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BURGUESIA Y

PROLETARIADO
¿QUE ES LA BURGUECIA?
El término burguesía (del francés bourgeoisie) se utiliza en
las ciencias sociales para designar a la clase media
 acomodada y a la clase media alta de la sociedad,que
posee cierto capital cultural y financiero y es la 
clase social dominante en el sistema capitalista, aunque su
uso inicial y específico en las ciencias sociales tiene
diversas variantes y matices y su significado original, que
también se utiliza hoy en día, hacía referencia a los que
vivían en la ciudad (burgo) en la Edad Media.
El término se usó inicialmente para denominar al grupo social formado por los
habitantes de los "burgos" (las partes nuevas que surgían en las ciudades 
bajomedievales de Europa occidental), caracterizados por no ser señores feudales
 ni siervos y no pertenecer ni a los estamentos privilegiados (nobleza y clero) ni al 
campesinado. Sus funciones socioeconómicas eran las de mercaderes, artesanos
 (burguesía de los oficios) o ejercientes de las denominadas profesiones liberales.
Formaban parte del estamento de los laboratores.
La ausencia de sujeción a la jurisdicción feudal era la clave: se decía que "el aire de
la ciudad hace libre" (Stadtluft macht frei).3​Algunos burgueses llegaron a ejercer el
poder local en las ciudades a través de un patriciado urbano en el que se mezclaban
con la nobleza; lo que en las ciudades-estado italianas (Venecia, Florencia, Génova,
Pisa, Siena) implicaba en la práctica el ejercicio de un poder cuasi-soberano (algo
menos evidente en las ciudades imperiales libres alemanas), mientras que en las 
monarquías autoritarias en formación (Francia, Inglaterra, reinos cristianos de la
península ibérica) significaba la representación estamental del denominado 
Tercer Estado, pueblo llano o común. Destacadas familias de origen burgués se
acabaron ennobleciendo (Borghese, Médici, Fugger).
¿QUE ES EL PROLETARIADO?
El proletariado es una clase social formada por aquellos trabajadores —proletarios— que realizaban sus
actividades utilizando los recursos de otra persona —el empresario—, el cual recibe la mayor parte de los
beneficios del trabajo realizado por el proletario.

El obrero únicamente recibe una remuneración económica a cambio del trabajo que ha llevado a cabo, pero todas
las herramientas de producción necesarias para su trabajo son propiedad del empleador para el que realiza las
actividades laborales.

Dado que el proletariado no dispone de recursos para tener sus propios medios de producción, se ve obligado a
continuar trabajando para un empleador para tener un salario que le permita pagar sus facturas. Encontrándose
de esta manera en una situación precaria y dependiente del empresario que lo contrata pues, por sí mismo, no
tiene herramientas para cambiar la situación como individuo.

Aunque cuando se habla de proletarios suele venir a la mente la época industrial y los obreros de construcción y
en fábricas, el proletariado no ejercen, exclusivamente, esa clase de empleos.
ARTICULO SR.
ARELLANO
Del artículo puede resumirse del modo siguiente: la transformación de la
burguesía en clase dirigente de la sociedad fue, en los siglos XVIII y XIX,
un fenómeno histórico inevitable. Lo mismo ocurre hoy con el
proletariado. En cambio, el contenido ideológico, tanto ayer de la
revolución burguesa, como hoy de la revolución proletaria, depende de
factores contingentes. La Iglesia fue «torpe» porque no supo educar a la
burguesía cuando ésta empezó a manifestarse como protagonista de la
historia. Esa «torpeza» fue la causa de que la ideología de la Revolución
Francesa haya sido «anticristiana». La ideología del proletariado es hoy el
socialismo materialista. Para evitar que así sea, la Iglesia debe trabajar
por «educar» a los obreros para que el peso de éstos en la sociedad no
actúe en detrimento de la influencia católica.
Lo que me parece más interesante en el artículo del Sr. Arellano es su concepción de lo que él
llama «la biología de la historia». Tal concepción se caracteriza por el hecho de que el
autor, a lo largo de su ensayo, admite las premisas siguientes:
a) el papel de las clases sociales como «sujetos de la historia»;
b) el hecho de que grandes fenómenos históricos están determinados por la estructura
económica, y por el lugar que en esa estructura ocupan las diversas clases sociales;
c) reconoce en cierto modo que los choques de intereses entre las clases y el reflejo de esos
choques en la política operan como motores del devenir histórico.
Al referirse al papel progresivo desempeñado durante un período por la burguesía, el Sr.
Arellano escribe en una nota: Con poderosa fuerza ha cantado Marx en el MANIFIESTO
COMUNISTA esta prodigiosa creación económico-industrial de la burguesía.
Me parecen especialmente interesantes los párrafos en los que el Sr. Arellano describe la
aparición del proletariado en la historia:
«A partir del final del 700 –escribe– y a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, se produce la
formación de una nueva clase social: el proletariado… El proletariado constituye un elemento
decisivo de la realidad económico-social del XIX. La primera expresión notable de la realidad
del proletariado se encuentra en el pensamiento y en la acción económico-social de los
iniciadores del socialismo europeo: Owen, T. Hodgskin, Sismondi, Pecqueur, Saint-Simon,
Luis Blanc. Su primera manifestación social-política sobreviene a raíz de la revolución de
1848.
En España un fenómeno semejante no aparece hasta 1868-1872. La revolución de 1848, lo
mismo que la española de 1868, es la última revolución dirigida por la burguesía en que el
proletariado va a remolque de incitaciones ajenas a sus peculiares fines. Pero a raíz de
ambos acontecimientos, en Europa y en España, el proletariado adquiere conciencia de sí
mismo inicia la era de sus propias revoluciones. [98]
La burguesía, enriquecida, poderosa y culta, pasa paulatinamente a ser una fuerza social-
política reaccionaria en el plano de la biología histórica. El proletariado se forja: dentro de la
organización económica liberal-capitalista, provocado por la aparición de la gran industria
que masifica a la población obrera y por los procesos acumulativos a que el capitalismo se ve,
en sus momentos más pujantes, necesariamente abocado. …He ahí un proceso de biología
histórica de categoría descomunal.»
Ademas el proletariado, y su relación con la burguesía. El término proletariado hoy se
utiliza en el sentido de la tradición marxista, o sea, a la escuela de filosofía política y
económica que tuvo su origen en las obras del filósofo alemán Karl Marx (1818-
1883), y que fue de suma importancia para los movimientos obreros del siglo XX.
Sin embargo, sus antecedentes se remontan a los años del Imperio Romano, en cuya
sociedad el peldaño inferior estaba destinado a los proletarii, quienes carecían de
propiedades y podían ofrecer al imperio únicamente su descendencia (o sea,
su prole) para engrosar los ejércitos imperiales.
Este sentido de proletario como ciudadano de última categoría reapareció, luego
de la Edad Media, en la Inglaterra del siglo XVI. Cobró un nuevo sentido en
el marco de la Revolución Francesa de 1789, pasando a designar a la clase
trabajadora que, a pesar de hallarse privada de sus derechos
correspondientes, posee consciencia de su situación y por lo tanto ansias de
liberación, lo cual le confiere un sentido positivo al término.
Desde entonces pasó a la jerga política de los movimientos políticos
socialistas del siglo XIX, y eventualmente llegaría a Friedrich Engels y Karl
Marx, quienes lo reelaboraron en el marco de su visión filosófica de la
historia y del Manifiesto comunista (1848).
Proletariado y burguesía
Según la interpretación marxista del modelo de producción capitalista, la principal diferencia entre
las clases sociales pasa por la posesión de los medios de producción y distribución de los bienes
de consumo, o sea, por quién es el dueño de las máquinas y los emplazamientos utilizados para
la producción industrial: fábricas, maquinarias, vehículos de transporte, etc.
Así, la burguesía es la clase social dueña de los medios de producción y distribución, que controla la
actividad industrial, mientras que el proletariado sería la clase social trabajadora, que no es
dueña de ningún medio productivo, ni puede controlar la producción.
El problema está, según lo explica el marxismo, en que el trabajo de los proletarios es indispensable
para la producción industrial, pero es recompensado apenas con un salario, sin tomar parte de
las recompensas del producto terminado, cuyos beneficios son todos para la burguesía.
Además, en el tiempo de trabajo diario del proletariado se
produce un número de bienes, cuya venta brinda muchos
más capitales de los necesarios para pagarles el salario y
reinvertir en el proceso. Ese excedente, bautizado por Marx
como plusvalía, se lo apropia por completo la burguesía.
Dictadura del proletariado
Según la teoría histórica marxista, la historia avanza conforme a las presiones de la lucha entre las clases
sociales (la llamada lucha de clases) por el control de los medios de producción.
Dicha lucha constante habría empujado a la sociedad desde los modelos esclavistas antiguos y el 
modelo feudal medieval, hacia el capitalismo industrial. Según esta teoría, eventualmente llevaría también a su
colapso, cuando la clase obrera se alzara e impusiera un orden propio, a través de lo que Marx llamó la “dictadura
del proletariado”.
Dicha dictadura de la clase trabajadora sería la antesala a la construcción de una sociedad despojada de clases
sociales: la sociedad comunista, en la que finalmente se rompería el circuito de “la 
explotación del hombre por el hombre”.
Sin embargo, a lo largo del siglo XX los intentos por establecer este sistema de gobierno tuvieron resultados
funestos: represión generalizada, hambre, genocidios y otras tragedias similares, ocurridas en nombre de la
liberación y de un sistema más justo que, en teoría, siempre está por venir.
Valores burgueses y
programa burgués
La Ilustración y el enciclopedismo del siglo XVIII dieron expresión ideológica a los valores e intereses identificados
con la burguesía (el individuo, el trabajo, la innovación, el progreso, la felicidad, la libertad, la igualdad de
condiciones -resumidos en el lema revolucionario Liberté, égalité, fraternité-), lo que se sustanció en un ambicioso
programa político, social y económico que se implantó, a lo largo del siglo siguiente, en la sustitución del Antiguo
Régimen por un Nuevo Régimen donde la burguesía pasó a ser la clase dominante:12​
Estado de derecho, división de poderes, y un sistema político parlamentario y representativo basado en una 
Constitución (lo que se entiende como liberalismo político, identificado o no con otros conceptos desarrollados
posteriormente, como la democracia o el nacionalismo). Se pretende un gobierno limitado, y la mínima posible 
intervención del Estado.
Libertades civiles o públicas, que incluyen la libertad religiosa, la libertad de expresión y libertad de prensa, la 
libertad de reunión y manifestación y la libertad económica, libertad de trabajo, libre empresa o libre mercado; lo
que implicaba la no sujeción a las restricciones gremiales, permitir la iniciativa privada sin restricciones y
establecer el predominio de la propiedad privada individual sobre cualquier otra forma de posesión (lo que se
entiende como liberalismo económico).
Movilidad social, es decir, ascenso o descenso de los individuos en la escala social por razón de los méritos de su
trabajo (expresado en su éxito económico o intelectual) y no por su sangre, herencia o pertenencia a un estamento.
Dictadura del
proletariado
La dictadura del proletariado es un concepto político propio del marxismo que se refiere a un Estado en el que el 
proletariado (los obreros industriales asalariados) tiene el control del poder político en lugar de la burguesía
 (grandes propietarios capitalistas), cuyo dominio es considerado en oposición una «dictadura de la burguesía». El
término fue adoptado por los fundadores del marxismo, Karl Marx y Friedrich Engels, en el siglo XIX, tomando
como primer ejemplo a la Comuna de París. Dentro del contexto del materialismo histórico, la dictadura del
proletariado es el período de transición entre el capitalismo y el comunismo, y por tanto no representa aún el fin
del modo capitalista de producción.1​Para mantener este poder obrero dentro de una sociedad capitalista se
requeriría no solo el reemplazo del personal del Estado burgués, sino también un cambio estructural hacia una
nueva forma obrera de Estado, que posteriormente se organizaría en formas como las comunas, hasta ser abolido.


Posteriormente, Vladimir Lenin establecería que el Estado organizado por la dictadura del proletariado no solo
existiría bajo el llamado "período de transición", sino que se extendería a la primera fase del comunismo y que se
encargaría inicialmente de la dirección de la economía bajo el modo de producción "socialista".34​ ​En la
interpretación post-estalinista del marxismo-leninismo, la persistencia del Estado dentro del modo de producción
socialista se describe como un "Estado de todo el pueblo".5​En las diferentes variantes del leninismo se considera
que la dictadura del proletariado deberá formar la conciencia de clase del proletariado, dirigir al campesinado y
afrontar sus tareas necesarias, por lo que se extingue este "semi-estado proletario". Asimismo establece que la
dictadura del proletariado funcionaría a la inversa del estado burgués, reprimiendo a las clases económicamente
dominantes o explotadoras, y evitando una restauración capitalista por parte de estas.67​ ​El marxismo-leninismo
 también establece que la base y el principio supremo de la dictadura del proletariado radican en la alianza de la
clase obrera con el campesinado, bajo la dirección de la clase obrera. De igual forma aclara que en el transcurso de
la edificación del estado socialista, la base social de la dictadura del proletariado se amplía y se fortalece, esto es
para formar la unidad política, social e ideológica de la sociedad. La principal fuerza rectora y orientadora en el
sistema de la dictadura del proletariado es el destacamento avanzado y organizado de la clase obrera, que es el 
partido de los comunistas.
Karl Marx ya se refirió a una "dictadura de la clase obrera" o "dictadura de clase del proletariado" en su obra 
Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 como un "punto necesario de transición para la supresión de las
diferencias de clase en general".17​La definición más clara del papel de la dictadura del proletariado esbozada por 
Karl Marx fue hecha en su correspondencia:
La dictadura del proletariado existiría durante el período de transición revolucionaria entre el capitalismo y la 
sociedad comunista, hasta que la abolición de todas las clases sociales la vuelva innecesaria:
A la burguesía no le sirve una ideología cualquiera. La ideología burguesa
está determinada por las tareas históricas que se plantean ante esa clase.
Tiene que ser una ideología que responda a los intereses de la burguesía, que
la sirvan en su lucha por conquistar la hegemonía de la sociedad. Y que
refleje el grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. La
nueva ideología, la ideología de la clase ascendente, representa un progreso
en el conocimiento científico de la realidad objetiva.
El marxismo permite, no sólo conocer el mundo, sino transformarlo.
Hoy, los principios del marxismo-leninismo han pasado, desde hace 39 años,
por la prueba del fuego, por la prueba definitiva, por la prueba de
la práctica. Su triunfo resplandece en una extensa parte del mundo, en la que
900 millones de hombres, efectivamente libres, demuestran a todo el que
tenga ojos para ver la superioridad del socialismo.
De ahí, principalmente, la gigantesca fuerza de atracción del marxismo en
esta época, incluso entre amplios sectores no proletarios.
Fuerza de atracción de la que el ensayo del Sr. Arellano –independientemente
de las intenciones políticas del autor– es un testimonio concreto.
 La Reforma –a la que el Sr. Arellano no hace ninguna alusión, sin duda
porque no puede explicarla en el marco de las tesis que defiende– expresa las
necesidades ideológicas de la burguesía naciente, de los burgueses sometidos
a las leyes «ciegas» del mercado. La base, por ejemplo, de la doctrina
calvinista de la predestinación, la encontramos en la situación del mercader
que tan profundamente describe Shakespeare: «Podría ir a la Iglesia, y ver el
sagrado edificio de piedra, sin que me recuerde de repente esas rocas peligrosas
que con sólo tocar el costado de mi navío desperdigarían las especies entre las
olas, cubrirían mis sedas de aguas agitadas; en una palabra harían QUE LO
MUCHO QUE VALE, EN UN INSTANTE NO VALGA NADA.»
: La burguesía no solo forja su propia destrucción, sino también a su propio sepulturero: el proletariado.

: El proletariado debe reivindicar la libertad de separación política para las colonias y naciones oprimidas por "su"
nación. En caso contrario, el internacionalismo del proletariado quedará en un concepto huero y verbal; resultarán
imposibles la confianza y la solidaridad de clase entre los obreros de la nación opresora y los de la nación oprimida.

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