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2DO EJERCICIO

Universidad: Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Facultad: Ciencias Sociales

Doctorado: Ciencias Sociales

Mención: Sociología

Curso: Taller de Sociología II

Docente: Dr. Nicolás Lynch

Alumno: MSc. Arq. Gerardo Dante Regalado Regalado

Ciclo: Segundo ciclo

Fecha: 27/09/2017

“Urbanismo fragmentador, movilidad urbana cotidiana y capital social”.

El abordaje del desarrollo local implica reconocer desde la óptica urbana, la importancia de
tres categorías; la primera, desde el punto físico espacial, es el “urbanismo fragmentador”,
aquel proceso urbano que fracciona la ciudad en diferentes partes; la segunda, la movilidad
urbana cotidiana, aquel proceso que trata de recomponer el fraccionamiento de las partes en
que fue particionada la ciudad, instaurando estrategias de desplazamientos para así llegar,
entre otros espacios, a los centros de empleo; y la tercera, aquellos valores, normas y prácticas
socio-culturales que cumplen roles claves en el desarrollo de las estrategias de desplazamiento
cotidiano, fenómenos que ha sido denominado “capital social”, en torno al transporte urbano
y a sus actores.

1. Antecedentes
a. Vaso de leche
El programa del Vaso de Leche (PVL) fue iniciado por la Municipalidad de Lima
Metropolitana en 1984, y consistía en la distribución de leche a los niños en
edad escolar en el área de su jurisdicción. Un año después, el programa se
extendió a nivel nacional. Para el 2004, con 343 millones de soles distribuidos
representa una de las transferencias más importantes a los gobiernos locales.
Este programa tiene como meta mejorar el nivel nutricional de los
beneficiarios y elevar la calidad de vida de los segmentos más pobres de la
población. De acuerdo al marco legal del programa, los principales
beneficiarios son los niños menores de 6 años, las mujeres embarazadas y las
madres lactantes; aunque de existir recursos disponibles después de haber
atendido a la totalidad de beneficiarios principales, el programa puede
atender a niños entre 7 y 13 años, adultos mayores y enfermos de
tuberculosis.
La gestión del programa está a cargo de los municipios distritales y
provinciales, los cuales gozan de amplia autonomía en la gestión, aunque
deben respetar las prioridades definidas en el marco legal del programa para
la elección de los beneficiarios y otros requisitos de la ley. El funcionamiento
del programa descansa en los propios beneficiarios, los cuales se organizan en
comités o clubes de madres. Estas organizaciones han aumentado
notablemente el Capital Social de las comunidades y abarca todo el país,
inclusive las áreas más remotas. Un estudio identificó que los comités
contribuyen fuertemente a la operación del programa. El 69% de las madres
indicaron que contribuían de alguna forma al programa: preparación del
producto, contribuciones monetarias y otras (Alcázar: 2004).
b. Comedores populares
Emergieron en la década del 60 como una estrategia de supervivencia entre
los pobladores urbanos alrededor de las principales ciudades del país.
Quienes migraron a las urbes provenientes de un campo empobrecido y los
propios pobres de la ciudad se agruparon y finalmente crearon clubes y
organizaciones de servicios para mejorar sus condiciones de vida. Los
integrantes de algunos de estos clubes comenzaron a comprar alimentos a
granel y a prepararlos en grupo para el sustento de sus familias. Dichos clubes
dieron nacimiento a los comedores populares. Su número aumentó en forma
constante y hacia fines de los años 70, el gobierno y algunas instituciones
donantes, ligadas a las iglesias cristianas, comenzaron a brindarles alimentos y
otros tipos de asistencia.
c. Asociatividad informal
Existe en el país una extendida asociatividad informal, no estructurada en
organizaciones. Nos referimos a las redes sociales de parentesco, paisanaje y
étnicas que implican normas de reciprocidad y redistribución en la vida
cotidiana, incluyendo el mundo laboral. En las áreas rurales, en particular en
las comunidades campesinas y nativas, continúan llevándose a cabo prácticas y
normas laborales ancestrales precolombinas como la Mita (servicio
obligatorio), el Ayni (prestación mutua de servicios), la Minga o Minka (ayuda
colectiva), etc.
Redes familiares, parentesco y paisanaje constituyen soportes fundamentales
de la cultura andina, hoy bastante desterritorializada. Múltiples estudios,
sobre todo de antropólogos, realizados desde los años 70 aluden a las
relaciones de reciprocidad e intercambio en los Andes peruanos aunque no
todas son simétricas (Alberti y Mayer: 1974).
Tales relaciones han permitido el surgimiento y desarrollo de muchos pueblos
y localidades serranas, vale decir tejido social imprescindible para la vida
humana y enfrentar exitosamente los retos de la dura geografía del macizo
andino (Dollfus: 1981,1991), (Murra: 1972, 1978,2000).

Gamarra
Para Juan Infante Alosilla, Ex Director de PROMPYME, “Gamarra es lo más
grande que tiene el Perú en términos empresariales. Concentra el mayor
número de emprendedores que existe en el país...no existe en América Latina
concentración más grande de comercios en un área tan pequeña. Gamarra
también es la fábrica más grande de confecciones de América del Sur; no hay
un espacio físico que tenga tantas máquinas de confecciones y operarios
dedicados a la industria del vestido. Y vale decirlo, con sus potencialidades y
sus problemas Gamarra es una muestra certera de lo que es el Perú hecho por
los peruanos.
En Gamarra trabajan cerca de 10 mil empresarios que en conjunto ocupan 17
mil tiendas distribuidas en 144 galerías comerciales que se agrupan en 20
manzanas, la mayoría dedicados al rubro de las confecciones. Se ha escrito que
sus 17 mil establecimientos venden al año 800 millones de dólares. Las 144
galerías comerciales donde se instalan estos establecimientos han sido
edificadas por empresarios que no provienen de las canteras universitarias ni
de las escuelas de negocios, han sido construidas por migrantes que llegaron a
Lima con la ilusión del progreso y hoy pueden mostrar orgullosos sus edificios
comerciales.
Villa El Salvador
Villa El Salvador (VES) es el paradigma en el Perú de Capital Social. Carlos
Franco en 1993 escribió “La experiencia de Villa El Salvador: del arenal a logros
fundamentales a través de un modelo social de avanzada”. Por su parte,
Juliana Bertucci (2005) considera que Villa El Salvador en el Perú constituye
una de las experiencias de uso de Capital Social comunitario más citadas en
América Latina. VES es una localidad que cuenta hoy con 350 mil habitantes y
que en algo más de 30 años de existencia logró mejorar las condiciones de vida
de los pobladores a través de una experiencia de participación cívica,
cooperación y confianza mutua, apoyada en los rasgos de la cultura local. Vale
recordar que VES nació a comienzos de los 70, pocos días después de que
cientos de migrantes procedentes de la zona andina y de barrios pobres de
Lima tomaran tierras públicas en las afueras de la ciudad de Lima. Tras un
fallido desalojo las autoridades se vieron obligadas a trasladar a las primeras
2,300 familias a unos arenales que se constituyeron en el núcleo original de la
localidad. En un mes el arenal se pobló con más de 100 mil personas, que
traían consigo la cultura indígena de la cooperación y actividad comunitaria,
que fue la base para iniciar un proceso sui generis de desarrollo urbano y
social a partir del trabajo voluntario.
2. Bases teóricas
a. Urbanismo fragmentador
 Paola Jirón y Pablo Mansilla (2013) , en sus estudios sobre el
urbanismo fragmentador en Santiago de Chile, anotan los siguientes
aspectos teoréticos:
1. El “urbanismo fragmentador” es un proceso que compone
una serie de acciones, prácticas e intervenciones sistemáticas
sobre las condiciones físico-espaciales de la ciudad, pero sobre
todo en la relación de las personas con el espacio urbano,
operaciones que generan un estado de fragmentación.
2. La fragmentación del espacio metropolitano se materializa en
la segmentación y atomización del espacio urbano, generando
discontinuidades espaciales, que limitan la unificación del
conjunto urbano o de la estructura metropolitana.
3. Esta fragmentación es producto de diferentes lógicas de
separación y extensión de nuevas fronteras metropolitanas y
que establecen distinciones entre los diversos grupos sociales.
Por lo tanto este fenómeno exterioriza las nuevas morfologías
urbanas, cuya estructura y funcionamiento es el escenario de
desigualdades sociales.
4. La fragmentación del espacio metropolitano acusa un paisaje
dual, entre espacios ganadores y perdedores, donde las
dimensiones sociales, como el repliegue comunitario, y lógicas
excluyentes y políticas, como la dispersión de actores y
autonomización de dispositivos de gestión y regulación
urbana, evidencian una “fractura social”, que desata luchas
por la centralidad y donde la movilidad urbana cotidiana se
convierte en un instrumento unificador y relacional, que
garantiza el uso colectivo de la ciudad.
 Marie-France Prévôt Schapira, en su estudio sobre la ciudad de Buenos
Aires, citado en su artículo “Fragmentación espacial y social: conceptos
y realidades”, publicado en la revista Perfiles Ltinoameircanos N° 19
del 2001, expresa las siguientes aseveraciones:
1. Se puede decir que las “ciudades de América Latina han sido
lugares extraordinarios de integración y promoción social”
aunque las “zonas desfavorecidas” mal equipadas y en
situación irregular sean las más numerosas de la ciudad.
2. En América Latina, para calificar la crisis de las metrópolis, a
partir de 1980 se observa el uso cada vez más frecuente de la
noción de fragmentación (Vidal, 1995). El término supone que
lo que debía mostrar un funcionamiento global estalló en
múltiples unidades y que no habría ya una unidad del conjunto
urbano. Se asistiría en el sentido geográfico y metafórico del
término a una fragmentación cada vez mayor del mercado de
trabajo, del sistema de transporte y a una involución del
centro. ¿Una organización más dispersa, menos jerárquica,
que ya no funcionaría según la ley de la renta de la tierra y de
la “expoliación urbana”, sustituiría al modelo anterior de
ciudad orgánica?
3. El término, urbanismo fragmentador, se emplea para analizar
un fenómeno cada vez más frecuente en la gran metrópolis
latinoamericana, la proximidad de ricos y pobres, pero en
espacios herméticamente cerrados, lo que establece
relaciones asimétricas entre las dos partes de la ciudad.
4. Todos los enfoques tienen en común establecer un vínculo
entre las dinámicas espaciales ligadas a la metropolización
(extensión, movilidad, surgimiento de nuevas centralidades) y
los procesos de fragmentación de la unidad, como resultado
de la agravación de las desigualdades sociales, de formas no
solidarias y reagrupamientos por afinidad.
5. La complejidad de los cambios operados en la gran ciudad
latinoamericana, y la idea es que una sociedad en archipiélago
produce un entrelazamiento de diferentes espacios y otorga
una visibilidad acrecentada a las diferencias, los repliegues y
los comunitarismos de todo tipo, lo que pone en peligro las
formas de urbanización pasadas ampliamente construidas
sobre la existencia de un espacio público.

b. Movilidad urbana cotidiana


 Michael Janoschka, en su estudio sobre las islas socioeconómicas en
las ciudades latinoamericanas (2002), afirma lo siguiente:
1. Esta nueva configuración urbana (de la ciudad
latinoamericana) nos muestra un escenario de desigualdad y
marginalidad urbana, sobre todo en lo que representa el
“hinterland” de la metrópoli.
2. Las nuevas formas urbanas poseen un carácter marcadamente
“insular” porque se estructuran como “islas socio-económicas”
relativamente homogéneas, con los siguientes rasgos:
a. La difusión de comunidades cerradas,…zonas
suburbanas.
b. La distribución de artefactos de la globalización
(hipermercados, malls, etc.).
c. La instalación de escuelas y universidades privadas en
cercanías de las nuevas áreas residenciales privadas.
d. La preeminencia de la autopista.
e. La suburbanización de la producción industrial o el
nuevo asentamiento de empresas industriales y
logísticas de la periferia.
f. El creciente aislamiento de los barrios de la clase baja.
g. Los costos de movilidad (financieros directos y de
oportunidad) sugiere una relación con la condición
económica que debería ser creciente con el ingreso, el
costo de oportunidad y la valoración del tiempo.
h. La minimización de los costos de la vivienda lleva a
asentarse en zonas periféricas.
i. La movilidad diaria de los asalariados para ir a trabajar
no depende de ellos, sino de las modalidades de
funcionamiento y localización de las firmas, del sector
público y de otro tipo de empresas.
 Para Bailly y Maillat (1990, p. 252), El proceso de descentralización y
dispersión de las unidades de producción se acompaña de una
creciente terciarización de sus actividades. La terciarización de la
economía no resulta del desarrollo separado de los bienes y los
servicios, sino de una integración entre ambos, producida tanto en el
seno de las propias empresas industriales (servicios internos) o
mediante una externalización creciente hacia empresas especializadas
(servicios externos).
 Para Caravaca y Méndez (2003), La terciarización refuerza además las
denominadas ‘funciones centrales’ en la ciudad, en un proceso de
especialización funcional de los espacios cada vez más marcado. La
dispersión suburbana tiene como resultado un incremento de las
distancias recorridas, una mayor dependencia con el automóvil y un
mayor coste de operación del transporte público para atender las
nuevas demandas.
 Cervero y Wu (1998, afirman que está claro que el efecto conjunto de
la suburbanización de la población y el mantenimiento de la mayor
parte de la actividad en el centro, que dio origen a las estructuras
metropolitanas monocéntricas, produjo un alargamiento de las
distancias. La descentralización supone un acercamiento entre
población y actividades, que en principio podría hacer pensar en un
acortamiento de las distancias y los tiempos. Esta es la hipótesis de la
“co-localización”, según la cual las actividades tenderían a relocalizarse
en la periferia buscando la proximidad a sus potenciales usuarios y a
su vez la población procuraría vivir en lugares próximos a sus puestos
de trabajo y bien equipados.
 Para Mc. Millen, & Mc. Donald (1998)”, los cambios en la estructura
urbana expresados en la transición desde áreas metropolitanas
monocéntricas hacia estructuras policéntricas o hacia estructuras
difusas, ha determinado asumir modificaciones en los costes de
transporte y por ende de commuting, hacia los centros de empleo
metropolitano descentralizados, configurando espacialmente una
nueva faz del fenómeno metropolitano, donde la infraestructura y el
stock de empleos, estrechamente ligados a la cualificación profesional,
a la tenencia de la vivienda y al ingreso percápita, juegan un papel
importante en la naturaleza y las condiciones en la que se desarrollan
los procesos de la movilidad metropolitana. “Esta rápida y continuada
tendencia de descentralización del empleo especialmente el menos
cualificado, se produce de forma simultánea a la irrupción de dos
procesos de cambio en la forma urbana que rompe con la visión
tradicional monocéntrica: la emergencia de subcentros de empleos
urbanos y el desarrollo de ciudades centrales en la periferia de las
grandes áreas metropolitanas”.
 Según Smith & Zenou (2002), “…mientras que entre los empleos de
mayor cualificación, los que pagan mayores salarios se encuentran
localizados en el CBD, los mejores remunerados entre las ocupaciones
que exigen un bajo nivel de cualificación se concentra en los
suburbios.
 Para Van den Berg et al. (1982), la deslocalización residencial de la
población con mayor nivel de cualificación formal y/o en el empleo
hacia las periferias de los centros urbanos provoca la irrupción en la
mayoría de estas ciudades centrales de un desajuste entre las
características de las vacantes de empleo y las de los residentes. Una
proporción significativa de tales puestos de trabajo localizados en los
centros urbanos es ocupada vía “commuting” por parte de los
residentes en las periferias, cuyo mayor nivel de cualificación medio
les deja en mejor posición competitiva para desplazar del acceso a las
oportunidades ocupacionales a los desempleados residentes en las
ciudades centrales.
 Para Van den Berg et al. (1982) “En este escenario, la efectividad de la
movilidad, como elemento corrector de estos desequilibrios puede no
ser homogénea para las distintas ocupaciones si existen diferencias en
la capacidad de movilidad de los diferentes componentes de la fuerza
de trabajo, resultado entre otros factores, de:
1. Las limitaciones que en términos de accesibilidad al empleo
pueda imponer la existencia de un eventual déficit en el stock
y en la dotación de servicios de infraestructura;
2. Las pautas de distribución geográfica del régimen de tenencia
en el mercado de la vivienda y;
3. Las distintas redes de información asociadas a diferentes
ocupaciones.
 Para Santana i García, Joan Antoni (2003), La creciente distancia física
entre los mercados de vivienda y empleo es una condición que afecta
una de las funciones urbanas por excelencia que es el trabajo, y es un
problema que la movilidad urbana debe resolver de manera eficiente:
“… la hipótesis Missmatch espacial sugiere que la movilidad no
siempre es un mecanismo de ajuste perfecto y eficiente de los
desequilibrios existentes entre la oferta- población-y la
demanda-empleo- de los mercados de los trabajos locales,
contraviniendo así las conclusiones de las lecturas de carácter
keynesiano que, apoyadas en una de las principales
características de los mercados de trabajo locales –su apertura
y permeabilidad a los procesos migratorios por un lado y a las
relaciones de commuting por otro-, confieren a la movilidad un
protagonismo esencial como mecanismo de corrección de tales
desequilibrios”
c. Capital social
 Para Robert Putnam (2003:10), “el capital social son esos elementos
tangibles [que] cuentan sumamente en la vida diaria de las personas, a
saber, la buena voluntad, la camaradería, la comprensión y el trato
social entre individuos y familias, características constitutivas de la
unidad social [...]Abandonado a sí mismo, el individuo es socialmente
un ser indefenso […] Pero si entra en contacto con sus vecinos, y éstos
con nuevos vecinos, se producirá una acumulación de Capital Social
que podrá satisfacer de inmediato sus necesidades sociales y producir
unas posibilidades sociales suficientes para mejorar de forma
sustancial las condiciones de vida de toda la comunidad”.
 Al respecto, Francis Fukuyama (1997) postula que el Capital Social
representa el conjunto instantáneo de valores y normas informales
compartidos por miembros de un grupo de personas que les permiten
cooperar entre ellos. Así, si existe “confianza” entre ellos, ésta sirve
como lubricante para que el grupo funcione eficientemente. Las
normas y valores para que se forme Capital Social incluyen virtudes
tales como ‘decir la verdad’, ‘cumplir las obligaciones con el grupo’ y
‘reciprocidad’. El concepto de Capital Social sitúa a las políticas e
instituciones en su contexto adecuado y nos evita –precisa Fukuyama-
albergar ciertas expectativas ingenuas de que una fórmula política
relativamente sencilla conduzca en forma inevitable al crecimiento
económico.
 La socióloga italiana Fortunata Piselli considera que el Capital Social es
un concepto situacional y dinámico, que implica una visión más abierta
de la acción social, vinculada a valores heredados, y más idónea para
acoger las innovaciones a través de la interacción social y el desarrollo
de nuevas formas de cooperación (2003:17).
 La CEPAL (2001), lo conceptúa como el conjunto de normas,
instituciones y organizaciones que promueven la confianza y
cooperación entre las personas, las comunidades y la sociedad en su
conjunto.
3. Operacionalización
a. Urbanismo fragmentador
 Estructura Urbana
1. Densidades residenciales
2. Densidades de empleo
3. Compacidad Urbana
 Zonificación y Usos del Suelo
 Configuración Urbana
 Morfología urbana
 Sistema de Movilidad
 Logística urbana
b. Movilidad urbana cotidiana
 Movilidad urbana
 Población con necesidades de desplaamiento
 Ratio día y noche
 Ingreso per cápita mensual
 Pobreza urbana
 Análisis del costo del pasaje
 Empleo formal/informal
 Distritos atractores y expulsores
c. Capital social
 Redes de apoyo personal
1. Tamaño o grado: número de miembros con que un actor está
directamente conectado.
2. Densidad: proporción de pares de miembros conectados entre
sí.
3. Heterogeneidad: Variedad de los miembros en aspectos
relevantes (edad, ocupación, sexo, talentos, etc.).
4. Calidad de la composición: miembros que poseen cualidades
necesarias en alto grado (riquezas, experiencias, prestigio).
 Centralizada en redes de apoyo
1. Proximidad: distancia de ego a los otros en la red (inverso a
centralidad).
2. Intermediación: número de veces que un actor cae en el
camino más corto entre estos dos actores. Alto grado de
intermediación.
3. Valor singular: actor conectado con otros con alta centralidad.
 Comunitaria (cohesión)
1. Densidad: proporción de los miembros del grupo vinculados
positivamente entre sí (amigos colaboradores).
2. Distancia interpares: promedio o máxima distancia entre
todos los pares.
3. Centro periferia: Red no está fracionada (dividida en círculos
que tiene poca conexión entre ellos)
4. Hemofilia: vínculos cercanos de ego con personas similares.
 Centralidad grupal:
1. Grado grupal: eternos vinculados al menos a un miembro del
grupo.
2. Proximidad grupal: distancia del grupo a los no miembros
(outsider, insider)
3. Intermediación grupal: cantidad de veces que el camino más
corto entre dos agentes externos pasa por un miembro del
grupo.

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