Está en la página 1de 5

G. W. F.

HEGEL

e; . ,/ 1 't.r (..... •...,


> .
.J
r' ';

Escritos
pedagógicos l ;

Traducción e introducción
ARsENIO ÜINZO

·-

'
' "'\

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO-MADRID-BUENOS AIRES
Primera edi< ión, 19<1 1

® 1991 Fo"'nos m cu 11 RA f< A, S A m e V


Av de la Lniversidad, 975 03100 :'vléxico, 1) f
FO\iDO m CtLn RA f< o-.:<i\11< A 'it < PARA
de los Poblados (Edtf lnduhuilding-Goko, 4 •, 13) 2íl03'{ 'vl.ulrid

ISBN íl4-375-0306-X
Ot>pósito legal M 19R32-J<.JC)I

en
ESCRITOS PEI>AGOOICOS 139

cos particulares y los estilos poéticos particulares, antiguos y moder-


nos, introducir en el conocimiento particular de los poetas más des-
tacados de las diferentes naciones y épocas a apoyar este conocimien-
to mediante ejemplos. Ello constituiría un curso tan instructivo como
agradable; no contendría más que conocimientos que son sumamen-
te apropiados para los alumnos del Gimnasio, y puede considerarse
como una deficiencia real el que esta ciencia no constituya ninguna
materia de enseñanza en un centro gimnasial. La Enciclopedia esta-
ría presente de este modo, en cuanto a la cosa, en el Gimnasio, a ex-
cepción de la ftlosofla de la Naturaleza; sólo le faltaria quizá, una vi-
sión filos6.fica de la historia, de la que, no obstante, en parte se puede
prescindir todavía, y en parte puede encontrarse su lugar en otro si-
tio, por ejemplo, en la ciencia de la religión, al abordar la doctrina
de la Providencia. La división general de todo el ámbito de la filo-
sofia, según la que se daría una triple temática, el pensamiento puro,
la naturaleza y el espíritu, debe ciertamente ser mencionada repeti-
das veces, a la hora de determinar las ciencias particulares.

ll. Método
A. En general se distingue un sistema filosófico con sus ciencias par-
ticulares y elfilosofor mismo. Según la obsesión moderna, especialmen-
te de la Pedagogía, no se ha de instruir tanto en el contenido de la fi-
losofia, cuanto se ha de procurar aprender afilosofar sin contenido; esto
significa más o menos: se debe viajar y siempre viajar, sin llegar a
conocer las ciudades, los ríos, los países, los hombres, cte.
Por lo pronto, cuando se llega a conocer una ciudad y se pasa
después a un río, a otra ciudad, etc., se aprende, en todo caso, con
tal motivo a viajar, y no sólo se aprende sino que se viaja realmente.
Así, cuando se conoce el contenido de la filosofia, no sólo se aprende
el filosofar, sino que ya se filosofa realmente. Asimismo el fin de
aprender a viajar constituiría él mismo en conocer aquellas ciuda-
des, etc.; el contenido.
& segundo lugar, la filosofla contiene los más elevados pensamientos
racionales acerca de los objetos esenciales, contiene lo que hay de universal
y verdadero en los mismos; es de gran importancia familiarizarse con
este contenido y dar cabida en la mente a estos pensamientos. El modo tris-
140 G W IIU:F.L

te de proceder, meramente formal, este buscar y divagar perennes,


carentes de contenido, el razonar o especular asistemáticos tienen
como consecuencia la vaciedad de contenido, la vaciedad intelectual
de las mentes, el que ellas nada puedan. La teoría del derecho, la mo-
ral, la religión, constituye un ámbito de importante contenido; asi-
mismo la lógica es una ciencia plena de contenido, la objetiva (Kant:
trascendental) contiene los pensamientos fundamentales acerca del
ser, la esencia, la fuerza, la sustancia, la causa, etc.; la otra, los concep-
tos, los jmcios, silogismos, etc., asimismo importantes determinaciones
fundamentales -la psicología contiene el sentimiento, la intuición, cte.-
la Enciclopedia filosófica, finalmente, todo el conjunto, en general.
Las ciencias wo!ffianas, lógica, ontología, cosmología, etc.; el derecho
natural, moral, etc., han desaparecido en mayor o menor medida;
pero no por ello la filosofía es menos un complejo sistemático de cien-
cias plenas de contenido. Pero además, el conocimiento de lo absoluta-
mente absoluto (pues aquellas ciencias también deben conocer su
contenido particular en su verdad, es decir, en su absolutez), sólo es
posible mediante el conocimiento de la totalidad en sus etapas que
constituyen un sistema. El temor ante un .cisterna postula una estatua
del dios, que no ha de poseer fonna alguna. El filosofar asistemático
constituye un pensamiento contingente, fragmentario y precisamen-
te la coherencia constituye el alma formal en lo relativo al verdadero
contenido.
En tercer lugar. El modo de proceder para familiarizarse con una
fiJ.osofia plena de contenido no es otro que el aprendizaje. La filosofia
deber ser enseñada y aprenduia, en la misma medida en que lo es cual-
quier otra ciencia. El desdichado prurito de educar con vistas a pen-
sar por sí mismo y al propio producir ha oscurecido esta verdad, -como
si cuando aprendo lo que es la sustancia, la causa o lo que fuere, no
pensase yo mismo, como si yo mismo no produjera estas determinaciones
en mi pensamiento, sino que ellas fueran arrojadas en éste como si
fueran como si, además, cuando examino su verdad, las
pruebas de sus relaciones sintéticas, su traspasar dialéctico, no alcan-
zara yo mismo esta comprensión, no me convenciera yo mismo de es-
tas verdades, -como si, cuando he trabado conocimiento con el teo-
rema de Pitágoras y su demostración, no supiera yo mismo esta pro-
ESCRfiOS l'r.llAGOGICOS 141

posición y no demostrara su verdad. En igual medida que el estudio


de la fdosofia es un obrar propio, es asimismo un aprendizaje--- el
aprcndi?.aje de una ciencia configurada, ya existente. Esta constituye
un tesoro que consta de un contenido adquirido, dispuesto, forma-
do; este bien heredado existente debe ser adquirido por el individuo,
es decir, debe ser aprendido. El profesor lo posee; él lo piensa previa-
mente, los alumnos lo piensan después. Las ciencias filosóficas con-
tienen, acerca de sus objetos, los pensamientos umversaks, verdaderos;
ellos son el resultado del producto del trabajo de los genios pensan-
tes de todos los tiempos; estos verdaderos pensamientos sobrepasan
lo que un joven no formado puede aportar con su pensamiento, en
la misma medida en que aquella masa de trabajo genial sobrepasa
el esfuerzo de un tal joven. La representación original peculiar, que
se forma la juventud acerca de los objetos esenciales, en parte es, to-
davía, totalmente escueta y vacía; en parte, en su gran mayoria, es
opinión, ilusión, incompleción, distorsión, carencia de detmninabilidad. Median-
te el aprendizaje, la verdad pasa a ocupar el lugar de estos plantea-
mientos ilusos. Sólo se tiene la posibilidad de hacer avanzar la cien-
cia misma y de alcaD7..ar en ella una verdadera peculiaridad una vez
que la cabeza está llena de pensamientos; pero éste no es el cometi-
do de los centros públicos de enseñanza, y en modo alguno de los
Gimnasios, sino que el estudio de la filosofia se ha de dirigir esen-
cialmente a este punto de vista, a saber, que gracias a él se aprenda
a(go, se elimine la ignorancia, que se llene con pensamientos y contemdos la
mente vacía y que se desprenda de aquella peculiaridad natural del pen-
samiento, es decir, de la contingencia, de la arbitrariedad y de la par-
ticularidad de la opinión.
B. El contenido filosófico reviste en su método y en su alma tres
formas: l. es abstracto, 2. dia/Jctico, 3. especulaJivo. Abstracto, en cuanto
que él se encuentra en el elemento del pensamiento en general; pero
en cuanto meramente abstracto, en oposición a lo dialéctico y a lo
especulativo, él viene a constituir el llamado pensamiento inlelectural,
que mantiene firmes y llega a conocer las determinaciones en sus di-
ferencias fijas. Lo dialéctico es el movimiento y la confusión de aque-
llas determinabilidades fijas, la razón negativa. Lo especulativo es lo ra-
cional en su sentido positivo, lo espiritual, sólo él es propiamente
filosófico.

También podría gustarte