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1. El Código de Ética para Profesionales de la Contabilidad.

La Federación Internacional de Contadores (IFAC) ha emitido el Código de Ética


del Contador Profesional, que promueve su aplicación por parte de todos los
Contadores del mundo. El Código de Ética de la IFAC, establece las reglas de
conducta para todos los Contadores del mundo y determina los principios
fundamentales que se deben respetar para perfeccionar los objetivos comunes de la
profesión. Reconoce que los objetivos de la Profesión Contable son trabajar al más
alto nivel de profesionalismo y para esto tiene cuatro exigencias básicas:
Credibilidad, Profesionalismo, Calidad del Servicio, y Confianza. Este Código en su
versión 2006, fue revisado por el Consejo de Normas Internacionales de Ética para
Contadores de la IESBA en julio del 2009, y fue aprobado por el Comité Ejecutivo
de la IFAC para su implementación a nivel mundial, entrando en vigencia desde el 1
de enero del 2011. Este Código establece requerimientos éticos para los Contadores
profesionales de todo el mundo, disponiendo que ninguna institución o firma
miembro de la IFAC puede aplicar normas menos rigurosas que las establecidas en
este código. El Código de Ética de la IFAC enuncia cinco Principios
Fundamentales, los que deben cumplir todos los Contadores del mundo, y son:
Integridad, Objetividad, Competencia Profesional y Debido Cuidado,
Confidencialidad y Comportamiento Profesional. El Código de Ética del Contador
Profesional de la IFAC vigente desde el 1 de enero del 2011, contiene tres partes:
Parte A: Aplicación General del Código. - Contiene la introducción y los Principios
Fundamentales, en los cuales se encuentran definidos los cinco principios
fundamentales de la Ética.

Parte B: Los Contadores Profesionales en la práctica pública. - Contiene algunos


ejemplos de circunstancias que crean amenazas en la práctica profesional y las
salvaguardas que se pueden tomar en cuenta para observar los principios
fundamentales de la Ética.

Parte C: Los Contadores Profesionales en los negocios. - Contiene algunos


ejemplos de circunstancias que crean amenazas para los Contadores que pueden ser
empleados, socios, directores, y las salvaguardas para amparar los Principios de la
Ética. 

Desde el año 2017 el IESBA (International Ethics Standards Board for Accountants) ha
trabajado en el proyecto de restructuración del Código de Ética. Los cambios son muy
significativos y se espera que próximamente, ya queden definidos por el consejo emisor.
Todavía esta restructuración no está vigente.

El cambio de camino es muy significativo. El nuevo código ya no contiene las partes A, B


y C, sino que incluye 4 partes numeradas del uno al cuatro, como sigue:

 Parte 1, principios fundamentales y marco conceptual.


 Parte 2, contadores en los negocios (es el reemplazo de la parte C).
 Parte 3, profesionales en práctica pública (reemplazo de la parte B).
 Parte 4, Normas Internacionales de Independencia. Esta es una sección nueva e
incluye dos subcapítulos:
o Parte 4A, Independencia para Encargos de Auditoría y Revisión.
o Parte 4B, Independencia para Otros Encargos de Aseguramiento Distintos de
Encargos de Auditoría y Revisión.

Con respecto a las amenazas contempladas en el código de ética de la IFAC,


leamos el siguiente artículo publicado el 05 de mayo de 2016 en el portal
actualícese.com:

RIESGOS DE ACEPTAR REGALOS DURANTE UN PROCESO DE


AUDITORIA O DE REVISORIA FISCAL

El Revisor Fiscal siempre debe mantener relaciones objetivas y profesionales que


permitan certificar un accionar bajo una independencia de criterio profesional en las
labores de revisión y certificación de la información sometida a dicho proceso. Es
importante señalar que se hace referencia específicamente a los procesos
de auditoría externa, revisoría fiscal e incluso auditoría interna. Se aborda el tema
de los regalos debido a la constancia de tales acciones al interior de las
organizaciones y el desconocimiento de los profesionales contables sobre el
compromiso y consecuencias que se adquieren por la aceptación de dichos detalles.
En las NIA, prólogo del Código de Ética para Contadores, ha quedado
explícitamente señalado que en los casos en que un profesional contable acepte
regalos o trato preferente de un cliente, salvo que el valor sea insignificante o
intrascendente, indica una circunstancia que genera amenaza de familiaridad para
el profesional de la contabilidad. En el ejercicio de la auditoría y la revisoría fiscal
los profesionales contables se encuentran expuestos a que un cliente realice
ofrecimientos de regalos o invitaciones directas a su persona, a un miembro
inmediato de su familia o a un familiar próximo. Dicho ofrecimiento puede originar
amenazas en relación con el cumplimiento de los principios fundamentales bajo los
cuales se debe regir el ejercicio de revisión de la información:

Integridad.

Objetividad.

Competencia y diligencia profesionales.

Confidencialidad.

Comportamiento profesional.

Ejemplo: el R.F que en el ejercicio de sus funciones acepte por parte de la gerencia
de la empresa fiscalizada y/o auditada un viaje doble sin vínculos empresariales en
incentivo por los resultados revelados en los informes, aun cuando dicho incentivo
es posterior a la operación y no establece una relación contractual, sino que es
originado de la voluntad e incentivo del otorgante. De tal situación puede surgir
una amenaza de interés propio o de familiaridad en relación con la objetividad
si se acepta el regalo del cliente; la posibilidad de que dichos ofrecimientos se
hagan públicos puede originar una amenaza de intimidación en relación con la
objetividad.

¿Cómo determinar la existencia de una amenaza y la importancia de la


misma? La existencia de una amenaza y la importancia de la misma son
dependientes de la naturaleza, valor e intención del ofrecimiento realizado por parte
de la empresa auditada o el miembro específico de la misma. Es de considerar que
la mayor amenaza es el desmantelamiento del grado de seguridad que proporciona
el R.F encargado de ejecutar las labores de revisión y certificación de la
información. “el profesional de la contabilidad en ejercicio puede concluir que el
ofrecimiento se realiza en el curso normal de los negocios sin que exista intención
específica de influir en la toma de decisiones” Si un tercero con juicio y bien
informado, sopesando todos los hechos y circunstancias específicas, considera que
los regalos o las invitaciones que se ofrecen son insignificantes e intrascendentes, el
profesional de la contabilidad en ejercicio puede concluir que el ofrecimiento se
realiza en el curso normal de los negocios sin que exista intención específica de
influir en la toma de decisiones o de obtener información. En estos casos, el
profesional de la contabilidad en ejercicio puede generalmente concluir que
cualquier amenaza que pudiera existir en relación con el cumplimiento de los
principios fundamentales está en un nivel aceptable a la luz de lo indicado en las
NIA.

Ejemplo: es una práctica que en algunas organizaciones se entreguen regalos


corporativos a los empleados en general, que en la mayoría de ocasiones
constituyen productos de impulso de marca, como lápices, lapiceros, agendas,
calendarios, camisetas, entre otros, con los cuales se puede determinar que no existe
una intención directa de afectar o direccionar el trabajo del R.F y sobre los cuales no
se debe interponer salvaguarda. Lo anterior puesto que es fácilmente identificable
que la naturaleza de los productos no implica una amenaza que pueda
transgredir el cumplimiento de los principios bajo los cuales se debe regir el proceso
de auditoría en una organización.

¿Tiene el Revisor Fiscal posibilidades para salvaguardar los principios de su


ejercicio?

El profesional de la contabilidad en ejercicio evaluará la importancia de cualquier


amenaza que pueda existir y, en los casos en que resulte necesario, tiene la
obligación de aplicar salvaguardas para eliminarla o reducirla a un nivel
aceptable; esto en la medida que pueda proporcionar las garantías del cumplimiento
de la auditoría bajo los principios señalados en las NIA.

Ejemplo: el Revisor Fiscal es invitado por el comité directivo de la empresa


fiscalizada, para el cual se planea una invitación exclusiva a una cena. Si bien la
naturaleza del incentivo no es directa y se puede evaluar la implicación de una
amenaza, el auditor debe apelar a la objetividad de su ejercicio y denegar la
asistencia a dicho evento, siempre que implique un acto de carácter administrativo-
empresarial en el que se desarrollarán temáticas de vinculación directa con la
empresa al margen de sus funciones.

¿Qué pasa cuando la amenaza no puede salvaguardarse?

Cuando las amenazas no se puedan eliminar o reducir a un nivel aceptable mediante


la aplicación de salvaguardas, el profesional de la contabilidad en ejercicio de
auditor o revisor fiscal se encuentra en la obligación de no aceptar el
ofrecimiento de la empresa o personal asociado a la entidad auditada.

No obstante, en el Decreto 302 del 2015 quedaron adoptados además de los principios
generales, el reconocimiento de las circunstancias que pueden representar amenazas
para el cumplimiento ético del proceso de auditoría; por tanto, es importante que el
profesional contable conozca las circunstancias que pueden representar amenazas para el
cumplimiento de su labor.

Si bien en términos prácticos durante el desarrollo de la auditoría el profesional se


encuentra facultado para identificar las amenazas, y la importancia de conocerlas desde el
marco regulatorio, es la posibilidad anticipada de conocer el amparo normativo para la
determinación del alcance de la auditoría y el reconocimiento de la responsabilidad
del auditor frente al contenido del informe que se convierta en una carta de aval de la
situación de los estados financieros que presenta la organización auditada.

Es necesario que los auditores consideren las amenazas, a fin de que en lo futuro por
incumplimiento a sus principios se puedan involucrar en problemas legales, como sucede
en los casos en que los auditores omiten en sus informes la situación real de las empresas
que terminan por afectar a los stakeholders, entre los que se puede resaltar el caso
de Interbolsa.

En concordancia con el Decreto 302, las amenazas tienen diversas causas que se podrían
enmarcar en dos tipos:

1. Por las relaciones.

2. Por las circunstancias.

Tanto relaciones o circunstancias que pueden originar una amenaza se identifican en la


medida en que aquella impiden el cumplimiento de algunos de los principios fundamentales
señalados en la normatividad citada.

Las amenazas se pueden clasificar en una o más de las siguientes categorías:

Amenaza de interés propio


Es aquella amenaza en la que un interés particular que puede ser de naturaleza financiera
u otra, influya de manera inadecuada en el juicio o en el comportamiento del auditor.

Ejemplos:

 Un miembro del equipo de auditoría tiene un interés financiero directo en el cliente


del encargo.
 Un miembro del equipo de auditoría tiene una relación empresarial importante y
estrecha con el cliente auditado.
 La firma de auditoría desarrolla su labor bajo la presión de la pérdida del cliente,
quien es significativo para la organización.
 Un miembro del equipo de auditoría entabla negociaciones con el propósito de
incorporarse a la empresa del cliente.
 La firma entabla un acuerdo de honorarios contingentes con respecto a un encargo
que proporciona un grado de seguridad.
 El profesional de la contabilidad descubre un error significativo al evaluar los
resultados de un servicio profesional prestado con anterioridad, por un miembro
de la firma a la que pertenece. 

Amenaza de autorrevisión

Esta amenaza se presenta en el caso de que la misma firma evalúe procesos o productos
sobre los cuales ha prestado un servicio, puesto que se puede presentar que el profesional
de la contabilidad no evalúe adecuadamente los resultados de un juicio realizado o de un
servicio prestado con anterioridad por la firma a la que pertenece, teniendo en cuenta
que dichos resultados se  utilizarán como base para la construcción del informe.

Ejemplos:

 La Firma certifica la efectividad del funcionamiento de unos sistemas de gestión de


cartera, después de haberlos diseñado o implementado.
 La Firma ha preparado los datos originales que se han de utilizar para generar los
registros que son la materia objeto de análisis de la auditoría.
 Un miembro del equipo de auditoría es o ha sido recientemente el administrador o
directivo de la empresa auditada.
 Un miembro del equipo auditor trabaja o trabajó recientemente para el
cliente, en un cargo que le ha permitido ejercer influencia significativa sobre la
materia objeto de análisis de la auditoría.

Amenaza de abogacía

Esta amenaza se presenta en casos en los que el profesional que ejerce como
auditor, promueve la posición del cliente o de la Firma para la que trabaja, hasta el punto
de poner en peligro su objetividad.
Ejemplos:

 La Firma promociona la compra de acciones de un cliente de auditoría.


 El auditor actúa como abogado en nombre de un cliente de auditoría en litigios
o conflictos legales con terceros.

Amenaza de familiaridad

Es la amenaza que se produce debido a una relación prolongada o estrecha con un


cliente o con la entidad auditada, en el caso en que el auditor se muestre demasiado afín a
los intereses de la organización, descuidando la labor auditora.

Ejemplos:

 Un miembro del equipo auditor es familiar o mantiene un vínculo personal cercano


con el administrador o directivo del cliente.
 El auditor acepta regalos o trato preferente del cliente, salvo que el valor sea
insignificante o intrascendente.

Amenaza de intimidación

En esta amenaza, se presenta una situación de presiones reales o percibidas, incluidos los
intentos de ejercer influencia indebida sobre el auditor, con el propósito de disuadir la
objetividad en el actuar del profesional.

Ejemplos:

 La Firma ha sido amenazada con prescindir de los servicios de auditoría.

 La Firma ha sido amenazada de demanda, por el cliente.

 La Firma ha sido presionada para disminuir, de manera inadecuada, la propagación


del trabajo por realizar, a fin de reducir honorarios.

 El auditor se siente presionado para aceptar el juicio de un empleado del cliente,


porque el empleado tiene más experiencia en relación con la materia en cuestión.

 El profesional de la contabilidad ha sido informado, por un socio de la Firma, de


que no será promocionado tal como estaba previsto, salvo que acepte un tratamiento
contable inadecuado por parte del cliente.

AMENAZAS POR INCONSISTENCIAS EN LAS DECLARACIONES


TRIBUTARIAS
Ante inconsistencias en la información que sirve de base para elaborar las declaraciones
tributarias o adelantar actuaciones ante la Dian, según el Estatuto Tributario no solo el
contribuyente estaría sujeto a sanciones, sino también los administradores, contadores,
auditores y revisores fiscales.

El artículo 655 del ET estipula las sanciones en que puede incurrir el contribuyente cuando
existan irregularidades en la contabilidad. Antes de la reforma tributaria estructural de
2016, mediante lo que era el artículo 656 del ET, existía la posibilidad de reducir las
sanciones por este tipo de irregularidades. No obstante, esa misma reforma, a través de su
artículo 282, ratificó la opción de reducir ciertas sanciones.

Aunque la sanción antes descrita aplica para el contribuyente, el Estatuto Tributario


también ha contemplado una serie de sanciones aplicables a los administradores,
contadores, auditores y revisores fiscales por ciertas irregularidades en la contabilidad y en
la demás información que sirva para adelantar procesos ante la Dian, como las que
describimos a continuación:

Sanciones que implican una multa conforme a la impuesta al contribuyente

La norma tributaria establece que, ante ciertas irregularidades en la contabilidad o


declaraciones del contribuyente, a los administradores y representantes legales se les
impondrá una multa del 20 % de la aplicada al contribuyente, sin que supere las 4.100
UVT (equivalentes a $135.940.000 por el 2018). Esta misma sanción se le aplicará al
revisor fiscal si tales situaciones fueron de su conocimiento y no expresó la respectiva
salvedad.

Se impondrá la sanción antes descrita cuando se evidencien las siguientes irregularidades:


se omitieron ingresos gravados, se llevó una doble contabilidad, se incluyeron costos y
deducciones inexistentes, o se reconocieron pérdidas improcedentes. Respecto de los
administradores y representantes legales, es válido mencionar que la sanción aplicará
cuando dichas irregularidades hayan sido ordenadas o aprobadas por estos (recordemos que
el literal c) del artículo 572 del ET estipula que estos se encuentran en la obligación de
cumplir los deberes formales de sus representados).

Entre los aspectos a destacar de la sanción aquí analizada es que esta debe ser cancelada
por el administrador, representante legal o revisor fiscal según el caso y, no puede ser
asumida por el contribuyente; además, no puede reducirse en los términos del artículo
640 del ET, pues así lo estipula el parágrafo 3 de la norma en mención.

Sanciones que implican multa, suspensión o cancelación de la tarjeta profesional

Existen otras sanciones que no solo involucran al revisor fiscal (como la descrita en el
punto anterior), sino también a los contadores públicos y auditores; tal es el caso de las
contempladas en el artículo 659 del ET.
Dicha norma establece que, si la contabilidad no refleja la realidad económica del
contribuyente, los estados financieros no coinciden con los valores registrados en libros o
las opiniones o dictámenes no se ajustan a las normas, a los contadores, auditores y
revisores públicos se les podrá imponer una multa, suspender o cancelar su tarjeta
profesional; la sanción dependerá de la gravedad de la falta y conforme a los términos de la
Ley 43 de 1990 (ver el artículo 23). Estas sanciones también son aplicables cuando la Dian
solicite pruebas o información, y no sean suministradas de manera oportuna.

Adicionalmente, la norma prevé que a las sociedades de contadores públicos también se les
puede imponer sanciones cuando permitan u ordenen a sus colaboradores que no reflejen la
realidad económica en las contabilidades, los estados financieros no coincidan con registros
contables, o que las opiniones o dictámenes emitidos no se ajusten a las normas vigentes.

La sanción la impondrá la Junta Central de Contadores cuando las sociedades no logren


demostrar que ejercen un control de calidad del trabajo de auditoría, o si las sanciones del
artículo 659 del ET han sido aplicadas en tres o más ocasiones a personas que se
desempeñan como auditores, contadores o revisores fiscales. El valor de la sanción
dependerá de la gravedad de la falta cometida por el personal y el patrimonio de la
sociedad; sin embargo, no podrá superar las 590 UVT (equivalentes a $19.562.000 por
el 2018).

Suspensión de la facultad para firmar declaraciones tributarias y demás documentos

Otra de las sanciones contempladas en el Estatuto Tributario tiene que ver con la
suspensión de la facultad del contador, auditor o revisor fiscal para firmar declaraciones
tributarias, certificar estados financieros y demás pruebas, cuyo destino sea la Dian; esto,
cuando se haya generado un mayor valor a pagar o un menor saldo a favor en una
declaración por un valor superior a 590 UVT y dicha inexactitud sea producto de datos
contables que se registraron en la declaración. La suspensión se generará al contador,
auditor o revisor fiscal que haya firmado la declaración, certificado o prueba; si es la
primera vez, la suspensión será por un año; de dos años en caso de tratarse de una
segunda ocasión; y definitiva si es la tercera vez.

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