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¿QUÉ ES EL DERECHO POSITIVO?

Se llama derecho positivo, fundamentalmente, al


corpus escrito de las leyes, es decir, al conjunto
de normas jurídicas establecidas por un órgano
legislativo y recopilado en una Constitución
Nacional o código de normas (no solo las leyes,
sino todo tipo de norma jurídica).

El derecho positivo, a diferencia del natural


(inherente al ser humano) o al consuetudinario
(establecido por la costumbre), obedece así a un
pacto social y jurídico establecido por las
comunidades mismas para su regulación y ejercicio de la paz, dado que las leyes son
escritas y aprobadas soberanamente.

Este tipo de leyes regulan la conducta ciudadana, la actuación de los cuerpos del Estado y
las libertades privadas, es decir, crean el marco de convivencia, de justicia y de resolución
de problemas necesarios para la vida en sociedad. Estas leyes permanecen vigentes hasta
ser derogadas por un nuevo entramado jurídico o desechadas por la decisión popular y
soberana.

De allí que pueda hablarse de dos formas de derecho positivo: la de aplicación vigente y la
no vigente. La primera actúa conforme a lo ya dicho, mientras que la segunda constituye la
historia jurídica de una nación o colectivo. A ella puede sumarse la historia jurídica de la
cultura a la que la comunidad pertenece.

CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO POSITIVO

En primer término, el derecho positivo es un sistema de normas coercibles, es decir, que


pueden usarse para forzar a otros a actuar de una manera determinada. La función
primordial del Estado, visto así, es velar por el cumplimiento de dichas normas, incluso
mediante el monopolio de la violencia (la represión, los cuerpos de ley, etc.).

Por otro lado, toda norma positiva ha de estar escrita, publicada, difundida en la comunidad
a la que rige, es decir, debe ser de conocimiento público. Una ley no puede ser obedecida si
nadie la conoce, y para eso existen los soportes físicos en los que se imprime y hace
circular la normativa jurídica: constituciones, códigos de diversa índole, normativas, etc.

Y por último, el derecho positivo no es definitivo: está constantemente cambiando,


remodelándose, actualizándose y adaptándose a la realidad jurídica y social de las
comunidades que regulan. La historia del derecho positivo es también, de alguna manera, la
de las necesidades legales de la ciudadanía.
RAMAS DEL DERECHO POSITIVO

El derecho positivo se clasifica principalmente en dos categorías o ramas: derecho público


y derecho privado. Esta división data de los tiempos de la Antigua Roma y se fundamenta
en la distinción entre los asuntos de la vida privada de las personas, y los asuntos de la vida
pública del Estado. Cada vertiente tiene sus propias ramas, que detallamos a continuación:

Ramas del derecho público:

 Derecho constitucional. Aquel que organiza los poderes públicos, las atribuciones
propias del Estado y su relación con la ciudadanía.

 Derecho administrativo. Aquel concerniente a la administración de los bienes y


recursos del Estado.

 Derecho penal. Aquel que regula el modo en que el Estado reprimirá y castigará las
acciones que pongan en riesgo el marco de convivencia social contemplado en la
Constitución y sus distintos códigos.

 Derecho internacional público. Aquel que rige y regula las relaciones entre los
distintos Estados que existen en una región geográfica determinada (que puede ser
el mundo todo).

 Derecho eclesiástico. Aquel que rige la relación entre las instituciones religiosas y
el Estado.

Ramas del derecho privado:

 Derecho civil. Aquel que regula las relaciones privadas entre las personas, sus
derechos, libertades, patrimonios y transmisión de bienes hereditarios.

 Derecho mercantil. Aquel que rige las transacciones e intercambios de bienes y


servicios.

 Derecho laboral. Aquel que rige las relaciones de trabajo, es decir, patrones y
trabajadores.

 Derecho rural. Aquel que regula los asuntos del campo y la producción de
alimentos.

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