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Proletariado (del latín proles, linaje o descendencia) es el término utilizado para designar a la
clase social que, en el modo de producción capitalista, carece de control sobre los medios de
producción y sobre la distribución, y se ve en la necesidad de alquilar su fuerza de trabajo a
cambio de un salario.1
El origen del término está probablemente ligado al censo que las autoridades realizaban cada
5 años, en el que se registraba a los ciudadanos y a sus propiedades, y del que se desprendían
sus obligaciones militares y sus privilegios de voto. Para personas sin propiedades (o con
propiedades sin valor alguno) se registraban los hijos ("prōlēs") en lugar de éstas. El nombre
proletario, por tanto, proviene de "proletarius" que significa "aquel que produce hijos" o "que
cuida hijos", ya que la única contribución a la sociedad romana era la de producir hijos que
luego podían ser soldados del ejército.
Hasta las reformas de Cayo Mario no podían tener armas ni participar en el ejército.234
Los proletarii eran ciudadanos de sexta clase —había cinco clases de propietarios o
terratenientes— en principio estaban excluidos del servicio militar hasta las reformas de Cayo
Mario que permitió dar armas a los proletarios y por tanto su participación en el ejército.5
El término, desaparecido durante la Edad Media, vuelve a aparecer en Inglaterra en el Siglo XVI
para designar a la cuarta o última clase social. Su uso permaneció hasta el siglo XVIII con
pequeñas variaciones de significado.
El término designa para estos autores la clase de trabajo de los obreros asalariados, quienes en
la producción de bienes económicos que se venden como mano de obra que pagan los
empresarios capitalistas. El proletariado es una mercancía cuyo precio, el salario, está sujeto a
las leyes del mercado y debería caer gradualmente, ya que se procura una saturación cada vez
mayor de la oferta de trabajo —ejército industrial de reserva o mano de obra sobrante—. El
proletario, de acuerdo con la doctrina marxista, es un elemento característico de la sociedad
capitalista moderna.5
En la teoría marxista el proletariado es por tanto la clase social que no tiene la propiedad de
los medios de producción. Por lo tanto, la única fuente de ingresos para los proletarios es la
venta de su trabajo, de su fuerza de trabajo.8 El proletariado nació a raíz de la revolución
industrial por la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra y se repitió luego en todos los
países civilizados del mundo.9
Desde Marx esa discusión ha atravesado toda la historia de la lucha de clases: la gran batalla
del capitalismo contra quienes están en la vereda opuesta a la élite es la batalla por el tiempo.
Para Marx ese “robo” correspondía a una teoría de la enajenación pero pronto la discusión se
hizo más compleja. La producción en cadena promovió que el obrero perdiera el control que
tenía sobre los tiempos de producción.
Haciendo una cronología breve; el artesanado preindustrial tenía total control del tiempo
sobre su trabajo. Posteriormente, la aparición del reloj y la producción industrial primitiva
configuraron un modelo de producción determinado por “fechas” en la cual se comienza a
promover una visión “productiva” que incentivaba la cultura capitalista. En ese tiempo, quien
no trabajaba era condenado a muerte. Fue la primera fase de la creación de un ejército de
reserva. Luego, la máquina determinó un “mínimo” productivo más alto el cual se traducía en
control del tiempo del obrero sobre su trabajo; y fue ahí donde Marx denunció explotación. La
producción en cadena definitivamente llevó al proletariado a convertirse en un engranaje
(como magistralmente muestra Chaplin en Tiempos Modernos) en un proceso que
diferencialmente también empezaría a comprometer al campesinado y artesanado marginal.
La aparición de una clase media sin inscripción de clase hizo que sólo una fracción privilegiada
del proletariado pudiera negociar un estándar mínimo de vida a través del modelo económico
keynesiano, que se creó para salvar al capitalismo de su ruina tras la gran crisis de 1929.
La crisis económica mundial de 1973 prepara una profundización del proyecto de control de
tiempo capitalista sobre el proletario. Aquí se promueven las bases del reemplazo del fordismo
bajo un nuevo sistema de producción llamado toyotismo, cual es la base del sistema
neoliberal. Conceptos clave de este modelo son flexibilidad laboral, organización industrial
multidimensional y nueva relación concepción-ejecución en el tiempo de trabajo. En Chile, en
1975-1978 se realiza por primera vez, de modo experimental, un modelo completo de este
perfil industrial; pero será universalmente expandido desde 1980 bajo los gobiernos de
Thatcher (Inglaterra) y Reagan (EE. UU.) bajo un programa integral, político, socio-cultural y
económico, llamado neoliberalismo que es la radicalización de las doctrinas liberales clásicas.
Acá los tiempos de producción del obrero son llevados al mínimo histórico, teniendo la
estructura de producción total control y dominio sobre la labor del proletariado.