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Cómo Decorar La Habitación De Un Niño

Con Autismo
La decoración del dormitorio de un niño autista, debe de hacerse de forma
muy minuciosa y detallada, debido a las múltiples necesidades que pueden
presentar en su conducta y en su desarrollo. La clave, está en conseguir que el
dormitorio se convierta en un lugar donde podamos estimular y mejorar el
aprendizaje del niño, y que se convierta en un lugar agradable y seguro.
En primer lugar la decoración de las paredes es clave para generar un clima
relajado, para ello utiliza colores claros, que no llamen la atención, huye de
tonalidades demasiado brillantes o de contrastes llamativos. Se trata de crear un
espacio apacible y que genere armonía.

Evitar el exceso de adornos


Es conveniente que las paredes estén exentas de demasiados adornos, pues en
ciertos casos esto puede generar una sensación de agobio y malestar que
debemos evitar. Un truco para aportar calidez a una habitación de un niño con
autismo, son poner imágenes que aporten tranquilidad como imágenes de la
naturaleza o paisajes agradables.

Los muebles deben de colocarse de forma que el niño tenga suficiente espacio
para moverse y crear su propio espacio de juego. Los cojines y alfombras son una
forma de mejorar el bienestar del niño si éste prefiere estar en el suelo. Por último
no olvides colocar la cama en lugares donde haya ventilación y buena iluminación
sin que los rayos de sol incidan directamente.

Finalmente es primordial respetar el sistema de orden que el niño mantiene con


aquellos objetos más preciados. El niño con autismo necesita un pequeño círculo
propio el cual debe ser respetado para no vulnerar sus costumbres y su propia
personalidad.

Como el autismo con lleva a que los infantes se desenvuelvan de un modo


diferente en el ambiente que les rodea, el diseño de interiores de hoy día se ha
convertido en un instrumento clave para mejorar su calidad de vida y la de sus
acompañantes.
Con el paso de los años y la evolución del diseño de interiores se ha demostrado
que cada usuario posee sus propias necesidades físicas y ambientales, que son
las que dirigen en sí el proceso de diseño.
Si bien es cierto que inicialmente se buscaba el mero embellecimiento de los
espacios, ahora también se procura generar espacios de alto funcionamiento.
En la actualidad, el diseño de interiores es validado no solo como una disciplina
capaz de proteger la salud, sino como una labor que fomenta el bienestar a través
de la intervención de los espacios. Lo que hasta hace poco era visto por algunos
como una profesión superficial, hoy por hoy le abre sus puertas a grupos que, por
sus limitaciones, solían ser excluidos.
Estudiar cuáles son las necesidades espaciales de esta población y crear las
regulaciones que le permitan acceder a los servicios ofrecidos, deben formar parte
de los nuevos planteamientos de los interioristas. Los sistemas sensoriales de los
niños con autismo suelen presentar hipo e hipersensibilidad, y el diseño de
interiores es un instrumento de organización y sistematización que ayuda a definir
cuándo controlarlos o incentivarlos, con el fin de provocar una mejoría en la
conducta de esos pequeños del hogar.
A través del estudio de los componentes del espacio y del perfil conductual del
usuario se ha llegado a la conclusión de que, en la medida en que se manejen
factores como la iluminación, las formas, las texturas, el mobiliario, la acústica, la
climatización y el color, se logrará un mejor desenvolvimiento del infante que
presenta esta condición. Y es que, según las diseñadoras de interiores Karenny
Güílamo y Carmen Ariza, existen cuatro elementos que contribuirán con la
creación de un ambiente amigable para un niño con autismo, al fomentar por
demás su independencia emocional. Uno de ellos es la flexibilidad, como punto
clave en términos de iluminación, pues resulta necesario la graduación de los
niveles de luminosidad.
También es recomendable prescindir de las luminarias fluorescentes, pues emiten
zumbidos y parpadeos que podrían perturbar a la población infantil con esta
condición.
El color es otro factor importante, a juicio de este par de diseñadoras dominicanas
(autoras de Autismo: Espacios Especiales. Manual de Diseño Residencial). Evitar
colores primarios (rojo, azul y verde) se torna fundamental, porque son tonalidades
bastante intensas e inquietantes. También se recomienda la implementación de
tonos neutros y pasteles que ayuden a una correcta asimilación y a la
preservación de la calma. En adición al buen manejo de los componentes
espaciales, es primordial que se logre un espacio seguro, previsible, fácil de
utilizar y libre de distracciones. Para ello se han de implementar caminos
delimitados y dirigidos; sistemas de identificación, a través de patrones de colores;
pictogramas que ayuden a la implementación del lenguaje visual, como refuerzo
del lenguaje verbal; y accesorios de seguridad, que ayuden a disminuir el número
de impedimentos en el área de circulación. 

Finalmente es primordial respetar el sistema de orden que el niño mantiene con


aquellos objetos más preciados. El niño con autismo necesita un pequeño círculo
propio el cual debe ser respetado para no vulnerar sus costumbres y su propia
personalidad.

Fuente: http://www.arqhys.com/comunidad/514-arquitectura-de-edificaciones-para-
ninos-autistas.html

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