Está en la página 1de 2

Análisis e investigación de la economía actual:

En el inicio de este año todo el país contaba con cierta ilusión de tener una economía estable,
incluso El año 2020 se inicia con noticias positivas en materia económica. La más importante es la
consolidación de un ritmo de crecimiento económico que será nuevamente uno de los mejores
(incluso el mejor) entre las economías medianas y grandes de América Latina. La otra es la
estabilidad del ritmo de inflación, que frenó su tendencia al alza a mediados del año pasado y
sigue estando dentro del rango objetivo del Banco de la República. Pero en el mes de marzo llega
el Coronavirus o más conocido como COVID-19 y derrumba las expectativas de todo un país, la
medida se tomó desde el lunes 30 de marzo y se alargó hasta el jueves 9 de abril, con ambos días
incluidos.

Hemos pasado los días más complicados en el país y el reinicio de la actividad del país y claro está
de un mundo en general se ha tomado con optimismo, aunque no sobra decir que Tras el golpe
sobre el empleo y el crecimiento a julio, se estima que la economía del país estaría en -7,5% este
año, mientras lo estimado para América Latina es -7,6% y el Gobierno espera un -5,5%, pero en
2021, dice Espinosa, la economía podría rebotar al crecer 5,5%, aún insuficiente para recuperar del
todo el golpe de 2020. Pero si mejoran las condiciones de salud, el Gobierno mantiene el
esfuerzo fiscal y la economía se impulsa, hasta el año 2022.

Otros indicadores que evidencian una reactivación gradual de la economía incluyen el


comportamiento de la industria manufacturera que, aunque continuó cayendo en junio, lo hizo a
un ritmo inferior a la del mes anterior, la menor caída anual que viene presentando en los últimos
meses el comercio minorista, la tendencia a la recuperación de la demanda de energía eléctrica
desde abril y, en general, el mejoramiento registrado en los índices de confianza industrial y
comercial, como de confianza al consumidor ICC de Fedesarrollo, lo cual se refleja en la tendencia
de menor deterioro del denominado Índice de Seguimiento de la Economía ISE.

Entre los riesgos internos que pueden conspirar contra la reactivación se encuentra, en primer
lugar, el tema de la salud representado en un posible rebrote de la Pandemia que exija nuevos
periodos de aislamiento y, como consecuencia de ello, un nuevo freno a la demanda de bienes y
servicios y el cierre obligado de las empresas

Un segundo obstáculo muy propio de Colombia sería el surgimiento de protestas sociales no


justificadas estimuladas por motivaciones puramente políticas promovidas por los partidos de
izquierda que se oponen al gobierno y que incidan negativamente en los indicadores de confianza
de los consumidores, comerciantes e industriales.

El Un tercer obstáculo de carácter fundamentalmente político sería la adopción de decisiones


populistas por parte del Congreso con impactos adversos en el mediano plazo que frenen los
proyectos de inversión del sector privado. Algunos ejemplos son la reciente propuesta de los
partidos de izquierda de archivar el proyecto de presupuesto del 2021.

Nos podemos preguntar seriamente ¿y la reactivación de las empresas cómo será? La clave estará
en la optimización y automatización de sus procesos, es decir, aumentar su productividad y deben
empezar a direccionar esfuerzos en simplificar el acceso a la tecnología que facilite la gestión de
estos negocios.

También podría gustarte