Está en la página 1de 26

Propuesta de un modelo de co-gestión para

Enero/junio 2014
los Pequeños Abastos Comunitarios de Agua
en Colombia
Andrea Bernal, Luis Rivas y Pilar Peña*

Perfiles Latinoamericanos 43
Resumen
Este artículo recopila la evolución conceptual de la gestión comunitaria a partir de dife-
rentes perspectivas: capital social, bienes comunes y co- gestión o gestión colaborativa
y presenta las principales estrategias de co-gestión aplicadas al abastecimiento de agua:
el modelo de desarrollo local conducido por la comunidad y la localidad o LCDD y el
modelo consensuado de suministro o Triple S. Con este sustento teórico, se propone
un modelo conceptual de co-gestión para pequeños abastos comunitarios de agua en
Colombia, modelo de enfoque territorial y funcional que incorpora diferentes niveles 159
de gobernanza (comunitario/local, regional y nacional) con funciones articuladas en
espacios anidados, para garantizar el acceso al agua potable en comunidades rurales.

Abstract
This paper reviews the conceptual evolution of Community Based Monitoring (CBM)
from different approaches : social capital, common pool resources and co-management
or collaborative management, and presents the main co-management strategies applied
to water supply at small scale: local and community driven development (LCDD) and
sustainable services at scale (SSS). Supported by this theoretical background, and in or-
der to improve access to drinking water in rural communities in Colombia, the authors
propose a co-management model for small and community water supplies.

Palabras clave: pequeños abastecimientos de agua, gestión comunitaria del agua, bienes
comunes, co-gestión, gobernanza del agua, gestión colaborativa, modelos de co-gestión.
Key words: Small Community Water Supply (SCWS), Community-Based Management
(CBM), Common–Pool Resources (CPR), Local and Community Driven Development
(LCDD), multi-level governance.
* Andrea Bernal es maestra en Dirección y Gerencia de Empresas, candidata a doctora en Cien-
cias Administrativas en la Escuela Superior de Administracion (ESCA) Santo Tomás del Ins-
tituto Politécnico Nacional de México (IPN). Ha sido docente de la Universidad del Rosario
en Bogotá, Colombia y Consultora del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en temas de
abastecimiento rural de agua y saneamiento. Actualmente realiza estudios en desarrollo sos-
tenible en la Universidad de Exeter, Reino Unido.
Luis Rivas es doctor en Ciencias Administrativas y en Estudios Europeos. Es catedrático de la
ESCA Santo Tomás del IPN e Investigador Nacional.
Pilar Peña es Doctora en Ciencias Administrativas, catedrática de la ESCA Santo Tomás del
IPN e Investigadora Nacional.
Introducción
articulos

L a gestión comunitaria es una de las formas tradicionales de adminis-


tración de los recursos naturales en comunidades indígenas y campesinas
(Palerm y Martínez, 2009) siendo parte de la identidad socio-cultural de
muchos pueblos aún observable en áreas rurales y periurbanas de los paí-
Perfiles Latinoamericanos 43

ses en desarrollo (Boelens, 2002). Los pequeños abastos comunitarios de


agua o “Small Community Water Supplies (SCWS)”, también llamados
“acueductos comunitarios” en Colombia, o “Juntas de Agua” en Perú,
u “Organizaciones Comunitarias de Servicios de Agua y Saneamiento
(OCSAS) ” son sistemas de abasto de agua para consumo humano construi-
dos y operados por las propias comunidades, mediante una organización
participativa y con una concepción colectiva de la propiedad. Se estima
que existen 80,000 de estas organizaciones en Latinoamérica, surtiendo
160 agua para más de cuarenta millones de personas (AVINA, 2011: 24). En
Colombia, más de 12,000 organizaciones comunitarias abastecen de agua
aproximadamente a siete millones de personas (Rojas, Tamayo y García,
2011) y son una forma autorizada para la prestación de los servicios básicos
de agua y saneamiento. Pese a ello, aún no se ha desplegado una política
pública o un modelo de gestión a nivel nacional.
La gestión comunitaria ha sido objeto de análisis teórico sólo en las cua-
tro últimas décadas (Binswanger-Mkhize, De Regt y Spector, 2009). En los
años 70 se inició la observación de la gestión comunitaria como fenómeno
rural. En los 80, bajo el enfoque del capital social (iniciativa auspiciada por
el Banco Mundial) la gestión comunitaria fue promovida como un escena-
rio de fortalecimiento del tejido social (Feldman y Assaf, 1999), tendencia
que continúa siendo aplicada en los enfoques de empoderamiento. En los
90, a partir de la teoría de los bienes comunes se cuestiona el arquetipo de
la economía clásica sustentado en la interacción individuo–sociedad–es-
tado en un ambiente competitivo, para presentar nuevas alternativas de
gobernanza apoyadas en el reconocimiento de la comunidad como co-
lectividad colaborativa y en la posibilidad de la interacción humana bajo
reglas de cooperación (Ostrom, 1990). Desde mediados de los años 90, la
gestión colaborativa o co-gestión recupera el valor de la interacción entre
los actores o stakeholders en el que los individuos (como expresión de la
iniciativa individual), las comunidades (como expresión de la acción colec-
tiva), los gobiernos locales, regionales y nacionales y otras organizaciones
de la sociedad civil toman parte, colaborando en estructuras participativas

Bernal, Rivas y Peña


(Carlsson y Berkes, 2005).
Los pequeños abastos comunitarios de agua u OCSAS, son esenciales
para satisfacer las necesidades alimentarias y sanitarias de la población
rural en Latinoamérica y representan una oportunidad para empoderar
a las comunidades y facilitar el desarrollo local (Bernal, 2011). También
es deseable que los gobiernos nacionales y locales apoyen la gestión co-

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión
munitaria desde los diferentes niveles de gobierno, contribuyendo así a la
sostenibilidad de los recursos hídricos y al cierre de la brecha en el acceso

de Agua en Colombia
al agua potable y al saneamiento en áreas rurales (WHO y UNICEF, 2012).
Sin embargo, los países en desarrollo apenas han iniciado la formulación
de estrategias específicas para la gestión comunitaria del agua y el sanea-
miento (Lockwood y Smits, 2011) que requieren estar alineadas con las
condiciones del contexto local.
A continuación se describirán los diferentes enfoques conceptuales de la
gestión comunitaria, para describir los modelos conceptuales de co-gestión
que están siendo empleados para el abastecimiento del agua, establecien- 161
do sus variables para proponer un modelo conceptual que nos lleve a una
estrategia de apoyo a los acueductos comunitarios en Colombia.

Marco conceptual de la gestión comunitaria

Si bien las relaciones jurídicas y económicas del mundo occidental se fundan


en la dicotomía individuo – Estado, las personas continúan alimentando
fuertes relaciones en su comunidad, entendida como grupo de individuos
que comparten intereses o expectativas. Para el manejo de los recursos na-
turales, la comunidad incorpora dimensiones socio-ambientales, como el
territorio y la cultura que surgen de una construcción histórica colectiva.
Para el abasto de agua dirigido al consumo humano, la comunidad además
requiere el apoyo del Estado como garante de la provisión de servicios pú-
blicos y es imprescindible la colaboración de individuos y empresas como
agentes económicos y ambientales en el aprovechamiento y disposición de
los recursos hídricos. Por ello, la gestión del agua por cuenta de las comu-
nidades implica relaciones entre múltiples actores o stakeholders condi-
cionadas por las reglas del gobierno nacional, regional y local.
En este contexto, la gestión comunitaria es una respuesta espontánea
y de acción colectiva para satisfacer las necesidades de abastecimiento de
agua en una localidad, y puede entenderse como un modelo de gestión
autónomo bajo el cual una comunidad se organiza y establece sus propias
reglas para el aprovechamiento del recurso (Lockwood, 2002). Por otra
articulos

parte, la co-gestión o gestión colaborativa, es un modelo de gestión hete-


rónomo en el que interviene el Estado desde el gobierno central y local, el
sector privado, las comunidades y la sociedad civil (The World Bank, 1999).
Así la diferencia entre la gestión comunitaria y la co-gestión radica en el
número y naturaleza de los actores o involucrados clave. La co-gestión es
una forma más compleja de gestión que involucra la colaboración de múl-
Perfiles Latinoamericanos 43

tiples sectores y requiere un ejercicio participativo para llegar a consen-


sos. En la co-gestión se observan también niveles intermedios de gobierno
como las organizaciones no gubernamentales -ONG’s, las asociaciones de
organizaciones de base comunitaria, organizaciones privadas (Andersson
y Ostrom, 2008)- que fortalecen la gestión comunitaria y el desarrollo local.

La importancia del capital social en la gestión comunitaria


162 La primera definición de capital social fue propuesta por Bourdieu (1986:
51) para referirse a “…el agregado de los recursos actuales y potenciales
que están vinculados con la posesión de una red durable de relaciones más
o menos institucionalizadas de mutuo reconocimiento – en otras palabras,
la participación en un grupo- que provee a cada uno de sus miembros con
el retorno de capital obtenido colectivamente…” Así, la composición tra-
dicional del capital natural, el capital producido y el capital humano fue
ampliada para incluir al capital social, que se refiere a la coherencia interna
y cultural de la sociedad, a las normas y valores que gobiernan las interac-
ciones entre las personas y a las instituciones a las cuales estas personas
están vinculadas. Feldman y Assaf (1999) recopilaron los antecedentes
conceptuales del capital social y un acervo de la evidencia empírica de
estudios de caso previos a 1999, demostrando la enorme influencia de la
acción social conjunta sobre los recursos naturales.
El rol de la comunidad para el fortalecimiento del tejido social ha sido
defendido ampliamente por un gran número de autores: Etzioni (1993)
alerta sobre la pérdida de valores civiles en la sociedad americana y exalta
el movimiento comunitario desde una perspectiva moral y social. Putnam
(1993) sugiere que el capital social puede ayudar a tender puentes entre di-
visiones ideológicas y ayuda a fortalecer el consenso sobre la importancia
del empoderamiento. Woolcock (1998) argumenta que pueden identificarse
dos clases de capital social: el nivel micro que surge del emprendimiento
étnico y se sostiene mediante las relaciones entre diferentes comunidades
y el nivel macro o institucionalismo comparativo que se refiere a la ca-
pacidad y credibilidad institucional y se fortalece tras la participación en

Bernal, Rivas y Peña


organizaciones más amplias. Grootaert (1998) retoma la discusión sobre
la estructura del capital social en el nivel micro y el nivel macro y afirma
que …“las asociaciones e instituciones proveen una estructura informal
para organizar el intercambio de información, la coordinación de activi-
dades y la toma de decisiones en la acción colectiva” (citado en Feldman
y Assaf, 1999: 78).

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión
La evidencia empírica sobre la gestión comunitaria, sustenta la pro-
puesta conceptual del capital social. Narayan y Pritchett (1997) observa-

de Agua en Colombia
ron las características de la actividad asociativa en comunidades rurales
de Tanzania, en particular los enlaces entre los individuos en asociaciones
voluntarias sumados a las normas cívicas y sociales, como constructores de
confianza y de capital social. A partir de estas variables crearon un índice
de la vida asociativa en las comunidades rurales, y después compararon
este índice con el nivel de ingreso familiar en cada comunidad. La investi-
gación concluyó en que para catalogar el capital social como tal, éste debe
incrementar el ingreso de las familias, identificando canales a través de 163
los cuales el capital social incide en el ingreso (esto puede verse reflejado
en los servicios públicos mejorados, el uso creciente de conocimientos y
tecnologías modernas en la agricultura, mayor actividad comunitaria y uso
extendido del crédito en agricultura) (Feldman y Assaf, 1999: 26).
El capital social interpreta a la gestión comunitaria como un retorno a
formas tradicionales de organización social, centradas en las comunidades
como espacios de interacción social con impacto en el bienestar individual.
Sin embargo, esta apreciación no se aparta de los paradigmas de la eco-
nomía clásica de explotación de los recursos naturales y aprovechamiento
egoísta del entorno, entendiendo a la comunidad como un vehículo para
la satisfacción de las necesidades individuales. Por otra parte, el recono-
cimiento de los valores comunitarios desde la perspectiva conceptual y
empírica constituye un llamado a la promoción de la gestión comunitaria
como escenario para el desarrollo, y por ello numerosas estrategias de ac-
ceso al agua se han enfocado en el fortalecimiento de capacidades de la
comunidad para la gestión local y el estímulo a la participación colectiva.
Pese a la importancia de la comunidad como escenario para la cohesión
social, su comprensión como fenómeno espacial o social es aún limitada. La
literatura se refiere indistintamente a las comunidades locales, a los usua-
rios del recurso, a los residentes locales o a la sociedad civil, sin aclarar las
diferencias entre estos conceptos. Así no resulta claro que la comunidad
es un actor con identidad propia y una voz común, que surge de la acción
colectiva como un proceso complejo de decisión. De hecho, las comunida-
des son sistemas complejos que no pueden ser caracterizadas de manera
articulos

unitaria. Además de las diferencias étnicas, culturales, económicas y socia-


les, las comunidades están en constante cambio y deben ser interpretadas
como unidades sociopolíticas multidimensionales (Berkes, 2009). Si bien
las aproximaciones antropológica, histórica y social son determinantes
para el desarrollo comunitario, desde la perspectiva de las ciencias de la
administración es importante establecer las particularidades de la comu-
Perfiles Latinoamericanos 43

nidad en su dimensión organizacional (relaciones y toma de decisiones),


participativa (influencia en la toma de decisiones) y de gestión (manejo de
las iniciativas comunes) (Awortwi, 2012) con el fin de establecer las nece-
sidades de desarrollo de capacidades.

La gestión comunitaria vista desde la teoría de los bienes comunes

Ostrom (1990), describe los tres modelos más usados para explicar las re-
164 laciones económicas entre los individuos y los recursos naturales. El resu-
men de la crítica a estos modelos puede leerse a continuación:

“El primero de ellos (los modelos) es conocido como “la tragedia de los comu-
nes” el cual se refiere a la degradación del medio ambiente que puede ocurrir
cuando muchos individuos usan en común un recurso escaso. El segundo es
conocido como el “dilema del prisionero” y se caracteriza porque cada juga-
dor selecciona su estrategia individual más favorable. El tercer modelo es la
“lógica de la acción colectiva” , y se enfoca en que los individuos persiguen
sus beneficios compartidos más que su bienestar individual. Estos modelos,
siguen el supuesto de que los individuos no cooperarán sino para alcanzar los
beneficios colectivos, y parecen atrapados en situaciones estáticas sin la habi-
lidad de cambiar las reglas afectando sus incentivos” (Ostrom, 1990, citado en
Feldman y Assaf, 1999: 29).

A partir de los cuestionamientos a estos paradigmas, Ostrom (1990)


afirma que los individuos están dispuestos a manejar los recursos naturales
colectivamente, comprometiéndose en una estrategia cooperativa que ellos
mismos diseñan, con fundamento en sus capacidades de autorregulación,
autogestión y en el reconocimiento de diferentes niveles de gobernanza.
Así las comunidades configuran grupos con autoridad de decisión sobre la
gestión de un recurso, coordinan los aportes necesarios y sancionan a quie-
nes no contribuyen y estructuran su nivel de gobierno, formal o informal.
La teoría de los recursos de uso común cuenta hoy con un modelo con-

Bernal, Rivas y Peña


ceptual para la comprensión de los sistemas socio-ecológicos complejos
(social-ecological-systems - SES) (ver figura 1), que interpreta la gestión
de los recursos naturales como un conjunto de sistemas y subsistemas que
permite la interdependencia entre los ecosistemas y los aspectos sociales,
económicos y políticos que los gobiernan (Ostrom, 2009).

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión
Figura 1. Los principales subsistemas en una estructura para analizar sistemas

de Agua en Colombia
socio-ecológicos (SES)
(S) ASPECTOS SOCIALES, ECONOMICOS Y POLITICOS

(RS) (GS)
Sistema de Sistemas de
Recursos Gobierno

165
(RU)
(U)
Unidades de (I) INTERACCIONES
Usuarios
Recursos

(O) RESULTADOS

(ECO) ECOSISTEMAS RELACIONADOS

Fuente: Ostrom, 2009: 420

Los aportes de la teoría de los bienes comunes a la gestión comunitaria


pueden leerse como una ruptura del paradigma de gobernanza sustentado
en la dicotomía Estado – individuo.
En principio, la gobernanza de los bienes comunes destaca el valor de
la acción colectiva y el rol de la comunidad como escenario para el ejercicio
de los derechos civiles. La dicotomía entre los bienes públicos y los bienes
privados hoy se cuestiona a partir de la teoría de los recursos de uso co-
mún o RUC, también llamados commons o bienes comunes (common-pool
resources o CPR por sus siglas en inglés). Hess (2008: 32) explica la dife-
rencia entre un bien común y un bien público, en los siguientes términos .

“(...) un bien común es un recurso compartido por un grupo donde el recurso


es vulnerable al cercamiento, a la sobreexplotación y a los dilemas sociales. A
diferencia de un bien público, este requiere administración y protección en or-
articulos

den a su sostenibilidad”

Boilier (2008: 38) anota además que

“(...) El meollo de llamar común a un recurso compartido, es destacar que el


recurso pertenece a la gente, no al gobierno, y por lo tanto debe servir a propó-
Perfiles Latinoamericanos 43

sitos más amplios que los que ofrece el mercado. Cuando se considera que un
recurso es propiedad del gobierno, su vínculo legal y moral con la ciudadanía
empieza a diluirse. Los bienes comunes ponen de relieve los derechos preceden-
tes de los comuneros y de todo tipo de comunidades por encima del gobierno”

Estas reflexiones, reconocen en comunidad una identidad propia y los


atributos para el ejercicio de los derechos de acceso a los recursos naturales,
permitiendo la construcción de arreglos institucionales entre stakeholders.
En segundo lugar, la teoría de los bienes comunes aclara que los atri-
166 butos de autorregulación y autogestión propios de las comunidades se
manifiestan a través de las reglas constitutivas y las reglas de elección co-
lectiva que son la expresión de los arreglos institucionales entre los diver-
sos stakeholders, mientras que las reglas operacionales se desprenden de
éstas, permitiendo la gestión cotidiana del recurso natural (Ostrom, 1990,
citado en Berkes, 2009). Sin embargo, en la práctica es difícil establecer una
división entre las reglas formales y su interpretación. Este debate sobre el
pluralismo legal implícito en la gobernanza multinivel, alimenta la idea de
que los modelos de gestión son un nivel de implementación de unas cate-
gorías funcionales (reglas constitucionales y reglas de elección colectiva)
precedentes, en un nivel más operativo (reglas operacionales) sin perder
su naturaleza normativa (Boelens y Zwarzteen, 2004).
En tercer lugar, la gobernanza de los bienes comunes implica también
la gestión descentralizada. Andersson y Ostrom (2008) presentan un mar-
co ampliado de gobernanza descentralizada y armonizada en diferentes
niveles y con diferentes actores en un entorno participativo, involucrando
nuevas instancias multinivel para facilitar la interacción entre los usuarios
y el gobierno local y central, rol que cumplen unos niveles intermedios
de gobernanza que pueden ser las asociaciones de usuarios y las ONG´s
(figura 2).
En cuarto lugar, la teoría de los RUC también recupera los valores co-
lectivos (cooperación, altruismo, identidad) que reposan en la motivación
para la acción colectiva más allá de la satisfacción del interés individual. A
manera de ejemplo, en la construcción de pequeños abastos comunitarios
Figura 2. Modelo conceptual de la gobernanza descentralizada desde una

Bernal, Rivas y Peña


perspectiva policéntrica
Cortes

Gobierno
Central

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión

de Agua en Colombia
ONG´S
Gobierno Gobierno
Local Local

Grupo de Usuarios Grupo de Usuarios Grupo de Usuarios


Locales Locales Locales
167

Usuarios Usuarios Usuarios Usuarios Usuarios Usuarios

Fuente: Andersson y Ostrom, 2008 : 73

de agua, aún es posible observar arreglos institucionales ancestrales co-


mo la minga o el convite, comunes en Colombia o Ecuador, que son jor-
nadas de trabajo colectivo en la que toda la comunidad participa, sin
que exista una compensación material por dicho trabajo. Los hombres
excavan el paso de las tuberías, las mujeres preparan la comida y los ni-
ños ayudan con cargas livianas o llevando mensajes (Quintana, 2007).
En estas actividades, puede percibirse cómo los bienes comunes hacen
parte de los procesos de creación de valor en el seno de la comunidad y
contribuyen a la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas.

La gestión comunitaria vista desde la gestión colaborativa o co-gestión.

La evolución del concepto de gestión colaborativa o co-gestión, obedece


a la necesidad de un modelo que permita la interacción eficiente de los
actores o agentes encargados del manejo de un recurso determinado. El
Banco Mundial (1999) definió inicialmente a la co-gestión como el com-
partir responsabilidades, derechos y deberes entre los actores primarios
definidos como : (i) gobierno central; (ii) gobierno local; (iii) sector comer-
articulos

cial y privado y; (iv) sociedad civil o comunidades locales. Posteriormente


se identifica a la co-gestión como una estrategia de gobernabilidad de los
recursos naturales en los siguientes términos:
La co-gestión puede ser entendida como una situación en la cual dos
o más actores sociales negocian, definen y garantizan entre sí un reparto
limpio y de las funciones de gestión, titularidad de derechos y respon-
Perfiles Latinoamericanos 43

sabilidades para un territorio dado, área o grupo de recursos naturales


(Borrini-Feyerabend et al., 2000: 1)
Esta definición es optimista pues a pesar de que la co-gestión se defi-
na como un “reparto limpio” no siempre se llega a un reparto equitativo
de poder. De hecho, la co-gestión puede desembocar en una negociación
desfavorable para los más débiles en la que la toma de decisiones es im-
puesta por uno de los actores. Un modelo de co-gestión tampoco alcanza a
establecer la titularidad de derechos, que usualmente responden a repartos
de poder que van más alla de la gestión compartida de un determinado
168 recurso. Por otra parte, la co-gestión se expresa a través de acuerdos o de-
cisiones que pueden ir desde compartir información hasta establecer con
detalle los repartos y la administración de un recurso determinado.
Carlsson y Berkes (2005) desarrollaron una imagen para describir las
interacciones entre los agentes involucrados en la co-gestión, como se
muestra en la figura 3:

Figura 3. Ejemplo de una red de co-gestión (Carlsson y Berkes 2005)

Compañías y otros
actores privados

Organizaciones No
B
Fuente: Carlsson y Berkes, 2005: 69

Gubernamentales,
organizaciones mixtas, etc
E
A F
Otras
comunidades C
D

Comunidad de usuarios del recurso


Este modelo representa los elementos esenciales de la co-gestión que

Bernal, Rivas y Peña


surgen de su evolución conceptual: i) Diferentes niveles de gobierno; ii)
diferentes actores involucrados, iii) diferentes relaciones establecidas en-
tre los actores y los niveles de gobierno. Esto configura una estructura
sistémica - dinámica a partir de las interacciones entre las funciones y los
roles de los actores. Así los diferentes niveles de gobierno se explican por

para los Pequeños Abastos Comunitarios


la representación de las jerarquías de poder en el Estado, que a su vez co-

Propuesta de un modelo de co-gestión


rresponden al ámbito de influencia-poder de cada uno de los actores, los
diferentes actores están emparejados uno con otro (al involucrar al Estado,

de Agua en Colombia
los usuarios locales del recurso, los actores comerciales, las organizaciones
no gubernamentales y otro amplio rango de actores públicos y privados)
y los problemas entre los diferentes niveles de gobierno y los diferentes
actores se resuelven a través de alianzas (Carlsson y Berkes, 2005:69).
En todo caso, las complejas relaciones entre los actores no están exen-
tas de dificultades (Leach, Mearns y Scoones, 1999 ; Eikeset et al, 2011).
En primer lugar, los gobiernos nacionales y locales están conformados a
su vez por múltiples agencias o dependencias con funciones reglamenta- 169
das, pero que se entrecruzan y confunden al ser aplicadas en la práctica.
Por otra parte, bajo el poder-influencia de los representantes del Estado
se configuran acuerdos o conexiones colaborativas que no necesariamente
obedecen a una disposición legal. Por ejemplo, una norma nacional puede
establecer los requerimientos mínimos para el control del agua potable,
pero el control termina realizándose según los recursos y acuerdos pre-
sentes en la localidad. En segundo lugar, los actores privados (propieta-
rios de tierras, de fuentes de financiamiento, de recursos y de medios de
producción) pueden tener un interés individual (como la propiedad sobre
un terreno) y simultáneamente un interés que comparte con la comunidad
(como el abastecimiento de agua para su terreno) que pueden ser fuente
de conflicto. En tercer lugar, el comportamiento de las comunidades fren-
te a escenarios de toma de decisiones es altamente impredecible. Algunas
comunidades eligen manifestarse como una sola voz a pesar de las dife-
rencias de intereses al interior de la comunidad, mientras otras se carac-
terizan por la falta de cohesión y la exposición de sus diferencias internas
(Carlsson y Berkes, 2005).
Como se observa, un modelo de co-gestión es más complejo que uno
de gestión comunitaria, pues involucra un mayor número de actores y
depende de factores exógenos que determinan la toma de decisiones para
los acuerdos colaborativos (la legitimidad de los actores para intervenir en
el sistema, los derechos de propiedad, los apoyos institucionales, (Berkes,
2009). Para los recursos naturales, el mismo ecosistema interviene como
articulos

un entorno impredecible y no lineal que altera las condiciones de gestión.

Modelos de co-gestión aplicados al manejo del agua

La revisión conceptual precedente establece los tres elementos esenciales


Perfiles Latinoamericanos 43

de la co-gestión: i) los actores o stakeholders involucrados ; ii) las funcio-


nes o responsabilidades asignadas a los actores y ; iii) el territorio o recurso
natural en el que se aplica esta estrategia. En esta estructura, los arreglos
institucionales resultantes son el resultado de los equilibrios de poder al-
canzados y las funciones deben ser operacionalizadas para el ejercicio de la
gestión. Por otra parte, las debilidades de las comunidades para el abaste-
cimiento de agua potable (Moriarty y Verdemato, 2010 ; Dobbin, 2013) y la
necesidad de apoyo externo para garantizar la gestión apropiada del vital
recurso (Lockwood, 2002) invitan a la exploración de la co-gestión como
170 estrategia de política pública para el acceso al agua y al saneamiento, dado
su énfasis en la participación de actores clave desde diferentes niveles de
gobierno y desde distintos sectores de la sociedad. A continuación se pre-
sentan los modelos de co-gestión documentados en la literatura, descritos
en términos de su estructura y sus funciones asociadas.

Modelo del Desarrollo Conducido por la Localidad y la Comunidad


(LCDD)

Inicialmente, la gestión comunitaria, también conocida como Community


Based Management (CBM por sus siglas en inglés) fue estudiada como alter-
nativa de gestión autónoma, identificándose como “Desarrollo Conducido
por la Comunidad” o
Community Driven Development (CDD por sus siglas en inglés)
(Lockwood, 2002). Posteriormente, Binswanger-Mkhize y De Regt (2010)
presentan la estrategia de “Desarrollo Conducido por la Localidad y la
Comunidad” o Local Community Driven Development (LCDD por sus
siglas en inglés), bajo una estructura tripartita en la que la co-gestión se
asume en conjunto por los stakeholders sectoriales, por el gobierno descen-
tralizado y por la comunidad (figura 4).
Figura 4. Elementos del Desarrollo Conducido por la Localidad y la Comunidad

Bernal, Rivas y Peña


– LCDD
R E S U LTA D O S E S P E R A D O S

Enlace con Mejoramiento


Participación real los grupos de la rendición Validez Técnica Sostenibilidad
de interés de cuentas

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión
Sectorial Comunitario
(capacidad técnica)

de Agua en Colombia
(empoderamiento y
recursos propios)
Nacional Local
(políticas públicas y (prestación del
funciones de soporte) servicio)
Descentralizado
(autonomía formal y
rendición de cuentas)

Empoderamiento Empoderamiento Mejorar la


de las del gobierno
Realinear el
centro
rendición de
Construir
capacidad 171
comunidades local cuentas

P I L A R E S PA R A E L E X I TO
Fuente: Binswanger-Mkhize et. al. 2010: 6. Traducción y figura de Bernal (2011).

El modelo LCDD responde a las necesidades de concertación y coordi-


nación de las acciones del estado y de los particulares sobre los recursos
naturales en el ámbito local, y facilita el desarrollo de modelos de gestión
con un enfoque territorial y funcional, bajo las premisas del empodera-
miento de las comunidades, el empoderamiento del gobierno local, la
descentralización (realinear el centro), la rendición de cuentas y la cons-
trucción de capacidad.
De hecho el estudio y la implementación de modelos de co-gestión pa-
ra el manejo del agua están apoyados por el Programa de Seguridad del
Agua (Water Safety Program) bajo diferentes iniciativas de alcance local,
regional y nacional como son el “Proyecto para el Mejoramiento Global del
Saneamiento” (figura 5) en India, Indonesia y Tanzania, y en el Modelo de
Saneamiento Básico integral SABA (figura 6), adelantado en ocho regiones
de Perú. Estos proyectos de alcance nacional han demostrado un impacto
positivo en los indicadores de abastecimiento de agua en la última década
en los países de su implementación según múltiples publicaciones (Water
Safety Program, 2013) pero su eficiencia como modelo de gestión y como
alternativa de gobernanza en el largo plazo aún está por evaluarse, pues
los proyectos mencionados aún siguen siendo acompañados por un agente
articulos

externo (ONG o agencias de cooperación) y los Estados beneficiarios aún


no ofrecen estabilidad institucional y económica suficiente para garantizar
la sostenibilidad de estas estrategias.

Figura 5. El rol y las funciones del gobierno local en el Proyecto para el


Mejoramiento Global del Saneamiento
Perfiles Latinoamericanos 43

Estrategia y
planeación

Apoyo y
Coordinación
promoción

Gobierno Construcción
Regulación
Local de capacidad

Monitoreo y
Supervisión
evaluación
172
Recursos

Talento Espacio y
Financiamiento
Humano equipos

Fuente: Adaptado de Rosensweig y Kopitopoulos, 2010: 4

Figura 6. Modelo conceptual para la Gestión de Servicios de Saneamiento


PROPILAS –SABA

Fuente: COSUDE, CARE, WSP y Gob. Regional de Cajamarca, 2011: 12.


Modelos Consensuados de Servicios de Suministro

Bernal, Rivas y Peña


La propuesta “Triple S” (Lockwood y Smits, 2011) indica que la prestación
de servicios de agua y saneamiento mediante la gestión comunitaria requie-
re de la creación de un ambiente propicio que facilite la asignación de roles
y funciones de cada uno de los niveles de gobierno frente al abastecimiento

para los Pequeños Abastos Comunitarios


del agua. Para ello propone los “Modelos Consensuados de Servicios de

Propuesta de un modelo de co-gestión


Suministro” (Sustainable Services at Scale o Triple S) que son acuerdos en-

de Agua en Colombia
tre diferentes niveles de gobierno para la prestación del servicio bajo un
enfoque de suministro del servicio a los usuarios siendo la infraestructura
y los sistemas medios para proporcionarlo.
Una propuesta nacional construida a la manera de Triple S se debe ajus-
tar por las políticas existentes de un país y por el marco legal que define: i)
normas y estándares para el suministro rural del agua; ii) roles, derechos
y responsabilidades; y iii) mecanismos de financiamiento. También asigna
roles a cada uno de los niveles de gobernanza o niveles de descentraliza-
ción (figura 7):
173

Figura 7. Modelo para la entrega del servicio de Lockwood y Smits, 2011


Ambiente propicio: políticas, marcos institucionales y legales, planeación de Nivel nacional o
inversiones de gran escala, aprendizaje e innovación estadual

Funciones de la autoridad de servicios: planeación, contratación, monitoreo,


Gobierno Local
apoyo posconstrucción y aprendizaje

Proveedores de servicios: operaciones cotidianas, administración y


mantenimiento Nivel comunitario o
del sistema de
Gestión Operadores del Operadores del Auto-
abastecimiento
comunitaria sector público sector privado abastecimiento

Modelo de Modelo de Modelo de Modelo de


entrega del entrega del entrega del entrega del
servicio servicio servicio servicio
Fuente: Lockwood y Smits, 2011: 22. Traducción de los autores.

Análisis comparado de los modelos de co-gestión aplicados al


abastecimiento de agua potable

Los modelos presentados coinciden al señalar que el desarrollo de un mo-


delo nacional, regional o local depende del marco legal y de las políticas
públicas que definen las condiciones de prestación del servicio, enfati-
zando en la necesidad de multiples niveles de gobierno. A partir de estas
articulos

consideraciones, cada modelo presenta una estructura que determina la


posición de los diferentes actores o stakeholders en el escenario local, frente
a diferentes problemáticas ambientales, sociales y económicas.
La definición de las funciones necesarias para el adecuado abastecimien-
to de agua depende del enfoque operacional de cada una de las estrategias
propuestas. Mientras algunos modelos ponen el acento en el aseguramien-
Perfiles Latinoamericanos 43

to de las condiciones materiales para la prestación del servicio - recursos


financieros, capacitación, información, tecnologías - (Lockwood y Smits,
2011) otros conceden un mayor despliegue a las fortalezas organizacionales
- coordinación, estructuras de apoyo (Rosensweig y Kopitopoulos, 2010).
También existen esfuerzos enfocados al fortalecimiento de capacidades que
se concentran en una función específica y en la estructura necesaria para
su despliegue exitoso.
Sin embargo, la enumeración de más o menos funciones o la disposición
de una estructura de gobierno, no garantizan la efectividad de un modelo
174 de co-gestión. De hecho, la desarticulación orgánica y funcional entre los
actores es la causa principal del pobre aprovechamiento de los recursos
disponibles (Fonseca y Bolt, 2002). Es por ello que resulta pertinente definir
una estrategia de intervención a partir de la identificación de las funciones
fundamentales para el abastecimiento de agua a las comunidades asignadas
al nivel de gobierno mas conveniente, para luego asignar dichas funciones
a los actores que tengan mayor vocación para contribuir a la autorregu-
lación y autogestión de las comunidades y así desarrollar alternativas de
co-gestión sostenibles.

Modelo de co-gestión para los pequeños abastecimientos comunitarios


de agua en Colombia

Colombia es un estado coordinado desde el gobierno central, cuyas fun-


ciones descentralizadas se delegan en los 32 departamentos y 1,112 muni-
cipios. Los departamentos que son entes regionales que agrupan a varios
municipios pero que no tienen autonomía regulatoría, cumplían ciertas
funciones de asignación del gasto en infraestructura a través de los planes
departamentales de agua hasta 2012 y de control de la calidad del agua,
mientras que el municipio continúa siendo el garante del acceso al agua
y al saneamiento, en las áreas urbanas y rurales de su jurisdicción. Si bien
existe una norma nacional para regular los servicios públicos domicilia-
rios, entre ellos el agua potable, esta norma se aplica indistintamente a
todos los operadores. No existe aún una regulación especial para el abas-

Bernal, Rivas y Peña


tecimiento de agua y saneamiento en áreas rurales, pero el actual Plan
Nacional de Desarrollo de Colombia (2010-2014) obliga a la definición de
los lineamientos para ello. En este contexto, se presenta el modelo de co-
gestión Bernal-Rivas (ver figura 8) que puede ser útil como orientación
para el desarrollo normativo y de políticas públicas de apoyo a la gestión
comunitaria del agua.

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión

de Agua en Colombia
Figura 8. Modelo Bernal – Rivas para la articulación funcional de la co-gestión
Nivel Nacional
•Regulación: Estructura del control y vigilancia/Normas técnicas/Responsabilidades institucionales

•Estrategia y Planeación: Ordenamiento territorial (país)


Políticas públicas para el apoyo institucional
Información : Inventario nacional

Nivel Regional
Control y Vigilancia: Cumplimiento de la regulación
Estrategia y Planeación Ordenamiento territorial (cuenca)
Políticas públicas: Programas regionales 175
Información: Procesamiento de agregados regionales
Apoyo Institucional: Fortalecimiento institucional
Fortalecimiento de capacidades
Asistencia técnica y apoyo a la gestión administrativa
Mecanismos financieros de apoyo
Fomento de la asociatividad
Gestión del riesgo y de las oportunidades
Nivel local comunitario
Estrategia y Planeación: Desarrollo territorial (microcuenca)
Información: Rendición de cuentas
Participación Comunitaria: Mecanismos de participación local
Arreglos institucionales locales
Gestión A y S: Operación de abasto de agua
Operación provisión de saneamiento
Desarrollo comunitario

Fuente: Elaboración de los autores

Si bien para algunos investigadores sólo se puede llamar modelo a


aquella propuesta que esté sustentada en evidencia empírica compro-
bable y replicable, un modelo también puede ser de tipo conceptual. El
propósito de un modelo conceptual (Rivas, 2013) es el de establecer una
estructura para la comprensión de una realidad compleja En tal sentido,
el modelo Bernal - Rivas es de tipo conceptual, estructurado en diferentes
niveles de gobierno a la manera de Lockwood y Smits (2011) pero presen-
tados como espacios anidados. El modelo considera las funciones esencia-
les para el abastecimiento de agua potable presentadas por Rosensweig y
Kopitopoulos (2010), Lockwood y Smits (2011) y el modelo SABA e incluye
otras funciones que surgen de la experiencia en gestión del agua pero que
no fueron claramente expuestas en dichos modelos (como la asociatividad
articulos

y gestión del riesgo).


El modelo Bernal-Rivas pretende responder a las necesidades crecientes
de articulación de las funciones de los stakeholders en la provisión de agua
apta para consumo humano, propicia la gestión de los recursos naturales
o del territorio desde el nivel local, uniendo a la comunidad, al gobierno
(nacional o local), al sector privado y a la sociedad civil y estimula la par-
Perfiles Latinoamericanos 43

ticipación de niveles intermedios de gobierno o de organizaciones transi-


torias (como las agencias de cooperación o las ONG´s, o las asociaciones
de segundo nivel) para las actividades de apoyo a la gestión comunitaria
Los arreglos institucionales necesarios para las interacciones entre los
niveles de gobierno, según se formulan en la figura 8, se sustentan en la po-
sibilidad de la acción coordinada y cooperante entre los diferentes niveles
del gobierno colombiano y los actores intermedios y las comunidades. Las
relaciones verticales de coordinación se producen cuando una instancia de
gobierno superior tiene la potestad de ordenar o condicionar las decisiones
176 de una instancia inferior. Esto es muy común en los aspectos regulados por
el Estado bajo un criterio jurídico formal que se impone en virtud de la au-
toridad. En tal medida, las relaciones de coordinación son reglas constitu-
tivas del modelo. Simultáneamente, pueden surgir relaciones horizontales
de cooperación, cuando diferentes instancias de gobierno deciden actuar
de manera conjunta y armónica para el logro de un propósito común, a
través de reglas de elección colectiva y reglas operativas que permiten el
desarrollo de la autorregulación y la autogestión. Las reglas en todos los
niveles deberían ser fruto de un consenso entre los diferentes niveles de
gobierno, asignando el presupuesto, el talento humano y los espacios de
concertación necesarios para la participación comunitaria.
La estructura del modelo se ajusta al contexto jurídico de Colombia
como Estado Unitario territorial en tres niveles: i) nacional; ii) regional o
departamental; y iii) local-municipal/comunitario.
Modelo Bernal-Rivas

Bernal, Rivas y Peña


Nivel Nacional

para los Pequeños Abastos Comunitarios


El nivel nacional tiene plena autonomía regulatoria y está a cargo del di-

Propuesta de un modelo de co-gestión


seño de políticas públicas de alcance nacional. Por ello en este nivel repo-

de Agua en Colombia
san las funciones normativas y de diseño estratégico, como son las normas
técnicas y los procedimientos y sanciones para el control y vigilancia, las
estructuras, procesos y procedimientos preestablecidos para la gestión o
manejo de los recursos hídricos, los lineamientos para alcanzar los indi-
cadores de desarrollo como agregados nacionales y la ejecución del gasto
correspondiente (cuadro 1).

Cuadro 1. Modelo Bernal – Rivas. Funciones del nivel nacional 177


Regulación Normas técnicas: (calidad del agua, calidad del servicio, modelos tarifarios, requisitos
formales para la operación del agua).
Mecanismos de control y vigilancia: procedimientos, sanciones, y requerimientos para la
rendición de cuentas.
Responsabilidades institucionales: metodologías, manuales y protocolos.

Estrategia y Ordenamiento territorial del Estado: genera las pautas para el ordenamiento territorial
planeación regional y el desarrollo territorial local y comunitario (por ejemplo, la definición de áreas
naturales protegidas, o los lineamientos generales para la protección de los acuíferos).
Politicas públicas para el apoyo institucional : Investigaciones de nivel nacional, asesoría
experta y programas para el desarrollo de capacidades y proyectos para favorecer la gestión
de conocimiento, coordinadas con otras estrategias nacionales formuladas para la superación
de la pobreza y el desarrollo local.
Información: Establecer mecanismos de reporte de información que permitan contar con
inventarios nacionales e indicadores agregados para la toma de decisiones.
Fuente: Elaboración de los autores

Nivel Regional

El nivel regional, que en Colombia corresponde al departamento y reúne a


los municipios próximos, permite incorporar ciertas funciones de enfoque
territorial para el agua y saneamiento que son beneficiadas por criterios de
escala o diversidad, permitiendo su manejo en contextos ambientales, so-
ciales y culturales homogéneos. En este nivel es posible articular la conexión
entre el nivel nacional y comunitario mediante tareas compartidas y com-
plementarias con una mayor participación comunitaria directa (cuadro 2).
Cuadro 2. Modelo Bernal – Rivas. Funciones del nivel regional
articulos

Control y Unidades regionales para el control y vigilancia que presten una atención efectiva y cercana a
Vigilancia los problemas que puedan derivarse de la vulneración de los estándares mínimos de calidad,
continuidad y acceso al agua

Estrategia y Ordenamiento territorial a nivel de cuenca: la planeación regional permite estructurar


planeación respuestas más oportunas frente a los riesgos derivados del cambio climático, de los
regímenes de lluvias y de la contaminación.
Politicas públicas para el desarrollo de programas y proyectos : En la escala regional es
posible contar con condiciones homogéneas y ventajas de economías de escala
Perfiles Latinoamericanos 43

Información: procesamiento de agregados regionales: para alimentar los resultados de los


programas y proyectos adelantados y entregar información importante para la estrategia y la
planeación en el nivel regional y nacional.
Apoyo a Fortalecimiento institucional: mejoramiento del desempeño del gobierno local (municipio) reconocimiento y
la gestión constitución formal de los operadores y asignación de funciones y recursos.
comunitaria: Fortalecimiento de capacidades: mejoramiento de los conocimientos y habilidades de gestión en la
comunidad. Mejora de la participación comunitaria, del desempeño operativo y administrativo o difusión
de hábitos higiénicos.
Asistencia técnica y apoyo a la gestión administrativa: acompañamiento permanente o eventual a las
comunidades (provisión de insumos y equipos, apoyo en las reparaciones, asesoría técnica y administrativa
y apoyo en los procesos de rendición de cuentas)
Fomento a la asociatividad: espacios para la cohesión entre comunidades ayudando a mejorar la
gobernabilidad local, generar economías de escala y desarrollar capital social.
178 Gestión del riesgo y de las oportunidades: apoyo a las comunidades en su respuesta frente a los riesgos y las
oportunidades. (como articular acciones colectivas ante la presencia de eventos de riesgo o catastróficos, o
aprovechar los eventos sociales y culturales de la región para promover el cuidado del agua)..

Fuente: Elaboración de los autores

Nivel local/comunitario

El nivel local/comunitario en Colombia está integrado por la acción con-


junta entre el municipio y las comunidades rurales. Si bien el municipio
ostenta total control en el abastecimiento de agua en el casco urbano, en
las áreas rurales se requiere una cooperación estrecha y cotidiana entre el
municipio y las comunidades siendo difícil distinguir cuales son las ta-
reas y responsabilidades de una y otra institución, más aún cuando estos
arreglos se ciñen a reglas de elección colectiva y operativas que surgen de
la entre las comunidades encargadas del abastecimiento de A y S, las
autoridades y los vecinos del municipio, en una dinámica de cooperación
y concertación. Por otra parte, la gestión comunitaria del agua y el sanea-
miento (desde una perspectiva de manejo integral del recurso hídrico) re-
quiere un alto desempeño en las operaciones cotidianas de los sistemas de
abastecimiento. Las comunidades rurales están en permanente contacto
directo con el recurso natural, sin embargo, estas funciones requieren de
un permanente acompañamiento desde el nivel local (municipio), apoyo
desde el nivel local y una estructura constitutiva fijada desde el nivel na-

Bernal, Rivas y Peña


cional (cuadro 3).

Cuadro 3. Modelo Bernal – Rivas. Funciones del nivel local/comunitario


Estrategia y Participación en el desarrollo territorial de la microcuenca: Es el escenario propicio para
planeación fomentar las relaciones entre comunidades aguas arriba, que habitan cerca de las fuentes de
agua y aguas abajo, que reciben los efluentes de los centros urbanos cercanos. La planeación

para los Pequeños Abastos Comunitarios


concertada mejora la dinámica urbano-rural y fomenta el desarrollo local.

Propuesta de un modelo de co-gestión


Alimentación de sistemas de información: Es necesario que el municipio y las comunidades
cooperen en la rendición de cuentas según parámetros de reporte de datos, generación

de Agua en Colombia
de indicadores y evaluación del desempeño acordes a las capacidades de las comunidades
campesinas y a las necesidades de la gestión municipal

Participación Mecanismos de participación local: Convocatoria a asambleas, conformación de los estatutos,


comunitaria: elecciones colectivas, respeto a las condiciones de gobernanza participación en asociaciones
de segundo nivel, información oportuna sobre circunstancias de riesgo.
Arreglos institucionales locales: Reconocimiento de la comunidad como actor colectivo
que interactúa con otros actores de los diferentes niveles de gobierno y promoción de las
relaciones en el nivel local y comunitario (como la participación en asociaciones de segundo
nivel, gestión de acuerdos con el gobierno municipal)..
Gestión del Operación de abasto de agua: manejo cotidiano de los equipos o instalaciones asociados al aprovechamiento
agua y el del recurso 179
saneamiento: Operación de Saneamiento: Desde una visión de la gestión integrada del recurso hídrico, la provisión de
agua implica la solución de saneamiento. Si bien algunas veces en las áreas rurales no es viable contar con
sistemas de alcantarillado en red, la comunidad puede hacer mucho para contribuir a la construcción y
mantenimiento de alternativas individuales de saneamiento.
Desarrollo Comunitario: Aplicación de las orientaciones de gestión para la toma de decisiones en operaciones
cotidianas, el archivo de documentos, la rendición de cuentas y la solución de controversias y observancia de
las reglas internas de la comunidad (estatutos, procesos de toma de decisiones).
.

Fuente: Elaboración de los autores

Conclusiones

En Colombia, cerca de 12,000 organizaciones comunitarias abastecen de


agua aproximadamente a siete millones de personas y son una forma au-
torizada para la prestación de los servicios básicos de agua y saneamiento.
Este trabajo busca proponer un modelo de co-gestión que contribuya al
suministro de agua potable, teniendo en cuenta que la gestión comunitaria
ayuda a los colectivos marginados que históricamente en Latinoamérica
han carecido de voz para su acceso efectivo al agua y simultáneamente
les permite adquirir experiencia en la gestión de otros recursos naturales
a partir de la acción colectiva, lo que fortalece las estructuras sociales sub-
yacentes para el desarrollo local.
También es posible afirmar que la gestión comunitaria responde a un
contexto más complejo que la división entre la gestión pública y a la ges-
tión privada, y en tal sentido configura una ruptura de paradigmas bajo la
articulos

teoría de los recursos de uso común (RUC). Sin embargo, aún falta un largo
camino por recorrer en la comprensión de la gestión comunitaria desde la
perspectiva de la gobernanza y la motivación para la acción colectiva en
el seno de la comunidad. Lo anterior resulta de suma importancia pues-
to que la gestión de los recursos naturales está aún lejos de producirse en
condiciones de equidad, eficiencia y respeto por el equilibrio ambiental.
Perfiles Latinoamericanos 43

Si bien existen diferencias entre las aproximaciones teóricas a la gestión


comunitaria- capital social, teoría de los bienes comunes y la co-gestión-,
estas tres vertientes forman parte de un corpus intelectual complementario
de vanguardia en las ciencias sociales contemporáneas para el desarrollo
del tejido social, la cooperación y el empoderamiento comunitario. Por otra
parte, la gestión comunitaria está en el origen de los arreglos instituciona-
les para el manejo de los recursos naturales, pero la co-gestión permite el
involucramiento de un numero plural de actores desde diferentes secto-
res, necesarios para los consensos duraderos y el compromiso institucio-
180 nal requerido para el abastecimiento de agua potable. En contraste con la
imagen ideal de una organización formal y jerarquizada, la co-gestión es
un proceso en el cual las partes, su poder y relativa influencia, posiciones
y actividades son continuamente reajustadas, y por ello las estrategias de
co-gestión implementadas para el abastecimiento de agua responden a di-
ferentes estructuras y funciones que interactúan en un sistema dinámico en
permanente cambio y evolución, como resultado de los subsistemas que lo
integran. Así, a partir de los fundamentos teóricos y empíricos que susten-
tan a la gestión comunitaria, es posible diseñar modelos que orienten las
decisiones de la administración pública en orden a la provisión eficiente
de agua para las comunidades rurales. Las teorías de los bienes comunes
y el capital social son enfoques enriquecedores de una propuesta de co-
gestión, por resaltar el potencial de la comunidad como creadora de valor
y como escenario para la cooperación y la acción colectiva y por lo tanto
pueden conducir a un modelo de co-gestión centrado en la comunidad
como eje del desarrollo local.
Bibliografía

Bernal, Rivas y Peña


Andersson, Krister y Elinor Ostrom, 2008, “Analyzing decentralized resource regi-
mes from a polycentric perspective”, Policy Sci, vol. 41, pp. 71–93.

AVINA, 2011, Modelos de Gobernabilidad Democrática para el Acceso al Agua en América

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión
Latina, http://avina.net/eng/wp-content/uploads/2011/09/697.pdf

de Agua en Colombia
Awortwi, Nicholas, 2012, “The riddle of community development: factors influen-
cing participation and management in twenty-nine African and Latin Ameri-
can communities”, Community Development Journal, vol. 48, núm. 1, pp. 89–104.

Berkes, Fikret, 2009, “Evolution of co-management: Role of knowledge generation,


bridging organizations and social learning”, Journal of Environmental Manage-
ment, vol. 90, pp. 1692–1702.

Bernal, Andrea, 2011, “Hacia un Modelo de Co-gestión para OCSAS en Colombia”, 181
en Pérez, Mario, J. Rojas, y R. Galvis, (eds.), Sociedad y Servicios Ecosistémicos,
Cali, Universidad del Valle, pp. 557-568.

Binswanger-Mkhize, H., J. De Regt y S. Spector, (eds.), 2010, Local and Community


Driven Development: Moving to Scale in Theory and Practice, World Bank Publica-
tions.

Binswanger-Mkhize, H., J. De Regt y S. Spector, (eds.), 2009, Scaling Up Local & Com-
munity Driven Development (LCDD). A Real World Guide to Its Theory and Practice,
World Bank Publications.

Boelens, Rutgerd y Marguerite Zwarteen, 2004, “Pluralismo legal, derechos locales


y gestión del agua. Entre el reconocimiento analítico y la estrategia política”, en
Francisco Peña (ed.), Los pueblos indígenas y el agua: desafíos del siglo XXI, Bogotá,
Editorial Talleres Panamericana.

Boelens, Rutgerd, 2002, Derechos de agua, gestión indígena y legislación nacional, Uni-
versidad de Wageningen. http://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd29/lucha.
pdf

Boilier, David, 2008, “Los bienes comunes: Un sector soslayado de la creación de


riqueza”, en Silke Helfrich (comp.), Genes, Bytes y Emisiones : Bienes Comunes y
Ciudadanía, México, Editorial H. Boll, pp. 30 - 41
Borrini-Feyerabend, G., M.T., Farvar, J.C., Nguinguiriy y V. Ndangang, 2000, Co-
articulos

management of Natural Resources: Organising, Negotiating and Learning-by-Doing,


Heidelberg, GTZ and IUCN, Kasparek Verlag. Reimpresión 2007.

Bourdieu, Pierre, 1986, “The Forms of Capital”, en J. G. Richardson, Handbook of


Theory and Research for the Sociology of Capital, New York, Greenwood Press.

Carlsson, Lars y F. Berkes, 2005, “Co-management: concepts and methodological


Perfiles Latinoamericanos 43

implications”, Journal of Environmental Management, vol. 75, pp. 65–76

Dobbin, Kristin, 2013, Comanagement and the fight for Rural Water Justice. Learning
from Costa Rica, ASADAS. Prizer Senior Thesis, Paper 33, http://scholarship.
claremont.edu/pitzer_theses/33

Eikeset, Anne, A. Ritcher, F. Diekert, D. Dankel, y N. Stenseth, 2011, “Unintended


consequences sneak in the back door: making wise use of regulations in fishe-
ries management”, en A. Belgrano y Charles Fowler (eds.), Ecosystem Based Ma-
182 nagement for Marine Fisheries: An Evolving Perspective, Cambridge, Cambridge
University Press, pp. 183 -217.

Etzioni, Amitai, 1993, El espíritu de la comunidad, Bogotá, Norma.

Feldman, Tine y Susan Assaf, 1999, Social Capital. Conceptual Frameworks and Empiri-
cal Evidence, New York: World Bank.

Fortuin, Karen, A. Van Koppen, y R. Leemans, 2011, “The value of conceptual mo-
dels in coping with complexity and interdisciplinarity in environmental scien-
ces education”, Bioscience, vol. 61, núm. 10, pp. 802-814.

Fonseca, Catarina, y Evelyn Bolt, 2004, Cómo apoyar la gestión comuntaria de los siste-
mas de abastecimiento de agua. Guía para administradores, Delft. Países Bajos IPC.
Centro Internacional de Agua y Saneamiento (Documentos Técnicos - Serie 37).

Grootaert, Christiaan, 1998, “Social Capital: the missing link? ”, en Social Capital Ini-
tiative, Working Paper No. 3, Washington, D.C., World Bank.

Helfrich, Silke, 2008, “Commons, ámbitos o bienes comunes, procomún o “lo


nuestro” Complejidades de la traducción de un concepto”, en Silke Helfrich
(comp.), Genes, Bytes y Emisiones : Bienes Comunes y Ciudadanía, México, Editorial
H. Boll, pp. 42- 48.
Hess, Charlotte, 2008, “Mapping the new commons”, ponencia presentada en la

Bernal, Rivas y Peña


12th Biennial Conference of the International Association for the Study of the
Commons, Universidad de Gloucestershire.

Leach, Melissa, Robin Mearnsy y Ian Scoones, 1999, “Environmental Entitlements:


Dynamics and Institutions in Community-Based Natural Resource Manage-
ment”, World Development, vol.27, pp. 225–247.

para los Pequeños Abastos Comunitarios


Propuesta de un modelo de co-gestión
Lockwood, Harold y Stef Smits, 2011, Supporting rural water supply, IRC Internatio-

de Agua en Colombia
nal Water and Sanitation Centre and Aguaconsult.

Lockwood, Harold, 2002, Mecanismos de apoyo institucional para los sistemas rura-
les de agua potable y saneamiento manejados por las comunidades en América
Latina, Environmental Health Project (EHP), Washington, D.C. http://www.
ehproject.org/PDF/Strategic_papers/EHP%20SR-6SPANISH.pdf

Moriarty, Patrick y Verdemato, Tania, 2010, Report of the International Symposium


on Rural Water Services. Providing Sustainable Water Services at Scale, 13 – 183
15 April 2010. Kampala, Uganda. http://www.aguaconsult.co.uk/uploads/
pdfs/Report%20Symposium%20on%20ural%20Water%20Services.pdf

Narayan, Deepa y Ian Pritchett, 1997. “Cents and Sociability: Household Income
and Social Capital in Rural Tanzania”, Policy Research Working Paper 1796,
Washington, D.C., World Bank.

Ostrom, Elinor, 2009, “A General Framework for Analyzing Sustainability of Social-


Ecological Systems”, Science, vol. 325, núm. 5939, pp. 419-422.

Ostrom, Elinor, 1990, El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones
de acción colectiva, México, FCE, UNAM, IIS. 2ª. Edición publicada en español
en 2011.

Palerm, Jacinta y Tomás Martínez, (eds.), 2009, Aventuras con el agua. La Administra-
ción del agua de riego, historia y teoría, México, Colegio de Posgraduados.

Putnam, Robert, 1993, Making Democracy Work. Civic traditions in modern Italy, Prin-
ceton, NJ, Princeton University Press.

Quintana, Ana, 2008, El conflicto por la gestión del servicio de acueducto en Dosquebradas
(Risaralda – Colombia) Un estudio desde la ecología política. Tesis de Doctorado.
Barcelona: Universidad de Barcelona.
Rapoport, Anatole, y A.M. Chammah, 1965, Prisoner´s Dilemma: A study in Conflict
articulos

and Cooperation, Michigan, University of Michigan Press.

Rivas, Luis, 2013, ¿Comó hacer una tesis de maestría?, México, Trillas.

Rojas, Johnny, P. Tamayo y M. García, 2011, Abastecimiento de Agua en Zonas Rurales.


Colombia. Experiencias en la prestación de servicios sostenibles, La Haya, Centro In-
ternacional de Agua Potable y Saneamiento (IRC), www.waterservicesthatlast.
Perfiles Latinoamericanos 43

org/.../Colombia%20country%20study.pdf

Rosensweig, Fred, y Derko Kopitopoulos, 2010, Building the Capacity of Local Govern-
ment to Scale Up Community-Led Total Sanitation and Sanitation Marketing in Rural
Areas, Water Safety Program, Washington, D.C., World Bank.

Water and Sanitation Program (WSP), 2013, Scaling Up Rural Sanitation: Publications
and Tools, http://www.wsp.org/global-initiatives/publications-and-tools-
0#learning
184
WHO & UNICEF, 2012, Progress on Drinking Water and Sanitation: 2012 Update.

Woolcock, Michael, 1998, “Social Capital and Economic development: Toward a


Theoretical Synthesis and Policy Framework”, Theory and Society, núm. 27, pp.
151-208

World Bank, 1999, Report from the International Workshop on Community-Based natural
Resource Management, Washington, D.C., 10–14 May 1998. http://info.world-
bank.org/etools/docs/library/97605/conatrem/conatrem/documents/Ma-
y98Workshop_Report.pdf

http://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/bitstream/handle/10535/304/Mapping_the_
NewCommons.pdf?sequence=1

http://www.waterservicesthatlast.org/Resources/Multi-country-synthesis

Recibido el 15 de diciembre de 2012


Aceptado el 12 de noviembre de 2013

También podría gustarte