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EN EL CONTINENTE AMERICANO
Olvidarán entonces los principios de la ilustración, como la tan pregonada igualdad entre
los hombres, qué utilizaron para incentivar a las clases desposeídas a luchar. No olvidemos
que gracias a esta masa desposeída, Inglaterra reconoció la independencia mediante el
tratado de Versalles y se pudo establecer un país que iba en proceso de desarrollo
económico en beneficio de la burguesía.
Ahora, por el lado de la independencia de América Latina tuvo como objetivo inmediato
liberarse del control económico y político (lo que se pretendía en el fondo) que España y
Portugal ejercían en sus territorios. El objetivo se consiguió a costa del rompimiento de
la unidad administrativa de la época colonial y del nacimiento de una diversidad de
Estados que, en sus comienzos, fueron rudimentarios.
Entonces esta independencia fue un proceso político y militar que tuvo lugar entre 1808 y
1826, y que se desarrolló en casi todos los territorios americanos gobernados por España.
El resultado final fue la independencia (al mejor postor: los de descendencia hispano –
americana) de la inmensa mayoría de las posesiones coloniales españolas. Se ponía así fin
al dominio que los reyes españoles habían tenido sobre gran parte del continente
americano desde el siglo XVI. A partir 1826, solo quedaron bajo la soberanía española las
islas de Cuba y Puerto Rico.
Más allá de narrar a los supuestos héroes de independencia y de recordar las batallas de
Maipú, Carabobo, Pichincha, Ayacucho, etc. Nuestra intención es poner en claro el
objetivo al cual se quería llegar con estas corrientes libertadoras y la independencia que
se pregonaba.
Es por ello que luego de la ansiada independencia, no se logró beneficios para las clases
desposeídas como esclavos, campesinos, montoneros; ellos fueron olvidados por los
criollos quienes dirigían estas guerras y nos damos cuenta de qué esta independencia sólo
fue política, pues dependíamos económicamente ahora de la gran potencia británica,
como lo observamos en la historia del Perú, Chile, etc.
Las experiencias burguesas y sus repercusiones a nivel americano, será un bastión que
abrirá camino a la Revolución Francesa, la cual significará el ocaso de los antiguo régimen
feudal y su aparato de poder, que es justo el tema medular del presente ensayo.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
La Edad Moderna tiene sus inicios, según la historia tradicional, en 1453 con la caída de
Roma de Oriente, mientras que su ocaso en el siglo XVIII con la llamada Revolución
Francesa (1789). Este último es un proceso transcendental, ya que permitió la renovación
de las esferas del poder dejadas por el Antiguo Régimen a nivel social (alzamiento de la
burguesía como clase social dirigente en el gobierno de los Estados), a nivel económico (el
agro deja de ser el principal medio de abastecimiento dando paso, a la producción
industrial promovida desde las ciudades por la burguesía, comercias y artesanos), a nivel
político (la construcción de un marco legal en defensa de los supuestos derechos de
igualdad- muy enarbolados por la burguesía por aquel entonces) y a nivel cultural
(nacimiento de una ideología burguesa que permitirá la concientización de la burguesía) .
Es en este contexto, es donde se presentan una serie de eventos y fenómenos que a la
larga caracterizarán este periodo de la historia del Viejo Continente, Europa.
No cabe duda que ascensión de la burguesía, era latente desde la aparición de los
primeros talleres artesanales en los burgos y más, aun con la presencia del absolutismo
donde la burguesía se alía con los grupos del poder (por ejemplo, la nobleza o, como fue el
caso francés, con el príncipe). Este fenómeno, como se ha mencionado no fue ajeno a
Francia, ya que la crisis del feudalismo se vio agudizada por la crisis agrícola, lo que
conduciría a que la burguesía generase las condiciones para un revolución estructural en
el territorio francés. Esta clase social, cabe, mencionar, es la que conducirá las masas del
tercer estado francés (burguesía, artesanos y campesinos) para tal fin. Todo esto, no se
valla a tergiversar, que fuera “productos privados” del sector burgués, sino que fue de sus
principal inventiva, en consecuencia se ha ganado la etiqueta de revolución burguesa a
este proceso.
Sin lugar a dudas, el agro fue la principal actividad económica que mantuvo a las familias
más pomposas, adineras y desposeídas de la Edad Media y Edad Moderna. Las ideas
nacidas en la cuna inglesa bajo su experiencia industrial, trajo consigo una fuerte
influencia en el continente Europeo, sobre todo el occidental, por lo cual se encamino al
Estado francés a una vía a la industrialización, que se vio limitada por el monarca y la
nobleza (antiguo régimen). Ante tal suceso, la burguesía, tenía la necesidad de hacerse del
poder para cumplir con las consignas de “progreso”. Este, como se habrá podido apreciar,
es un factor que desencadenó la revolución, más aun si se la burguesía para tal propósito
se acoge de la actividad comercial e industrial, de manera descollante, que se realizaban
en las ciudades. Las ciudades serán desde aquel momento y, de manera definitiva, en el
principal centro de producción y abastecimiento del mundo europeo.
Para acabar con el poderío de la nobleza y el monarca, el sector burgués tendrá que
desestimar con el conjunto ideológico a nivel jurídico que expresaba una férrea y
hermética defensa a éstos. Aquí podemos apreciar, aquellas conjeturas que defienden la
divinidad de los monarcas bien difundidos por Thomas Hobbes y otros. En este sentido, el
pueblo y la burguesía, aprovecharon de manera oportuna la coyuntura de crisis vivida
para someter a la nobleza y el monarca, es decir- lo que es el fondo- acabar con el
régimen económico – político de configurado por éstos. La creación de la Declaración de
los Derechos del Hombre y Ciudadano amparados bajo los principios de libertad, igual y
fraternidad será una evidencia de sus intenciones, que luego se verá recensionada por la
restauración absolutista en Europa.
En líneas generales, se puede concluir que dentro del proceso de revoluciones burguesas
(se enfrentaran a los intentos de restauraciones absolutistas y las nuevas contradicciones
entre la burguesía y pequeñas burguesía desposeída y los trabajadores), es este es un
peldaño importante que tiene como consecuencia principal la caída del sistema feudal y
de sus sectores que le sostenían como producto de la asimilación de la experiencias
burguesas (Revolución industrial inglesa, la Ilustración y de la Independencia de las Trece
Colonias) y que trajo consigo la liberación política del estamento desposeído y/o del
pueblo, que es un hecho histórico que merece relevancia, la cual se manifestará de
manera fecunda en las revoluciones burguesas de 1830 y 1848.
Una vez más la gran burguesía consiguió defender sus intereses a costa de la manipulación
del pueblo, pero no será duradero, ya que nuevamente en 1848 nuevos aires de
revolución asolaran a Europa, siguiendo con el caso francés, para estos tiempos la crisis, el
desempleo masivo, el descontento social, la baja de salarios y la corrupción afectó al
gobierno del “rey burgués” (Luis Felipe); a pesar de ello, el desarrollo agrícola y la
industrialización que avanza en Francia solo beneficiaba a un parte de la sociedad: la gran
burguesía.
Siguiendo con las luchas en Francia de 1848 y las medidas represivas tomadas por Luis
Felipe, el pueblo se levanta barricadas y logran derrotar al gobierno del “rey burgués”.
Nuevamente el pueblo entra en descontento, y es visible las pugnas por el control del
poder entre la pequeña burguesía y la gran burguesía, ésta ultima quería seguir
manteniendo el dominio absoluto, pero un sector de las masas (los obreros y
trabajadores) se radicalizan producto de las influencias ideológicas ejercidas por los
anarquistas y socialistas, que buscaban instaurar mejores condiciones de vida para la
clase trabajadora y acabar con la explotación y miseria que se vivía en aquellas épocas
producto del Industrialismo.
La gran burguesía entra en temor al ver que no puede controlarlos. Así al final los
burgueses le acaban entregando el poder a un dictador, Luis Napoleón III, que al final se
proclama emperador de Francia, el cual le asegurará un gobierno estable y fuerte.