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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LA LIBERTAD -

Sistema de Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE COVICORTI SECTOR NATASHA ALTA,
Juez:SANCHEZ PAGADOR NESTOR DANIEL /Servicio Digital - Poder
Judicial del Perú
Fecha: 23/08/2020 22:02:26,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
LA LIBERTAD / TRUJILLO,FIRMA DIGITAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA


LA LIBERTAD - Sistema de EXPEDIENTE : Nº 0236-2020-0-1601-JR-PE-02
Notificaciones Electronicas SINOE
JUEZ : DANIEL SANCHEZ PAGADOR
SEDE COVICORTI SECTOR
NATASHA ALTA, ESPECIALISTA : LIZ ELIZABETH LOPEZ SIPIRAN
Secretario:BERNAL VILCHEZ
LUZMILA CAROLINA /Servicio
Digital - Poder Judicial del Perú
ACCIONANTE : WALTER BERNARDO JR. TORRES VERA
Fecha: 24/08/2020 17:59:30,Razón:
RESOLUCIÓN
MATERIA : HABEAS CORPUS
JUDICIAL,D.Judicial: LA
LIBERTAD / TRUJILLO,FIRMA DEMANDADOS : JORGE LUIS ROJAS CRUZ, Juez del Tercer Juzgado Unipersonal de
Chiclayo.
PROCURADOR PUBLICO DEL PODER JUDICIAL

SENTENCIA
Resolución Número : 07
Trujillo, Diecinueve de Agosto
Del año dos mil veinte.-

AUTOS Y VISTOS, dado cuenta vía virtual con el presente proceso constitucional luego
de haberse recepcionado las documentales dispuestas recabar y, siendo el estado del proceso,
corresponde emitir resolución final:

I.- PLANTEAMIENTO DEL CASO:


PRIMERO. - DE LA DEMANDA CONSTITUCIONAL DE HABEAS CORPUS
Conforme se aprecia del escrito de demanda, el accionante WALTER BERNARDO JR.
TORRES VERA, abogado de JAIR DELGADO TARRILLO, dirige la acción de garantía contra el
Juez del Tercer Juzgado Unipersonal de Chiclayo, Jorge Luis Rojas Cruz y el Procurador
Público Especializado en asuntos judiciales del Poder Judicial, solicitando como pretensión
principal a) se declare la nulidad de la sentencia 319-2018, recaída en la resolución 09 de fecha
16 de mayo del 2018, expedida por el Tercer Juzgado Unipersonal de Chiclayo en el proceso
judicial signado con el N° 6981-2017-3-1706-JR-PE-03, en el extremo: 1) que revoca el beneficio
penitenciario que se le brindaba al sentenciado en la instrucción N° 2547-2010 por el cual se
encontraba en libertad, a efectos de que cumpla el resto de la pena que falta, para cuyo fin se
debe de ejecutar al juzgado que tiene la ejecución del beneficio penitenciario; y, 2) el extremo
que se impone al beneficiario dos años y seis meses de pena privativa de la libertad efectiva,
resolución judicial que señala, vulnera en forma manifiesta la tutela procesal efectiva, la debida
motivación de las resoluciones judiciales y la libertad personal, y como pretensiones accesorias:
a) se ordene retrotraer los actuados al estado anterior de cometido el vicio, y se vuelva emitir un
nuevo pronunciamiento o sentencia por parte de los demandados, respetando las reglas de
suficiencia en la motivación de las resoluciones judiciales (motivación suficiente), y b) se ordene
la inmediata libertad de Jair Delgado Tarrilllo.

SEGUNDO. – Argumenta su pretensión sosteniendo que la motivación escrita de las


resoluciones judiciales es un derecho que exige que el juez funde en derecho sus decisiones;
garantizándose que las resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se
derivan del caso. Respecto a la revocatoria del beneficio penitenciario, sostiene que al
beneficiario se le apertura un proceso judicial sobre conducción en estado de ebriedad, (Exp. N°
6981-2017-3-1706-JR-PE-03, ante el Tercer Juzgado Unipersonal de Chiclayo, en el que
mediante sentencia N° 319-2018, contenida en la resolución 09 de fecha 16 de mayo del 2018,
se resolvió: Revocando el beneficio penitenciario que se le brindaba al sentenciado en la
instrucción N° 2547-2010, por la cual se encontraba libre, a efectos de que cumpla el resto de
pena que falta, para cuyo fin se debe oficiar al juzgado que tiene la ejecución del beneficio
penitenciario, una vez consentida o ejecutoriada que se la presente resolución, lo cual parte de
un hecho equivoco y total falta de asidero legal, esto por cuanto ese extremo no ha sido
mínimamente sustentado por parte del juzgador en su sentencia para una revocatoria del
beneficio penitenciario que había obtenido en mérito al expediente judicial N°06016-2015-73-
1706-JR-PE-08 seguido ante el octavo juzgado penal unipersonal de Chiclayo, donde se le
concedió el beneficio de Liberación condicional, habiendo invocado el juzgador de forma errónea
la instrucción N° 547-2010, que no existe, por ello es que estando vigente un beneficio
penitenciario, el juez competente para conocer los incidentes sobre este beneficio era el Juez del
octavo juzgado penal unipersonal que concedió el beneficio, conforme lo establece el artículo 28
inciso 5 del código procesal penal, por ende es este órgano jurisdiccional quien debía llevado a
cabo su ejecución por ser competente, por lo sostiene- se ha atentado directamente contra el
principio del juez predeterminado por ley.

TERCERO.- Respecto a la Pena Efectiva: el otro cuestionamiento es en el extremo: que


condena al acusado JAIR DELGADO TARRILLO como autor del delito de Conducción en estado
de ebriedad, en agravio del Estado y como tal se le impone DOS AÑOS y SEIS MESES de
PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD EFECTIVA, bajo el supuesto fáctico de determinación judicial
de la pena, en cuanto al aspecto punitivo, se ha partido de una pena concreta de dos años y seis
meses por tener antecedentes penales el imputado, esto significa que tiene una circunstancia
agravante cualificada en su contra, que hace cambiar el tipo de pena, el extremo superior se
convierte en mínimo y en este caso la Fiscal está solicitando una pena que está dentro del tercio
inferior por existir la reincidencia; lo antes mencionado está acreditado con el Oficio N° 17417-
RDC-CSJLA/PJ; por tanto corresponde al acusado una pena efectiva tal cual está señalado en el
Acuerdo Plenario N° 01-2008, siendo que se encuentra dentro del plazo para ser considerado
reincidente, esto es que el acusado cometió nuevo delito dentro de dicho plazo, siendo que fue
sentenciado a una pena efectiva, LO CUAL –refiere - PARTE DE UN HECHO EQUIVOCO Y
TOTAL FALTA DE ASIDERO LEGAL, por cuanto en primer lugar la sentencia condenatoria que
impone dos años y seis meses de pena privativa de la libertad efectiva no tiene sustento, ya que
el acuerdo plenario N° 01-2008 invocado como sustento de la efectividad de la pena, no ha
precisado que la pena tenga que ser efectiva lo cual considera es desproporcional, refiriendo que
si bien el parámetro legal cambia, esto no quiere decir que la pena debe ser efectiva, máxime
aun
si el juzgador no ha señalado ni ha precisado donde se encuentra establecido dicho criterio
adoptado, por lo que sostiene se ha realizado una inadecuada aplicación del acuerdo plenario
01-2008, y que, en un estado constitucional de derecho, se requiere que las decisiones del
órgano jurisdiccional se ajusten a los principios constitucionales, por lo que considera que la
sentencia deviene en inconstitucional y debe de ser anulada.

Admitida a trámite la demanda, se corrió traslado de la misma al demandado y al Procurador


Público del Poder Judicial; y en su oportunidad el demandado refirió que:
i) Lo argumentado por el demandante carece de análisis técnico jurídico de la
norma, puesto que dicha revocación fue a consecuencia estricta del cumplimiento de
la Ley, en tanto el artículo 56 del Código de Ejecución Penal señala: "Los beneficios
penitenciarios de semilibertad o liberación condicional se revocan si el beneficiado
comete un nuevo delito doloso...".
ii) Que el artículo 57 del Código de Ejecución penal, señala que "La revocatoria de
los beneficios penitenciarios de semilibertad o liberación condicional, por la comisión
de nuevo delito doloso", obliga a cumplir el tiempo de la pena pendiente al momento
de la concesión del beneficio", por lo que sostiene que no es necesario que la
revocatoria lo haga el mismo Juez que emitió el beneficio, sino también lo puede
hacer el Juez que está a cargo del nuevo juicio doloso en su contra, más aún si el
artículo 54 del Código Penal, señala que la revocación de pena lo hace el mismo
Juez que sentencia hechos nuevos y que además, el Juez de Juzgamiento, debe
establecer el límite temporal de la pena, que debe cumplir el sentenciado, ante ello
es necesario establecer dicho límite revocando la pena.
iii) Que en el caso sub judice, no era posible establecer el límite temporal de la pena,
por cuanto se desconocía el tiempo que le faltaba cumplir pena al sentenciado, y
siendo necesario establecer una pena final, sumada a la pena impuesta, se dispuso
remitir al Juzgado de Investigación Preparatoria de origen, para que se efectúe dicha
sumatoria de pena, tal y conforme se desprende de la parte resolutiva de la
Resolución N° 11 de fecha 09 de julio del año 2018.
iv) Sostiene que la jurisprudencia constitucional, Exp. 00983-2008-PH/TC, con fecha
22 de agosto del año 2008, en un caso similar donde se cuestionó la competencia
del órgano superior al haber revocado un beneficio penitenciario acumulando a la
pena impuesta por el nuevo delito doloso cometido por el sujeto agente, se les
cuestionó a dichos jueces su competencia, por haber vulnerado el Principio del Juez
Predeterminado por la Ley, y es allí, donde el máximo intérprete de la Constitución,
resolvió en el fundamento 2, que dicha situación de competencia no puede ser
dilucidado por la justicia constitucional, al señalar lo siguiente: "En este caso
concreto y de manera preliminar al pronunciamiento de fondo se debe señalar que la
determinación de la competencia del órgano jurisdiccional, al involucrar temas
estrictamente legales, es una cuestión que, prima facie, le corresponde determinar a
la jurisdicción ordinaria, por lo que el aspecto de competencia cuestionado no puede
ser cuestionado por las justicia constitucional (Exp. 718I-2006-PHC//TC, 4585-2007-
PHOTC y 3263-2005-PHC/TC, entre otros)".
v) Respecto a haber citado un número de expediente inexistente 2547-2010,
tramitado ante el Octavo Juzgado Unipersonal de Chiclayo; ello no es verdad, por
cuanto sí existe dicho expediente judicial, éste corresponde justamente al delito de
Robo agravado donde fue sentenciado Jair Delgado Tarrillo; es verdad que el
número del beneficio penitenciario es otro (6016-2015); pero en la parte resolutiva
de la sentencia no se hace referencia al número del beneficio penitenciario sino al
número de la Instrucción por el cual fue sentenciado Jair Delgado Tarrillo, toda vez
que textualmente en la parte resolutiva de la sentencia se consigna: revocando el
beneficio penitenciario que se le brindaba al sentenciado en la instrucción 2547-
2010, el cual además se ha ejecutado cabalmente en los términos expuestos por
cuanto el Octavo Juzgado Unipersonal de Chiclayo en el Exp. N° 6016-2015,
mediante Resolución ocho de fecha 05 de abril del año 2009, archivó definitivamente
el cuadernillo de liberación condicional al haberse cometido nuevo delito doloso.
vi) Sobre la inadecuada aplicación del Acuerdo Plenario 01-2008, a que hace
referencia la demanda. En la sentencia, fundamento sétimo, se señaló que existe
una circunstancia agravante cualificada, como es la reincidencia, la cual cumple los
parámetros establecidos en la norma penal y en el Acuerdo Plenario 1-2008. Jair
Delgado Tarrillo había sido liberado con un beneficio penitenciario en un lapso que
no excedía los cinco años, por tanto tenía la condición de reincidente al haber
cometido un nuevo ilícito penal después de haber cumplido en parte la pena; por lo
que no cumple con uno de los requisitos del Código Penal para brindarle una pena
suspendida, por ello respondiendo a la necesidad de una mayor represión penal por
razones de prevención especial, y por tal motivo a criterio del suscrito, aplicó dicha
circunstancia agravante cualificada imponiendo una pena efectiva conforme al citado
acuerdo plenario.
vii) Finalmente sostiene que lo resuelto en el Exp. N° 6981-2017, al no haberse
impugnado, ha sido declarado CONSENTIDA, y por tanto tiene la CALIDAD DE
COSA JUZGADA, por ello acoger lo solicitado significaría vulnerar el PRINCIPIO DE
LA COSA JUZGADA (inciso 2 del artículo 139° de la Constitución Política), más aún
si los argumentos del demandante están privados de aplicación normativa y
jurisprudencial constitucional, no existiendo vulneración a ningún derecho
fundamental relacionado a la libertad personal, solicitando se declare Infundado el
proceso de Habeas Corpus.

Por su parte, el Procurador Público Adjunto a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial,
solicito se declare Improcedente la demanda presentada, por cuanto la sentencia cuestionada,
no goza de la calidad de firmeza para el control constitucional tal como exige el artículo 4
segundo párrafo del Código Procesal Constitucional, el cual es un requisito de procedibilidad
para efectuar el control constitucional de las resoluciones judiciales y que no toda resolución
judicial firme prima facie es susceptible de control constitucional, sino solo aquellas resoluciones
judiciales firmes expedidos con manifiesta vulneración a los derechos fundamentales conexos
con la libertad personal; sino que por el contrario se advierte que no la cuestionó de manera
oportuna, y dejo consentir la sentencia condenatoria de carácter efectiva impuesta al no haber
formulado de manera oportuna los medios impugnatorios que la ley ordinaria habilita, por ello el
demandado por resolución número 11, declaró consentida la resolución cuestionada.

Posteriormente se recepcionaron vía correo electrónica las documentales remitidas por el


demandado, consistentes en diversas resoluciones emitidas con motivo del trámite de los
expedientes en cuestión, habiéndose puesto a despacho los autos en la fecha luego de haberse
recibido por Courier las copias solicitadas al Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de
José Leonardo Ortiz correspondientes al proceso penal 2547-2010, siendo el estado del proceso,
el de emitir sentencia, la cual se emite en los siguientes términos.

II. ASPECTOS DOCTRINARIOS:

CUARTO: La Libertad personal se constituye en un derecho fundamental de toda persona


humana, pero que deviene en susceptible de restricción o limitación en dos casos concretos: en
flagrancia delictiva y por mandato escrito y motivado del Juez; situaciones que resultan
coherentes con lo expuesto en las Normas Internacionales de Protección de los Derechos
Humanos, específicamente en:
. - En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en su artículo 9°, inciso 1), en
donde se señala que: "Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por
ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta";
. - En la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 7° inciso 2), en donde
se señala que: "Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por
las leyes dictadas conforme a ellas".

QUINTO. - En la Constitución Política del Estado se ha señalado expresamente que:


“Artículo 2°. - Derechos fundamentales de la persona. - Toda persona tiene derecho: (…)
24. A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia: (…)
b) No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos
previstos por la ley. (...)
“Artículo 200°. - Acciones de Garantía Constitucional. -
Son garantías constitucionales:
1. La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual (…)”.

SEXTO. - En el Código Procesal Constitucional –Ley N° 28237- se establece que:


“Artículo II del Título Preliminar. - Fines de los Procesos Constitucionales. -
Son fines esenciales de los procesos constitucionales garantizar la primacía de la Constitución y
la vigencia efectiva de los derechos constitucionales”.
“Artículo 1°. - Finalidad de los Procesos. -
Los procesos a que se refiere el presente título tienen por finalidad proteger los derechos
constitucionales, reponiendo las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación
de un derecho constitucional, o disponiendo el cumplimiento de un mandato legal o de un acto
administrativo”.
“Artículo 2°. - Procedencia. -
Los procesos constitucionales de Habeas Corpus, (…) proceden cuando se amenace o viole los
derechos constitucionales por acción u omisión de actos de cumplimiento obligatorio, por parte
de cualquier autoridad, funcionario o persona. Cuando se invoque la amenaza de violación, ésta
debe ser cierta y de inminente realización. (…)”
“Artículo 4°. - Procedencia respecto de resoluciones judiciales. -
El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a
la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso. Es
improcedente cuando el agraviado dejó consentir la resolución que dice afectarlo.
El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma
manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.
Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que se
respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar,
de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la
jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la
obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a los medios impugnatorios
regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del principio de
legalidad procesal penal.”

ANALISIS DEL CASO CONCRETO:


SETIMO. - De la revisión minuciosa de los actuados presentados por el accionante con la
demanda de Habeas Corpus, y de las documentales recepcionadas con motivo del trámite del
proceso penal 6981-2017-3-1706-JR-PE-03, (Sentencia Condenatoria Efectiva) y en la
instrucción N° 2547- 2010 (Proceso en el cual se le otorgó el beneficio penitenciario, esta
Judicatura verifica que se trata de una acción constitucional contra una resolución judicial, la cual
para el análisis de fondo, requiere la concurrencia de los siguientes requisitos:
a) que exista un proceso desarrollado con manifiesta vulneración del contenido
constitucional del derecho fundamental al debido proceso o a la tutela procesal efectiva;
y
b) que al interior del referido proceso se haya emitido una resolución que ha adquirido la
condición de firme.
La firmeza de la resolución judicial como condición previa para la procedencia de la demanda
constitucional, significa que no será posible acudir al hábeas corpus sin que el afectado haya
agotado todos los recursos que el proceso judicial cuya irregularidad se invoca le concede con la
finalidad de salvar su derecho fundamental. Sin embargo, esta exigencia que es en sí misma
constitucional en la medida que cuenta con una justificación constitucionalmente válida, no
puede ser aplicada de manera que impida la consecución de la finalidad esencial de todo
proceso constitucional: la salvación del derecho fundamental agredido. De ahí que, a la
exigencia de firmeza de resolución, pueda oponérsele excepciones que tienen su justificación en
la prevalencia de la finalidad de aseguramiento del derecho fundamental. En este caso, el
Tribunal Constitucional peruano ha aplicado mutatis mutandis las causales que exceptúan al
interesado de agitar los recursos internos antes de acudir a la jurisdicción internacional de la
Corte interamericana de Derechos Humanos, i) que no se haya permitido al justiciable el acceso
a los recursos que contempla el proceso judicial de la materia; b) que haya retardo injustificado
en la decisión sobre el mencionado recurso; c) que, a causa del agotamiento de los recursos,
pudiera convertirse en irreparable la agresión; d) que no se resuelvan los recursos en los plazos
fijados; consideraciones que resultan acordes con el artículo III, párrafo 3, del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, (EXP. N.º 2909–2004–HC/TC), que establece que el Juez y
el Tribunal Constitucional deben adecuar la exigencia de las formalidades previstas en este
código, al logro de los fines de los procesos constitucionales.

OCTAVO.- En el caso concreto, no se advierte que la actuación jurisdiccional atribuida al


magistrado demandado pueda ser considerada como una supuesta infracción constitucional
pasible de ser conocida y apreciada en vía del proceso constitucional de Habeas Corpus, y, por
ende, que la demanda constitucional entablada pudiera devenir finalmente en estimable, ello en
razón de que la parte demandante una vez obtenido el pronunciamiento en primera instancia,
conforme aparece de la resolución número 11, de fecha nueve de Julio del dos mil dieciocho,
presentó de manera extemporánea recurso de apelación contra la resolución sentencial, motivo
por el cual el recurso impugnatorio fue declarado improcedente, y por ende consentida la
sentencia condenatoria de fecha 16 de mayo del 2018; dejando consentir la aludida resolución
judicial al no haber hecho uso de manera oportuna de los mecanismos impugnatorios previstos
legalmente para ello (Recurso de Apelación) y, de ser el caso y satisfacerse los requisitos que
establece el artículo 427.4 del Código Procesal Penal, recurso de casación.
En tal sentido, no se aprecia que a la fecha exista un pronunciamiento revisor definitivo sobre la
decisión jurisdiccional de Primera Instancia cuestionada por el accionante y que permita afirmar
que en el caso concreto existe vulneración al debido Proceso en la modalidad de Falta de
Motivación en las resoluciones judiciales; lo cual permite determinar que se está incurriendo
en un claro exceso en el planteamiento postulatorio, al no existir la FIRMEZA requerida en
el asunto jurídico procesal en controversia como presupuesto de procedencia para emitir
pronunciamiento de fondo.

NOVENO. - Al respecto, la parte accionante no ha tenido en cuenta lo expresamente


señalado en el artículo 4° del Código Procesal Constitucional, que establece claramente que:
“(...) El Hábeas Corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta
la libertad individual y la tutela procesal efectiva (...)”; y que, en consecuencia, a contrario sensu,
permite establecer que el Hábeas Corpus no procede cuando dentro de un proceso judicial
Ordinario (o Común) no se han agotado los recursos que contempla la ley para impugnar
una determinada resolución.
Ello es lo que ocurre en el presente caso, pues la parte accionante (el sentenciado en el referido
proceso penal), en ejercicio de su derecho impugnatorio de alcance constitucional y procesal
como parte sentenciada, ha tenido la oportunidad de formular el recurso impugnatorio pertinente,
(Apelación) de conformidad con sus atribuciones, facultades y obligaciones en el marco
impugnatorio legítimo del Código Procesal Penal, sin embargo de manera extemporánea
presentó el recurso correspondiente, lo que permite concluir que no se trata en puridad de una
resolución firme, sino de una resolución que a pesar de ser contraria a sus intereses, ha dejado
consentir; consecuentemente no podemos referir que la acción constitucional está dirigida a
atacar una resolución judicial FIRME válida y ceñida a la normatividad constitucional y legal, y a
los propios actuados del proceso ordinario seguido en su contra, aspectos que además, ya han
sido tenidos en cuenta en pronunciamientos anteriores del Tribunal Constitucional, como el
expresado en los siguientes términos:
“La Constitución establece expresamente en su artículo 200º, inciso 1, que el hábeas
corpus procede cuando se vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos
constitucionales conexos a ella. De otro lado, el Código Procesal Constitucional establece
en su artículo 4° que el proceso constitucional de hábeas Corpus procede cuando una
resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la libertad personal y la tutela procesal
efectiva; por lo tanto, no procede cuando dentro del proceso penal que dio origen a la
resolución que se cuestiona no se han agotado los recursos que otorga la ley para
impugnarla o cuando habiendo sido apelada se encuentre pendiente de
pronunciamiento judicial dicha apelación. (Fundamento de la Sentencia de fecha 07 de
Abril del 2011, recaída en el Expediente N° 00600-2011-PHC/TC, Caso: “Luisa Alexandra
Polack Villanueva- Lima”).

DECIMO.- EN SEGUNDO LUGAR, si bien se podría sostener que, ante la ausencia de


impugnación oportuna del sentenciado ahora accionante, la aludida Sentencia Condenatoria ya
goza de la condición de resolución FIRME, sin embargo, ello tampoco permitiría aceptar lo
sostenido en la demanda constitucional, pues el propio Tribunal Constitucional ha considerado
como causal de improcedencia esta inacción procesal del demandante que aduce ahora ser
afectado por una determinada resolución judicial.
En efecto, al respecto, se ha sostenido claramente que:
“2. En lo relativo al habeas corpus contra resoluciones judiciales, el Código Procesal
Constitucional establece en su artículo 4 que el proceso constitucional de habeas corpus
procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la libertad
personal y la tutela procesal efectiva, por lo que, en estos casos, el requisito habilitador de
un pronunciamiento de fondo consiste en que la resolución judicial cuestionada haya
adquirido firmeza por haberse agotado contra ello los medios impugnatorios que franquea la
ley y estos hayan sido desestimados. De tal modo, cuando dentro del proceso que dio
origen a la resolución que se cuestiona no se agotaron los recursos para impugnarla,
debe declararse improcedente la demanda en razón a que el agraviado dejó consentir
la resolución que dice afectarlo. (…)
7. En consecuencia, existe convicción en este Tribunal respecto a que no se agotaron los
recursos procesales que otorga la ley para impugnar la resolución que ordenó el mandato
de detención del favorecido, por lo que no se ha cumplido con el requisito procesal
previsto en el precitado artículo 4 del Código Procesal Constitucional, debiendo ser
rechazada la demanda.” (Fundamentos de la Sentencia de fecha 22 de Junio del 2015,
recaída en el Expediente N° 00963-2013-PHC/TC, Caso: “Aurelio Eugenio Flores Quispe”).

DÉCIMO PRIMERO . - EN TERCER LUGAR, en el caso que se considere como posible el


examinar el fondo del asunto constitucional en controversia, es de verse que lo sostenido
en la demanda por la parte accionante tampoco ostenta mayor relevancia de alcance
Constitucional, pues lo que se está exponiendo es una clara y evidente disconformidad con el
contenido decisorio de la Sentencia de Primera Instancia, en el sentido de habérsele impuesto
una pena con carácter efectiva, a través de argumentaciones que, en puridad, ostentan un
carácter eminentemente procesal ordinario, y no de carácter constitucional, por cuanto lo
que se cuestiona no es la responsabilidad ni la pena que se le ha impuesto; sino el carácter de la
misma, así como la competencia del Juez demandado para revocar un beneficio penitenciario.
Respecto a la pena impuesta, señala que se parte de un hecho equivoco y total falta de asidero
legal, esto por cuanto en primer lugar la sentencia condenatoria que impone dos años y seis
meses
de pena privativa de la libertad efectiva no tiene sustento, ya que el acuerdo plenario N° 01-2008
invocado como sustento de la efectividad de la pena, no ha precisado que la pena tenga que ser
efectiva lo cual es desproporcional, si bien el parámetro legal cambia, esto no quiere decir que la
pena deba ser efectiva, máxime si el juzgador no ha señalado ni ha precisado donde se
encuentra establecido dicho criterio adoptado, por lo que concluye que el juzgador ha realizado
una inadecuada aplicación del acuerdo plenario 1-2008, esto por cuanto en un estado
constitucional de derecho, se requiere que las decisiones del órgano jurisdiccional se ajusten a
los principios constitucionales, lo que –sostiene- no ha sucedido en el presente caso, por lo que
la sentencia –afirma- deviene en inconstitucional y debe de ser anulado.
Por otro lado, respecto a la Revocatoria del beneficio penitenciario efectuada en la sentencia
cuya nulidad pretende, afirma que ello parte de un hecho equivoco y total falta de asidero legal,
esto por cuanto este extremo no ha sido ni siquiera mínimamente sustentado por parte del
juzgador en los fundamentos de su sentencia para
sustentar una revocatoria del beneficio penitenciario que había obtenido en mérito al expediente
judicial N° 06016-2015-73-1706-JR-PE-08 seguido ante el octavo juzgado penal unipersonal de
Chiclayo, habiendo invocado el juzgador inclusive de forma errónea la instrucción N°547-2010,
que no existe, por ello es que estando vigente un beneficio penitenciario, el juez competente
para conocer tal incidente seria el Juez del Octavo Juzgado Unipersonal, que concedió el
beneficio, conforme lo establece el artículo 28 inciso 5 del código procesal, ya que el tercer
juzgado penal unipersonal, no tenía competencia de revocar el beneficio penitenciario otorgado
por otro juzgado penal unipersonal, lo cual sostiene atenta directamente contra el principio del
juez predeterminado por ley.

DECIMO SEGUNDO: Respecto a estos cuestionamientos en principio corresponde señalar lo


siguiente:
12.1. Conforme al artículo 28 del Código Penal, las penas aplicables son: a) Privativa de
Libertad, b) Restrictivas de libertad, c) Limitativas de Derechos y d) Multa.
12.2. El artículo 274, por el cual fue investigado, juzgado y sentenciado el beneficiario, -en su
primer párrafo- establece para la persona encontrada responsable del delito de Conducción en
estado de ebriedad una pena privativa de libertad no menor de seis meses ni mayor de dos
años o con prestación de servicios comunitarios.
12.3. Así mismo el artículo 57 del mismo cuerpo legal, otorga al Juez la posibilidad de suspender
la ejecución de la pena cuando se cumplan determinados requisitos, prescribiéndose en el
numeral 3. Que el agente no tenga la condición de reincidente o habitual.
12.4. Contrariamente a lo sostenido por el beneficiario, el Acuerdo Plenario 1-2008, no establece
la imposición de una pena con el carácter de efectiva; lo que hace es establecer los parámetros
para definir la Reincidencia, Habitualidad, así como para efectuar la Determinación de la Pena a
imponer. Respecto a este último aspecto, señala: “Establecida la calidad de reincidente del
agente, y como la reincidencia es la única circunstancia que tiene como fundamento una pena
merecida por otro hecho punible anterior y ya sancionado, el órgano jurisdiccional deberá
determinar hasta dónde llega la gravedad de la culpabilidad concreta -primera operación
adicional-. Es evidente que las necesidades de prevención especial derivadas de la tendencia
del autor sólo podrán ser contempladas hasta ese límite, que no tiene por qué empezar y, en su
caso, agotar el tercio por encima máximo legal fijado para el tipo penal”, (…). Sobre la eficacia de
las agravantes cualificadas para la determinación judicial de la pena concreta. La condición
cualificada de una agravante siempre demanda que el juez determine la pena concreta dentro
del nuevo marco conminatorio que ha fijado la ley como consecuencia punitiva para la
reincidencia y la habitualidad. Y donde tomando de referencia la pena conminada para el delito
que posibilita la configuración de la agravante cualificada, el nuevo máximo de la pena básica
será el límite fijado por el artículo 46° B; es decir en el caso concreto, si la pena prevista para el
artículo 274, tiene un máximo de 2 años, esta puede ser aumentada hasta en una mitad (3
años).
Expuesto ello, y confrontada la demanda planteada con la sentencia cuya nulidad se solicita, se
tiene que en ésta (sentencia 319-2018, de fecha 16/05/2018) en el considerando séptimo:
Determinación de la Pena, se han explicado mínimamente las razones que a criterio del
demandado justifican la imposición de la pena, haciendo referencia a la calidad de Reincidente
del del hoy solicitante establecida en la norma penal (art. 46 B), no pudiéndose por tanto imponer
una pena con carácter de suspendida por mandato legal (art. 57.3 Código Penal), lo que conlleva
a la conclusión, de que lo expuesto por la parte accionante -en puridad- constituyen
cuestionamientos directos de orden procesal que no pueden ser vía acción constitucional, objeto
de revisión como si esta fuera una tercera instancia, mas aún si la citada resolución presenta una
justificación que razonablemente permite entender los motivos por los que se impuso una
condena de carácter efectiva, por lo que no corresponde de manera alguna declarar la Nulidad
de la sentencia conforme se pretende.

Por otro lado, y respecto a la Revocatoria del Beneficio Penitenciario de Liberación Condicional,
se tiene que, en efecto, revisada la sentencia, no existe en ningún extremo de esta,
fundamento alguno que sustente las razones por las cuales el Juez de Juicio, haya fallado:
“revocando el beneficio penitenciario que se le brindaba al sentenciado en la instrucción 2547-
2010, por la cual se encontraba libre, a efectos de que cumpla el resto de la pena que falta, para
cuyo fin se debe oficiar al juzgado que tiene la ejecución del beneficio penitenciario, una vez
consentida o ejecutoriada la presente resolución”; revocatoria que por mandato legal, por cierto
le corresponde al Juez que concedió el beneficio (8vo JUP), tal como se infiere de la
interpretación del artículo 53 del Código de Ejecución Penal, el cual expresamente señala que
los beneficios penitenciarios son concedidos por el Juzgado que conoció el proceso, en tal
sentido, la revocatoria de estos beneficios cuyas causales se encuentran establecidas en el
artículo 56, también son competencia de estos, no resultando aplicable a dicho efecto el
artículo 54 del Código Penal (consignado por el demandado en la absolución de demanda), ya
que éste se encuentra referido a Revocatoria de la Conversión de la Pena por la comisión de
un nuevo delito doloso, justificación que tampoco aparece en la sentencia 319-2018 (exp. 6981-
2017), por ende, EL DEMANDADO NO TENIA NI TIENE COMPETENCIA para revocar beneficio
penitenciario que no se ha otorgado en el Tercer Juzgado Unipersonal, mas aun si ello implica
que se trate de una sentencia condenatoria firme (no era el caso, aun podía ser impugnada); se
establezca el cómputo de la pena que faltaba cumplir (se necesitaba tener a la vista el cuaderno
de revocatoria) y debía contener la orden de ubicación y captura del sentenciado con motivo de
dicha revocatoria, lo cual únicamente podía hacer el órgano jurisdiccional que otorgó el beneficio
penitenciario, como contradictoriamente lo establece el demandado en la resolución cuestionada;
sin embargo al respecto, y conforme sostiene el demandado existen pronunciamientos
constitucionales como el expresado con motivo del expediente 00983-2008-PH/TC de fecha 22
de agosto del año 2008, en el que se cuestionó vía constitucional a los jueces penales su
competencia, por haber vulnerado el Principio del Juez Predeterminado por la Ley, y en dicha
resolución en el fundamento 2, se estableció que "En este caso concreto y de manera preliminar
al pronunciamiento de fondo se debe señalar que la determinación de la competencia del órgano
jurisdiccional, al involucrar temas estrictamente legales, es una cuestión que, prima facie, le
corresponde determinar a la jurisdicción ordinaria, por lo que el aspecto de competencia
cuestionado no puede ser cuestionado por la justicia constitucional (Exp. 7181-2006-PHC//TC,
4585-2007-PHC/TC y 3263-2005-PHC/TC, entre otros).
En consecuencia, es de aplicación, a este extremo de la demanda, la causal de improcedencia
contemplada en el artículo 5° inciso 1 del Código Procesal Constitucional, que establece que "no
proceden los procesos constitucionales cuando: los hechos y el petitorio de la demanda no están
referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado”; sin
perjuicio de que de ser el caso, respecto a este extremo pueda instar el beneficiario al
magistrado a cargo del Octavo Juzgado Unipersonal, emita el pronunciamiento que corresponda.

En tal sentido, al pretender la parte accionante que esta Judicatura se


constituya, en vía constitucional, en una Nueva Instancia Jurisdiccional con competencia material
suficiente en materia penal y procesal penal, como para examinar la argumentación desarrollada
por el magistrados cuestionado, y a consecuencia de ello, pronunciarnos por la “NULIDAD del
Juzgamiento” (sic), a pesar que son aspectos propios de la Justicia Ordinaria, y pretender
además con ello se disponga la libertad del recurrente, la demanda planteada debe
declararse improcedente en todos sus extremos.

VI. RESOLUCIÓN:
Por todas las consideraciones expuestas, de conformidad con las normas y las apreciaciones
jurídicas antes señaladas, administrando Justicia a nombre de la Nación, en calidad de Juez a
cargo del SEGUNDO JUZGADO PENAL DE INVESTIGACIÓN PREPARATORIA DE
TRUJILLO DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD, SE RESUELVE:

DECLARAR IMPROCEDENTE la demanda constitucional de HABEAS CORPUS,


interpuesta por WALTER BERNARDO JR. TORRES VERA, abogado de JAIR
DELGADO TARRILLO, contra el Juez del Tercer Juzgado Unipersonal de Chiclayo,
Jorge Luis Rojas Cruz y el Procurador Público Especializado en asuntos judiciales
del Poder Judicial,
EN CONSECUENCIA: Consentida o Ejecutoriada que sea la presente resolución, SE
DISPONE:
A) SE COMUNIQUE la presente decisión a la Presidencia de la Corte Superior de
Justicia de La Libertad y a la Oficina Desconcentrada de Control de la
Magistratura de la Corte Superior de Justicia de La Libertad (ODECMA-LL) para
los fines correspondientes, debiendo CURSARSE los respectivos oficios.
B) SE ARCHIVE DEFINITIVAMENTE el presente expediente constitucional por
ante la Oficina Administrativa pertinente, y en el modo y forma que
corresponda.

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