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de las fortalezas
Social Work intervention from the perspective of strengths
Pedro DE LA PAZ ELEZ
Facultad de Ciencias Sociales de Talavera de la Reina
Universidad de Castilla-La Mancha
pedro.delapaz@uclm.es
Recibido: 23/05/2011
Revisado: 24/05/2011
Aceptado: 07/06/2011
Disponible on line: 29/09/2011
Resumen
El presente artículo es el resultado de un estudio llevado a cabo con diversos profesionales del Trabajo Social que
desarrollan su labor en diferentes sectores de intervención. Es de interés para este estudio cómo se evalúa cada uno
de los casos en los que los y las profesionales del Trabajo Social realizan día a día su labor profesional de inter-
vención profesional.
A partir de los resultados obtenidos se debate cómo se trabaja actualmente y se hace una propuesta de cómo debe-
ríamos realizar los estudios, diagnósticos y tratamientos profesionales en Trabajo Social para proponer una inter-
vención profesional de carácter más integral.
Palabras clave: fortalezas, perspectiva patológica, valoración profesional, empoderamiento, intervención social.
Abstract
This article is the result of a study carried out with different Social Work professionals who work in different sec-
tors of intervention. Of interest in the study is how each of the cases are evaluated in which Social Work professio-
nals conduct their professional work from day to day in order to achieve professional intervention.
From the results, we discuss how work is done currently and a proposal of how we should conduct studies, diag-
nosis and professional treatment from Social Work to offer a more integrated professional assistance.
Keywords: strengths, pathological perspective, professional assessment, empowerment, social action.
Referencia normalizada: De la Paz, E. (2011). «La intervención en Trabajo Social desde la perspectiva de las for-
talezas». Cuadernos de Trabajo Social, 24: 155-163.
Sumario: Introducción. 1. La implicación de la valoración de la intervención social desde las fortalezas de
cada caso. 2. Metodología. 3. Principales resultados obtenidos. 3.1. Recogida de información. 3.2. El
diagnóstico. 3.3. La intervención. 3.4. Los modelos. 3.5. El tratamiento. 3.6. La queja más habitual y su-
gerencias. 4. Conclusiones. 5. Referencias bibliográficas.
solamente los riesgos, los problemas, las ca- bajo Social basada en las fortalezas sociales»
rencias o las dificultades que se presentan en (Zimmerman, 2006, p. 265).
cada caso. Según Saleebey (1996): «las investigacio-
El papel del trabajador social en la inter- nes actuales en curso, el pensamiento y la
vención social basada en los puntos fuertes es práctica profesional en áreas como la capaci-
alimentar, alentar, ayudar, permitir, apoyar, dad de recuperación del desarrollo de cura-
estimular y liberar las fuerzas interiores de la ción, el bienestar, la narrativa construccionis-
gente, para iluminar sus potencialidades y los ta y la historia han proporcionado algunos
recursos a disposición de las personas en sus apoyos interesantes y desafíos a la perspecti-
propios entornos y para promover la equidad va de las fortalezas» (p. 296).
y la justicia en todos los niveles de la socie- Las prácticas profesionales en la línea del
dad. Para ello, el trabajador social ayuda a las fomento o desarrollo de los puntos fuertes o
personas a articular la naturaleza de su situa- positivos no significa que los trabajadores so-
ción, a identificar lo que quieren y a explorar ciales nos olvidemos e ignoremos cuáles son
alternativas para el logro de los deseos y cum- los problemas reales que tienen las personas.
plirlos (Cowger, 1994). La intervención social, desde esta perspecti-
La importancia de evaluar en la interven- va, va a suponer intervenir con una nueva vi-
ción los puntos fuertes y positivos de un sión de la realidad, con otro punto de vista de
caso va a posibilitar que el trabajador social la realidad personal y social de los individuos
minimice las dificultades que se pueda en- para poder solucionar las problemáticas so-
contrar con las fortalezas que posee tanto a ciales desde el interior de las personas. Este
escala personal como en el entorno. Desde hecho va a implicar valorar ante todo los as-
esta perspectiva se entiende que se va a pro- pectos positivos de cada caso y ver la parte
ducir un proceso de cambio dentro del usua- más favorable y ventajosa, dentro de lo nega-
rio como elemento central de la práctica pro- tivo que cada persona posee.
fesional y el desarrollar los puntos fuertes del Realizar una práctica de Trabajo Social
mismo proporcionarán el combustible y la con esta perspectiva supone poner en marcha
energía para que el empoderamiento sea po- un proceso de empoderamiento, en el sentido
sible. de «un proceso a través del que los individuos
y los grupos aprenden a mejorar sus habilida-
1. La implicación de la valoración de la in- des, en dirección de una etapa de falta de po-
tervención social desde las fortalezas de ca- der donde su capacidad de toma de decisio-
da caso nes en diversas etapas es muy limitada, a una
Una perspectiva de las fortalezas o los pun- etapa en la que se es capaz de influir y ejer-
tos fuertes prevé una estabilización del poder cer el control sobre diversas áreas de sus vi-
de relación entre los trabajadores sociales y das» (Itzhaky y Bustin, 2002, p. 64).
los clientes o usuarios. Estas personas entran Greene, Lee y Hoffpauir (2005) señalan
en «la clínica» en una posición vulnerable y que las perspectivas de las fortalezas ayudan
con relativo poco poder. Su vulnerabilidad, en a los usuarios a reconocer, a utilizar fortale-
términos de poder, es inherente a la razón por zas y recursos que no estén dentro de sí mis-
la cual están buscando ayuda y a la estructu- mos, por lo tanto la intervención estará foca-
ra social del servicio. Un enfoque de la inter- lizada en recuperar el poder y control de sus
vención centrada en los déficits y carencias vidas.
de las personas refuerza las capacidades de Las personas son capaces de aprender día
vulnerabilidad y pone de relieve la relación a día del mundo que les rodea, de las expe-
de poder desigual entre el trabajador social y riencias o de la educación formal. Poseen
el usuario. talentos que ni ellas mismas conocen en mu-
Actualmente en Trabajo Social hay «una chas ocasiones y nunca es tarde para descu-
creciente toma de conciencia de los benefi- brirlos, aunque muchas veces se realice en
cios de la perspectivas de las fortalezas que condiciones adversas. Estas herramientas que
se pone de manifiesto por el creciente núme- descubren les ayudan a construir y vivir una
ro de publicaciones sobre la práctica del Tra- vida mejor. En numerosas ocasiones, según
nos indican Wolin y Wolin (1993), las perso- gación, favorece el contacto con los informan-
nas que han superado una dificultad, un trau- tes claves, en este caso los y las profesiona-
ma, tienen el «orgullo de supervivencia», es- les del Trabajo Social.
te orgullo les ayuda a seguir superando Se han llevado a cabo 24 entrevistas a tra-
situaciones complejas. Tal orgullo a menudo bajadores sociales especialistas en cada uno
se suele ocultar bajo la vergüenza, la culpa, de los campos de intervención citados ante-
etc., pero en muchas ocasiones se espera que riormente (tres entrevistas por cada colecti-
sea aprovechado (Saleebey, 1996). vo) y en cada entrevista se analizaron tres in-
De acuerdo con Zimmerman (2006) traba- formes sociales (un total de 72), realizados
jar con los puntos fuertes es la clave para la por los y las profesionales elegidos al azar pa-
orientación del valor de la profesión de Tra- ra contrastar y verificar cuáles son los méto-
bajo Social y que puede proporcionar una dos de estudio, diagnóstico y tratamiento o
aplicación práctica alternativa para los profe- intervención en el análisis de cada uno de los
sionales. Los puntos fuertes o potencialida- casos.
des no son un rasgo estático sino más bien di- Los criterios para la selección de los pro-
námico. Constantemente se están articulando fesionales a entrevistar se agruparon por co-
capacidades y conocimientos derivados de la lectivos de intervención de los cuales se ex-
interacción de los riesgos y las protecciones trajeron, al azar numeradas por orden, hasta
en el mundo. También entran en juego otros 10 opciones posibles para que, en caso de no
factores que son: genéticos, ambientales, neu- poder participar en el estudio de investiga-
robiológicos, familiares, comunitarios, etc. ción, se pasara a la siguiente opción.
para el desarrollo de la misma o en la dismi- El contenido de las entrevistas se dividió
nución de esta capacidad (Saleebey, 1996). principalmente en dos bloques. En el prime-
De acuerdo con Cowger y Snively (2002) ro se realizó una exploración sobre cuál era
el enfoque basado en las fortalezas abre nue- la metodología de trabajo de la institución
vas perspectivas de intervención, ya que cen- (pública, privada, concertada, etc.) y el pro-
trarse solamente en los problemas, déficits y cedimiento de intervención llevados a cabo.
carencias pueden limitar las opciones de in- En un segundo bloque se analizaron tres in-
tervención de los trabajadores sociales. formes sociales, elegidos al azar por cada
entrevista realizada, como muestra docu-
2. Metodología mental del ejercicio profesional y de la me-
Se ha llevado a cabo una investigación con di- todología llevados a cabo para realizar el es-
ferentes profesionales que desarrollan su la- tudio, diagnóstico, tratamiento o acciones a
bor con distintos colectivos de intervención desarrollar.
en Trabajo Social como son: mujeres (R.01), El objetivo de las categorías de análisis re-
menores (R.02), personas sin hogar (R.03), alizadas en las entrevistas ha sido realizar ex-
personas mayores (R.04), personas en situa- ploraciones acerca de cómo se valora a la per-
ción de discapacidad (R.05), familias (R.06), sona, el entorno y la familia en la recogida de
personas pertenecientes a minorías étnicas información, en el diagnóstico, en la interven-
(R.07), personas con drogodependencias y ción, en los modelos y en el tratamiento, y
otras adicciones (R.08). El objetivo de este también se recoge cuál es la queja más habi-
estudio es: conocer cómo se realizan los es- tual de los profesionales y las sugerencias de
tudios y diagnósticos sociales profesionales mejora por parte de éstos a tener en cuenta pa-
de los casos que se presentan para la resolu- ra realizar intervenciones de calidad.
ción de problemas en Trabajo Social.
Para llevar a cabo este estudio, de carácter 3. Principales resultados obtenidos
cualitativo, se ha utilizado como técnica más En primer lugar, se constata que no existe un
apropiada la entrevista en profundidad. único modelo de informe social para cada ins-
El guión de la entrevista ha sido elaborado titución ni colectivo, lo que es motivo de una
mediante el análisis del objetivo de investiga- «posible» dificultad de partida para realizar
ción. Esta técnica además de obtener la infor- una comparación en el procedimiento de in-
mación necesaria y relevante para la investi- tervención, por lo que se procedió a exponer
Creo que sería algo muy interesante el po- Para Itzhaky y Bustin, «el punto de parti-
der valorar dentro del diagnóstico las fortale- da de la intervención en la perspectiva de la
zas del caso, esto facilitaría muchas tareas a la patología es el cliente, mientras que en la
hora de llevar a cabo el tratamiento, pero no lo perspectiva de las fortalezas de la interven-
hacemos (R.06.2). ción se centra en el cliente como parte de su
De acuerdo en la línea argumental de Zim- entorno» (pp. 62-63). El papel que va a des-
merman (2006), la intervención social basa- empeñar el trabajador social bajo la perspec-
da en los puntos fuertes de las personas, es tiva patológica es principalmente diagnosti-
una perspectiva que deja de centrarse en los car patologías y problemas sociales; mientras
problemas y en los déficits de la intervención que bajo la perspectiva de las fortalezas re-
profesional de los/as trabajadores/as sociales. quiere la habilidad profesional de utilizar y
Los puntos fuertes pueden ser «todo» lo que descubrir nuevos modelos de intervención ba-
tenemos que trabajar con las personas, este sados en las fortalezas y capacidades tanto del
«todo» identif ica y af irma que los puntos usuario como del entorno (Saleeby, 1997). En
fuertes son la clave para ir orientando la pro- la intervención social desde esta perspectiva
fesión del Trabajo Social de valor y que pue- el trabajador social desempeñaría principal-
de ofrecer una aproximación a prácticas al- mente funciones de desarrollo, a partir de las
ternativas para los profesionales que se carencias y debilidades que presenta el indi-
encuentran enmarcados con unos valores con- viduo, de sus cualidades y potencialidades, a
sistentes, con su punto de vista profesional. través de la adquisición de estos conocimien-
tos y habilidades necesarios para desenvol-
verse sin dificultad en la vida social.
3.4. Los modelos
Los modelos de intervención empleados se-
3.5. El tratamiento
gún los resultados de las entrevistas son, en
En el tratamiento, la ejecución o las activida-
primer lugar, el modelo ecológico y el mode-
des a desarrollar se realizan como propuestas
lo sistémico en aquellos casos que trabajan
para llevar a cabo, centradas en la solución de
con familias. Aunque no se utiliza un único
las problemáticas y de las carencias encontra-
modelo, debido a la riqueza que presentan la
das. En todos los casos se propone como so-
combinación de diferentes modelos en la in-
lución el asesoramiento, la ayuda económica,
tervención, dependiendo de las necesidades
u otro recurso económico o la derivación a
metodológicas de los casos. Los principales
otro recurso. En ninguno de los informes re-
motivos para la utilización de estos modelos
visados se realiza un tratamiento a partir de
son: «la idoneidad» que presentan adecuadas
las fortalezas que presenta el caso.
a las necesidades de los colectivos de inter-
vención y su carácter más «integral» en la En el tratamiento realizamos funciones de
atención a las demandas. información, asesoramiento, orientación, apo-
yo social, tramitación de recursos o apoyo en
El modelo más utilizado debido a las nece- la misma, derivación a otros organismos o re-
sidades del colectivo es el sistémico y el eco- cursos (R.04.1).
lógico en segundo lugar (R.06.2).
Aplicamos aquello que es necesario depen-
Utilizamos el modelo sistémico, resolución diendo de la valoración de las necesidades so-
de problemas, modelo de crisis (...) porque ca- ciales (R.05.3).
da uno aporta métodos y estrategias diferentes
aplicables a las situaciones en las que interve- Los tratamientos son abordados por los pro-
nimos (R.04.1). fesionales en la intervención atendiendo a las
Aplicamos diferentes modelos de interven- carencias que presenta cada caso, es decir, en
ción dependiendo de las necesidades del caso función de las necesidades sociales relaciona-
y la idoneidad de las estrategias a seguir. Des- das con el estudio y diagnóstico. Según Itzhaky
de los diferentes modelos nos permite elabo- y Bustin, «una relación que se basa en las de-
rar diagnósticos más centrados en las necesi- bilidades de un individuo conduce necesaria-
dades y en los problemas de los casos (R.01.1). mente a un diálogo en el que el otro tiene más
poder. Alternativamente, cuando la relación se aprender de los recursos que una persona po-
basa en las fortalezas de ambos miembros se see y para descubrirlos.
convierten en igual» (p. 69). Este hecho va a
implicar que los roles entre profesional y usua- 3.6. La queja más habitual y sugerencias
rio cambiarán necesariamente: éstos van a co- La queja más habitual de los trabajado-
menzar a ser protagonistas en su historia de res sociales es el poco tiempo que se dedica a
intervención social, asumiendo responsabili- la intervención y la cantidad del mismo que lle-
dades compartidas con aquéllos. Realizar es- va la gestión. Otra queja, es que la calidad de
tas implicaciones profesionales comportará in- la intervención se mide en parámetros cuanti-
corporar nuevas prácticas profesionales al tativos, es decir, por el número de casos que
Trabajo Social con nuevos modelos de inter- atienden, más que por los resultados que se ob-
vención. Este elemento va a implicar reorien- tienen. La gestión que se realiza en muchas oca-
tar las políticas sociales e institucionales, la vi- siones es excesiva, ya que en muchas ocasio-
sión que tienen de los usuarios y de los nes se pierde la parte de la intervención social.
problemas sociales, así como de la forma de La principal sugerencia por parte de los pro-
abordarlos (Saleebey, 1996). fesionales es que, para ofrecer una intervención
A través del lenguaje se realiza la inter- más adecuada en todos los casos, necesitarían
vención profesional y la concreción de la ayu- más tiempo para dedicárselo a cada caso y a la
da. Con el poder de la palabra se fomentan intervención social en general. Otra dificultad
capacidades, se empodera, se interviene des- en la intervención es la relación que se puede y
de la perspectiva de los puntos fuertes y se debe establecer con los usuarios, la cantidad de
hace uso de los recursos y herramientas que tiempo que se necesita para que, en muchas oca-
tienen todos los usuarios del Trabajo Social siones, sea casi imposible establecer una rela-
(Kaplan y Girard, 1994). Incorporar el impe- ción llena de dinamismo.
rativo del empoderamiento a la intervención
Tenemos muy poco tiempo de intervención
social, el desarrollo de puntos fuertes, impli-
y mucha gestión, para cualquier «cosa» hay
ca que las personas tomen conciencia de las que tramitar mucho (R.08.2).
tensiones y los conflictos que les oprimen y
les limitan, para ayudarles a través de la in- En muchas ocasiones la sensación que ten-
tervención social a liberarse de estas limita- go es: lo que cuenta son la cantidad de casos
ciones y restricciones (Pinderhughes, 1994). que se atienden y no se mira ni se hace un se-
La intervención bajo esta perspectiva signi- guimiento posterior para ver si realmente se
fica desarrollar capacidades, competencias, han resuelto las problemáticas y las necesida-
des (R.07.1).
habilidades personales y conocimientos que
se van acumulando con el tiempo y con el Cuesta mucho llegar a las familias ¿sabes?,
aprendizaje para la superación de las dificul- que aunque cada persona o familia sea diferen-
tades y los problemas sociales y, así, poder te, casi todos van encontrando las mismas tra-
enfrentarse a los desafíos de la vida. Esta pro- bas en el camino, en el avance de la enferme-
puesta se va convirtiendo en un «fondo per- dad, y aún intentado hacérselas ver, es muy
manente» donde se van desarrollando capa- complicado, no quieren saber o niegan la rea-
lidad. No pretendo elegir por ellos, pero sí que
cidades y habilidades para ser utilizadas en
sepan lo dura que es la enfermedad para los cui-
las luchas actuales y en el futuro (Garmezy, dadores y todos los aspectos que deben ir re-
1994). forzando conforme esta evoluciona (R.04.1).
El descubrimiento de los puntos fuertes de
una persona a veces se ve forjado por viven- Solamente nos dedicamos a gestionar y ges-
cias de trauma, enfermedad, dificultades, abu- tionar, la parte de intervención se está perdien-
sos, opresión, etc. (Saleebey, 1996). Hasta que do en muchas ocasiones (R.03.2).
no aparecen las dificultades, los problemas,
las personas no saben que tienen esas habili-
dades o capacidades para superar las adversi- 4. Conclusiones
dades. En consecuencia, suele ser necesario De las entrevistas realizadas y de los infor-
pasar por una crisis o por una dificultad para mes consultados, en ningún caso se realiza una
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