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Los Quinametzin, la raza de

gigantes Azteca

Mucho antes de que los Aztecas se empezaran a llamar Mexicas, existió en nuestro país una raza de
personas con proporciones corporales mayores a las de la mayoría de los habitantes, incluso los pueblos
del México antiguo creían que los primeros pobladores de la tierra habían sido gigantes que existieron
antes de la era del sol y la lluvia.

Según la mitología, se cree que existieron cuatro generaciones de gigantes en México  y cada grupo


que existía en nuestro país tenía leyendas que describían a los gigantes que convivían con
sus antecesores, el día de hoy hablaremos de la generación de gigantes que convivieron con los
aztecas y que inclusive los ayudaron en la defensa contra los conquistadores, los Quinametzin, palabra
que es el plural del vocablo náhuatl “quinametli” que significa gigante.

De acuerdo a la cosmogonía azteca, los quinametzin vivieron durante la era de Atonatiuh (Sol de agua)
la cual concluyó con una gran inundación en la zona montañosa de Tlaxcala, se dice que esta inundación
terminó con la gran mayoría de los gigantes. Esto se cuenta en forma metafórica, ya que según
historiadores, los quinametzin fueron destruidos casi en su totalidad por un pueblo de mercaderes
(olmecas-xicalancas), por poder y para ocupar sus tierras.

“...en el año 107 después de Cristo, los olmecas-xicalancas pagaron tributo a los quinametzin, hasta que
se hartaron y les tendieron una trampa para matarlos. Prepararon un banquete en su honor y esperaron
a que estuvieran ebrios para acabar con todos…”
Para cuando llegaron los españoles quedaban muy pocos gigantes entre los aztecas, es por eso que
llamaban la atención de los conquistadores y fueron descritos en varios de los códices de frailes (el de
San Juan de Zumárraga, el Florentino, el de fray Andrés Olmos, fray Diego Durán, entre otros)
Un fragmento del códice de Diego Durán dice lo siguiente:

"...No se puede negar que ha habido gigantes en este país. Puedo afirmar esto como un testigo ocular,
porque he conocido hombres de monstruosa estatura aquí. Creo que hay muchos en México que
recordarán, como yo, un indio gigante que apareció en una procesión de la fiesta de Corpus Christi.
Aparecía vestido con seda amarilla y una alabarda en el hombro y un casco en la cabeza. Y él era un
metro más alto que los otros... "  -Fray Diego Duran, Los Aztecas (Nueva York: Orion Press, 1964), pp. 5-6.

Por su parte, fray Andrés de Olmos, famoso por sus aportes como filólogo náhuatl, huasteco y totonaco,
cuenta que en el palacio de Antonio de Mendoza en la Nueva España se encontraron huesos de un pie,
donde cada dedo medía casi la palma de una mano, lastimosamente en esa época no se podía comprobar
que fueran restos humanos. En sus códices se puede leer sobre semi gigantes que habitaban en lugares
que hoy conocemos como Cuernavaca, Morelos y Puebla.

Los evangelizadores no podían creer que los pueblos indígenas hubieran construido por sí solos
las colosales pirámides dedicadas a los dioses antiguos, por lo que en busca de una explicación lógica
para ellos, atribuyeron a los Quinametzin la construcción de la ciudadela de Teotihuacan  (el gran
complejo arquitectónico que cubre una superficie de 160,000 metros cuadrados), así como la gran
pirámide de Cholula, el basamento piramidal más grande del mundo (es tan grande que se puede
comparar con la unión de nueve piscinas olímpicas).

En la antigua mitología azteca se mencionan a diez quinametzin, y los más famosos


son Tzilacatzin y Xelhua, las siguientes son sus leyendas:

El gigante Tzilacatzin

Según los relatos de la invasión española en el libro “Las lanzas rotas” uno de los héroes entre los
aztecas fue el quinametzin Tzilacatzin quien, en un intento de toma, ayudó a defender la antigua ciudad
de Tenochtitlán, lanzando enormes piedras contra los invasores españoles. Ante esta imagen, los
conquistadores quedaron asombrados por estos gigantes de carne y hueso. Esto se puede leer en el códice
Florentino.

La leyenda de Xelhua
Según la mitología, después del diluvio de Atonatiuh sobrevivieron sólo siete gigantes en las grutas de
la montaña del Tlalocan, este sitio después fue llamado Cholollan a elección de Xelhua quien estaba al
frente de los sobrevivientes. Xelhua y los seis gigantes restantes decidieron construir a mano una
montaña con adobes fabricados en Tlalmanalco como refugio ante otro posible diluvio, esta montaña fue
llamada Tlachihualtépetl (del náhuatl "cerro hecho a mano"), es lo que hoy conocemos como la Gran
Pirámide de Cholula.

Dato importante:
La gran pirámide de Cholula es tan grande que los conquistadores españoles pudieron construir sobre
ella. Edificaron una iglesia que hoy conocemos como el “Santuario de nuestra señora de los
Remedios”; existen dos versiones acerca de esta construcción: Una de ellas dice que los
españoles confundieron a la Gran Pirámide con una montaña y no se dieron cuenta de que estaban
construyendo sobre ella el templo, otra versión dice que sabían de la colosal pirámide y al no poderla
derrumbar, decidieron construir la iglesia sobre ella como una forma de imponerse sobre los indígenas.

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