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NEUROÉTICA

La filosofía en el marco de las neurociencias


Anna Estany

Departamento de Filosofía. Resumen. A partir de la interrelación entre ciencia y filosofía, se aborda el impacto que tienen las neurociencias sobre las
Universitat Autònoma de Barcelona.
Bellaterra, Barcelona, España.
cuestiones filosóficas planteadas en la actualidad, muy especialmente las relacionadas con la epistemología y la filosofía
de la ciencia. Para ello se tienen en cuenta los diversos enfoques de las ciencias cognitivas, fundamentalmente los surgi-
Correspondencia: dos en torno a la cognición social, corporizada y situada frente a una cognición individual, racional y abstracta. Con este
Dra. Anna Estany. Departamento
de Filosofía. Universitat Autònoma marco de partida se analizan las formas de representar el conocimiento y las características del agente cognoscente.
de Barcelona. E-08193 Bellaterra
(Barcelona). Palabras clave. Cognición socialmente distribuida. Mente extendida. Naturalización de la filosofía. Visión interactiva.

E-mail:
anna.estany@uab.cat

Financiación:
Programa de investigación
FFI2011-23238 del Ministerio Ciencia y filosofía no han sido dos campos separa- la ciencia de la computación, la lingüística, la filoso-
de Ciencia e Innovación.
dos como actualmente pueda parecer ateniendo a fía y la antropología. Es importante esta referencia,
Aceptado tras revisión externa: cómo se han institucionalizado, tanto desde el pun- ya que tiene que ver con un marco cognitivo en el
12.02.13.
to académico como educacional. En su origen, la fi- que tanto la neurociencia como la filosofía forma-
Cómo citar este artículo: losofía significaba amor a la sabiduría y constituía ban parte del hexágono, y una de las cuestiones que
Estany A. La filosofía en todo el campo del saber. Podemos decir que Aristó- compartían eran el interés por la cognición.
el marco de las neurociencias.
Rev Neurol 2013; 56: 344-8. teles tenía todo el saber en sus manos, tanto el hori- Teniendo en cuenta los orígenes de las ciencias
zontal, es decir, todo lo que después han constitui- cognitivas, abordar la filosofía en el marco de las
© 2013 Revista de Neurología
do las disciplinas, desde la astronomía a la sociolo- neurociencias parece lo más razonable y la conse-
gía, como el vertical, es decir, los diversos niveles de cuencia obligada para una filosofía entrelazada his-
conceptualización, desde la ciencia a la metafísica. tóricamente con la ciencia. Si nos atenemos a lo
A lo largo de la historia, vemos que las ciencias par- que escribe Kandel en la primera línea del prefacio
ticulares se han ido desmembrando de la filosofía y de su obra Principios de neurociencia [1], ‘el objeti-
han dado lugar a un mayor conocimiento del mun- vo de la neurociencia es comprender la mente:
do, pero, a la vez, a su fragmentación. Esta atomiza- cómo percibimos, nos movemos, pensamos y re-
ción del saber parece que ha llegado a un punto de cordamos’, y a lo que señala Fuster [2], ‘toda neuro-
inflexión, y se llega a la necesidad de recurrir a mar- ciencia es cognitiva’, vemos que la relación entre
cos interdisciplinares para abordar fenómenos com- neurociencia y cognición es indiscutible, algo espe-
plejos con los que se enfrenta la ciencia actual. cialmente relevante para el tema que nos ocupa. Es
Campos como la bioquímica, la psicobiología o la importante tenerlo en cuenta, porque, cuando me
arqueometría son una muestra de ello. refiero al impacto de las ciencias cognitivas en la fi-
Uno de estos fenómenos complejos que requie- losofía, hay que entender que la neurociencia forma
ren una aproximación interdisciplinar es la mente. parte de ellas.
Así lo vieron científicos de diferentes ramas cuyo A propósito de esta cuestión, García-Albea re-
común denominador era el interés por los fenóme- flexionaba en esta misma revista sobre los usos y
nos cognitivos, y así se gestó el marco interdiscipli- abusos de lo ‘neuro’ [3]. Señalaba que, ‘más allá de la
nar de las ciencias cognitivas. Una de las muestras neurología clásica, centrada en el estudio del sistema
de este marco cognitivo la tenemos en el State of the nervioso (su estructura, función y desarrollo) en es-
Art Report on Cognitive Science de 1978, como re- tado normal y patológico, la nueva neurociencia se
sultado de la investigación llevada a cabo por cientí- presenta con vocación universalista y multidiscipli-
ficos de distintos campos bajo los auspicios de la nar, que traspasa las fronteras departamentales y as-
Alfred Sloan Foundation. En el informe de esta fun- pira a la reconciliación [la ‘consiliencia’ se dice aho-
dación, a pesar de las desavenencias entre los que lo ra] de las ciencias y las humanidades’. Posiblemente,
redactaron, estaba la idea de un campo interdiscipli- la razón de esta ‘vocación universalista y multidisci-
nar que conformaban la neurociencia, la psicología, plinar’ está en el marco interdisciplinar en que sur-

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La filosofía en el marco de las neurociencias

gieron las ciencias cognitivas, en el que la neuro- lugar central. Churchland considera que, una vez
ciencia ocupaba uno de los vértices del hexágono. que la neurociencia ha llegado al nivel actual de de-
Una vez que tenemos el marco de la neurocien- sarrollo, la pregunta de la epistemología es cómo
cia, el siguiente paso es ver su relevancia para la fi- funciona el cerebro situado en su configuración cor-
losofía, y esto nos lleva al programa naturalizador poral, dentro de su entorno físico y en el seno del
como una alternativa a una filosofía de corte aprio- contexto social en el que se encuentra [4].
rístico. La naturalización tiene que ver con la rela- Los conocimientos aportados por las neurocien-
ción que se establezca entre la filosofía y las cien- cias afectan a todas las ramas de la filosofía, desde
cias empíricas, y admite varias posturas más o me- la antropología filosófica a la metafísica, pasando
nos radicales. En un extremo está la absorción de la por la ética y la epistemología. Es difícil pensar que
filosofía por las ciencias empíricas, en el sentido de algún sistema filosófico pueda quedar inmune a los
que los problemas filosóficos se irán resolviendo en avances de la neurociencia. Por tanto, un proyecto
la medida en que progrese la ciencia. En este caso de este tipo bien podemos llamarlo ‘NeuroFilosofía’,
hablaríamos de una naturalización total de la filo- lo cual implica un marco naturalizador, un punto
sofía. En el otro extremo estaría el apriorismo, como de vista interdisciplinar y una interrelación entre
una posición que considera que la filosofía es ajena las culturas científica y humanista. Respecto al mar-
a los resultados empíricos de la ciencia. Entre estos co naturalizador, propongo lo que podemos llamar
dos extremos podemos encontrar planteamientos ‘tesis minimalista de la naturalización’, por la que
intermedios a los que nos referiremos más adelan- no se trata ni de reducir ni de eliminar la filosofía
te. No cabe duda de que la interrelación y la in- en aras de cualquier ciencia empírica (en nuestro
fluencia entre ciencia y filosofía eran más inmedia- caso sería la neurociencia), sino de ver las ciencias
tas y evidentes en Aristóteles que en la actualidad. empíricas como constreñimientos a los modelos fi-
Sin embargo, incluso ciñéndonos al siglo xx, pode- losóficos. Con lo que sí es incompatible la naturali-
mos constatar que la filosofía no ha dejado de estar zación de la filosofía es con el apriorismo. En cuan-
imbuida por la ciencia empírica del momento. Más to a la interdisciplinariedad, se trata de aceptar que
recientemente, la filosofía de la ciencia ha tenido la el fenómeno del conocimiento es suficientemente
influencia de la lógica (positivismo lógico), de la his- complejo como para que pueda ser abordado desde
toria (historicismo), de la sociología (sociología del una sola disciplina, por lo que requiere una aproxi-
conocimiento), de la teoría de la evolución (episte- mación a modo de caleidoscopio. Respecto a la re-
mología evolucionaria) y de las ciencias cognitivas lación entre las culturas científica y humanista, se
(enfoque cognitivo en epistemología y filosofía de trata de tender puentes y no de ahondar en la bre-
la ciencia). El comienzo del siglo xxi está marcado cha fruto de la especialización y, hasta cierto punto,
por el desarrollo del estudio del cerebro y por su de atomización del conocimiento, con todas sus
impacto en las humanidades y, como no podía ser ventajas e inconvenientes.
de otra manera, muy especialmente en la filosofía. A partir de los supuestos expuestos, vemos que
El estudio del cerebro se ha visualizado a través de tanto las cuestiones filosóficas como los modelos
la neurociencia, en su sentido más general de la bús- cognitivos ofrecen un abanico demasiado amplio
queda de las bases neurológicas de las diversas fun- como para abordarlos en este artículo, cuyo obje­
ciones mentales. tivo es analizar el ensamblaje de la filosofía en el
¿Por qué la neurociencia es especialmente rele- marco de las neurociencias y mostrar su relevancia.
vante para la filosofía? Fundamentalmente, porque Por tanto, me voy a centrar en algunas cuestiones
es la ciencia que estudia nuestra capacidad de co- epistemológicas de la filosofía de la ciencia para las
nocer y de pensar, y es precisamente el conocimien- que determinados modelos cognitivos pueden te-
to del entorno lo que es esencial para la superviven- ner un papel relevante, si no para su resolución, sí
cia de la especie y la base para las facultades supe- para su clarificación. En concreto, voy a centrarme
riores del pensamiento, por lo que parece obvio que en lo que supone en la teoría del conocimiento la
el cerebro tenga un papel preeminente en la natura- formación, representación, almacenamiento y re-
lización de la filosofía. Si pensamos que la filosofía cuperación del conocimiento. Una cuestión que pue-
trata de buscar la fundamentación racional de nues- de resumirse en el carácter representacionalista del
tras creencias cognoscitivas, morales y estéticas, no conocimiento, en general, y de la ciencia, en parti-
es de extrañar que sea relevante y de vital impor- cular. La otra cuestión a la que me voy a referir es a
tancia la preocupación y el interés por aquellas par- la unidad de cognición, relacionada con el proble-
tes del cuerpo que más directamente están implica- ma de la agencia, en el sentido de determinar el
das en el pensamiento. Y aquí el cerebro ocupa un agente cognoscente. Ambas cuestiones hay que ver-

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las como ejemplificaciones de la influencia de algu- Frente a la idea de que el lenguaje proposicional
nos modelos cognitivos en el análisis y clarificación sea el eje de la representación han surgido otras
de las cuestiones que la epistemología tiene plan- formas, como imágenes mentales, metáforas, ana-
teadas actualmente. logías, simulaciones, etc., que cuentan con soportes
Del mismo modo que he acotado las cuestiones distintos de los estrictamente lingüísticos. Una con-
que se van a analizar, también es necesario señalar secuencia de ello es que, en las últimas décadas, en-
aquellos modelos cognitivos a la luz de los cuales contramos epistemólogos y filósofos de la ciencia,
voy a analizar dichas cuestiones filosóficas. A pesar entre los que podemos señalar a Giere, Nersessian,
de su corta historia, las ciencias cognitivas han su- Goldman y Thagard, que han recurrido a categorías
frido ya su propia evolución, desde un paradigma para abordar el análisis de las prácticas científicas
simbólico de procesamiento de la información a un que se adecuan a las formas generales que los hu-
paradigma de procesamiento en paralelo o conexio- manos tenemos de representar el conocimiento.
nismo, hasta llegar a la cognición corporizada, dis- Finalmente, frente al modelo de visión pura de
tribuida y extendida, englobada en lo que podría- Marr, se ha propuesto la idea de visión interactiva y
mos llamar ‘ciencia cognitiva de tercera generación’ dinámica, defendida, entre otros, por Churchland
o ‘poscognitivismo’. Esta última visión integra no et al [7], para los que lo que vemos en un momento
sólo lo puramente neurológico, sino los factores so- determinado es una representación parcialmente
ciales e interactivos con el cuerpo y con la tecnolo- elaborada de la escena visual, por lo que el sistema
gía. Moriello señala que ‘la ciencia cognitiva clásica visual está integrado con otras funciones, como el
no considera el nivel biológico-neurológico ni el control motor.
social-cultural, y tampoco presta mucha atención a
los procesos emocionales ni a los contextuales’ [5].
Este marco actual de las ciencias cognitivas hace La unidad de cognición
más comprensible, si cabe, que las humanidades se
hayan interesado por las neurociencias. Abordar la unidad de cognición implica plantear
dónde reside el agente cognoscente. La respuesta
inmediata es la mente, concebida ésta separada del
Conceptualización y representación cerebro o identificada con él. El primer caso corres-
ponde al dualismo mente/cuerpo, y el segundo al
El conocimiento que adquirimos del mundo natural monismo materialista, admitiendo ambas posturas
y social lo representamos a través de formas distin- varios matices. Sin embargo, tanto el dualismo como
tas y buscamos medios de asentarlo para que no sea el monismo parten de que las facultades mentales y
efímero y podamos así recuperarlo. Si pensamos en las funciones cognitivas residen exclusivamente en
la filosofía de la ciencia clásica, las teorías, las leyes el cerebro. Este supuesto ha sido cuestionado por al-
y las explicaciones han sido las categorías primor- gunos modelos de las ciencias cognitivas actuales,
diales a través de las cuales la ciencia ha representa- que abogan por una consideración de la mente
do el conocimiento. El soporte de estas categorías como extendida [8], corporizada [9] y distribuida
era el lenguaje proposicional, expresado a través de [10]. Tres calificativos, y sus correspondientes auto-
modelos matemáticos en el caso de las ciencias más res de referencia, que, aunque no son equivalentes y
desarrolladas. Esta concepción de las representa- difieren entre sí sobre diversos temas, sí tienen pun-
ciones estaba en consonancia, por un lado, con lo tos de contacto y, en su conjunto, constituyen una
que se llamó ‘el giro lingüístico’, en el que el lengua- nueva forma de aproximarse a los procesos cogniti-
je era el medio primordial (y en el caso de la ciencia vos. La idea es que la mente se extiende más allá de
prácticamente el único) de expresar tanto el cono- la cabeza, al cuerpo y al mundo externo, atribuyen-
cimiento científico como filosófico. La consecuen- do a sus oponentes un cierto ‘neurochovinismo’.
cia fue que la filosofía del lenguaje se convirtió en la Si en una primera fase se pasó del dualismo al
rama de la filosofía por excelencia. Por otro lado, en monismo materialista, atribuyendo la capacidad
el campo de las ciencias cognitivas este tipo de re- mental a la capacidad cerebral, ahora se trata de dar
presentación implicaba una concepción de la per- un paso más y de basar la capacidad mental en un
cepción como visión pura, en la línea de Marr [6], sistema formado por el cerebro más la tecnología
según la cual el fin de la visión es obtener una re- utilizada en los procesos cognitivos, además de la
presentación de la forma en el sentido de que lo que interrelación entre los diversos agentes que inter-
vemos en un momento determinado es una repre- vienen en una tarea determinada. La unidad de
sentación totalmente elaborada de la escena visual. cognición se convierte, en realidad, en un sistema

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cognitivo. De ello se desprenden dos debates distin- Pero la tecnología también interviene formando
tos: uno tiene que ver con la concepción de la men- parte del agente cognitivo, dando lugar a lo que
te; el otro con la capacidad cognitiva del agente o Clark y Chalmers llaman ‘mente extendida’ [8]. Si la
agentes. El primero es más propio de la filosofía de tecnología es constitutiva o instrumental de la men-
la mente y, en todo caso, de la antropología filosófi- te, es una cuestión que, una vez más, desborda los
ca. En realidad, la mayoría de los debates en torno a objetivos de este artículo e interfiere poco en los re-
la mente extendida versan sobre este punto. El se- sultados de la práctica científica. Se podría argüir
gundo es especialmente relevante para la práctica que en sentido amplio la mente siempre ha estado
científica, por ejemplo, en el trabajo de laboratorio. extendida en mayor o menor grado; desde el ábaco,
Las capacidades cognitivas se ven ampliadas por el bloc de notas y la agenda hasta las calculadoras
elementos que están fuera del cerebro, y esto re- modernas y el ordenador podrían considerarse par-
dunda en ahorro cognitivo. te de la mente, proporcionando, indiscutiblemente,
Las dos cuestiones en las que nos hemos centra- ahorro cognitivo. Sin embargo, no cabe duda de
do (representación del conocimiento y unidad de que ha sido el despegue espectacular de la tecnolo-
cognición) suponen un replanteamiento de lo que gía, sobre todo, a través del potencial informático,
ha constituido el modelo clásico de ciencia. Y ello lo que ha planteado la dependencia de la mente de
gracias a la influencia de los cambios producidos en la tecnología. Digamos que se ha hecho más evi-
las ciencias cognitivas de las últimas décadas. dente que nuestras capacidades cognitivas no esta-
A partir de estas características, podemos apun- ban limitadas por el cerebro.
tar algunas consecuencias respecto a la representa-
ción del conocimiento y a la unidad de cognición: Cognición corporizada
– Intervención de la tecnología (mente extendida).
– Papel del cuerpo (corporizada). La cognición corporizada considera que los aspectos
– Interacción social (distribuida). materiales de los cuerpos de los agentes son signifi-
cativos y, por tanto, hay que tenerlos en cuenta tanto
Intervención de la tecnología desde el punto de vista pragmático como teórico. A
su vez, implica que los procesos computacionales
¿Es relevante la tecnología para el papel que las habidos en la cognición no están limitados a lo que
neurociencias puedan tener en la filosofía? Lo es, y ocurre en el interior del cráneo. La relación entre la
en los dos sentidos en que se relacionan la ciencia y cognición corporizada y otras características, como
la tecnología. Por un lado, determinados métodos mente extendida, cognición situada y distribuida,
tecnológicos a nuestro alcance han proporcionado constituye uno de los debates más interesantes en
conocimiento sobre el cerebro que antes no tenía- la filosofía de la mente, y configura el marco de las
mos. Por ejemplo, las resonancias magnéticas y las ciencias cognitivas de la tercera generación que, de
tomografías por emisión de positrones han permi- momento, parece que lo que comparten es más una
tido conocer la base neurológica de determinadas oposición a una concepción de la mente de corte in-
funciones mentales, e incluso de reacciones emo- dividual, racional y abstracta que un programa de
cionales frente a un amplio abanico de situaciones. investigación, más allá de considerar la cognición co­
Esto implica que la neurociencia puede responder mo corporizada, incrustada, concreta y social. En con-
preguntas que hace siglos correspondían a la filoso- secuencia, la cognición corporizada cuestiona tradi-
fía. Tal es el caso de Descartes, que argumentaba en ciones filosóficas como el platonismo y el cartesia-
las Meditaciones que mente y cuerpo tenían natu- nismo, que durante siglos han subyacido a todo el pen-
ralezas distintas. El cuerpo lo concebía como una samiento racional. En el caso de la filosofía de la cien-
sustancia física cuya esencia es su extensión y, en cia, también ponen en cuestión los enfoques teoréticos
cuanto tal, opera sobre la base de principios mecá- y abren la vía a las tradiciones experimentales.
nicos. En cambio, la mente es, fundamentalmente, En este sentido, Lewontin señala que ‘los orga-
una sustancia pensante gobernada solamente por nismos no «se adaptan» a un medio fijado de ante-
las leyes de la razón. La neurociencia actual pro- mano, a un «nicho» exterior autónomo, sino que
porciona suficientes datos empíricos para explicar –en cierta medida– «lo construyen» a través de sus
qué significa saber algo, tener creencias justificadas, propias actividades vitales’ [11]. Y Varela et al con-
ignorar algo o equivocarse. Un ejemplo más de cómo sideran que ‘el conocimiento depende, entonces, de
la ciencias proporcionan base empírica a teorías fi- las experiencias vividas que se originan debido a la
losóficas es el caso de Dalton, que dio base empírica posesión de un cuerpo con diferentes capacidades
al átomo filosófico de Demócrito. sensomotoras, las cuales están «encastradas» den-

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tro de un entorno biológico, psicológico y cultural momento actual, cuando una de las investigaciones
mucho más amplio’ [9]. punteras del momento se da en el estudio del cere-
bro, como base material de los fenómenos menta-
Interacción social les. Pero resulta que estos fenómenos mentales y
nuestras capacidades cognitivas no dependen sólo
La otra característica de los nuevos modelos cogni- del cerebro limitado por el cráneo, sino que sus ca-
tivos es la interacción entre los agentes que acome- pacidades están en función de un sistema complejo
ten una tarea determinada, y es la propia interac- en el que intervienen tanto el cuerpo como el en-
ción que forma parte del sistema que conforma la torno físico y social.
unidad cognitiva. De hecho, es también una exten- La razón por la que la neurociencia constituye una
sión de la mente, en tanto en cuanto el resultado referencia no sólo para la psicología, sino también
depende de dicha interacción. para las humanidades, es fundamentalmente porque
Una referencia ineludible es Hutchins, a partir la concepción de la mente desde las ciencias cogniti-
de su obra seminal Cognition in the wild [10]. Su vas de tercera generación ha incorporado unas ca-
modelo de cognición socialmente distribuida lo racterísticas de la cognición que atañen a condicio-
aplicó a la sala de máquinas de un barco y a la cabi- nes que antaño eran competencias de la etología, la
na de un avión. En el caso de la cabina de un avión, antropología, la filosofía y campos relacionados.
el éxito depende no sólo del piloto, sino de su inte- Esta aproximación naturalizadora de la filosofía
racción con la tecnología y con el copiloto, los con- no implica, necesariamente, ni reduccionismo ni eli-
troladores, etc. Últimamente, Hutchins, junto con minacionismo de estas disciplinas humanistas, sino
Alac, analiza cómo un experto instruye a un novi- que proporciona una mayor comprensión de los fe-
cio a ‘leer’ una resonancia magnética [12]. En el nómenos que abordan.
aprendizaje adquieren especial relevancia los gestos
del experto y los gráficos, es decir, una serie de he- Bibliografía
rramientas que no son precisamente el lenguaje 1. Kandel ER, Schwartz JH, Jessell TM, eds. Principios de
proposicional, sino el cuerpo y las imágenes. Este neurociencia. Madrid: McGraw-Hill/Interamericana; 2011.
ejemplo es relevante en dos sentidos: uno, por ser 2. Fuster JM. The module: crisis of a paradigm. Neuron 2000;
26: 17-25.
una técnica muy importante para la investigación 3. García-Albea JE. Usos y abusos de lo ‘neuro’. Rev Neurol 2011;
del cerebro; y otro, porque es una muestra de cog- 52: 577-80.
4. Churchland PS. Neurophilosophy. Toward a unified science
nición corporizada (los gestos) y distribuida (la in- of the mind-brain. Cambridge, MA: MIT Press; 1986.
teracción entre experto y novicio), a la vez que im- 5. Moriello SA. Nuevos enfoques en el estudio de la mente. Sitio
plica un tipo de representación que va más allá de Tendencias Científicas. Sección Megatendencias. 19.06.2005.
6. Marr D. La visión. Madrid: Alianza Editorial; 1985.
la expresión proposicional. En todo ello subyace una 7. Churchland PS, Ramachandran VS, Sejnowski T. A critique
mente extendida en el sentido antes señalado. of pure vision. In Koch CH, Davis J, eds. Large-scale neuronal
theories of the brain. Cambridge, MA: MIT Press; 1994.
8. Clark A, Chalmers D. The extended mind. Analysis 1998;
58: 7-19.
Conclusiones 9. Varela F, Thompson E, Rosch E. De cuerpo presente. 2 ed.
Barcelona: Gedisa; 1997.
10. Hutchins E. Cognition in the wild. Cambridge, MA: MIT Press;
La filosofía no puede hacer caso omiso de la inves- 1995.
tigación que se lleva a cabo en las ciencias cogniti- 11. Lewontin R. Genes, organismo y ambiente. Barcelona: Gedisa;
vas y, en especial, en la neurociencia. La filosofía no 2000.
12. Alac M, Hutchins E. I see what you are saying: action as
ha rehuido nunca la ciencia empírica del momento, cognition in fMRI brain mapping practice. Journal of Cognition
con mucha más razón, si cabe, debe hacerlo en el and Culture 2004; 3: 1-30.

Philosophy within the context of neurosciences

Summary. Based on the interrelation between science and philosophy, this article addresses the impact of neurosciences
on the philosophical issues posed by today’s society, especially those related with epistemology and the philosophy of
science. To do so, the different approaches in the cognitive sciences are taken into account, with special attention paid to
those that have to do with social, embodied and situated cognition versus a more individual, rational and abstract cognition.
This initial framework is taken as the starting point with which to analyse the ways of representing knowledge and the
characteristics of the cognoscente agent.
Key words. Extended mind. Interactive vision. Naturalisation of philosophy. Socially distributed cognition.

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