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Benveniste

La función fundamental de la lengua es expresar la subjetividad.

Es en la lengua y con la lengua que los individuos se determinan socialmente y se constituyen


como sujetos “porque solo el lenguaje funda en realidad, en su realidad que es la del ser, el
concepto de ego”. Este poder fundador del lenguaje deriva del hecho de que constituye una
facultad inherente a la condición humana, la facultad de simbolizar y la define como la
capacidad del locutor de plantearse como sujeto.

Benveniste diferencio dos modos de significación en los lenguajes: en el sistema de la lengua,


las unidades de la lengua son signos verbales que poseen un sentido semiótico. Pero, como es
en el discurso donde la lengua se pone en funcionamiento, allí los signos adquieren el estatuto
de “palabras” y actualizan sus sentidos en cada uso de la lengua. El estudio del segundo modo
que denomino Benveniste como semántica se focaliza en el discurso, es decir en “el lenguaje
puesto en acción”

Las unidades del discurso ya no van a ser las oraciones, sino los enunciados , es decir aquello
que se expresa en la enunciación. Fuera del contexto de la enunciación es difícil asignar al
enunciado un sentido claro.

El discurso

Benveniste explica que el discurso remite a la puesta en ejercicio al empleo de la lengua en


cada situación concreta, específicamente dice que el discurso es “la lengua en tanto que es
asumida por el hombre que habla, y es la condición de intersubjetividad”, o sea, es lo que
posibilita la comunicación lingüística.

Para Benveniste, la enunciación se define como una instancia que media entre la lengua como
sistema de signos y el habla como manifestación singular de la lengua. Consiste en poner a
funcionar la lengua por un acto individual de utilización. La condición especifica de la
enunciación es el acto mismo de producir un enunciado (acto) y no el contenido especifico de
este enunciado (producto resultante). Esta apropiación individual lleva implícita otra de las
características esenciales de la enunciación: la instauración del enunciatario, la persona a la
que se dirige el enunciado. La enunciación lleva implícita la alteridad, razón por la cual su
dominio especifico es el dialogo.

En primer lugar, el discurso es asumido por alguien, que se presenta como fuente de las
indicaciones de persona, de tiempo y de espacio; también señala cual es la actitud que adopta
el locutor respecto de lo que dice y la manera en que va a interpelar al otro.

Otra de las particularidades del discurso es que siempre tienen una finalidad, es decir es
vehículo de las intenciones del locutor. Los discursos no muestran de modo claro aquello que
refieren, mas bien representan la manera en que ese estado de cosas es concebido por el
locutor y comprendido por el alocutorio. Para decirlo en términos de Benveniste, elaboran una
perspectiva del espacio, del tiempo, del referente y también de quien emite el enunciado
(enunciador) y de aquel a quien se lo destina (enunciatorio)

El objetivo principal de Benveniste es el de caracterizar formalmente la instancia de la


enunciación; para esto, muestra los mecanismos que permiten descubrir sus huellas explicitas.
En este sentido, distingue dos tipos de recursos: los calificados como permanentes y los
variables (incidentales) Entre los primeros, considera las marcas de persona, en su
manifestación verbal o pronominal; las marcas de tiempo (el presente, es el indicador
temporal que establece la enunciación y organiza el tiempo en pasado y futuro) y las marcas
de espacio. Tanto las manifestaciones de persona y de tiempo, como las de lugar, tienen
marcas gramaticales variadas, llamadas deícticos.

Sobre el aparato formal de la enunciación de Benveniste

Benveniste define a la enunciación como “la puesta en funcionamiento de la lengua por un


acto individual de utilización”. Solo cuando el locutor la hace suya (apropiándose de la lengua
a través de un acto individual para producir el enunciado) la lengua se transforma en discurso.

En definitiva, todo enunciado completa su significación en un contexto de comunicación


determinada. Fuera de ese contexto, no se le puede asignar significado depende de quien lo
diga, a quien lo dirija, asi como del contexto (espacial, temporal, institucional, social) en el que
se produce. Se distinguen dos niveles: el nivel del enunciado y el de la enunciación.

Este hecho comunicativo es a su vez intersubjetivo, ya que la instancia de apropiación de la


lengua por parte del locutor permite designar a otro al que va dirigido ese enunciado, es decir
la enunciación determina un alocutario, quien probablemente producirá, a su vez, otro
enunciado.

Benveniste propone al dialogo como genero modelo para describir los aspectos formales de la
enunciación. A través de la interacción que se da en el dialogo, cada participante toma el lugar
de la primera persona, es decir del “yo”, para dirigirse inevitablemente a la segunda persona,
el “tu”, es decir su alocutario. Esto quiere decir que el pronombre “yo” señala indistintamente
a todo aquel individuo que ponga en funcionamiento el sistema de la lengua para producir un
enunciado. La alternancia yo/tu entre locutor/alocutario deja en claro que el aparato formal
de la enunciación organiza la estructura general de la comunicación, así como el carácter
dialógico del enunciado

Deixis

El conjunto de estos términos linguisticos (relacionados con la persona, el espacio y el tiempo)


conforman la deixis (del griego “indicar o mostrar”) del enunciado. Benveniste los considera
formas “vacias” que solo completan su significación en el momento de la enunciación. Los
deícticos se definen entonces como aquellas palabras que adaptan su sentido a cada situación
comunicativa

Persona:

-Pronombres de 1ra persona como yo, me, mi, nuestro, etc y pronombre de 2da persona tu,
vos, ustedes, te, tu, etc.

Desinencias verbales (por ej: estudio, estudiamos, estudia, etc)

Tiempo

Adverbios: “ahora” señala el presente de la instancia enunciativa, a partir del cual se


organizan elementos que indican un tiempo simultaneo, anterior o posterior de la enunciación
como ya, hoy, recién, etc.

Desinencias de los verbos (por ej; leo, leere, lei, etc)

Espacio

Adverbios como “aquí” o “acá” indican proximidad al enunciador, según la cual se define la
significación de términos como “ahí”, etc

Pronombres demostrativos como este, esta, esa, aquel, etc.

Verbos que indican espacialidad: ir, venir, entrar, salir, etc.

En definitiva, el “yo” permite organizar todo el sistema de referencias de la comunicación y se


actualiza en cada enunciación. De ahí que Benveniste caracterice a estos elementos
linguisticos como “semelnativos” (del latin semel, “una vez”) en el sentido de que se renuevan
en cada acto enunciativo. De esta manera Benveniste integra en un marco formal los análisis
los elementos externos a lo linguistico, es decir incorpora así el contexto no verbal al estudio
de la enunciación.

Modalidades

Cada individuo deja su huella personal subjetiva en la comunicación, su perspectiva. Unos de


los aspectos en los que esta subjetividad se manifiesta es la “modalidad” y puede observarse
tanto en la forma en que el lector se muestra en relación al alocutario, como en la manera en
la que expresa su subjetividad en relación a su propio enunciado.

Modalidad de la enunciación: refiere a la relación intersubjetiva, es decir, a la que establece el


locutor por su alocutario.
-Declarativa: afirmaciones, negaciones

-Interrogativa: ayudan a obtener información, expresan duda o realizan afirmaciones implícitas


como en el caso de las preguntas retoricas

-Exclamativa: expresan sorpresa, asombro, etc.

-Imperativa: formulan una orden

Modalidad del enunciado: describe la relación que establece el locutor con su propio
enunciado.

El enunciador expresa la valoración del contenido del enunciado a partir de determinados


recursos léxicos como verbos, sustantivos, adjetivos y adverbios y rasgos verbales a los que hay
que prestar atención ya que funcionan como indicadores de subjetivi dad.

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