Los expresidentes del Perú no deben recibir remuneraciones vitalicias

- BEJARANO CASTILLO KEVIN ALCIDES

- RONALDO ARIAS MATAMOROS

Castro (2020) indica que:

“La ley 26519 no tiene sustento constitucional, de acuerdo a la mayoría de los

especialistas jurídicos, pues no se encuentra regulado en la Constitución; la
mencionada ley existe sin mayor argumento jurídico y carente de fundamento, la
mayoría coincide que la ley que otorga pensión vitalicia es inconstitucional, pues
dicha propuesta de eliminar esta ley, no es acorde con la dignidad e igualdad de la
persona ante la constitución (…)” (p. 48). 

En este contexto ¿En pleno año 2022, es factible que los expresidentes del Perú,
sigan recibiendo remuneraciones vitalicias de 15600 soles mensuales?, esto puede
interpretarse como el reconocimiento que el estado le brinda a los que encabezaron
el mandato por 5 años, también resulta indignante para algunos que estando
involucrados en actos de corrupción, puedan beneficiarse de esta forma con las
arcas del estado, para ellos esta ley posee una laguna legal, es decir un vacío legal,
que genera gran perjuicio económico y social a la nación. Sin embargo, el esfuerzo
de los expresidentes puede verse reflejado en tal ley, ya que el cumplimiento de su
labor como mandatarios, siempre ha sido muy desgastante y comprometida,
conllevando gran presión de otros poderes del estado, que se ve reflejada cuando
aparecen las crisis de estado, en distintas carteras ministeriales. A nuestro juicio,
consideramos que, los expresidentes no deberían percibir la remuneración vitalicia;
por estar involucrados en actos de corrupción, ya que generaron perjuicios
socioeconómicos al estado.

En los siguientes párrafos expondremos los argumentos derivados de tesis y revistas que
amparan nuestra postura.

Los últimos expresidentes estuvieron involucrados en actos de corrupción.

Según la Real Academia Española define a la corrupción en las
organizaciones, especialmente en las públicas, como la “práctica consistente
en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de
sus gestores.” Pues según Salinas (2019), concluye que “en el Estado Peruano, se
viene atravesando una crisis de estado financiero, no deviene en sensato y mucho
menos beneficioso que con ese escenario económica en el que se encuentra la
nación se quiera continuar solventando pensiones vitalicias de naturaleza política
(…)” (p. 101). Han motivado a increpar sobre esta ley que nada de bien trae al país,
ya que los beneficiados son los expresidentes, que, a pesar de estar envueltos en
actos de corrupción, han podido acceder a esta pensión, generando así el
descontento de la población y en otros poderes del estado, viendo que nuestra
nación está atravesando una gran crisis socioeconómica por factores externos e
internos, se suma el derecho que los exmandatarios puedan percibir este ingreso de
forma vitalicia, recientemente según lo expuesto por Jaramillo (2021) “La política
peruana languidece una vez más en los ya 30 años que enmarcan a seis
presidentes salpicados por escándalos de corrupción.” (p. 156). Por estar directa o
indirectamente involucrados en actos de perjuicio al estado.

La pensión vitalicia que reciben los exmandatarios se puede destinar a otros

proyectos sociales; pues el proyecto de ley presentado por el congresista
Moisés Gonzales Cruz, plantea la derogación de la Ley 26519, y en reemplazo a
esta, la ejecución de proyectos sociales de más necesidad para el país. Por un
lado está, el planteamiento de esta ley ya tiene predecesoras que no se han
validado, pero han sido observadas y analizadas, dicho proyecto propone destinar
ese dinero a otros proyectos sociales a favor de la población. Manrique (2019)
concluye que “La Constitución del Estado Peruano reconoce dentro de su artículo
85°, número 03, lo siguiente; el ente estatal debe avalar que se realice con equidad
y solidariamente la distribución del ingreso presupuestal para la realización de
políticas públicas estatales, no obstante en su Ley Orgánica de Servicio Público, y
dentro del articulado número 135, se transgrede esta garantía constitucional, en
cometidos en perjuicio de la administración pública, beneficiando las mayorías y no a
un pequeño grupo.” (p. 134).
Y por otro lado esta que los últimos expresidentes han estado involucrados en actos
de corrupción, nos resulta frívolo que las cuantiosas pensiones sean pagadas,
cuando tenemos a personas de la tercera edad recibiendo pensiones ínfimas de 485
soles y en un mayor porcentaje los que no perciben ninguna pensión ni ayuda.
Según datos estadísticos del INEI actualizadas al trimestre de Julio – Septiembre
del 2018, solo el 38.7% de la población de la tercera edad está afiliada al sistema de
pensiones, dejando un 61.3% a expensas de sus propios ingresos. Solo el año 2016
el estado desembolso 7 972 763 de soles para pensiones de expresidentes,
generando así la inconformidad de la población y de otros líderes políticos.
En tercer lugar, con una crisis tanto social como financiera, el estado peruano
tiene exmandatarios involucrados en actos de corrupción, generando un
descontento social y conflictos con otros poderes del estado. No obstante, la
pensión vitalicia a los exmandatarios se justifica con la ley 25519, dejando sin
validez la anulación de dicho beneficio, ya que esta ley no incluye como
beneficiarios a los exmandatarios acusados constitucionalmente por actos de
corrupción. Según Reisman, de acuerdo con la ley N° 26519, desde el mes de
agosto de 1995, todos los expresidentes constitucionales tienen derecho a una
pensión vitalicia, ya que una vez fallezcan, este será transferido a su familia, ya sea
el hijo menor o viuda, percibiendo una pensión equivalente al sueldo de un
congresista, es decir S/15,600,00 nuevos soles. La correspondencia se reasignaría
directamente a los deudos, generando así un sinfín de mensualidades que pueden
usarse en otros sectores de mas necesidad, estas pensiones se pueden entender
como una parte de la administración del legislativo. Merino nos dice: “Nos situamos
en ese caso en particular, se podría establecer alguna modificación que pueda
especificar el otorgamiento de la pensión.” En tal caso es sencillo identificar que la
norma se dirige a personas muy eficientes, libres de condenas por corrupción ya que
ahí es donde se evidencia el compromiso y actitud para recibir dicho beneficio.

Y por último la desintegración política es más compleja cuando los poderes

del estado están en constante conflicto e inmersos en actos de corrupción,
generando perjuicio socioeconómico al país.

Brasil, quitó este beneficio a sus exmandatarios, solo les ofrece un seguro de salud,
así lo demuestra el informe emitido por el periodista y abogado Santos, en un
articulo para el Jornal do Brasil (JB). Claramente se podría considerar un tema de
interés nacional, pues el favoritismo a un reducido sector genera malestar social,
cuando hay temas económicos que priorizar, como la delincuencia en dicho país,
entre otros, pues al ser un país potencia, va a verse reflejado en el desarrollo y
compromiso que tiene el estado con su población.

Así mismo Uruguay, adopto dicha medida, luego de encontrar proyectos sociales de
mas importancia, como la tasa de desempleo, pues en una entrevista nacional de
TV, José Alberto Mujica Cordano, presidente entre 2010 a 2015, dio a conocer que
el desempleo había crecido exponencialmente, como también la educación
decadente, fueron motivos suficientes para suprimir dicho beneficio hacia los
exmandatarios. Entendemos así que la empatía y crecimiento de una nación, viene
 de la mano con buenos lideres, comprometidos a su nación y al cambio que esta
necesita.

Colombia también adopto medidas para disminuir el gasto público, entre estas la
eliminación del sueldo a expresidentes, pues Valverde nos menciona que dicha
medida fue llevada a la cámara de diputados y evaluada para que la utilización de
recursos económicos, este destinada solo a proyectos de inversión publica y de
desarrollo social. Comprendemos que la supresión de este beneficio es de suma
importancia, ya que destinar y priorizar en proyectos con mas importancia, es el eje
de trabajo de toda sociedad, en beneficio de su pueblo. Por lo tanto, nosotros
concluimos que este beneficio es un gasto excesivo que puede destinarse a otros
proyectos de inversión social.

En síntesis, dado el primer argumento donde se nos menciona que, en el Perú, la

mayoría de los exmandatarios tiene investigaciones y sentencias por corrupción,
afirmamos que este beneficio debe ser suprimido en su totalidad para personas que
no muestran el compromiso necesario. Consecuentemente con el segundo donde la
postura nos muestra que hay proyectos que se necesitan mas en el país, esta idea
de pensiones vitalicias nos resulta indignante y menosprecio a los aportantes y no
aportantes del fondo de pensiones con sus ínfimas remuneraciones. Como tercer
párrafo de contraargumentación, podemos afirmar que si bien se puede tomar como
el reconocimiento a su labor, y merito por el trabajo ejercido como representantes
supremos de la patria, hay cabos que quedan al aire. En el cuarto párrafo tomamos
como ejemplo a países de nuestra región que adoptaron medidas para mitigar la
necesidad social que atraviesan sus países, y es necesario comprender que
necesitamos mejorar nuestro criterio acerca del estado y su beneficio a cierto grupo.
Nosotros podemos concluir que el pago de este beneficio trae malestar social y
gasto inútil del recurso económico, ya que estos políticos tienen en su haber
sentencias y condenas por corrupción.

Referencias bibliográficas

López Milla, C.C. (2021). Extinción de la pensión vitalicia de expresidentes peruanos,

procesados por delitos contra la administración pública

https://repositorio.ucv.edu.pe/handle/20.500.12692/72069
Gonzales O. Magdiel (2013). El estado social y democrático de Derecho y el Estado

Peruano en proyectos de ley.

https://repositorio.ucv.edu.pe/handle/20.500.12692/65473

Coordinación entre el equipo especial Lava Jato y Fiscalía de Andorra logra congelamiento

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