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U NIVERSIDAD A NDINA
“N ÉSTOR C ÁCERES V ELÁSQUEZ ”
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y
POLÍTICAS
Derecho Penal IV
DOCENTE DEL CURSO:
M. SC. Percy Wilfredo, Mejia Quispe
PRESENTADO POR:
BELIZARIO HUANCA Lidia
CCASO SOSA Luz
JOVE CARCAHUSTO Thayly
PALOMINO ONOFRE Liliana
PARILLO ESCOBEDO Gabriela Alexandra
VASQUEZ ZEA Zenaida Morayma
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UNIVERSIDAD ANDINA “NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ”
DEDICATORIA
Para nuestro Dr. de Derecho Penal IV, quien con dedicación y esmero nos
enseña conceptos básicos para nuestra carrera.
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AGRADECIMIENTO
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INTRODUCCIÓN
En general se conoce como lavado de activos a las distintas actividades realizadas por las
organizaciones criminales y demás agentes delictivos, con el fin de colocar, convertir y
ocultar los efectos y ganancias ilícitamente obtenidos (producto del delito), integrándolos a la
actividad económica y financiera del país para hacerlos pasar como licitas. Estas actividades
fundamentalmente consisten en inversiones, transferencias, ventas, adquisición y posesión de
diversos bienes, así como también en operaciones realizadas en el interior del sistema
financiero y bursátil, con las que se busca ocultar el origen delictivo de los fondos
involucrados en dichas actividades.
Así mismo, estas actividades constituyen la principal fuente de capital o financiamiento de las
operaciones ilícitas de las organizaciones delictivas, lo que a la postre conspira contra una
eficaz y oportuna administración de justicia, al sustraer los bienes y, en general, el producto
del delito y la identidad de los agentes delictivos, con lo que buscan asegurar la impunidad de
los mismos, además de generar una fuente inagotable y generalizada de medios de
corrupción.
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CAPITULO I
En todo análisis dogmático jurídico penal, tenemos que partir de la determinación del bien
jurídico protegido u objeto de protección de las normas penales, pues la afectación o puesta
en peligro de este determinará la acción o conducta típica. En general, y partir de los
instrumentos internacionales, no resulta sencilla la determinación del bien jurídico y demás
componentes dogmáticos del delito de lavado de activos: sin embargo, a partir de las
legislaciones de los países, promulgadas siguiendo las recomendaciones de los instrumentos y
convenios internacionales, podemos aproximarnos a la determinación del bien jurídico y a las
demás categorías y conceptos de la dogmática penal correspondiente al delito de lavado de
activos.
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delictivas. Este proceso tiene por objetivo principal disimular el verdadero origen de los
bienes para impedir que se los vincule con los delitos precedentes; Lo esencial es hacer
desaparecer ese nexo. Pero ello no es suficiente, sino que además se requiere generar las
condiciones para que tales bienes sustitutos pueda ser disfrutados en paridad de condiciones
con los de procedencia lícita, por lo que resulta imprescindible dotarlos de una apariencia de
legitimidad que les permita circular de modo normal en el mercado. En este sentido tal como
refiere Barral: se puede decir que el lavado de dinero o blanqueo de capitales es cualquier
acción u omisión mediante la cual se pretende otorgar apariencia de legalidad a los bienes
obtenidos por la comisión de delito, con el fin de reintegrarlos al circuito económico legal
desvinculados de su origen.
Referidas a los distintos modos Cómo se concreta la acción configurativa de este delito penal
en la gran mayoría de casos, se realiza por agentes “especializados” o “profesionales” en esta
materia, que prestan sus servicios a los agentes delictivos que necesitan lavar o blanquear su
dinero a cambio de grandes comisiones. se recurre a estos “especialistas”, dada la
complejidad, el volumen y la velocidad que se busca imprimir a las operaciones de lavado
para lograr la aparente legitimidad o legalización, alejando del delito a los activos o dinero.
estos “especialistas” son principalmente a funcionarios del sistema bancario o financiero
nacional o internacional, así como también agentes del sistema inmobiliario o bursátil, los
que aprovechan hábilmente las ventajas que les brinda el entorno comercial y empresarial
globalizados, así como la alta tecnología informativa con la que actualmente cuenta.
Así PRADO SALDARRIAGA, expresando lo dificultoso que resulta graficar las actividades
de los lavadores, tomando datos de Interpol, señala, en general, que los actos de lavado se
realizan especialmente a través de las variadas actividades y negocios Cómo:
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En los países subdesarrollados como el Perú todavía se ejecuta las operaciones de lavado con
predominio de los métodos tradicionales entre los que destacan:
Según entiende la doctrina penal el proceso y las fases del lavado de dinero son tres.
La fase de colocación consiste en la desvinculación de los agentes del delito de los activos de
procedencia delictiva poniéndolos en el mercado para su circulación. Es la etapa más
importante para descubrir el lavado de dinero.
Esta primera etapa es trascendental para el éxito de las medidas de prevención y control ya
que si el dinero ilegal logra penetrar en el torrente financiero, las posibilidades de rastrear su
origen y conexión ilícita se reduce considerablemente.
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siendo así en todo análisis de tipo objetivo de un delito, en primer lugar tendrá que precisar
Cuál es el bien jurídico protegido u objeto de protección de la norma penal, para determinar
si la conducta imputada o sometida a investigación constituye o no una afectación ha dicho
objeto de protección (bien jurídico), el mismo que constituye la razón de ser de dicha Norma.
masa aun, dicho bien jurídico constituye por un lado el afecto de la legitimidad de la
imposición de la pena;y, por otro, un límite a la posibilidad de criminalizar conductas,
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acortando el poder represivo del estado. Ello, aparte de la función sistematizadora que posee
en orden a la agrupación de las figuras según el interés tutelado.
Se considera bien jurídico a todo interés derecho o potestad público o privado a la cierta o a
ciertas condiciones favorables estos susceptibles de ser protegidos por las normas penales los
mismos que a la vez constituyen una síntesis jurídica concreta de una relación social
determinada y dialéctica basada en un condicionamiento participativo y pluralista de la
sociedad.
Los bienes jurídicos son relaciones sociales concretas, de carácter sintético, protegidas por la
norma penal que nacen de la propia relación social democrática como una superación del
proceso dialéctico que tiene lugar en su seno.
Los bienes jurídicos son circunstancias dadas o finalidades qué son útiles para el individuo y
su libre desarrollo en el marcado de un sistema social global estructurado sobre la base de esa
concepción de los fines y para el funcionamiento del propio sistema. el contenido de los
bienes jurídicos en el estado constitucional de derecho viene determinado por el propio orden
constitucional, y cuando no lo estuviera debe determinarse y sustentarse conforme a los
derechos fundamentales y a los valores y principios constitucionalmente valiosos, dentro de
los cuales tienen pared papel preponderante la dignidad de la persona, los principios de
soberanía del pueblo y el estado democrático así como de la propia forma republicana de
gobierno.
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sería ocultar, trasladar, convertir e integrar sus ganancias a sistema económico oficial,
en este sentido, la persecución y Castigo del delito obedecía a la finalidad de evitar la
lesión o puesta en peligro de la salud pública.
Desde el punto de vista amplio, se sostiene que el orden socioeconómico solo podrá
construir en el mejor de los casos, el bien jurídico mediato de algunas infracciones del
código penal, sirve para explicar la ratio legis de algunos delitos patrimoniales o
aquellas infracciones que afectan el sistema económico.
Por otro lado desde el punto de vista restringido, al orden socioeconómico se lo define
como la participación estatal en la economía de un país. Su núcleo y centro de gravedad
esta constituido por los intereses económicos públicos y la libre competencia.
En esta posición también esta sometida a graves objeciones. En primer lugar, se señala
que no siempre el lavado de dinero va a traer consigo una disfuncionalidad y deterioro
del sistema económico y ya a causar perjuicios a los agentes que intervienen en él, dado
que en no pocos casos genera consecuencias positivas para la economía al sistema
social.
Los posibles indicios que en algunos casos puede desertar el lavado de la comisión de
otros ilícitos penales, los delitos tributarios no justifican su merecimiento de pena en la
medida que tales hechos ya encuentran cobertura por medio de otros tipos penales.
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común, una serie de figuras delictivas que no puede ser entendido como el bien jurídico
protegido ni siquiera en los delitos socioeconómicos en sentido estricto, mas aun
cuando no se determina algún resultado lesivo concreto ni tampoco los principios
económicos a los que se afecta.
También es bueno agregar el comentario esbozado por GARCIA CAVERO con citas
De Fabian Caparros, Del Carpio Delgado, Aranguez Sanchez Y Blanco Cordero, en
cuanto refiere que: “el bien jurídico del delito de lavado de activos debe enmarcarse en
un ámbito de los delitos económicos por lo que su protección penal debe relacionarse
necesariamente con las estructuras económicas.
En la doctrina nacional, Prado Saldarriga sostiene: “para nosotros, por tanto, el lavado
de dinero no esta orientado hacia la afectación de un bien jurídico exclusivo y
determinado, ya que dicha infracción se presenta en la realidad como un proceso
delictivo que según sus manifestaciones concretas perjudica de modo simultaneo
paralelo distintos bienes juridicos.
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El bien jurídico protegido en el delito de lavado de dinero es la licitus de los bienes que
circulan en el mercado que debe ser protegida respecto a los bienes que son de
procedencia delictigva. Dicho bien jurídico tiene carácter colectivo, no individual. Una
de las condiciones y presupuestos necesarios para la existencia del orden
socieconomico es la exigenciaque los bienes que circulan sea de origen licicto.
La circulación debe ser protegida respecto a la incorporación de los bienes que tienen
un origen delictivo.
Se parte de la idea de que todas las actividades que se desarrollan en una economía
social de mercado deben ser realizadas en igualdad de condiciones y oportunidades en
las que solo deben ser amparadas las actividades que se desarrollan dentro de la ley; es
decir que no tienen un origen licito.
Por nuestra parte consideramos que aun cuando cada una de las tesis esbozadas
comprende un aspecto importante del bien jurídico protegido en el delito de lavado de
activos, por si solas no lo definen debidamente o en todo caso desbordan la necesidad
de concreción y objetividad del objeto de protección, no logrando superar las criticas u
objeciones formuladas contra cada una de ellas. Teniendo en cuenta el ius puniendil
estatal solo resulta legitimo cuando actúa es estricta defensa de bienes jurídicos
debidamente determinados y en estricto respeto al principio de lesividad.
En este sentido, si bien es indudable que las conductas propias del lavado de activos
afectan el orden o sistema económico del país, para que dicho orden o sistema
constituya un verdadero bien jurídico u objeto de protección penal, tiene que estar
delimitado o concretizado, de tal forma que las conductas configurativas del delito
signifiquen una real afectación al mismo, al significar su lesión o su puesta en peligro.
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5. TIPO DE DELITO
Desde el punto de vista dogmático se trata de saber si estamos ante un delito de peligro o de
lesión, de simple acción o de resultado o de un delito instantáneo, continuando o permanente;
asimismo si se puede cometer sólo por una acción o también por omisión particularmente;
mediante acción por omisión (omisión impropia), y claro, si se trata de un delito autónomo
del delito previo.
En principio, si consideramos que se trata de un delito que afecte un bien jurídico de carácter
colectivo, arribaremos a la conclusión de que no puede ser afectado a través de una lesión
concreta, pues, no podremos determinar cuándo nos encontramos propiamente ante un
resultado lesivo; por tanto debemos concluir que los casos de lavado sólo pueden configurar
delitos de simple acción y de peligro. Desde otra perspectiva ARANGUEZ SANCHEZ
también llega a similar conclusión, cuando refiere: Y es qué es muy difícil entender que en el
blanqueo es un delito de resultado, porque siendo el blanqueo un proceso siempre perfectible,
no puede afirmarse con rotundidad que un bien ha sido definitivamente blanqueado, sino que
cada conducta de blanqueo sólo supone un mayor distanciamiento del bien respecto a su
origen ilícito.
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De otro lado los tipos de ocultamiento y tenencia normalmente son de naturaleza permanente
o continuada; así, los casos de guardar, administrar, custodiar, ocultar o mantener previsto en
el artículo 2° del Decreto Legislativo N°1106, son supuestos permanentes; en cambio, los
casos de adquirir o recibir previstos en este mismo artículo son supuestos instantáneos; a la
vez que el caso de utilizar normalmente, es un delito continuado. Asimismo, los supuestos de
transportar o trasladarse a un casos permanentes mientras dura tal acción; Igualmente los
casos de hacer ingresar o salir del país son supuestos instantáneos.
propias de lavado. Esta posición, sin embargo, se descarta estando a qué la normas en ningún
momento exige un delito previo (específico), por el contrario, únicamente refiere que los
activos materia del lavado deben estar vinculados o guardar conexión con actividades
criminales previas consideradas del modo general.
CAPITULO II
Siendo así, a efectos de proponer una opción dogmática acorde con los fines y razones que
inspiraron la configuración, promulgación y vigencia de las normas penales constitutivas de
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meros motivos procesales, aduciendo sé que ello contradice al principio de culpabilidad, sin
embargo, también es cierto que la ley sustantiva tiene que constituir una respuesta idónea
para lograr la finalidad preventiva de la pena y si se estructura se los tipos penales de un
modo que no resulten aplicables ello contradiría dicha finalidad.
En nuestro medio, inicialmente se hizo depender el delito de lavado de activos del delito de
tráfico ilícito de drogas, de tal modo que para acreditarlo, necesariamente tenía que haberse
acreditado a través de una sentencia condenatoria firme, el delito previo del tráfico ilícito de
drogas. Luego con la Ley N° 27765 (artículo 6), se estableció que el origen de los activos
podría inferirse de los indicios concurrentes en cada caso, añadiéndose que no era necesario
que las actividades ilícitas que produjeron el dinero, los bienes, efectos o ganancias, se
encuentren sometidas a investigación, proceso judicial o hayan sido objeto de sentencia
condenatoria. Con ello y ya avizoraba la autonomía del delito de lavado de activos respecto a
la actividad delictiva previa, aun cuando no quedará totalmente desvinculado de esta. Sin
embargo, pese a que la intención y finalidad normativa era plasmar un tipo penal de lavado
de activos autónomo por la forma de redacción de la norma, está autonomía no se apreciaba
de modo evidente; ello llevó a las a los intérpretes de la norma, especialmente a los abogados
defensores de los investigados o procesados por lavado de activos, a esbozar en sus
respectivas defensas y artículos doctrinarios, una supuesta autonomía procesal pero
descartaban la autonomía material o sustantiva referida a la propia configuración del tipo
penal. Pues asumieron, y aun asumen, que si bien para el inicio de la investigación o del
proceso no se requiere que el delito previo se encuentre sometido a investigación proceso
judicial o haya sido objeto de sentencia condenatoria ellos no resulta suficiente para dictar
una sentencia condenatoria por el delito de lavado de activos precisando que para ello se
requiere que el delito previo se acredite en un debido proceso puesto que asumen que se trata
de un elemento objetivo (normativo) del tipo. Así, CARO CORIA y ASMAT COELLO,
luego de pronunciarse por la necesidad de acreditar el delito previo para la configuración del
tipo penal de lavado de activos, agregan que existen dos posibilidades de acreditar dicho
delito previo, la primera través de una sentencia firme y anterior a la segunda un propio
proceso por el delito de lavado de activos refiriendo que nuestro medio se ha optado por la
segunda posibilidad.
Finalmente el artículo 10° del Decreto Legislativo N° 1106, en actual vigencia estipula que:
el lavado de activos es un delito autónomo por lo que para su investigación y procesamiento
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no es necesario que las actividades criminales que produjeron el dinero los bienes efectos o
ganancias hayan sido descubiertas, se encuentren sometidas a investigar proceso judicial o
hayan sido previamente objetos de prueba o de sentencia condenatoria.
La autonomía ha quedado claramente establecida, tanto que algunos autores nacionales lo han
llevado a extremos, concluyendo que para configuración del delito de lavado de activos no es
necesariamente la conexión objetiva de los activos en proceso de lavado con la actividad
criminal o delito fuente. En efecto PRADO SALDARRIAGA, refiere que el supuesto
agraviado previsto en el penúltimo párrafo del artículo 4° del Decreto Legislativo N° 1106
(referido a los casos en que los activos se vinculan a los delitos de minería ilegal tráfico
ilícito de drogas terrorismo secuestro extorsión y trata de personas) es el único caso que la
legislación penal peruana contra el lavado de activos donde el delito fuente o precedente
adquiere relevancia normativa o probatoria en efecto sólo para la configuración de esta
agravante específica de segundo grado o nivel, constituye presupuestos o requisitos
indispensable la conexión directa o indirecta de los bienes objeto de los actos de lavado que
ejecuta el agente, con cuando menos uno de los delitos que de modo taxativo señala en el
párrafo tercero del artículo 4°. Por lo cual Igualmente, la prueba suficiente de esa relación se
convierte en una exigencia procesal ineludible para que pueda tener plena eficacia los efectos
agravantes señalados por la norma. Con lo que queda claro que para este autor los casos no
comprendidos en este en este agravante no requieren tal vinculación, resultando suficiente
para la configuración del delito de lavado, la presencia de un activo cuyo origen no se ha
justificado lícitamente a la existencia de un desbalance no explicado justificadamente.
Siendo así, la autonomía material o sustantiva del delito de lavado de activos queda
debidamente determinada, y no se trata sólo de una supuesta autonomía procesal, como la que
se ha hecho referencia por tanto la acreditación del delito de lavado de activos no depende del
acreditación del delito previo en efecto la propia doctrina y jurisprudencia comparada se ha
pronunciado en este sentido, así, BLANCO CORDERO, basándose en jurisprudencia del
Tribunal Supremo Español, señala :la jurisprudencia se ha pronunciado de manera rotunda en
el sentido de que no es necesario que exista una condena por la actividad delictiva previa de
la que proceden los bienes. Es paradigmática la STS1704/2001, de 29 de septiembre, a la que
se refieren otras posteriores, en la que advierte que en la definición del delito de blanqueo no
se exige la previa condena por el delito del que proceden los bienes que se ocultan. Esto es
lógico, sigue, desde una perspectiva político crimina,l puesto que tratándose de combatir
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eficazmente el tráfico ilícito de drogas en todos los tramos del circuito económico generando
por dicha delincuencia, carencia de sentido esperar a que se declarase la responsabilidad de
los partícipes en el tráfico para perseguir penalmente tales conductas. Se considera bastante
con acreditar simplemente la presencia antecedente de una actividad delictiva de modo
genérico que permite en atención a las circunstancias del caso concreto la exclusión de otros
posibles orígenes, sino que sean necesarias ni la demostración plena de un acto delictivo
específico generador de los bienes ni de los concretos participes en el mismo.
Consecuentemente, para determinar que estamos ante el delito de lavado activo se requiere
únicamente acreditar la vinculación del objeto del objeto del delito de lavado de activos con
la actividad criminal y para determinar esta vinculación así como para determinar la propia
existencia de la actividad criminal no hace falta acreditar un delito previo sino únicamente
establecer una conexión entre la acción de lavado y la y las actividades criminales a las que
hace referencia el artículo 10° de la Ley (Decreto Legislativo N°1106), lo que cual resulta
plenamente coincidente con el criterio expresado por BLANCO CORDERO, para la
legislación española, en cuanto señala que dada la autonomía del delito de lavado de activos
no se exige de una resolución judicial se pronuncie sobre un delito antes antecedente
concreto.
En tal sentido, es suficiente con que existan indicios razonables que vinculen a los activos
con las actividades criminal previa como señala la doctrina la normatividad nacional e
internacional así como la jurisprudencia y acuerdos vinculantes de nuestra Corte Suprema.
Pero estos indicios razonables no necesitan ser de la misma magnitud de los que se necesitan
para acreditar un delito, sino indicios de menor intensidad probatorio pero claro que sean
idóneas para descartar la procedencia lícita de los activos materiales de lavado y
Consecuentemente que vinculen a los activos con las actividades criminales establecidas en el
artículo 10° de la Ley.
Finalmente, para concluir este acápite resulta necesario precisar que aun cuando no se
requiere acreditar un delito previo para la configuración del delito de lavado de activos
pueden presentarse casos en este acreditado que los activos materia de lavado provienen de
un delito específico respecto del cual hay una sentencia firme, se ha investigado debidamente
o existen elementos probatorios suficientes respecto a su comisión y a la generación de los
activos por dicho delito. Obviamente ellos determina la necesidad de estudiar la problemática
del delito previo a fin de determinar si éste se encuentra dentro de la actividad criminal previa
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considerada por el tipo penal como generadora de los activos materiales de lavado precisar el
nivel de la estructura del delito específico previo, en el grado de ejecución del delito si el
delito previo es alcanzado por la vigencia de la norma penal de lavado de activos, qué pasa
cuando el delito previo es cometido en el extranjero, cuando la acción penal por el delito
previo se ha extinguido (prescrito), la problemática de la despenalización del delito previo, la
descontaminación de los activos y demás cuestiones relacionadas con dicha actividad
criminal.
El análisis de esta problemática sólo será relevante para los casos en que por alguna razón la
actividad criminal previa o delito previo se haya acreditado No porque se haya tenido que
investigar previa o conjuntamente con el lavado de activos de forma específica sino porque
éste ya esté determinado al momento en que se inicia la investigación o procesamiento de
lavado de activos o al momento de dictarse la condena Pues en general no se requiere realizar
un debido proceso respecto al delito previo, sin siendo suficiente una vinculación general y
abstracta de los activos ilícitos con la actividad criminal en cuestión.
Al respecto las legislaciones y la doctrina han ensayado varios modelos entre estos:
De otro lado, también se ha sostenido que conforme a la Ley N° 27765, el delito previo
al lavado, además de grave y producir ganancias económicas, su comisión debía
realizarse a través de la delincuencia organizada, quedando excluido que los que no
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Asimismo tampoco resulta exacto considerar que la norma actual, se exige que la
actividad criminal previa deba realizarse tendencialmente en delincuencia organizada,
pues tal como refiere BLANCO CORDERO, si bien el delito de lavado de activos ha
quedado consolidado en los sistemas penales, a lo largo del tiempo ha experimentado
transformaciones por los criterios políticos criminales que inicialmente legitimaron su
existencia como un instrumento de lucha contra el tráfico ilícito de drogas y
posteriormente orientado afrontar la lacra del crimen organizado hoy en día se ha
superado esta idea; y el delito de blanqueo ha expandido enormemente su campo de
aplicación a cualquier actividad delictiva inclusive a una serie de comportamientos que
difícilmente responden a la idea de lo que constituye el fenómeno de blanqueo.
Siendo así, este aspecto de la problemática respecto al tipo de actividad criminal previa
(delitos previos), por lo menos en nuestro medio, ha quedado debidamente esclarecido.
Y claro consideramos que este es un aspecto fundamental, porque la gente es lavado de
activos debe conocer o debía presumir que los activos con los cuales está relacionadose
están vinculados a dicha actividad criminal: es decir el dolo de la gente debe abarcar
esta vinculación.
a) Actividad previa cuyo objeto efectos y ganancias son dinero u otros bienes fungibles
b) Delitos imprudentes
Más allá de las dificultades existentes sobre la actividad criminal previa o el delito
previo lavado de activos en general, un problema que se ha generado en la doctrina y
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El primero de estos criterios sostiene que el objeto material del delito de lavado de
activos está constituido por bienes que el autor adquiere a raíz quiere o con la
comisión del delito previo, sea porque estos constituyen objeto de este delito o por
que constituyen efectos o ganancias del mismo.
Esto es, mediante la actividad criminal previo, el autor obtiene algo que no tenía antes
del delito, existiendo una relación causal entre la existencia de estos bienes y la
actividad criminal previa. En el caso del delito de defraudación tributaria esto no
sucede puesto que el monto dejado de pagar o cuota defraudada que permanece en el
patrimonio del agente, no ha sido producido o ganado con la omisión del pago. Cómo
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refiere Quintero Olivares “el dinero de quien no pagó sus impuestos no es un dinero
producto del delito fiscal y, por lo tanto no puede ser objeto de delito de blanqueo; por
el contrario, este dinero se obtenido por otros medios lícitos (diversas actividades o
negocios del agente) y, por lo tanto, se han incorporado válidamente a su patrimonio;
en consecuencia sobre ellos el agente tiene titularidad, al contrario de lo que sucede
con los objetos, efectos y ganancias del delito sobre los cuales el agente del delito no
tiene titularidad alguna.
Pues como lo hemos señalado en diversos trabajos el objeto del delito es el bien o
interés sobre el cual recae la acción u omisión delictiva; en la defraudación, la
omisión del pago no recae sobre la cuota dejada de pagar. Tampoco produce el dinero
(cuota dejará de pagar), el mismo que existía con anterioridad a la omisión, por lo
tanto, tampoco puede considerarse efectos o ganancias.
d) Delito de receptación
La norma legal (artículo 10° del Decreto Legislativo N° 1106) establece una relación
de delitos a los cuales debe referirse la actividad criminal previa la cual deben estar
vinculados los objetos efectos y ganancias con los que se realizan las acciones de
conversión y transferencia dentro de esta relación se considera a todos aquellos delitos
idóneos para generar ganancias ilegales ello significa que se considera prácticamente
a todos los delitos que producen utilidades.
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activos puesto que puede ser comprendido sin problema alguno en el artículo 10 de la
ley de lavado de activos en el extremo que señala como delito previo a cualquier
delito con capacidad de generar ganancias ilegales en tal sentido si lo receptado ha
hecho una fortuna con la actividad delictiva que luego Busca disimular condado de
lavado responder a sin ningún problema por el delito de lavado de activos obviamente
es criterio resulta acorde con la finalidad político criminal del delito de lavado de
activos que busca privalia producto del delito delictivo.
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280084 que este no es un delito patrimonial sino un delito aduanero delitos aduaneros
inyección están comprendidos expresamente como delitos privativos de la actividad
criminal lavado de activos decreto legislativo número 1106.
Como quisiera que el blanqueo es un proceso, en el que luego de realizar una operación de
lavado, se continua realizando operaciones para alejar mas a los activos del delito previo:
resulta claro que pueden realizarse operaciones alejarse mas a los activos del delito previo;
resulta claro que pueden realizarse operaciones de blanqueo sobre bienes anteriores
anteriormente blanqueados. A esta secuencia de operaciones de lavado sobre vienes ya
lavados oen proceso de lavado, se conoce como el lavado o blaqueo de activos en cadena. En
estos casos, en principio, no existe problema para considerar al delito de lavado de activos
como delito previo a las subsiguientes actividades u operaciones de lavado. Sin embargo, si
es que realizada la primera operación de lavado, los objetos, efectos o ganancias del delito
previo mantienen su misma magnitud o esta disminuye, no podremos hablar de efectos o
ganancias de la operación de lavados, sino únicamente de efectos o ganancias del delito
primigenio, por lo que estaremos hablando simplemente de bienes o activos sustitutos o de
sustitución.
Pero claro, si el blanqueo es un proceso, el problema se presenta para determina una acción
delictiva de lavado y empieza otra; obviamente, si la segunda operación de lavados la realiza
una persona distinta a la del primero, no habrá problema para diferenciar ambas acciones y
cada una responderá por su propia acción desplegada, la primera por lavado de activos
provenientes del delito previo y la segunda por el lavado , tanto de los activos de dicho delito
previo asi como de los activos provenientes del propio delito de lavado previamente
realizado, siempre que haya conocido el origen delictivo de los activos del delito previo al
primer lavado.
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De otro lado, en el caso de que el lavador en cadena fuese el mismo sujeto, creemos que debe
considerarse todas sus acciones de lavado como expresiones de una misma voluntad criminal,
y por tanto estamos antes un mismo delito continuado, no pudiendo imputársele un concurso
real de delitos, que con la sumatoria de penas que ello implica, se llegaría una punición
desproporcionada no acorde con los principios que regulan el control penal en el estado
constitucional de derecho, que es el que nos rige. Sin embargo, el incremento de los efectos o
ganancias obtenidos de las sucesivas operaciones de lavado será considerado a efecto de
determinar la suma total de los activos comprendidos en las operaciones a fin de determinar
si nos encontramos ante un supuesto agravio.
Al respecto, lamentablemente, existe gran confucion, la misma que ha sido generada por las
propia doctrina, que no ha llegado a comprender la naturaleza y estructura del delito de
lavado de activos plasmada por los convenios internacionales y por la propia estructura de los
tipos penales establecidos en la legislaciones nacionales en particular.
Y claro, los criterios teóricos diseñados por la doctrina han orientado de modo errático a la
jurisprudencia, a tal punto inclusive en los acuerdos plenarios de nuestra corte suprema de
justicia se han plasmado estas confucines y contradicciones, como puede apreciarse en los
acuerdos plenarios de las salas supremas penales.
Para arribar ala conclusión de que el delito previo es un elemento objetivo del tipode lavado
de activos, blanco cordero parte del análisis de los delitos de receptación y encubrimiento
real. Obviamente, para estos delitos tiene sentido hablar de delito previo como elemnto
objetivo del tipo, puesto que se trata de acciones realizadas sobre el propio objeto del delito
previo; es mas, las acciones de lavado se realizan precisamente, sobre bienes o activos que
muchas veces no están en conexión material con el objeto del delito previo pudiendo tratarse
de delitos previos cometidos en países distintos a aquel en el que se produce el lavado, puesto
que se trata, ordinariamente, de un delito transnacional.
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En tal sentido, nose puede sostener que el delito previo al delito de lavado de activos, al igual
que en los tipos receptación y encubrimiento real, es un elemento objetivo del tipo penal,
puesto que los elementos objetivos del tipo son componentes objetivo del tipo penal, puesto
que los elementos objetivos del tipo son componentes materiales o normativos que concurren
a la comisión del delito y, por ello, forman parte de la estructura del mismo o son tomados en
cuenta dentro de esta como del mismo o son tomados en cuenta dentro de esta como una
unidad y tienen que estar abarcados íntegramente por el dolo del agente; lo que no sucede con
el delito previo en el delito de lavado de activos, el cual, normalmente, esta totalmente
alejado de las acciones configurativas del lavado, y claro, este, este no depende del delito
previo. Es por ello que la propia normatividad internacional y las diversas normativas
nacionales, establecen normativamente que el delito de lavado de activos es un tipo penal de
naturaleza autónoma del delito previo o de cualquier otro delito, es mas, la norma peruana no
hace referencia a delito previo sino a actividad criminal lo que significa una consideración
general y abstracta de la actividad delictiva a la cual deben estar vinculados los activos.
Si ello es asi, ¿como se puede sostener que el delito previo es un elemento del tipo objetivo
del delito de lavado de activos y conciliar tal premisa con la disposición normativa que
establece que no es necesario investigar, procesar, acreditar o condenar por dicho delito
previo?, como se hace en los acuerdos plenarios en la corte suprema, ello naturalmente es un
contra sentido, que tiene su origen en el error que an incurrido los diversos autores, jueces,
fiscales al extrapolar las conclusiones arribadas en los delitos de receptación y de
encubrimiento real al delito de lavado de activos. Pues, en este ultimo, al tratarse de un tipo
autónomo procesal y material , únicamente se tiene que acreditar los elementos que integran
su estructura típica, dentro de la cual no se encuentra no se encuentra el delito previo.
Pero, entonces, ¿ cual es el papel del delito previo en la estructura del delito de lavados de
activos? En realidad, el delito previo como delito especifico y concreto, al no ser un
elemento del tipo penal, no tiene alguna relevancia para la configuración del delito de lavado
de activos; pues para ello únicamente se requiere vincular al objeto del delito de lavado de
activos a una actividad criminal considerada en general y extracto, sin acreditación del delito
precio. Siendo asi, realmente, debemos dejar de hablar de delito previo (concreto y especifico
y referimos únicamente a actividad criminal). Este criterio fluye del contenido de los artículos
1,2y3 del decreto legislativo 1106, que se refiere “al origen ilícito de los activos” (no al
origen del delito), concordante con el articulo 10 de mismo decreto legislativo que establece
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corresponde a actividades criminales y no aun delito previo especifico. Sin embargo, ello no
debe llevarnos al dejar de lado toda referencia ala actividad delictiva previa, como hace las
decisiones extremas que disponga totalmente al lavado de activos ala actividad criminal, pues
si aceptásemos esta postura, ya no estaríamos frente al lavado de dinero “sucio”, que no es
otra cosa que aquel vinculado ala actividad criminal y proponen una total autonomía.
En tal sentido, no se existe ni siquiera que el agente del lavado de activos deba conocer la
existencia de la actividad criminal previa o delito previo, sino que es suficiente con deba
presumir tal existencia, lo que implica que no necesario qye conozca QUIENES LO HAN
COMETIDOS, las circunstancias del mismo o que exista un trato personal con sus agentes, es
decir, el conocimiento no debe ser exhaustivo; inclusive, no se requiere que el agente del
lavado sepa que se trata de un hecho previo culpable y punible o que se trata de un injusto
penal ; esta circunstancia no la existen ni siquiera los autores que sostienen que el delito
previo constituyente un elemento normativo del tipo.
Claro que en nuestro medio poder decidirse que la norma establece que los activos (bienes,
dinero, efectos y ganancia) deben tenar “un origen ilícito”, lo que llevaría a considerar el
delito previo como elemento del delito ;sin embargo, si concordamos esta aseveración con el
contenido del articulo 10 de la ley , lo que para su investigación y procesamiento no es
necesario que las actividades criminales que produjeron el dinero, los bienes, efectos o
ganancias, hayan sido descubiertas , se encuentren sometidos a investigación, proceso judicial
o haya sido previamente objeto de prueba o de sentencia. La conclusión que estamos
planteando resulta evidente; esto, es el delito previo no determina la configuración del delito
de lavado de activos.
Como puede apreciarse, no se puede sostener, por un lado, que el delito previo es un
elemento objetivo del tipo y, por otro, aducir que no es necesaria la probanza de dicho delito
previo, de sus circunstancias y partícipes concretos, precisando que solo es suficiente una
conexión o vinculación de los activos con las actividades delictivas o personas vinculadas a
estas. Pues debe quedar claro que para tener por acreditado un delito, todos los seguimientos
objetivos del tipo deben acreditarse debidamente (más allá de la duda razonable), de lo
contrario será de aplicación el principio in dubio porreo. Inclusive, el Acuerdo Plenario de la
Corte Suprema ni siquiera diferencia si se trata de un elemento objetivo descriptivo o
normativo, lo cual resulta importante a efectos de determinar el nivel de conocimiento que
debe tener el agente del lavado respecto al delito o actividad criminal previa.
Y claro, la acreditación de un delito (en este caso, del delito previo o fuente), solo se
concretará en un debido proceso penal, donde se determinará agentes y demás elementos
configurativos, por lo que si se aceptase que el delito previo es un elemento del delito de
lavado de activos, no tendría sentido hablar de autonomía de este delito, mucho menos
sostener (como es aceptado unánimemente en la legislación, la doctrina y los convenios
internacionales) que para su consumación no es necesario que los hechos delictivos de los
cuales provienen los activos hayan sido descubiertos, se encuentren sometidos a investigación
o proceso judicial o hayan sido mente objeto de prueba o de sentencia condenatoria, tal como
toda claridad, la actual Ley de Lavado de Activos.
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En cuanto a qué nivel en la estructura del delito deben tomarse en cuenta, se ha discutido si el
delito previo debe presentar todos los niveles de la estructura del delito o si es suficiente con
que se trate de un injusto penal. Al respecto, se sostiene que no es necesario que el delito
previo sea efectivamente punible o se logre comprobar la culpabilidad del agente. Basta que
exista un comportamiento típico y antijurídico (injusto previo); esto es, se habla también de la
vigencia, en este extremo, de la accesoriedad limitada en la apreciación del delito previo; así,
ARÁNGUEZ SÁNCHEZ refiere que debe considerarse el hecho típicamente antijurídico,
pero no es necesario que sea culpable ni mucho menos punible; de ello se desprende, a la vez,
que, cuando se trate de un hecho típico (tanto objetiva como subjetivamente hablando) o el
comportamiento se encuentre justificado, no habrá posibilidad alguna de alegar lavado de
dinero
Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta evaluación es la que se deberá hacer el
momento de calificar o tipificar la conducta por parte del juzgador, por el fiscal o por la
propia defensa, así como también por la doctrina; pero el conocimiento de estos niveles del
delito previo no se exigirá al agente del delito, puesto que el delito previo no es una elemento
del tipo y, por ello, no está abarcado por el dolo del agente, quien ú nicamente debe conocer
la vinculación de los activos a determinada actividad criminal o delictiva de modo genérico.
Este criterio es asumido por la doctrina, inclusive por los que asumen que el delito previo es
un elemento normativo del tipo penal.
En cuanto al grado de ejecución del delito previo o actividad criminal se ha discutido si debe
tratarse de actividades criminales consumadas o es suficiente con que alcance el grado de
tentativa. Al respecto, se asume que esto es irrelevante, siendo suficiente que la acción
delictiva (consumada o intentada) haya generado los activos ilícitos sobre los cuales se
realizan las acciones propias del delito de lavado de activos; esto es, resulta suficiente que el
agente del lavado conozca que los activos provienen de una actividad criminal, sin interesar
su grado de ejecución.
En cuanto al grado de ejecución del delito, también resulta necesario referirnos al llamado
agotamiento de un hecho punible como una fase del "iter criminis* posterior a la
consumación. El agotamiento del delito era entendido como alcanzar materialmente la
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finalidad que perseguía e impulsó al agente a cometer un delito; aun cuando esta fase se ha
considerado intrascendente a efectos de la consumación del delito, en el ACUERDO
PLENARIO N.° 7-2011/CJ-l 16. 06/ 12/2011, de la Corte Suprema, se sostiene que el
agotamiento deja de ser irrelevante para la dogmática porque en este marco se presentan los
delitos de lavado de activos. Al respecto tal afirmación resulta correcta para los actos
ocultamiento y tenencia previstos en el artículo 2° de la Ley, más no así para los casos
conversión y transferencia y demás actos previstos en dicha Ley; puesto que estos actos no
están referidos propiamente al agotamiento de delito previo alguno, sino a nuevos hechos
configurativos de conductas distintas que atacan a un bien jurídico distinto al atacado con el
delito previo.
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Para la configuración del delito de lavado de activos en su vinculación con el delito previo,
no interesa si este cometido en el territorio nacional o en el extranjero, puesto que se trata de
un delito de carácter transnacional; pues en ambos casos estamos ante la procedencia
delictiva de los activos.
Los bienes objeto del delito de lavado pueden proceder de un delito previo cuya acción penal
se ha extinguido por las causales previstas en el artículo 78° del Código Penal, esto es por
muerte del inculpado, por prescripción o autoridad de cosa juzgada. Pues tal como ya lo
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hemos adelantado, la extinción de la acción penal no cambia la naturaleza del origen delictivo
de los efectos o ganancias. Más aun, por el hecho que ya no se pueda perseguir penalmente al
autor del delito previo, no se legalizan los activos procedentes del mismo; y, por tanto, la
incursión de estos activos en el sistema económico, igualmente, afectan al bien jurídico
protegido por el delito de lavado de activos.
En los casos de descriminalización del delito Previo, es decir, cuando el delito del cuál
provienen los activos deja de ser tal, creemos que ya no podrá configurarse el delito de
lavado de activos; puesto que ya no habrá posibilidad de vincular el activo a delito previo
alguno; pues el delito al cual se le podía vincular ya dejo se serlo (ya no existe más). Criterio
distinto maneja GARCIA CAVERO, quien sostiene que “…los activos no abandonan su
procedencia delictiva por una despenalización posterior al delito que los genero, por lo que
no debería haber ningún inconveniente para castigar los actos que apuntan a darle una
legitimidad de la que carecen”. Al respecto consideramos que no se habría tomado en cuenta
que, si bien el hecho en determinado momento tuvo un reproche penal determinado por una
respuesta punitiva severa, con el paso del tiempo y el cambio de las circunstancias objetivas,
ese reproche se ha desvanecido, lo que ha generado la despenalización del tipo penal. Y claro,
la condición delictiva que viciaba el origen de los delitos jurídicamente ya no existe y, por
tanto, ya no hay origen delictivo que ocultar; a la vez que la necesidad del decomiso o la
incautación sustentada en el origen delictivo de los bienes, dinero, efectos o ganancias
también habrán desaparecido.
Los efectos o ganancias del delito previo, al encontrarse en el circuito económico pueden ser
transferidos a terceros. Esta transferencia puede ser inter-vivos o mortis causa o incluso a
través del sistema financiero, a la vez que puede realizarse buena fe o mala fe y a titulo
gratuito o a título oneroso. Para que los activos provenientes del delito previo o vinculados a
la actividad criminal queden descontaminados y, por tanto, ya no será posible la realización
del delito de lavado de activos por acciones sobre estos bienes, se requiere que la
transferencia haya sido a través de un acto inter-vivos (incluida la actividad financiera), de
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buena fe y a título oneroso. Solo de este modo los activos dejan de ser efectos o ganancias del
delito para convertirse en bienes que tienen un titular con título firme. En el caso de que los
objetos del delito tuviesen un titular reconocido, como el supuesto de los bienes robados,
estos tienen un trámite distinto.
El ingreso de los activos de origen delictivo al circuito financiero licito de ningún modo los
descontamina, pues, estos continúan siendo efectos o ganancias del delito; siguen teniendo
origen delictivo y siguen siendo materia de incautación y decomiso. Pues la negligencia de
los operadores financieros, al no haber detectado su origen delictivo o la astucia de los
lavadores para superar los controles, de ninguna manera cambian la naturaleza de dichos
efectos y ganancias, los mismos que siguen manteniendo su relación causal con el delito
previo. Inclusive, no estamos ante la llamada adquisición intermedia descontaminante del
Código Penal alemán, puesto que no estamos frente a adquisiciones por parte de terceros,
sino ante el dinero de los propios agentes del delito, que bajo cualquier título lo han
depositado en el banco, pero mantienen su titularidad, a la vez que mantiene su origen
delictivo
Para la prueba o acreditación del delito previo, se tiene que partir de la determinación de su
naturaleza jurídica con relación a la estructura del tipo de lavado de activos. Pues, si partimos
de considerar que se trata de un elemento objetivo del tipo, como sostienen algunos,
necesariamente se tiene que acreditar en un debido proceso este elemento, sea antes de la
investigación del delito de lavado de activos o simultáneamente con este en el mismo
proceso. Pues sabido es que, para la acreditación de un delito, se tendrá que acreditar la
presencia de todos y cada uno de los elementos objetivos y subjetivos del tipo.
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JURISPRUDENCIA
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FECHA: 15/10/2013
FECHA: 16/01/2017
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FECHA: 30/01/2017
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CONCLUSIONES
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SEXTO: La lucha contra el Lavado de Activos es una realidad compleja; sin embargo,
implica que se continúe con los esfuerzos conjuntos con la finalidad de crear y diseñar
mayores sistemas de control tanto en las personas jurídicas como en las personas naturales. La
Corte Suprema, desde el punto de vista jurídica, cumple un papel importante pues implica que
desarrolle jurisprudencia clara que oriente el devenir de la lucha contra este delito.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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