hace generar un alto nivel de confianza en nuestras


habilidades para resolver situaciones, y la asertividad necesarias para permitirnos
llegar a ser todo lo que podemos ser. Un alto nivel de autoestima nos permite tener
relaciones más funcionales, saludables y profundas, principalmente con nosotros
mismos.

Un nivel de autoestima positivo se fundamenta en nuestra habilidad para evaluarnos


objetivamente, conocernos realmente, y ser capaces de aceptarnos y valorarnos
incondicionalmente. Es decir, ser capaces de reconocer de manera realista nuestras
fortalezas y limitaciones, y al mismo tiempo aceptarnos como valiosos sin condiciones
o reservas.

Es importante no confundir un alto nivel de autoestima con el egoísmo o


sentirse superior, los cuales son en realidad intentos de ocultar sentimientos
negativos sobre sí mismo.

La autoestima positiva nos permite realizar nuestros sueños. Mientras más nos
aceptamos y nos apreciamos nosotros mismos, más nos comportamos de una manera
que nos permite ser aceptados y apreciados por otros. Mientras más creemos que
somos capaces de lograr nuestras metas, aumentan nuestras probabilidades de
hacerlas realidad.

Conocer nuestro nivel de autoestima es fundamental para establecer en qué situación


nos encontramos, y decidir qué podemos hacer al respecto.

Para algunas personas, sus pensamientos y sentimientos sobre si mismos tienden a


fluctuar basados en su experiencia diaria. Los resultados de una evaluación, como le
tratan sus amigos, los altibajos de una relación amorosa, etc. pueden tener un impacto
temporal en su sensación de bienestar.

La autoestima sin embargo está por encima de los altibajos normales asociados con
los cambios en las situaciones cotidianas. Para las personas con un nivel alto de
autoestima estos altibajos normales de la vida podrían producir fluctuaciones
temporales en su sensación de bienestar. Mientras que para una persona con baja
autoestima estos mismos altibajos podrían hacer una enorme diferencia.

50
En cuanto a las personas con autoestima baja, no es tan sencillo reconocerlas,
pues la baja autoestima puede usar diferentes máscaras. Veamos algunas de las más
comunes:

El Impostor: Aunque se muestra feliz y exitoso, en realidad le aterra el fracaso,


y vive con el constante miedo de "ser descubierto". Necesita triunfos externos
constantes para tratar de mantener la mascara de alta autoestima, lo cual le
podría conducir a problemas con el perfeccionismo, competencia, o sobre
exigencia.

El Rebelde: Actúa como si las opiniones o buenas intenciones de otros,


especialmente de las personas importantes o poderosas, no importaran. Vive con
una rabia constante por no sentirse "suficientemente bueno". Continuamente
necesita probar que los juicios y críticas de otros no le duelen, lo cual podría crear
problemas al culpar a otros excesivamente por sus tropiezos, romper las reglas
y/o leyes, o desafiar y pelear con las figuras de autoridad.

El Perdedor: Se muestra desvalido e incapaz de valerse por si mismo, y espera


que alguien venga a rescatarlo. Usa la auto compasión o la indiferencia como una
barrera contra el miedo a asumir la responsabilidad de sus actos. Siempre anda
en busca de la guía de otros, lo cual podría llevar a una falta de asertividad, falta
de logros propios, y una excesiva dependencia de los demás en sus relaciones.

La baja autoestima se correlaciona con miedo a lo nuevo, conformidad, indecisión


rigidez y sumisión. Algunos factores que destruyen la autoestima son:

1. La crítica (negativa) que recibimos, cuando somos criticados (sin causa


justificada, sin argumentos) somos lastimados en nuestra imagen.

2. La culpa que actúa como detonante del autocastigo. Es distinto vivir algo con
culpa a vivirlo con responsabilidad.

3. El resentimiento: es necesario cortar la cadena del resentimiento, perdonar si


es posible y de lo contrario tomar distancia del hecho que lo produce.

4. El miedo impide la posibilidad de crecimiento y el abordaje de nuevas


posibilidades enriquecedoras necesarias para alimentar nuestra imagen.

El valor de elevar la autoestima radica no sólo en que permite vivir mejor, responder a
los desafíos y a las oportunidades en forma más apropiadas, sino también que faculta
el logro de objetivos o metas particulares, el desempeño laboral y social, las
manifestaciones afectivas y sexuales. Con realismo, creatividad, independencia y
flexibilidad para aceptar los cambios.

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Proponemos un test que te puede ayudar a identificar tu nivel de autoestima.

TEST PARA IDENTIFICAR EL NIVEL DE AUTOESTIMA11

Nº ITEM Sí No
1 Me llevo bien con los demás.
2 Cuando cometo un error lo acepto sin miedo.
3 Me siento menos cuando alguien me critica.
4 Puedo ganarle al mejor si me preparo para ello.
5 Le caigo bien a casi todo el mundo.
6 Si me dicen algo positivo ¿me da gusto y lo acepto?
7 ¿Me siento cómodo al entrar a un sitio donde nadie me conoce?
8 ¿Me agrada tal y como soy?
9 ¿Siento y creo que nadie como persona es mejor que yo?
10 ¿Acepto a los demás como son sin criticarlos?
11 Generalmente consigo las metas que me he propuesto.
12 Si me preguntan cuales son mis cualidades ¿puedo nombrarlas
rápidamente?
13 Me considero optimista.
14 Si alguien me trata mal ¿Le digo de buena manera que no lo haga?
15 Me siento bien cuando estoy en público
16 Me gusta como soy físicamente.
17 Suelo compararme con los demás.
18 Si cometo un error ¿Pienso que merezco una segunda oportunidad?
19 Me siento mal por no simpatizarle a alguien.
20 Si los demás me presionan para hacer algo que no quiero, no lo hago.

La frecuencia en que usted marcó Sí puede ser interpretada de la siguiente manera:

1- 4: Su autoestima es muy baja. Necesita valorarse más, dejar de lado el miedo y la


inseguridad. Es recomendable buscar ayuda.
5 - 8: Su autoestima es baja. Debe conocerse, aceptarse y quererse más.
9 - 12: Su autoestima es buena. Usted ha llegado a un equilibrio consigo mismo.
13 en adelante: Su autoestima es muy buena. Usted sabe valorarse y sacar lo bueno de si
mismo para dar a los demás. Es una persona que cumple con los objetivos que se traza.

11
Test de habilidades sociales Programa PECYR, Independencia 2000.

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CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN DE LA AUTOESTIMA
ACADÉMICA Y PROFESIONAL 12

Aspecto a revisar No ? Sí
1 Preparo las clases y las explicaciones de forma que todos puedan aprender
lo más fácilmente posible los conocimientos mínimos.
2 Expreso algunas veces el convencimiento de que todos pueden aprender.
3 A veces comento con los alumnos como los fracasos son sólo aparentes,
dado que se deben a formas inadecuadas de enseñar del profesor o al
desconocimiento de cómo se debe aprender.
4 Aprovecho los pequeños éxitos de los alumnos para valorar su capacidad
de éxito en la vida como personas.
5 Explico a veces en la clase que todas las personas poseen un alto nivel de
dignidad a pesar de que la sociedad pueda menospreciarlos por algunas
manifestaciones del aspecto físico, ideológico, de éxito académico, etc. y de
que los padres normalmente suelen valorar a sus hijos como persona.
6 Aprovecho algunas manifestaciones de los alumnos y del conocimiento que
tengo de sus éxitos y fracasos personales, para convencerles de que la
forma de vivirlos demuestra que deberían confiar más en sí mismos.
7 En alguna ocasión comento como el copiar o aprovecharse del trabajo de
otros compañeros. disminuye la seguridad en uno mismo e impide
progresar y sentirse satisfecho de sí mismo.
8 Creo que me manifiesto como buen profesor y adulto en el que se puede
confiar.
9 Creo que lo que hacen los alumnos fracasados de mi clase es una manera
desesperada de evitar más fracasos.
10 Promuevo, a veces, algunas actividades fáciles en la clase para poder
valorar a los alumnos con más experiencias de fracasos.
11 A veces organizo actividades de grupo entre los alumnos y los agrupo por
afinidades y preferencias.
12 Procuro no comparar a los mejores alumnos con los peores.

Valoración de los resultados del profesor


Columna de la izquierda Columna centro Columna derecha
0 puntos 1 punto 2 puntos

Preguntas que puntúan 2 puntos: _______________________________________


Preguntas que puntúan 1 punto: ________________________________________
Puntuación general: _______

Interpretación
Alta Media Baja
Más de 14 puntos Entre 7-13 menos de 7

12
Cuestionario para evaluación del personal docente propuesto por Lovergein, Jhon SNT. 2001

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3.3. LA AUTOESTIMA Y EL DESEMPEÑO LABORAL

La escuela es el espacio en el que pasamos gran parte de nuestra vida, dedicados a


mejorar nuestro desempeño profesional. La vida cotidiana en este espacio no está
exenta de dificultades y conflictos producto de los malos entendidos.

Los docentes requerimos de algunos años de experiencia laboral para afianzar nuestra
vocación y capacidad profesional. Durante ese tiempo estamos expuestos a un
sinnúmero de situaciones (búsqueda de un centro de trabajo, contratos, inestabilidad
laboral, bajos sueldos, aprender la organización formal y no formal de la escuela,
conducir actividades de aprendizaje) que ponen a prueba también nuestra salud
emocional. Por ello es necesario fortalecer nuestra autoestima.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mejor equipados estaremos para enfrentar a
la adversidad en nuestra profesión y cuanto más baja es nuestra autoestima habrá
menos aspiraciones y logros profesionales.

Satisfacemos las necesidades de ser, hacer, tener, dar servir, auto realizarnos y
trascender, cuando son visibles las capacidades esenciales para hacer del trabajo
parte de nuestra vida personal. Para amar profundamente lo que hacemos
necesitamos apropiarnos, sentir que ese trabajo es nuestro modelo de apropiación.
Cuando suceda ello, entonces diremos:

El trabajo es mío porque, como, vivo, visto,


(necesidades fisiológicas)
calzo y me divierto con lo que gano.

El trabajo es mío porque, me da seguridad de


(necesidades de seguridad)
sustento diario, presente y futuro.

El trabajo es mío porque, me hace sentir parte


(necesidades de pertenencia)
de un equipo, o mejor aun, de una comunidad.

El trabajo es mío porque, la gente me quiere por


(necesidades de estimación)
lo que hago.

El trabajo es mío porque, amo lo que hago y me


(necesidades de autorrealización)
hace sentir un ser superior y valioso que aporta
a los demás.

Las personas que se sienten identificadas con su trabajo y orgullo del mismo,
presentan las siguientes conductas:

• Ejecutan puntualmente su trabajo.


• Ejecutan sus tareas de manera cooperativa.
• Terminan completamente su trabajo sin dejar asuntos inconclusos.
• Ejecutan gran parte de su trabajo al nivel máximo utilizando sus habilidades.
• Hablan favorablemente de su profesión y de sus compañeros de trabajo.
• Hablan favorablemente de sus trabajos bien ejecutados.
• Reconocen sus errores u omisiones y se proponen superarlos.

La satisfacción con la profesión es un estado afectivo que surge en el individuo


provocado por la automotivación y la motivación que recibe de su entorno respecto a

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la carrera profesional elegida que va de acuerdo a sus intereses, preferencias y
expectativas, causando en él conductas positivas como el esfuerzo por mejorar cada
día más, busca actualizarse continuamente, participa en las innovaciones, cumple con
sus trabajos, busca soluciones a los problemas que afectan el desarrollo de su
profesión.

Muchos pueden ser los motivos por los cuales una persona elige como tarea la
docencia. No es raro que entre ellos aparezca el interés por enseñar y una actitud
positiva hacia los adolescentes que serán sus alumnos.

La escuela como organización en la que se mezclan costumbres, normas, tradiciones


y convenciones no está exenta del conflicto. Convivir, no es otra cosa que intentar un
equilibrio entre lo personal y lo social, lo propio y lo común, en último término, entre el
deseo y la ley. Equilibrio, que es más bien una ilusión, ya que para poder estar con
otros la renuncia a las tendencias personales adquiere mayores proporciones que la
autorrealización, aunque esto se juega en un nivel fundamentalmente ignorado por el
sujeto, es decir, en lo inconsciente.

Factores que influyen en la desmotivación de los trabajadores de los


Centros Educativos:

v Falta de identificación entre docente-escuela:


• falta de definición del modelo educativo;
• expectativas de cambio no satisfechas;
• decisiones "políticas" incorrectas (productividad, exclusividad, etc.);
• falta de comunicación del sistema educativo a todos los niveles;
• escaso prestigio de los directivos, con escaso nivel técnico y sensación de que
sólo buscan poder, y
• falta de continuidad de las líneas de gestión.

v Deficiencias en el área de necesidades básicas. Sensación entre los


docentes de falta de respaldo por parte de la organización ante determinados
conflictos. Deficiente modelo de relación jurídico-laboral que origina múltiples
problemas:
• la productividad no discriminatoria ha desvirtuado el modelo retributivo;
• la conjunción puesto de trabajo fijo = retribución fija;
• igualdad salarial a desigualdad de horas trabajadas, y
• inexistencia de una carrera profesional objetivable y esperable.

v Problemas en el área de las relaciones sociales:


• progresivo desprestigio social de la clase magisterial;
• comparación con otros profesionales a los que ve en mejor situación;
• incentivación del uso de las nuevas tecnologías de la comunicación en
detrimento de “clases” escolares;
• disparidad de intereses entre la institución escolar y los de sus profesionales, y
• negligencia de las instituciones representativas.

v Problemas en el área de la autoestima:


• falta de identificación con el trabajo, aunque no con la profesión. Esto produce
un deterioro en la relación profesional-usuario, y
• falta de participación en las decisiones de la dirección y en los objetivos, que
no son animados al no haber sido pactados.

55
3.4. LA AUTOIMAGEN DEL DOCENTE

La auto imagen es aquello que pensamos de nosotros mismos. En ocasiones, cuando


hemos propuesto algo a otra persona, ésta nos ha respondido "Es que yo no valgo
para eso". Evidentemente, ésta persona tiene una imagen negativa de sí misma.

La auto imagen es la clave de la personalidad. Cambiar la auto imagen equivale a


modificar nuestra personalidad y comportamiento. Se adquiere a través de todas las
experiencias vividas desde nuestro nacimiento, e incluso antes de él, en estado de
gestación, empezamos a percibir sensaciones del exterior, a través de nuestra madre.

Tengamos o no conciencia de ello, cada uno de nosotros posee un plan o una imagen
mental de sí mismo. Es nuestra propia concepción de la clase de persona que somos
(o creemos ser) y ha sido formada a través de nuestras creencias acerca de nosotros
mismos.

Nuestros triunfos y nuestros fracasos quedan grabados en nuestro subconsciente, al


igual que la forma en que los demás han reaccionado con respecto a nosotros,
especialmente durante la primera infancia.

Todas las acciones, sentimientos, comportamiento e incluso capacidades, son la


consecuencia directa de esta "autoimagen" que nos hemos forjado. En una palabra,
actuamos como la clase de persona que imaginamos ser.
Nuestra autoimagen está directamente relacionada con la imagen que los demás
tienen de nosotros. A veces nos cuesta aceptar los desencuentros. Pensamos ser
“como actuamos”; pero somos vistos de manera distinta, tienen otra imagen de
nosotros.

Con el paso de los años creció una opinión menos favorable respecto a la imagen de
los docentes entre las autoridades, la comunidad, los padres de familia e incluso los
alumnos. Hay quienes cuestionan el desempeño del docente en el centro educativo y
reconocen escasos méritos. Por ello la necesidad de un nuevo educador con
formación académica y psicológica que contribuya a una escuela distinta y más
humana.

En una encuesta realizada en el cono sur de Lima13 los profesores de primaria


señalaron poseer las siguientes debilidades: desorganizado, rutinario, desactualizado,
impuntual, poco exigente, poco sensible, incoherente, crítico (negativo), individualista,
dependiente, inhibido, poco exigente, temeroso del trabajo en grupo, falto de carácter,
sumiso, descuidado, etc.

La autoestima del docente influye sobre la de los alumnos. Un maestro con alta
autoestima tenderá a generar autoestima en sus alumnos. Un maestro que no se
siente bien con lo que hace, que no se valora a si mismo, fomentará en los alumnos
(sin darse cuenta muchas veces) estos mismos sentimientos. Una autoimagen positiva
nos permite descubrir lo importante y valioso que hay en cada uno de nosotros;
enfrentar con seguridad los desafíos; reconocer y actuar con claridad sobre las
deficiencias que tenemos en nuestro trabajo y construir niveles mayores de
autorrealización profesional.

13
Alberco Cuya, Véliz. Estudio sobre imagen y autoconcepto académico en docentes del Cono Sur de
Lima, Tarea 1997

56
Saber ser maestro no es sólo saber de contenidos y teoría pedagógica, sino dominar
elementos más sutiles e implícitos en el acto de educar, que cruzan lo afectivo y los
social con el trabajo intelectual.

La auténtica identidad del individuo se fundamenta en la fidelidad a si mismo y a los


valores. Educar es suscitar autoestima. Todo docente a través de su práctica va
adquiriendo un bagaje de ideas, concepciones, creencias que guían de una manera u
otra su comportamiento.

Un docente con autoestima alta o afirmada es un docente que ha elaborado una


autoimagen positiva y que, basado en ello, interactúa positivamente con sus alumnos,
colegas y padres de familia. Pero además maneja recursos claves para una adecuada
comunicación en el aula; está dispuesto a reflexionar y analizar su concepción y
práctica pedagógica; maneja y aplica enfoques, estrategias y recursos metodológicos
para favorecer el desarrollo socioafectivo y el aprendizaje significativo de sus alumnos.

3.4.1. El cansancio laboral, un mal que también suele afectar al docente

Durante años se consideró que la docencia era un sector al margen de los problemas
de salud laboral que podrían afectar a otros sectores. Sin embargo, esto no es tan
cierto. Cada vez es más frecuente el registro de casos que se identifican como
síndrome burnout14 o de desgaste profesional. Se trata de un trastorno adaptativo
crónico asociado al inadecuado afrontamiento de las demandas psicológicas del
trabajo, que daña la calidad de vida de la persona que lo padece y disminuye la
calidad asistencial.

Maslach1 y Jackson (1986) utilizaron el término burnout para dar cuenta de una
realidad sociolaboral "Es un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización
y baja realización personal, que puede ocurrir entre individuos que trabajan con
personas." Incluye tres dimensiones básicas:
• Agotamiento emocional se refiere a la disminución y pérdida de recursos
emocionales.

• Despersonalización o deshumanización consiste en el desarrollo de actitudes


negativas, de insensibilidad y cinismo hacia los receptores del servicio prestado.

• Falta de realización personal es la tendencia a evaluar el propio trabajo de forma


negativa: los afectados se reprochan no haber alcanzado los objetivos propuestos,
con vivencias de insuficiencia personal y baja autoestima profesional.

Este síndrome es un estado de agotamiento, fatiga o de frustración mental, físico y


emocional que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o de relación
que no produce el esperado refuerzo.

El burnout resulta de una discrepancia, por una parte, de las expectativas e ideales
individuales, y la dura realidad de la vida ocupacional cotidiana.

14
El síndrome burnout es un síndrome clínico descrito en 1974 por Herbert Freudenberger, psiquiatra que
trabajaba como asistente voluntario en la Clínica Libre de Nueva York para toxicómanos, al igual que
otros voluntarios jóvenes e idealistas. Observó que hacia el año de empezar a trabajar, la mayoría sufría
una progresiva pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento, así como desmotivación para el trabajo,
junto con varios síntomas de ansiedad y de depresión. Freudenberger describió cómo estas personas se
vuelven menos sensibles, poco comprensivas y hasta agresivas.

57
El síndrome burnout incluye cinco factores característicos:
§ Predominan los síntomas disfóricos (personalidad apagada, apática), y, sobre
todo, el agotamiento emocional.

§ Destacan las alteraciones de conducta (conducta anormal del modelo asistencial o


despersonalización de la relación con el cliente).

§ Se suelen dar síntomas físicos de estrés psicofisiológico, como cansancio hasta el


agotamiento, malestar general, junto con técnicas paliativas reductoras de la
ansiedad residual, como son las conductas adictivas, que, a su vez, median en
deterioro de la calidad de vida.

§ Se trata de un síndrome15 clínico-laboral que se produce por una inadecuada


adaptación al trabajo, aunque se dé en individuos considerados presuntamente
"normales".

§ Se manifiesta por un menor rendimiento laboral, y por vivencias de baja realización


personal, de insuficiencia e ineficacia laboral, desmotivación y retirada
organizacional.

La depresión es un trastorno clínico que incluye síntomas afectivos (tristeza,


irritabilidad), cognitivos (ideas de culpa, expectativas negativas), alteraciones
fisiológicas (disminución del apetito, del sueño, del interés sexual) y cambios en el
comportamiento (aislamiento relacional).

Las consecuencias del estrés laboral agudo suelen ser de breve duración (unos pocos
días), pero también pueden ser graves y prolongadas. Las reacciones emocionales
pueden ser de miedo, de enfado y tristeza; o bien, la ansiedad puede manifestarse
como actuaciones sintomáticas del tipo de sobreingesta alimentaria, tabaquismo,
consumo excesivo de bebidas alcohólicas o de otras sustancias tóxicas, como formas
de autocompensación o refuerzo operativo con intención autocalmante. Estas y otras
conductas sintomáticas son frecuentes entre colegas; por ejemplo, tras un periodo de
evaluaciones o un sobreesfuerzo laboral. Con frecuencia la persona víctima del estrés
se culpa a sí misma por no haber actuado de forma más eficiente o por no haber
hecho todo lo necesario desde la ilusión ingenua de control sobre la situación.

Como el estrés es un fenómeno polifacético, debe afrontarse con diferentes técnicas


de intervención, que integren, de forma flexible, la consideración del individuo
(diferencias y preferencias personales) y de la organización (características, normas,
ambiente de trabajo, etc.). La importancia de que el docente logre un estado interior
tranquilo, se consigue en un medio ecológico adecuado: con un control de la
intensidad del ruido, sin aglomeraciones excesivas, ni desplazamientos innecesarios,
etc. Indudablemente, un docente con estrés merece el apoyo de sus colegas para
animarlo y sacarlo adelante. Por ello es necesario conocer mejor la cultura de la
escuela, para identificar aquellos aspectos que no ayudan a construir y fortalecer una
comunidad de educadores.

15
Diccionario de la Real Academ ia de la lengua Española, 2000. Conjunto de síntomas característicos de
una enfermedad.

58
A nivel individual se trata de mejorar los recursos de protección o de resistencia
individual para afrontar de forma más eficiente los estresores propios de la función
laboral y potenciar la percepción de control y la auto eficacia personal.

También pueden utilizarse técnicas de entrenamiento en relajación, de autorregulación


o control, de gestión del tiempo, de mejora de habilidades sociales, etcétera.

El ejercicio profesional docente es tensionante y a veces es causa de frustración; pero


muchas veces es fuente de autorrealización y de satisfacción. Las personas con
escasa autoestima, con problemas psíquicos y falta de autenticidad tenderán a reducir
sus dificultades mediante la adquisición de poder sobre las otras, e intentarán cambiar
con las demás para no tener que cambiarse a sí mismas.

3.4.2. Las relaciones interpersonales en el aula

Nuestras relaciones con otras personas expresan las percepciones, valoraciones,


expectativas y/o prejuicios que tenemos de ellas a pesar de que los docentes
afirmamos de manera rotunda el principio de la igualdad en nuestra relación con el
alumnado, en la realidad cotidiana las cosas son muy diferentes. Es diferente porque
en cualquier relación interpersonal se expresan preferencias o rechazos, se generan
afectos o desafectos, se sienten simpatías o antipatías, se establecen alianzas o
guerras. Lo importante es cómo nos hacemos conscientes de esos sentimientos,
actitudes y sensaciones; y además, cómo los manejamos en la vida diaria para no
perturbar las relaciones con nuestros alumnos.

Las relaciones interpersonales docentes - alumnos, son lo más importante para lograr
cambios en la autoestima de ambos. Así, mientras más joven es el estudiante, existe
más posibilidad que los docentes influyamos sobre los alumnos. Motivo por el cual los
profesores tenemos en nuestras manos la posibilidad de contribuir significativamente a
elevar o disminuir la autoestima de los educandos y la propia.

Algunos docentes frecuentemente expresamos en forma verbal el concepto negativo


que tenemos de los alumnos a los que llegamos a reconocer pocas esperanzas de
destacar en los estudios o triunfar en la vida. Dichas actitudes se expresan de la
siguiente manera:

• Damos menos tiempo a esos alumnos para responder y preguntan a otros que
sí los consideramos mejores
• Les criticamos más sus fallos
• Les alabamos menos sus éxitos
• Les presentamos menos atención
• Interactuamos menos con ellos
• Les damos menos explicaciones
• Les respondemos de forma más breve y menos informativa, con expresión más
adusta y con menos calor y contacto visual.
• Tenemos relaciones menos amistosas con ellos
• Ante la duda optamos por bajarles puntuaciones 15.

Las críticas negativas como: las observaciones irónicas y despectivas, y las


expresiones de censura, causan en el alumno timidez, pérdida de confianza en sí
mismo, baja su rendimiento académico. Mientras que el aplauso, el elogio, las caricias

59
y expresiones verbales positivas de los profesores hacia los alumnos, confirman e
intensifican su motivación. Sin embargo todo elogio no necesariamente es positivo,
más aún si consideramos que un elogio inconveniente puede ser tan perjudicial como
una crítica inadecuada.

Parte importante de la toma de conciencia sobre lo complejo que puede llegar a ser la
convivencia es reconocer de dónde surgen nuestras preferencias o rechazos. Y en
este proceso no deja de sorprendernos que muchas tienen que ver con estereotipos y
prejuicios que compartimos culturalmente. Los estereotipos expresan un
encasillamiento de las personas en determinadas clasificaciones que limitan la
posibilidad de que realmente podamos conocerlas y valorarlas en su peculiaridad y
complejidad.

En la escuela se expresan diferentes estereotipos que tenemos muchos profesores


sobre los estudiantes con quienes trabajamos. Uno primero tiene que ver con su
condición de estudiante. Vemos al alumnado restringido a su condición de tal y
perdemos de vista otras dimensiones de su persona. En otras palabras, los vemos
como sujetos que: cumplen normas, dedicados al estudio, siguiendo órdenes, etc. En
esa percepción, sus necesidades como adolescentes, sus deseos y sus problemas,
por ejemplo, no tienen que ver con la escuela. De allí la gran dificultad que tenemos
para entenderlos e interactuar respetuosamente con ellos.

La democracia no sólo se juega en el terreno político. La democracia se construye


desde la convivencia cotidiana para instalarse precisamente también allí, en el centro
de las relaciones humanas.

Transformar las relaciones humanas es la apuesta de una cultura democrática, es


decir, poner fin a relaciones de violencia, discriminación y dominación.

Es importante hacer visibles las formas sutiles y antidemocráticas de ejercer el poder.


La definición de un eje vinculado al desarrollo de una sociedad democrática y de
ciudadanos plenos, es una oportunidad para profundizar en su sentido y buscar
estrategias para operativizarlo en institucionalizarlo en la escuela y en el aula.

A menudo no son las palabras, sino el sentido expresado por el tono de voz, la
expresión facial, el gesto, la postura etc. Lo que hace que un mensaje sea positivo o
negativo.

Por ejemplo:

Sería mejor decir En vez de decir


¡Qué bien cantas! Has progresado Sólo escuché una serie de gallos,
bastante. cuándo vas a cantar.
¡Qué bien!. Me gusta tu trabajo porque
Hasta que por fin terminaste ese trabajo,
veo que estás progresando en la
tan fácil.
organización de tus ideas.
Me gustaría que nos digas cuáles son
Qué milagro que estés hoy aquí. Tú
las razones por las que no asistes a
siempre andas flojeando en mi curso
mi clase.
Mis alumnos se equivocan en los Mis alumnos hacen mal todos los
problemas de ecuaciones cuando no ejercicios de matemáticas. Ya no sé qué
doy las instrucciones con claridad. hacer con ellos, nunca ponen atención.

60
Según el psicopedagogo Coopersmith la educación tiene una gran influencia en el
desarrollo y elevación de la autoestima y reconoce la importancia de la labor docente.
Su aporte se encuentra en la propuesta de seis factores que deben crearse en el aula,
los cuales contribuyen poderosamente a desarrollar la autoestima de los educandos,
estos son:

• Retos: el profesor debe proponer metas altas y alcanzables en los alumnos.

• Libertad de equivocarse: ello contribuye a que el alumno aprenda a tomar


decisiones por su cuenta sin miedo a la humillación o rechazo.

• Respeto: de parte del profesor hacia el alumno.

• Cordialidad: existe correlación positiva entre la cordialidad del educador en el


aula y la autoestima del alumno.

• Disciplina: ésta surge del interés cordial del educador (firme, exigente) para
con el alumno.

• Éxito: un estilo educativo orientado más a promover y facilitar el éxito, porque


a través del éxito podemos conocer nuestros recursos claramente más que con
el fracaso.

El educador al establecer una buena comunicación interpersonal con los educandos


logra que ellos a su vez se sientan seguros y confiados de la sapiencia, firmeza y
estabilidad emocional de su maestro, por ello es sumamente importante la autoestima
que tenga él.

Una vez más, la autoestima, cuando se maneja adecuadamente nos ayuda a


superarnos como persona y como profesionales de la educación, ello permite también
generar un reconocimiento y valoración social a nuestra misión educativa.

Debemos revisar permanentemente nuestras actitudes, nuestras emociones, “nuestra


práctica”, recordando que:

Cuando tenemos una autoestima baja, presentamos las siguientes características:

• Nos mostramos inseguros con relación a nuestras habilidades (intelectuales y


emocionales).
• No deseamos entrar en controversia o exponernos a la crítica.
• Evadimos responsabilidades.
• Llegamos a considerarnos menos que otros.
• Actuamos de manera conformista y/o fatalista.
• Evitamos participar en los cambios educativos.
• No tenemos otra noción de la disciplina que las amenazas de dolor.
• Tendemos a sentir que los demás son fuente de nuestra autoestima (por ello no
enseñamos que la autoestima debe generarse principalmente desde dentro).
• Tendemos a utilizar nuestra propia aprobación y desaprobación para manipular a
los estudiantes a la obediencia y conformidad.
• Enseñamos que la autoestima procede de la aprobación de los adultos y los
compañeros.

61
Cuando tenemos una autoestima alta, presentamos las siguientes características:

• Hemos elaborado una autoimagen positiva, y basado en ello, interactuamos con


nuestros alumnos, colegas y padres de familia.
• Manejamos los recursos clave para una adecuada comunicación en el aula.
• Estamos dispuestos a reflexionar y analizar nuestra concepción y práctica
pedagógica.
• Manejamos y aplicamos enfoques, estrategias y recursos metodológicos para
favorecer el desarrollo de habilidades intelectuales y socio afectivo de nuestros
alumnos 22.
• Construimos un sentido de confianza en los estudiantes.
• Sustentamos el control de la clase en la comprensión, cooperación y participación
de todos, la resolución de los problemas, la ayuda y el respeto mutuo.

3.5. ACTITUDES Y CONDUCTAS DEL PROFESORADO QUE


POTENCIAN UN AUTOCONCEPTO POSITIVO ENTRE LOS
ALUMNOS.
El auto concepto es la forma en que cada persona se valora y evalúa a sí misma.
existen dos elementos importantes que lo constituyen y son la confianza y la seguridad
que tienen las personas a sí mismas, esto conduce a la autoestima.

El autoconcepto se va desarrollando en la relación que tiene el individuo con las


personas más cercanas a él. Es por esto, que la aceptación de los alumnos tal y como
son, constituyen la base de un buen desarrollo psicológico.

La percepción que tenga el estudiante sobre alguna inconformidad o rechazo sean o


no manifestados abiertamente, afectarán la autoestima y el autoconcepto, por lo que
se devaluará y se sentirá inseguro y temeroso para enfrentarse al mundo.

La confianza estará establecida cuando el estudiante pueda enfrentar y resolver


situaciones difíciles o nuevas, en las que utilizará sus recursos tanto internos como
externos, sin la necesidad de que sus padres o profesores estén presentes. es por
ello, que los docentes debemos observar las potencialidades y dificultades que puedan
tener con el objetivo de darles orientación y apoyo. El fomentar sus cualidades y
modificar sus defectos es parte también de brindarle confianza.

En nuestro ejercicio docente debemos poner en práctica:

La aceptación. Hay que adoptar una actitud positiva hacia los alumnos, que deben
sentirse acogidos, recibidos de buen grado, aun después de que se haya censurado
su comportamiento.

El afecto. Un cierto grado de cariño, además de potenciar el rendimiento de los


alumnos, promueve sus sentimientos de dignidad personal.

62
El elogio. Se debe alabar el trabajo bien hecho y/o los esfuerzos realizados, siempre
que den motivo para ello.

La confianza. Hay que mostrar al alumno que se tiene confianza en él y en sus


posibilidades, y animarle y alentarle para que alcance las metas propuestas.

La libertad. Imprescindible para poder preguntar, discutir, expresar puntos de vista y


tomar decisiones significativas por uno mismo.

El respeto. Hay que reconocer y tomar en consideración los derechos, la dignidad,


las ideas y los sueños de los adolescentes.

La empatía. Se refiere la capacidad del profesorado para identificarse o compartir el


estado de ánimo de los alumnos. Favorece la interacción entre ambos estamentos.

La autenticidad .Hay que ser uno mismo, una persona real, sin máscaras y con la
capacidad de reconocer los propios errores.

La coherencia. Aunque a veces es difícil mostrar altos niveles de congruencia en lo


que se piensa, se dice o se hace, éste es un factor importante para estimular
positivamente el auto concepto.

Implicar al alumnado. Hay que estimular a los alumnos para que se fijen objetivos
personales tanto a corto como a medio plazo, y asuman la responsabilidad de sus
propias ideas y comportamientos.

Expectativas realistas. La esperanza de conseguir determinadas metas ha de estar


en consonancia con las posibilidades reales de los alumnos.

Atención y apoyo individualizados. Cada persona es única e irrepetible, y debe


reconocérsela como tal.

Proceso de enseñanza-aprendizaje experimental y participativo. Hay que hacer


que el alumno se sienta agente de su propia formación.

Interés por las opiniones del alumnado. Hay que ser sensibles y receptivos a las
observaciones, advertencias, ideas y razonamientos de los adolescentes.

Auto concepto positivo del profesor como persona y como docente. Tener
actitudes positivas hacia uno mismo facilita la construcción de relaciones afectivas con
los demás.

Trabajo flexible. Todas las actividades deben permitir diferentes niveles de


implicación y participación.

Trabajo organizado. Deben planificarse tareas que resulten adecuadas desde un


punto de vista psicológico, pedagógico y epistemológico.

Trabajo creativo. Debe posibilitar pensamientos, manifestaciones y vías de solución


diferentes.

63
3.6. LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

El aprendizaje no es un proceso aséptico e impersonal que se da sólo en el centro


educativo. Tampoco es un proceso que funciona aparte de la persona. Cada alumno
tiene vida a su alrededor Por ello no se debe dejar de tener en cuenta a la persona y
su desarrollo emocional, el trabajo en grupo y la convivencia durante el proceso de
aprendizaje.

La convivencia y las relaciones intergrupales y personales irremediablemente unidos al


proceso de aprendizaje. No se puede desligar ambas cosas, siempre estarán en
relación para enriquecerse u obstaculizarse; incluso se podría decir que lograr un buen
clima de convivencia, hacer que todo el mundo esté a gusto, en las aulas y centros es
un problema anterior a otros aprendizaje pues lo van a facilitar o impedir.

Aprender a convivir y relacionarse forma parte del aprendizaje. Para afrontar el


aprendizaje de la convivencia resulta imprescindible pensar en el conflicto como algo
inevitable y necesario. Si, de esta forma, se consigue tener una visión positiva del
mismo, es posible que se pueda trabajar con él y aprovechar la oportunidad educativa
que brinda.

El conflicto es parte inseparable de la vida humana, ya que consiste en intereses


contrapuestos en relación con un tema o circunstancia.

El conflicto es inherente a todas las organizaciones sociales; la escuela no es una


excepción. Algunas personas asumen que ciertos “niveles” de conflictividad a veces,
pueden llegar a ser generadores y motores de transformaciones positivas. Para que
eso ocurra, tienen que existir en las instituciones altos niveles de consenso básico, de
autoestima, de seguridad y profesionalismo.

Evitar el conflicto, es un objetivo imposible. Lo importante es cómo lo resolvemos. Sin


embargo, a veces, nos empeñamos en que el conflicto pase desapercibido; lo
negamos para que no se vuelva evidente. Nos perdemos así la rica posibilidad de
abordarlo, pensarlo, discutirlo y lograr una resolución consensuada entre todos los
involucrados.

Asumir la fertilidad de los conflictos implica prever ciertas cuestiones. En primer lugar,
que el disenso puede producir acaloradas discusiones entre colegas, pero si se lo
acepta y se lo acota, no tiene por qué llevar a rupturas institucionales ni procesarse a
través de la marginación o de la exclusión de algunos maestros o padres por sus
características personales o por sus diferencias. En segundo lugar, hay que reconocer
la actuación profesional del otro con cierta independencia de las preferencias
personales. No siempre quienes se tienen más afecto son los que manifiestan
mayores coincidencias respecto de cómo encarar un problema profesional. En tercer
lugar, se debe aceptar que la opinión del otro es tan válida como la propia y,
especialmente en el caso del cuerpo directivo de una institución, que las jerarquías no
se aplican para todo ni en todo momento. En cuarto y último lugar, hay que tener una
disposición firme para acercar posiciones con el propósito de incluir a la mayor
cantidad de actores posibles, sin perder de vista el sentido de la vida institucional.

Para conseguir esto, la autoestima o la confianza en la capacidad de resolver los


problemas que se enfrentan es crucial.

64
Conflicto y confusión van de la mano, entender qué es lo que está sucediendo es la
clave para descubrir otras posibilidades más constructivas que existen para darles
salida. Todo conflicto se puede entender y definir en la medida que se pueda
responder a estas preguntas:

PERSONAS PROCESO PROBLEMA


¿Quiénes está ¿Cuál es el curso que ¿Cuáles son las
involucrados en el ha seguido el posiciones e
conflicto? conflicto? intereses de las
partes?

Cuando los conflictos no son atendidos adecuadamente


q se acrecienta la intolerancia a las diferencias,
q se debilita la confianza,
q los sentimientos están heridos,
q aumentan las agresiones físicas,
q el manejo de la autoridad es más rígido.
En el aula, los conflictos permanecen latentes y aparecen con un matiz más
destructivo y violento. Es necesario entender y comprender porqué surgen los
conflictos, cuáles son nuestras experiencias y vivencias al momento de enfrentar un
conflicto así como la visión que tengamos de él. También es importante reconocer las
respuestas que damos cuando surge un conflicto y las consecuencias que generan en
nosotros y en la relación con los demás.

Los conflictos que surgen en el aula involucran las creencias de alumnos y docentes,
y van delimitando nuestra interacción con los demás. Sin darnos cuenta, somos co-
constructores del mismo, pues con nuestras creencias, actitudes, decisiones, etc. lo
vamos definiendo junto al otro involucrado. Según G. Levinger16 hay seis posibles
maneras de tratar con un conflicto:

• Dominación: es quien que va a la conquista a toda costa, ya sea por medios


físicos o psicológicos para imponerse.
• Capitulación: es quien cede a la demanda del otro
• Abandono: es quien se aleja del conflicto para no estar involucrado
• Inacción: es quien espera que el tiempo solucione las cosas y permanece sin
hacer nada.
• Negociación: es quien hace ofertas y contraofertas para llegar a una solución de
común acuerdo.
• Intervención de un tercero: es quien siendo neutral ayuda a los involucrados a
ponerse de acuerdo.

Compartiremos a continuación algunos pasos sugeridos para resolver conflictos que


se presenten en el aula. Si el docente o consejero está a cargo de enfrentar el conflicto
y resolverlo, puede:

Crear un tiempo dedicado a resolver el conflicto

16
Examine the effects of contexts on a relationship. Levinger, George. 2001. Uiversity of Massachusetts.

65
Dar a conocer las reglas que regirán ese tiempo: no insultar ni agredir; no interrumpir;
no descalificar con gestos; hablar en primera persona; no gritar; etc.

Crear un clima de confianza donde cada quien sienta que puede expresarse con
libertad.

Hablar del problema: escuchar a todos los involucrados.

Definir claramente el problema: ponernos de acuerdo acerca de qué estamos


hablando.

Conocer los sentimientos de cada uno.

Comprender cómo se gestó el problema.

Mencionar las consecuencias del conflicto.

Alentar a pensar en conjunto sobre posibles soluciones.

Evaluar las ventajas y desventajas de cada solución.

Poner en práctica la mejor solución acordada.

Si bien sanemos que los roles entre docente y alumnos son jerárquicamente
complementarios, creemos que al resolver cooperativamente un conflicto, aunque el
proceso tome más tiempo, permite una relación más honesta, donde las partes
aprenden a participar en la resolución de problemas y se favorece que en el futuro la
relación mutua esté preservada.

Trabajar en equipo es una manera de realizar las cosas de alcanzar una meta,
superando los conflictos. Muchas personas que trabajan juntas o hacen cosas juntas,
piensan que trabajar es cumplir con lo que te comprometiste, con tu responsabilidad.
Sin embargo, trabajar en equipo es más que eso.

Diferencias entre el trabajo en grupo y el trabajo en equipo.

En el trabajo en grupo En el trabajo en equipo


• Cada integrante es responsable sólo de sus • Todos los integrantes son
tareas. responsables y se comprometen con lo
que se quiere hacer.
• La confianza y la comunicación se limita a • La comunicación y la confianza están
lo que hacen y no se tocan temas elevadas, hay cercanía y se aumenta
personales. el grado de compromiso
• Sólo los une el trabajo que tiene que hacer • Hay un sentimiento de familia que va
más allá del trabajo.
• Los conflictos son tomados como negativos • Los conflictos se les ve como un reto y
y demoran en resolverse. se resuelven fácilmente.
• Se logran las metas pero no siempre • Puede ser que no alcanzaron las
quedan satisfechas las personas que metas pero la gente se siente a gusto.
trabajaron juntas.
• Poco a poco va creciendo el desánimo y se • Los resultados aumenten rápidamente
nota en los resultados. y entusiasmo de las personas también.

66
El trabajo en equipo es todo un reto, que aprendemos a superar en la medida en que
desarrollemos asertividad, auto concepto y auto imagen positivos, que son la base de
una autoestima alta. Todo ello nos ayudará a afirmar nuestra identidad de adultos que
desempeñamos un rol social de enorme trascendencia, ser educadores.

Para que el trabajo en equipo sea eficaz y satisfactorio, es importante:

• Saber lo que queremos conseguir como equipo, así estaremos más unidos y
no nos perderemos en el camino.

• Ser persistentes para alcanzar nuestras metas. También ser flexibles y


creativos a la hora de buscar caminos para llegar a ellas.

• Asumir compromisos. Tener confianza en nuestras fuerzas y en obtener


colaboración de los demás.

• Ser tenaces al enfrentar obstáculos. No desanimarnos con facilidad.

• Reconocer lo valioso de cada uno de los miembros del equipo.

• Apoyar lo que hacemos bien y evitar las críticas negativas.

• Estar orientados a la acción. No esperar que las cosas ocurran.

• Trabajar en un clima de confianza donde expresemos con libertad nuestras


opiniones, sentimientos y desacuerdos. Observar y evaluar sobre nuestros
logros y dificultades para así aprender de nuestra experiencia.

La formación de docentes en servicio tiene especial interés en promover el desarrollo


personal de los docentes, para ello, desde la dimensión personal se abordan aspectos
relacionados con la parte emocional y afectiva del quehacer docente.

Como constructores de conocimiento, debemos profundizar el conocimiento de las


bases que nos ayudan a afirmar nuestra vocación y compromiso docente. Esto será
posible si reflexionamos de manera individual y colectiva sobre el marco cultural de la
escuela en la que laboramos y sus efectos en la formación de nuestros estudiantes.

67

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