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PLAN SANITARIO DE OVINO Y CAPRINO

MANEJO INTEGRAL DE PLAGAS.

Para prevenir el establecimiento de alimañas, se requiere que las bodegas, cuartos de


herramientas, área de máquinas y similares permanezcan cerradas y bien aseadas, pues muchas
veces la limpieza se concentra en las áreas de paso, descuidando rincones donde se acumulan
envolturas, sobras de concentrado, melaza y objetos que se convierten en nido de plagas. El
apilamiento de los bultos de concentrado, fertilizantes e insumos se debe realizar sobre estibas y
retirados de la pared, para permitir la aireación, el barrido y la rotación adecuada de los lotes
(aplicar el principio: primero en entrar, primero en salir). Cuando la infestación es evidente, se
debe aplicar algún método de control que sea inocuo para las personas, los animales y el medio
ambiente, por ejemplo, biotrampas del tipo cintas engomadas con feromonas que atrapan
moscas, estratégicamente ubicadas en los potreros, salas de ordeño y otras áreas frecuentadas
por estos insectos. En caso que el productor decida aplicar productos de control químico, debe
leer muy bien las instrucciones de uso, la categoría de toxicidad, sus condiciones de
almacenamiento y utilizar las debidas precauciones para evitar accidentes ocasionados durante su
manipulación o a causa de los efectos residuales.

CALIDAD DEL AGUA

Aunque el agua es un elemento fundamental para la alimentación de los animales, también es un


vehículo de infecciones, por lo que es necesario garantizar su calidad y no se debe permitir que
éstos beban directamente de las fuentes naturales, porque pueden generar contaminación aguas
abajo hacia las personas que la utilicen para su consumo. Se recomienda cercar las orillas de
quebradas, jagüeyes y otras fuentes, instalar derivaciones hacia los bebederos, prever el
suministro en cantidad suficiente a todos los animales, y estar pendientes de renovarla con
frecuencia para asegurar que sea fresca.

El agua para consumo, ya sea de la red pública, de pozos u otros depósitos, se debe analizar por lo
menos una vez al año en laboratorios especializados, para verificar su potabilidad y aplicar
correctivos cuando sea necesario. Guardar los resultados de las pruebas al menos por tres años.

MANEJO SANITARIO

La implementación de ésta práctica procura que en cada empresa ganadera se garantice el buen
estado de salud del hato. Para ello, es recomendable contar con la asesoría profesional de un
médico veterinario que elabore los planes sanitarios preventivos y realice visitas periódicas que
seguimiento.

PRÁCTICAS DE MANEJO

Cada lugar tiene sus propios métodos y decisiones sobre el descorne, la castración y actividades
propias de cada región y sistema de producción, pero en 40 general deben realizarse de la manera
menos dolorosa para el animal, más segura para los trabajadores y reducir las posibilidades de
infecciones posteriores.
PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES

Cada enfermedad tiene un esquema individual de aplicación, según la edad, el sexo de los
animales y la región donde éstos se encuentren. El ganadero, con la asesoría del médico
veterinario debe identificar cuáles son los requerimientos específicos de su hato para diseñar el
plan de prevención a lo largo del año. Es una mala práctica la aplicación indiscriminada de
biológicos y antiparasitarios, así como la saturación de éstos en ciertas épocas del año, ligadas a
los ciclos de vacunación oficial.

TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES

Cuando hay buenos planes preventivos, la presencia de enfermedades se reduce y, por


consiguiente, hay menor necesidad de aplicar tratamientos curativos; sin embargo, cuando esto
sucede, se debe buscar que la medicación sea formulada por un médico veterinario. Es muy
importante instruir al personal de apoyo, para que siga estrictamente las recomendaciones en
cuanto a días del tratamiento, dosis y vía de aplicación, cuidados para el almacenamiento y
conservación de los productos veterinarios, limpieza y desinfección de las agujas, disposición de
las dosis sobrantes, frascos, utensilios e implementos utilizados.
REACCIONES ADVERSAS

Algunos animales presentan sensibilidad particular a ciertos medicamentos y reaccionan con un


cuadro respiratorio agudo, que en ocasiones no da oportunidad de administrarles una terapia
oportuna, causando la muerte. Estas reacciones comúnmente se conocen como “shock
anafiláctico”. Por prevención, cada ganadería debe contar con un botiquín de primeros auxilios
veterinarios para contrarrestar el efecto de la reacción cuando ésta se presente y salvar la vida del
animal. La dotación mínima del botiquín, la daremos en el cuarto mensaje de este manual. Todo
evento adverso seguido a la aplicación de medicamentos se debe reportar al ICA, para su
seguimiento.

REGISTRO

Es necesario registrar en las tarjetas individuales de los animales la aplicación de vacunas,


antiparasitarios y tratamientos veterinarios, para poder hacer un seguimiento de su eficacia,
controlar los tiempos de retiro y tomar decisiones que conduzcan a mejorar la salud general del
hato.

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