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El Proceso de Arranque de una Turbina de Gas

El proceso de arranque de una turbina de gas suele suponer entre 40 y 60 minutos, si la turbina opera en ciclo
abierto. Si opera en ciclo combinado suele suponer entre 1,5 horas (arranque caliente) y 6 horas (arranque
frío) hasta estar totalmente completado.
EL ARRANQUE DE UNA TURBINA DE GAS EN CICLO ABIERTO
Antes de poner ningún dispositivo en marcha, es conveniente realizar una serie de comprobaciones, para
asegurar que determinados sistemas se encuentran operativos y en la situación necesaria. Estas
comprobaciones son:
Presión de gas a la entrada de la turbina, en las condiciones requeridas
Sistema de refrigeración en funcionamiento
Red eléctrica de transporte de energía eléctrica perfectamente operativa
Niveles adecuados en los diversos calderines y en el tanque de agua de alimentación
Sistemas auxiliares del generador operativos (refrigeración, aceite de sellos, etc)
Sistema de lubricación operativo
Sistemas auxiliares de la turbina de gas operativos
Sistemas de seguridad (contraincendios, etc) operativos y sin alarmas activas
El eje de la turbina de gas, o el eje común en caso de ser una central de eje único, deben haber estado a giro
lento (menos de 1 rpm) durante varias horas. Esto se realiza para evitar que por efecto del peso del eje o de
la temperatura éste se haya deformado, arqueándose, lo que puede producir desequilibrios y aumento de
vibraciones, o incluso, el bloqueo del propio eje.
El operador debe seleccionar el tipo de arranque deseado, que como veremos más adelante, depende de la
temperatura del eje de la turbina de vapor y de las condiciones de presión y temperatura de la caldera y del
ciclo agua vapor, fundamentalmente. Lógicamente, hay una relación entre el tiempo transcurrido entre la
parada y esas temperaturas y presiones.
El proceso de arranque propiamente dicho se inicia cuando el operador selecciona la opción ‘Arranque’ en el
sistema de control. Lo habitual en este tipo de centrales es que se disponga de un sistema de control
distribuido, y que una unidad central (también llamado secuenciador) coordine las acciones que se van
realizando en los diferentes sistemas durante el arranque. Teóricamente, sin más intervención manual que la
de selección de la opción ‘arranque’ las modernas centrales de ciclo combinado deberían completar todo el
proceso. Pero la experiencia demuestra que la intervención manual del operador de la central acelera el
proceso, resuelve problemas que van surgiendo sobre la marcha y hace que el número de ‘arranques fallidos’
descienda.
En una primera etapa, como hemos dicho, el sistema comprobará que se dan todas las condiciones
necesarias para el arranque. Una vez comprobadas, se inicia la aceleración de la turbina de gas. El generador
funciona en esta fase como motor, que se alimenta de la propia red eléctrica. Para conseguir un arranque
suave, se utiliza un variador de frecuencia, que va controlando la velocidad del generador en cada momento
de forma muy precisa.
Se hace en primer lugar un barrido de gases, para asegurar que no hay ninguna bolsa de gas en el interior de
la turbina. La turbina gira durante este barrido a unas 500 r.p.m. durante 5-10 minutos. Una vez acabado el
barrido, la turbina va aumentando su velocidad. Atraviesa varias velocidades críticas, en las que el nivel de
vibraciones en los cojinetes aumenta considerablemente. En esas velocidades críticas el gradiente de
aceleración se aumenta para reducir el tiempo de estancia.
A una velocidad determinada (generalmente por encima del 50% de la velocidad nominal, que es de 3000
r.p.m. para Europa y Asia, y 3600 para América), comienza a entrar gas a los quemadores y una bujía o
ignitor hace que comience la ignición en cada uno de los quemadores. La cámara de combustión está
equipada con varios detectores de llama, y si no se detecta ignición pasados algunos segundos, se abortará
la maniobra de arranque, y será necesario hacer un barrido de gases y comenzar de nuevo. Para estos
ignitores se suele utilizar un combustible con un poder calorífico superior al del gas natural (propano, por
ejemplo).
Si los quemadores se encienden correctamente, los gases provocados por la combustión del gas natural
empezarán a empujar los álabes de la turbina. A medida que se va ganando en velocidad, el generador
empuja menos y los gases de escape cada vez más, y a una velocidad determinada (unas 2500 r.p.m.) el
generador, que hasta ahora actúa como motor, se desconectará y la combustión será la única responsable de
la impulsión de la turbina.
Cuando se alcanzan las 3000 r.p.m. (o 3600 en América), entra en funcionamiento el sincronizador, que
automáticamente regulará frecuencia, tensión y desfase de la curva de tensión del generador y de la red
eléctrica. Cuando las curvas de tensión de generador y red coinciden plenamente se cierra el interruptor del
generador y la energía eléctrica generada se exporta a la red a través del transformador principal.
Si la turbina opera en ciclo abierto, esto es, sin estar enlazado a un ciclo de vapor, la subida de carga hasta la
potencia deseada se realiza con rápidez, puediendo alcanzar la plena carga en menos de 20 minutos. Esta
gran velocidad hace que las turbinas de gas sean ideales como máquinas térmicas para la producción de
electricidad en nudos de la red que requieren gran potencia y una respuesta rápida
TIPOS DE ARRANQUE 
Es muy importante para el cálculo preciso de los tiempos de arranque definir los diferentes tipos de arranque
que pueden darse en una central. Hay que tener en cuenta que los programas de carga pactados con el
mercado eléctrico deben cumplirse, pues las repercusiones económicas derivadas de un incumplimiento son
notorias. Por otro lado, el rendimiento de la planta (consumo de combustible frente a producción de energía
eléctrica) son bajos a cargas bajas, y notablemente bajos en los procesos iniciales. Por tanto, tampoco es
económicamente factible asegurar el cumplimiento del programa pactado con el mercado eléctrico
introduciendo grandes márgenes de seguridad en cada uno de las fases del arranque, pues esto hace que el
proceso sea mucho más gravoso. La decisión acertada es, pues, determinar con exactitud la duración del
proceso de arranque. Como ese tiempo no es siempre el mismo, sino que depende de las condiciones
presentes en la planta en el momento del arranque,  para poder determinar la duración con precisión es
necesario diferenciar los diversos tipos de arranque que pueden darse dependiendo de las condiciones al
inicio.

Los factores que diferencian los diferentes tipos de arranques son los siguientes: 

Temperatura de los elementos internos de la turbina de vapor. Se suele tomar como referencia el eje del rotor
de la turbina. Es con diferencia el factor que más marca la duración del arranque. Lógicamente, cuanto más
fría esté esta turbina, el arranque será más lento. Afecta fundamentalmente a T4 (Tiempo necesario para
acelerar y acoplar la turbina de vapor)

Conductividad y pH del agua contenida en los calderines. Cuanto más se aparten estos valores de los limites
máximos más tiempo se necesitará para completar el proceso. Afecta fundamentalmente a T3 (Tiempo
necesario para conseguir la calidad de vapor adecuada)

Condiciones de presión y temperatura de caldera. Cuanto menores temperaturas y presiones, más largos
serán T2 y T3 (tiempos necesarios para conseguir las condiciones de presión en el circuito y de calidad en el
vapor)

Temperatura de los elementos internos de la turbina de gas, sobre todo cámaras de combustión y álabes.
Afectará sobre todo a T1 (tiempo hasta la sincronización) 

Aunque en la práctica se demuestra que hay muchos más tipos de arranque, generalmente se reconocen
cinco tipos: rearranque, arranque caliente, arranques templados y arranque frío y arranque superfrío. 

Arranques superfríos 
Las condiciones de un arranque superfrío son las siguientes: 

Caldera despresurizada y fría, en todos sus puntos (a temperatura ambiente)

Necesario aportar una gran cantidad de agua ‘fresca’ para conseguir alcanzar el nivel de arranque

Eje de la turbina de vapor a temperatura ambiente

Internos de la turbina de gas a temperatura ambiente 

A estas condiciones suele llegarse después de largos tiempos de parada, como los correspondientes a una
gran revisión. Este tiempo es generalmente superior a 2 semanas. Los arranques superfríos son los que más
tiempo requieren para completar el proceso, fundamentalmente por : 

Alto  T1. La turbina de gas estará muy fría, los gradientes de subida de temperatura serán bajos para que se
produzca un calentamiento uniforme y gradual en las cámaras de combustión y en los elementos internos en
la caldera.

Sin influencia en T2. La potencia de espera a que los by-pass estén operativos será igual a la de los demás
arranques.
Alto T3,. Después de una parada larga y dependiendo del tipo de conservación de la caldera, se introducirá
una gran cantidad de agua “nueva” a la caldera la cual traerá mucho oxígeno disuelto y a la que habrá que
dosificar grandes cantidades de sustancias para regular pH. Esto implica una alta conductividad que habrá
que ir reduciendo lentamente.

Alto T4, al estar la turbina de vapor fría, esta se deberá ir calentando de una manera uniforme y gradual para
evitar estrés térmico y mecánico en sus diferentes elementos..

Alto T5, La velocidad de este proceso está limitada por el estrés térmico de la turbina de vapor. 

Arranques fríos 
Las condiciones que tiene la central justo antes del arranque son parecidas a las de arranque superfrío, con la
diferencia de que la turbina de vapor no se encuentra a temperatura ambiente, sino a una temperatura
superior (entre 25-50% de la temperatura en funcionamiento normal.

Por tanto, las condiciones presentes en el momento del arranque pueden resumirse así: 

Caldera despresurizada y fría, 

Necesario aportar una gran cantidad de agua ‘fresca’ para conseguir alcanzar el nivel de arranque

Eje de la turbina de vapor a temperatura superior a la ambiental 

Internos de la turbina de gas a temperatura superior a la ambiental 

Estas condiciones suelen alcanzarse tras 4-5 días de parada. Los arranques fríos requieren menos tiempo
que los anteriores, ya que el estrés de la turbina de vapor será menor. Por tanto, para este tipo de arranques
tendremos: 

Alto  T1. 

Sin influencia en T2. 

Alto T3,

T4 medio, al tener cierta temperatura la turbina de vapor

T5 medio, por la misma razón.  

Arranques templados 
En los arranques templados los elementos internos de la turbina de gas y de vapor están en torno al 50% de
su temperatura en funcionamiento normal. Sería la situación de la central tras una parada normal de fin de
semana. Las condiciones podrían resumirse así: 

Caldera con poco presión, y templada 

No es necesario aportar una gran cantidad de agua para conseguir alcanzar el nivel de arranque

Eje de la turbina de vapor a temperatura superior al 50% de su temperatura nominal 

Internos de la turbina de gas a temperatura superior al 50% de su temperatura nominal. 

En estas condiciones, las diferentes fases de arranque se ven afectadas de esta manera: 

T1 medio. 

Sin influencia en T2. La potencia de espera a que los by-pass estén operativos será igual a la de los demás
arranques.
T3 medio,. Hasta conseguir el valor de conductividad adecuado no se tardará mucho tiempo, aunque habrá
que esperar, pues se habrá tenido que adicionar algo de agua desmineralizada.

T4 medio. La rampa de subida no estará tan condicionada por el estrés de la turbina de vapor que en los
arranques fríos.

T5 medio, por las mismas razones que en la fase anterior 

Arranques calientes 
Este tipo de arranque es el propio tras una parada de un día, incluso unas horas. Turbina de gas y de vapor
están a una temperatura superior al 75% de la nominal, y la caldera está presurizada y caliente. La
distribución de tiempos en el arranque será la siguiente: 

T1 bajo. 

Sin influencia en T2. La potencia de espera a que los by-pass estén operativos será igual a la de los demás
arranques.

T3 medio,. hasta conseguir el valor de conductividad adecuado, pues aunque no se haya adicionado agua
puede haber entrado aire en el sistema (sobre todo por el condensador, al perder el vacío) .

T4 medio. La rampa de subida estará poco condicionada por el estrés de la turbina de vapor.

T5 medio, por las mismas razones que en la fase anterior 

Rearranques 
Se trata de arranques que se realizan tras una parada imprevista de la central. En general, el arranque se
produce antes de 2 horas desde la parada. Las condiciones de la planta en esos momentos pueden resumirse
así: 

Caldera con presión y temperatura en todos sus puntos 

No es necesario aportar agua

Eje de la turbina de vapor prácticamente a temperatura de trabajo

Internos de la turbina de gas a alta temperatura 

Con ello, los tiempos de las diversas etapas del proceso de arranque pueden resumirse así: 

Pequeño T1. Al estar calientes las cámaras de combustión y los álabes se podrá subir la temperatura de
manera más rápida.

Pequeño T2. Al tener los calderines presurizados los by-pass tendrán un tiempo de preparación escaso,
incluso nulo.

Pequeño T3, La calidad del agua y del vapor pueden ser óptimas en el momento del arranque.

Pequeño T4 y T5. Al estar la turbina de vapor caliente no habrá que esperar a que baje su estrés tanto para la
aceleración como para la subida de carga.

Lógicamente, el rearranque es el que proceso que menos tiempo requiere.

PROBLEMAS HABITUALES EN LOS ARRANQUES 


Durante el proceso de arranque pueden presentarse algunos problemas que hagan abortar el proceso. Si esto
se produce, normalmente se estudia la causa que ha provocado el arranque fallido, se corrige el problema y
se realiza un nuevo intento.
 

Los problemas habituales son los siguientes: 

Fallos en el variador que controla el generador  


Durante el arranque el generador, como hemos, visto funciona como motor y está controlado por un variador
de frecuencia, que controla la velocidad de giro de forma muy precisa. Por este equipo atraviesan grandes
cantidades de corriente, y puede producirse un fallo en él durante el proceso de arranque. Son habituales los
fallos en los tiristores que forman parte de este equipo y en sus protecciones. 

Vibraciones 
Hemos visto que durante el arranque la turbina atraviesa varias velocidades críticas. La velocidad critica de un
eje es la velocidad de giro a la cual se producen las mayores deformaciones del eje, o lo que es lo mismo las
mayores vibraciones en los apoyos. La velocidad critica tiene mucho que ver con la frecuencia natural, pero
no son lo mismo, aunque en muchos casos la diferencia es pequeña. La frecuencia natural tiene que ver con
las vibraciones que se producen en el eje sin girar. En la velocidad critica intervienen otros factores (como el
efecto giroscópico), que no se presentan en las vibraciones de eje que no gira, y que hacen que su valor
pueda ser muy diferente del de la frecuencia natural.

En cada una de estas velocidades críticas, como hemos visto, el nivel de vibraciones en los cojinetes de
apoyo de la turbina de gas aumenta considerablemente. Si la turbina tiene algún problema, al atravesar las
velocidades críticas el nivel de vibraciones estará por encima del punto de disparo de la turbina, y el arranque
se abortará por seguridad.

Un alto nivel de vibraciones suele estar provocado principalmente por: 

Desequilibrio en el rotor. Los pesos no están perfectamente compensados. Se soluciona redistribuyendo los
elementos situados a lo largo del eje (álabes) y añadiendo unas pesas adicionales para compensar las
diferencias. La masa de estas pesas adicionales y su posición deben estar definidas con gran precisión  

Defectos en el eje. Son mucho más difíciles de solucionar. Se trata de fallos provocados durante la fabricación
del eje, no tanto del mecanizado del eje como del propio material.

Defectos en los cojinetes de apoyo. Si la superficie de alguno de los cojinetes en los que apoya el eje de la
turbina tiene irregularidades, o su anclaje en la bancada no es firme, estos se fallos se revelarán como un
aumento de vibraciones. La solución en este caso es sustituir los cojinetes 

Mal alineamiento del eje con el generador. El generador y la turbina suelen estar unidos por medio de un
acoplamiento. Este acoplamiento admite cierta desalineación, pero si se supera esta tolerancia, el nivel de
vibraciones aumentará 

Fallo en la instrumentación que controla las vibraciones. Un alto nivel de vibraciones puede no
corresponderse con una situación real, sino con un fallo de medida. Además de calibrar periódicamente todas
las sondas de vibraciones, es conveniente disponer de un equipo externo capaz hacer una medida con
independencia del equipo instalado en la turbina. 

Al ser las vibraciones durante un arranque mayores que las que se dan en operación normal, muchas turbinas
disponen de una función que eleva el máximo nivel permitido de vibraciones durante los procesos de
arranque. Esta función suele desactivarse automáticamente al alcanzarse las 3000 r.p.m. 
en el desarrolo de trubinas se incorporra sitema viraddor qeu consite
en un motor eelctrico o hidraulico qeu ahce girar lentamente la turbina
cuando no esta funcioando, eso evita qyue el rotro se curve, debido a
su porpio peso o tambien por la expacion termica produccida por la
interacion.en parda. . segun

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