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pira & nuestra íey repres'va (J. A., núm. 2143, 2!>- tiempos corrientes y en todas !

as legisla-
8-944, 14-7-944). El J5 tíe .septiembre de 1S44, )a
Cotte insistió en la doctrina más arriba expuesta ciones.
;, revocó esc fallo de la Cámara del Crimen d<» la ] Su .'o/or en el Derecho procesal rema-
Cjpital (t, L., cura 3S.003, 15-9-044). no. A fin de encuadrar !a exceptio en P] De-
Declarada la prescripción, el tribunal no puede
entrar a considerar la, responsabilidad de los acu-
recho romano P. Namur exuresa que con-
bados y tampoco prooertc forniulor consideraciones viene distinfruir tres categorías de les medios
sobre fl pinito (C C.C., 1,. I-., t. 28, pág. 609, y de defensa pmnleados para rechaza>• una ac-
O&m. Fed Rosario, L. L , núm. 18744, 23-3-845,". ción: 1°) El demandado niega el derecho o
Para ¡as Supremas, Cortes de las provincias de Eue-
r.os Aires y Tticumán, cuando concurren varios de- el hecho que sirve de fundamente a la ac-
2»ío3 lí<s acusaciones eotrespond ier tes a. los mis- ción como la propiedad del demandante
t ios no se prescriben reparadamente, sino en forma en la acción reivindicatoría, el préstamo en
conjunta, debiendo computarse el pla7o de la la acción inutui, etc.: hay entonces le que
prescripción sobn* la pena máxima aplicable al
c'iiiourso (Sup. Corte Bs. Aires, L L., núm. i7972, los modernos llaman litis contestatio ne-
¿0-5-944 y Sup. Corto Tuemnán, L. I.., núm. 18 758. gativo. El demandado nada tiene que pro-
14-11-944 y núm. 78.611, 13-12-944). Lo contrario, bar, atendido a que el damandantc debe es-
siguiendo a U Cámara del Crimon de la Capital, tablecer el fundamento de su acción: Actor
opina al Superior Tribunal de Entre Ríos L L.,
llúm. 18838, ¡2-7-944). probal acfianem. 2') El demandado, sin
Ni ías faltas IC. C. O., J A , núm. 22S4 28-12- negar el derecho míe sirve de base a la
944), ni el sobreseimiento provisional < n un pro- acción, a leca otra oue extingue ipso jure el
ceso anterior (C. C.C. L. l>, aúm. 38.639 22-12- derecho de! demandante; por efemplo sos-
&44), im-errtimper la prescripción de la acción pe-
nal. tiene haber reembolsado la suma prestada.
Dp'^e r.ntonces probar su afirmación, porque
BIBLIOGRAFÍA. — I<a citada en les notas. cuando se r>ítnblece la existencia de un de-
recho se presume su continuación hasta ¡a
EXCEPT1O." Rt'MARj.0 Cap I. G-enerahüa- prueba de lo contrario. 3') En fin. sin negar
des: 1. Su valor en el Derecho procesa! ro-
mano. 2. En e! procedimiento ioimular'O e! derecho ni p»l hecho oue sirven de base
fí Clasificación de las excepciones. 4. Efer- n !i ncción. ni ?ún la existencia actual del
tos cJe las excepciones Cap. II. Exceptio in- derecho del demandante seg'ún el rigor de
ieTcessiums: 1. Naturaleza y alcance. 2. El loa principios, el demandado opone ^u de-
senadoconsuito Veleyano y la intercepto.
Cap. III. Crceptio jurisjuraiidi: 1 Natura- recho que le comnitf. cuvo efecto PS oa'-ali-
leza y alrttrce 2 Sus boncíiciop Cap. IV, zar lr> pcción; por ejemnlo. sostiene el dere-
Ofras e.T-.'Cpríonfs admitidas: "cxceptio reí cho do poder rescindir con motivo de dolo
judicitim deducía''': 1. Analogía con ¡a cosa
juzgada. 2. Cxiándo podía ser deducida
o de violencia el convenio en aue se funda
la poción o sostiene hnber sido exonerado
Capítulo I por prcto remisorio.
GENERALIDADES 11°v entonces una errp-pción en el verda-
de'-o «entido rte la palabra, y !s> prueba m-
A estar a. una definición, no carente ouriibe ni demandado: Reiis ercifíif-ndo fit
de fund?menu). excepción es un término nclor- rf>."í urnbaf cxcevticnem <D.
técnico que sirve para expresarnos con i-.Onál fue, entonces, el verdadero «¡canee
precisión; pero no constituye una ins- rlp :n rrcpptin9 ^n muchos ca.so«?, alega
titución jurídica. Si se suprimiera del Dic- Bonfanle. lf> ficción no está de oor sí misma
cionario, nos faltaría la palabra con que privada —destituida— de fxmdimento. Úni-
acostumbrarnos a indicar la idea que hoy camente el demandado íicnp a su ve^ un
representa; pero el sistema no sufriría el derecho aue. total o psrcia'rnpnte. enerva
menor quebranto. Se conserva en el íoro el "derecho de! actor Dicho derecho del de-
por tradición, y merece ser respetada porque mando presenta carácter negativo, por lo
es útil para entenderse mejor, aunque care- menos en esta función, v cuando so hace
ce en absoluto de valor jurídico. En defi- valer contra la acción intentado 'que oor
nitiva, excepción es la síntesis de la defensa cierto es a menudo el único modo df» ha-
del demandado en el juicio ( > ) . cerlo valer) se llama ercevciifr. la cual
Pero convengamos en que éste vocablo corKtituve rtor tanto una forma de ia ac-
desempeñó un papel destacadísimo en el ción ,iurídica (*i
procedimiento romano y la doctrina elaboró OOTIO es sabido, en el procedimiento for-
complicadas construcciones en torno de di- mulario romano se trató, con ingentes es-
cha institución que, como decimos mas arri-
ba, prácticamente se ha desvanecido en los <?.} Namur, P., Curso de institvd.pne$ v ti e his-
toria fiel Derecho romano, trad. de L. M Boerv,
• Por el Di Maree GODÍSTEIN. t. 2, país. 386 y 38?, Librairie Nouwilf», Bs,. Ai-
res, 1890.
( 3 ) Boníarte P . 7;wftl««o«'"í de Dfeehc ro-
(1) Enciclopedia. Jurídica Española, Barcelona. mano, irad í5e L. Bacci y A. Larrosa. pfeg. 130,
t. 15, pág. 282, nota de Vicente Amat. Iiist. Reuti, Mudtld.
OMEBA - XI - 28
fuerzos, de atenuar los efectos del rigen gar. E.i designado también con el nombre
juiiiwal, acudiénaose a los principios de la de procedimiento ordinañn, porque el ma-
equidad, aunque admitendose la veracidad gistrado no juzga por sí minino más que en
de Jos hechos expuestos por el actor j la casos excepcionales, limitándose desde un
certeza de su derecha. Ahí entraba en juicio principio a organizar la segunda parte c'e
la suprema autoridad y en cierto modo, la la instancia que debe realizarse delante
discrecionahdad judicial, que tencha a eli- del juez: ordinat iudiclum. Los procesos,
minar condenaciones injustas aesdc el punto pues, se juzgan secundvm ora'nem judici<>-
de vista de la moral. Las execciones fian rum, y cuando, por excepción, el magistra do
suministrado al pretor un medio poderoso decide é¡ mismo la diferencia ,sr dice que
de combatir el rigor del Derecho civil y ha- establece cxtru ordincm ( " i ,
cer prevalecer los principios de la Equidad Como es sabido, el procedimiento formu-
y del Derecho natural, apunta un tratadísca. lario tuvo origen en los conflictos entre ciu-
Es por esto que Gaius y Justmiano dicen que dadanos y peregrinos o entre e&tos últimos, a
las exceptioncs se han creado para la pro- ¡os que eran inadaptables Lia acciones de lu
tección de los demandados, porque sucede a ley. Desde entonces, la instancir quedaba
menudo que una acción eí> contraria a la dividida en dos grandes fases y se inaugu-
Equidad, aunque fundada en el Derecho raba un período procesal en el Derecho
estricto i*) romano que habría de extenderse a través
Pero no cabe confundir; no todas las ex- de toda la denominada época clásica.
cepciones emanan de) edicto del pretor; las En esta época hubieron cíe surgir las e,r-
hay que tienen KU origen en las leyes, cons- üepcioite?; lógicamente cuando florecieron
tituciones imperiales o senados consultos. los principios de la Equidpd y del Derecho
Para seyuir el origen histórico de las ex- natural por sobre los rígidos preceptos y las
cepciones debemos establecer que las mis- normas implacables que a veces tocaban prs
mas 110 existían durante el peí iodo de las la injusticia.
leqes actiones. Boníante le explica afir- 3. Clasificación de las excepciones. Pri-
mando que la razón es obvia se puede mitivamente, sostiene Arias Ramos, ía con-
ciecu, agrega., que la excepción es verdade- secuencia natural ae la certeza adquirida
ramente una institución pretoria, pues des- por el magistrado de las alegaciones del
puntó con la más amplia ingerencia conce- demandado, contra lo afirmado por el actor,
dida en los juicios al Pretor en el procedi- cualquiera que fuese ía indoie do tales ale-
miento formulario y valió como medio in- gaciones, sería la denegatio aciionis. Pero a
directo para corregir las injusticias de la veces al magistrado no le era factible ¡a ad-
ley. Es vesdad, señala, que hay excepciones quisición de tal certeza con la rapidez ne-
tanto de Derecho pretorio (Jionorariae) co- cesaria y dejaba tal torea a! índex arbitro,
mo la exceptio dolí, metus,, como de Dere- señalándosela como preliminar, naciendo
cho civil (civiles), como, por ejemplo, ía asi la pracscnptio pro reo la cual más tarde
excrptio leqis Cieuciae, la exceptio aenatus perdió e.sta situación preliminar, insertándo-
consulti Velleiani o fifacedonia'd; pero lo me en el cuerpo de la fórmula y surgiendo
cierto ea que el Pretor encontraba a mcm;do así la exceptio. 1.a transformación no fue
en una ley e! fundamento o la ocasión de meramente formal. El carácter preliminar
su etceptin, y otras VPCPS, orí cambio, pro- cíe la praescrwtio haci? de su apreciación por
cedía con uno cierta libertad. Por ejemplo, el juez una especie de denegotio actionis
la ley PJactorta amenzaba con una prosecu- diferida Con la decisión judicial relativa a
tio publica para la circumacriptio mmcnnn, la prnescripíio no rezaban los característi-
sin declarar nulo el negocio concertado por cos efectos de ía litis contestatio y de la
fí menor; pero el Pretor concedió a éste re" indicata. La exceptio, en cambio, parte
una exceptio Jegis Plactorinc para invalidar integrante de la fórmula, era por ende
eí uo'jocio mLmo, y lo aplicó también en el parte dei contenido del compromiso <¡UP las
caso de mero perjuicio do sus intereses, s,in partes hobian concertado en ¡a litis contes-
indagar P! do;o por la otra parle í* 1 ). Latio. y 3a decisión sobre ella una modalidad
2. En el procedimiento formulario Las de la sentencia con todas sus consecuen-
acciones de la ;ey fueron reemplazadas por cia.-- . La exceptio, prosigue el mismo autor,
el procedimiento formulario, llamado así es en la relación de la fórmula el reflejo
norque el magistrado redacta y entrega a las de aquel tipo de alegación del demandado
partes una formula, es decir, una especie de quo no consisto en una negativa rotunda del
instrucción escrita que indica al juez la fundamento alegado por el demandante, si-
cuestión a resolver, dándole °1 podoi dp iuz-
i'ii Peni, E Trurn^f flt n" ¡fui ¿' Derecho r ,-
(4 i Nannu, í- ob c;t . t 2 i>a«; 387 mane tr.-d cíe J Feíruinde/ GouMiez, pñg 81C-
i 51 Boní-imc P, ob y hig rus íiúm 728. Etí Alba^ros, B« A,res
no en señalar una circunstancia que, aún rentes) y excepciones "reales" (reí vel cau-
admitiendo la verdad de la base de la de- &ae cohaerentes), según que se refieren a
manda, elimina su eficacia. La redacción de una persona determinada de la que son inse-
la fórmula se hace entonces sometiendo la parables, como el beneficio de competencia,
sentencia a una doble condición; "Si se de- o que son inherentes a una relación jurídica
muestra (si paret) que es verdad esto íla transmisible, de modo que los herederos
intentio), condena; a no ser que (si non, pueden prevalerse, de ella como en el caso
ac si non, qua de rcnon, praterquam si etc.) de un pacto liberatorio concebido in rem.
resulte cierto esto otro (la exceptio)". Mu- Una excepción puede ser personac vel reí
chas de esas excepciones concedidas por el cohaerentes, sea de parte del demandante,
magistrado en su edicto eran exclusivamente sea de la del demandado Por último, según
debidas a su iniciativa (exceptiones honora- su origen y por analogía de lo que sucede con
riae), pero las había también fundadas en las acciones, se distinguen aún varias ex-
la ley o en las fuentes asimiladas a la ley cepciones- civiles, honorarias, útiles, *n
(excepciones civiles). Unas podían oponerse factum.
al actor siempre (exceptiones peremptoriae 4. Efectos de las excepciones. En general,
o perpetua.^, como eran por ejemplo, ia ex- las excepciones, dentro del ordenamiento
ceptio dolí; otras, sólo durante cierto tiem- romano, constituyeron defensas que se pu-
po (dilatorias o temporales), como la deri- sieron en manos del demandado para que
vada de un pactum de no pedir intra certum lograrse con su ejercicio su absolución en
tempus. Había, por ejemplo, las exceptio dolí, la causa planteada. Pero a través de un aná-
y se llamaban exceptiones in personara y lisis chcunstanciado de algunas de ellas, lle-
otras que eran utilizadas contra cualquier gamos a la conclusión de que las resultas
demandante: excepticnes in rem. A ¿u vez lejanas de la exceptio podían traducirse
existían asimismo algunas excepciones que tanto en la absolución del demandado como
entre vanos posibles demandados, única- en una mera reducción de los aJ¿anees de
mente podían ser utilizadas por algunos de la seténela condenatoria Al estudiar alguna
ellos, como sucedió, por ejemplo, con la, de- de ellas, veremos que éste- concepto se ajus-
rivada de un pacto de no pedir que sola- ta precisamente a la denominada cxccpíio
mente con estos últimos se hubiera cele- dolí. Otras defen.-as solamente morigeran los
brado. Se denominaban tales exceptiones efectos de la condena. Así, por ejemplo, li
personas cohacreníes en oposición a las ex- excepción de división y el beneficio de com-
ceptiones reí cohacrentes, tío Irs que podían petencia.
servirse todos lo? interesados en el negocio
o situación a que la acción se refiere ( ? ) . Capítulo U
Una sistematización de la división de las EXCEPTIO INTERCESSIONIS
excepciones, conforme al procedimiento ro- 1. Naturaleza y alcance. Literalmente,
mano nos da, pue^. la? clases siguientes: exceptto inlercessioniá traduce una "excep-
"Excepciones temporales o dilatorias" (ex- ción de intercesión", terminología jurídica
ceptiones temporales vel dilato;iael, y "ex- que se adapta difícilmente a las concepcio-
cepciones perpetuas o perentorias" (excep- nes modernas. Fue otorgada —sostiene CH-
tiones perpcluae vel peremptonae). Las banellas— por ¡os pretores romanos, para
primeras son aquellas que sólo sirven para afirmar la prohibición que. en virtud del
rechazar la acción por cierto tiempo, Tales senado consulto veleyano. pesaba sobre la
son la pxcepción dada al heredero durante mujpr, a fin de que no se obligara por actos
el plazo concedido para hacer inventario de inte^cessin. Podía oponcria la que se hu-
o deliberar, la excepción de incompetencia biera obligado personalmente por otro, o ¡a
y la fundada en que una deuda no es ya que hubiera afectado bienes suyos en garan-
exigible. Las segundas pueden invocarse en tía cíe un seto ajeno, ante ¡a acción diripida
todo tiempo y anulan el oroceso para siem- contra ella por el acreedor del garanti-
pre. Tales son las excepciones do dolo o ríe zado C 5 ).
violencia, así como la excepción que resulta Recordaráse que el Senadoconsulto Veie-
de la prescripción, aunque se le da el nom - yano, publicado balo cí reinado de Claudio,
bre de exceptio tempwalis, porque la excep- hacia mediados del sigio i de la era actual,
ción se funda en que el demandante ha de- tendía a liberar a la mujer de la.- inhumanas
jado pasar el tiempo concedido por la ley sujeciones a las que so hallaba ¡igada La
para intentar ¡a acción. Se distinguen aun muier, durante muchísimo tiempo estuvo so-
excepciones "personales1 (personas cokae- metida al poder paterno o a la manus, nada
yof'ía pcrtenecerle en propiedad; y cuando
(7) Anas Rnmorf J, Derecho romano, -i' cd,
pAgs 174 y 175, Perl-la (Je Deiecho PnvnUr> Ma- (8) Cebanellsg, G. Diccionario 'Je Vereda
drid ,'*-ta!, t 2, p;'!"; 142, Ed. Arayú, Bs Aire». 1953
llegaba a ser sui jvns, y tenía patrimonio, Justmiano modificó el sistema impuesto
la tutela perpetua le impedía enajenar las por el senadoconsulto, en dos sentidos tras-
cosas más preciosas, comprometerse y testar, cendentales. 1) La mujer no puede preva-
sin la auctoritas del tutor, Al fin de la Re- lerse de] senadoconsulto Velf-yano, si siendo
pública, el uso de la manus se hi?o más mayor de edad ratifica su compromiso, dos
raro, y la tutela perpetua, ya muy debilita- años al menos después de ia intercessio, o
da, perdió bajo Claudio su aplicación más si ha declarado por acto público, firmado
importante. La mujer conquistó, pues, cierta por tres testigos, que ha recibido alguna
libertad Pero parece que con ello resultaron cosa como equivalente de la intercessio que
inconvenientes; pues intervino e! legislador resulta del acto. 2) Toda íníercessio de la
para decretar contra la mujer otras inca- mujer debe verificarse por acto público, de-
pacidades Estuvieron en relación con su lante de tres testisos. Si no lo operación es
nueva situación y tendían a sus relaciones absolutamente nula tpsso jure. Es así aún
con los terceros. Asi se le prohibieron los en ios casos en que la intercessio era en
actos contrarios a la reserva que conviene otros tiempos excepcionalmente válida. Por
a su sexo, los officia virilia, y SP colocó en último, según la Novela 134, la mujer no
esta categoría toda inmixión en los negocios puede en ningún caso obligarse por su mari-
ajenos. El senadoconsulto Veleyano, al pro- do. La prohibición es absoluta.
hibir a la mujer obligarse por otro, se re- En definitiva, la exceptio intercessionis
fiere a este conjunto de disposiciones ( a ). rectificaba las disposiciones del senadocon-
El senadoconsulto se aplicó a toda mujer sulto Veleyano. Si bien literalmente el voca-
aue poseía en derecho común la rapacidad blo intercederé, intercessio, carece de una
de obligarse: soltera, casada o viuda, sin explicación clara en el' Derecho actual, es
distinción de edad ni de condición; y la preciso comorencier que se trata de una
obligación está prohibida a la mujer para medida tendiente a la defensa de los intere-
con cualquier persona. ses de la mujer cuando se obliga por otro,
2. El senadoconsulto Veleyano y la "in- por un tercero. Agreguemos que esta excep-
tercessio". Pero el nroblema df> la interces- ffo <"m verrietua y podía ser invocada no
sio, en términos generales, no ha preocu- sólo por la destinatario directom^nte, sino
pado al Derecho romano cuyas caracterís- también por sus hererte-os y por todos los que
ticas de concreto y realístico aún hoy admi- se hubieran obligado por filos. Asimismo,
ran al estudioso. Los autores han sjgrunado ora acumulatira como podía acaecer cuan-
1^-, condiciones para ei'ie, sepún el señaría do la mujer ? ft obligaba <"on juntamente con
consulto Veleyano exista verdaderamente el deudor principal en cuyo coso el acree-
vi+ercessio. Y estas son las que se expresan dor tendría acción contra probos, o privct-
a continuación- l v Qve la mujer se oblimie tívfi, cuando por medio de tina nnratíón se
personalmente o aua comprometa sus bie- sustituía al primitivo d«udor por la muier
nes, por ejemnlo, en hinoteca Cualquier que intercedía por él, o aun cuando ésta
otro acto le está permitido en intei-és ajeno, se declaraba desde el pnnctpio deudor<> úni-
como pago, delegación, enajenación etc. ca de un nréstamo hecho a otra persona,
2"Que se oblieue por ofro Es libre de obli- en cnyos casos el acreedor nerdía un acción
garse por si misma pero no rsor otro. Le es- contra el verdadero d_»udor Señala ur> autor
tá, pues, prohibido comprometerse con un que corno el senadocomulto Veleyano no
deudor, aftpnzando su deuda, como fiador; prohibió las dos formñ* df interwisio de la
o de sustituirse a él, procurándole su libera- mujer, resultó gue los c]pr°chos del acreedor
ción; o hinoíecar sus bienes para garantizar oupdaron gravemente lesionados, en el caso
la deuda de otro 3° Que se obligue en inte- de 3a intercessio pnt'afioa cuando «u crédito
rés de of"o No hay intfrces.iio si al obli- contra la mujer se había hecho irifficTz en
garse por otro, tiene en cuenta su propio virtud de la erceptio senniiconsuítl Vellda-
interés, si obtiene un interés parsona! de la ni. puesto aue en tal caso tampoco tendría
operación. 4' Que no t>e obligue animo do- acción contra el deudor primlti"0 Fue cor
na-ndi Pero aún cuando las nrecedentes con- eso que el prelor decidió oue en tales situa-
diciones se encuentran reunidas, el senado- ciones la obligación primitiva se considerase
consulto Veleyano no se aplica en los casos renovada con todo? sus accesorios y conse-
siguientes: a ) Cuando la mujer ha hecho
intercessio para constituir una dote a su cuencias, pudiendo el acreedor ejercitar,
hija- b»cuando es culpable de doío o de con el carácter de útiles, las acciones que
simulación por no haber informado al antes de la iriercessio hubieran podido co-
acreedor rresponderle ( 10 ).

(9) Petlt E. ob. rlt.nágs 4!b y 446. nums 3Í9 'I0> Caí ames Ferro, .1. M , Curso de Derecho
" n>it<ino, 7 cci pas 227 íú Pcrr ¡t. Bs Aires, 1953.
gaba la acción; pero si las partes no estaban
Capitulo III conformes en la verdad del hecho, entonces
EXCEPTIO JURISJURANDI el pretor no tomaba a su cargo la tarea de
Sabido es que entre ios romanos ocupó comprobarla, sino que lo declaraba como
el -juramento un lugar de privilegio entre excepción, y remitía, el asunto al juez para
los elementos proaatorios. Dos personas que éste dictaminara sobre la certeza del
pueden convenir, dice Petit, que se remiti- hecho.
rán al juramento de una de ellas, cuando Como se advierte, la exceptio que nos
entre las mismas hay auda sobre la existen- ocupa ha tenido un rol fundamental en el
cia d« un derecho, LA convención de jura- procedimiento romano, especialmente en el
mento, decía Ulpiano, puede intervenir con Derecho justinianeo. Se aplicó, preferente-
ocasión ae toda especie de aeréenos, ya se mente, para sancionar el pacto hecho con
trate de coligación o de derecho real; nasia juramento. Alegando esta excepción, el de-
putde tener por objtto cuestiones tie Estado. mandudo podía eludí; la acción entablada
Cuando tu juramento na siao prestado poi contra el por un supuesto acreedor o un
una de las partes, o cuando la otra le preteiioado propietario que no hubiera ob-
hace üejaoon, el pretor las otmga a respetar servaao este pacto. Para ello, el demandado
su convención. Si es, pues, ei acreedor Quien no tenia que probar sino que, en virtud de
ha prestado juramento y afirmado solem- convención anterior, había acordado con el
nemente en su provecho la existencia del actor atenerse al juramento de una de las
crédito, el pretor ie da una acción in partes, y que él había jurado efectivamente
lacium. que nada debía o que era el propietario
n
de
ti juess de esta acción debe examinar úni- la cosa, y no el prestatario ( ).
camente si el acreedor ha prestado jura- Capitulo IV
mento y, si está probado el hecho, condena
al deuaor, Si, al contrario, es el deudor quien OTRAS EXCEPCIONES ADMITIDAS: "EXCEPTIO REÍ
ha jurado no deber nada, el pretor niega JUDICIUM DEDUCTAE"
toda acción al acreedor, o si hay duda so- 1. Analogía con la cosa juzgada. La con-
bre el juramento, da al deudor una excep- testación del litigio (lilis contestatio) era
ción, jurisjurandi. Cuando esta excepción es en ei Derecho clasico un monlento decisivo
justiiicada por el juez, y cuando caía pro- del proceso. Ella señalaba ei término del
bado que ei deudor ha prestado el jura- procedimiento in iure y constituía un acto
mento, debe ser absueito. solemne, con el cual se iniciaba verdadera-
Ortolan, comentando el texto de la ley mente ei proceso por concorde voluntad de
expresa, acerca üe esta defensa, qus el "ju- ¡as partes, es decir, que estas se obligaban
ramento que recíprocamente se prestan las como por contrato. En el procedimiento por
partes para terminar una cuestión en juicio legzs actiones el acto consistía en una de-
contiene, según nos dice Paulo, vina especie claración formal de las partes, que juraban
de transacción, que tiene más autoridad someterse a Ja decisión del juez, elegido
todavía que la cosa juzgada; jusjurandutn para decidir. En el procedimiento formula-
speciem transactinnis continct, majorera.- rio el actor comunica la fórmula al deman-
que habet auctoritatem quem res judicata. dado (caeré, dictare formulam, iudicum) y
Este es, dice Gayo, el medio expedito de éste la acepta (accipere formulam). La con-
terminar los pleitos. En el edicto relativo testación del litigio tenía en los juicios le-
a esto había el pretor insertado una dispo- gítimos y en las acciones personales in ius
sición especial, en ia que se declaraba que conceptué ei efecto de destruir totalmente
si una vez deferido el juramento al deman- la relación, o sea la obligación que antes
dado, juraba éste en seguida que nada existía entre las partes, y de generar, en
debía, no daría acción. Tales eran, sefjún cambio, una nueva condición del contrato,
mpiaao, los términos del edicto por los mediante la cual las partes se obligaban a
cuales se niega una acción. aceptar eí juicio; por consiguiente, desde
Pero el mismo tratadista llama la aten- aquel momento la acción era consumada
ción acerca del valor del juramento, expre- ipso iure y, por lo taato, no hubiera sido
sando que es necesario hacer una distinción, posible intentarla. En el Derecho justinia-
ya que el juramento unas veces impedía neo el nombre de litis contestatio fue con-
que se diese la acción, y otras r\o hacía más servado para denotar el momento del proce-
que producir una excepción. En efecto, si so, en el cual se fijaban las pretensiones del
convenían unánimemente las partes en la actor y las defensas del demandado O-').
verdad del hecho jurado, o si el juramento Frente a este proceso trabado, el deman-
había sido deferido y prestado ante el pre- (11) Cabanellas, O,, ob, clt., t 2, pAg. 142
tor mismo, entonces este magistrado dene- (12) Bonfante, P, oD. clt., pág. 128.
dado podía defenderse negando el derecho Derecho justinianeo el efecto extintivo de
del actor, con la demostración de que jamás la contestación del litigio está abolido.
ha existido, o que no está válidamente cons- Aclarada la naturaleza y alcance de la
tituido, o que ha dejado de existir. Pero hay defensa en cuestión, digamos que el efecto
otras alternativas. El demandado puede característico de la iiíis contestatio reside
tratar de debilitar o enervar las pretensio- en la consunción procesal de la acción
nes del actor alegando excepciones o defen- —adió consumitur—, esto es, en la impo-
sas. Entre ellas, sin ir al fondo de la cues- sibilidad de repetición: oís de eadem re ne
tión, puede promover una cuestión que sit actio. Tal sucede cuando se trata de ac-
guarda mucha similitud con la excepción de ciones que versan sobre derechos de crédi-
la cosa juzgada: es la intitulada "exceptio to, concebidas in ius y ejercitadas en iudi-
reí in judlcium deductae". In otros térmi- cium legitimum pero en las acciones reales,
nos. El demandado podía alegar Que la mis- en las acciones personales concebidas in
ma causa ya había sido objeto de otra íactum y en ios juicios no legítimos —iudi-
demanda o de otra instancia. Y con esto cia imperio coníinentia—, la acción se con-
paralizaba la acción. Según Ulpiano, la sume o agota, siendo menester para evitar
exceptio, deducida en éstas condiciones y la repetición de la misma, en un nuevo
aunque prosperara, dejaba subsistir a cargo juicio, que el pretor otorgue una exceptio
del demandado, una obligación natural. rei iudicatae vel in iudicium deductae (W)
No hay dudas acerca de la procedencia Planteada la excepción, el pretor no tenía
de la exceptio reí judicatae o dts ¡a cosa otra alternativa que darle curso y así se
juzgada que, desde luego responde a un alto paralizaba la acción definitivamente.
interés publicó. Cuando un proceso ha sido
objeto de una sentencia definitiva, como EXCEPTIO DOLÍ.* /. Concepto. Defen-
bien dice Petit, es necesario que sea respe- sa procesal introducida por obra del pretor
tada Sa decisión del juez, y que las partes en tiempos de la República, para que ya
cuya desavenencia ha sido regulada, no sea en las juicios de estricto Derecho quiri-
pueden volver a llevar el mismo asunto ante tario (indicia stricía. actianes stricti iudici),
la justicia. Por tanto, si la cosa juzgada no ya sea en las acciones de buena fe (indicia,
PS la misma verdad, debe tener ei lugar 'bcmae fidei), el demandado pudiera oponer-
de la verdad, ppro es lógico que ésta autori- se válidamente a la pretensión del deman-
dad se encuadre en determinadas y preci- dante aduciendo el empleo del dolo, por
sas condiciones o identidades, como las ha parte de este último, en la concertación del
llamado la doctrina y que en la ley romana negocio jurídico o en la exigencia fie cum-
respondían a los nombres de: ideía corpus; plimiento inequitativo.
eadem causa patendi y eadem condictio En las acciones de estricto Derecho foc-
personaran. ¿Qué diferencia, en cambio, tlonet. síricíi inris), la excepción de dolo
media con respecto a la exceptia reí iudi- (exceptio) se propone, y se intercala a Ins-
cium deductae? tancia del demandado, entre la intcntlo y la
Z. Cuándo podía ser deducida La ex- condemnatio de la fórmula. (V. EXCEPTIO.
plicación es esta. El derecho del actor, bajo FÓRMULA. FORMULARIO) . No puede ponerse
el sistema de las legis actiones se consu- en otro momento procesal, de acuerdo a la
mía siempre ipso iure por ia litis contesta- práctica y la teoría del Derecho formulario.
tío. Ei procedimiento de las fórmulas se En las arciones de buena fe. el juez tiene
hizo más exigente, llegando a requerir de- la libertad ae considerar toda situación
terminadas condiciones para que este pro- contraria a la equidad en cualquier etapa
ceso ocurriere, Pero, en algunos casos, cuan- del juicio. Por lo tanto podía acoger la
do faltaba uno o más de los requisitos, el exceptic dolí, propuesta por el demandado,
pretor entró a suplirlos, si bien procu- un cualquier momento procesal O).
rando de no apartarse demasiado de la ley. (lis) Iglesias. J. Derecho romano, t I, pág. 13?.
La litis contestan» no extingue ya ipso iure Kíl Ariel, Barcelona, 1853
el derecho del demandante. Es el pretor
quien campea por los derechos de] deman- * Por eí ÍDr. AUMANDO V SILV/.
dado, en la hipótesis de que e! tnlsmo
asunto esté pendiente de otra instancia (1) Arangio Kufz, V. (Los acciones en ei Dere-
o de otra causa, para autorizarle a oponer ctíi> privado romana), rtíce .sobre CBta matate:
"Pero sí ¡>e trata de una acción fie buena fe no
la exceptio en pleno juicio, sin esperar a ocurre así, puesto que el dolo es la antítesis de to
la sentencia. De esta manera, ya en el De- buena íe. y no es necesario Insertar excepción al-
guna, toda vez que e! ]u«z reconocerá, presentado
recho clásico, la litis contestatio consumaba si caso, que según la buena fe el demandado no
la acci/íu ora ''pso iure, ora mediante la está obligado a nada. Los Jurisconsultos exprew-
exceptio rei ir> iudicium deductae. En el ron esta Idea, afirmando que «la excepción de <'"'•»
II, Origen, .tín el Derecho antiguo, los la contraparte que requería ei rcumplimiesa-
contratos celebrados según ei tus estricto to con evidente mala í i. Los r - ¿ranistas in-
tenían valides; aunque tuviesen vicios KA eS terpretando las fuentes cüjlcac recuerdan
coasentimiento. Las necesidades jurídicas y que podo distinguirse una fxc*¡p¡,io dolí seu
los requisitos, solemnes de lo& primeros tiem- í>ratertti (que se basaba sobre el dolo come-
pos, aseguraban el cumpkmtetito de ios ne- tido al tiempo de concluirse el negocio) y
gocias, sin que ¿e tuviera que apelar a ia una exceptio doli generalii sen praesentis
nulidad. Los contratos de la ¡pequeña socie- (basada en ei dolo que se comete cuando
dad romana no eran numerosas y los re- se intenta la acción y es actual).
quisitos casi religiosos de su celebración Esta represión del dolo e» considerada
aseguraban su cumplimiento y la libertad una innovación del Derecho honorario con
del consentimiento, relación al IBS cisite y recuerda Cicerón
EJ ooZo de ana de las partes no ínvaJlda- qne la vio aplicar ai jurisconsulto Aquilío
ba el contrato (¡O y prácticamente no había Gallo a fines de la República (*).
defensa contra dicho vicio. III. Aplicación, La excepción de dolo se
En ¡os casos de estipulación apareció un oponía al actor, a sus herederos y a sus
remedio en el Derecho antiguo A favor del sucesores a título gratuito, según opinión
acreedor, quien hacia promeíar a su deudor de Ulpiano en el Digesto (s;. Esta excepción
que se abstendría de todo dolo en el cum- íué de amplia aplicación cuando el pretor
plimiento de .sus obligaciones. La cláusula tuvo que corregir los efectos rigurosos de
dolí en realidad introducía modificaciones la aplicación del Derecho estricto, admi-
en el carácter de la acción dei acreedor y tiendo durante el proceso formulario, ia
le permitía hacerse Indemnizar RII caso fie Inserción de la formula de'lü exceptio, para
dolo por parte del otro esvipulon^e. EJ acree- dar cabida al mismo tiempo las Innovacio-
dor tenía de esa macera, ia aecióa ex-stipu- nes que fuerou introducida}'» en las mores
latu y el jues stv consideraba autorizado por malor-um. Asimismo, cuando en las arcio-
el contrato y por los requisitos de la for- nes de butna fe, dando cabida o ese mismo
mula para determinar según la equidad, espíritu de tolerancia con las nuevas ins-
el Derecho dei demandante ( ? -> tituciones y costumbres jurídicas, se permi-
Este procedimiento persistió y quedó en tió acciona? o excepcional1 por cualquier
uso, pero beneíiciaba solamente al acreedor. vicio en la concertación del negocio, -jue lo
Por eso el pretor en época de la República hacía insoportable1 por razón de iniquidad
Introdujo los remedios siguientes a las si- o de mala íe.
tuaciones Inequitativas en el cumplimiento En el procedimiento formulario, la ex-
de los contratos- una actío dolí y una ex- ceptia se acomoda en el proceso y toma su
ceptio doíí. lugar entre la mtentif) y la condemnatio.
La actio doh la ejercitaba l«i parte per- para que como cláusula condicional, haga
judicada por el dolo, cuantío por su cuenta prevalecer su carácter negativo en rayo de
ya había cumplido la obligación correspon- que ss comprueban las circunstancias que
diente que tenia por objeto la restitución alega el demandado, contra ia pretensión
de Jo que se ha dado rn forma forzada por de! demandarte. Para comprender bien el
dicho vicio de H voluntad o una reparación mecanismo de la exceptio en el Derecho
de Jos daños sufridos La ac'ío, tenía ca- romano, debe tenerse en cuente la evolu-
rácter penal y era Infamante para ei con- ción de! procedimiento, lo que se ilustra por
tratante doloso. Por esa razón era conce- los romanistas con ios ejemplos clasicos de
dida sólo con carácter subsidiario, cuando fórmulas preparadas en tal sentido ( « ) ,
no existía en las situaciones de i 'a fe Esto se explica porque en Derecho estric-
otro remedio procesal. to el juez no podía examinar cuestiones
La exceptio dolí se concedía en circuns- de Derecho civi! fuera de la fórmula y aco-
tancias de dolo, cuando no se había con- ger todas las circunstancias Inequitativas
cluido o ejecutado la obligación. Es decir, del negocio para su solución judicial
cuando la víctima era llamada a juicio por Esto no pasó en los juicios de buena fe-
donde por rassoa de la cláusula contractual
es inherente » las acciones de buena íes: tjci'eptto
do/i ijitst bonof fidei iwtiHu" (4) Clc«rtr., r)e offisíis, ÍI1, 14 Citado por
(2) "En general, el antiguo Derecho civil cu- Aranglo Bul?, Instititctant* de Dfffcfn romano,
noce 8Ólo do» posiMiidadea • que «1 negocio nazca pág. 139, y Fetit, S. Tratado elemental de Derecho
perfecto y produaca todas su» consecuerjolaa o, romano pag. 922, nota 804.
que no llegue siquiera a wacer" (V. Arangio Bulz. (6) triplano. Dígesto. ley 4, párr ?J (de üolí
Instituciones de Derecho romano, pég. 1504, mali), lib. 44, tít 4.
(3) Los romanistas remiten a las fueras» <le (8) V Asanglo Rute, Las acei-jr.'-y en sí Dere-
esta clausula doli; Digesto, "De ver. Obligat", ley cho privado romano, pág. 85, Madrid, 1945 Cír,
53, llb. 46, tlt. 1- Juliano e ídem, ley 1, párr, 1, asimismo, Bonfante, P., instituciones de
"De dolo", llb. 4, tlt. 3 y parr, 4. romano, pág 131 y nota 1,
ex iide bona, so le concedía al juez ia ía- •jii «toarse la existen*.)a ue la obligación
culted cíe considerar las peticiones de eq m n- en el inicio, el deudor Inexperto se asegu-
dadí"). raba la ab olucion probadas las circunstan-
Como ya se señaló, esta excepción era de tias seaalada^. Esto, en el caso de no ha-
aplicación general, y en eso se aifereanaba be'sr pagado ya ia d.^uda, puerto aue si rl
de otras! excepciones texceptio neius, causa» pa ,o había tenido lugar, o'ra era la accior,
y (exccptw pacti conventi); en tal sentido de leclamaoon por el m^nor afectado, la
podía reemplazar y ser aplícala en cual- clásica in integran resiitutio. La lex píce-
quier «•ituacion dolosa a otra excepción, tonc y su cxceptio, fueron dos de las nor-
randada en esa causal El dolo en el sentido rnas tendier.tei. a la protección del minor
<M Derecho romsmo comprendía situaciones xxv a mus, pero fueron cuycndo en desuso
de maia. te y ac violencia Iraudulenta, y uc a consecuencia de la desconfianza de ¡os
ahí el uso general de esta excepción. que rehusaban contratar con menores. Ss
prefirió la amteacia tí e u» curador cuyo
EXCEPTIO INTERCESSIONIS (V. Ex- atesoramiento convalidaba el acto. \E. Q >
CEPÍ1O.)
EXCFPTIOLITIS DIVIDUAE ET REÍ RE-
EXCEPTIO JURIS JURANDL iV. EXCEP- SIDUE Entre las excepciones que Gayo
TIO.) clafciüca como Dil&toriae, es decir, acuellas
qu^ producen una suspensión temporal o
EXCEPTIO LEGIS CINCIAE. En el De- circunstancial por oposición a las Exceptüi
recho sucesorio romano se encuentra la percf.íoric/e, se halla la presente.
lex Cinciae, dictada en el año 204 a de C, Pod'.A oponerse f l acieedor cue, después
por ia cual se fijo a las donaciones un má- ae iiitenti,¡ juaiculincnte el cobro de una
ximo de 1 000 ast &, tal como la ¡ex' Fuñas parte di s>u irecii'.o --y esto en cuanto al
preceptuaba cu cuanto a los legados. Eate objeto de s>u acción— o q.un ya ha elegido
tope regia salvó para ia& donaciones enere una entre las diversrts accione» que ie co-
parientes cognados,, cónyuges, o cutre pa- rrfsponnen contra el obligado —-en cuanto
trono y pupilo a ia acción o ptocedimiento en sí— vuelve
La ¿ex Cmciae .se encontraba entre las a intentai la demanda por el resto, o con
llamadas. lcge& imper/vctae es decir, no otra acción, antes tí»* finalizado el año,
contenía sanción alguna ten este CDÍO co- (JE. G.}
rrespondería la nulidad» para el &üpu>.oto
do violación de su precepto Entonces, la EXCEPTIO METUS Lntre los denomina-
solución jurídica aplicada en la practica, dos vicios dei consentimiento en Íes actos
consistió en la facultad otorgada al prstor jurídicos, se hallan la %-ioJencia física pro-
para denegar la acción al beneficiado en piamente dicha o di absoluta, la violencia
las donaciones que sobrepasaban el limite moral o '-ns compuhii'xi y el mor '¡re nego-
íijado. En el sistema formulario se adjudi- tio o in corpore).
co al donante una excepiio, denominada LA corapuj&ión, vis wntfulsna o violen-
justamente exceptio legls clnciae, que podía cia moral, denominamos!a también intimi-
oponer al donatario que iniciase judicial- dación, y pntre los romanos metas (miedo.
mente el cobro. (E. G.) temor). En el fwrecho romano antiguo se
pasaba por alto la importancia á? esta fac-
EXCEPTIQ LEGIS PLAETORIAE. La les tor que conspira contra La libre dcurimna1-
Piaetoria de circumscnpttone aáolescentium ción en la exterlor.zacion de U voluntad
se dicto alrededor de 192 a. de C., con el Fue obra del Derecho pretori*no la intro-
propósito de crear un medio jurídico para ducción de medios junov os eficaces con e!
limitar los abusos posibles en las conven- ob}eto de contrarrestar oí efecto tí« un ne-
ciones con menores de veinticinco año¡>. Di- gocio concluido de esa manera.
cha ley sancionaba al acreedor con una En orden cronológico se aibitraron los
severa pena de carácter pecuniario. En el siguientes remedios legales- en primer tér-
Derecho úe- lo& pretores se otorgó una ex- mino la resiitutio tn integrum por la cual
ceptio, basada en la misma ley, por la cual. e] pretor, ante la demanda, de la persona
perjudicada negaba Ja protección judicial ai
<7) "Lis cesación de la división entro procedi- acreedor, o acudía a otras medidas simila-
miento <n i'tre y procedimiento m tiu2icto, hizo res a fin de restablecer el equilibrio jurídico
desaparee'! <>n el Derecho justiciando toda dife- la equidad En segundo lugar, y con efica-
rencia «ntre la excepción verdadera v propia y es- cia más plena, la actio mctus y la exceptto
tas excepciones impropias, que se podutu proponer del mismo nombre.
tr>!üb¡én in tudtcio, y atenuó asimismo ¡a d.reren-
ÜE entre U txcepcion y cualquier otra defensa del La actio meras no sólo procuraba la nu-
demandado" (V Boníante P, op. ctt, pfeg 131) lidad del acto perfeccionado bajo circuns-
tancía de intimidu-non, ¡ano quo sancionaba ito li.s r< rte> ir podía demandar su cum-
muy severainsnte ai ret^on pule dti ÍIIIMUO. piítmtu.ío. ¡>i no piábase hubttíu ella cum-
Demostrada la existencia d < i Meius »xbia plido u o/n,ci<JM,' cumplirlo, u que su obhga-
¡a ifldenini/iicion pox v<»lor 'leí e laJrnplo í ítí¡ ¿i a ¡iiü..J.
de los bienes en cuestión SI principio contenido er dicho articulo
En el Derecho justiiaaneo se amplió au.i fue asentado li^toncamenie por ios cano-
más la protección al perjudicado, ptr.s¡- iiioiao y pu»tglu{,adi>K'» en el UJieciio ine-
guiendo.se con ¡as sanciones ya estable ridas aifval europeo, en babu a textos romanos,
a los pootenorei adquirentes 'aun de ou^na i,onio se veía ¿ñas aüe;aiue Nufiíro iegis-
fe) del objeto logrado medunte vis cow- iauoi 10 t'/mu cíe e^a tiycuuua uoctrinarici
pulsua, La severidad se atenúa con ¡a va- a través ae las fuentes tiaiue^ai, e&panolai
lidez por solo un año de la acüo rnetus > «iiüt ácanas que cita en ia nota a los ai-
La cxceptio correspondiente puede opo- liculos 1201 v 510 d « l Código civil, La ina-
nerse en el supuesto de una obligación con- íma f - > usía derivación de la que la c.¿iii-
traída bajo uUKTuUaciün, cuando vi acree- ¡jicacÍ!. LOÓ contiatoi» bilabiales, y &u ic-
dor entabla acción judicial con i, objeto de Üitneii juudico. A s>us íuentes üoue recu-
lograr &u cumplimiento Funciona en ioa¡u mrse para íeiier una concepción miegia*
similar a la e.u,t.ptio noli ÍILÍ régimen que Vfkz bai¿licid acoplo.
Gayo incluye a la excopeion que tr»j to- La ia época de promulgación de nues'au
rnos entre las denominadas perentorias, PS Coaigo, muy pocaí> le^iülacit/nes civiles iia-
decir, aquellas que paralizan la acción en D-rfn di..opiaao el pii^cipio señalado tu
el momento en que se oponen ví. O ) íonua expiesa Lntie las, americanas deba
mcncioaai'áf el Código de Chile (l> y el
EXCEPTIO NON AD IMPLE TI CONTRAC- provecto de FJcitas,, t u f n t t inm^üíata cíe
TUS '" biv\r.iu T idc.< ««ene.. 1 I f . Natuí u'. >-- Ja nuestra (-! En todos Gatos prcecptoís i' -
ji.nclu i II! C.i'npj rtc , jjioiUiOii. I\' An-
totutei V Dei°(ho «c ', t K~iGíCn VI í^a galo«, se obseivj,, como bien .se ha dicuo
fxa.pt o non i líe f'*i jjiti <"onfjacíií4 V U cieil'i tiandc7, en la l.M-nia de expresai 11
Nooio-i hi-*ori( * VII T j» . Jw> inediev 1 principio a' !,.> ex'-t^A'un tilo ae t-xpucj
Dcioc u> caiiu'iu't l'C i r < h o Ita'.uno
X De' ''"lio !) ' *.'- \ ' et'jü a'fu'íUi por la ej,oración que ha teniao in teoría cíe
la iii&.ua, como &P veu t-n Ja breve síntcüía
gene fal La fia,. e la Una que ae sobre el Derecho francés italiano y alemán.
estudia en esta vo¿, equivale a la e-spiesíon. Asnnisuic, por la coníuiion que en alguna
en, castellano "Excepción de contrato no inaflor.i na existida enrre esto instituto con
cumplido '. Ea los coniratoa büafralerf A el derecho de retención en cuanto a su*
constcucncia de l£> oorreíatividad, de ta-s í^rma^idadeíj y efectos Lo cual dificultó en
obligaciones r-eiprocos tntrc ¡as partes, se el Perucho francés, su distinción doctrinaria.
ha considerado que n<;e ei Siguiente pr.u- En Lt icfynna pioy»c!adíi en 193G en
cipio, en íorina ''::pní* o implícita: cada nuestro país, siguiendo el ante-proyecto de
ana de Ki-> partes contratantes puede absle- Sibi'oni ( f ) se ha íoniüo en cuenta la ex-
ner^e en l.jrnia legítima, en r1! cunj' pf'aenu.t judicial euiopea, como asimismo
to de su prtslacii'n, ,a la r/.ri nn Ja doctrina desarrollada. prmciia|pit'nte en
o no ?e allana a cumplir sii> 'jltanc Alemansa y Suiza, cuyas IdSpRicionef se
la suya. c.te-.n coreu fuente Jitccta
En nupstru Derecho, precjc'iaientf», en f^- Se expone (fe>j en forma expresa y com-
les contratos: "J^s partej. se obligan recí- pleta el principio y sus conréenmelas, jurí-
procamente, Ja una hacia la otra" fart 113Í5, dicas en el campo de la.1; relaciones con-
in jvie) lo cual íno'ic.i que aí legislador na t z i c t u a l f á coi relativas.
adoptado ia teoría de ía interdependencia En lo ^ue se refieie al principio concreto
de las ubhgarrjno's y /-,uc coríi^cueiíciaj A expresado en e-! articulo 1201, ee ha expü-
ella se r'-n^rp cunnao en la nota respectiva cít ido sobre los siguientes supuesto» legales,
al ar'iculo cutido dice "Los contratos bila- que habían sido omitidos en el Código ac-
terales deben sie:nprp dar lugar a dos ac-
ciones para carama las do& obligaciones ( 1 ) A'.t 1552 'En Jos contrato?, büa'erales n,. -
cjuo cornrrT.dfii". sis, ni fie» que Jas partes RU'io de ¿o.s ouiitrat.ii.te1? tsiá tu inor« dejando rio
quedan ie-::piwAmcnte liaa<ias y que ei ¡ iinipiu lo pactado, mientiat, el otio no lo cumpíf
vinculo que so ha concertado implica efec- por í.u píi'.e o i.o se allana a cumplirlo eli la íci-
tos, en cuanto a n manera rij cumpUr f*sas u»a y tiempo íSebídos '
(_>» Ait 1955. 'Si iuereii tiíliterales (los con-
prestaciones con eíativas. tratos) una de las partes, lio podía demandar su
La idea t,e expi.'sa en el pi\vopto del ar- cumplimiento sm probar que j/or -,u lado lo h\ -
ticulo 1201. En los contratos lilatcrales una b;cre cumplido, o que su obligación es a plazo, o
hl no se ofreciere a cúmplalos' .
( 3 ) E bi'or,!, Á'itíp'í,'.scío, t 2, pág. . »7, ai-
' Por el Dr APMANDO V SILVA. tsculos Í339 w 1330
tual. Así se hace notar lo? «extremos que trina romana y española antigua. En el que
debe justificar el acrpedor-actor y los su- ponían a cargo de ambas partes contratan-
puestos de pagos parciales y üe pluralidad tes ¡os riesgos del convenio, como conse-
de acreedores (•»). cuencia de concebir las prestaciones u obli-
El precepto del articulo 1201 tiene una gaciones con vida independiente, de suerte
aplicación practica en materia de obliga- que desaparecido su objeto, el riesgo debía
ciones respecto a la constitución en mora, estar a cargo de la parte que pendía la cosa
Asi lo expresa el artículo 510: En las obli- o a quien se le hacía imposible ln presta-
gaciones recíprocas, el uno de los obligados ción, como asimismo de la contraj/arte. Esta
no incurre en mora si el otro no cumple o solución, que como lo señala el legislador en
jio se alluna a cumplir la obligación que le las notas a los artículos, no ha ¡>ido segui-
es respectiva. da en nuestro Derecho civil, adoptándose
Esa simultaneidad en el cumplimiento de un sistema más lógico y práctico, teniendo
las obligaciones respectivas es consecuencia como fuente al proyecto de Freitas (*).
del sygnallagma ('>) concertado entre las El principio rige, porque asi se tiene en
partes y el incumplimiento por una parte cuenta la común intención y voluntad de
trae como consecuencia el incumplimiento los contratantes, "tal reciprocidad es una
de la oirá, estableciéndose una correlación de las consecuencias más palpables de la
igual que con respecto a las prestaciones, correlación entre los deberes que se derivan
de modo que para que fan clone el princi- d^l acuerdo de voluntades.. ."(*),
pio de la excepción debe existir un nexo Pero no sólo está en juego la interdepen-
causal entre ambos incumplimientos ( G ) . dencia de las obligaciones recij-'-oeaí que-
El principio general enunciado en lo que rida por los contratantes y, aceptadas en
so reíiere a la carga de la prueba y la obli- consecuencia, en !a convención especifica,
gación respectiva, ha sido propuesto en el ,~>ino que, también juega y está vigente el
Derecho alemán, para explicar esta, materia principio de la buena fe en los contratos
desde el punto de vista procesal: "La fór- aceptado por nuestro legislador en forma
mula justa no es: un contratante sóío está general en el precepto consagrado en el
obligado a la prestación, contra la presta- artículo 1198: Los contratos obligan no soto
ción del otro. Sino: un contratante está (> lo gue esté formalmente expresado en
obligado a cumplir su obligación emergente ellos, sino a todas los consecuencias qw
del contrato sólo cuando7 también el otro puedan considerarse que hubiesen sido vir-
contratante lo cumple" ( ). tualmente comprendidas en ellos.
La concepción del contrato bilateral que Las valoraciones extrajurídicas que el le-
importa la interdependencia y la correla- gislador ha tenido en cuenta al consagrar
tividad jurídica de las obligaciones, ha sido esta regla rige tn todas las circunstancias
aceptada por nuestro Código, con todas sus contractuales y ellas deben prevalecer pa-
consecuencias teóricas. Debe señalarse que ra no menoscabar lo que c-oricretamcnte en
en un aspecto se ha apartado de la doc- iü materia significa la lealtad y la buena je
que deben poner las partes al cumplir sua
{l) Art. 827: "En los contrato» büatírsües, nin- obltgariones.
guno rto los otorgantes podrá exigir su cumplimien-
to si ito> probare haber leaHzado la prestación pro- En estas razones, es decir, en el principio
pia, 11 ofreciere realizarla, a menos que el otro de- de Ja interdependencia de las prestaciones
b'era llenar antes la sxiya. Cuantío el pago déte* reciprocas y en eí principio de la bueite je-
efectuarse a vnrias personas, el deudor puede re- lealtad, se encuentra el verdadero funda-
husar IR entrega de la cuota qw a tilas correspon-
da, liagta h'iber recibido (Btegramente la «ontra- mento, ía ratta inris del instituto de la ex-
pre°tación. Si un contratante hiciere pagos parcla- cepción de Incumplimiento. Contó se h»
Hs, puede negarse la contraprestación, a menos qu« observado con juatezt, nc es, necesario re-
la» circunstancias permitan Jiwgar que la resls- currir a la doctrina úe 'la causa, que en
tetilla a Iit entrega es contraria a la buena te, por
Ja modicidad relativa de la p»rte adeudada". definitiva no explica el desarroliajdel prin-
Art, 82R: "Si ios derechos de quien primero cipio a tod»~ sus aplicaciones («).
tteba cumplir el contrato corrieran peligro por la La situación jurídica en que se aplica el
insolvencia, el concurso o la aprecíatele dlsmimi- principio normalmente se da cuando exJate
£Hón del patrimonio rte la otra parte, será licito
rrhntnise n ejectitarlo hasta recltyr la eontraprcs.- por voluntad de las partes o de la ley, la
taeíon, o mientras ésta no !e fuere ai tezada".
(V. Proyecto fle reforma del CóSlgo ctml, 1836), (8> Así lí> wfiala Uttmlle, H , «ln »u Cía» i*
(5) Sygnaílagma. «leí gri*go syn, íjrua! «. «m, vantrataa, t í, aíim 442, pág 258, Bs Aires. 1921
y nllaaem, que significa cambio, según BftTtta, W Lata!!!*. H, ro «u Tratoío, t. 8, "Contrn-
.Diccionario etimológico, l y IV. to,V , VOl l, p&g, 4.14, núin. 350, Es. Aires, 1963.
<6) MrsMt*o, Fr., Boctnnn general de! con- tJO) V. S¡w>ía, A. O., nota & un fallo en Jtait-
trato, t 2, níim. 7, pág. 433, Bs. Aires, 19&8. prudenoty Argfnti«a, t. 70, pág. 143. "la escepetón
(7) "Windscfcetd. Dlritto dell<T Panáette, trad. de incumplimiento t-n los contratos bilateral»", y
italiana de Faddfc y Bensa, t. 2. pag, 344. núm, 2, nota en La Ley. t- 1*?. P**- 217: "La rxceptio non
Tarín. 1930. adtmpleti roatraeítis". núir», 34.
simultaneidad en el cumplimiento, cuando Sí se tiene en cuenta que esta facultad
se ha entendido que trato por trato, mano de oposición a la demanda de la parte ac-
a mano, las prestaciones deben ser cum- tora, es una verdadera defensa que surge
plidas (el Zug um Zug de la doctrina ale- de la naturaleza del contrato sinalagmá-
mana, el trait pour trait o el donnant don- tico, de la interdependencia de sus obliga-
nant, de la doctrina francesa). ciones, la parte demandada al oponer la
Cuando existe plazo o cualquier modali- excepción no hace otra cosa que invocar
dad que niegue esa simultaneidad, el prin- el contrato y exigir su cumplimiento simul-
cipio no tiene normalmente aplicación. De- táneo. En ese sentido se ha entendido que
cimos normalmente, por que como se ha al oponerla el demandado se vale de una
hecho resaltar, existen casos en que aun verdadera defensa de fondo. Así lo hizo
existiendo plazo o cumplimiento no simul- notar Wíndscheid en la obra señalada, ci-
táneo, mediando peJ¡<*ro o riesgo de incum- tando a ios autores alemanes partidarios
plimiento de la conti .¿prestación por insol- de esta interpretación, En la doctrina fran-
vencia de la parte quj goza de tal plaso cesa también se ha sostenido que se puede
(v. gr. por cesación de pagos o por múlti- asimilar la excepción, por sus característi-
ples circunstancias de hecho que amenacen cas y su origen contractual, a una acción
infrigir el cumplimiento simultáneo) puede surgida del contrato ( i a ).
oponerse !a excepción. El legislador argen- En realidad para nuestro Derecho se tra-
tino ha contemplado esta situación posible ta de la manera de interponer la excepción
en los preceptos consagrados en materia de en el campo procesal, ya que depende de
compre venta, respecte a la obligación de cómo el demandado la oponga, obligando
entrega del vendedor o del comprador (arts. el interés del actor a probar el cumplimien-
1419 y 1425, respectivamente del Código to de su parte o que la oponga, exigiendo
civil). y alegando el incumplimiento, como una
La regla completa enunciada en el prin- verdadera demanda reconvencíonal (i«).
cipio anterior, sería la siguiente: es una En la doctrina extranjera, Windscheid ha
facultad ex lege, mediante la cual existe refutado la opinión contraría, que veía una
la posibilidad jurídica, legítima, de absten- defensa de fondo, sosteniendo el criterio
ción o de suspensión en el cumplimiento tradicional expresado en .el propio nombre
de la prestación surgida en un contrato riel instituto. Por eso ha puesto de relieve
bilateral, si el otro contratante o la otra que los autores que sostienen aquella posi-
parte, no ha cumplido o no ofrece cumplir ción, no explican suficientemente por qué
la que le es exigible, salvo que se hubiese en las fuentes, se habla siempre de excep-
establecido un orden, para el cumplimien- tio y, en ese sentido ha formulado el prin-
to de las prestaciones correlativas o que cipio que transcribimos precedentemente.
ello resultare de la naturaleza del contrato. En el Derecho alemán contemporáneo, de
(Ello surge del juego armónico en nuestro acuerdo a las normas del Código civil ale-
Derecho de los arts. 1201, 1418 y 1426 del mán (art. 320), se considera que es una
Cód. civ. y 218, inc. 2» del Cód. de com.) excepción dilatoria que se fundamenta por
La abstención en el cumplimiento impli- sí sola, por surgir de una fuente contrac-
ca prácticamente, la suspensión provisoria tual. Se considera que es un contradere-
de la prestación correlativa. No implica la cho, del obligado, que hace ineficaz la pre-
resolución del contrato, salvo casos excep- tensión del acreedor. Que no tiene por con-
cionales en que el incumplimiento por su secuencia la desestimación de la demanda,
naturaleza haga caer el vínculo establecido. sino la de que se condene al demandado a
II. Naturaleza jurídica. Se ha dicho so- prestar simultáneamente a la prestación
bre la naturaleza jurídica de la excepción
que es una verdadera excepción de derecho f¡ue obra a modo de reconvolición: no cumplo por-
substancial "fundada en el presupuesto de que tú no cumples" (pág. 433, núm. 7).
la existencia de un contracrédíto a favor (12) Lafallle, en Contratos, t. 1, pág. 416, no-
ta 33, cita a Baudry-Lacantiuerie y Barde, entr*
del mandado, cuyo incumplimiento por el los autores franceses, y a Keller. contemporáneo de
actor es afirmado; ella neutraliza tempo- Windsclield, entre loa alemanes. Este último sos-
.rariamente el derecho del actor, pero no tpnia que no se trataba de una verdadera excep-
lo extingue, de tal modo que éste, una ción, ya que al oponerla lo cjue se hacia era negar
el derecho del actor, constituyendo una defensa
vez cumplido, readquiere el poder de exi- de fondo oponlble en cualquier momento.
gir del demandado la prestación debida (13) En nuestro Derecho se hu sostenido que
por éste" ("). puede tener distinta naturaleza, y diferentes efec-
tos según la forma en qwe sea opuesta, y asi cons-
tituir una verdadera excepción dilatoria o una de-
(11) Messlneo en la ob. clt. dice: "La excepción manda reconvencional. (V. Acdeel E. Salas, "Della
de Incumplimiento atribuye pues, un poder nacido exceptio non adimpleti contractus", en Jurispru-
et legt do sbstencrs? provisortómente de cumplir, dencia Argentina, t. 62, pág. 074 )
del actor. lE-sta doctrina surge expresamen- ce&a de una conexión intelectual que aeoe
te de los preceptos del Código civil alemán, existir entre las obligaciones, pata que pue-
según se comenta mas adelante.) > > • » ) . aan consiaerarse ccino reciprocas y nacer
La. importancia de esta cuestión reiereti- procedente la excepción, en cualquitr si-
te a la naturaleza jurídica, radica, en el ré- tuación contractual Asi lo hacen notar Pia-
gimen üe la prueba que nene sus particu- n¡oi y Kipert en la obra señalada.
laridades, pues el demandado no tiene que Kn nue¿rro Derecho, ae acuerdo a la t^o-
probar, al oponer la excepción, ei incum- ria aaoptada que di&tmgue perfectamente
plimiento del actor, torreispunoienüo a este el derecho de retención de est€* msiituto
el onui, probandi, Kegia que rige tanto para ae la excepción ae incumplimiento, solo
casos de incumplimiento parcial cuino total, pueae «¿lumarst que la ratto legis permite
salvo el supuesto en que, tratanaose de mi a la juuspruüencia extender el campo de
incumplimiento de la primer ciase, ei deu- aplicación, ctonüé &e presente una situación
dor-demandauo haya aceptado ¿a. prestd- junuica contractual sinalaeüíatica. t:» de-
cíoü dei actor. cir, donde cwno consecuencia de haberse
Constituye, por lo tanto para uucalru De- tjsiveniuü obligaciones correlativas mter-
recno, una verdadera excepción dilatoria, ueptnuiemes, pueaa exigirse ia regía bási-
que consagra ei auiculo 1201 ael Código ca Ue la excepción. Peí u siempre eramos
civil: su oojeto y eíecto consiste en impe- en el supuesto ae una relación sinalagmá-
dir piovisionalinente que prospere la pre- tica qut. aeoe conttr«pia¿se d,aecaduameatt;
tensión del actor. El contrato subsiste y la para solucionarla. Fuera de este tauípu no
demanda no es deimitivamente lechazaaa. rita permitido en nuestro Derecho positivo
Si se hace lugar judicialmente a la deien- extenuer, por ^jt-mplo como se preconiza ea
sa, no s>e deben adoptar meaiaas procesales U doctrina exüanjera, la aplicación del
que aieclen ai íonuo del Derecho. El ae- piuicipiu a liw unwat'Jo arulateiJues. orii;-
mandado por incumplimiento, aice Sal-
vat, ' tiene asi a su disposición dos defen- IV. Autotuteta. Este meuio de defensa
sas o vías, entie las cuales deberá bitpir: tiene un sentido y una tinahaad practica.
o bien puede reclamar, por vía de recon- hace que el actoi cumpla u su vt¿ con la
vención, que el demandante cumpla a .su * bligacion que le coi responde tn la rela-
vez las obligaciones que ei contrato ¡e im- ción .sinalagmática, Se ha visto poi ello en
pone, o bien, haciendo uso del derecho que el .instituto un poderoso medio de defensa,
el articulo que es lucíamos íc acuerda, re- que sai resolver la. relación contractual, la
husar el cumplimiento del contrato hasta suspende, hasta tanto recobre su equihbno
tanto la otra parte cumpla o ^ coloque en U .snnuitaneíaad de las prestaciones üebi-
condiciones UP oumpiir .a*. eb:rb¿ acmés, que las por ambas partes contratantes En la
el contrato le impone •) .cetrina italiana Me^tmeo ubica la excep-
ill Campo de aplicación En la doctrina uon de mcumplmiieiítu tn la materia de
extranjera st comidera que K% excepción es ,as i icisittídc, por las que puede pasar el
procedente no solo en los contiatos bilate- contrato y denonun¿ conjuntamente con
rales peiíectoí ^inn también en las rela- « suspensión ae ,A tycucion 5 la clausula
ciones surgidas üe los inipeJm tos, así cerno íOlit et lépete, a todos ellos, medios esta-
de k,-> que derivan de cuasi-* -,-ntiatos sina- t lecidos por la ley paia pormitn a ^ada
lagmáticos, o entre obligación** 5 conexa5; y ontratante y dane ia po&ibiliclad de defen-
en la situac'un que se pitsenta después de poi .-.i mi mo autftutelat, contra
anuiai^e j ^^oiveise un Lucíalo oiUiteral mifntos -^ue 'o otijuc.iqaeu < ' 7 i
A<u lo consicerA la doctuna ue Jos autores V. Duecho de 'atención. La aoctnna ex-
y la jurisprudencia f^ance^u -;omo con&e- tranjeia asimila o íienae a asimilar la ex-
:uencia de involucra ti principio de la ex- .opcion al aererho at retención sobu todo
cepción ae mcumpamienti, > a los r*a¿>os 4e ?n la doctrina irances.- donde se Lünsidera
retención (•*>) iUt ID e^ceptio ncn vhmpleti cuntractus,
Se habla en ia dort-ma 1( '¡-na y í r an- 1
s la aplicación ai i ampo contractual del
ciftecho ni'1 'ett-ucion ( >*> .
(14) Ennei cuns riatado clf ,)o'-ho mil. pn
colaboración ton Kipp-Wolíf t 2 Deteeho ctc las 17) "itb'-mpo <.p t. t, pág 481 num 7
obhgar iones * )1 1 pl&s 68 i r > "uní1- 2 ' ' u8) Jo'-'-dDinj L £>e'e?hi> f i » í . t 2 Contra-
Bs Airrs-Bitrploila 1351 tos" \ol '2 pag 401 num 1466, B« Aires 1951
(15; V Sí ' *.t R, T'ataüo ü )' K*IO ' • i ' Z n 1 ' - listo «u <n > H'=uiPra que €i deiulot demandado
gent.no Fuejites rle Ks cb'.', vi r t 1 )>\- u<-i c ' l ' < i ' o <•' encion \.\V\A excepción non
3ina 20'J uum ¿48 Bs Vr<-s 1J53 < h >,£¡rtt i, • ! r j » no es fino v.ra actap ación al
1 3
(l*i) V la C a . q IP n r«n P rl j Ripei-t, en dciefiio t1' o- '•ontiatok que constituje para el
su obra Tratado elc^tf^í'Q.1 d( * c^o ^vú, *" 6, •ina pal-anua ef.^a^ y que <;•» nalla en una relación
' Obi pauoiie- ' a*'- - > Le H^DPU.I ei.'Jtr.te ec i »a -ompens^ i H u lu podio (.f.Tze
i " a ce mpeiifcac'oi» r j es m f & que un
En la doctrina alemana se considera que de la cosa, aún en casos de contratos uni-
fl deudor ííeno un derecho de retención es- laterales (v, gr, depósito, art 3940, Cód,
pecial, que no puede ser eliminado median- civ.) (2<>).
te caución (»'). En el Derecho Italiano y la doctrina del
La asimilación y subestimación teórica, actual Código civil se ha h°cho notar que
que en e! Derecho francés se hace respecto la excepción se distingue del derecho de re-
a !a excepción, se explica porque alli como tención por cuanto éste s*< aplica fuer? de
se verá en los antecedentes históricos, nun- ios supuestos de contratos bilaterales y obra
ca se aplicó directamente el instituto y sí también respecto de terceros.
tuvo aplicación el d»r"cho de retención o VI La exceptio non rife adimpleti con-
la compensación de deudas. Pero tal asi- tractus es una variante de la excepción de
milación resulta de la fuente conceptual de incumplimiento y no ha sido expresamente
estos institutos: ambos funcionan para ga- legislada en la mayoría de los Códigos por-
rantía de obligaciones recíprocas. Son me- que queda comprendida en la resrla general
dios de autotuteln contractual en la si- v sólo se distingue en el régimen de la orue-
tuación Jurídica de tener que cumdir una ba. cuyo principio general se invierte.
parte accionada, cuando la otra no ha La situación jurídica se presenta cuando
cumplido la correspondiente y simultánea una parte, la que demanda el cumplimien-
prestación recíproca. to de ¡a prestación, ha cumplido en forma
En esta categoría de créditos cada uno inexacta (en cuanto a las circunstancias de
de los contratantes "es a la vez deudor de tiemvo, lunar y modalidades), o en forma
su prestación y acreedor de la aiena". Por irregular urritual) Imperfecta o incomple-
el juego de las prestaciones interdepen- ta, la contranr«stacíón correlativa.
dientes está facultado para suspender el Ni en el Código argentino ni en el ita-
pago ("resistirse) o retener la prestación liano, se expresa el principio que ha de re-
respectiva, haítn tanto la otra parte no se frir este Incumplimiento parcial. En el Có-
allane a cumplir lo que le corresponde. Exis- digo civil alemán, en e! apartado 3" del
te así nn paralelismo conceptual en las dos articulo 320 se consigna la regla de esta
Instituciones por el hecho de 5a retención variante: "Sí ha sido cumplida parcialmen-
de la prestación. te la •prestación por una parte ¡-a contra-
En las legislaciones como la argentina, prestación no puede ser negada, siempre
donde se diferencian estos institutos, la si- míe. la negativa en la medían en que según
militud no debe pa c nr de esa identidad for- lis circunstancias v en particular a causa
mal. El derecho de retención no puede ex- de la importancia relativa Ae lo pnríe nue
tenderse como sn U legislación francesa y reiip, fuese contraria a la lealtad v a la
su doctrina junsprudeTicígl a otros supues- confionzi recíproca"
tos que el d«> las co^a-s. que .«e retienen. <V. La carga de % prueba lógicamente deoe
doctrina del srt. ?939 del Cód. civ argen- corresponder al demandado, que esta vez
tino ) n«> opone un incumplimiento, sino ira cum-
Por P<W>, en miestro Derecho, li diferers- rwtmiento informal Fn la acetrina italiana
ria pstribs en estas circunstancias: 1") í!n «neta?! Messineo sostiene cute- al demandado
la excepción oe '•nfumplirniento -° re corresponde probar oue ei incumolimien-
rehusa PS la ore^ta^ión, f ' ío d?1 pctor rn sido inexacto, y ?e ba^a en
de la obligación. En la retención, se rehusa «1 precepto del Codito civil aue dice nne
Is entrega de una cosa qr,p e? propiedad ouien alecra ¡a ineficacia de 'os hechos pues-
del actor <art. 393P "t.> tos ro;no fnndam^nto dp la demanda o bien
2°> En la excepción basta OUP ¡a obliga- excepciona 01»- el derecho del actor «e ha
ción derive de un contrato bilateral, cual- modifif^do o «e ha extinguido, debe probaí
quiera ?ea la natu^ate?^ de }as prestaciones los hechor sobre 'os cuales se funda H ex-
del demandado Fn 'a retención SP exigp la -•epcion fart 2697 íjpl Cód civ. italiano).
condición de conexidad entre la deuda v Un principio semejante se admite en nues-
la co-i farf W33 cit). tro Derecho procesal.
3*) La excepción corno se ha -visto, fun- COTIO «c verá er la Darte correspondiente
ciona en la hipótesis cíe existir ^n los he- id Of-r^c^o Itslian'v pllí se distingue se^un
chos o las situaciones jurídica.? conrreHs, a) quí híivp habido recepción pura v sim-
obligaciones correlativas simultáneas «ue óle pr¡r e! rcciviens de la r.restación; b)
configuran una relación sinalagmática fin que haya habido aceptación como cumpli-
la retención, se puede renusai la mientr» y r) nue haya habido aprobación
absoluta de la prestación En estos ."asos
¿«echo de retención rnés con_pletí\ por s,er á
•'aria indudablemente el régimen del insti-
r'*ivo
no) Enr^rcsrus ro. c;í . f •" 1^7 r.'im T. (20,i Salvat R , op. cit., pág. 203, num. 250.
tuto y el anus probandi En nuestro Dere- cíproca, podía oponer como excepción el
cho esto tiene aplicación en los casos de dolo o la mala fe del demandante22y señalar
locación do obra, cuando el locador reclama el incumplimiento de su parte ( ).
el precio y el locatario pretende excepcio- Era una verdadera excepción que el de-
narse, por incumplimiento parcial (por exis- mandado podía oponer al demandante ma-
tencia de vicios en la construcción de los licioso o de mala íe, permitida por el De-
materiales, y del desarrollo del plano, etc.). recho romano, verbigracia la exceptio dolí.
La carga de la prueba se distribuye según Otros autores sostienen que se trataba de
las circunstancias del caso y varía con res- una verdadera defensa de fondo (*3).
pecto a la solución encontrada en el De- Estas teorizaciones de los pandectistas
recho italiano. alemanes, se basan en la recopilación jus-
VII. Noción histórica. La idea general tinlanea y los puntos concretos a que han
de esta excepción no existió en el Derecho arribado son los siguientes: 1") Sí se trata
romano clásico ni en el de Justlniano, No se de una excepción o de una defensa de fon-
formuló ningún principio general sobre este do, llegándose a aceptar la opinión vertida
instituto ni existe en !a nomenclatura ro- por Windscheid de que realmente funcio-
manista la expresión con que se lo indivi- naba corno una exceptio, en los casos estric-
dualiza, tos de aplicación señalados por el Derecho
Pero existieron conceptos afines y prin- clásico, cuya doctrina recoge el Digesto y
cipios de derecho en materia de contratos las Instituías (2*).
bilaterales, donde la idea dominante hacia 2") Que tratándose de una exceptio de
prevalecer la buena íe en el cumplimiento incumplimiento, al actor le correspondía el
de las obligaciones recíprocas. onus probandi de su cumplimiento simul-
Por otra parte, en los contratos consen- táneo o previo. Esto podía aplicarse en ca-
súales, especialmente en la compraventa, el sos de incumplimiento parcial, siempre que
principio de la interdependencia de las obli- el deudor demandado no hubiese recibido y
gaciones que nacen de los contratos bilate- aceptado la cosa, en la hipótesis de que el
rales, había hecho prevalecer esta idea que vendedor reclamara el precio. Si el deman-
lo concretaba: que ninguna de las parles dado ya había, recibido la cosa, es decir
intervinientes tiene el derecho de exigir a aprobado en alguna manera la prestación
la otra el cumplimiento de su prestación, si correlativa del actor, el onus probandi co-
a la vez no cumple o no ofrece cumplir la rrespondía al demandado, sobre el incum-
suya. plimiento parcial.
Para el principio de buena íe existieron Como se observa, estos principios estable-
remedios procesales como la actio y la ex- cidos ya en el Derecho clásico en materia
ceptio dolí, que es tratada en el Digesto. de compraventa o de locación de obras y
Asimismo con respecto al segundo principio, que fueron recogidos y sistematizados por
nuestro legislador ha señalado la fuente el derecho del Pretor y la legislación de
romana en la nota al artículo 510 del Có- Justiniano, son de actual aplicación en las
digo civil. soluciones a que se arriba en el Derecho
Toda la materia se refiere en textos de civil respecto al incumplimiento de lasxobli-
Paulo y Ulpiano, a las obligaciones en la gaciones recíprocas, en los contratos sina-
compraventa y se pone en evidencia la co- lagmáticos. En este sentido, nuestro Código
rrelación de las prestaciones del comprador civil ha recogido dichos principios a través .
y del vendedor, de manera que el primero de su evolución en el Derecho romano, in-
debía ofrecer el precio para que el compra- termedio, moderno y contemporáneo como
dor' lo ponga en posesión de la cosa, porque se verá, en rápida síntesis y, ha consagrado
de lo contrario este último podía rehusar los preceptos concordantes del artículo 510
la entrega y ejercer el derecho de reten- y 1201, referente a contratos con obligacio-
ción t"). nes recíprocas. Además en materia de lo-
,Se discute por los romanistas, en espe-
cial, los pandectístas, el alcance de estos (22) Se cita & Windschetd, en su célebre Dtnt-
principios en materia procesal y de fondo. to delle Pan&ette, como al principal sostenedor de
La opinión predominante es que el deman- !a tes>is de la excepción procesal en el Dereciso ro-
dado ai cumplimiento de una obligación re- mano V. la traducción de esta obra de Padda y
Bensa, Turin, 1930, t. 2, pag. 244. Allí se cita a loi
autores alemanes qu« como Pucíita, Uager y otro»
<21) Se señalan los textos del Digesto: Paulo. apoyan la tesis de Windscheid.
ley 31, ira fine, ttt. 1, lib. 12, sobre adquisiciones de (23) Se cita como partidario» de esta tesis »
buena fe; Ulpiano, ley 25. tit 21, párr. 10, llb. 21 Gluck, Lang. Keller, casi todos contemporáneos de
y ley 67, tit 1. lib. 21. V. Laíaille, Derecho civil, Windscheid.
"Contratos" vol 1, pág. 417, núm. 353 y notas, (24) Galo, en la Instituto., III, parr. 138, men-
donde se hace referencia y se señalan las fuentes cionado por Glorgi en su obra Teoría íe
romanas en la legislación justinianea. cíones, t. 4. nüm. 197.
eaeión. de obra la aplicación del precepto siendo consecuencia de ello
del artículo 1 n i " en concordancia con el ar- que una de las partc-s no está obligada a
tículo 1201 y 1425, lleva a ia aplicación de cumplir f>n favor de la otra si esta no cum-
la excepción de incumplimiento toiaí o par- ple: A'on st-rvand, ¡irle?¿ non est /¿des ser-
cial. vando".
Antigua legislación española. El codifica- La doctrina canonista repetía asi la doc-
dor argentino cita como fuente Las Parti- trina clásica lomana respecto a las ideas
das, en la nota a los artículos 510 y 1201 de buena fe en los negocios. Esta vez, en
(Partida 5a, ley 27, tit. 5 y 35, tit 11 y ley tiempos tn que el afán de riquezas y de
13, t¡t. ll. respectivamente). lucro era f 'ondeiifido, al menos en teoría,
Es sabido que la legislación alfonsina está por la Iglesia católica y BUS teóricos. Para
influida y puede considerarse una glosa en esta doctrina se consideró como pecado toda
esta materia del Corpus Inris íaHa a la palabra empeñada
En lus disposiciones citadas se trata de Los comentadores medievales, sobre todo
ios supuestos de los contratos bilaterales y los postglosadores, teniendo en cuenta estas
ia interdependencia de sus obligaciones. Así teorías e ideaü morales, reinantes, formula-
por ejemplo, en materia de compraventa, se- ¡on el principio y crearon la excepción de
gún el Código aiícnsino, el vendedor incurre incumplimiento de contrato. Se bagaron en
en mora y debe cargar con los riesgos de esos antecedentes y en la teoiía que se ha-
la cosa vendida si el cornpradoi lo inter- bía formulado concretamente en el siglo xn
pela ante testigos a fin de ' que Je diesse. sobre un comentarlo al Decreto de Gracia-
aqvella cosa que ama coinpradj del, e que. no. Las máximas: "Fide* nom t>er~'iande cst
recibiesse el precio della, combidándolo con ei frangit fiáem" o "Jidem frangens fran-
al, e mosirandcgelo". fjatur eidem", están señalando la idea direc-
Las otras Ifyes señaladas de ia Partida triz en esta materia: una parte esta auto-
5*, se refieren a la mura en materia de rizada a desconocer los deberes inherentes
obligaciones reciprocas. al cumplimiento de la palabra comprome-
Hace notar nuestro tratadista Spot a, que tida, citando la otra parte viola el correla-
la legislación alfonsina estuvo de acuer- tivo deber moral y jurídico de cumplir si,
do COE el Derecho medioeval y las ideas obligación recíproca (*-).
predominantes en materia de contratos bi- Se menciona pntre los comentaristas me-
laterales sobre ei cumplimiento de Izs obli- dievales, a Bartolo como uno de los que si-
gaciones reciprocas I,a.« expresiones e moK- guiendo las fuentes romanas formuló el
trándopela, recuerdan el aforismo que mismo principio, basado fundamentalmente
prevaleció en el Derecho medieval y al que en la ley Jidianus. contenida en el Digesto,
nos hemos ya referido: "Emptor reñiré de- ley 13, título 1. párrafo 8 De o}jeme, libro
bel cv.m sacco" <as). W. Sostuvo el siguiente principio: "Con-
VIII. Derecho medieval. Derecho canóni- tractus ultra citroqus cblirjatcno non p</-
co. El principio y ia regla de esta excepción test effectuáliter agí rdsi fíl> »o qui effec-
faeron, como se ha visto, apenas esbozados lualiter totum eontractum ex parte sua
en el DigRtto y el Derecho clásico roma- implevit". Lo cual estaba de acuerdo con
no (2«), pero los comentaristas medievales las ideas medievales sobre el efecto en el
sacaron conclusiones valiosas de aquellos cumplimiento df los contratos con obliga-
textos y formularon jurídicamente el prin- ciones correlativas ( 2!> ).
cipio. También se basaron en las reglas ÍX. Derecho italiano. Fstos principios y
éticas formuladas por los juristas católicos reglas del Derecho canónico que los comen-
en el Derecho canónico contemporáneo y taristas medievales formularen tan concre-
anterior. tamente, hirieron prevalecer en el Derecho
En efecto, dicen Planiol y Ripert en su italiano vigente ia doctrina de la énoca in-
obra clásica (•»): "Los canonistas fueron los termedia y moderna, hasta el Código civil
que dedujeron el principio de la correlación de 1865. En verdad, en éste, no se ion-nulo
entre las obligaciones recíprocas nacidas de la regla de la excepción en forma ej.pre-,a
ana misma relación jurídica (regla de les Pero el principio existía en 3a práctica de
ios negocios, haciendo prevalecer aquilas
<25> Spota, A. G. Tratado de tocación de ohra, reptas de la "buena fe formuladas por el De-
vol. 3, pág. 888, num. ?06 y Bota 46. recho canónico y adaptadas por los civilis-
¡28) Cosío vimos la mayoría eje ios auto/es tas a la materia de las obligaciones corre-
«wstienea esta interpretación extens'v» fcl Derecho
romano. Otros la »¡«gan y creen r¡ue 3a rsctptio. lativas e ínterdependientes
ha »lflo uxia institución extraña i ese Derecho.
{V. B*sta. te obbhfaztcne nella ííorio áel Omito 28) Esta ultima máxima fue formulada por
romano, pág. 388, *.um. 548. Padua, 193ÍO Ugoccioii* a? Pisa pn «sia Stimwxt escura en «1 si-
(27)1 Tratciio i¡e Derecha ctc-i. "La ntíigaco- glo XII "omentan'lo el trabajo tíe Graciano.
nes", i parte, pép 613, num. 43i«, Uv Habana. '940. (29> Bssía, op cst., pág. 199. num 551.
En ese sentido, la doctrina y la jurispru- Estas modalidades y requisitos de la ex-
dencia fueron consecuentes con Ja formu- cepción de incumplimiento se condensaron
lación histórica dei principio de la excep- <m ia doctrina de! articulo 1460 del Código
ción de incumplimiento y han deducido ias civil vigente desde 1942 en Italia: "Excep-
raglas de diversas disposiciones legales po- ción de incumplimiento. Rn los contratos
sitivas. Giorgi, en la obra anotada, observa con prestaciones recíprocas, cada uno de
qus en ei Derecho italiano se había acep- los contratantes podrá rehusarse a cumplir
tado la llamada resolución tácita de los su obligación si el otro no cumpliese u ofre-
contratos bilaterales en casos de, incumpli- ciese cumplir simultáneamente la suya, sal-
miento íart. 1165 del Cód, civ. de 1855) y vo que las partes hubiesen establecido o que
razona en el sentido de que, en esta mate- áe la naturaleza del contrato resultasen
ria de los contratos bilaterales, era lícito términos diferentes para el cumplimiento.
considerar implícita lo, existencia de 3a ex- "Sin embargo, no podrá rehusarse l¿i eje-
cepción do incumplimiento que importa un cución si, teniendo sn cuenta las circuns-
efecto menos reducido, en que el vínculo tancias, la negativa fuese contraria a la
no se deshace, sino que solamente se para- buena, fe.'"
liza, referente a la acción dei actor, trabado Esta vez el texto legal autoriza a cual-
por su propio incumplimiento, Y agrega: quiera da las partes interviníentes en un
"Sería en verdad un contrasentido del le- contrato bilateral perfecto a usar un medio
gislador haber otorgado el derecho de reso- equiparado a ana autotutela, en la doctrina
lución, y no e! más simple de rehusarse a la italiana ("'-), centra acontecimiento que la
ejecución hasta que, por lo menos, el con- perjudique.
trato llegue a cumplirse", El contratante exigido por la otra parte,
Otros tratadistas italianos hacen notar mediante este texto legal expreso, puede
la.'.; fuentes legales diversas en e! propio abstenerse en íorma legítima de cumplir su
Código de 1885. Asi algunos fundan la ex- prestación, si esta última no cumple o so
cepción en lo dispuesto en materia de com- ofrece cumplir simultáneamente la que le
praventa, donde se autoriza al vendedor corresponde. Para los autores italianos esta
para no efectuar la tradición de la cosa, en excepción es do derecho substancial "fun-
caso de no haber otorgado un plazo para dada en el presupuesto de la existencia de
el pago clel precio, si el comprador no paga un contraeré dito a favor del demandado,
éste en tiempo oportuno y exigióle. Encon- cuya incumplimiento por el actor es afir-
trando el- fundamento jurídico en la inter- mado; ella neutraliza temporariamente el
dependencia de las obligaciones {•"»?. derecho del actor, pero nc lo extingue, de
También se han invocado los preceptos tal modo que éste, una vez cumplido, re-
positivos sobre la buena te en el cumpli- aáquiere el poder de exigir dei demandado
miento de ios. contratos, establecido por m la prestación debida por éste"{M>.
artículo 1124 del citado Código italiano (?•'•>, En el trámite normal,, cuando 'se opone
Lo que venía a traducir la, vieja máxima: en casos rte juicio seguido contra la parte
Non serranil fj-dcm ron <>sí lides semanda. exigida e p^rm^ hubiese sido condenada ai
La doctrina prevaleció y r.u;í er ei proyec- CHmpIlrn'-r;' !a carga de la prueba no
to franco-italiano de las obligaciones y con- recae sobro n':. demandado. Es al actor, fren-
tratos, cuyo texto se aprobó en Paría en ei te a' la excepción del demandado, a quien
año 1927, se concretó en el artículo 48 la incumbe esa carga, siendo esta solución ló-
doctrina elaborada por los autores y los tri- gica, la propuesta para el Derecho alemán»
bunales italianos y franceses en esta ma- por Windsrheid, en sus Pandectas fpárf.
teria. Se legisló sobre las condiciones esen- 321). Es ia solución en el Derecho argentino
ciales de la excepción, como ser. la limi- con aprobación df> la doctrina,
tación respecto a su procedencia, cuantío La segunda parte del articulo 1460, res-
.existan distintos plazos de cumplimiento de pecto a la buenct fe, se aplica cuando el
les obligaciones recíprocas, emergentes dei incumplimiento es de leve entidad, como
contrato bilateral. Asimismo, en el sentido dice Messineo y cuando dicho Incumpli-
¡Í2 hacer prevalecer la .buena fe, en caso miento se debe a una, causa no imputable
de la reducida importancia de las presta- a la contraparte. En el Derecho argentino
ciones na ejecutadas. la regla de! artículo 1201, tiene en ese mís-
(30) Sixvlfi, N., Diritto citóle, i. 3, págs. 06-Pa,
ntim. 195, Turín, 1932, Aplicación de! art. 1496 del (32) Messineo, P;-.. Doctrina general del con-
Cód. civ. Italiano de 1365, correíativo a nuestros trsio, trad. española, t. 2, págs. 431 y slgs., cu». 7,
nrts. 1418 y 1419 del Cód. civ. argentino. Es, Aires, Í8S3.
(31 í Lessona "Legitlrniti della raassima: ina- (33) Masslnoo. op. dt., pág. 433, siguiendo 1?
ííimplefi non esí adimpleridu-m", en Rivista di Di- ftplnl&n Se Scaduto, O., cuya obra cita «n varias
ritto Commerciale, 1918, I* parte, pftg 385, clt. por notas- 'Annali Ael Seminarlo Gíariíico delta K. Uní-
Spiíí» «» op. cit., pág. 683. verfíit ti Pxlerma, vol. 7, 1921, separata, pág. 12.
mo sentido las coru-orá uiivs de los i,'e- n'.:< r ' i j • ,TprO!>,'t",í')a ab.-oluta da Id ptesti-
ccplos contenidos en luí articula-* U9¡! i*t 'i-.*'
del Código civil y riti del CoHiPo de co- En ti primer oupnesto ¡a D a r t e denun-
mercio d'i'jn., vcrblT't'ia, por nfi^o del precio es~
La nonm del articulo 1460, del Cúch^ri tiuulado, pvcde ooon°r la excentio "om rite
italiano ti^ne su coricurclaneia y cjmplñ- fitf'mplefi ccntrccfwí. tormndo a s-u carso
men^n en esti materia, en lo que est-jbK-ce l.j cnrja d r la prneba, d"! incunplimi' i nt'i
el artícuVj 1453 del mismo CUPIDO Ic'al: pT"íal dr* locador de obrí
"Imiioriancia del inc\nn?!lvni'»it<r. JVo se íjn el .-.eennüo, sis considera que oí loca-
1
podrá resolver el contrn'o si el mcK^nvh- tT-.o d • "í "br'' pitn;nn la h.wi recibido
miento de una de lfi.-i nurt-;$ tuvese escasa ""•orno cu¡ iplrniento (de la prestación res-
importanna. habida uiT^ta del i*ifrfij iji; rr^Cvn d n l 'oradorl SP enciende nu? pc<1
la otra" oceptpciún del cumplimiento "tuvo lu^ar
En lo que se n,u r 're u lu 'j^.'fp''"»! de sobre la hisr* ''>- s o que é^tr d'i prest ición')
incumplimiento parcial íEzcepfiu »:"¿ f''e parecía ser en el momento do la aceptación,
adimpleii centre"ht'i), aunc¡u>* el precepto tu tnn*r> que li disconformidad entre la
del articulo 11CO no hoce referencia a la pr^ítii^ión v lo? pactos ha surgido poste-
hipótesis, MÍ entiende r;<ie filo es una va- r:ormcn f c" í"li'l
riante de L\ excepción de incvimplimioucn En la teif"ra hipótesis nada hay que
totol. donde ,só!o ^e modifica oi '"37 ñor. de oponer \ \ • excepción sería rechazada por
la carga cíe la prueba. ttrproeodpn';°
En esto* rrsos de incumplimiento iiu- 7C. DT"'*'V f/'fi.'icá^. Vn "1 Derecho int°r-
tual, como i e denomina en la teoría ita'ia- medio franrg-- ¿n i.cer'ó !a teorii de lo<; ca-
na Messmco expone la doctrina en e^ir» r^n'sf.i.^ y "la iuri^nr.'denciíi de lo-, países
forma: ''También en lo^ caior. de ci.ninH- ''e Derecho < ST'*"O 1" t'on.'ncr') '•'/rdJle í1!-
miento irritual, se entiende erur" ía? parios cancp p"nernl" en.
en el canticio de que quien us 1'a.m ido a ! "s vitorea antenorpf al Código de Na-
cumplir opone ¿Ipo: pero no opone ano el poleón qu*5 ,<irt' if i?Tron < ~i doctrina, cc>n
actor no ínyj rumolido irrití'alm* nce: pe- Dom'ií v Pnií'iei'. niriq"-:1 no nf-^f-pri una
ro, puesto ojie no niega qne haya existido teorín rirTTl p iní'^ral do la . yc'rveión á~
cumplimiento, y, por consiguiente, de esta in^umplirnionto sentaron ins bases gene-
admisión suya prcnendría la falta dr> fun- rales.
damento de su negativa a cumplir, a él ie Domit e^ "onMdpTpüo p3 crendor de la
corresponde probar qne ul cumplimiento ha teoría d' 1;, i'cii -a P;I las obligaciones. Decía
sido inexacto De ahí la distinta distribu- rpsncrto al cumclimiento de las prestacio-
ción de la '-argo de la prueba, respecto de nes recíproc'-.s y correlativas: "Siendo la
la figura de la excepción de incumplJmien- obüffíción de uno (-} fiínda:npnto de la cíe1
to examinnr'a mss arriba: esta vez no es oln el urirr a r i-fecto del convenio <•»« qne
el nrtor quien debe probar su incumpli- cada uno de lo?, ron^ratíintes podrn obli??r
miento (pues éste ha pido admitido i>or el al otro •> cumplir con su obligación, cun.-
demandado»; sino que al demandado in- pliendo o'n <;u p°rte la siiya, 5>e°nn e">nio el
cumbe la carea d» probar la disconformi- m o y iM c-^ro hayan nnedado obligado.'-; en IB
dad entre el cumplimiento y las modalida- convención" Esta formulación teórica la
des de la obligación najada para el actor remitía r > 3 caso de compraventa cuando el
del contrato <ar¿, art. 2697, que trata de comprador dn^oubr' 5 'as condicioiies dp la
las diligencias de pru^bi de quien exiep- ev'ccJón conf -a el vendedor: en ese caso, el
ciona la ineficacia de lo« hechos que sirven adcuirerre mi°de tiepprse legítimamente al
de fundamento i la demanda, correspon- pago del precia mientras no se le provea
diendo al34excepcionante la carga de dicha de una garantía suficiente < :ili )
prueba* ( ). Nuestro legislador cita a Domat y su
En estas hipótesis distingue la. doctrina obra, en la nota ai artículo 1201, constitu-
italiana tres supuestos que se dar, en li yendo la doctrina de rste autor, una de las
práctica de los negocios sobre tención de fuentes principales ae nue»íro derecho po-
oora y que tiene aplicación en la jurispru- SltitfO
dencia de nuestros tribunales según se ha Los autores franceses, citan también a
puesto de maniíicíto i¿').
Se distingue "sesíún que haya haoido re- ( 3 G > M*'ss:neo rp. c't pág -Í19.
cepción pura y simple por el arcipicns o (37, V Planjol M , 5 líir'ifrt J , op. cit., r>á-
aceptación de la prestación corno eumpii- mero 39
1.38) Dcrn"t, M . íes lots driles dans leur ordrs
naturel; Le Drr.^t public ti Ifgum delecivz, l'b 1.
(34)' Me?sfneo op ciT., pág 438 tit. 1. parra 2 y 3, pág 22, Pa>-is. 1705, cit por
(351 Spot-i A G.. op. ctt., pigs. 684 y 6R5 Spota en la obr? señalada
Potliiei eonio precursor de *a (lorian . (.r< > i íC« cünU>mo3rrfiuo", icfun lo r t c u e i d a n
Derecho francés ( ' > Br "u • > ui'5id ( - ración Vlamoi y Ripe t r n la obra citada
del cua&icontiaio de gef-Uon de netrocios La juiísprudencí 0 en algunos coiot., a r ep-
había sentado e! siguiente pnne<piu 'i-n to las soíucicne-j qac ofi r K aplicación
todos los contratos y cuasi, cmtratos o.u. c^el principio que n^e .j ixcepn m pero ha
son sinalagmática.., uru df MS parttr nc SUQ reacia en aceptar la existencia del ins-
tiene derecho i i x i ^ i r que !a otia cu,ru<«a tituto siguiendo la tradición de la escuela
con su obligación. &i no ^ na rrjnta ella, PL Caías, resolviendo por oíros medios los
misma para cumplir ccn la v a y a " l i l ) > . problemas, presentados
AJ tratar la coiaptav.nta en U imtc^a. Li sos POSOS ae coinpra'vpnta sobr" las
coi respondiente a las obligas 'tries ael ven- obligaciones recipiocas df vendedor 5 com-
ded )r y do¡ comprador y respecto a la tra- praaoi sobre ti pago del precio -j ¿.obre
aiiinn de 5a cosí vendida sien'a los p'in iicspo en el 'prnpiímiento <\> h.s rr^tacio-
tipos prjpns y peitmentes ,x Li interde- atí, ( a i í s 165) 1612 y 1613 del Cod crv.
pendencia de las oblip:acir-nov reciprocar f r d i u ¡ i,f ha liTa'adioa resolví las dificul-
Señalan los» autores franceses, que por tades pitseníaJ is, aplicando la doctrina del
influencia de Cuia^ y su escuela en el anti- littv't-hD de retención De esia manera no
guo Dere no, que se a p a i t j de lj c princi- ho.ee sino cumour con el proceso seguido
pios del Derecho canónico remontándose en el Derecho antiguo, en que la excepción
a la ca¿uistica del Derecho lOiiiano no se de mru.nphmienta acabó por desaparecer,
pudo formular un.i teoría general de la deípi..?Tda poi la recalncirn por mcumpli-
excepción E-ta influencia re fuiís per- mirnto o por la retención, en cosos de ouje-
"durc en la do:trina de la junsp/u.lPDfn, tos corpoialei, (->-)
que se limito i aplicar en .su caso lis diver- Al n sp^cto señalan los autores que, en
sos textos romanos imrhcanos y con ^ ¡can- tolos U>s casos en que la dociima fie los
ee limitado "E= difícil compronríei romo tribunales concede al deudor el derecho de
una do trina ían exarta Tiente fundamenta r"tener la tosa rjue esta obli¿ido a enUe-
da pudo ser piraii^da hasta tse extremo f n fí,r, cuandf, se le pide que l i entregue, no
la práctica, si no se tiPii*5 eri cuenta que en son MIIO ap']CdCiont> del principio de la ex-
esa íiH'ma época la juris^ru'iPT'ii. fran- cepción 7fc-?7i adnni>leti íontracttis (•»•')
cesa eniLieo dos tne'has míe ra'-i totalmen- LÜS autores que deducen ia t xijtencia y la
te hacían inútil la erc"pti-->- la acción reso- aplicación de la excepción paueii dei pnn-
lutoria y e! prvilesio del vendedor El dere- cipio general estataleLido en el aiticulollS*
cho de retención y la romnens icion entre del OoJigu civil, .«efeun e! cual los contritos
deulas conexas prurns a la adnvsion mas cit.ben cumpUrso con bvena fe, por ser me- ,
amplia de Hs demandas r ri c- r nvpnrion''les quitativo obligar a la otra parte a cumplir
y, t'or tanto dp la cornnensiciñn uidicial, su prestaooi» s>i rl deminlant? empieza
SUPÍÍÍ ron r»«iniismo, en cierto mortft li ex- por no cumplir ¡a suya t/Von settanti HdM
cepción i " i n<jn est iulfs srr aniZc) Es K aplicación del
A díferencH del D^rTho ^ermá^iro donde principio ftico a la repla de los correlativos,
la ex"epcion CO*TIÍ> principio gen^ril se con- desde el Derecho romano Se hace también
sa"rrt de^de oue fue forin'il^ri'i por ln«? post- una orgum°ntacion a f-jrtinrt como l't in-
giosadorps en Francia orurrió el fenómeno sinuada en el Derecha italnno res'iscío a
señaHdo y por eso °e cxpüs-a que en el la existenrn en li leoi«lacioa positiva f^rt.
Código civil de Napoleón no existí ninguna 1184 de¡ Cad civ f«-nn"és y art 1163 del
disposición expr^s't so Ve H ex í * n ncion Fn italiano de 1865^ del preceoto uue coi-vra
est i ci r c i m < :íanri'j la do"trmi tr^tó durante la llamndi condición resolutoria tácita en
todo el sif-lo xix ;a TYiiterH de 'in.i manera los contraías bilaterales ('-o Ss considera
íncsdent-ü Fue ñileiMe" ouien insrífndo en que la res ijuíton de! contrato que ^ más
3a tr'idi^ióM antí^ni y f n la íe^i^Hción per- grave en cuanto a los efectos entre las par- f
mánica ím^tiso de nupvo o fiT's de este tes proviene de la m'S'na fuente concep-
o, la teirit df la er^fntl^ tal ro^rio '"e tual- H re?!a de los correlativos Estando
desnr'-onarlo en A'enr.nft siendo se- lepi&Hd: esta solución ce efectos extraordi-
guido ampliamente por los autores france-
( 4 2 ) C ssm L'rrrejttion Vrff de ?'Tti*Trrtít"in
<ianí les rapports si,na'aomat'qves (tes's), pág 139,
Í39) Flaniol V Rtpert op. nt tinm 439 Co- Pana. 1<)14. nt poj Planiol v Riprrt
jín A y Capitant, H Citr"^ eíe-ncnta! fíe Derecho ¡43| Coiin y Capitarit op c;í. pág t>80
esB.Í. t 3 r.tfí 678 ptirr "i . Madrid. 1934 <44) Esto ha "iitlo señahidf) r0' Spota en h
(40) Poth;<r O r u t y f i * "i. Qn «ii-for'rat ne~ obra citacli y e¡i trabajo t&rtee»ali/.«lo 'La ixcep-
gotiorum pestotum num ?2S 2, x t ?, s ibre tío ron üdimpieti contTactus' en La Leí} * !7,
"Vpnta" nuras C6, 279 \ 374. Eeg'»n lo scnalai pag 2!7 Laf ¡lie H , en ?u obra citnrln -u? 418
Plai.iol y Rípprt nota 44, hace notar también el aigurecnto a /or-
'41) Plan oi j R-pcrt op. e¡í cxim 439. ¡n jine íion "usuro por id tíortjnia írances.i
nanos, ¿cómo es posible no considerar y los servicios y ei depositante sólo tienen que
aplicar ¡a solución, menos amplia y que no pagar ia retribución al terminar el plazo
llega a la disolución del vínculo?, siendo convenido (**).
que en consecuencia sólo se paraliza la ac- Si nada se ha determinado, se supone a
ción del actor, hasta tanto demuestre su las prestaciones de cumplimiento simultá-
cumplimiento. La doctrina francesa apoya neo, de ahí la vigencia del principio consa-
en su mayoría esta interpretación (•>•"•). grado en el artículo 320. Es decir, del princi-
XI. Derecho alemán. En el Derecho in- pio de la interdependencia de las prestacio-
termedio se conoció la exceptio como conse- nes. Par eso "la prestación exigida y la
cuencia de la recepción del Derecho romano que se hace valer por vía de excepción tie-
y del Dereho canónico. Así lo recuerda nen que estar frente a frente, en concepto
Windscheid en la obra citada y Enneccerus de prestación y contraprestación".
al referirse a las fuentes romanas ( > « ) . La doctrina del Código considera que exis-
Los principios elaborados por los post-glo- te por este precepto un derecho de reten-
sadores fueron aplicados hasta la sanción ción, que puede ser ejercido por el deudor y
del Código civil d~e 1900. ofrece la singularidad de no poder ser eli-
Siguiendo el movimiento doctrinario an- minado mediante una caución "porque no
terior y que tuvo consecuencias legislativas tiende únicamente a la seguridad del con-
en América, con la aceptación del principio tracrédito, sino que también está destinado
de la excepción en forma expresa en los a evuar la injusticia que implica la exigen-
Códigos civiles de la Argentina y de Chile, cia de la prestación previa". Por eso se ex-
en el sigla pasado, el legislador germano plica la aclaración ue la última parte del
consagró en varios textos al instituto y parraío primero cuando se remite al articulo
sus aplicaciones prácticas. 273 ( » » > .
Dice el artículo 320 de dicho Código: La excepción de incumplimiento parcial
"Quien está obligado per un contrato bila- o de contrato no cumplido pertinentemente,
teral, puede rehusar la prestación que le in- también se legisla en forma expresa en ei
cumbe hasta que la contrapresiación fuese apartado 2" del artículo 320. Se hace jugar
efectuada, a no ser que esté obligad*) a, cum- el principio de ¡a buena fe y de la lealtad
plir la prestación anticipadamente. Si la para las transgresiones o retrasos mínimos.
•prestación debe realizarse para itarios, pue- El Código alemán contempla el caso de
de ser negada a cada una la parte a él co- aseguramiento de una obligación que deba
respondi?nte hasta que sea efectuada la prestarse con anticipación a su contrapres-
contrapr<>stnció-n integramente. Na se aplica tación, cuando existe el peligro de no cum-
la disposición del precepto 273, párrafo ter- plimiento por un empeoramiento sobrevi-
cero. niente en las relaciones patrimoniales de la
"Si ha sido cumplida parcialmente la otra parte. Así lo establece el artículo 321,
prestación per una pnrte, la con'rapresta- que da el derecho a la excepción con una
ción no puede ser negada en la medida en función de aseguramiento: "Quien por un
que según lis circunstancias y en particu- contrato bilati ral está obligado a cumplir
lar a causa de la importancia relativa de la la prestación anticipadamente, puede ne-
parte que resta, fuese contraria a la lealtad gar la prestación que le incumbe hasta que
y a la confianza recíproca" (*"}. sea realizada la contraprestación o se preste
Dice Enneccerus que el contrato o la ley seauridfd para ella, si después de la conclu-
pueden determinar cuál de las partes con- sión del contrato se produce un empeora-
tratantes ha de prestar primero en un con- miento not-nble en las relaciones patrimo-
trato bilateral y agrega en la nota respecti- niales de cfra pcrte por el cual corra peli-
va, que en virtud de la ley en ciertas clase gro la pretensión a la contrapresta don".
de contratos (si nada se ha determinado) En el artículo 322. se indica el efecto de
por ejemplo: el arrendador, el obligado a la exceptio (so). Aún opuesta, la obligación
prestar servicios, el depositario. Mientras
que el arrendatario, el que tiene derecho a (48) Enneccerus cm. cit.. pág. 167. párr. 33, I.
Citi en la nota correspondiente la opinión de lo»
tritadistps que apoyan la suya en el sentido de
(45) .Plarlol y BIpert. o», cit.. núm. 440; Biu- considerar al Instituto como "un derecho especial
dry-Lacanttnfrle y Barde, II, cúms. 9S3 y sigs, de retención". V. nota 5.
clt. por Planiol y Rlpert; Capitant, De la cause. « (49) Art. 273, párr. 3": "El acreedor puede evi-
núm. 125; etc. tar el ejercicio del derecho de retención mediante
(46) Enceccerus-K'.pp-Wolfr, Trátalo de Dere- prrstac'ón de seguridad. La prestación de segu-
'c/io ciri!, t. 2, "Derecho de obligaciones", vol. 1, ridad mediante íiador está excluida".
pág 165 nota 8. (50) Art. 322: "Si una parte interpone acción
(47) Traducción del Código civil alemán por para reclamar la prestación a ella debida en virtnd
Carlos Melón Infante. Barcelona. 195S. Conír. la de un contrato bilateral, el ejercicio del derecho a
traducción de Lafalue en la obra citada, pág. 435, negar la prestación hasta tanto la otra parte no
nota 160. eíectúe su coutraprestación, sólo produce el efecto
existe, por lo tanto se pone de manifiesto yectos de reforma en nuesüo país recogen
el trámite procesal del instituto, porque en para perfeccionarlo.
virtud de la interposición de la exceptio se
CIM TOGKAFÍA. - - La ii-d)racía en el texto y notas.
suspende la prestación del demandado, has-
ta tanto su contraprestación no se in-sinúe
en los hechos o se realice. El Derecho i- le- EXCFPTIO NON NUMERATAE PECU-
mán señala concretamente que ia condena NIAE Quiere decir en castellano "Excep-
Implica en estos casos que el artoi cumpla ción de dinero no entregado- ni contado".
su prestación simultáneamente — Xug urn Como consecuencia de una estipulación o
Zug — con la del demandado Esta expresión d* un contrato litterís.. todo deudor que-
quiere decir simplemente "mano a mano" daba, en el Derecho romano, obligado sin
y es equivalente a la u&ada en el Derecho que fuera menester mencionar K causf, v
italiano, teniendo en cuenta la coexistencia aún cuando la oblifación fuera sin causa.
y la córrela tividod de ellas De taj modo que 'V CONTRATO LITERAL. CHYROG3APH*.)
resulta una eircucion simultánea de dichas En los últimos tiempos de la República,
prestaciones "mano a mano" o "Zug urn como consecuencia del Derecho pretorinno.
Zug". se permitió oponer al deudor la exceptio
El artículo pone de reheve, si es el deman- dolí »ara los CPSOS en q»» existiera dolo
dado quien debia por ti contrato cumplir fspecisl o s«neral Pero como puede obser-
primero, puede sin embargo, si la otra parte varse, con esta* limitaciones de fondo y nro-
se halla en mora en lo que se refiere a la cesples. respecto al on»t.« rrcbandi (que
aceptación exieir que se le condene a acep- siempre coi respondía al deudor demanda-
tarla def-pués de haber recibido la contra - do'» . el remedio no contemplaba todas las
prestación. situaciones en que el deudor quedabi li-
Según Enneceerus y los tratadistas que le brado 3 la arbitrariedad del acreedor ines-
cu esta materia "a fxceptio non crupuloso
contractas y \i trcentio non rite Fn IBS oper'ícinnes He r>rrst«mo de dinero
c< n^rnctn'i, constituyen erccpcio- el deudor luedó sier>ipre h^rta la época del
v
"es dilatónos y ia sola presencia de! dere- Tmrerin i peTTAd del ocr^e^or en virtud
cho de excepción evita por sí sola nue se de 3t> río-nro'idad de! 'Herecho civil iue
r»roHxi;?o'-> 3a mora deben di La sentcncn de- hi?o rirev.'i1pcer ITS íorm.i.« de Ins onnvpn-
be condenar al demandado a aue cumpla elone<s s-nbre <?n rmi',fi p-itenríída ísti ya
?immtánet>raente t» ia rvresta^ión, a que sea como fuente de la obligación o como
también «.e condena al demandado En lo >notivo fontractnal
nú e se refiere a la eiecocir-n íor/ads en este Con motivo -leí contrato ÍJÍíen"' o de los
(".odian rifen los oiincjplos del derecho de docupi^ntr-s niie en ]a nráctlca lo sustitu-
-^tención T, lo« oue se '•emite la última narte veron príncipsimente !o,= ('tiirrtaravhum,
del nrt'V-¡!o 392 (•*) E<= decir 0ne en el su- el deudor en renMdid hacíi nnn nromesa
puesto de eme e! deudor d^mandrdo esté en de restituir a! banquero o usurero AOn en
inora tiene el p creedor »l derecho H pedir c'iso de e^tipiiisejón la operación sentada
ti cumplimiento forrar1'. de !-> míe corres- en rlocumeito escrito 'onstltuíi esa nro-
ponde a su L'mi'r r " , •>pn''r r li> ^in. riue mesa ibs<TT*t'3 <uente c!e 'a nbiífaclñn sin
esté obliüTdo a nro-t v(- s.r • urn pimiento ravvo rxi^ibie en cuslonier i-iomcnto ñor
aúneme .se haya opuesto ejceptio •i-n te-'-eeHpr irottrario
Con estos princinios legislados el Codip-o F«ie r',p!ir"n- obMfTlo vpr'blí o litteris se-
civil alemán ha desarrolado lo? aspectos ''«n f uera ip formr'idTd de li convención,
prácticos dei Insfit-ito míe ahora los pro- 'inert'1^ °fi posición inridicü des^pft'Rin'ia
en érjocn^ en aue U usura, era un medio
rumrlimipnto 7i't vm zúa
no desdeñarlo po* la mi^rna clase pítr'fia
' ftl la p n r t p rt rtl TiardííP 1 "e bíí oí* r r^r)5ir a>it"c ^n en !f> Ronn Imperial Fn e^tos í-isos m ero
rreat^fión f»n oíso c'e que !a otra parte e*té on factible ^ dedncción de la erceníio rfoíi
i ora í-n "innto ri !•> acentacion rv-'dt1 t-n^iblor nrfci.=qm^r,ie norque al r>o norterse invoc?r
afcíón piis rfolfimar 's nrfítacion tíPsiMip^ de '" la CIIIIFO nada había aue demostrase un
recepción rt° If contraprestaoión por la otra parte
"A la ejecución foryosa w n p l i t a la disposición proc°rter duloso rie narte del ?creedor
de! art 274 r>árr Wfundo" Las con'titn'iones imperiales introduje-
' ñ l ) Art ?74 " F l h t i " »" - 1 U - K r t . o d e r f iOri contia > < cto escrito, donde constaba
tejjiciór frente ", la acción c? 1 -fic-ecior «sólo ric- 11 compromiso del deudor y que el acree-
duce rl efecto de que p" dpudoi 'ua de wr conde-
nado a la pi estación p fa^riblo JP :eo¡tir !E presta- dor presentaba como prueba de crédito, una
i ion que a é; corresponde especial ^''''fiofic non nu7nerotae pecuniae.
"En bpse a scmetante condeni el acreedor pis- De esta manera por el derecho del pretor
cle ejercitar en vía d? t>5eeucior forzosa su preten- acogido en dichas constituciones se decidió
sión sin renlizacion de ¡"a prestación qu? 'e incum-
be si «•! U"Udor est4 e", rror.i ^ar". recibirla" que e] írjfior pTse<?uid'- ?n vntnd de uri
stipulatio o un chírograpíium, y que pre- pre que no fueren de contenido contrario al
tendía no haber recibido ni contado la can- Derecho objetivo. Dichos pactos (pacía con-
tidad reclamada por el acreedor, podía ha- venía) , se podían establecer autorizados por
cer valer este medio de deíensa. una cláusula del edicto pretorio. Mediante el
El principal efecto üe la excepíio era que Derecho honorario, el pretor, al mismo
derogaba las reglas en materia de prue- tiempo que autorizaba la formulación de los
ba ( ' ) . Es el acreedor demandante- a quien pactos, prometía prestarles valor jurídico
corresponde prooar que ía obligación tiene en su edicto anual, reconociendo el acuerdo
causa, es decir que nuco entrega o nume- privado. En consecuencia, en caso necesario,
ración de la cantídaú reclamada. Desde Ca- concedía al deudor demandado la exceptio
racalla ( 2 ) se considera que este principio pacii conventi, es decir que daba la facultad
rigió en forma cierta en todo el Imperio, a éste para pedir el rechazo de la acción del
Cuando esta «espito era opuesta al acree- acreedor cuando en desconocimiento, del
dor litterís, se consideraba que al no con- pacto de remisión pactum ne petatur, obra-
tradecir la pretensión hecha en la intenth sa üe mala íe.
de ia fórmula, se constituye por eso, urm De acuerdo al Derecho civil romano, ia
verdadera excepción. obligación principal, siempre se consideraba
Este recurso procesal fue en un principio subsistente, pero ei derecho pretorio por ra-
concedido por un año a contar desde- la siones de equidad, permitió la formulación
formación del documento probatorio de la ae ia excepción.
obligación. Diocleciano aumentó dicho pla- Origen y desarrollo. Como todas las ex-
zo a cinco años y nuevamente fue reducido cepciones, esta nace, se practica, y sufre un
por Justiniano a dos años. Dentro de ese proceso ae sucesivas aplicaciones en la épo-
plazo, el deudor podía oponer o proponer ca del Derecho pretorio. Dicho desenvolvi-
directamente una querella (contestatio), miento ya se ha explicado al estudiar el
non numeratas pecunias (•»). instituto de la excepíio romana y de la ex-
E! deudor que dejaba expirar Jos plazos ceptio dolí en particular, fundándose la
señalados, sin usar de los recursos que le aplicación hecha de estas defensas procesa-
fueron ofrecidos per el derecho romano les, en. el criterio de equidad, que introduje-
posí-clásico, quedaba irrevocablemente vin- ron ios pretores para atemperar la aplica-
culado por el convenio literal. lA. V. S.) ción rigurosa de ias obligaciones contraídas,
según el Derecho civil romano.
EXCEPTIO PACTI CONVENTI. Idea ge- La manifestación de ese criterio de equi-
neral. Esta excepción se origina en el pac- dad se produjo en tiempo de vigencia del
íuwi de non peiendo, acordado en el Dere- proceso formulario, y se manifestó especial-
cho romano, en materia de remisión de deu- mente en la concesión en el edicto respec-
da, entre acreedor y deador, mediante el tivo de ía facultad, para poder oponer en tos
cual, el primero se comprometía a no re- respectivos casos, la excepíio acti conventi,
querir la ejecución de la obligación. la exceptio dolí malí y la exceptio metus
En ei Derecho pretorio se recoooció ía causa.
capacidad de las partes contratantes, para Como el pacto de remisión consistía en
convenir pactos en ei negocio jurídico, ¡siera- ana simple convención .no reconocida con
(1) "Para el caso principa! de ia estipulación
efecto extintivo, no se lo estipulaba en íor-
dirigida a dar íorma solemne a un mutuo, se tía ma solemne, y en eso se distinguía del ins-
al deudor, aparto de una exceptio non nuTneratae 'tltuto similar de la accepíilatio. La excep-
pecuinae a oponer centre. la acción del acreedor ción pccií se daba al deudor para que re-
(correspondiente a la ezcepiio dolí de: Derecho clá- chazara Ja acción del demandante, ya que
sico) , también una querella del mismo nombre, con
la que él puede solicitar a su iniciativa la anula- la obligación no se extinguía ipso iure.
ción de ¡a estipulación, remedio ya ;r traducido en La exceptio pacti conventi era eficaz en
la legislación imperial, y ejereible a partir de Dio- ei Derecho clásico, entre las personas que
cleciano, dentro cié los cinco años, aero reducido
por Justiniano ai término de un bienio. Asi, en ma- habían concertado el pacto, y se considera-
teria de querella como cJ« exceptio, hay una dero- ba que no podía ser opuesta ni por el codeu-
gación a ¡os principios qur reguian ia carga tíe dor solidario ni por el heredero. Según las
la prueba, en e! sentido de que una vez intentada fuentes romanas que se conocen, en princi-
la querella u opuesta la excepción, corresponde al
acreedor probar la existencia de la eatisa" (V. Arati- pio era considerada perpetua, por excepción
gio-Kuiz, Instituciones áf Derecho romano, pági- el acreedor, podía convenir la limitación en
na 370, Bs. Aires, 1952.) el tiempo, respecto a la remisión de la deu-
(2) Doscientos doce, afio en que Caracalla con- da: de esta manera se establecía un plazo al
cede la ciudadanía romana a todo ei imperio.
(3) V. Bonfaule, P.. instituciones de Derecho deudor que no podía usar de la f.xceptio
romano, pág. 472, Madrid. 1951; Petit, E., Tra- más que durante su vigencia í 1 ).
tado elemental tíe Derecho roBianc, pág. 460, nú-
mero 343, Bb. Aires. 1954. (!) V. opíaiín d* Paulo, Digesto, l*y 27, pá-
La excepción de pacto podía tener carác- EXCEPTIO REÍ JUDIC1UM DEDUCTAE.
ter perentorio o dilatorio. El primer carác- (V. EXCEPTIO.)
ter se producía cuando se formulaba y se
concluía el pacto de remisión para siempre. EXCEPTIO REÍ JUDICATAE*. SUMAHIO:
El segundo carácter si el pacto había sido La sociedad. Ley judicial. La sentencia. De-
recho procesal Definición Defensa y excep-
concluido sólo para un tiempo determi- ción. Acción exceptiva. División. Fallo. Ex-
nado ( 2 ). cepción de cesa juzgada. Ley interpretativa.
La manera como funcionaba esta excep- Ley interpretativa jurisprudencial. Doctrina
ción en el Derecho formulario, ha sido des- jurisprudencial. Juicios voluntarios Cues-
tiones administr.it: vv.s Sentencia constitu-
crita por los autores: "En caso de necssi- tiva. Revisión y uuluiad. Acciones de plena
dad a la excepción del demandado, puede junsd'cción. Problemática, Tipificación do
el demandante responder por rnedio de una la excépciou. Excepción real. Excepción im-
réplica (replicatio), es decir, por la oposi- peditiva. Caso inipresioíif.jHe. Cosa juzgada.
ción de una circunstancia que paraliza ia La Sociedad. La sociedad, fruto de la
excepción. Por ejemplo, si ha habidt> una debilidad dei hombre, tiene por fin reme-
estipulación por un crédito de diez rail ses- rharla por medio de ipyes que concierten los
tercios y con posterioridad un pacto de na movimientos tendientes a aprovechar los
pedir esa suma, pero este pacto no ha sido bienes que nos depara la vida. Si no fuéra-
concluido sino tras maniobras fraudulentas ruris dfiícientes no se explicaría la unión
llevadas a cabo por el deudor, la formula p;¿ra completarnos y si la sociedad no pudie-
va a comprender los extremos siguientes: la ra aglutinarnos por la armonía que produ-
acción del demandante, la excepción (pacti cen las normas pereceríamos en la lucha
conventi) del demandado y la réplica (re- por la vida. Luego la ley es la única salva-
plicatia dolí) del demandante. Por lo tanto, ción del hombre en cuanto es persona so-
la fórmula definitiva será construida, del ciable. La ley se hizo para el hombre y no
modo siguiente: «Sí consta que Nunierio al contrario, como equivocadamente enseñan
Negidio debe dar a Aulo Ageno diez mil los transper*analistas o totalitarios.
«estérelos en virtud de una estipulación, so- En la ley hay que distinguir sus destina-
bre lo que se litiga (intentio), y establecido tarios, que son los sujetos a quienes se
que no ha intervenido un pacto de no pedir apltóa; los hechos, que son la causa y ori-
esta suma (exccptio) o que en este negocio gen de todas las leyes (ex Jato oriturjus) y,
ha habido o hay dolo por parte de Numerio por último, la orden o -mandato, que es el
Negidio (replicatio), condena, oh juez, a objeto propio de la norma En cualquier ley
N N., etc.». s>e descubren estos tres elementos esenciales:
"Los juristas han considerado la posibili- sujeto, causa o hecho y objeto o mandato.
dad de que a la réolica del demandante Todos los códigos del mundo dicen, por
tenga aún el demandado otra cosa que opo- ejemplo, que el padre debe alimentos a los
ner y han darto a esta defensa el nombre de hilos. El padre es P! sujeto o destinatario de
duplica (duplicatio). Se habla aún de una la ley; los hijos son la causa y, por último,
triplizatio, que el demandante oponía a s.u la deuda de alimentos a favor de dichos
vez a la duplicatio; pero, estas complica- hijos es el objeto de la comentada regla.
ciones, teóricamente admisibles, se produ- La sociedad es una fábrica de normas de
cían muy rara vez en un sistema donde el distinto linaje, morales, religiosas, sociales,
procedimiento era reglamentado con tanta profesionales, jurídicas, de etiqueta, del
seguridad como precisión" (3). {A. V. S.). bien y h^sta del mal obrar y, se repite, es
EXCEPTIO PLURIUM CONCUMBENTIUM. nota esencial de todas esas leyes, que cons-
(V. FILIACIÓN EXTRAMATRIMONIAL.) ten en tres elementos: sujeto, objeto y
causa. Sujeto es el sometido al imperio de
rrafo 1, tit. "De pactr, lin. 2. tít. 114, e instituía, la ley; causa es el hecho y objeto el derecho
párr. 10. "De excentio". lio. 4, tít. 13. o consecuencia jurídica.
(2) "No obstante, es preciso señülar que, ax'm
si la excepción es dilatoria, la Ins'stenria <iel de- Cuando un juez falla, dicta una ley para
mandante en perseguir a su adversario coriducíi a el caso concreto del litigio, como por ejem-
una absolución r>o provisional siró definitiva por- plo, que Pedro no debe a Juan mil pesos,
que no se puede acudir en juicio dos V?CPS por «1
mismo asunto. De aqui que todo deman'lpnte inte- o que Carlos debe restituir a Mario la ha-
ligente se apartaría de la instancia desde el mo- cienda Santa Marta.
mento que el demandado solicita la moretón d« Ley judicial. En esta ley judicial, deben
la excepción a fin de quedarle la posibilidad de
volver a presentarla una vez que el plazo discurra. existir los tres elementos consabidos: sujeto
Por esto precisamente es por lo que tal excepción causa y objeto. Por consiguiente, en un nue-
se denomina dilatoria". (V. Arangio Ruiz. Las ac- vo juicio no pueden ventilarse entre las
ciones de Derecho privado romano, pág. 92.)
(3) V. Arangio Rulz Las acciones en el Derecho
privado romano, pags. 93 y 94. * Por el Dr. RAFA&L MAÍTÍNEZ SABMIENTO.
mismas partes, o sujetos las mismas cues- gar a ios jueces poderes materiales sufi-
tiones de hecho, o causa para obtener una cientes para que oficiosamente las apliquen
misma decisión de derecho, u objeto. Y no en los casos controvertidos, previas las ave-
puede suceder esto porque toda ley debe riguaciones que crean oportuno realizar.
tener origen exclusivamente social y no pue- Derecha procesal. El derecho es un de-
de ser derogada sino por la sociedad misma ber ser de los sujetos, determinado en la
y no por el capricho de un litigante que ley la convención o la sentencia.
aspire a obtener una sentencia posterior En la ley, su objeto'es el mandato o se-
contraria a otra Además, es cierto que el ñalamiento del deber; su causa es el ser
Estada esía obligado a prestar el servicio o caso legal y los sujetos son los destina-
jurisdiccional a los asociados, pero no inde- tarios de la norma. Eri la ley hay una hi-
finidamente sino una sola vez La justicia pótesis factica, que es el ser, de la cual
no sena un servicio si las decisiones de los surge el Derecho, que es el deber Hipótesis
jueces carecieran de firmeza porque enton- de hecho o caso legal es la causa pe tendí
ces lis sentencias, se revisarían bucesiva- en las demandas y motivación esencial en
msnte, sin aue jamás llegara a saberse la las sentencias.
resolució.i final del coníh:to y mejor es la Trímero son los hechos y después In 51 con-
anarquía que con descaro autoriza el de- secuencias jurídicas de los hechos y simul-
recho de la fuerza que la justicia titubeante táneamente los sujetos de tales consecuen-
que no define nunca ¡os litigios. cias jurídicas.
La cosa juzgada en firme nos liberta de En las sentencias, los sujetos son las par-
la sujeción a posteriores sentencias con- tes; la causa petendi los hechos del litigio,
trarias y, por consip'uipn*'» nos permite de la demanda o exceptivos y el objeto el
aducirla como excepción de fondo en cual- petiíum de las partes y la fuerza tíe cosa
quier nuevo juicio entre las mismas partes, juzgada, contenida en la porte resolutiva y
con la misma causa y el mismo objeto, en ¡os motivo-, en que ella se fundamenta es
En síntesis, en toda ley hay tres elemen- la ley judicial En los convenios la fuerza,
tos' ele-nento persona! que son los =njetos vinculante o ley contractual es el deber y
o sometidos a la nonm y per tanto, forman los hechos o abstenciones estipulados son
su ámbito subleüvo, .segundo elemento fae- el ser de los contratos.
tico o de hecho, que es el manantial del Los presupuestos procesales son el ele-
derecho y por último, el elemento norma- mento personal de los procesos, formal y
tivo o pxiolóf^ico que es la limitación coac- dinámico, distinto del fondo del negocio.
tiva de los bienes sociales. Las personas del proceso son dos: las partes
La sentencia. Li sentencia es un docu- y el juez, titulares de la legitimación al
mento y, por consiguiente sometido a lis procesaTO y de la competencia. La compe-
consecuencias que fluyen de su naturaleza tencia es subjetiva cuando el juez no está
documental. Por esto en la interpretación impedido para fallar y obietiva cuando frene
d? una senten-ia puede incurrirse en dos poder para decidir el litigio por razones de
clases de errores: de herbó y de derecho. la materia ventilada.
Hay error de hecho cuando se atribuye a Hay ilegitimación de los partes cuando no
la sentencia una declaración q\ie no con- están debidamente representadas o cuando
ti^-ne. o. al contrario, cuando «e le niega las partes que figuran no son las personas
uní afirmación míe si consaera Y hay error que debieran actuar, lo que constituye falta
de derecho en la interpretación de la sen- de identidad de ios litigantes.
tencia cuando se le niega fuerza probatoria La cosa juzgada es formal y material- la
sobre la existencia de la causa, objeco, o primera es provisional o temporal de natu-
sujeto del litigio resuelto raleza estrictamente procesal mientras que
En estos casos hay violación Indirecta de la segunda es perpetua o de fondo, perte-
la ley como consecuencia de errores en la neciente al Derecho sustantivo.
apreciación de una prueba documental, que Definición. La excepción es un hecho
es la sentencia. ^ cuyo efecto jurídico consiste en afectar el
Hiy cuatro leyes -que no se presumen co- proceso o el hecho litigioso. El procedo lo
nocidas por los jueces que son las consuetu- afectan las excepciones temporales en el
dinarias, las seccionales, las extranjeras y sentido de enervarlo o extinguirlo y las per-
las sentencias petuas inciden en el hecho litigioso para
IA existencia de estas normas debe pro- extinguirlo en todo- o en parte. Las primeras
barse por los litigantes. se refieren al continente y las segundas ai
Aunque lo ideal sería extender la presun- contenido: las primeras miran al proceso
ción del cono:ímienta de la ley para cobijar y las segundas a la relación jurídica litigiosa.
a las mencionadas normas debe al menos Defensa y excepción. Los romanistas dis-
propiciarse la reforma consistente en otor- tinguen entre defensas y excepciones: las
primeras son in jure; las segundas, in jac- puestos procesales, por no discurrir el jui-
lum; las defensas reconocen la existencia cio dentro de los cauces legales, mientras
de la obligación reclamada, pero oponen un que las excepciones materiales no atienden
hecho que la extingue, en todo o en parte, al proceso sino exclusivamente l.i relación
como el pago, mientras que la excepción no jurídica en litigio para contrarrestarla en
hace tal reconocimiento sino, por el con- su nacimiento, cuantía y desenvolvimiento.
trario, aduce el hecho que vicia su conoci- Típica excepción es la de cosa juagada qae,
miento mismo. a pesar de ser material, puede alegarse n
Hay, asi, similitud entre excepción y de- lirrnnc litis para impedir el adelantamiento
fensa, y rescisión y resolución, pues latí pri- Jel proceso.
meras son vicios coetáneos, mientras que las Fallo. Cuando se menciona la lr j y como
segundas son hechos posteriores que inci- fuente de obligaciones debe comprenderse
den en la relación jurídica. en esu; vocablo las sentencias, que bon leyes
Hoy, en el sentido expuesto, excepción es concretas judiciales. Los fallos, corno toda
todo hecho (exceptivo propiamente, según norma, tienen do.s ámbitos, de apuración:
lo dicho, o defensivo), que tiende a extin- subjetivo, que son los sujetos que cobija el
guir impedir o desconocer la existencia del proceso y ooieUvo, que son las relaciones
derecho reclamado (Sobra aclarar aue me jurídicas que gobierna la decisión. Totí'
refiero a excepciones perentorias únicamen- sentencia tiene dos elementos, uno subjeti-
te; . Se ha dejado el nombre de defensas a vo, que son !as partes, y otro objetivo, que
tas simples alegaciones, no basadas, en he- son la caliza pctendi o hecho generador áei
chos independientes, tendientes a descono- Derecho y el -petitum, o Derecho deducido
cer la acción. en la parte resolutiva y en los motivos rela-
Por tanto, defensa es simple negación o cionada con la resolución.
desconocimiento, mientras que excepción es Excepción de cosa juzgada. Es locución
acción fundada en hechos, de los cuále^ curialesca sabida que la cosa juzgada se
surge un Contra-derecho que se opone a! tiene por verdadera, al menos judicialmente.
actor Esta verdad judicial impide el fallo de fondo
Con PÍ excepción ante hay colisión de De- en un nuevo pleito en que sft ventile la mis-
recho.s procesales, mientras que ccu quien ma cosa eadcm rss, que en el anterior, que
se defiende no existe tal colisión, sino mera reúna las tres identidades clásicas, ídem
resistencia a actuar ¡a voluntad del Dere- corpus, endcm causa petendi y eadem con-
cho a favor del demandante. Si se ahonda ditio personariim.
un poco se tiene que toda excepción es una ídem Corpas Es el mismo petitum obje-
reconvención, que tiene petitum, causa pe- to o Derecho ventilado.
tendi y les restantes elementos esenciales Eade-m causa petendi. La causa es el he-
de las demandas corrientes y molientes. Con cho del cual surge el derecho litigioso, que
esta aclaración debe entenderse la división no sólo debe ser conducente í.ino eficaz.
de las txcepciones perentorias en obstatl- Una cesa es el hecho y otn su prueba COMO
vas extintivas y reconvencionales. es distinto, el objeto de su imagen o repre-
En el libro IV de las Instituías, capitulo sentación. Por tanto, si un pleito se phrdc
13 según la traducción de Cock, se 3re lo por falta de prueba no puede luego cañarse
siguiente- "5. (Gayo, t. 4. pág 106). Ademas, en otro litigio acreditando la existencia del
si se hubiere entablado juicio contra ti hecho que no pudo demostrarse en e! pro-
sea in rem sea in personam, no por eso ceso antcnor. Asi, por ejemplo, si un leivin-
subsiste menos la obligación y, por el mismo dicaníe no acredita el dominio por haber
derecho, se puede obrar contra ti sobre la pr^en'ado sm registro la escritura pública
misma cosa; pero debes favorecerte por de compraventa del bien raíz no puede lue-
medio de la excepción de cosa juzgada (reí go intentar de nueve- la acción de dominio
judicatae)". fundado er, la misma escritura anterior
Acción exzepth-a. Toda excepción es una pero debidamente inscrita Esto es mucho
acción y, por consiguiente, tiene sujeto, cau- más grave cuando se trata de documentos
sa y objeto Sujeto °s el exc°pcionante; cau- íns4Btos, pero no debidamente regú-tradcs
sa son los hechos en que se basa el petitum co;no en el caso de juicio-, adelantados con
o causa petendi y objeto es eí petitum o segundas copias de instrumentos públi 'tn
efecto jurídico de los hechos de la deman- en que consten obligaciones cuantío la ley
da exceptiva. ordena en tales casos presentar la pirafra
División. Las excepciones son formales copia o, en subsidio otra copia expedida
o temporales y materiales o perpetuas: las por mandato judicial previo trámite de un
primeras se refieren al juicio y las materia- juicio breve
les a la acción. Las excepciones formales se Eadem conditio parsonarum. Por re?la
apoyan en el incumplimiento de los presu- general. ¡?s sentencias no producen eí<\'.:¡..
sino ínter partes, es decir, entre los litigan- Doctrina jurisprudencial. En todos los
tes que sostienen opuestas pretensiones. No países exibien doctrinas jurisprudenciales,
obstante, alguno* lalios, como los referen- nías o menos iirmus, en las que descansa
tes al estacio civil, producen efectos erga ei foro. Eii Colombia, para citar un país,
omnes, cuanao se adelantan con interven- existen, por ejemplo, tstaá tesis:
ción ae legitimo contradictor. 1* May acción üe simulación para obte-
Ley interpretatiua jurisprudencial. En la ner la declaración de un pacto oculto dis-
Argentina, la interpretación que haga ¡a tinto dei aparente.
Corte Suprema ae Justicia, en casación o 2* Muerto ei pacus puede intentarse ac-
recurso extraordinario, será aplicada obli- ción de filiación natural contra su mor-
gatoriamente por los jueces tari. 95 tíc la tuoria.
Const.}. No es propiamente la consagración '¿* Los danos ocasionados en desarrollo
de ¡a cosa juzgada extra procesal (contra de actividaues peligrosas se presumen caí-
Ayarragaray, Sentencias obligatorias, pág.
60.1 sino el reconocimiento constitucional de 4* iia prueba de ausencia de culpa, liberia
que la Curte es competente para dictar le- de la obligación de fct-feunüaa erf citóü ce
yes interpretativas jurisdiccionales. siniestro.
lX>s corrientes jurídicas se reparten el Estos principios están deducidos de nues-
mundo comemporáneo: la sajona, que es tro régimen jegal y constituyen un Dere-
consuetudinaria o de equidad, y la latina, cho jurisprudencia,', sujeto, como es obviu,
que es preponderaniemente legalista y es- al vaivén propio ae la jurisprudencia, que
crita. En el Derecho latino, la sentencia no no está respaldada pur un precepto cons-
tiene fuerza sino en la causa en que se pro- viiuciunat que ie de firmeza.
nuncia sin mas valor que el de precedente No es enteramente exacta la formula con
doctrinal, mientras que en el Derecho an- que terminan nuestros Jallos: acimniist rau-
gloamericano los iailos son ios casos lega- do justicia por autoridad de la ley, porque
les, conforme ios cuales se deciden las res- en último extremo la ley es lo que el juez
tantes controversias. dice que es, y no todos los jueces dicen lo
Como acertadamente anota Ayarragaray, mismo. Asi, por ejemplo, la donación de
una jurispruciencía constante es supciior a i-osa ajeaa es valiaa, para un juez y nula
una jurisprudencia justa pues evita los li- para otro. Por esto, no todos los jueces ro-
tigios instaurados con la esperanza de que susiven en igual sentido los problemas ju-
varíe la doctrina de los jueces y porque im- rídicos y sin embargo todos afirman que
pide el espectáculo muy frecuente de pro- se apoyan en ia ley, como si esta pudieía
blemas jurídicos iguales resueltos en forma cobijar doctrinas contradictorias. La insti-
contraria por jueces distinto3, lo que r-ri- tución de la apelación es el reconocimiento
gendra un notorio federalismo jurídico en que ei legislador hace de ia falibilidad de
naciones de legislación unitaria, como Co- ios jueces, ya que si los crejera ministros
lombia, por ejempio, en cambio, en puntos de ia ley suprimiría tal recurso. El juez su-
sustanciales es notorio el centralismo jurí- perior, o ad quem, en realidad no es supe-
dico en ppíses federales, coi.io la Argentina rior sino posterior, pues no tiene otra mi-
y los Estados Unidos. La anarquía juris- sión que analizar en nueva instancia la
prudencial es peor que ia legal pues la ¿en- relación jurídica litigiosa: sujeto objeto y
tencia es ley concreta de bienes particula- causa para definirlos con plenitud de ju-
res mientras que la ley apenas es norma risdicción.
abstracta, lo que comptueba que lo, inesta- En síntesis, la sentencia no es un silo-
bilidad de la jurisprudencia contribuye a la gismo que tiene por premisa mayor la ley
quiebra del derecho en lugar de procurar sino un acto de cognición y volición judi-
su avance, como sostienen los defensores ciales que tiene por premisa un precepto
de la libertad irrestricía de los jueces. La jurídico que el juez estima legal, aunque
-disposición argentina es un signo de la de- en verdad no lo sea. Por tanto, la cosa jua-
rrota del Derecho estricto o jus civilc para gada, además de su fuerza legal tiene ¡a
reemplazarlo por un moderno Drrecho pre- doctiinal que fluye de la autoridad del ór-
toriano, que brota del convulso mundo de gano jurisdiccional.
los pleitos. Este fortalecimiento de la juris- Juicios voluntarios. Los juicios volunta-
prudencia es síntoma de la sustitución del rios tienen dos fines: habilitar para ejecu-
Derecho justineaneo, que fue también rema- tar derechos, como las tramitaciones de
te del'caudaloso Derecho pretoriano, para guardas, habilitación de edad, licencias pa-
reemplazarlo por un nuevo Derecho que ra enajenar, etcétera, y concretar derechos,
está actualmente en gestación y en espera como los tres conocidos juicios de deslinde
de nuevas pandectas que lo clarifique y (finium regundorum) división de comuni-
presente en fói raulas precisas. dades <e;m?mí dividundo) y partición he-
renclal .(familia erciscun&ae). En estos jui- Revisión y nulidad. Una sentencia queda
cios no hay empobrecimiento ni enriqueci- sin efecto cuando es revisada y cuando es
miento de las partes pues no existe defi- anulada. ¿Qué diferencia existe, sin embar-
nición del derecho ajeno sino mera com- go, entre revisión y nulidad? Revisión es
probación judicial del derecho propio, con li nueva ventilación del pleito, la resurrec-
audiencia de los interesados en esta decla- ción de la controversia, el nuevo estudio del
ración. Por esto los autores afirman que en lirigio mientras que la nulidad, no es ac-
los juicios voluntarios no hay cosa juzgada ción de fondo como la revisión, sino mera-
en estricto deracha sino apenas una fir- mente formal, pues tiende a comprobar un
meza netamente formal de las decisiones vicio que destruye la fuerza del fallo. Ea
de los jueces. resolución, la revisión es sustantiva y la
Cuestiones administrativas. Las decisio- nulidad de la sentencia adjetiva; la una
nes da ia administración púbüca tampoco mira a la materia y la otra a la forma; la
están revestidas de la fuerza as cosa juz- revisión al contenido de la relación jurídica
gada cuando versan sobre asuntos que in- y la nulidad a sus presupuestos procesales.
teresan exclusivamente a la administración Difiere la nulidad del juicio de la nulidad
porque estas resoluciones tienen el valor de de la sentencia en que la primera es un inci-
simples declaraciones cuya estimación se dente dentro del proceso y la segunda una
somete a las reglas de la fuerza del testi- acción independiente instaurada con poste-
monio o de la confesión, que no debe con- rioridad a la terminación del juicio. Tam-
fundirse 5 con la fuerza de las resoluciones bién hay dos clases de revisiones, la que se
judici^le ;. Por tanto, los finiquitos, recono- presenta como recurso extraordinario y la
cimientos y demás providencias de la ad- que se admite en casos taxativos por el le-
ministración son revocables por ella misma gi«l3dor contra juicios cuyos fallos tienen
cuan 1o se descubran motivas de error sin mérito de cosa juzgada formal o a favor
que el nerjudicado pueda invocar el valor de acreedores pers-onaíes cuando ha exis-
de cosa juzgada para defender la intangi- tido colusión en el proceso que se intenta
bilidad del proveído que lo favorece. Con revisar. Podría sostenerse que en verdad
este fin fxiste la jurisdicción contencioso- este último cas» de litigantes coludidos no
adminístrativa para decidir sobre la lega- es en verdad una revisión sino una acción
lidad de las actuaciones del poder público. do nulidad procesal por dolo en el litigio.
Sentencia constitutiva. No sólo las jui- Acciones de plena jurisdicción. Como es
cios voluntarios y las cuestiones adminis- sabido, las acciones administrativas son de
trativas carecen de fuerza iuz°;ada sino asi- anulación, objetivas o de legalidad y versan
mismo las sentencias constitutivas. Por esto sobre !a subsunción de las providencias en
acertadamente anota Prieto Castro: "Sobre la norma superior, y de plena jurisdicción,
el primer punto die-amos ante todo que no subjetivas o de ejecución material y tratan
importa nue el Códisro civil hable de cosa de las actuaciones administrativas que per-
Juzsfida de las sentencias sobre estado civil judican el patrimonio particular. Hay dos
de los perdonas y validez o nulidad de dls- matices en las acciones de nulidad, que son
posiríon^s testamentarias. l/*s sentencias las referentes al abuso, desviación o exceso
constitutivas son las destinadas a dar ac- de poder y las tocantes a la contradicción
tuación procedal a un derecho nue so suele entre las decisiones administrativas y la
llamar potestativo, preestablecido en K ley. ley. La acción \de plena jurisdicción tam-
como la reducción de una disposición tes- bién tiene dos matices: cuando el acto per-
tamentaría o la disolución de un matrimo- judicial emana de una providencia nula y
nio no nroiucen efecto de cos-\ 1i'7wada. A cuando se trata de la simple o nuda acción
ellas es inherente la fuerza peñera 1 de obli- de perjuicios ocasionados por funcionarlos
gar o efecto constitutivo, distinto por com- públicos.
pleto del de cosa juzgada. Estas sentencias Contra la cosa juzgada judicial única-
crean o producen una situación de hecho mente existen las acciones de revisión y
y no contienen un pronunciamiento sobre nulidad pero rio las de plena jurisdicción,
una pretensión; la modificación del estndo por lo que es inadmisible la indemnización
jurídico anterior se produce con la estima- contra el Estado por causa de fallos torpes
ción de la demanda por el tribunal; y así, proferidos por sus jueces, aunque tnles sen-
el hecho por elPmplo, da eme un matrimo- tencias sean revisadas o anuladas y aunque
nio haya sido declarado disuelto (divorcio) salte al ojo su monstruosidad. La acción de
o de que la sentencia —constitutiva— lleve plena jurisdicción, se repite, sólo brota del
a cabo cualquiera otra modificación dPl os- acto administrativo poro no del jurisdiccio-
lado jurídico p.xittente, opera frente a todo nal, por lo que siempre será impune e! Es-
el mundo" (Estudios y comentarios, pág. tado cuando sus jueces se desvian.
Aunque parezca exagerado PS rigurosa-
mente cierto el apotegma de Ángel Ossorio la infracción no se ha cometido. Fuera de
en sus anotaciones al articulo 6* ae .su Pro- estos treá casos taxativos, puede ser con-
yecto de Código civil boliviano: "ifn pueblo denado civilmente ai pago de perjuicios un
puede vivir con malas leyes si los jueces son úemantíaüa que fue absueit.o penalmente.
buenos, pero no puede vivir con leyes bue- Quien realiza un daño en ejercicio ae una
nas si los jueces son malos". Este pensa- actividad peligrosa &e presume civilmente
miento del maestro refuerza las considera- Cjiíe ha incumao en culpa y, por el contra-
ciones anteriores sobre la primacía de las rio, se presume inculpable penalmente. Este
leyes jurisprudenciales comparadas con las punto se elucida en el estudio de Sos he-
expedidas por el Congreso, cnos ilícitos como fuente autónoma de obli-
Problemática. La mojor manera de cono- gaciones al considerar la teoría del riesgo
cer una institución es someterla a la prue- creado u objetivo, que la mayoría de los
ba de los problemas: autores rechaza, y la presunción de culpa
1. Si se pierde una acción reivindicatoría, civil, qu¿ ía casi totalidad de la doctrina y
apoyada en el hecho genérico del dominio, las legislaciones aceptan.
¿puede posteriormente iniciarse de nuevo, 5. ¿Qué efecto produce ante el jues civil
apoyando.se en el hecho especifico del do- un fallo proferido p-or un juez cnntencioso-
minio adquirido por prescripción? adininisírativo?
Debe responderse negativamente pues la No difiere esencialmente la jurisdicción
causa petendi de la primitiva acción es ge- administrativa de la común por lo que ante
neral y, por tanto, comprende todos los tí- el juez civil tiene un fallo administrativo la
tulos de adquisición, inclusive el de tradi- misma fuerza que los dictados por todos los
ción, de nuevo aducido. jueces, arbitrales, civiles, penales o milita-
2. Si un empleado pierde la acción de ce- res. No hñy ñor tanto, diferencia de fondo
santía por no haber rcreditado su condi- fino orgánica, pues estas iurisdicríones obe-
ción de trabajador ¿puede posteiiorman- decen a un principio muy conocido de di-
te demandar jubilación al mismo pa- visión dpi trabajo.
trono? 6. Si fracasa la acción de petición de he-
Se contesta negativamente porque aun- rencia contra quien posee pro herede, ¿pue-
que difieren las peticiones de estas deman- de demandarse de nuevo contra quien po-
das se apoyan ambas en un mismo hecho, see pro possessore?
que es la condición de trabajador del de- Ss responde negativamente sí er« el pleito
mandante. Si esta calidad fue negada en primitivo no se probó el hecho de ser here-
el primer proceso, tal negativa es cosa juz- dero.
gada. 7. Si el actor demanda como dueño por
3. ¿Qué diferencia existe en la noción de usucapión, ¿puede posteriormente deman-
terceros ante el Derecho procesal y ante el dar como dueño por tradición?
Derecha material o sustantivo? En este caso hoy una causa adjecía o ex-
La misma que existe entre los respectivos presa distinta, que impide ¡a excepción de
Derechos pues no es lo mismo una relación cosa juzgada.
o situación procesal que un vínculo jurídico 8. Si eí dueño por ocupación pierde 5a
privado, de lo que fluye que no afectan ? reivindicación y luego adquiere par tradi-
terceros los juicios en que hay colusión, nu- ción el bien perdido, ¿puede intentar nuevo
lidad, en que es inadmisible el procedimien- juicio reivindicatorío?
to edictal y, por último, los terceros con Se responde afirmativamente, pues en
créditos reales o sucesores de los litigantes esta hipótf'íis se presenta ima rausa super-
en bienes raíces libres de inscripción. Por veniens, que le resta fuerza a la excepción
tanto, el ámbito de las sentencias es dife- de cosa juagada.
rente del de los actos jurídicos privados Tipificación de la excepción. La excep-
luego no puede ser igual la noción de ter- ción de cosa juzgada es real e <n oeditlva
ceros en ambos campos. y se basa en el hecho deí Juzgamiento-ante-
4. ¿Qué efecto produce en materia civil, rior de la misma cosa o he^ho litigioso.
en lo tocante a indemnización de perjui- Excepción red. L-<s exf'po'ones reales
cios, una sentencia penal absolutoria pro- son inherente*; ai derecho que se rechaza,
nunciada en un proceso por delito culposo, como el ij'dffo, la prescrip-tí-n, y afectan la
como daños causados oor automóviles, tre- causa o lincho jurídico o M I - 3o produce. Es-
nes, aviones y embarcaciones? tas excepciones se refip ; al Plemento ob-
En rmteria civil la sentencia pena! pro- jetivo del derecho mié);.-ras que l»s excep-
duce efectos únicamente en tres casos. ciones personales tocáis exclusívarr.ente el
Cuando reconoce aue el procesado no ha elemento subjetivo de la relación jurídica.
cometMo la infracción o cuando ella se La excepción de cosñ juzgada es real pues
justifica y, por último, cuando declara Que recae principalmente sobre el hecho con-
troyertid-J u litigioso para impedir una nue- preexistencia de un litigio anterior que, co-
va discusión eficaz, mo todo hecho, puede servir de causa pe-
Excepción impeditiva. Tres hechor pue- tendi a la excepción de cos>a juzgada. Por
den fundar la excepción, perpetua o de ion- tanto, se trata de una excepción de fondo
do; el excmUvo, total o parcial, da la ac- o material y no de simple incompetencia
ción como ei pago y la prescripción; el auuqu p , si prospera, lleva, como toda ex-
impeditivo que deja sin eüeacia ia fuente cepción, a la conclusión de desestimar la
ücl derecho reclamado, como ia nulidad y acción, en todo o en parte.
ia cosa juagada, y el recouvenciona.1, que es Ahondando un poco en la máxima de to-
un hecho distinto que neutraliza o paraliza dos los maestros de que no hay cosa juz-
ios cfeoios jmldicos de ia causa peteudí de gada propiamente dicha en los juicios vo-
la acción, como la compensación. luntarios y en las sentencias constitutivas,
La excepción de cosa juzgada no es recon- anoto de paso, por mero discreteo, que ¡a
venciüuju, pues no se basa en hecho dis- acción constitutiva es contenciosa, pues
tinto del litigioso ni tampoco exUnuv¿, pues versa sobre relaciones jurídicas, mientras
no reconoce que ia acción haya existido sino que la voluntaria afecta el patrimonio o ia
excepción impeditiva porque se tundd en persona de un solo titular. Por tanto, en
la discusión judicial dei mismo pleito, io ambos fallos se manifiesta la jurisdicción,
que impide su decisión en nueva sen- para definir derechos unilaterales en los
tencia. juicios voluntarios y bilaterales en los con-
Caso impresionante. No es raro el caso tenciosos. Y tales decisiones, necesariamen-
de empresas que para librarse de litigios te están revestidas de la autoridad de cosa
enojosos entreguen a ios" demandantes las juzgada para los litigantes. Dije anterior-
sumas reclamadas y luego, al cabo de algu- mente que se trata de un mero discreteo
nos ¿nos, sus gerentes aon sorprendidos con pues todos los autores convienen en la fuer-
tnandiuiuiinlos de pago cuyo título ejecu- za obligatoria de las sentencias, así volun-
tivo fs ia sentencia condenatoria de las so- tarias como contenciosas.
ciedade», pronunciada en el viejo pleito Roma. Hubo en Roma tres sistemas pro-
arreglado del que se olvidó desistir, En !•* cesales sucesivos. El de las acciones de ¡a
ejecución de nada sirve al demandado pre- ley. el formulario y el extraordinario. El
sentar el documento de pago puts su lecha primero rigió en el Derecho antiguo; el se-
raitynor a ¡a de la ¿semencia condenatoria gundo en el clásico y el tercero en el impe-
es documento insuficiente para restarle mé- rial y justineaneo. En el Derecho romano,
rito. casuístico en este punto, no se encuentra
La excepción es una acción en que rige bien estructurada, la teoría de las excep-
la adciíanón, es decir, el principio de que ciones, hasta el punto de que no se cono-
es forzoso ejercitarla para contrarrestar la cieron en el sistema de las acciones de la
acci'jn. Todos sabernos que ia acción está iey. Su aparecimiento coincide con el -sis-
regida por el principio dispositivo en virtud tema formulo rio. para contrarrestar la in-
del cual somos libres de reclamar judicial- tcntio, que es la pretensión del deman-
mente nuestros presuntos derechos, pero, dante.
en materia de excepciones, no somos ubres Por este motivo, he procurado en esta
de comprobarlos o no pues nuestras omisio- monografía dar una perfunctoria noción de
nes conllevan la sanción de impedir alegar la excepción de cosa juzgada, lo más sen-
los hechos exceptivos que callamos en el cilla posible, presentando la institución mo-
juicio anterior. Por tanto, probar excepcio- viéndose al ritmo de las tres identidades
nes es una caiga y su declaración judicial que rigen toda, la arquitectura jurídica. Así
es necesaria aun oficiosamente, salvo casos las sentencias aparecen como un milagro
conocidos, como el de prescripción. que ignoran los animales y los ángeles no
Cosa juzgada. Cosa juzgada significa bien sospechan, creado corno instrumento para
jurídico definido judicialmente. La cosa no asegurar la convivencia social. (V. COSA
es el corpus sino el jas no es ti bien sino JUZGADA.1
el derecho por lo que, en último análisis,
JURISPRUDENCIA. — Véase la señalada en la voz
la excepción de coaa juzgada no es sino la COSA JUZGADA.
declinatoria de jurisdicción por incompe-
tencia de los jueces para juzgar una cosa — Calamandrei, P . Estudios sobre
el proceso civil, Bs. Aires. 1945. — Ayarragarav.
ya juzgada. Esto puede despertar la duda C. A., ¡ntroduacíórt a, la ejecución de sentencia, Bs.
de que se trata de una excepción meramente Aires, 19-13. — Prieto Castro, L., Estudios y comen-
formal, relacionada con el presupuesto pro- tarios pañi la ieoría. y la práctica procesal civu,
cesal iie la competencia. Esta vacilación Madrid 193" — Hivas, L., La cosa juzgada en la
ciencia jurídica y en la. legislación ecuatoriana,
termina si se considera que la excepción de Quito, 19S4. — Orozco Ochoa. O , Jurisprudencia ¿te
eoj? juzgada se funda en ei hecho de la la Ctrte Suprema de JuiHcia, Medellir.. 1945. —
Jaramiilo Arrubla. C., Doctrinas de la Corte Su- EXCEPTIO SENATÜS-CONSULTI MACE-
prema líe Justicia sobre el Código de procedimiento DONIANI. Aunque no en todos ios casos,
civil, Bogotá, 194:1 — Coc.k Arongo, A , Cursa de
Derecho romano, MPdellín, 1943. — JSrs, P , DetTK- la norma del senado-consulto maeedonia-
cho pr¡OTá<-, romano E<1. Labor S. A., 1937. — no, podía llegar a configurar una erceptio.
Brv, G., Nocioreí de Derecho romano, Bogotá, 1913. Este senado-consulto vedaba el préstamo de
dinero a los filis familias, o sea, a aquellos
EXCEPTIO REÍ VENDITAE ET TRADI- hijos de familia, bajo la potestad del paier,
TAE. La transferencia de la propiedad de aún alieni inris. Al parecer ya figuraba en
la res mancipi, no podía perfeccionarse en regTiamenticiones anteriores, tales como ei
el Derecho romano, por la simple entrega, rescripto dr> Claudio Si bien la norma no
previa una mera conformidad de las partes implicaba la definitiva nulidad de la obli-
contratantes; es decir, no podía realizarse gación para el deudor, sugería al pretor no
informalmente. La división entre cosas conceder lo acción ai acreedor, o en todo
mpncipi y n«c mancipi, derivaba hacia una caso, si la circunstancia era dudosa, a for-
rigidez formal tanto mayor cuanto se tra- mular una cxceptlo. Mas si el deudor había
tara de operaciones en las que se transmi- pagado, no tenía derecho a repetir la suma,
tían derechos sobre bienes de la primera y de este aspecto se deriva la similitud con
categoría. El origen de la palabra mancipi: las obligaciones naturales. Ahora bien, si el
nnnus capere, cosa bajo el dominio de la •pater-jamiiias expresaba su conocimiento
mano, tomada por la mano o poder civil, de la d?urisi en cualquier momento ante-
tiende a proporcionar una idea de la mayor rior o posterior a su perfeccionamiento, o
importancia de estas cosas. En la categoría si ésta era ratificada por el deudor, ya
entraban no sólo objetos (esclavos, bestias emancipado, la excepción cesaba.
que pudieran tomarse por el cuello, Orto- Como dijimos, es evidente la vinculación
lan M., Compendio..., pág. 84) sino bienes de! tenia ron el de las obligaciones natu-
inmuebles: fundqs de tierras, heredadas rales. Est's hipótesis es descartada por
dentro del territorio itálico. Una transfe- Arangio Ruiz quien pn su enumeración de
rencia -Jurídica de la propiedad de una res los casos rpie no deb^n ser considerados
mancipi sólo se lograba mediante las solem- obligaciones mtui-ales expresa: "I.o mismo
nidades simbólicas y la fórmula de la m-an- puede riecir-p de1 empico de la t»rminolofla
cipatio (acta en que constaba la transmi- de la obligación natural en el caso del mu-
sión) o bien ñor la In iure cessio. tuo que Ff pnejue, no obstante hrib o r sido
Si una cosa mincirsi era enajenada por contraído contra 1? prohibición del sinci-
simple tradición a cambio de precio o de tus-consiiHi maceüoniani. Pese a alguna
conformidad entre portes sin el cumpli- duda plántesela recientemente, entendemos
miento de las formas fá solemnitatem exi- que la *ohifi retentis era admitida también
eidas desde antiguo, el vendedor nodía in- por los clásicos, nunouo tni ve2 sólo si el
tentar la acción reivindicatoría, salvo en el pago era voluntario, en cuya hipótesis ser-
caso de haberle operado lr> usucapión en vía como ratificación la del ^afer-familfas
favor de la otra pirtp para no permitir de o la dol mlsrr.o mutuario sui-iurts" (Aran-
este modo la iniustícía o abuso en favor del gio Rui?:, V., Instituciones de Derecho ro~
vendedor aprovehado pn función de la mino, páp- 34'>). CE. O »
equidad, el pretor favoreció ai comprador
de buena fe con la excepción que estudia- EXCEPTIO SENATUS-CONSULTI TRE-
mos, excepción de cosa vendida y entrega- BELLANI. <V. SENATUS
da, que permitía la absolución del accipens
y la permanencia en su poder del bien en-
juiciado. EXCEPTTO SENATUS CONSULTI VE-
LLSIANUM. W senado-consulto veiloiano
El surgimiento de esta excepción —así era una de las varias normas» tendientes a
como de otras normas jurídicas posterio- limitar la capacidad .1a ¡as personas tlient
res— debe verse como reacción originada iuris, en este caso ospe."ífico, lü. mu!*;r. Pro-
por la paulatina renovación de las costum- hibía a las misrnns obligarse por otra per-
bres, las nuevas necesidades del comercio, sona, es decir, interceder, garantizar, con-
como un esfuerzo por dotar de cierta elas- vertirse en codeudoras solidarias de una
ticidad a las construcciones demasiado rí- obligación ajena. Su fecha de aparición es
gidas del Derecho clásico. (E. G,~> aproximadamente 4ó d. C. Como este pre-
cepto vedaba la jnrerposición de l-\ mujer
BIBLIOGRAFÍA. — Ortolán. M , Compendio del De- nbligationes feminomm quae pro allís reae
recho romano. Ert Atalaya, Bs. Aires — Ainngio ficrvnt, en el coso de que fuera aceptada,
Ruiz. V , Wis/om del Dsrechi mmimn. Ed. Reus,
Madrid, y también Instituciones de Derecho roma- luego P3ta podía oponer la exceptio corres-
ne. Kd D".pv.'m->. 3-- A'rcs pondiente f-n el inicio <'F, G.i
EXCEPTIO VERITATIS.* SUMARIO: I. Ge- mientras que las palabras sólo tienen la
neralidades. 1. Concepto II. Historia-. 2 y 3. vida que les acuerda la fragilidad de la me-
En Roma. 4. Los glosadores y prácticos.
6. De las opiniones de los prácticos a las le- moria, ei romano juzgó a este delito muy
gislaciones G. Intluencia del régimen polí- severamente y llegó a penarlo como crimen
t'co III Diferencias entre la "excep'io ve'i- de lesa majestad (v. sobre el tema, Cód. IX,
tatis" y la falsedad como elemento del delito 36, 1).
7. Diferencias. IV. Anális-'s dogmático. 8 El
8-tículo 111 9. Presupuesto: una Imputa- Sobre injurias nada se decía, pero como
ción. 10. Continuación. 11. Primer caso. la acción por este delito era conferida o
12. Qué es un "ínteres público". 13. "Ac- denegada, por el pretor, caso por caso, es
tual". 14. La f'nabdad de la imputación. lógico presumir que no siempre la otorgara.
15. Diferencias con las causas de justifica-
ción 10. Scgiíndo caso. 17, Tercer caso. El sentido práctico de los romanos les ha
18. Exención de pena. 19, El desacato. de haber aconsejado, más de una vez, no
dar acción contra quien hubiese dicho algo
I. Generalidades. 1. Las naciones legislan verdadero y que beneficiara la comunidad.
sobre delitos contra el honor de manera De todos modos el silencio de la ley originó
muy diversa. Muchas consagran una figura dificultades. Los jurisconsultos comenzaron
(por lo menos) que permite tomar en cuen- a opinar y durante siglos la doctrina giró
ta el hecho de desacreditar a alguien di- en torno a lo que enseñara Paulo: "No es
ciendo tanto verdades como mentiras. Fren- bueno ni equitativo que al que infamó a un
te a ese delito —que en nuestro Derecho culpable se le condene por esto; porque es
es la injuria— no puede negarse que lo co- conveniente y útil que sean conocidos los
mete aún quien manifiesta las cosas más delitos de los delincuentes". (Dig. 47, 10. 18).
exactas. No es difícil percatarse del originario al-
Pero hasta el más lego comprende que cance de la ¿entencia pauliana, pero los
hay ciertas verdades que merecen ser di- prácticos comenzaron a ampliar las hipó-
chas aunque hieran a alguien. Por eso el tesis (ejemplo clásico: imputación de la
legislador ha permitido en algunas mani- lepra u otra enfermedad contagiosa grave).
festaciones que la verdad pueda ser pro- Y tanto extendieron algunos la posibilidad
bada y tenga efectos jurídicos. Es la insti- de probar la verdad que llegó a considerarse
tución que la doctrina penal llama excepíio excepcional ei caso opuesto: negar el dere-
veritatis, o excepción de la verdad, que fi- cho a producir tal prueba.
gura en el articulo 111 de nuestro Código. De aquí arrancan las aos corrientes que
La prueba de la verdad es dirimente: no atraviesan toda la edad moderna y Ilesan
hay pena. hasta nosotros y las actuales legislaciones.
II. Historia. 2. Distinguían los romanos: Una —prescindiendo de verdades o false-
ei delito de calumnia que consistía en acu- dades— considero que, en general, cualquier
sar falsamente a alguien ante el magistrado ofensa al honor era delictuosa, porque pres-
tCód, IX. 46: algunos casos vinculados a tó atención a los principios de bondad y
este en Dig, III 6 ) ; el famoso libelo, es de- perdón difundidos por el cristianismo así
cir ia difamación escrita y, generalmente, como al escándilo tai cuai ocurría en Roma
anónima (Có'i. IX 36. Dig. 47. 10); y la con el libelo Su bandera es la conocidísima
infurta que tenia múltiples facetas o hipó- fras* neritas C'jniñcii non eTCuxal, y la más
tesis, df IPS nue ahora solamente interesa moderna de Lord Mansñeld the mere the
la que .'¿e refiere a la prohibición de infa- true, the mere tfie libel.
mar <?n cualquier forma (decía el edicto: La otra estimó que, como norma, debía
Ne nuirl inffirr.fndi causa fíat. Si nuis ad- considerarse que el interés de la sociedad en
verstti es fpf°r¿t. f>ront quaeque íes erit. averiguar ¡a verdad era mayor que cual-
cnimadwrstam. Ver. Cód. IX, 35; Dig. 47, quier otro.
10» 4. Mirado el asunto en su esencia, la rea-
3. Como vemos, al romano le interesaba lidad es que tanto entonces como ahora lo
qup )S3 a-usa1: iones ante el magistrado no que preocupó fue determinar el ¡imite para
fueran falsas y por eso. en la calumnia, los casos dudosos, ya que en los evidentes
tomaba en cuenta ese factor: la falsedad. había completo acuerdo.
En cambio expresamente lo dejaba a un Triunfó, en general, durante ia edad
Sacio en el libelo famoso, porque procuró media y la moderna la tesis que consideró
evitar el escándalo público, la conmo;ión irrelevante ia verdad, pero que admitía, en
originada por manos desconocidas que no casos excepcionales, la prueba de ésta.
tenían la valentía suficiente corno para Bartolo y Baldo fueron los primeros en
acusar ante el magistrado a cara descu- sostener (basados en la citada frase de Pau-
bierta. Por eso, y porque io escrito perdura lo) que la verdad podía probarse en rela-
ción a cvnlquier materia que interesara a
* Por e! Dr. EDUARIJO AOUISKE Os \BRIO. la repúblic.1 Si^ñéronlos tr.nío Juiio Claro
(¡ib. V, s injuria, n. 15) como Antonio Gó- °ragrama. I 1COO). CM gobierno totalitario
mez (Va na ruin icsalutidnm, t. 111, cap. VI, está internado en averiguar vida y mila-
n. 2 b.> y üovarrubirxs (Variarum resolu- gros de sus súbdiÍJt, y no admitir el mas
tionum, t I, cap Xí,i, aunque ios dos úl- minimo control por paite da estos. Un estado
timos, QUP tratan muy a futido el asunto, lio^rai debe pensar exactamente lo coii-
dan importancia a la intención de quien traijO
lanzo Ja imputación: si la intención es Hí. Diferencias t7itrc la "Exccptiu Vcrita-
mala subsisto injuria. Antón)o Mathaeo re- tis" y la falsedad cjma elemento del delito.
sumo muy eruditamente las opiniones iir- 1. Muchss veces el leyuladur caracttri-
perantes por aquel entonces —mediados del za, un delito con la nota de falsedad: denun-
siglo xvn - y reclama, para admitir la prue- cia falsa baluncc íalso, testimonio falso.
ba de la verdad, que exista, además de inte - En el casa de uao de nuesiros delitos c^iura
res de la ropúbllca, alguna culpa del darn- el honor sucetie lo mis.no: falja imputación
nilicado en el hedió que se intenta probar (calam.ua, are. 109).
(De ciiimnibus, Lib. 47, t. IV, cap. I, n 8). La falsedad es, entonces, t-lemento del
Cremaní na admite, fuera el caso de la delito, no puede existir Cote sin aquella.
acusaosjn judicial, la yrueba, porque sly,ue Por este motivo la prueba da la falsedad
al Código leopoldina* (D<* jure crimin>itc, Cita a cargo de la acusación, pese a que
lib II cap. Vil art. 8, § 5 y cap. IV, art. 5, la defensa se lance a probar la verdad de
§ 18). Lo rnisrr.o sucede con Bohmer, que su dicho y nj io lugre, üi la citada deísnsa
escribe sobio i.i Carolina {Elementa juris- logra prJb-r la verdad, demuestra que la
prudentitte criminali-s. sec. II cap. VI, § 110). existencia del delito t-s imposible, del mismo
En cuanta a los Partida 1 » —a un Jado el modo qu? si fíenle a una ocusscióíi por
caso del libelo— admitían ir; prueba de la homi:idio probara que la víctima está viva.
verdad siembre y cuando medíase culpa del H?sumi3ndo: aj la prueba no es excep-
imputado (Part VII t. 9, 1. 1 y 3). Pero cional, pues no sa aparta de las rsglüs co-
deben tenerse en cuenta las opiniones de tnune?; b t procesal.r.ents la prueba no es,
Cüvarnibhs y Gómez, recién citados y la tampoco una excepción jino una defer.áa,
de Gresorio López que, como la generalidad, pues tiende a eliminar un elemento del
entendí» que la prueba se permitía sí esta- delito; ct anuí probcndi de la acusación;
ba mteresidi !T república d) estrictamente ¡a pruebí versa sobro la
5. De i«<¡ cpi~ii7nes (fe l'is vráctícts a las existencia de Ja fcl^edid, no de la verdad.
legisltcinnp'í Las prí"icira!f>s pautas de La excep/io veritatis, en cambio, jneira
distinción fnadas por los prácticos han pa- cuando la Ir y nada dice de verdades ni fal-
sado P Rs ¡"Fíacivtes, que las utilizaron sedades ?1 describir un delito. Por eso: a)
pan diferenciar delitos. es ex:epci'na! y¿ que regularmente no se
Asi, p"r eiemnlo. la '•orriente oue corsi- admitirá- b) pro-esaLnente es una excen-
dero al libelo famoso como un atentado a ción pus; con ella se procura hscer valer
la trorquiUdad frente al que meta intere- un derecha procio sin ne^sr el pieno: c) la
saba si ss decían verdades o mentins llr^ó prueba ectá z c^r'-o dr la dn("nsi \;onue,
hasta el Derocho infles de fin de si<rlo. Ee- en principio el delito está confirryrsdo y la
cién en la énoca a<victorlann se autorizaron verdad op°ra cirio cDnciiciñn ri^olntona;
algunas exceccion * d) la prucbT versa sobr° la verdid y no
La tp*is míe postulaba admitir Ii nrurba sobre la f ^ l ^ f d p d y I - OPO inferís-» aw p el
de la verdad si la comlsi'jii ñe un delito se acusador no pruebe que la imputación fue
iniDutoba ?nte ln iustbi-a halló consagra- falsa.
ción en todas los Códigos que incriminan la IV. Arálisis docimático. 8. Dice el artículo
calumnia judicial o falsa denuncia. La que 111 del Código psn^l:
admitía la prueba pese'a que la imputación "El acusado de injuria sólo podrá probar
fuera extrajudicial llegó al Código Napoleón, la verdad da la imputación en los r^j-os
al español al argentino ¡art 109). siguien'es:
Y la rrniy antigua concepr'ón de Bartolo, "1" Si la iTiiutqción hubi°re tenido !>o¡
según la cual siempre que estuviera intere- ob'et-) defender c garantí/;ir un interés pú-
sada la república podía proba'so la imnu- blico acturl'
tación, aparece modernamente en varios "2' Si el hecha rrtibuído a la persona
Códigos entre los que SP cuenta el nue^'-ro ofendida, hubiere dado lugar a un proejo
("interés público actual", art. 111 li. penrJ;
6. In-fluencía del régimen político Ca=i "b Si el ouerelbnte pidiere la prueba de
está de más notar que la línea divisoria en- la imputación diriúda contra él.
tre lo que se puede y lo que no se puede "JSn estoj casos si se probrrs la verdad
probar sufre, desgraciadamente, gran in- de lai i .inutacionrs el acusado quedará
fluencia de carácter político (ver Carrara, exento .íc pena"
9. Presupuesta unn t'hpdiiaó'i. No eí público en Piérdelo de su desempeño, igual
posible intentar la prueba 'le ID verdad rit que e¡ Código italiano de 1809
una innina que no encierre una Imputa- Aunque e¿tc olvif3' ro es muy (íiave por-
C-ORC^ que gener^Hiente lo otos de los funciona-
Imputar, «rrarnaticelmente. es atribuir una rios lesionan un interés público actual es
cu'pa, delito o acción. De donde el artículo posible conepbir cosos de funcionarios <••""
ieclarna nne ia injuria foiisista en una terminaron su mandato a quienes se les
atnbución de un hecho voluntario. Ad|U- imputa haber realizado actos cuyo averi-
dicir a alguien defectos físicos. caraHerís- pruamJpnto está desprovisto de actualidad.
tif as reñida? con la estética o intelipencia. Kn nuestro país esas imputaciones no pue-
ciertos parentescos enfermedades, etcétera, den probarse; tosió e] imnerio de las leu:
PS cosí que puede eonfign'sr \ma inluria laciones oue sirvieron de fuente en cambio,
n r ro corno no ío trata de imputaciones os ú.
imposible admitir ]a pruebe de la verdad en 12 Qu' es un "intf""\ piil-ijco" Ya fce-
tales o parecidos casos ino-i visto aue ias le«i;-lrj cienes aluden ge-
imputar no es i-fíerir^' i <"vrno es uno, ncralmen f r\ a irrmnt"eión de neto» fuñe lo-
sino a lo que hace nales 'Oód Zan^rdeDi ar* 314 1; e.-npfiol,
Naturalmente —como siempre ocurre en ¿61; chileno 4:10- bras'leño. 13P etc). De
la delicado materia de los delitos contra P! ahí que la interpretación h'stóriea conduz-
honor— que ts nreciso no atenerse a IG que ca a la afirmación de que existe, interés pú-
aparentemente encierra una expresión sino blico cuando ss trata de actos furcionfiles
a ni ren 1 ?J°nifiCpdo Sí dlso: "Fulano que o privados i o xter c iór. emenda oor la Co-
¿•caba de ser nombrado prmer violinista mtpión de 18911 realizados pm funcionarios
del Teatro Colón, es- manco', podría pro- públicos Fn el aserto están conformes Ra-
bar la verdad de esta cireurvstaneía porque ímos Gome?, Oder'fo y la Címaia nt-nal
la frase ti°ne un sentido imputa tono. No
?e trata de que sea manco Falpno lo prevé P'ste ri^odo de VI^T las eosn 0 --e ejionia ala
es qvc acontó un cargo sabiendo rnip no es- nreterislón --ya no sosífnidw por radie—
ü''n en rnndieion^s de desempeñarlo de que un iní«-rés era públi"0 c«"ndo se re-
f
10 Alpuna ve? oeunirá o u» pire/ei ló- rrí'i f un coninnto de r>prson?s: ana so-
gico admitir ia pruebe dt la verdad tye a ciedad nartieiúnr. por ciérnalo. "Público"
que no estemos en presencia de una im- sicrnificnr''1! lo mi<-mi iquí que en r] "rtíru-
putación: por eipmplo si nos referios a )o 129 fM^tn rvñblicol o en el título VII del
quien padece una polisrrosa y contagiosa libro II del Oídio-o nenql (Pelites contri la
enfermedad Pero debe observar1;0 que en seguridad miblica) Fsto no es riceotable
estos supuestos no es la vía de la fT^ertio poroue avernos d" '¡r.s rabones históricas,
la que corresponde emnlear sino una de- no es fácil concebir <.<ue la admisión de la
fen^T general Faltará el elemento suble- pffcpfto dependa de oue alTunas pe-^nas
tivo tíel delito o rnednrá alguna causa que manifiesten su c abietivo interés en aver!-
excluya la antiiuri í 'it'Ad focado de necesi- pm&r verdades Por otra parte uno podría
dad ejercicio de un derecho ete ) . T>reKi;nter-e rara OUP la lev rec]'ima r á eme el
Pax'tiondo df 1;: bT e e entori""^ de aue interés seq actu°] lo qne sería redundante
POS cneontrrmo< frente B -in delito de In- si nos colof-árarnos on la posición nne veni-
JUTÍI /> ons i i c ;tent" fn unc¡ irrnntación. pese-
mos a antilizar los difer orit f"; ^350*? le^cal- Bin embarco la Tr-itnern tesis —oúblico
mente establecidos se refiere a acto.» funcional0" o privados de
11. Primer raso. Si la ímyvtc"*ión hulriere oficiales públicos-- d'^be ser afinada un poco
tenirj^ f.íir nbieto ñeferAer o O'irnnti-ar un porque en efecto, no no rece lóeico admitir
irifrrf<- público actual. Esta di^rjosicion fue cualouier nrueba referente n la vidí nriva-
tonr da del provecto de 1891 fne «po-ún su da de un funcionario: que es antipático en
Exposición de Motivos 'náe 130, muy ím- su casa, qne ír>iuria a su muier que es ama-
ponante>, procuró extender la hipótcsib 3pl rrete, que es adúltero etcétera Y tampoco
Codito S.mardelli (actos de los íar.eionanos parece, v,e!ro vedar li prueba de actos que
en ejercicio de su desempeño1 a !•". vida no son realizados por funcionarios: de nar-
privada del funcionario público tirulares "n sus relaciones con U adminis-
Poio adviértase, no estamos frente a una tración, ñf cpiididatos a funcionarios 'sea
fórmula más o menos feliz descubierta por por elección o nombramiento», etcétein
nuestros provectist'js' ellos la tomaron de Por t ?o creemos más acertado el criterio
una disoosleión ^.milar del Cócüc-o holan- de Soler que envende que ?mb?í"o se opone
dés ía^t 281, última D'¡rte) y de1 rr'míraro a orírado y se relaciona con "aKo que con-
(art 263 51, o'vidiindo oue smbo-: '"ierne al Estado y n. la creariízaeión jurídi-
nf^pmá 1 - li hi^ótpiie flnj f i'^
I
ca y política de la sociedad en reneral"
(III, 276). Lo público toca al legal, normal, de otros intereses, como ocurre en este
continuo y decoroso desempeño de ]os ór- caso.
ganos administrativos. Pero nuestro Código no tiene esos proble-
13. Qué es un interés •publico "actual". mas porque las causas de justificación son
El interés es actual cuando objetivamente amplias. Debemos, pues, descubrir las dife-
existe en el momento de la imputación. Si rencias entre el artículo 111, 1, y aquellas.
en aquel momento había cesado o si luego Partimos de la base, entonces, que si
sobrevino, falta actualidad. Y tampoco exis- inedia necesidad o defensa justificante tam-
te ésta si no puede ser juzgada desde el pun- poco juega la exceptio porque no hay injuria.
to de vista objetivo. La creencia equivocada En la ex"eptio no se reclama una previa
de quien imputa podrá servir, a veces, para agresión ilegitima, ni necesidad racional de
eliminar algún elemento del delito de in- la imputación injuriosa ni falta de provo-
jurias (la culpabilidad por ejemplo) pero cación suficiente por parte de nadie. Es
no para que se admita la exceptio veritatis. admitida, además, aunque el daño haya
Por otra parte, casi está de más decir que ocurrido. En todos estos casos podemos pro-
puede existir interés público actual sobre bar la verdad de la imputación pese a que,
cosas futuras o pasadas, porque el interés evidentemente, no hay legítima defensa.
puede ser actual y referirse a algo que está Tampoco se reclama, para que proceda la
sucediendo, a algo que sucedió o a algo que erceptio, que un peligro sea inminente, gra-
puede suceder. ve ni dp mal mayor que el causado por la
14. La finalidad de la imputación: de- lesión al honor En la hipótesis citadas tam-
fender o garantizar. Además de la existen- bién podemos probar la verdad de la impu-
cia objetiva del interés público la ley recla- tación aunque es indudable que el estado de
ma una específica dirección subjetiva: el necesidad justificante no se ha configurado.
intento de defender o garantizar el interés Por otra parte, como es sabido, una causa
citado. Si esta finalidad está ausente tam- de justificación es objetiva y, por eso mis-
poco se admite la exceptio veritatis. mo, aunque no se alegue, el juez debe admi-
Defender significa amparar, librar, prote- tii-ln en su sentencia, cosa que no parece
ger Garantizar es asegurar y proteger con- posible en caso de erceptio. Estaría, pues,
tra aleún riesgo o necesidad, pero también en manos del procesado hacerse condenar
se emplea como sinónimo del galicismo ga- por un hecho lícito, lo que es inadmisible.
rantir (aue precisamente figuraba en el Asimismo el psrtícine (que actúe sin fina-
proyecto de 1891), admitido por la Real lidad de defender interés público alguno)
Academia: preservar, librar, defender. de un autor principal (que si actúe con
Prácticamente podrían considerarse si- dichg finalidad) debe «jsr condenado por
nónimos, oero como la voz "defender", en injurias sepim nuestra opinión. Mas la ten-
nuestro Derecho, está asociada a la idea dencia que ve qouí una causa de iustifica-
de impedir o repeler (art. 34, 6 b) peligros, debe ptímitir obligadamente, que la
a garantizar le corresponde la acepción de torna iurídico todo: lo principal y
librar males. lo accesorio, lo hecho por el autor y por el
15 Diferencias con las causas de justi- partícipe
ficación. Hay, indudablemente, cierto pa- K?ta.s razones nos mueven a so^t^rer aue
rentesco entre el caso que venimos anali- f>pntp a una excusa absolutoria,
zando y la legítima defensa y el estprto de el ca«?o d»1 artículo 111, inc. 1. aunque
necesidad. Parecería como si el legislador ns oue Jiménez dp Asúa (Tratado,
hubiera consignado un caso específico, su- iv S 1371) lo clasifica como causa de jus-
pernuesto a los genéricos de exclusión de í'ficnción, Núñez (Der pen. arg., 1, 393)
antijuricidad, pero no es así. piensa aue es una autorización legal que
Desde el punto de vista histórico es exacto excluye la ilicitud, y Soler (III, 280) lo con-
que, mientras la doctrina o las legislacio- sidera un caso de necesidad.
nes no elaboraron una teoría general sobre Es evidente, sin embargo, que dichos au-
las causas de justificación, la exceptio ve- tores se colocan en la hipótesis de que el
ritatis suplió una laguna de la legítima de- interés público supere en importancia al
fensa o del estado de necesidad. honor del imputado, caso que nosotros en-
Esto ocurría, en mi opinión, en las fuentes cuadraríamos como de necesidad.
del proyecto de 1891: el Código holandés no 16. Segundo caso: si el hecho atribuido
contempla el estado de necesidad y limita a la persona ofendida hubiere dado lugar a
la legítima defensa a la tutela de la vida, un proceso penal. Otros Códigos contienen
honor o bienes (art. 41); el húngaro sola- un inciso análogo que es necesario, en ellos,
mente hablaba de estado de necesidad con para permitir la prueba de la verdad cuando
referencia a la vida (art.- 80). Era, pues, se imputa un delito sin acudir a la autori-
preciso autorizar expresamente la defensa dad competente. Efectivamente, lo común es
encontrar que la calumnia sólo se refiere guarda la más mínima vinculación con el
—en los Códigos extranjeros— a ¡as imputa- nuestro. A mayor abundamiento debemos
ciones falsas de delitos llevadas *>nte la agregar que el parágrafo 192 de ese Código
autoridad jurisdiccional. autoriza la condena por injurias aunque se
En cambio, el Código español (art. 453) demuestre la verdad de la imputación si
define la calumnia comprendiendo también de las circunstancias en que se hizo se de-
—como el nuestro— a las falsas imputacio- duce la intención injuriosa. Dicho sea de
nes de delito que tengan lugar extra judi- paso, el Código belga sigue un camino pa-
cialmente, y por eso no precisa ni establece recido (arts. 447 y 449) y, en nuestros días,
un inciso como el que analizamos, el danés (arts. 270, 1, y 271, 2).
El Código argentino parece no haber re- Pero, en nuestro Derecho, no es fácil ad-
parado en el juego de estas disposiciones, mitir este temperamento, tanto porque el
pues consagra el delito de calumnia en for- inciso habla de "proceso" y no de "conde-
ma amplia, al estilo español, y el caso de na", como porque las penas no pueden aca-
exceptio que corresponde a una sistemática rrear infamia (ver Fallos, II, 26).
distinta, como la italiana (Cód. Zanartíclli, Algunas veces —bajo ciertas circunstan-
art. 394, 2: "si por el hecho atribuido a la cias— decir de alguien que fue condenado
persona ofendida está abierto todavía o se por cometer tai o cual delito no será una
inicia contra ella un procedimiento penal"). injuria. Faltará el elemento subjetivo, la
Este error ha obligado a la doctrina a anti inneidad, etcétera, pero esto nada tie-
considerables esfuerzos para interpretar sis- ne que ver con la excepción de la verdad.
temáticamente el precepto, y sus soluciones Según nuestra opinión el inciso puede
son muy dispares y no enteramente acep- jugar cuando alguien imputa un delito de-
tables. pend^ente de instancia privada antes de
Rimos (Los delitos contra fíl honor, 415), que esta se promueva, y también cuando se
tras analizar muy variadas situaciones esti- imputa un delito de acción privada antes
ma que no es posible encontrar aplicación de que exista sentencia iirme condenatoria.
al inciso. Su temperamento es compartido Pero esto rio es suficiente: es j reciso, ade-
por Molinario íDer. pen. 192). más, que esos procesos después terminen
Rodolfo Moreno (El Coa. pen. y sus ante,- con sentencia condenatoria.
cedentes, IV, 176) cree que sólo contempla En otras palabra<•: si yo imputo un de-
la hipótesis de imputación cíe delitos de lito de instancia privada antes de que me-
acción privada. die denuncia ílo que es injuiia), mi suerte
Eusebio Gómez (II, 394) piensa en la im- queda condinonada a que el interesado de-
putación de un delito por el cual existe pro- nuncie después ese delito; si, en cambio,
ceso abierto o se inicia uno. mientra 0 oue immito un delito de acción privada, sigo
Malagarriga (Cód. pen. arg. II, 169) critica la que corra ese otro proceso: estoy sujeto
al Código por dejar expuesto a un conde- a las contingencias de que no se inicie, de
nado (proceso que ya terminó) o, una eterna que iniciado se abandone, desista o renun-
burla. Soler sigue a Malagarriga: para él cie, etcétera. Solamente cuando llegue a
el artículo 111, 2, alude a las imputacio- una sentencia condenatoria podré exhibirla
nes de delito en el que ya hubo sentencia para que no se mf> imponga pena.
firme (III. 283). Como se ve, la posibilidad es muy remota
No creemos que el inciso se roñera a Ja y, fuera de ella, no se ve corno podrá apli-
imputación de un hecho delictuoso ocurrida carse el inciso.
después de existir una sentencia condena- 17. Tercer caso: Si el qi-¿reliante pidiere
toria íirme. En primer lugar, porque los la prueba áe la imputación dirigida contra
proyectistas tuvieron ante su vista, en esta él. Este supuesto parece sumamente cliro
parte, al Código húngaro cuyo artículo 263, 3, y los autores, generalmente, se limitan a
decía con toda claridad que imputar un dobatir su conveniencia o inconveniencia
hecho que ha dado lugar a una condena porque las personas se sienten inclinadas,
penal no es delito. ¿Para qué complicar las en un principio, a conceder esta franquicia
cosas no diciéndolo así? Pensamos, pues, creyendo que así su honor quedará más im-
que quisieron apartarse de este tempera- poluto Pero desgraciadamente, es común
mento. ver cómo, después ía prueba de la impu-
En segundo lugar, porque un sistema pa- tación verdadera toma el tiempo que el in-
recido al húngaro es ciertamente el del Có- juriador desea, prolongando enormemente
digo alemán —sabrc el que argumenta el el proceso, y durante ella el injuriado de-
Dr. Soler— que en todos los caso*, auto- berá soportar quién sabe cuántas mortifi-
riza a probar la verdad excepto cuando se caciones a su sentimiento.
imputa un delito a quien fue absuelto, pero Dejando a un lado CS/A* consideraciines
no puede dudarse de que tal sistema no püatieo-criminales, le C\Í'Q es qu^ en núes-
tro Derecho debe pedirse la prueba de la Dereche portal. "Parte especlni" Madrid, 1949, —
verdad si, además de la pena, el querellante Orolzard, El Código penal de 1870. V. pág. 437, Ma-
drid, — Pacheco, J p.. El Código j enal coiu:<vt£ado
pretende indemnizaciones. Así !o establece y comentado, t. 3, pág. 108, art. 383, Madrid, 1858,
el artículo 1089 del Código civil. — García Cayena, P., Código criminal español, II,
Eso sí: como ha dicho la Cámara (Fallos, §§ 1340-1343, Madrid, 1843. ~- Puig Peña, P.. Dere*
che penal, II. pág. 433, Barcelona, 1*46. — Quin-
U, 26, Gaceta del Foro, 64-423), Ramos tana HipoUós, A., Conténtanos al Código penal, It
(420), Soler (III, 285), la prueba sólo puede pég. 318. Madíití, 1846 — Rodrigues! Muñoz. Dere-
producirse en cuanto la imputación esté cho penal, "Parte especial" (Sa "Parte gen«ral".
"dirigida contra él" y no si alcanza a ter- fue escrita por José Antón Oneca). Madrid. 1849,
pág. 284 {capitulo redactado por Jasé Ma. Rodri-
ceros en cuanto a hechos cuyo averigua- gues! Devisa). — Rompan!, 8. 1., Delitos de dt/«-
miento está condicionado a su autorización. uiación e injuria, pág. 37S, Montevideo, 1943 — Ber-
Otras legislaciones consagran una prohibi- rser. A., Trattato di Zhritía pénale, írad. de- Eduardo
ción expresa al respecto. Bertola, pág. 384, Milán. 1887. — Binding, C., Lehr-
Ituch, í, pág. 147 — Frank, K.. Cas Strafgesets-
18. Exención de pena. Ya dijimos, al re- Ituch ¡tir das Dentsche Reich, pAg. 433, Tflblngen.
ferirnos al artículo 111, 1, que éste consa- 1931. — Itlszt. P, Traite tte Droit penal etUemand,
graba una excusa absolutoria, En la misma trad. de Bené Lobsteia. It, pág, 75, París, 1913. —
Mf-rke" A., Derecha penal, tratí. di Pedro Dorado
situación está el caso segundo. En el ter- Moutero, II. § 112, Madrid, s/f. — Schdnfee. A..
cero, en cambio, interviene una manifeatn,- Strafgetetsouch filr tías Deutsche Reich, pág. 413,
ción expresa del ofendido que, tal vea, po- Berlín, 1942. — Barbier, G , Cede explique de la
dría interpretarse en otro sentido. Pensa- jiresff, II, pág 1, París. 1911. —. Pabreguettes, P.,
Traite des délití politiquea et de* infic.otions par
mos que se trata, en el fondo, de una forma Ifi parole, l'Écríture et la presae. I, pág. 528, Pa-
de extinguir la acción penal por renuncia rís, 1901. — Grellet-Bumaizeau. Traite de la dí//s-
del agraviado, renuncia condicionada, por matian, II, pág. 125, París, 1847, -- Chaasan, M.,
supuesto, a que- ee pruebe la verdad de la Traite dea déKtn et cantrjsventicns da la parole, U,
§ 1792, París, 1851. — Carrara, P., Programa, trad.
imputación. de Sebastián Soler, Es. Airea, 1948, y Opuscoli, t. 5,
19. En materia de desacato, hiy por hay pág. 503. ~ Olvoll, C., Traííoío dt Mrltto penalf,
no existe problrma alguno: juega el artícu- IV. pág. 383, Milán, 1018. — Bortúaoi A., Le o//e?e
Kll'onare, pág. 81. Turin. 1994. — Frote, K, OeUft
lo 111. En la doctrina anterior a 1955 este ingiune e dif/amazione, pág. 117, Turín, 1910. —
asunto era debatido, pero e! deereto-Jey 488 MaJ'to, t., Commento al Códice pénale italiana,
(7 de o:tubre de 1855) eliminó la prohibi- III, p&^. «)l, TUilfi, ¡015. — Altavilla, P., "Beüt«,í
ción de probar la verdad en este delito yt '•or.tro la personr." (en el Trattaíc ús PIoriaB"1,
pág. Sí6, MUán, 1021. - - Gloja. M . DeU'íKgutria,
en consecuencia, no hay dificultases. pág. 112, Lugano, 1840. — Jannltti Ptromallo, A.,
íngiuric e diffamanione, pág 326, Turin, 19S3. —
JOTISPRUDENCU. — Los fallos más importantes es- Nuvolone, V, Reati (5* Síompa, pág. -117, MOan
ttn publicados en la Colección de !a Camera dai 18f»l. — Áltaseos, F, Diritio pénate, n, pág. 482
Crimen de la Capital, II, pág. 26; L. X,., t. 14. pá- Wároles, 1913. — Crlveüar!. 11 Códice pénale, vn,
gina 509: t. lE,'pál? 224; t 11, pág. 994; t. 40.
pftq 111; J. A 1945-TV pan. 168; I,, J - , t. 50. T)fe-
1106 y 11OT. — Antoliaei. P., ítanvale di Dtrttta
RÍM 975; J. A., 18*8-11. pág. 187, t. 22. pág. 550;
penalts, "Pxrte opeciale". H, 151, Milán, 1954. —
t. 25, pá». 1147; t. 29. pág. 52S; anotado por Díaz VassalH, "Provr- deüa fwita del fatti", en Giusti&ts
de Gu'iarro e) cíe J. A., t. 25. pal? 11*7 y por Lo- Pelele, 1850-ÍI, pá;. 1183. ~ Manainí. V., "La pro»
renzo CarneUt el de L t,., t. 15, pág. S24. va deKa vertís dell'Bddebito" en Hevinta Pénale,
BiBLiociuFfA. --'Dia'2 ña Guijarro. E., "La prueba pdrs. «53, 1946. — Man?ini, V . Trattato, 2' ed., VE,
de la verdad en la injuria", en Jurisprudencia Ar- 39a — Pannaln, B., "In teína al exneptio vertía'
gentina t. 2\ pfte; 1147. — Días. JE. C El Código tis", en Arehtmc- Pénale, 1950-11, pág. 243. — Mes
penal, 1947, pág. 246 — Ponteo Balestra, C.,Í><T«- sino, S., Teoría general Aci áelitti contra Vanare.
cho venal, "Parte especial". 1958, pág 207. — Pln- pág. 172, Korna, 3953 — PJorian, E., La teoría, paí-
zl, M., Códlqo pena', anotcdo Córdoba. 1648, — Gó- aclogicíi della díffartíaslone, pég. 93, Turín, 1927»
mez. E.. Tratado de Derecha venal argentino, t. 3, e Ingiurw e diffambziane, pág. -¿00, Milán, 193S.
pág. 387, v Leves penales tz-notadas. í. 2. — Jiménes ~ AllmeDií, P., en 3a Enciclopedia dirigida pe?
de Asúa, L.. Tratada it Derecha penal, t 4, § 187?; Pe-ssinii, IX, pAg. 85S. — Florian, E., en te Encielo
El nuevo Código penal argentino, páfi, 254- £1 CM-
•minahsta, t. 6, pág. 121. y Bibliografía crítica, pt- pfília dirigida p-»r C^gllolo, n-2«, 737. — C&rmí-
glna 281. Madrid, 1924 (sobre te délii de di/fama- gnanl, G , Slementi di Díríttc crimínale, írad. de
tion, de Thyrén). — Molinario. A J., Derecha pe- Carvatiü Otogll, § 10-30 (ant. 5 971), H&pole?,
nal (compilación de Toscano), pág. 160, La Finta, 18SO.
1843. — Moreno, B, El Código penal y sus antece-
dentes, t. 4, pág J73 — húftez. B., Derecho penal EXCESO DE PODER. (V. Panes
argentino, t. 1, p4(?. 383 — Cderigo, M, A., Código
penal anotado, 1857. — Peco, J, Delitaa contra eí DE].)
honor. 1947, pág. 7?, y Exposición de motivo* ai
Proyecto de Código penal, pág. 268. — Romos, J. P., EXCESO EN LA LEGÍTIMA DEFENSA.*
lf>s delitos contra el honor, 195E, pág, 409. - So- SUMAKIO: 1. Legitima defensa, concepto v
ler, 8., Derecho penal argentino, t. 3, páp. 27S. — justificación, II El exceso, antecedentes,
Tejedor, C., Curso de Derecho crimine!, 1960, t. i, doctrina y legislación. XII. Conclusiones r
§§ 38(5 y 387 — González Boura, O , Derecho penal, análisis de la& íeoriab
t. 3, pág. 69. — Mecüano, J. M., Leyes penales ce-
mentados. — Bernaldo de Quiró% C., Derecho -pe-
nal, II, pág. 127. Méxiet?. 1957 — Cuello Calón, * Por e\ J'.'r. Htcros JOBOS SVEEDLICE
zado, no es delictuoso, porque es jurídico,
justo, ajustado a derecho, y constituye una
La temática del Derecho penal ofrece en causa de justificación de la conducta. El
el exceso en la legítima deíensa, una figura que obra conforme a derecho no puede de-
tipificada en relación de arrastre, valga el cirse que ofenda o lesione intereses jurídi-
término. cos ajenos. La legítima defensa es la defen-
En efecto, el exceso en la legítima de- sa necesaria para 'rechazar una agresión
fensa está supeditado a una situación que actual o inminente e injusta mediante un
configure con carácter previo la legítima acto que lesiona bienes jurídicos del agre-
defensa. sor".
Por ello, es necesario, prima facie, con- La escuela clásica, siguiendo en ello a
ceptuar esta figura, en forma somera, por Carrara ( 3 ), lo atribuye a la necesidad, por
cuanto su estudio será objeto de análisis cuarito esa defensa, privada, personal, sus-
particular. tituye a la defensa que pueden realizar los
La ley, que en sencilla definición es el poderes públicos cuando la necesidad lo
conjunto de normas que regulan la vida en exige.
sociedad, toma de aquélla, con la que se Hegel resuelve dialécticamente el proble-
encuentra en constante interacción, un ma (*) al afirmar que si la agresión in-
principio milenario y tan antiguo corno ella justa es la negación del derecho, la defensa
misma, que es justamente su defensa. es la negación de esta negación y por tanto
La legítima defensa Juega en el ámbito (dos negaciones afirman) la afirmación del
de relevancia penal como reacción. Pero derecho, siendo su fin, la anulación de la
debe ser una reacción necesaria contra una injusticia.
agresión. El Derecho canónico (S) sólo admitió la
La ley no autoriza la justicia, por mano defensa de la vida y del pudor, pero no la
propia, pero no puede impedir la defensa de la propiedad, por el desprecio que le ins-
de la vida y/o los derechos, cuando su brazo piraban los bienes terrenos. Los juriscon-
no alcanza la premura necesaria para im- sultos de los siglos XVIT y xvni, formularon
pedir una agresión. las condiciones sobre las que se fundamen-
La primera cuestión consistía en quitadle taban la defensa, a saber: ímpetus inopita-
a la defensa, legítima su carácter de anti- tus. e iniustiis. loesla inchoata, psriculun
.niridicidad, por cuanto en principio, impor- in mora, damnum irreparabili, vale decir,
taba también un ataaue a la persona o de- agresión inesperada, lesión inferida, peligro
rechos de un tercero, en el caso, el ofensor. en retardar la defensa y daño irreparable.
Según Von Buri(t), en la situación de La ley determina cuáles deben ser los al-
defensa hay una colisión sntre dos dere- cances de esa agresión: ilegítima y actual,
chos, el del atacado y el del agresor, y como y por parte del ofendido es requisito que
no es posible la conservación del uno sin haya necesidad racional del medio emplea-
IB destrucción del otro, el Estarlo debe pro- do para repelerla y falta de provocación
teger el derecho más irrroortante nue en suficiente.
este caso, es el de] injustamente agredido, El Código penal establece oue no sólo la
derecho superior al que debe ceder el del vida es im bien defendible. En tal sentido
agresor. el artículo 34, inciso 6' del mencionado
Los romanos lo habían incluido también cuerpo legal afirma: "...el que obrare en
en sus fórmulas: Vim vi repeliere licet id- defensa propia de sus derechos", y el in-
aue tus natura comr>aratur. (Ulpiano. iras., ciso 79 del mismo artículo: ".. .el que obra-
I, § 27, De vi et de m armata, D. XLIII. 16.) re en defensa de la persona o de los dere-
Cuello Calón ( 2 ) elimina el elemento de chos de otro".
la antijnridicidad en virtud de la situación Queda como principio en consecuencia:
de legitimidad en la oue se ha colocado el los bienes jurídicos son defendibles.
agente ofendido, legitimidad que en defi-
nitiva surge de la ley. Y en tal sentido afir- II
ma: "Cuando en un hecho de apariencia La necesidad racional del medio emplea-
delictuosa, falta el elemento de la antijuri- do introduce un elemento subjetivo deter-
dicidad, no hay delito. En las causas de ex- minado por la valoración del magistrado,
clusión de la injusticia el agente obra en
condiciones normales de imputabilidad, obra (3) Carrara, Programma, n. 291, y "Diritto della
con voluntad consciente, pero el acto reali- dttfessa ptibblíca e prívata", en Oposeuli, I, pá-
gina 105.
(1) Von Buri, Revista pénale, 1880. págs. 443 (4) Hagel, Gundlimen áer Philosophie áes Re-
y sigs. chuts, n. 127.
(2) Cuello Calón, E., Derecho penal, I, Barce- (5) Puig Peña, Derecho penal, t. 1, pág. 353
lona, 1945. Barcelona, Í944.
quien tomará en consideración las circuns- En cuanto a las legislaciones, los Códigos
tancias de modo, tiempo, lugar, caracteri- holandés (art. 43, 2), danés (art. 13, 2) y
zación psicológica del agente y demás ele- noruego lo declaran causal de impunidad.
mentos que le permitan medir la raciona- Los Códigos portugués e italiano, como
lidad del medio. simple atenuante. En los Códigos polaco
La desproporcionalidad entre el quantum (art. 21, 2 ) , japonés (37, 2) y suizo, de 1916,
de la agresión y la dosis utilizada para re- el juez podrá atenuar o eximir la pena.
pelerla nos lleva al supuesto legal del ex- La doctrina en general acuerda la dife-
ceso en la legítima defensa y siempre, claro rencia entre el exceso en la defensa y el
está, que concurran los demás requisitos exceso en la legítima defensa. El primero
exigidos por la ley, o —al decir de Siseo—, es siempre doloso, y en cuanto al segundo,
reacción excesiva en el medio empleado como ya hemos mencionado, ora doloso, ora
para defenderse (Q). culposo. Dentro de nuestra hermenéutica
La otra variante, que se desarrollará pos- legal será culposo, siempre que medien los
teriormente, es la excesiva valoración de la elementos de la legítima defensa.
agresión que permitiría incluir un caso en La diferencia entre exceso de defensa y
legítima defensa, aún cuando la reacción exceso de legítima 9defensa es aceptada
fuese excesiva, ya que a juicio del agente también por Gómez ( ), que sigue a su vez
ofendido, "ésa" era la reacción que a su la posición de Carrara.
juicio correspondería por la agresión. Carrara (i»), como quedó acreditado, ad-
El exceso en la legítima defensa en el mite el exceso, cuando un extraordinario
Derecho penal anterior a la Revolución temor ha motivado el acto, y afirma luego:
Francesa, no existía como atenuante, por "Aquí merece un serio estudio la subdistin-
cuanto la discrecionalidad judicial decidía ción entre exceso de defensa propiamente
o no sobre su existencia. Vale decir, los dicho que siempre configura el dolo y ex-
jueces podían crearlas como atenuantes. ceso de moderámen, que siempre configura
El Código francés de 1791, por el contra- la culpa y que puede a veces dejarse im-
rio, y para remediar por la vía de la lega- pune. Aquel que engañado sobre la grave-
lidad los abusos cometidos anteriormente dad y sobre la inevitabilidad del propio pe-
determinó taxativamente los delitos y las ligro, mata o hiere no tiene la voluntad ni
penas, de tal manera que a los jueces no la conciencia de delinquir. No está en ab-
les era permitido atenuarlas o agravarlas. soluto en dolo porque no conoce la contra-
El Código de 1810 comenzó por estable- dicción de su acto con la ley. Se le puede
cer el máximum y mínimum de la pena, reprochar un error de cálculo, una preci-
y de esta manera permitía que el juez pu- pitación y de ese modo los extremos de la
diera agravarla o atenuarla. Es decir, al culpa. Pero si se advierte que la espera de
no estar taxativamente determinadas las un peligro inminente no deja facultad de
causas de atenuación, se implantaba de razonar más que a los hombres de extraor-
esta manera el sistema de las atenuantes dinaria presencia de espíritu, se comprende
genéricas. que esta precipitación y el consiguiente
Frente a las atenuantes genéricas, algu- error de juicio son un efecto inevitable de
nos países, establecieron las atenuantes es- la naturaleza humana, efecto del que sólo
pecíficas, en las que sí aparecían taxativa- muy pocos estarían exentos en circunstan-
mente determinados los atenuantes de cada cias análogas, esto es, en la circunstancia
caso. de una perturbación causada por el terror.
A los efectos de determinar la penalidad Y entonces se elimina toda imputación
para el caso del exceso en la legítima de- transformándose la legitimidad en una ex-
fensa, la doctrina y legislación se ha divi- cusa".
dido. Así, para Carrara ( 7 ), lo atribuye a A nuestro j u i c i o la generalización de
culpa, pues se ha hecho lo que otro más Carrara es un poco peligrosa. En efecto,
prudente o más tranquilo no habría hecho, extender como teoría un estado profun-
o como Impallomeni (») a dolo, quien con- damente subjetivo que dependerá de cir-
sidera el delito ejecutado como intencional cunstancias variables según cada uno de
pero excusable por la conducta del ataca- los casos, implicaría objetivizar legalmente
do. También lo excusa Carrara cuando se lo subjetivo.
determina que el ofendido actuó víctima En tal sentido el Proyecto suizo de 1916
del miedo o del terror que le impidió dis- impone una norma sabia; acuerda al juez
cernir la racionalidad del medio. la facultad de atenuar libremente la pena,
(8) Siseo, L. P., La defensa justa.
(7) Carrara, op. eit., n. 310. (9) Gómez, K., Tratado de Derecho penal, t. 1,
(8) Impallomeni, L'omicidio nel Diritto pénale, pág. 564, Es. Aires, 1939.
pág. 514. (10) Carraca, op. cit.. n. 310.
es decir, no lo obliga al mínimo previsto acción excesiva de una reacción innecesa-
por la ley, pero admite la impunidad si el ria, no hay dolo porque falta la conciencia
exceso deriva de un estado de excusable del exceso, ni en ningún caso hay culpa por-
excitación o de sobrecogimiento causado que el hecho no tiene su causa en un acto
por el terror. propio sino en el hecho ilícito de otro".
El último párrafo del artículo comentado Siseo (>3) adhiere a la teoría de Impallo-
al hacer desaparecer toda referencia al dolo meni, y para su concepto, cuando se pro-
o a la culpa, exime del carácter de delictual duce alguno de los casos que el Código pe-
al hecho, y para los casos de la atenuación nal califica de exceso, no existiría el exceso
de la pena no interesaría el examen de la en la legítima defensa por cuanto la legi-
imputabilidad, sino las características del tima defensa existe o no existe, es un con-
hecho. cepto puro, absoluto, el exceso desvirtúa la
Soler («) define el exceso en ¡a legítima legitimidad e impide que se configure la
defensa como, la intensificación innecesa- figura jurídica del exceso. La síntesis de
ria de la acción inicialmente justificada. su teoría es la siguiente: "La desproporción
Parte del supuesto de una situación obje- entre el ataque y la agresión no perjudica
tiva inicial de justificación, de tal modo que el concepto puro de legítima defensa cuan-
el exceso se refiere a los límites de la ac- do ha sido motivado por una emoción jus-
ción, y no a su inicial licitud. Distingue el tificada, y que cuando esa desproporción es
exceso intensivo cuando éste consiste en consciente y deliberada sin que exista emo-
una superabundancia de medios defensivos ción ni ningún otro elemento que desfigure
con relación al ataque y el exceso en la la realidad, se habrá completado la figura
causa cuando existe cierta desproporción delictiva que corresponda al caso, sin que
entre el bien defendido y el mal causado. pueda castigarse el hecho con la pena es-
Soler argumenta que la disminución de tablecida para el delito culposo y finalmen-
la pena se justifica por el temor que sus- te que no hay delito culposo en el caso, sino
cita en ei ofendido la situación de peligra doloso".
en la cual no es justo ni humano exigir un Es e! caso de la excesiva valoración de
discernimiento preciso de los medios de sal- la agresión que conduce a su vez a una
vación. Y afirma a continuación: el temor, reacción excesiva en eí medio empleado
la sorpresa, la agitación del mismo pueden para defenderse, a que nos refiriéramos an-
determinar un error de cálculo, error que teriormente. Para Siseo, en este caso, no
quita al hecho excesivo el carácter de do- habría exceso en la legítima defensa sino
loso para hacerlo imputable sólo a título defensa legítima, cuando la reacción del
de culpa. ofendido correspondiera a su posición cons-
Impallomeni (i«) por el contrario, ve el ciente subjetiva que ante ese ataque su re-
exceso como doloso y no culposo. Transcri- acción fuera "ésa" aun cuando objetiva-
biré extractadamente su argumentación, por mente fuera desprooorcionada. Es decir, si
cuanto a nuestro criterio es la que más se el agente no comprendió el exceso objetivo
ajusta a la realidad, desde el junto de vista en que incurría hay legítima defensa pura,
de la técnica jurídica: "...Se concibe el si comprendió en cambio que se excedía en
delito culposo cuando nace de la inobser- el acto, hay delito.
vancia de una norma de conducta, no en
el exceso de defensa, cuya causa es una in- III
justa violencia de qué se es víctima. En Expuestas las posiciones doctrinarias del
el exceso excusable el delito es doloso y el caso que nos ocupa, veamos en su análisis
dolo consiste en la conciencia de infringir cómo las diferencias de criterio pueden lle-
al adversario un mal no necesario, por la var a una solución armoniosa que no sólo
desproporción entre la acción ofensiva y contemple el fríe texto de la ley sino tam-
la acción defensiva. Existe el fin de recha- bién la naturaleza humana, que con sus
zar la violencia injusta, porque se obra con múltiples facetas hace necesario la ubicui-
el intento de evitar a la persona propia o dad de la figura dentro de un texto legal,
ajena, un mal inminente, pero asociado a que fije su penalidad de acuerdo a una téc-
un propósito delictuoso, porque se tiene al nica jurídica correcta.
mismo tiempo la conciencia de producir un Nuestro Código penal en el artículo 35
mal no necesario- para la defensa personal. establece: "El que hubiere excedido los lí-
Cuando por la perturbación ocasionada por mites impuestos par la ley, por la autoridad
la agresión, no ha podido existir el discer- o por la necesidad, será castigado con la
nimiento necesario para distinguir una re- pena fijada para el delito por culpa o im-
(11) Soler, S.. Tratado tía Derecho penal, t 1. prudencia".
pág. 432, Bs. Aires.
(12) Impallomeni. op. et'í. (13) Sisee, L P . op. Cit.
Conformamos con Núñez (") que si en autor. Todos estos argumentos que excusan,
nuestra ley de fondo, como todas las figu- a los que adMere Gómez y la escuela clá-
ras posibles de exceso, admisibles según la sica, unido al temor, al peligro y a todas
definición general del artículo 35 no en- las demás circunstancias del hecho, no
cuentran correspondencia en el número de- transfiguran la situación de delito doloso
terminado de delitos punibles a titulo de a culposo, sino que según nuestro criterio
culpa previsto por la ley, el resultado es crea una figura delictiva atenuada, de ca-
que deberán quedar impunes todos los ex- rácter doloso.
cesos que no se adecúen a uno de sus tipos La atenuación de la pena, como lo ex-
particulares. La forma culposa de defrau- presa correctamente Soler, encuentra su
dación del artículo 173, inciso 2', y de la causa en el temor que la situación de pe-
injuria, serán impunes el exceso cometido ligro provoca en el ofendido. En esos mo-
en el ejercicio del derecho de retención y mentos no es justo ni humano exigir un
de la autorización concedida por el artículo discernimiento preciso de los medios de sal-
111, inciso I". vación.
Del punto de vista de la técnica jurídica En consecuencia, la síntesis de nuestras
no es aceptable la asimilación del exceso conclusiones es la siguiente: el exceso en
a la figura prevista para el delito culposo. la legítima defensa es una figura tipificada
Las situaciones en que se encuentran uno en relación 'de arrastre. Debe configurarse
y otro caso son disímiles. La noción de la previamente la situación de defensa legí-
culpa presupone tres condiciones: a) vo- tima. El delito producido por exceso en la
luntariedad del acto; b) falta de previsión legítima defensa, adquiere los alcances de
del efecto nocivo, y c) posibilidad de pre- un delito doloso atenuado, salvo los casos
ver (15). en que por el terror, o por la perturbación
En el exceso la ilicitud de la acción del ocasionada por la agresión, de conformidad
ofensor conduce no a la voluntariedad sino a la tesis de Impallomenl, no ha podido
a la exigibilidad del acto. Se sabe el efecto existir el discernimiento necesario para dis-
que producirá y no existe posibilidad de tinguir una reacción innecesaria de una re-
preverlo. acción excesiva, en este supuesto no exis-
Ante estos supuestos no puede equipa- tiría el dolo porque falta Ja conciencia del
rarse el exceso a ¡a culpa. exceso, ni en ningún caso hay culpa, porque
No considero totalmente exacta la posi- el hecho proviene de la ilicitud de un ter-
ción de Siseo, en cuanto admite la exis- cero.
tencia del tipo puro jurídico de la legítima Por ello, la norma del Proyecto suizo de
defensa. 1916, precedentemente mencionada, es la
Sin que pretenda crear un Juego de pala- que más se alusta a las características de
bras, la legítima defensa existe por si como la figura del exceso en la legítima defensa:
figura autónoma. El exceso existe también, facultando al magistrado & atenuar libre-
no como figura autónoma, sino en relación mente la pena, y admitiendo la impunidad
a la legítima defensa; el exceso no desvir- si el exceso deriva de un estado de excu-
túa la legitimidad como afirma Siseo, sino sable excitación ó de sobrecogimiento cau-
que producido aquél, no estamos ya en pre- sado por el terror,
sencia de un caso de legítima defensa, sino A. — SI bien existiendo provocación
de exceso en la misma del procesado no puede haber legitima defersa,
Ahora bien, en cuanto a la naturaleza tampoco nuede adm'tirse la total resiors^bllidad
por el delito de homicidio simple, poraue con ello
del exceso y de acuerdo con la posición de se establecería la obligación de dejarse matar por
Impallomeni y Siseo, a la que Núñez tam- un sujeto que, aunque provocado, obra sin derecho,
bién adhiere, es doloso y no culposo. la existencia de provocación Ueva al estado de ex-
ceso en to legitima defensa o a una de sus formas,
He argumentado por qué el exceso no exceso en la COK?IS (Caín. Apel. Corrientes. J. A.,
puede adquirir las características del delito 19SO-T, pág. 601) Existe exceso en la defensa por
culposo. Por ello la posición de Soler, según falta de racionalidad del medif empleado, si e! su-
el cual la sorpresa, la agitación deí ánimo, jeto ¡uego de provocar con insultos a la victima
y ante Ja reacción desmedida de ésta a golpes de
pueden determinar un error de cálculo, puño, que alcanza a ser una agresión Ilegítima.
error que quita al hecho excesivo el carácter mato a aquélla, de mayor fuerza y a quien sabe
de doloso para hacerlo imputable sólo a castigador, de 13 puñaladas que le infiere mientras
título de culpa, no es compartida por el su agresor le tenía tomado de la solapa (Gám. I»
Apel. Corrientes. J. A., 1950-1, pág. 508). El exceso
en la legítima defensa ex 'ge la prueba adecuada de
(14) Núfiez, R. C, Derecho penal argentino, la existencia del estado de legitima defensa (Cám.
pág. 424, Bs. Aires. 1959. Nac. Pen., L. L., t. 62, pág. 775. Y además: L. L.,
(15) Siseo, L. P.. op. cit.; Marizinl, Tratado de t. 63, pág. 687 ¡principio legítima defensa], L. L.,
Derecho penal, t. 3, pág. 103 (consulta); Jiménez t. 64, pág. 143 [licitud inicial de la acción desple-
de Asúa, Tratado de Derecho penal (consulta). gada y exceso en los limites Impuestos por la ne-
cesidad, —Tesis Soler—1, L. L., t. 67, pág. 523; t. prime, precisamente, porque con él se pone
66, pág. 206; t. 71, pág. 700; L. L., Rep. 15). en peligro la tranquilidad y la paz social
BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en las notas. Publicidad. La publicidad de la instiga-
ción es de la esencia del delito. Es evidente
EXCITACIÓN A LA REBELIÓN.* SUMA- que una instigación privada no provoca la
RIO: I. Significado. II. Caracteres. III. Flm- alarma colectiva. Cuando el acto se hace
lldades: represión de ideologías. Jurispru-
dencia.
público, es cuando el delito tiene principio
de ejecución en los términos del artículo
I. Significado. El análisis separado de 209 del Código penal. La rebelión, como fi-
los términos que componen la voz, nos per- gura de orden político, no escapa a las pre-
mitirá encuadrar debidamente el tema visiones de la instigación a cometer delitos
dentro de las figuras que señala la ley pe- En tal sentido, para que el autor de la ex-
nal. Excitación, como acción o efecto de citación, sea penalmente responsable, es ne-
excitar, quiere decir tanto como incitar, es- cesario que tenga conciencia de que la ins
timular, instigar/ mover u obligar en cierto tigación a rebelarse se haga públicamente
modo a hacer algo, por medio de palabras Los medios pueden ser distintos: tribuna
o acciones tentadoras. Rebelión, por su par- radiofonía, teatro, prensa, televisión, etc.
te, constituye el levantamiento colectivo, III. Finalidad; represión de ideologías
nías o menos tumultuoso, pero con ciertos Jurisprudencia. Tratándose de rebelión, la
rudimentos de organización, impuesta sobre persona determinada hacia quien se dirige
todo por la finalidad común, y armado (i). la acción es el Estado nacional (Cód. pen.,
La excitación a la rebelión, pues, no es art. 228). Si fuera el Estado provincial el
sino una de las formas en que puede incu- delito fin sería el de sedición (Cód. pen.,
rrirse en violación de la ley penal, por la art. 229).
acción de quien públicamente instigara a Consecuentemente el alzamiento en ar-
cometer el delito de alzarse en armas y que mas, que se instigare, estaría enderezado a
afecta, como se sabe al Estado nacional, cambiar la Constitución, deponer algunos
como persona del Derecho público. de los poderes públicos del gobierno nacio-
Tal acto instigante, el Código lo reprime nal, arrancarle alguna medicia o concesión
por el solo hecho de la instigación, "con o impedir, aunque sea temporalmente, el
prisión de un mes a cuatro años", agre- libre ejercicio de sus facultades constitu-
gando la ley, "según la gravedad del delito cionales o su formación o renovación en los
y las circunstancias del artículo 41" (art. términos y formas legales.
209 del Cód. pen.). La instigación pública tendría necesaria-
II. Caracteres. El Código penal sanciona mente que proponerse algunos de esos fi-
al autor psicológico, en la persona del ins- nes, para ser sancionado el autor de la
tigador público. Al que da la idea e incita misma. Si los objetivos fueren otros, si el
en público o públicamente a otras personas hecho no resultare determinado como re-
a cometer un hecho determinado, indepen- belión u otra figura delictiva, se trataría
dientemente, en la rebelión, de que dicha de una acción impune, por más disolvente
acción se consume o de que el instigador que sea la idea públicamente expresada por
asuma el carácter de promotor o director, quien la emite.
en cuyo caso pueden coexistir las dos figu- Acerca de dicha materia nuestros tribu-
ras, formándose un concurso (a). nales han tenido ocasión de pronunciarse
La instigación pública a cometer el delito en diversas oportunidades, señalando un
de rebelión debe revestir los caracteres ne- criterio jurisprudencial, contrario a la re-
cesarios que lleven al encuadramiento del presión de ¿as ideas y haciendo una exacta
artículo 209 del Código penal. interpretación de nuestros principios cons-
Aparte del acto de instigación, con vo- titucionales.
luntad de excitar y dirigida a un hecho —en En tal sentido, la Corte Suprema de Jus-
el caso, rebelión— la instigación para cons- ticia de la Nación, ha dicho en un cono-
tituir el delito autónomo, deberá ser pú- cido caso (3), aludiendo a las doctrinas
blica, lo que presupone una indetermina- filosóficas o abstractas, que el criterio de
ción de las personas hacia las cuales va lo que es permitido a las legislaturas en
dirigido el acto incitante, y que la ley re- materia de represión de publicaciones, debe
buscárselo, corno dice Cooley, en los "stand-
* Por el Dr. ALFREDO MASI. ards", suministrados por las leyes comunes
(1) V. Soler, Derecho penal, t. 5, págs. 76 y 77.
que regían cuando se establecieron las ga-
(2) Conf. Peco, Proyecto, págs. 468 y 469. En rantías constitucionales, y, si en mérito de
contra. Soler, op. cit., t. 4, pág. 639, que afirma la aquéllas era delito la injuria, la calumnia,
existencia de una relación de subsidiaridad irre-
gular. (3) Fallos, t. 167, pág. 121.
el desacato, la sedición, la rebelión, no Específicamente, se ha resuelto por la
puede creerse seriamente que se desconozca Cámara Federal de La Plata, en el caso Le-
la libertad de prensa, porque se los reprima benshon («), que no constituye delito de
cuando se cometan por medio de ella. Que incitación a la rebelión las expresiones ver-
no se trataría por cierto, de reprimir la tidas por un orador en una reunión pública,
publicación de doctrinas abstractas o filo- que no importan en manera alguna una ins-
sóficas, ni tampoco evitar discusiones aca- tigación directa y categórica a alzarse en
démicas; se trataría simplemente de casti- armas para cambiar la Constitución, de-
gar las que contengan una incitación a la poner algunos de los poderes públicos del
acción. No se pretende excluir para el fu- gobierno nacional o finalmente cometer al-
turo la posibilidad de todo cambio de la for- gunos de los hechos que el artículo 228 del
ma de gobierno de los Estados, sino de pro- Código penal considera como constitutivos
hibir el lenguaje que incite a derribar por de rebelión.
medios ilegales al gobierno organizado. La Cámara Federal de Mendoza, juzgan-
En el mismo orden de ideas, se ha deci- do a un miembro del partido comunista (?),
dido por la C. C. C. con fecha 21 de octubre ha podido decir que el hecho "de desacre-
de 1932 que la propaganda de las ideas co- ditar al P.E.N. y de formular un voto por
munistas no está penada en ninguna dis- «el derrocamiento del Gou», ellas no confi-
posición legal; ni lo está la propaganda guran tampoco otros delitos, como podrían
para la lucha con el fin de obtener un ser los de desacato o incitación a la rebe-
cambio social o constitucional. Se ha aña- lión, ambas de competencia federal, porque
dido, en el mismo fallo que la "crítica vio- respecto del primero no se hace alusión
lenta a las instituciones, a los hombres que ofensiva a funcionario alguno; en cuanto
desempeñan cargos públicos y a las clases al segundo, porque, como decía la Comisión
sociales no está penada por el Código vi- Especia) de Legislación Penal y Carcelaria,
gente, si en su realización no se llega al al justificar la enmienda de la redacción
extremo de cometer algún otro delito y, primitiva, «la instigación para ser casti-
especialmente el de la instigación a come- gada, debe hacerse en forma determinada
terlos" (4) . contra una persona o institución. Sería su-
Si bien la doctrina pudo ser exacta en mamente peligroso castigar como lo hace el
la fecha en que se pronunciara el fallo, Proyecto de 1906 a quien instiga en forma
ahora corresponde tener en cuenta que des- indeterminada, pues eso podría prestarse a
pués de la sanción de la ley 13.569, que numerosos abusos contra la libertad indi-
modificara el artículo 219 del Código penal, vidual y contra la libertad de propaganda»".
comete delito quien publique o difunda por JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notes.
cualquier motivo doctrinas o manifestacio-
nes encaminadas a substituir la soberanía BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
nacional por otra extranjera, a derrocar el
gobierno o a destruir o reemplazar la liber- EXCLUSIÓN DE LA CULPABILIDAD.*
tad establecida en la Constitución por un SUMARIO: I. Ideas generales. Fijación del pro-
blema que importa la exclusión de la cul-
régimen de fuerza. A nuestro juicio, dentro pabilidad. II. Las causas de exclusión de la
de la amplitud de la reforma, caben ciertas culpabilidad para la teoría psicológica y para
incriminaciones que antes no estaban con- la teoría normativa. III. El error. Problemas
templadas por el Código, en el terreno de que presenta. IV. La coacción. V. La obe-
diencia debida o jerárquica. VI. La no exi-
la represión de las ideas y' aunque su ubi- gibilidad de otra conducta.
cación en la ley, no sea quizás la más ade-
cuada (art. 219, ap. 3°, inc. b), ei criterio
de nuestros tribunales está expuesto a va- En más de una oportunidad he sostenido
riar, frente al texto de la ley. No queremos desde la cátedra, al discurrir en torno a
decir que nos adherimos a su régimen, pues la "exclusión de la culpabilidad", que ei
pensamos con el apoyo de la buena doctri- problema que plantea el tema puede ser
na "que la práctica honrada de las institu- enfocado desde ángulos totalmente dife-
ciones, así como una mayor justicia social rentes.
es el mejor muro de contención para las Hoy, que abordo nuevament el trata-
ideas extremas, pues la experiencia acon- miento de la cuestión, repito la afirmación
seja que la inserción en los Códigos de ar- de entonces, agregando que es en este pla-
tículos encaminados a sancionar la prédica no, por cierto, uno de los más complejos
violenta sólo sirve para dotar a los gobier-
nos de un instrumento de opresión" (*>). (6) 3. A., t. 43, pág. D63.
(7) J. A., 1945-in, pág. 260.
(4) C.C. C., J, A., t. 39, pág. 882. En Igual sen-
tido, J. A., t. 51, pág. 808.
(6) Comp. Peco, Proyecto, pág. 516. Por el Dr. OCTAVIO ITUSBE.
que presenta el estudio de la teoría jurídica ción material, es decir en otras palabras,
del delito, y si nos centramos de manera la existencia de la atribuibilidad de un
principal en el estudio particularizado de resultado dado a la acción u omisión del
las causas que excluyen la culpabilidad, hombre, el estudio dogmático de la ley posi-
específicamente valoradas, en el que nos es tiva nos revela, con claridad, que aquel ha-
dado con mayor facilidad, advertir las di- cer o que aquel omitir, configuran una ex-
ferencias profundas e insalvables que exis- presión de voluntad sin relevancia alguna
ten entre las postulaciones de la teoría psi- para el Derecho penal, por no encontrarse
cológicas y aquellas que levanta como es- previamente descripta ese modo de conducta
tandarte la teoría normativa de la culpa- en ninguno de los artículos del catálogo
bilidad. discontinuo de ilicitudes que es el libro se-
Es por ello, y no obstante la amplitud gundo del Código penal.
desmesurada que a primera vista sugiere el En tales casos debemos afirmar que nos
título de estas líneas, que trataré de centrar, encontramos ante una conducta atípica y
de manera principal, el estudio del tema entonces, frente a ella, no puede hablarse
en el análisis de las causas típicamente ni de culpabilidad ni de responsabilidad,
conocidas como "causas de exclusión de la puesto que aquélla es el presupuesto de
culpabilidad", análisis al que sólo podemos ésta.
arribar cuando nos encontramos ante la rea- Y cuando encontrando el hacer u el
lización de una conducta típicamente anti- omitir del hombre tipificado en la ley penal,
jurídica y aue ha sido llevada a cabo por mediante la descripción objetiva que de una
un sujeto al que se considera penalmente conducta ha hecho el legislador, esta ha
imputable. psrdido su característica de ser conducta
No obstante esta afirmación, no podemos antijurídica —valorada objetivamente como
silenriar, cuando hablarnos de "exclusión mera contradicción del hecho con el dere-
de culpabilidad" con alcances generales, que cho—, por encontrarse cubierta por alguna
es evidente que al abordar el estudio de de las causas de justificación que admite
una conducta a la que prima facie, hemos la ley y en virtud de la cual lo que era en
considerado como delictiva, es decir, cuan- su origen ilícito se ha transformado en lí-
do iniciamos esa tarea de análisis con refe- cito, tampoco podemos avanzar más y de-
re irías a un delito cualnuiera y penetramos bemos considerar que en estos supuestos,
así, en la valoración particularizada de to- también, ha quedado excluida la culpabili-
dcs y cada uno de los elementos que la dad del sujeto.
integran —tal como nos lo permite hacer Si pues, en la recordada pirámide de
la técnica jurídica—, la culpabilidad queda Mezger, en orden a la interpretación grá-
excluida cuando faltan alguno o algunos fica de los elementos constitutivos del de-
de aquellos elementos del delito, cuya com- lito, la culpabilidad debe ser situada en el
probación de existencia es previa a la for- vértice de aquella, en tanto que el acto cons-
mulación del juicio de reproche. tituye la base como sustentación de toda la
En efecto, mal podemos entrar a averi- estructura y en planos intermedios entre
guar si una conducta que se ha dado en esta base y aquel vértice, ubicamos a la
el mundo exterior es o no es conducta cul- tipicidad y a la antijuricidad, es innegable
pable, en cuanto reprochable al sujeto que que la pirámide se destruye o por lo menos
Ir. realizó, cuando el análisis que llevamos queda trunca, siempre que falte alguno de
a cabo de ese hacer u omitir, nos dice que, los planos que sirven de apoyo o sustenta- j
en razjn de la existencia de violencias ción al vértice y que a éste no podemos
físicas o de medios a ella asimilables, falta llegar a examinarlo ante la ausencia o fal-
el "acto" en sí mismo o por lo menos, algu- ta de aquellos planos que son algo así
no de sus elementos constitutivos, de mane- como su basamento o razón de existir.
ra fundamentalísima la relación de causa- Pero con todo lo que hasta aquí hemos
lidad o nexo causal entre la manifestación venido sosteniendo, no podemos, por cierto,
de voluntad del hombre y un resultado considerar agotadas todas las situaciones
materializado en un cambio del mundo que pueden darse y que nos impiden pene- ]
exterior, acordando, con relación a este trar en el estudio de la culpabilidad jurí-
problema, que no puede admitirse en el dico-penal, como fundamento y razón de
Derecho penal moderno la existencia de ser de la responsabilidad.
delitos sin resultado. Tampoco podemos llegar a formular el
Pero tampoco no es permitido llevar más juicio de reproche, que es tanto como pe-
adelante el análisis de aquella conducta netrar en el análisis de la existencia o
a la que nos hemos referido cuando, no inesxistencia de la culpabilidad cuando, no
obstante habernos sido posible verificar obstante encontramos ante una conducta
como acreditada la existencia de una rela- que ha sido valorada como típicamente
antijurídica, comprobamos que el sujeto dad de un sujeto Imputable, sieaüa de inte-
autor carece de la capacidad de ser culpa- rés el recordar siempre que ya Loefler había
ble, es decir, que estamos ante la presencia bautizado con el mote de "baldón ignomi-
de un sujeto inimputable. nioso de nuestra época" a los vestigios que
Vei eraos más adelante que el problema de aún subsistían de la doctrina opuesta y que
la imputabilidad del sujeto, en sus relacio- nos es dable observar en algunas legisla-
nes con la culpabilidad, plantea las cues- ciones positivas y que también Von LLszt ha
tiones más complejas en el campo del Dere- afirmado que aqueüos restos as responsa-
cho penal y que la solución de las mismas bilidad objetiva, "no responden ni a una
depende, de manera fundamental, de la po- conciencia jurídica actual ni a los principios
sición que el jurista adopte en orden a las de una política criminal aceptable".
teorías que fundamentan o pretenden ex- Lo cierto es que no siempre ello ha sida
plicar ia estructura de la culpabilidad ju- asi y que en la revisión de la evolución his-
ridico-penal. tórica del pensamiento, de las ideas y de ías
La evidente, lo que no puede negarse, es instituciones penales, nos es dable contem-
que siempre que el análisis de una conducta plar cuando desenterramos las viejas pági-
nos revele fehacientemente que con relación nas de nuestra disciplina, que en tiempos ya
a la misma podemos afirmar la inexistencia idos y casi del todo superados por las co-
del acto o de la tipicidad o de la antijuri- rrientes doctrinarías modernas, el principio
cldad o de la imputabilidad del sujeto autor, de la responsabilidad subjetiva no ha teni-
queda excluida la culpabilidad, puesto que do vigencia, penándose, es decir, acreditán-
en todos estos supuestos la ausencia de cual- dose la responsabilidad jurídico-penal por el
quiera de aquellos elementos implica y se mero resultado producido en el mundo ex-
traduce en la ausencia del delito mismo. terior como consecuencia de la conducta
Y donde el delito no se da, mal puede na- cumplida por el sujeto.
die'pretender hablar de culpabilidad, al me- La responsabilidad cbletiva o por el mero
nos que se deje de ver, como lo vemos nos- resultado de una conducta, es sin duda, a
otros, en el concreto hacer u omitir del hom- mi entender un caso al eme podemos deno-
bre el inicio de la investigación penal. minar, también, de "exclusión de la culpa-
Mas como ya lo dijéramos al comenzar es- bilidad", pero cuyos efectos son total y dia-
tas lineas, entendemos que el real problema metralmente distintos y opuestos a los que
que importa la "exclusión de la culpabili- se producen como consecuencia de la no
dad", no se refiere sólo a estos supuestos existencia de culpabilidad tal como se con-
sino que por el contrario, surge, de manera templa el problema en nuestros días.
especifica directa en aquellos casos en que En efecto, en la resrjonsabilidsd objetiva
enfrentándose una conducta que reputamos se excluye la culpabilidad para llegar así a
como tipicamente antijurídica, que ha sido afirmar la responsabilidad jurídico-penal
llevada a cabo por un sujeto imputable, el del sujeto autor de una conducta, en tanto
Juzgador tropieza, en la realización del aná- que hoy por el contrario, la exr-iusión "de la
lisis técnico jurídico, con causas legales o culpabilidad implica, como ya lo hemos se-
supralegales —ya lo veremos en páginas fu- ñalado más de una vez la imposibilidad
turas—, con poder suficiente como para im- d<? tener acreditada aquella responsabi-
pedirle formular en contra del sujeto activo, lidad.
el juico de reproche y que, por ende, imposi- Mas el hecho de la existencia de una res-
bilitan considerar a quien cumplió aquella ponsabilidad objetivamente valorada, como
conducta como sujeto penalmente respon- fundamento de la punibilidad, no es'por
sable, puesto que, como bien lo sabemos, la cierto un acontecimiento extraño en el cam-
culpabilidad funciona dentro de la teoría po del Derecho penal.
jurídica moderna no sólo como elemento Ello así porque es indudable —y la historia
constitutivo del delito, sino también y a la nos lo demuestra a cada paso—, que nuestra
vez, como presupuesto fundamental de la disciplina nació con sentido puramente ob-
responsabilidad jurídico-penal. jetivo,
Aquí nos vemos en la obligación de Tal origen lo vislumbra no sólo la razón,
dejar perfectamente aclarado, por sobre sino que también lo prueba la experiencia,
cualquier otra postulación, y con fuerza de puesto que el análisis psicológico, como bien
afirmación fundamental, que abrazamos en s° ha dicho, es un punto ¡efinado del espí-
toda su extensión aquella posición doctrina- ritu humano,
ria que, a manera de postulado básico del *¡1 hombre comienza por vivir exterior-
Derecho penal de nuestros días sostiene sin mente, hacia fuera; ve lo que le circunda, lo
titubeos y con firmeza, ciue no se puede ad- que le rodea, con mirada sencilla y plena de
mitir, en manera alguna, una responsabi- espontaneidad y por ello es natural a la
lidad penal que no se apoye en la culpabili- vez que por demás lógico, que a ese mundo
exterior acomode las realizaciones de la vida los principios que fundamentan la teoría del
jurídica. llamado dolus indirectus de la antigüedad.
La reflexión aparece más tarde, viene re- Mas repito una vez más, que estos pro-
cién en una segunda etapa y con ella co- blemas, si bien es cierto que no pueden de-
mienza en el hombre la realización del aná- jarse de traer a colación dentro de la ex-
lisis psicológico, el análisis de la gran tras- tensión genérica que consideramos tiene el
cendencia que todo lo interior tiene en el tema que venimos desarrollando y que se
obrar del sujeto y así poco a poco, el hombre concreta en el título de estas páginas, no
va elevando al primer plano en orden al es- encierran en sí mismos, el problema esencial
tudio de la responsabilidad, lo que antes no y específico que implica la exclusión de la
tenía para nada en cuenta ni en conside- culpabilidad tal como nos parece menester
ración. e imprescindible que lo estudiemos y consi-
Surge así, casi sin darse cuenta, el aden- deremos a la luz de las modernas postula-
trarse, el profundizar más y más en el ele- ciones del Derecho penal de nuestros días.
mento subjetivo de una conducta, de un ha- Entendemos sí, así lo hemos afirmado de
cer o de un omitir del hombre; el calar hon- la manera más clara y rotunda que nos ha,
do en las intenciones del sujeto que ha lle- sido posible, que la exclusión de culpabilidad
gado a delinquir; el descubrir, por encima se encuentra ligada íntimamente al pro-
de todo lo que sea objetivo, su posición es- blema de las causas que excluyen la culpa-
piritual y anímica con relación al resultado bilidad de un sujeto, y que sintéticamente
criminal que se propuso o que tan solo pro- podemos decir que la doctrina agrupa bajo
dujo y aún el llegar a declararle completa- la denominación genérica de "causas de in-
mente libre, exento de responsabilidad cri- culpabilidad".
minal —no obstante el resultado dañoso que
como consecuencia de su hacer o de su omi- II
tir es posible cargarle a su cuenta—, cuando Mas antes de pentrar en el núcleo del pro-
su acción, en el más amplio y comprensivo blema que hemos dejado planteado en las
sentido del término, no es el fruto de un líneas anteriores, entendemos que debemos
proceso consciente sino de algo que debemos tratar de comenzar nuestro trabajo, ubican-
atribuir a fuerzas, ya interiores, ya exterio- do a la culpabilidad, como uno de los ele-
res, que han tenido por resultado forzar su mentos constitutivos del delito, considerado
voluntad. como fenómeno jurídico, dentro de la teoría
Dentro de aquella concepción de la respon- general del delito.
sabilidad objetiva que repetimos, que hoy re- Afirmamos así, en primer término, que
chaza la doctrina moderna como contraria a la culpabilidad debe ser considerada y apre-
las postulaciones básicas del Derecho penal ciada como un concepto que hace referen-
de nuestros días, nos encontramos con los cia a todos aquellos presupuestos de la pena,
casos del versan in re illicita y con los lla- elementos o aspectos del delito que, al de-
mados delitos "calificados por el resultado", cir de Frías Caballero, se encuentran situa-
categoría esta última que nos llevaría al dos eri el alma del autor y que por tanto
problema que significa el indagar —indaga- son, por ello y antes que nada, presupuestos
ción que por cierto no nos es dable llevar a de la pena de naturaleza eminentemente
cabo en esta oportunidad, puesto que de ha- psicológica.
cerlo excederíamos en mucho los límites del Es decir, que se trata de elementos de
tema que nos hemos propuesto abordar—, características subjetivas, que aluden, en
si el delito preterintencional es o no es, un virtud de ello, no sólo y únicamente a la '
caso de delito calificado por el resultado y, participación que el sujeto tiene en el des-
por ende, un caso de responsabilidad ob- arrollo de su propia conducta, sino también,
jetiva. y de manera principalísima, a la actitud de
Por su parte, el versari in re illicita, im- naturaleza anímica, con que el autor se
plica que por culpabilidad debemos enten- planta frente a su propio acto.
der y como formas posibles de su existen- Estas solas características, tan somera y
cia, no sólo el dolo o la culpa, sino también sintéticamente explicadas por razón de bre-
y junto a ellos, el coso fortuito siempre vedad, creo que son más que suficientes
y cuando nos encontremos ante una situa- para que, sin dificultad alguna, podamos
ción en la cual el sujeto que actúa, lo hace distinguir sin temor a confusión, la culpa-
con la finalidad de alcanzar o realizar algo bilidad del tipo y de la antijuricidad.
que de por sí, es ya considerado ilícito. Una conducta es típica, cuando realiza,
Es por ello que el versari in re illicita, externa y objetivamente, la acción que el
presupone responsabilidad y punibilidad, por legislador describió al crear la ley positiva,
la existencia ae un resultado material, y que A su vez aquella conducta es antijurídica,
sólo puede explicarse mediante el juego de cuando implica el contraste exterior, obje-
tivamente valorado, de un proceder humano lógica, actual y por lo tanto momentánea y
con algo igualmente objetivo a lo que lla- no permanente, ado itada por el sujeto ac-
mamos o caracterizamos con el nombre de tor respecto de la acción delictiva que rea-
norma. liza como concreción del desarrollo de una
Lo típico y lo antijurídico, pues, son esen- conducta que le pertenece en su inte-
cial y eminentemente objetivos, en tanto que gridad.
por el contrario, la culpabilidad es de natu- Por ello puede afirmarse, sin reticencias,
raleza estrictamente psicológica y por ende, que el sujeto es imputable en general, fren-
subjetiva. Sobre esto no puede haber, ni hay, te a cualquier delito o forma de actividad
dificultad ni discusión posible. delictuosa, en tanto que el sujeto, es culpa-
La dificultad surge, sí, clara y patente ble .sólo en concieto, con referencia a un
con rasgos netos e innegables, cuando en el determinado y especial delito.
estudio de la culpabilidad como elemento Y si bien e.* cierto que entre los conceptos
constitutivo del delito, enfrentamos el con- de imputabilidad, culpabilidad y responsa-
cepto de imputabilidad puesto que es con- bilidad hay como una especie de gradación
cepto que implica o encierra, un conjunto sucesiva, no es menos cierto —y ello implica
de presupuestos de la oena eme también por supuesto una fuente constante de equí-
radican y s° sitúan en la persona del autor vocos— que muchas veces con evidente téc-
o sujeto activo de un hacer u omitir delin- nica deficiente, se habla indistintamente de
cuencial. culpabilidad o de resnonsabilidad para refe-
Es innegable que la vieja teoría penal no rise a una misma cosa.
sintió la imperios? necesidad de profundizar La responsabilidad iurídioo-peral, no es
sus investigaciones en el cpmino que la lle- más que la consecuencia que emana de! des-
vara a lograr establecer la distinción que en arrollo de una conducta delictiva y a ella
verdad existe entre la imputa bilidad por un se vincula, de manera estrecha e íntima, la
lado, y la culpabilidad por el otro. aplicación de la pena.
Tan claro es ello, que mente tan privile- No es la responsabilidad un elemento
giada como sin duda lo fue la, de Francesco constitutivo del delito, puesto que está fuera
Carrara al formular su teoría de "las fuer- de él.
zas del delito", lelos de distinguir ambos La culpabilidad por el contrario, es el dp-
concPDtos, los englobó a! tratar y estudiar lito mismo, podemos decir sin temor a ecmi-
la "fuerza moral". vocarnos. si bien contemplado en uno de sus
La distinción que sin negaciones de nineru- aspectos y aue sólo ñas es permitido aislar
na natunleza, se pdmite hoy día pacífica- con fines de análisis y estudio.
mente en el camrjo de las disciplinas pena- El concepto de culpabilidad está cuajado
les pe debe al esfuerzo y a los traba ios que de problemas, corno ya creemos haberlo se-
sin cesar, «in pau<=fl y sin calma, han llevado ñalado con anterioridad y la discusión a aue
a cabo los dogmáticos alemanes, marcando ta1?f problemas da lugar corresponde a una
asi P! rumbo en el pensamiento penal de teoría general de la culpabilidad que es ab-
nuestros días solutamente necesario construir y admitir,
Imrmtahilidad y culpabilidad son concen- cuyo punto troncal, su núcleo central, está
to": diferentes. pn la naturaleza específica de ese elemento
Y esa diferencia consiste, esencialmente, constitutivo del delito.
en el hecho de eme la impuiabiiidad es un Por ello es fue el nroblema aue se ori-
estado bio-tjsicolósico lo que por sí implica gina en torno a las causas que tienen oodcr
TI ni idea de permanencia idea aue suoone, o fuerza de excluir la culpabilidad, es decir,
a la vez, una dada o determinada calidad o el problema aue eirá en torno a lis llama-
aptitud de equella naturales;? en el sujeto das causas rte inculpabilidad, tendrá su so-
al que consideramos penalmente respon- lución particular según sea la posición que
sable. se adopte en orden a las doctrinas aue ex-
Se es imputable así. cuando en virtud de pli^an o pretenden exrticar la naturaleza
un estarlo de equilibrio en aue se encuentra y estructura de la culpabilidad.
la personalidad biop^ínuica de un sujeto, Es dpcir aue la solución será distinta se-
éste s» encuentra en condiciones, o mejor gún que se adhiera a la teoría psicológica o
aún, tiene la aptitud mínima necesaria de la teoría normativa y dentro de esta última
comprender la criminalidad del acto que posición, si se sigue la corriente de Mezger
realiza, así como la posibilidad de dirigir su y su concepción que coloca a la imputabili-
propia conducta en un todo rte acueido y dad como un elemento constitutivo, junto al
conformidad con aquella comprensión dolo y la culpa, de la culpabilidad, o por el
La culpabilidad, por su parte, lejos de ser contrario caminamos junto a Jiménez de
un estado o una w+ifud, es una actitud de Astia, para quien la imputabilidad, coloca-
naturaleza o condición meramente psico- da en su justo, exscto y preciso lugar, fun-
dona nada ñas que corno an psesepuesto co-penal y s« anexo la pena, cuando aquella
>ic La. culpabilidad. valoración nos demuestre que no se podía
Ello asi, porque <;omo bien sabido es, —y exigir ai sujeto, en el caso concreto que se le
no es oí mo.-nenlu de profundizar en U imputa, otra conducta distinta que la por él
íundarnentación de esta aiirmación—, para cumplida y que se acomodara a las exigen-
el piítülogismo sólo son admisibles como cias del derecho.
causas de inculpabilidad, aquellas que ex- De esa manera, se ha dicho con razón in-
presamente ¿>e eixcuentran señaladas en la negable, que el derecho penal, a semejanza
ley o¿nal positiva, et1 tanto erab para el ñor- de lo que ocurre en el plano de la antijuri-
niitivismo lo son esas, causas / además, ana cidad cou las llamadas causas supralegales
a la ui e llamamos "causa supralegal tíe in- de justificación, pierde para siempre aquella
tulonblJ'dfid" y a la que conocemos j c irac- rigidez desvitalizada de que lo dota el por
tcnzunios corno "la no exigibílidad tí? otra demás excesivo formalismo y se convierte,
conducta" agrega Frías Caballero, en algo que es vital
Es, pues, en cite problema cíe Ins causas por excelencia a la vez que elástico, permi-
espe-íñcas de exclusión de culpabilidad, tiendo así llevar a cabo al juzgador la más
donde nos es dado apreciar con mayor cla- perfecta y total individualización en orden
ridad y prec'sión las diferencias conceptua- a la responsabilidad jundico-penal, y vivir
les que se dan entre ambas posiciones doc- en permanente y continuo contacto con la
trinales. palpitante y por cierto variable en grado
Para el psicoiogismo, aquellas causas cons- sumo, realidad de la vida.
tituyen un estrecho catálogo cerrado, del Para quienes dentro del normativismo, ad-
cual el juez no puede apartarse ni prescin- hieren a la posición de Mezger y piensan así
dir, que se encuentra expresa y taxativa- que integran la culpabilidad, a manera de
mente previsto en los códigos respectivos, elementos constitutivos de la misma, todos
catálogo que en referencia a nuestra propia aquellos cresuouestos de la pena que posibi-
ley penal positiva se integra con dos y para litan la formulación concreta del juicio de
algunos —entre los oue me cuento—, con reproche es decir, pnra quienes colocan en
tres sucuestos: el error o la ignorancia de aquella categoría a la irnputabilidad, junto
hecho no imputable la coacción y, a veces, al dolo y la culpa, es indudable que les es
la obediencia ierárquica. preciso, ineludible diría, afirmar y postular
Para el normativismo, sea este el de Mez- que aquellas causas que tienen por efecto di-
grr s°a el de Jiménez de Asúa la enumera- recto el hacer perder a un suieto la calidad
ción legislativa es decir la contenida en los o condición de imputable, es decir, la mino-
resnect'vos Códigos penal°s de los resnecti- ridad, la insuficiencia de las facultades
vcs países, en orlen a la emmciarión de las mentales o la alteración morbosa de las
cansas de exclusión de culpabilidad, no se mismas, así como los estados de incons-
trata de un catálogo cerrado y t>or ende rí- ciencia siemnre y cuando claro está, eme
pido formal e inflexible, sino que, por el estos estados o aquella insuficiencia o alte-
contrario en la fórmula le<?nl se ve sólo ración morbosa de las facultades, tensan
um ¡ñmnlc enumeración no exhaustiva y como consecuencia impedir oí appnte que los
si simnlemente eiemplamadora riel prin"i- padece el comprender la criminalidad del
pio Fonoral— esencia d» la Hr.«*Tina de cuie acto que realiza o el dirigir su= acciones —al
se trota—, de la "no exigibihdad de otra menos dentro de las exigencias dogmáticas
conducta conforme a las exigencias del de- de nuest ra lev positiva de conformidad con
recho" lo determinado en el articulo 34 inciso 1' del
A.1 mareen de anrellas enumeraciones oue Código penal—. lujarían o se comportarían
puednn pontoner la<¡ diferentes leye~ positi- como cau&?s de exclusión de la culpabilidad.
vas, e' decir Fi>jTr|i"r'dif>amente pero nun- Filo así, porque faltando en esta cons-
ca más nllá del derecho es decir metaju- trucción uno de ios elementos constitutivos
ridioarvnte. Ins normativistrs afi r mr>n la o inteprrtivos de 5a culpabilidad, fslta ésta,
existencia de la can^a de "no exrribi1Hnd", nep^prinmente, por inexistencia o no con-
como principio t enera^or de la exrianón f¡r;iinción de esto pimiento del delito.
de IP culpabilidad. Afirmamos que esa posición e,uo como tal
tfsa causa de "no exigibilirlad", que hace v existrníe en >l cimpo de la doctrina, no
a la estructura y fundamento de Ir teoría D0'l"oos í 1n mr ds> mencionar rn una inves-
normativa haiá posible el iinci"> de volor tígPC'ó'". dc-1 tipo do la que venimos int»n-
indlvHual-zaclo en c^da caso concreto y rs- t'-ado ücvpi- -. c i V >o on esto breve tiubaio,
pefífí"o v en virt'id ^° li formulación de ese no cuenta con nuestra adhesión en modo
inicio f-orá po«'hlp íf'rmpr oue in, culp^bi- olíirio ya que oer-aii'os cor los psicologis-
ss encuentra í-yclv ; da v ñor ende. tas corno Solor y con los nor i i°Uvist.is como
^1". i') «starj 1% rc-noiispbilidad lundi- i'mc cíe A.'áa y Frír^, Caballero que la
Imputabilidad, come estado de equilibrio cidad, vemos en ella un presupuesto y nada
tío-psíquica del sujeto, no es por cierto un más que un presupuesto de la culpabilidad,
elemento integrativo de la culpabilidad sino es decir, materia que si bien no se encuentra
que, por el contrario, debe valorarse y estu- expresada en la proposición le sirve de fun-
diarse como un presupuesto del elemento damento, actuando como fundamento o
subjetivo del delito. basamento de lo propuesto.
Y adoptamos tal posición en orden a la Y es por elle que, a mi entender, Mezger
relación imputabilídad-culpabilidad, porque incurre en un error de sistemática, cuando,
entendemos, sin dudas ni titubeos, que la no obstante su conocida y ya mencionada
imp'utabilidad debe afirmarse como la base posición en orden a este problema, trata las
bio-psicológica de la culpabilidad. causas de inimputabílidad separadamente
Para el penalista le es materialmente im- de aquellas que denomina de inculpabilidad.
posible el concebir que un sujeto determina-
do pueda delinquir sin encontrarse en el III
total y absoluto goce de su plenitud psíquica
y que, en virtud de ello, se encuentre en Después de todo lo que hasta este momen-
condiciones tanto de comprender que la to hemos venido anotando en estas líneas,
conducta por él desarrollada se valora como tratemos de enfrascarnos de lleno en el es-
contraria a las postulaciones de la ley po- tudio particularizado de aquellas situaciones
sitiva, es decir, comprender la criminalidad a las que Max Ernst Mayer y Kholer, lla-
de su acción u omisión, cuanto de dirigir maran causas de inculpabilidad, es decir,
sus acciones hacia la finalidad que se pro- tratemos de llevar a cabo el estudio y análi-
puso como consecuencia de las motivacio- sis de aquellas causas que actúan de modo
nes que le llevaron a actuar. tal, frente al hacer u el omitir del hombre
En otras palabras, y en síntesis concep- que tiene t>or efecto inmediato el eliminar
tual, sólo puede admitirse que un sujeto el contenido interno, subjetivo, de una con-
ha delinquido cuando se trata de un hom- ducta que ya ha sido valorada por intér-
bre capaz de ser culpable. prete como conducta típicamente antijurí-
La ley exime de responsabilidad jurídico- dica y con respecto a la cual, el autor mate-
penal al menor de dieciséis años, al demente, rial de la misma ha sido ya considerado un
al que ha actuadq bajo los efectos de un sujeto imputable, puesto que, adhiriendo
estado de inconciencia, no simplemente por- fervorosamente a un Derecho penal de acto
que se dan en él estas situaciones de hecho y no de autor, como defensa del Derecho
de naturaleza bio-psíquica, sino porque va- penal liberal, es la ilicitud objetiva del he-
lora que en tales supuestos, enfrentamos a cho realizado por el hombre el único y real
un ser que no es capaz de culpabilidad, ya fundamento que nos permite penetrar en la
que, "ser capaz de culpabilidad" implica y investigación de todo aquello que hace al
supone una cierta participación de índole contenido subjetivo de ese hecho.
psicológica, del suieto en su propia conduc- Comencemos entonces lo que no deja de
ta disvallosa, participación que, en aquellos ser nuestra ambiciosa faena, con aquellas
casos, de antemano y con alcances generales, causas de inculpabilidad que de manera ex-
es inadmisible que pueda darse en aquellos presa y taxativa, se encuentran señaladas
sujetos que actúan, desarrollando sí una en nuestra ley penal, para seguir luero, de
conducta voluntaria, pero no culpablemente. conformidad con los postulados de la teoría
Las causas que tiene por efecto el excluir normativa de la culpabilidad con la lla-
la imputabilidad, transformando así en su- mada causa supralegal de exclusión del
jeto inimoutable al agente que las padece, elemento subjetivo y a la que, como ya lo
se singularizan por eleminar en el desarrú- hemos dicho, conocemos como "no exigibi-
llo de una conducta delictuosa, aquello que lidad de otra conducta".
denominamos con apoyo de la mayor parte Mas antes de ello, creemos imprescindi-
de la doctrina, el presupuesto subjetivo de ble y necesario afirmar el límite mínimo de
la culpabilidad. la culoabilidad, límite éste que lo encontra-
En verdad podríamos agregar, puesto que mos en eí caso fortuito o más simplemente
a la Imputabilidad la hemos concebido como en el casus.
mera capacidad, que esta no es nada más Ex exacto —y en ello no puede plantearse
que una aptitud, en tanto que la culpabili- duda alguna—, que el concepto de caso for-
dad en cuanto referencia de naturaleza tuito, es concepto que se encuentra fuera
psicológica, del autor con su propio hacer u del Derecho penal, puesto que corresponde
omitir, concreto y determinado, tiene como a una idea que pertenece al campo del De-
punto de arranque una actitud. recho en general.
Es por ello que. concibiendo como conce- El caso fortuito, puede conceptualizarse
bimos a la imputabilidad, como mera capa- y ser precisado, tanto desde un punto de
vista filosófico cuanto desde un punto de sencia del caso fortuito tiene por efecto
"vista jurídico. excluir la relación causal material entre la
Filosóficamente considerado, el caso for- expresión de voluntad y e! resultado, en
tuito, lejos de ser lo absolutamente inde- tanto que, si aquella valoración se realiza
terminado, es sólo aquello que aparece como en el plano de lo subjetivo, la intervención
indeterminado a nuestra propia ignorancia del casws deriva y se traduce en una exclu-
ignorancia ésta que a su vez no es nada más sión de la relación psíquica entre el autor
que fruto, según el decir de Maggiore, de y el resultado dado.
un defecto de nuestra inteligencia que es Al i<rua,l que la mayoría de las legislacio-
incapaz de percibir cuales son los exactos nes penales vigentes, tal como lo señalára-
nexos reales que existen entre las cosas mos anteriormente, el Código penal arcenti-
Nada es casual o fortuito, agrega el ilustre no de 1922 no tiene referencia alguna, en
penalista y filósofo italiano, con relación al su articulado, al caso fortuito.
orden universal, con relación a Dios, agre- Al incorporarlo a su proyecto de Código
gamos completando el pensamiento, quienes penal de 1941 el doctor José Peco, afirma-
aceptamos una concepción trascendente de ba, en la completa y profunda Exposición de
la vida, basada en la religión católica. Motivos con aue acompañara su meduloso
Lo fortuito existe sólo con relación a la trabajo de codificación, que el caso fortuito
insuficiencia notoria e indiscutible de nues- es una Institución nue carece en absoluto
tro entendimiento de hombres terrenales. de abolengo en nuestro propio Derecho pe-
Fortuito nos parece por ello, todo aconte- nal, "puesto que ni el Código penal actual, ni
cimiento, todo suceso, aue se nos presenta los proyectos anteriores se ocuparon de él"
como absolutamente irreductible a nuestras Considera, no obstante, el doctor Peco, ne-
categorías mentales y aue por esa condición cesario romper esta equivocada y sin razón
PS aleo rebelde a nuestro escaso poder d? tradición de nuestro pensamiento legisla-
previsión y de conocimiento. tivo incorporando al texto del Código nor-
En el campo de la legislación penal posi- mas referidas al tratamiento del caso for-
tiva, los Códigos de los diferentes países del tuito, a fin de poder trazar, asi, un esquema
mundo civilizado no suelen, por regla gene- completo a la vez nue integral de la culpa-
ral, mencionar de manera expresa el caso bilidad.
fortuito en el articulado, aue los integra. Es por ello aue. entiende, como asi lo
Como excepción entre las pocas que existen, afirma con claridad, aue el caso fortuito no
ni menos de entre lo eme personalmente se refiere a la obra de la naturaleza —que
conocemos, podemos mencionar el Código por cierto es pxtraña al Derecho penal—,
penal Italiano de 1930 o Código Rocco, aue sino simplemente, a lo aue acontece por
menciona al caso fortuito, valorándolo como efecto de nuestra voluntad fuera de los lí-
causa de inmunidad, en su artículo 45. mites de lo previsible Y censando aue el
En el campo de lo iurídico, el caso for- concepto d° ra^o fnrtuito presupone no sólo
tuito puede conceptuaUzarse como un hecho la ejecución do un acto lícito, sino también
imprevisible e incalculable aue sobreviene cumplido con las debidas diligencias, es de-
de sorpresa en el comportamiento o conduc- cir, con las racionales precauciones tendien-
ta de un hombre y nue tiene por efecto o tes a evitar la producción de un resultado
consecuencia, el provocar un resultado que, dañoso, que debe llegar a tener vida y con-
ron las precaucionas ordinarias que era da- creción, sin interferencias, por mínima aue
ble exigir aue el sujeto observase en el cum- f>sta nneda ser del dolo o de la culna del
plimiento de su acto, el agente se encon- sujeto actuante
traba en la imposibilidad de evitar alcanzase Fijado entonces el concepto del caso for-
concreción real y efectiva en el mundo ex- tuito y determinado con la mayor claridad
terior. que nos ha sido posible, que en el caso for-
Adherimos, pues, como claramente puede tvito debemos filar el límite mínimo de la
observarse a la tesis o posición de la impre- culpabilidad, entramos si, al estudio de las
visión, ya que nos parece, de entre todos, causas que excluven este elemento consti-
el camino más seguro. tutivo del delito.
La intervención del casus, al que por cier- Mas reflexionemos primero sobre la siste-
to puede asimilarse sin mayor esfuerzo la mática, por demás y especialísima, que en
fuerza mayor, en la producción de un resul- orden a las causas de exclusión de culpa-
tado que se manifiesta en el mundo externo, bilidad sigue el Código penal argentino en
puede ser valorada tanto desde un punto el artículo 34 del mismo.
de vista otaietivo cuanto desde un punto de Bajo una rúbrica que al menos competen-
vista subjetivo. te de los estudiosos del Derecho penal apare-
Si la valoración es llevada a cabo exclusi- ce a todas luces como denominación impro-
vamente en el plano de lo objetivo, la pre- pia- ImputcMlidad, y dando comienzo al
artículo con las palabras "No son punibles", ble, comprender la criminalidad del acto o
a la manera de guía, el legislador se ha dirigir sus acciones", en tanto que, en el in-
concretado —evidentemente sin seguir mé- ciso 2" del mismo artículo, dispone que tam-
todo alguno—, a establecer y a agrupar una poco es punible, "el que obrare violentado
serie de supuestos de muy diferente y disí- por fuerza física irresistible o amenazas de
mil índole, pero que tienen, todos ellos, sufrir nn mal grave e inminente". Por últi-
fuerza eximente. mo, en el inciso 5' de ese mismo artículo 34,
De la abigarrada y por demás confusa declárase no punible "a.l oue obrare en vir-
enumeración llevada a cabo en ese extenso tud de obediencia debida".
artículo 34, resulta que si un sujeto realiza
una conducta que encuadra en la descrip- IV. COMENCEMOS POR EL ERROR
ción obietiva y no valorativa de algunos de Puede ocurrir que siendo total y absolu-
los artículos que integran el libro secundo tamente normal la constitución psíquica de
del Código, pero su ejecución se lia produ- un sujeto, el proceso psicológico crae en él
cido a la vez, dentro de alguna de aquellas tiene lugar sufra una serie de anomalías o
circunstancias mencionadas en el artículo alteraciones, perturbaciones estas que la ley
premepcionado. la ley considera excluida la capta y toma en cuenta, porque indudable-
responsabilidad penal de aquel suieto y ñor mente inciden, de manera fundamentalí-
ende su punibilidad no puede efectivizarse. sima, en el proceso volitivo de la previsión,
El penalista se halla cuando se enfrenta al que consideramos nada más aue como
con el ^sistemático artículo 34 del Código un salto de la mente humana hacia el por-
penal, y desde un punto de vista estricta- venir y cuyo punto de partida está en el
mente formal, ante una serie de normas de oresente.
conformidad con las cuales, dado un hecho El error, en términos generales y metaiu-
antecedente o condición, debe ser un hecho rídicos, puede ser concebido como cualquier
consecuente: no punibilidad. anomalía del juicio, derivada tanto de un
Pero verdad que sería desde todo punto conocimiento incompleto cnanto de un falso
de vista insuficiente que el dogmático se conocimiento y que tiene por consecuencia
contentara con llevar a cabo verificación y efecto crear en el primer caso, una dife-
tan sinrolista. limitándose a afirmar enfátir- rencia de orden cuantitativo v en el se-
camente que en tales supuestos hay para la gundo, de naturaleza cualitativa, entre la
ley ausencia de responsabilidad. realidad y la reoresentación que el suieto
Si asi obrara, si no avanzara en su inves- tiene de esa realidad, es decir, entre los ele-
tigación estaría leios dp ccnceptualizar, co- mentos d f > ésta y de aquélla.
mo le es absolutamente necesario hacerlo, A los fines del Derecho penal, oue ñor
desde un punto de vista estrictamente cien- cierto son los únicos que en este estudio nos
tífico cada una rte las situaciones nu~ se interesan, basta alcanzar una noción del
contemplan en el artículo 34 del Ccdieo. error restringida a un verdadero v nronio
La faena dogmática. f>sa tarea que nos es defecto de inicio resultando para el jurista,
tan querida, le exige al penalista penetrar hasta cierto punto indiferente el origen de
más ?llá de este por cierto tosca y literal ese error en cuanto se trata de falsa per-
verificación obietiva, que como tal no apor- cepción y valoración.
ta ningún^ claridad en orden a la solución Desde un plano estrictamente psicológico,
de los múltiples problemas que se plantean es evidente e indudable, que los dos tinos de
.en tomo a esas causales de naturaleza pro- error merecen un tratamiento igualitario,
fundamente distinta. más en el plano Jurídico penal, es verdad
En la búsqueda de esa solución que le es que las legisla clones suelen, ñor lo general
imnrescindible hallar, debe realizar una cui- V por exigencias de tipo práctico, modificar
dadosa consideración de esas causales de esa igualdad.
irresDonsabilidad, a fin de poder dar a cada Fn el suieto que cumple una conducta de-
una e ellas, su exacto lugar en el sistema, terminada bajo los efectos del error no está
descubriendo asi que la esencia de aquellas excluida la voluntad de su actuar, ya que el
es distinta, según los casos, v nue sólo !e es error no la elimina sino que sólo vicia esa
posible llevar a cabo su agrupación siste- voluntad.
mática y orgánica, cuando ha logrado r>ene- Quien yerra, quiere realmente, ello es
trar en su peculiar naturaleza mediante un indudable, pero quiere defectuosamente. Por
trábalo de investigación que se debe llevar eso es que no puede admitirse la tesis que
hasta sus últimas consecuencias. sostiene que el error excluye sólo el dolo,
El Código penal argentino, en su artículo puesto que paraliza los efectos todos de una
34 inciso 1°. señala que no es punible quien conducta iurídicamente valorada.
"en el momento del hecho no haya podido, Es por ello de la mayor lógica y de ia me-
por ignorancia o error de hecho no imputa- jor sistemática, estudiar los problemas nue
OMEBA - XI - 29
plantea el error, valorándolo como causa de principio también de orden general, y por
exclusión de la culpabilidad en general, cierto que de no menar prestigio histórico,
que con referencia específica y particulari- de conformidad con el cual se sostiene que
zada al dolo, como suelen hacerlo con téc- la ignorancia del Derecho no excusa válida
nica que no compartimos, los juristas ale- y legaimente.
manes, de manera especial, Mezger. El Estado, como cabeza visible de un or-
Afirmamos que el error es, ante todo, una den •jurídico dado en una sociedad también
actitud de carácter psicológico. dada, supone jure et de jure que las leyes
El Código penal exige, para que pueda que han sido por él debidamente promulga-
admitirse la existencia de una conducta a das y publicadas, son de todos y por todos
¡a que pueda calificarse de punible, que el conocidas, r>o obstante lo cual, nadie que
sujeto activo de la misma tenga el conoci- viva la realidad de todos los días puede
miento, la conciencia de algo. dejar de advertir en ese reconocimiento,
Es decir, que la ley penal requiere una riada más que una ficción de la que el legis-
dada actitud anímica del agente en orden lador se vale, elevándola al plano y catego-
a la acción o la omisión por él realizada. ría de presunción legal.
Uno de los elementos constitutivos de En el Derecho penal, ha sido usadero
aquella relación anímica que se establece desde tiempo atrás, el tener por verdad in-
entre el sujeto y su acto está dado por la concusa la validez del principio al aue nos
necesidad de que el agente tenga, en el mo- venimos refiriendo y tal oosición se ha vis-
mento en que realiza el hecho, conocimien- to entre nosotros respaldada por la auto-
to de algo relativo a su propia acción. ridad que emanaba de las afirmaciones de
El error, pues, destruye, aniquila podría- autores de la talla y el fuste de Rodolfo
mos decir, el llamado elemento represen- Rivarola, Octavio González Roura. Ensebio
tativo o intelectual de la participación aní- Gómez, para no citar sino a aleunos de
mica del sujeto con su acto y en virtud de nuestros más profundos doctrinarios de los
un tal aniquilamiento, el sujeto realiza la tiempos idos.
acción que en efecto se propuso realizar, En el plano de la dogmática, la tesis re-
voluntariamente, sí, pero con una voluntad cibe acogida favorable y para ello se fun-
referida a una falsa representación de su dan quienes la postulan y defienden, en la
real y verdadero significado. circunstancia innegable de que el Código
El error con relevancia jurídica, es tal, penal al enunciar las causas que sistemáti-
que- en su virtud el agente ignora cometer camente son tratadas como con fuerza su-
el delito que en realidad comete, es decir, ficiente para excluir la culpabilidad en or-
que no comprende la criminalidad propia y den a una conducta típica a la vez que
específica de su acción voluntaria. Hay di- antijurídica, sólo hace m e n c i ó n a la
rección pero falta en absoluto la com- ignorancia o al error de hecho, causas estas
prensión. que, si valoradas desde un plano estricta- -
Nuestro Código penal sólo hace referencia mente psicológico, pueden y deben ser di-
en su artículo 34 inciso 1», a la ignorancia ferenciadas con facilidad, en el campo de
o error de hecho, lo que importa necesaria- lo jurídico, que es sin duda el único en el
mente que nos debamos plantear el espi- cual nos movemos nosotros; tal diferencia
noso y delicado problema, por la dificultad es intrascendente e irrelevante.
que imnlica el encontrarle una solución que Como un argumento más. por cierto que
sea pacíficamente aceptada, de si el error suDlementario pero siempre útil suele aere-
de derecho tiene o no fuerza excusante, garse a la formulación de aquella postula-
frente a nuestro ordenamiento jurídico pe- ción doctrinaria, las disposiciones del Titulo
nal positivo. Preliminar del Código civil.
Si desde un comienzo hemos venido pos- Frente a esta situación, es evidente e in-
tulando una y otra vez, a manera de axio- negable que el conflicto que surge del cho-
ma fundamental y en el cual apoyamos que o entrecruzamiento de aquellos dos
como en su basamento primero, que el De- principios: "no hay pena sin culpa", por un
recho penal de nuestros días afirma rotun- lado, y por el otro, "el error de derecho no
da y tenazmente, que no hay pena sin "culpa, excusa", no puede ser ignorado por el pe-
frente al contenido dogmático de nuestro nalista que labora en el campo de la cul-
Código, no podemos dar a aquella fórmula pabilidad jurídico-penal y ante esa situa-
básica, el carácter, la naturaleza ni el al- ción cabe anotar que en la doctrina nacio-
cance de una postulación general y nece- nal comienza a advertirse una tendencia
saria, puesto que en cuanto meditemos que no sólo trata de atenuar, sino que,
sobre ella, nos resulta más que difícil, por avanzando cada vez más y más, busca lo-
no decir que imposible, el compaginarla ar- grar la derogación de aquella innegable co-
mónicamente, el amoldarla, con aquel otro mo palpable contradicción.
El punto de -le esa crítica, aun- lora y consiste en un acto de menosprecio
que luego no lutra wusecuente con la po- del bien jurídico que el delincuente sacrifi-
sición adoptada en un principio, tal vez por ca y que tiene su expresión subjetiva en la
exigencias de orden práctico valoradas en el conciencia, precisamente, que el autor tiene
quehacer de lo legislativo, lo marca Jorge de la criminalidad de su acto.
Eduardo Coll, quien, poco tiempo después Por su parte, Jiménez de Asúa, con la
de sancionado el Código penal de 1922, opinó agudeza de juicio que le es característica, al
y sostuvo que el texto legal presentaba una abordar el tema que venimos tratando, co-
omisión sensible al no haber incluido en mienza por preguntarse si ante el silencio
su articulado una disposición que, en incisos que guarda nuestro Código penal con res-
separados, tratase junto al error o ignoran- pecto al error de derecho como fuerza ex-
cia de hecho, el error o ignorancia de de- cusante, la norma que se contiene en el
recho. artículo 20 del titulo preliminar del Código
En 1937. al proyectar junto con el doctor civil, que niega eficacia a este tipo de error,
Eusebio Gómez, exponente máximo del po- es o no es obligatoria en el campo del Dere-
sitivismo penal en la Argentina, la reforma cho penal.
del Código penal, no plasmó aquella dispo- Al contestarse el interrogante que se plan-
sición y la ley penal, así, continuó guar- tea con claridad, afirma que en nuestra le-
dando silencio en torno al problema del gislación no es dable encontrar un precepto
error de derecho como causa de exclusión prohibitivo con especial referencia al error
de la culnabilidad. de derecho, sino sólo y simplemente, un me-
La corriente oue así se había iniciado, fue ro silencio del Código penal.
proseguida por los trabajos del doctor José Recuerda, entonces, que ya en el proyecto
Peco, quien tiempo después, en las páginas de Código penal que elaborara, por encargo
de La reforma penal en el Senado, al seña- del Poder Ejecutivo, el doctor Carlos Teje-
lar con acierto digno de su saber las bases dor a mediados del siglo pasado, es dable
científicas a que debia ajustarse la reforma encontrar un antecedente por demás valio-
de nuestra legislación penal, propició la so en el campo de la interpretación histó-
conveniencia de hacer desaparecer, para rica, cuando en el artículo 48 del texto pre-
siempre, el distingo entre ambos tipos de parado, se señalaba que la acción del sujeto
error, a los efectos que nos interesan en activo no se .encontraba suieta a pena en
este estudio, parificación que vuelca en un aquellos casos en que el agente que la cum-
proyecto de texto legal, cuando redacta el plía o realizaba, se encontraba en una situa-
artículo 9» del Código penal que elabora en ción tal aue, por efecto de una ignorancia
el año 1941. insuperable y oue no era posible inmutár-
Acotemos asimismo, oue también se enro- sele, haya creído, lícitamente, que su acto
lan en esta nueva corriente que va toman- no era una conducta punible.
do día a día mayor cueroo. tanto Sebastián El silencio del Código, ¿imoide entonces,
Soler cuanto Luis Jiménez de Asúa. que nosotros valoremos con fuerza suficiente
El primero de los dos maestros anterior- para excluir la culpabilidad de una con-
mente mencionados afiliado como sabemos ducta cuando el suleto obra con error de
que lo está, a la teoría psicológica de la cul- derecho no reconociendo en él una causa
pabllida<l no puede dpiar de reconocer la de inculpabilidad?
relevancia que, en el plano de la teoría del He ahí la pregunta a la cual debemos en-
delito tiene el error, cualquiera que sea la contrarle respuesta adecuada, solucionando
naturaleza del mismo, toda vez que. como así el arduo y complejo problema que la
consecuencia necesaria de su intervención misma encierra.
en el hacer o en el omitir del hombre, éste Si las disposiciones contenidas en el título
obra sin tener conciencia de la criminali- preliminar del Cídiro civil, a las cuales ya
dad de su acto, que es en definitiva lo que nos hemos referido en líneas anteriores, no
para Soler da contenido a la criminalidad. son de taxativo imperio en e! campo de la
De tal manera. Soler es consecuente con legislación penal, como creemos que no lo
su postura do ver, el concepto genérico de son, se destruyo de un sólo golpe todo el
la culpabilidad en el elemento normativo argumento positivo en el cual se basa la
(sin que por ello pueda afirmarse que este prohibición que, aunq-ie ya tambaleante por
autor es partidario Je la llamada teoría el ataque que le ha llevado a fondo la doc-
normativa de la culpabilidad), elemento que trina por boca de sus más altos expositores,
presupone, para el autor que comentarnos, continúa levantándose eli el territorio de
nada más que una vinculación que se esta- la culpabilidad.
blece entre el autor de un delito cualquiera El dolo como bien lo sabemos sin que nos
y el orden jurídico dentro del cual vive y sea menester realizar una mayor disquisi-
se desarrolla aquel, vinculación que se va- ción, está integrado en su estructura, por
un elemento intelectual. Es decir, que el especialísima posición de la "acción finalis-
dolo tiene contenido intelectual. ta", que implica un innegable desplazamien-
Si para que haya delito, agrégase, es ne- to del dolo sustraído del campo de la cul-
cesario que el juzgador enfrente una con- pabilidad, del cual nunca debió ser sacado,
ducta a la cual puede calificar de dolosa o para ser injertado en el plano de la acción)
de culposa, según los casos concretos some- sostiene que el "error de tipo" tiene por con-
tidos a su jurisdicción, es innegable que secuencia producir la exclusión del dolo, en
cuando el acto positivo o negativo, no per- tanto que el "error de prohibición", excluya
miten la" formulación del juicio de reproche la culpabilidad.
por míe ha quedado excluida la culpabili- Si un suieto cualquiera actúa con error'
dad jurídico penal, no nuede hablarse de referido a las características que pertene- \
ia presencia de un delito. cen al tipo obietivo de lo injusto, se excluye t
Al faltar en el sujeto que actúa y des- el dolo. El error de prohibición, por su par-
arrolla una conducta, la conciencia de que te, deja intacto el dolo, tiene otros funda-,
lo que hace o deja de hacer estando obli- mentos, está fuera del tipo y excluye la cul-,
gado a hacerlo, es un hacer o una omisión pabilidad, lo que sólo es posible concebir
contrario a la norma de deber, ora recaiga dentro de la concepción, que por cierto no
ese error sobre las circunstancias de hecho, compartimos, de la teoría de la acción fi-
ora sobre la antiiuricidad de la conducta, nalista.
]a culpabilidad SP volatiliza, y al quedar Agrega Welzel. al continuar desarrollando
eliminada una de las características consti- su particularísima posición doctrinaria, que
tutivas del delito, este, como tal. desaparece. la terminología que se vale de la expresión
Ante los casos de error de Derecho no error de hecho, es por cierto equivocada, ya
tenemos por qué invocar al error en sí mis oue la diferencia decisiva que existe entre
mo. ni recurrir tampoco al auxilio de la los dos tipos de error no se refiere al anta-
analogía, puesto que, y en un todo de acuer- gonismo que puede existir entre "hecho-con-
do con lo míe hemos venido afirmando en cepto iurídico", sino, sobre todo v princi-
párrafos anteriores, nos basta sostener la palmente, a la diferencia míe es dable ob-j
negación del delito, la inexistencia del mis- servar entre "tipo-antijuricidad". *
mo en orden al tipo concreto definido en Esa afirmación doctrinaria puede ser
la ley, puesto que el análisis nos ha demos- ejemplificada diciendo que quien comete el
trado que ha quedado excluida la culpa- delito de hurto de nuestro artículo 162 del
bilidad. Código penal creyendo erróneamente que
Como ya, lo señaláramos anteriormente, el se apodera de la cosa mueble ajena, cuando
error de Derecho ha sido acogido favora- en realidad es cosa propia, se encuentra en
blemente en el artículo 9' del proyecto de srror de tipo, porque para la configuración
Código penal que en 1941 elaborara Peco, del delito de hurto nuestra ley positiva exi-
afirmándose en el mismo que cuando el ge que su objeto material sea total o par-
error recae sobre un elemento esencial de cialmente ajeno.
un delito determinado, permitirá al 1uez Quien por el contrario, actúa creyendo
valorarlo nara excluir o no la, responsabili- tener derecho a apoderarse de la cosa mue-
dad iurídico-oenal, agregándose rtue si se ble aleña, actúa con una voluntad viciada
incurre en el error como consecuencia de por un error de prohibición, puesto que
un-j, conducta culposa atribuíble al suieto yerra en orden a la antijuricidad de la con-
activo, la nena se determinará como si el ducta que desarrolla.
delito hubiese sido cometido por impruden-
cia o negligencia.
Los esfuerzos desarrollados por los mo- Después de toda la extensa disquisición
dernos dogmáticos alemanes, tienden todos que venimos de desarrollar en torno a los
a sobrepasar las consecuencias que, en el problemas del error como causa de incul-
plano de lo penal, tiene o produce la tradi- pabilidad, entremos al análisis sistematizado
cional y secular división —que se remonta de las características que debe presentar el
al Derecho romano—. entre error de hecho error, a fin de que el jurista pueda valorarlo
y error de Derecho, así como también dejar como una causal capaz de excluir la cul-
atrás la tesis unificadora en orden a ambos pabilidad en orden a una conducta típica y
tipos de error. antijurídica, llevada a cabo por un sujeto
Es así como hoy hablan, sobre todo por imputable.
intermedio de Hans Welzel y de Graf Zu Aquella sistematización nos exige qxie se
Dohna de "error de tipo" y de "error de trate de un error esencial y el error es tal,
prohibición". cuando tiene como consecuencia directa y
A este respecto, debemos afirmar, que es primera el impedir que el sujeto alcance a
Hans Welzel quien (dentro de su por cierto lograr una representación exacta del hecho
que realiza; representación que es impres- sas de justificación putativas" y que para
cindible y necesaria para que pueda impu- nosotros nos parece más acertado y téc-
társele el acto de que se trata o para im- nico estudiar como causas eximentes pu-
putárselo a título más grave. tativas.
Ramos, entre nosotros, exige además que Tanto en aquellos casos de legítima de-
se trate de un error invencible. fensa putativa, cuanto de estado de nece-
Cuando el error recae sobre el hecho en sidad, también putativo, lo evidente y cier-
si mismo doloso, es de señaladísima impor- to es que no puede hablarse de la existencia
tancia el papel que juega en torno a aquel, de una causa verdadera y clásica de justi-
la figura delictiva, ya que dicho error pue- ficación, puesto que en tales supuestos, la
de recaer tanto sobre alguno de los elemen- conducta del agente se encuentra viciada
tos constitutivos de Ja figura básica, cuanto por un error.
de la figura agravada. En el primer caso, Es por ende, que situaciones de tal espe-
queda eliminada toda la culpabilidad en su cie deben ser tratadas y entenderse como
integridad, en el segundo tan sólo la agra- excluyentes de la culpabilidad, por aplica-
vación. ción de los principios del error y a los cua-
La función primordial que la figura cum- les ya nos hemos referido con amplitud en
ple puede ser apreciada con claridad y en todo lo que hasta aquí hemos venido soste-
toda su intensidad en aquellos casos de niendo.
"error in objecío", una de cuyas formas
más característica es el "error in perso- VII
nam". Ninguna de estas formas de error, Dando así, entonces, por terminado el es-
ni tampoco en los casos de abe.rra.tio ictus, tudio de todo lo que se relaciona con el
son formas de error eximente. error, corresponde que, en la evolución sis-
Cuando el error, por el contrario, recae temática del desarrollo del tema, entremos
sobre un hecho que es en sí mismo culposo, en contacto con el análisis de la coacción
la referencia a la figura penal, no tiene y de los problemas que surgen en torno a
mayor alcance ni relevancia, porque en la ella, cuando se la hace jugar como causa
culpa, en razón de su propia estructura v,a de exclusión de la culpabilidad.
de suyo que la representación del agente Dentro de la idea general del concepto de
no puede referirse nunca a un objetivo dado coacción, corresponde que señalemos, en
por la figura, sino a una situación de he- primer término, que existe una diferencia
cho que es determinante o fundamentadora profunda y que no puede dejarse de reco-
del carácter ya negligente, ya imprudente nocer y marcar, por lo sustancial de ella,
de aquella conducta. entre la fuerza o violencia, física irresisti-
El error no esencial, es decir, accidental, ble, conocida desde antiguo como vis abso-
es error sin relevancia alguna en el plano luta, y la violencia moral o coacción, tam-
del Derecho penal. bién denominada desde los romanos, vis
La segunda característica que debe fe- compulsiva.
unir el error, para que pueda ser conside- La fuerza física, al decir del extraordi-
rado como una causal excluyente de la cul- nario Francesco Carrara, es aquella -que
pabilidad, es que se trate de un error in- constriñe a un hombre a actuar, ejerciendo
imputable. su influencia —podríamos decirlo así— o
Cuando el error, siendo esencial, es ade- su presión, sobre el cuerpo, en tanto que,
más imputable a la imprudencia o a la ne- por el contrario, la fuerza moral logra aquel
gligencia del sujeto que actúa bajo los efec- constreñimiento, actuando sobre el ánimo
tos de aquél, no podemos afirmar la gené- del sujeto que la padece.
rica exclusión de la culpabilidad. En la violencia moral, o mejor dicho en
En estos casos, lo más que podemos sos- aquellos supuestos en que el sujeto activo
tener, es que queda eliminado el dolo en de una conducta actúa violentado moral-
la conducta del sujeto, pero subsiste, en mente o coaccionado, la voluntad del indi-
toda su integridad, la culpabilidad a título viduo está presente, no ha desaparecido y
de culpa. menos muerto. Sólo que el sujeto no es li-
El error debemos considerarlo inculpable bre en la elección y por ende carece de la
o inimputable, cuando es algo que no es más mínima posibilidad de poder dirigir
dable atribuirlo a la imprudencia o a la libremente la acción que comienza y eje-
negligencia del agente. cuta hasta el fin.
.Con relación a nuestro propio y particu-
VI lar ordenamiento jurídico positivo, no po-
Junto al problema del error deben ser demos en ningún momento perder de vista
tratadas las cuestiones que surgen de lo que ambas hipótesis: la violencia física y
que los juristas alemanes llaman las "cau- la moral, se encuentran integrando el in-
ciso 2" del artículo 34 del Código penal, slu dico al cual el Derecho te oresta su pro-
que tal tratamiento legislativo, por cierto tección.
que erróneo, nos permita ni nos autorice, Esta distinción doctrinaria ha sido reci-
como científicos, a darles una significación bida por el legislador y pertenece a la téc-
idéntica ni siquiera equivalente. nica del Código penal, cuyo articulado con-
La coacción puede conceptualizarse como templa esas dos situaciones, con efectos
una situación de opción en que ae encuen- totalmente distintos en incisos separados
tra el sujeto que debe realizar la elección del artículo 34.
entre el mal que debe sufrir y el mal que Debe agregarse, además, que ia coacción
debe causar, opción a la cual ha llegado es de naturaleza eminentemente subjetiva,
cnmo consecuencia de una amenaza externa en tanto que el estado de necesidad, como
de la que él es víctima. causa de justificación que es, lo es ih natu-
La amenaza debe ser seria a la vez que raleza puramente objetiva,
referida a un mal grave e inminente, en En la coacción, la amenaza de que nos
virtud del cual el hecho delictivo no puede habla la ley, es el anuncio de un mal grave
ser evitado so pena de sufrir aquél, siempre e inminente que un individuo formula a
y cuando la situación a que llegó el sujeto, otro, por cualquier medio idóneo para la
cuya culpabilidad se excluye, no haya sido transmisión del pensamiento y con la fi-
creada por una causa que pueda serle nalidad de que el amenazado actúe en for-
imputada al propio sujeto. ma tal que su hacer o su omitir configure';
Falta en la coacción el elemento moral el desarrollo de una conducta delictiva
que integra toda conducta humana y por Es asi, entonces, que aquella amenaza no
ello es b.ue la acción del sujeto coaccionado debe ni puede ser confundida con el peli-j
se origina en una voluntad que no se ha gro que para el sujeto signifique una fuerza
determinado libremente, lo que trae por humana o cualquier otra situación que no
consecuencia que no puede valorarse como haya sido puesta en movimiento para lo-
acreditada la culpabilidad de quien actúa grar de él el cumplimiento de una actividad
bajo aquella presión y sea imposible formu- delictiva. i
lar a su respecto el juicio de reproche. El criterio para apreciar en sus justos 11-'1
La diferencia entre violencia física y co- mites el grado de gravedad de la amenaza
acción moral, es de suma y grande impor- debe formarse, según expresión del jefe de
tancia en el campo del Derecho penal en la escuela toscana del Derecho penal, a tra-
referencia a la teoría general del delito. vés del agredido mismo y es por ello, nece-
Aquélla, la violencia física, excluye la sariamente, un criterio relativo, ya que
existencia misma del acto, que funciona aquella gravedad debe ser apreciada porel
camo soporte en el cual se apoya la con- juzgador con arreglo estricto a las circuns-
ducta delictiva toda, porque el violentado tancias especiales de cada caso.
físicamente no puede decirse que obre. Ac- El mal se considera que es inminente,
túa sólo como cuerno, como obieto pasivo, cuando es un mal que debe producirse de
como ciijsa material de un resultado, como inmediato o prontamente, si el amenazado
instrumento do la conducta que es desa- no cumple con la orden. Por ello no debe
rrollada por una tercera persona y sobre tratarse de un mal prometido eventual-
la cual irá a recaer la culpabilidad del acto mente, aunque sea exacto no ser necesario
realizado y todas las consecuencias juridi- que la amenaza haya tenido principio de
co-penales que de él deriven. ejecución.
En la violencia física nos encontramos Subietivamente debemos apreciar que la
ante un típico caso de no acción, porque no coacción y pese a lo que anteriormente he-
existe ello es innegable, la más mínima mos afirmado no es más que un verdadero
participación subjetiva del sujeto con el estado de necesidad ]o que por sí sólo im-
acto que maquinalmente realiza. plica sostener cine el concepto de amenaza
La doctrina yuele distinguir y diferenciar inminente involucra el concepto de ame-
los casos de coacción, de aquellas situacio- naza considerada o valorada como no evi-
nes ?n Ins que- entra a ju^nr la en usa de t-ible de otra manera, más oue recurriendo
justificación conocida como '"estado de ne- a !a ejecución del delito exigido.
cesidad", basándose para ello en la circuns- El problema de la injusticia de la ame-
tancia de que la acción coacta tiene su ori- naza, tópico en torno al nial mucho se ha
gen inmediato en un hecho del hombre, cual escrito, es problema que a nuestro entender,
es sin duda la amenaza que se sufre, en no puede plantearse en orden a la regula-
tanto que la acción necesaria encuentra su ción legal de la coacción, pues basta pensar
uunto de partida en una situación material un solo instante que aquella amenaza se
o física, de orden natural, que implica un formula con el prapósito de que el sujeto
peligro para algún determinado bien jurí- rerhce una acción o una omisión de por sí
delictuosa, para que por ello quede de in- Ellas son: la obediencia espiritual, la po-
mediato eliminada la posibilidad de la jus- lítica, la doméstica y la jerárquica.
ticia de esa misma amenaza. La espiritual no tiene resonancia ni rele-
Por último debemos señalar que para vancia alguna en el campo de lo jurídico
aceptarse la coacción como causa exclu- en tanto que la política es totalmente ex-
yente de la culpabilidad en orden a una traña al Derecho; algún problema ha po-
conducta delictiva es de imprescindible ne- dido surgir en torno a la llamada "obedien-
cesidad que el sujeto coacto, actúe violen- cia doméstica", pero lo ha sido en épocas
tado directamente por la amenaza que la ya remotas y hoy desaparecidas.
coacción encierra, es decir, en otros térmi- Sólo la obediencia jerárquica tiene efec-
nos, que lo haga movido por el temor que tos en el campo del Derecho penal, siempre
aquélla despierta. y cuando se trate de un real caso de obe-
Si el sujeto se comporta indiferentemente diencia debida.
ante la acción desplegada por el coaccio- Para que pueda hablarse de obediencia
nante, o si la coacción 4e sirvió de pretexto debida, es de absoluta necesidad que exista,
para su propio acto violatorio de la ley pe- en primer término, una dependencia de or-
nal, es claro que no puede funcionar la den o naturaleza jerárquica que se establece
coacción con el alcance que aquí le hemos entre aquel que m?nda y aquel que obedece
dado y que, por ende, no es dable hacer A esa relación debe agregarse, ya que por
funcionar la norma del inciso 2" del ar- si sola no basta, la exigencia de que el man-
ticulo 34 del Código de fondo por defecto dato dado se encuentre referido a una rela-
del constreñimiento del ánimo que él exige ción habitual existente entre el que manda
y que justifica, subjetivamente valorada, la y el que obedece, es decir, aue la orden ac-
inculpabilidad del coacto. túe dentro de la respectiva y específica
VIII competencia del que la imparte.
Por último, y como tercer requisito, es
Después de todo lo dicho, entramos al menester que la orden impartida se en-
estudio y anáfisis de una institución que cuentre necesariamente revestida de todas
no tiene pacífica ubicación entre los doctri- las exigencias formales reclamadas por la
narios del Derecho penal, ni tampoco se la ley.
dan los Códigos pertinentes. El problema de la obediencia jerárquica
Me refiero a la llamada "obediencia de- y de las consecuencias que li misma Mene-
bida" u "obediencia jerárquica", como tam- en el campo del Derecho ppn-al debe ser
bién suele llamársele y con respecto a la situado en sus límites exactos. Kilo asi por-
cual cabe poner de manifiesto que hasta que, como bien lo ha puesto de manifiesto
eme en el año 1915. el íurista alemán Max Graf Zu Donha "o se parte de la obligato-
Ernst M'iyer replanteó el problema -que riedad de la orden y se llega entonces a la
Inda a la ubicación sistemática de esta adecuación jurídica de la acción que se
eximente de responsabilidad jurídico-penal, ejecuta o se parte de la antijuricidad de la
había sido considerada siempre y sin ex- acción y se llega, entonces, a la no obliga-
cepción, como una causa de justificación. toriedad de la orden".
Como tal funcionaba con capacidad de eli- A todo ello debernos agregar que la orden
minar la antiiuricidad de la conducta cum- impartida debe ser, en primer lugar, delic-
plida por el sujeto. tuosa en sí misma, puesto que si así no
En puridad de verdad no puede decirse fuese no se originaría problema alguno en
nunca y menos sostenerse con 'fundamento el terreno del Derecho penil.
en el plano de lo científico, que el acto ilí- Es sólo frente a una orden delictuosa,
cito ejecutado en virtud de un mandato impartida en el plano de lo jerárquico don-
jerárquico, no es un acto injusto, puesto de es posible (Jue se despierte el int^r^s del
que responde de él, si no quien lo ejecuta penalista, que encuentra recién entonce?,
materialmente, quien lo ha ordenado. motivo para la investigación. Sólo ante una
Hay en estas situaciones un verdadero orden de tal naturaleza, corresponde ini-
actuar erróneo y es por ello que adherimos ciar el estudio en torno a la existencia o
sin reservas a la posición doctrinaria que inexistencia de los requisitos anteriormente
postula la ubicación de la "obediencia de- mencionados.
bida", dentro de la sistemática de las exi- Pensamos que, dentro de nuestro ordena-
mentes, como una causa de inculpabilidad miento iurídico-político. la facultad de aná-
o de exclusión de la culpabilidad. lisis de la orden recibida es lo general en-
Puede sostenerse que existen cuatro for- contrándose la excepción en el terreno de
mas o esoecies de obediencia, con significa- lo específicamente militar.
ción totalmente distinta cada una de ellas Así veremos, entonces, que si el subordi-
en el plano del Derecho. nado tiene la facultad de analizar la orden
y ésta es ilícita, su cumplimiento no lo ex- circunstancias tales que le han permitido
culpa, en tanto que, si teniendo aquella fa- una normal motivación de su conducta; es
cultad, no lleva a cabo el análisis que es decir, cuando no ha visto impedido, interfe-
menester realizar por mera negligencia o rido o molestado, el normal juego de los
simple imprudencia, desaparece sí su cul- motivos que le impulsaron de una parta a
pabilidad a título de dolo, pero subsiste en obrar y de otra a abstenerse de su acción.
su integridad aquélla a título de culpa. Es decir, cuando el sujeto tuvo, por un
Cuando no se tiene la facultad de aná- lado, la representación del resultado que-
rido en el dolo y por el otro, la represen-
lisis de la orden o este análisis no puede lle-
varse a cabo por carencia de elementos de tación, de que lo querido era delictuoso, ilí-
Juicio con que hacerlo, el sujeto que actúa cito y por lo tanto prohibido por la ley. *
en cumplimiento del mandato que se le ha Los íiormativistas aíírmari, y en ello es-1
impartido, actúa en error y por ende, queda tamos en un todo de acuerdo con ios que
excluida su culpabilidad. asi razonan, que existen en la realidad de
Así la obediencia jerárquica deja de ser la vida, ciertas y determinadas circunstan-
una institución jurídica autónoma, resol- cias externas ai sujeto, independientes del
viéndose en simples casos de error. autor, que teniendo por electo de su propia
existencia, el transformar en anormal un
IX proceso de motivación dado, en virtud del
Dijimos al comenzar nuestro breve tra- cual el sujeto que se motiva de acuerdo
bajo sobre tema tan complejo y de impor- con él, encamina su acción, es decir, la
tancia tan grande en el campo de la teoría dirige, hacia la realización ya dolosa ya
del delito, que las causas que tienen por culposa, de un acto antijurídico, no permi-
efecto determinar la exclusión de la culpa- tiéndole llevar a cabo otra conducta en la
bilidad y que se encuentran taxativamen- que prevaleciera el motivo fundamental de
te enumeradas en la ley positiva —en nues- obediencia a la ley.
tro caso particular en el artículo 34 del Có- Es frente a estat> circunstancias que el
digo penal—, son las únicas que, con alcan- normativismo entiende que no puede exi-
ces semejantes acepta la teoría psicológica gírsele al sujeto la realización de otra con-
de la culpabilidad. ducta que se ajuste a los reclamos del De-
Agregamos entonces, también, que el cam- recho y deja o se abstiene de formular el
po de la exclusión de la culpabilidad se juicio de reproche, entendiendo al hacerlo
amplía grandemente con las postulaciones así, que el sujeto ha actuado sin culpabi-
de la teoría normativa y la aplicación que lidad a pesar de que lo hizo con los ele-
ella hace de la causa supralegal de la "no mentos psicológicos del dolo o de la culpa
exigibilidad de otra conducta". —según ios casos—, en los cuales, para la
Como sabemos bien, la teoría normativa teoría psicologista, se agota la culpabilidad.
de la culpabilidad afirma que, cuando nos De la ley deriva el normativismo, la exis-
encontramos ante la realización de una con- tencia de una norma de deber, en virtud
ducta humana a la que valoramos como de la cual el sujeto que actúa debió dete-
típicamente antijurídica, podemos formu- nerse cuando tuvo la representación de que
lar, respecto do ella, el juicio de reproche, su hacer o su omitir importaban la reali-
sólo en aquellos casos en los que. cumplida zación de una conducta pasible de fer cali-
la acción por un sujeto imputable, éste ha ficada como punible.
obrado con dolo o con culpa y, además, el Cuando el sujeto no convierte aquella
Derecho podía exigirle el desarrollo de otra prohibición encerrada en la norma de de-
conducta conforme a sus postulaciones y por ber, en contramotivo de la conducta que
lo tanto distinta a la realmente cumplida. quiere realizar, consideramos entonces que
En el concepto de la exigibilidad es don- es culpable y le reprochamos asi su proce-
de radica la esencia misma de la posición der, siempre y cuando su motivación haya
normativa, puesto que en esa exigibilidad sido normal, porque en estos supuestos, sí,
fundamentamos la formulación del juicio le era exigible cumplir otra conducta, fren-
de reproche. te a las exigencias del Derecho.
Frente a esta situación caba entonces que Pero no basta el deber, ya que todo deber
el juez o el doctrinario se pregunte cuándo implica por sí mismo un poder.
o en qué momento, podemos decir que exis- La exígibilidad existe cuando el sujeto
te exigibilidad en orden a un hacer o a un obligado por aquella norma de deber, pudo
omitir del hombre. obrar de otra manera distinta de agüella
Sin mucha dificultad y siguiendo los en que en realidad obró.
pasos de Jorge Frías Caballero, podemos Cuando "el poder" no existe, simultánea-
afirmar eme aquella exigibilidad existe, mente desaparece la culpabilidad porque en
cuando e! agente imputable ha obrado en esos cases, ante las exigencias de aquella
norma de "deber", han obrado en la con- tán Balestra, C., Manual de Derecho penal, "Parte
ciencia del sujeto motivos que para él fue- general", Ed. Depalma, Bs. Aires, 1949.
ron superiores al deber de motivarse por
la representación del contenido de la norma. EXCOMUNIÓN. (V. DERECHO PENAL CA-
En suma, pues, la motivación determina, NÓNICO.)
con su normalidad o anormalidad el límite EXCUSACIÓN.* SUMARIO: Cap. I. Significa-
de lo culpable. do y alcance de la excusación o abstención:
La no exigibilidad de otra conducta, co- 1. Generalidades en el Derecho extranjero:
mo causa general de exclusión de la culpa- A) En el Derecho español; B) En la ley pro-
bilidad está reservada a una esfera de cesal italiana; C) £1 tema en el Derecho ani-
man. 2. La excusación en el Derecho proce-
actuación pequeña, y no consiste en alterar sal penal. Cap, II. La excusación en el De-
las valoraciones derivadas de la ley positiva, recho procesal nacional: 1. Alcance y gene-
sino tan sólo en completarlas, como lo sos- ralidades. 2. Disposiciones de la ley procesal
tiene con razón Luis Jiménez de Asúa, en civil. 3. Causales de recusación motivada.
4. Los funcionarios del Ministerio Fiscal y
tanto que Soler localiza la no exigibilidad secretarios. 5. Como se opera la sustitución.
en el plano de la culpa y afirma lo excep- Cap. III. El problema a,e ia excusación en et
cional de su aplicación. proceso penal: 1. Concepto y naturaleza.
ü. El tema en nuestra legislación.
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sados sin o con causa, modifican los prin- moral, intenta hallar motivos de abstención
cipios generales sobre la competencia en que a la luz del Derecho positivo y de la
razón del turno, en algunas circunstancias jurisprudencia, carecen de fundamentos,
y en forma indirecta, puede producirse el Por esto, en materia de recusación y de
desplazamiento hacia otro juez que origi- excusación, no debe usarse un criterio ex-
nariamente era incompetente por la mate- tremo y en esta materia cabe reflexionar e
ria o el territorio. interpretar inteligentemente la ley, para no
"Asi, cuando en una circunscripción te- desnaturalizar un instituto a ojos vistas,
rritorial no existiese más que un juez de necesario y útil.
una determinada materia o todos los del Tomaremos algunos ejemplos de excusa-
mismo fuero hubieran sido recusados, la ción en las leyes extranjeras, para tener
causa pasaría a un juez de otra materia. una noción de la materia que nos permita
E igualmente en cuanto a la competencia entrar al análisis del Derecho patrio.
territorial. A fin de asegurar ¡a idoneidad A) En el Derecho español. Se entiende
subjetiva del órgano jurisdiccional y la con- por abstención (o excusación) de funcio-
siguiente confianza del litigante en su im- narios judiciales y del Ministerio fiscal, al
parcialidad, ia ley ha dispuesto que los hecho de que un funcionario judicial o fis-
jueces y demás funcionarios judiciales, pue- cal se separe, por propia iniciativa, del co-
dan ser apartados de un proceso, por pe- nocimiento de un asunto civil o de una
tición de interesados (recusación) o por causa criminal, por motivos legítimos. Se
propia detorminación (excusación). Para aplica también tal denominación, aunque
evitar que puedan emplearse esos procedi- con menos propiedad, a la separación del
mientos abusivamente, con el fin de demo- negocio efectuada por el funcionario des-
rar el trámite o para desentenderse de pués de aprobada la recusación. Este de-
procesos complicados, la ley ha disciplinado recho de abstención es aplicable a los ma-
la íorrna, oportunidades y motivos por los gistrados, jueces, asesores y auxiliares
cuales los litigantes pueden recusar y los judiciales, a los representantes del Minis-
jueces y auxiliares excusarse," ( ' ) terio Fiscal (véanse arts. 190, 216 223 de la
A través de los conceptos que acabamos ley de enjuiciamiento civil) Obsérvese que
de reproducir, y la experiencia de la prác- las leyes procesales españolas no distinguen,
tica cotidiana ds los tribunales, se despren- como lo hacen, por ejemplo, las alemanas,
de que, siendo este desplazamiento de la entre causas de abstención y recusación que
competencia judicial una institución útil y determinan una incapacidad absoluta para
admitida por el procedimiento de todos los el ejercicio de la función judicial en un caso
países, pueda dar pábulo, y por cierto lo concreto, y que, por lo mismo, producen la
da, para el ejercicio de infinitas argucias exclusión de oficio (judex inhabilis), y aque-
de las partes que demoran maliciosarrtnte llos que tienen por fundamento una sos-
la marcha del proceso, acudiendo a recusa- pecha o temor de parcialidad que, por res-
ciones discutibles; análogos abusos pueden ponder a razones menos ostensibles, exigen
suceder de parte de los jueces y auxiliares una previa declaración (judex suspectis).
que, escudándose en la abstención, pertur- Nuestra ley, concluye un tratadista, se ca-
ben el normal desenvolvimiento de la causa. racteriza por una reglamentación detalla-
La ley y la jurisprudencia han levantado dísima, que hace difícil la exposición siste-
vallas a talas anomalías artificiosas, dt las mática (?).
que suelen escaparse litigantes temerarias Dispone la citada reglamentación, artícu-
y magistrados extremadamente quisquillo- los 188 y siguientes, ios principios acerca de
sos, que amañan el procedimiento, desvir- la recusación y abstención, determinando
tuando una organización tendiente a ase- que son causas legitimas para la recusación
gurar la recta y pundonorosa administra- de los jueces y magistrados, los asesores de
ción de la justicia. Del mismo modo que las los jueces municipales que sustituyan a!«
partes acuden a veces a la recusación del de primera instancia y los auxiliares de
juez, basadas en meras opiniones que emi- juzgados y tribunales: 1" El parentesco de
tiera en otros pleitos, en sus opiniones en consanguinidad o afinidad, dentro del cuar-
la cátedra o en puntos de' vista enunciados to grado civil, con cualquiera de los liti-
en sus libros, en punto a la excusación se gantes. 2° El mismo parentesco, dentro de!
repite el Men:so cuando el magistrado, o se segundo grado, con el letrado de alguna de
quiere aliviar de una causa sumamente en- las partes que intervengan en el pleito, í
gorrosa o por un sumple trop de zele., fun- Estar o haber sido denunciado por alguna
dado en equivocado concepto de delicadeza de las partes como autor, cómplice o encu-
(1) Podetti, R J.. Tt-a'ado fíe la competencia. (2) Diccionario de Derecho privado, directo»
"Principios y normns generales", 1» parte, pág. 499. Ignacio de Casso y Romero, Francisco Cervett J
Echar, Bs. Aires, 3.954. Jiinénez-Aifaro, t. 1. pág. 55, Ed. Labor.
bridor de un delito, o como autor de una nes más importantes refiérense a los órga-
falta. 4" Haber sido defensor de alguna de nos en los cuales prevalece la actividad
las partes, emitido dictamen sobre el pleito intelectual (jueces, ministerio público); pero
como letrado o intervenido en él como fis- la ley disciplina también la capacidad sub-
cal, perito o testigo. 5° Ser o haber sido tutor jetiva de los cancilleres y de los ujieres.
o haber estado bajo tutela de alguno que Por otra parte, considerando que los órga-
sea parte en el pleito. 61' Ser o haber sido nos más elementales encuéntrame en posi-
denunciador o acusador privado del que ción de hacer frente mejor a la influencia
recusa. 7» Tener pleito pendiente con el de sus condiciones subjetivas, acostumbra
recusante. 8' Tener interés directo o indi- a tratar las condiciones a ellas referentes
recto en el pleito o en otro semejante. 9* como relativas, mientras las que conciernen
Amistad íntima. 10' Enemistad manifiesta. a los órganos inferiores son absolutas ( 3 ).
Los magistrados, jueces y asesores en quie- Entre las condiciones absolutas de capaci-
nes concurra alguna de las causas expresa- dad subjetiva, según el Código italiano, que
das se abstendrán del conocimiento del ne- atañen a los jueces y miembros del Minis-
gocio, sin esperar a que se los re:use. Lo terio Público, por prescripción del articulo
mismo harán los auxiliares de tribunales y 789, cuando se haya promovido contra ellos
juzgados, y contra estas resoluciones no ha- una acción civil, y desde el día de la noti-
brá recurso. ficación que se les hace del decreto de la
En disposiciones subsiguientes, relativas a Corte dando pie a la acción, hasta la sen-
la excasación, expresa la ley de enjuicia- tencia definitiva, deben abstenerse de cual-
miento civil española, que cuando un juez quier intervención en los pleitos de la parte
de primera instancia se abstenga volun- recurrente, de sus ascendientes, descendien-
tariamente, o a petición de parte legitima, tes o cónyuge, bajo pena de nulidad de ¡os
del conocimiento de un pleito, dará cuenta actos en que hayan intervenido No pueden
Justificada al presidente de la audiencia, formar parte al mismo tiempo como jueces
el cual lo comunicará a la sala de gobierno. de la misma sección en las cortes y en los
Siesta considerase improcedente la absten- tribunales, los parientes y los afínes hasta
ción, podrá imponer al juez una correc- el cuarto grado inclusive. Son nulos los
ción disciplinaria, si hubiese suficiente mo- actos que hubiesen tenido lugar con su con-
tivo para ello, elevándolo, en este caso, a curso (Ley Orgánica judicial, art. 15). En.
conocimiento del ministerio de Gracia y cuanto a los parientes o afines dentro del
Justicia para que se haga constar en el ex- tercer grado, no pueden ni aún pertenecer
pediente personal del juez a los efectos que al mismo cuerpo judicial. En punto á los
corresponda. cancilleres y ujieres u oficiales judiciales,
B) En 2a ley procesal italiana. La per- no pueden realizar actos de su ministerio
sona que tiene capacidad general de obrar que se refieran a ellos mismos, a su mujer,
por el Estado como órgano jurisdiccional y a sus parientes o afines hasta el cuarto
como funcionario judicial, señala Chioven- grado, inclusive, balo pena de nulidad (Có-
da, analizando los preceptos de la ley itá- digo de proc. civ. art 41, últ. pérr.,
lica, y que es competente en el pleito de y 53).
Que se trata, debe además encontrarse en Las condiciones relativas de capacidad
determinadas condiciones subjetivas, sin las subjetiva pueden tener relación COR el plei-
cuales la ley lo considera incapaz. Tales to e con las partes litigantes. En el pri-
condiciones, agrega, pueden resumirse así: mer caso, puede ser de diversa naturaleza,
que el órgano jurisdiccional no corra el pe- inmediata o mediata, económica o moral:
ligro de carecer de la independencia, de la 1") Si el juez tiene interés en el pleito (art.
severidad e imparcialidad necesaria para 116, núm. 1). 2") Si una cuestión idéntica
su función, por encon'rarse en una rela- en derecho debe decidirse en otro pleito en
ción: a) Con los otros órganos concurrentes que él esté interesado, o su mujer o los
en el mismo pleito, b) Con las partes liti- parientes o afines en linea recta (art. US,
gantes, c) Con el objeto del pleito. Estas núm. 4). 3') Si ha'dado consejo o prestado
condiciones, no todas tienen la misma im- su d&fensa en el pleito, si ha subvencionado
portancia: exígeme algunas en términos lab gastos, si ha conocido de él cómo juez
flbsoíuíos, de manera que su falta produce, en primera instancia o como arbitro, si ha
sin más, la nulidad del acto realizado (con- concluido como oficial del Ministerio Pú-
diciones absolutas); en cambio, para otras, blico o declarado en él como testigo o como
la ley coacede a la parte el derecho de pre- perito (arí. 116, núm. 9). 4') Si ha.exami-
venir el acto, oponiéndose a que sea reali- nado antes el pleito como miembro de la
zado válidamente por el órgano incapaz, (3) Chiovenda, J., Principios de Derecho proce-
articulo 131 del Código de procedimiento sal civil, trad. de! profesor José Casáis y Santalc.
civil (condiciones relativas). Las condicio- t. 1. págs. 731 y 732, BU. Instituto Reus. Madnü,
Comisión de defensa gratuita (.Real De- del colegio, éste deliberará inmediatamente,
creto de 6 de diciembre• de 1865, art. 2). y si la abstención es admitida, el presidente
Con relación a las partes que intervienen provee a la integración del colegio, si es po-
el juicio, se distinguen las siguientes condi- sible, y en otro caso, remite el pleito. Esta
ciones relativas de capacidad subjetiva: 1") disposición se ñaua contenida especialmente
ai el juez es pariente o aiin nasta el cuarto en el Reglamento General judicial, articulo
graao, inclusive, de una de las partes, o si 254. Pero la falta de abstención, aun en los
media el mismo vinculo entre él y la mujer casos en que sea necesaria, no produce nu-
de una de aquéllas; muerta ia mujer, la lidad (artículo 131, del mencionado Regla-
causa de recusación subsiste si dejó prole, mento) .
o si se trata de suegro, yerno o cuñado (ar- C) El tema en el Derecho alemán. El
tículo 116, núm. 3). 2-'> Si él o su mujer, o procedimiento civil alemán reconoce dos
un pariente o alm en línea recta, es deudor clases de exclusiones del juez, para «i caso
o acreedor de algunoV de los litigantes (ar- en que sus relaciones particulares con la
tículo 116, num. 5). 3 ) Si una de estas per- causa, ponen en duda su imparcialidad
sonas tiene pleito pendiente ante un triüu- aunque más no sea, la confianza en su im-
nal en el cual el litigante interviene como parcialidad. De acuerdo con esto, la ZPO
juez (artículo 116, num. 5). 4 g ) Si una de (Zivilprozessordnung, Ordenanza o Código
dicnas personas tiene pleito civil, pendiente de procedimiento civil) prescribe los dos ti-
o terminado dentro de ios seis meses ante- pos de abstenciones o exclusiones: 1' La
riores a la recusación, con una de las partes exclusión por la ley, que convierte al juez
(articulo 116, núm. 7). 5") Si una de dichas judex inhabilis, y 2^, la exclusión por recu-
personas eri ei quinquenio precedente tuvu sación admitida del judex suspectus. En el
un proceso penal con uno de los litigantes, parágrafo 41 de la citada Ordenanza, se
o cou su cónyuge, o un pariente o aun en enumeran taxativamente las causas de esta
línea recta (articulo 118, num. 6). 6v; Si exclusión: a) interés personal en la causa
ei juez es tutor, curador, protector, agente, como parte o coacreedor, codeudor o deudor
pregunto heredero, donatario, patrón o co- por regreso de una de las partes (inc. 1),
mensal habitual ae una de las panes; si es no como interesado mediato; b) estrechas
administrador o gerente de una sociedad, relaciones personales con una de las partes,
dirección, unión o de un establecimiento por estar casado con ella (inc. 2); empa-
que tenga interés en el pleito; si una de las rentado en linea recta por consanguinidad
partes es agente, comensal habitual, dona- o afinidad; o en línea colateral hasta el
tario o heredero presunto de él (art. 116, tercer grado en caso de consanguinidad, y
núm. 8). 7'') Si ei juez es pariente o aíín el segundo grado en el de afinidad (inc. 3);
en linea recta o colateral hasta el tercer por estar o haber estado autorizado como
grado, inclusive, de un abogado o procura- su representante legal o voluntario, o ase-
dor del pleito (art. 116, núm. 10). 8') Si sor (inc. 4), para intervenir en un litigio
hay enemistad grave entre él y uno de los sobre la misma cuestión controvertida
litigantes (art. 116, núm. 11). Los funcio- (Tribunal del Reich, 152, 10). El mismo efec-
narios que pueden ser recusados, expresa to tienen las relaciones de esta especie con
en forma precisa la ley procesal civil, deben el representante legal de las partes; c)
abstenerse (excusarse) cuando conozcan ciertas relaciones con el procedimiento an-
un motivo de recusación, aunque no se hu- terior en la misma causa, por haber sido
biese propuesto. Además, pueden solicitar testigo o perito (inc. 5) ( 4 ), o haber inter-
abstenerse por motivos de conveniencia no venido en la resolución impugnada como;
comprendidos entre los de recusación (ar- magistrado sentenciador en una instancia,
ticulo 119). anterior o en el procedimiento arbitral; sin ¡
Como se advierte, son aplicables en la ley embargo, en este caso, puede ser juez dele- j
italiana a la abstención, las causales de las gado o exhortado (inc. 6). Señala Rosen-
recusaciones, pero el criterio legislativo es berg que un juez puede ser recusado por
amplio con respecto a los motivos de ex- una causa de exclusión, y por temor de
cusación admitiendo la separación volun- parcialidad, es decir, por una causa que, de
taria del juez cuando medien "motivos de acuerdo con las consideraciones objetivas y
conveniencia", para asegurar la imparcia- razonables, desde el punto de vista de la
lidad del órgano jurisdiccional con respecto parte, sea apropiada para justificar la des-
a las partes. confianza en la imparcialidad del juez, res-
En punto a la ocasión de la abstención, pecto a ¡a resolución material (<">). Sólo está
prescribe la ley del procedimiento, el juez
interesado debe manifestarse en la audien- (4) Jurisprudencia Tribunal Regional Superior,
OLG, Kiel, HRR, 1936, 1249.
cia en el momento de ser convocadas las (5) Warn, Colección de sentencias civiles del
partes al juicio. Si se trata de un miembro Tribunal del Reich, 1913. 66.
autorizado la recusación de los jueces par- mente la jurisdicción apartándose del co-
ticulares, no la de todo el tribunal; además nocimiento del asunto por estimar que le
es improcedente si no se plantea con serie- afecta una causa de recusación. En tal
dad, y en particular, cuando se usa para supuesto, cabe una declinación de la com-
dilaciones u otros fines ilícitos. A su vez, el petencia bien de oficio o a instancia de
temor de parcialidad, indica Leo Rosenberg, parte.
debe hacerse valer: a) por una (o todas) La hipótesis es - contemplada por la ley
tos partes, o un interviniente adherente en procesal, la que dispone aue los magistra-
forma oral en la audiencia o por escrito o dos y jueces, comprendidos en cualquiera
en los autos de la secretaría del tribunal de los casos que exoresa la ley se "inhibirán
al que pertenece el juez, bajo prueba semi- del conocimiento del asunto sin esperar a
plena de la causa de recusación; b) o por que SP los recuse". Es el sistema de absten-
indicación —obligatoria— del mismo juez ción que fue introducido por la Ley Orgá-
recusable- es ¡a llamada excusación. A par- nica del Poder judicial con este nombre
tir del momento de dictarse el auto que ad- (arts. 428 a 558), como más propio que el
mite la recusación, 8se equipara el juez re- de inhibición, que se venía usando en la
cusado al excluido ( ). práctica judicial anterior a la misma, deno-
2. La excusación en el Derecho "procesal minación que recogió la Ley de Enjuicia-
penal. Con la palabra recusación, expresa miento civil, pero no la criminal, que vuelve
un tratadista español, se da a entender por la vieja palabra de inhibición, posible-
aquel acto procesal de parte, por virtud del mente por Ja misma rarón que fue des-
cual ésta rechaza a! juez, objetivamente echada en la orgánica. Por declinatoria a
competente, para que conozca de asunto instancia de parte, de igual manera se in-
determinado en que ella tiene interés, por- hibirán sin recurso alguno cuando, al -ser
que existiendo en él cierta tacha personal. recusados en cualquier forma, estimaren
se sospecha de su imparcialidad. De la pre- procedentp la causa alegada. En uno y otro
cedente definición se deducen las siguien- caso mandarán oasar las diligencias a quien
tes notas características: 1$) Que se trate deba reemplazarles (art. 55 de la Ley de
de un juez objetivamente competente, por- Enjuiciamiento criminal). Ambas inhibi-
que en caso contrario la recusación proce- ciones se hallan fundadas en el nrinripío
dería por causa general u objetiva, que se de que estando In, recusación inspirada en
articula y resuelve procesalmente por otros beneficio de lo justicia todos deben coope-
sistemas. 2*) Que concurra en el juez una rar a su establecimiento, tan diligentemen-
circunstancia personalísima que le ligue ai te como esté a su alcance!
asunto o a una de las partes directamente. El artículo 845 de la Lev Orgánica, el 96
3?) Presunción natural de parcialidad en el de la Lpy de Eniuiciamiento criminal y el
mismo. Juntamente a esta institución pro- 41 del Estatuto del Ministerio Fiscal de Es-
cesal se estudia, como especie del mismo paña, declaran que los representantes del
género, la abstención, consistente en el he- Ministerio Fiscal no podrán ser recusados.
cho espontáneo de apartarse ei juez del Pero tnl afirmación de la ley es neutrali-
conocimiento de un asunto por reconocer zada ñor otra formalidad ya que según el
que carece, o puede parecerlo. de las con- artículo 41 del Estatuto orgánico, ios fun-
diciones necesarias subjetivas para obrar cionarios fiscales deberán excusarse de in-
Independientemente en él. Si ambas se di- tervenir en los actas judiciales cuando con-
ferencian en el modo de proponerla, se currieran en ellos algunas de las causas de
Identifican en la causa; existencia de una recusación señaladas en las leyes procesales
circunstancia subjetiva de parcialidad y en aplicables a rada caso. Si concurriere en el
los efectos, apartarse del conocimiento del fiscal del tribunal supremo o en los fiscales
asunto (7).
La Ley de Enjuiciamiento criminal espa- de las audiencias alguna causa de absten-
ñola ha instituido así dos sistemas espe- ción de las aludidas en el número anterior,
ciales para excluir, que Jiménez Asenjo de- designarán, para oue los reemplacen al te-
nomina, por semejanza con ¡as competen- niente fiscal resoectivo y. en defecto de
cias: recusación por deslinatoria y recusa- éste al abogado fiscal a auien correspondí
ción por inhibitoria. La primera situación, por su antigüedad. Cuando sean teniente,?
se produce en aquellos casos en que el pro • o abogados fiscales los que se abstengan,
pío juez o magistrado declina espontaneá- harán presente su excusa a! fiscal respec-
tivo y éste los relevará de toda interven-
is) Rosenberg, i,., Tratado de Derecho procesal ción, designando al que haya de sustituirle
dril, trad. de A. Romera Vera, t. 1, págs. 121 entre los funcionarios cíe la misma fiscalía.
v sigs, EJEA. Bs. Aires. Ahora bien; cuando algún funcionario
(7) Jiménez Asenjo, E., Derecho procesal penal,
vol. 1, pág. 290. Ed. Revista .de Derecho Privado, fiscal no se excusara, a pesar de compren-
Madrid derle alguna causa de exclusión, los agrá-
viados por esta actitud podrán recurrir en "El juez puede ser recusado: 1° Si tiene in-
queja al superior y si encuentra fundada terés personal en el procedimiento o sí el
la reclamación, decidirá sustituirlo. Si, por imputado, el responsable civil, la persona
el contrario, no la encuentra fundada, po- civilmente obligada por la enmienda (pena
drá acordar que intervenga en el asunto, económica) o la parte civil es deudor o
sin apelación alguna. Si el fiscal del Tri- acreedor de él, de su mujer o de sus hijos;
bunal Supremo fuere el objetado, se diri- 2° Si ha dado conseios o manifestado su
girá la quela al Ministerio de Justicia por opinión sobre el obleto del procedimiento
conducto del presidente del Tribunal. El fuera del ejercicio de las funciones judicia-
ministro oirá sobre la cmela al incriminado les; 3° Si existe enemistad grave entre él
y si lo estimare conveniente a la Sala de o alguno de sus parientes próximos y el
Gobierno del Supremo Tribunal y resolverá imputado, el responsable civil, la persona
lo que proceda. civilmente obligada por la enmienda (pena
En general atwnta ira doctrinario, la ley económica) o la parte civil; 4° S! alguno
vleente de Enjuiciamiento criminal, cami- de los parientes próximos a él o de su mu-
nando por la ruta de su correspondiente jer e/5 ofendido por el delito, imputad» o
civil, abandona el sistema histórico de in- bien responsable civil u obligado civilmente
determinación de las causas de recusación por la enmienda; 5" Si el defensor, procu-
—que son también las de la abstención— pot rador o curador de una de las partes es
los abusos a que daba lugar, y se decide por pariente próximo de él o de la mujer; (P
el del numems clausus. estableciendo el Si se encuentra en una de las condiciona
principio cardinal de eme "sola podrá recu- previstas por los artículos 61 y 62.
sarse pw causa lejfttima" fa.rt. 52>, Recoge
despuís las taxativas por virtud de lis cua- Capítulo U
les sólo pueden ser recusados las funcio- !•&. EXCUSACIÓN EN EL DERECHO PROCESA!
narios judiciales. En realidad a rus»trn pne- NACIONAL
den reducirse todas ellas en cuanto tienen 1. Alcance y generalidades. 1. Las condi-
raíz en las clásicas esp«cles de motivos trae ciones que la ley requiere para qae un
pueden torcer la vida interior del luez: persona asuma la función judicial y las ga-
tales son. el amor, el odio e! ititeré» el rantías son que rodea el ejercicio de dicto
oreulte (Mattlro>!o>. o melor tal vez la con • función, afirma Oderhtc, son normalmenh
tradtcción profesional en P'Í proceso. sulicientes para asegurar la imparclaüdaJ
Análogas disposi"iones contienen otras le- de aqnéüa cois relación a la peñera lidad dt
gislaciones procesales pénale* del continen los procesos en qwe deba Intervenir: pw
te Asi el Códiyo italiano de 1930 en s« ello no exebiye que. en determinados pro-
arMcnlo 63. pjtabVre: "Cojmdo existe un cesos H solución no le sea subjetivamente
mitivo dp recwsfldón B«n c«andft no hnva ifidifcrerta y qwe esta Hrcunstancia cota-
sido propuesto el Jwz al que el motivo st pire contra su imparcialidad y amengüe li
refiere tiene obligación, si lo conoce debe de- confianza que deben fleposiíarle las partes
clararlo. Igualmente cuando existen graves Para evitar que esto ocurra, la ley dispon
razones de ronvenienaia para aí'-stenerse, la exclusión de! Juez sospechoso < so a coi
no enumeradas ñor la ley entre los motivos xetación ai asunto de que se trate) n»
de renmeión el 'uez debe declararlas. La diante las sifenientes formas: a) facultan*
declaración se haré al presidente, de la a las. partes para recusar al luez: Los t*
corte o del tribunal que decide sin forma tes qwe ejerzan la jurisdicción criminal
lidad si el juez debo abstenerse. El mismo cualquiera aue sea su erado o lerarnufc
deber corresponde al pretor e* cusí hace su sólo podrán ser recusados por las causa
declaración ni presidente del fricunal eme enumeradas en esta ley (Cód. proc di,
decide en el modo Indicado. Ei presidente art. 74): b> obligando a) juez a excusar»,
de la corte o del tribunal debe abstenerse Los jueces que se encuentren en alstono*
en los casca, previstos por la primera parte los casos del artículo 7S, se mV ibirán 4
de este articule". oficio del conocSmieatc de la causa y la «•
De acuerdo con el texto trascripto, las ñutirán al juez a quien corresponda" (1
causas de abstención son más numerosas Ei principio del desplazamiento de i
y el alcance más amplio que el de las recu- competencia del órgano jurfsdhcinna! 9
saciones, ya que el órgano jurisdiccional knálogo al del procedimiento civil Media»
debe abstenerse de intervenir en el proceso te la excusación y la recusación se loa
cuando- "existen graves razones de conve- desplazar la competencia del juez o trlto
niencia no enumeradas por la ley, entre nal que está entendiendo o drtte entenda
los motivos de recusación". Y entiéndese hacia el correspondiente en ei orden fija*
por tales motivos, a los enumerados en el (8) Ode^'w-, H.. Derecho nrreesnl venal t i
articulo 64 de la ley procesa', cuales soc* . 14? v 148 Ed ideas. Bs. Aires 1952.
para el turno. En cuanto a los jueces de cional, por la ley 4128, en sus artículos 17
primera instancia es una práctica genera- a 21, mencionándose el hecho cíe que el
lizada y por cierto vituperable, dice Pode- Código fue redactado para la provincia de
tt¡. de recusarlos sin causa, como medio de Buenos Aires. Las disposiciones que hacen
radicar el pleito ante otro juez. El despla- referencia a la organización de la magis-
zamiento, en e! caso, no afecta la compe- tratura, se resienten por las regías vigentes
tencia por materia, cuantía, territorio, per- en el orden nacional, con las cuales deben
sona o grado, sino única y exclusivamente ser coordinadas. Por tal motivo, las reglas
la determinada por turno. Las causas que sobre la Suprema Corte aue traen los ar-
hacen procedente la recusación y la opor- tículos 391. 392, 395. 397, 400 y 402, son in-
tunidad y procedimiento para que los jue- aplicables. IsuaJmente lo son las resla.s gue
ces se excusen o sean recusados sin o con legislan sobre departamentos de campaña
causa, modifican ¡os principios generales (arts. 393. 396 y 399). Las l^yes nacionales
sobre la competencia en razón del turno ( 9 ). posteriores han legislado sobre integración
Se trata pues concluye el mismo autor, de de tribunales en caso de que fuera nece-
una institución necesaria, que se vincula sario hacerlo. La ley 7055 (art. 5") y la
al fin mismo de la justicia, procurando evi- ley 12330 (art. 4 ' ) legislaron sobre integra-
tar que motivos espúreos, consciente o in- ción de las cámaras. Estas disposiciones
conscientemente, puedan determinar las ac- quedan cubiertas por la ley 13.998 (crt. 31)
tuaciones y resoluciones judiciales. Pero, al y el Reglamento para la Justicia Nacional
mismo tiempo, contribuye a que los litigan- (art. 120). El texto primitivo del articulo
te y profesionales tengan confianza en 31 de la ley 13998. ha sido sustituido por
sus jueces y que éstos no deban violentar el ordenado por el decreto-ley 77S6/56. El
sos sentimientos íntimos al impartir justi- régimen actual resultante de todo, mere-
cia... Mediante ¡a excusación, el juez que cerá nuestra atención más adelante.
se considera inhábil subjetivamente para Volviendo a! análisis de \i disposición
entender en una causa, tiene la facultad básica sobre el asunto (art. 384). n~.> de-
y el deber de excusarse (><>). tendremos en el alc-mce del concepto cns^s
2. Disposiciones áe la ley procese? dril. de legitima fcevscri-in.' la !ey se refier 11 a
Nuestra legislación no ha observado for- ellos, pero des<1i<-lndimente, no los men-
mas estáticas a través de los tiempos, en cioni dando así páb'Jlo p°ra Ins má.s arbi-
punto a la materia de !a recusación y ex- trarias interpretaciones, P3r PSÍO la mayo-
cusación de los magistrados iudi'-hles y ría de los tratadistas ha entendido que es-
auxiliares de la justicia. Nos remitimos a tos casos de legítima excusación son los
la evolución de las realas legales a través mismos que la ley señila como causales de
de los diversos ordenamientos para señalar recusación. Afianza este morío de interpre-
losprecentos en virencia. dentro del Código tar, indica Podetti lo dispuesto por los ar-
de procedimiento civil y comercial y de las tículos 17 y 20 de ¡a ley 4128, el primero en
leyes modificatorias El artículo 384, que cuanto permite al "iuez que sisa en turno"
debe considerarse como básico, exoresa: considerar improcedente la excusación, lo
"Todo iuez que se halle en alguno de los cual Implica que se debe tratar de causas
casos de lesítizna excosacíón. se inhibirá objetivas: y el segundo cuando sanciona al
manifestando la causa. No será nunca mo- juez "que estaba impedido de entender en
tivo de excusación el parentesco de otros el asunto" y no «e excusa oportimamenté.
funcionarios que intervengan en cumpli- Par otra ir»ríe arreza, es el principio que
miento de sus deberes". Contienen disposi- sisrue prrin parte de la legislo clon procesal
ciones análogas ios Códigos procesales de de las provincias. Pero conforme a reite-
las provincias de Buenos Aires íart. 415), rada jurisnrudencia de los tribunales pro-
Corrientes íait. 342). Tucumán (art. 863), vinciales ("), el referido tratadista expone
Salta (art 325. inc. 1"). San Luis íart. 602) el criterio de que li interpretaron de las
y Entre R>'os (art. 331>. causales de excusación debe ser amplia, sin
El tivsrento contenido en el Código de llegar aor ello a permitir a los mplos jue-
procedimiento de la Capital Fedprsl debe ces descargarse, por esa vía, de parte del
ser complementado, señala la doctrina na- trabaio que les corresponde. Cuando de la
expuesto por el juez para excusarse, re-
(9) El turno es «n meólo o modo de dtatribti- sulta que serñ para él una violencia moral
, dónde los nlelros. que en rltrto sentido cí«eta ni seguir interviniendo en isa proceso, aun
orden público. p\i»sto que persigue un reparto
adecuado del trabajo. Responde a análogos princi- cuando la causa invocada, obietlvamente,
P'os que los otros elementos p?ra fijar la comue- no encuadre en la enumeración del artículo
ta>cl« y íio pueden los litigantes, aun de común 368, debe ser admitida su separación del
«cuerdo, prescindir de él pasa -adicar sus litigios
(Pocletti, ob v lúa-, cit.). Oí) Sup. Tríb. Bntre Kías» I>. I... H.ep. 0. pa-
(10) Podetti, J R.. os. cít.. pipi. 499 y sigs. gina. 512.
proceso. Sostengo por ello, concluye, que el tro de los tres días podrán pedir su separa-
segundo apartado del artículo 384 no es ción del proceso. Si así lo hicieran, se pro-
feliz, ya que puede obligar a un juez de cederá como se dispone precedentemente.
primera instancia o de segunda, a consi- Vencidos los tres días sin ejercer la facultad
derar, aceptar c rebatir fundamentos o dic- referida, el juez continuará interviniendo
támenes emitidos por sus más próximos en el proceso, no pudiendo en adelante ser
parientes. Y para los profesionales existiría recusado por los mismos motivos."
la duda sobre la influencia en el ánimo del Como se advierte, las leyes procesales,
juez de tal situación. Si la ley prohibe que dictadas en los últimos años, superan el
sean jueces del mismo tribunal "parientes texto del viejo Códipo de la Capital Fede-
o afines dentro del cuarto ?rado civil" (ar- ral, en cuanto que permiten la continuación
tículo 8°, ley 13.898), e<?a situación con res- del juez en la dirección de la causa, si las
pecto a jueces de diverso grado o a otros partes no la cuestionan y si no se está en
funcionarios que han intervenido en el pro- presencia de inroedimpntos absolutos.
ceso, emitiendo dictamen, debería ser cau- ¿Cuáles son esos impedimentos absolu-
sal de recusación y por consiguiente de ex- tos? í") El parentesco (art. 368, inc 1° del
cusación (12). Cód. de la Cap. Fed.); 2") la sociedad o
Por eso es más aconsejable el texto del comunidad (art. 368, inc. 3") y el haber sido
Código de procedimiento civil de Mendoza defensor o emitido dictamen o dado con-
que prescribe: "Todo juez, que se halle en sejos o recomendaciones sobre el pleito (ar-
alguno de los casos de legítima recusación tículo 368, inc. 8'), o declarado como tes-
se inhibirá manifestando la causa". Pero, tigo. ¿En eme momento ha de excusarse el
si la parte Interesada se conformase en que juez? La doctrina y la jurisprudencia son
siga entendiendo, la separación no tendrá contestes al respecto: la oportunidad oara
lugar, etcétera", salvo en los casos en los excluirse corresponde a la primera inter-
que "habrá absoluto o insanable impedi- vención del magistrado, a menos aue la
mento". El Código de Santa Pe dispone que causa de excu^ción sea sobreviniente ( 1S >
el juez que se halle comprendido en alguna La ley 4128 establece dicho límite, en sa
causa legal de recusación, deberá excusarse; artículo 21, que dispone: "El ju^z o vocal
pero el que hubiera podido invocarla puede de cámara a cmien se pruebe aue estaba
exigir para que siga conociendo, a menos impedido de entender en el asunto y a sa-
que aquélla, decorosamente no se lo permi- biendas dicte en él una resolución que no
ta. Los de La Rioja v Jujuy expresan apro- sea de mero trámite, será penado con una
ximadamente lo mismo: El segundo, en multa de quinientos pesos a beneficio de!
efecto, dice eme "torio juez que se halle com- Consejo Nacional de Educación. La tole-
nrendido en alguna de las causales de recu- rancia de la providencia de mero trámite,
sación referidas en el artículo anterior, de- no será admisible después de contestada h
berá inhibirse". rtpmpnda si proveyere en los autos sin excu-
"Asimismo lo Imá —prosigue— cuando sarse".
existan otras causas no previstas que le im- Complementa e°ta disposición el artículo
ponen abstenerse de conocer en el proceso 17 de la misma Jpy. al expresar: "En I«
por motivos graves de decoro n delicadeza". casos de excusación, si el iuez que sisa el
En el mismo sentido se ori°ntan los Códi- el rvrden de turno entendiese que aquélli
gos de Salta, Santiago del Estero, Córdoba es imoroeedente <:e formará incidente ql,
y San Juan. será pasado sin más trámite al sunerior A\
Merece subrayarse rjnc el nuevo Cádigd que esto paralice Ic substanciación de É
de la ttrovinrin de Mendoza establee, en causa". Igual precepto se halla contení*!
su artículo 12 lo siguiente: "Los jueces res- en los Código? provinciales de Juiuv (allí
pecto de los cuales mediare alguno de los 33. 2' ap), Santiago del Estero (art. 2UÍ
impedimentos enumerados en el artículo 14, Corrientes (art. 12). El artículo 18 deli
deberán excusarse de intervenir. Si se trata ley 4128 expresa: "Aceptada la excusacldf
de juez de tribunal unipersonal, en el mis- o recusación los autos quedan radicados v
mo auto en el cual señale fl impedimento, el juzgado que corresponda, aun cuaníf
disoondrá la remisión al subrogante legal. con posterioridad desaparezcan las caffií
Si lo fuera de tribunal colegiado, hará co- que originaron la excusación o recusación",
nocer el impedimento al cuerpo para aue La jurisprudencia nacional y la pro*
éste disnonea la integración. Cuando exis- cial han señalado en numerosos pronund»
tieran motivos de sospecha sobre la exis- mientes, las causas legítimas de excusad!
tencia de impedimentos conforme al ar- creando una verdadera doctrina sobre
tículo 15. lo hará saber al litigante o liti- punto que, por cierto, no deja de ofrea
gantes que pudieran recusarle, qiiienes, den-
(12) Podetti, J. R., ob cit., págs. 501 y 502. (13) Sup Trib. Tucumán, L. L., t. 53, pág.l
complicaciones en la práctica tribuna- mercial de la Capital Federal, y análoga-
licia. mente los de algunas leyes procesales de
Asi, se ha resuelto, por el mas alto tribu- las provincias. Son causas legales de recu-
nal de ¡a República, que procede la excu- sación: 1?) El parentesco de consanguinidad
sación "si una de las partes integra el o afinidad dentro del cuarto grado civil, con
Senado que conoce en el juicio político alguno de los litigantes, o con su letrado
seguido" contra el magistrado que se ex- (Cód. de la Cap Fed., art. 368, inc. 1°; el
cluye ( 1 4 ); y siempre que la comisión par- de Santa Fe, art. 15, que comprende el del
lamentaria haya aconsejado ya la forma- parestesco con el abogado y apoderado: los
ción de causa ('3). de Santiago del Estero, art. 12 y Mendoza,
En fallo del Superior Tribunal de la pro- art. 14). La recusación con causa, sostiene
vincia de Mendoza se ha resuelto que es Podetti, requiere la existencia de un mo-
"justificada la inhibición del juez que, como tivo serio que haga dudar de la habilidad
fiscal, había dictaminado sobre el mérito subjetiva del juez. De allí que la ley siga
de la información testimonial, cuya apro- el sistema de enumeración taxativa de los
bación se solicita, tramitada con el objeto motivos que la hacen procedente, con ex-
de rectificar una p a r t i d a de estado ci- cepción del Código de procedimientos de
vil"!' 0 ). Procede la excusación de un juez San Juan, que admite la causal genérica.
por raz5n de enemistad con una de las par- Entre las causas que en once incisos enu-
tes —se lee en una sentencia de la Cámara mera el artículo 368 del Código de la capi-
Civil de la Capital Federal— si en otro jui- tal, algunas, como el parentesco o el inte-
cio vinculado al mismo de la excusación, rés directo en el pleito, pueden considerar-
ha sido recusado con causa por la misma se como verdaderos impedimentos para que
parte, siendo la recusación admitida por la el juez pueda conocer; otras, en cambio,
Cámara, circunstancia que le crearía una implican solamente una sospecha de par-
violencia moral susceptible de hacerle per- cialidad. Con respecto al carácter de las
der la serenidad necesaria para administrar causales, la jurisprudencia tiene consagra-
justicia, como lo expresa el juez que se ex- do el principio de que las causas de recusa-
cusa (i"). ción no deben ser ampliadas por vía de
Recordemos al respecto que en general, interpretación por analogía (22), es impro-
las causales de la excusación sen las seña- cedente la recusación genérica, se dice en
lada.s para la recusación con causa. un fallo de la Cámara Federal de Bahía
Innumerables fallos expresan a su vez los Blanca; la recusación se vincula a una cau-
casos de no procedencia de la excusación; sa determinada (23); 2^) Tener el juez o
mencionaremos algunos: No procede por sus consanguíneos o afines, dentro de los
haber desempeñado el juez "diversos cargos mismos grados del número anterior, directa
en la municipalidad demandada, por tra- participación en .cualquier sociedad o cor-
tarse de una circunstancia de orden gene- poración que litigue (art. 368. inc. 2 del Cód.
ral" ( 1 S ), por "el mero hecho de haberse de la Cap Fed.). Análogas disposiciones con-
notificado una providencia en el proceso, tienen lo.s Códigos procesales de las provin-
en el carácter de agente fiscal" O"); por cias de Puenos Aires (art. 387. 2" ap.), Tu-
"haber intervenido como letrado y partidor cumán (art. 885. 2" ap.), Corrientes (art. 321,
en la sucesión de los padres de los acto- 2" ap.). San Luis (art. 581, Ser. ap.) y Salta
res" ( M ) ; por amistad, si no es "con las (art. 309, 2' ap.).
partes del juicio o sea con los sujetos de La doctrina aclara los términos del inciso
la acción" (2'). en el sentido de que, aunaue la ley habla
3. Causales de recusación motivada. He- de "sociedad o corporación", comprende
mos dicho, más arriba, que ¡as causales también el caso de cualquier comunidad y
de la excusación son las mismas que las de siendo ésta una causal que debe conside-
la recusación con causa. Importa conocer rarse absoluta y que involucra el interés
las causales de recusación reconocidas por económico del juez o de sus parientes en el
nuestro Código de procedimiento civil y co- pleito, queda comprendida en la más amplia
del inciso 4°; por eso algunos Códigos pro-
(14) Sup. Corte Nac., Fallos, t. 45, pág. 691. vinciales la han suprimido (Córdoba, San
(15) Supr. Trib. Santa Pe, L. L., Rep. 9, pá- Juan, Mendoza y Jujuy).
gina 512. 3?) Tener los mismos sociedad o comu-
(16) J. A., 1953-11, pág. 290; 1953-III, pág. 305.
(17) j A., t. 63. pág. 143 nidad con alguno de los litigantes, excepto
(18) Cám. Civ. Cap. Fed., J. A., t. 48, pág. 131
y t 47. pág. 400. (22) Corte Sup. Nao., Fallos, t. 207, pág. 229;
(191 Cám. Crira. Corr. Cap. Fed.. L. L., Rep. 10, Cám. Paz Cap. Fed.. G. del F.. t. 80, pág. 481; Cám.
páS. 450. Com. Cap. ed., L "L., t. 55, pág. 272; J. A., 1949-11,
(20) Sup. Trib. Tunjmai!, í, L., t. 54, pág. 358. pág. 123.
(21) Iu., L. L., t. 50, pág. 103. (23) L. L., t. 60, pág. 162.
si la sociedad fuese anónima (art. 368, inc. sa (2-i). La ley nacional 5106, en su artículo
3> del Cód. de la Cap.). La legislación ha 1°, expresa: "Ser o haber sido el juez de-
consolidado esta disposición resolviendo: nunciado o acusado en juicio político por el
"...pendiente el pleito, entre el juez o sus recurrente ante la H. Cámara de Diputados
parientes consaguineos o afines dentro del de la Nación, siempre que la comisión res-
segundo grado civil, y cualesquiera de los li- pectiva de la Cámara hubiera aconsejado
tigantes, aunque la sociedad sea de partici- hacer lugar a la formación de causa de con-
pación, pero no la anónima": ley 50, artículo formidad con el artículo 45 de la Constitu-
43, 2V ap.; Código de procedimiento civil de ción Nacional". Esta disposición, apunta
Santiago del Estero (artículo 12, 2" ap.) y Podetti, que sustituyó al inciso 7', artículo
La Rioja (art. 22, ap. 3'). 368 Código procesal civil, debe considerarse
4^) Tener interés en el pleito o en otro modificada, en su segundo apartado y con
semejante (art. 368, inc. 4' del Cód. de la respecto a los jueces de primera y de segun-
Cap.). "Siempre que por cualquier causa da instancia, por las disposiciones de la ley
o relación tenga el juez interés en las re- Í3.644 (enjuiciamiento de jueces). En efec-
sultas del pleito", se lee en el artículo 45, to, los jueces son enjuiciables ante el tribu-
apartado 8° de la ley 50, y análogamente en nal que ésta ley crea y no en juicio político
los Códigos procesales de las provincias de (art. 1"); en consecuencia podrá recusar al
Jujuy (art. 32, ap. 2'), Santa Fe (art. 15, juez que el hubiere denunciado ante el Cá-
ap. 2"), La Rioja (art. 22, ap. 2"), Salta (art. mara correspondiente (art. 15) y siempre
309, ap. 4°), San Luis (art. 581, ap. 5"), Co- que la Corte dé curso a la denuncia (art.
rrientes (art. 321, ap. 4"), Entre Ríos (art. 19,ainc. c).
318, ap. 2'), Tucumán (art. 855, ap. 4°), 8 ) Haber sido el )uez defensor de alguno
Mendoza (art, 15, ap. 10'), San Juan (art. de los litigantes o emitido opinión o dicta-
1075, ap. 2"), Córdoba (art. 1085, ap. 3') y men, o dado recomendaciones acerca del
Buenos Aires (art. 387, ap. 4'). pleito, antes o después de comenzado. La
La expresión "semejante" a que se refiere ley 50, en su artículo 43, inciso 7', agrega:
el precepto del Código de procedimientos de "Si siendo juez hubiese manifestado su opi-
la Capital, en el cual tenga interés el juez, nión sobre el pleito, antes de proferirse sen-
ha de ser tal, señala un tratadista, que la tencia". El Código de procedimiento de Men-
sentencia que allí se dicte pudiera invo- doza, expresa: "Haber sido defensor o pro-
carse como antecedente jurisprudencial en curador de alguno de los litigantes, emitido
la causa en la cual se recusa. Debe existir, dictamen o consejo como letrado, dado re-
entre- ambos procesos, analogía en las cues- comendaciones acerca del pleito antes o
tiones litigiosas, para que la decisión de uno después de comenzado, expedídose sobre la
pueda influir en el otro y predisponer el cuestión pendiente como fiscal o perito, o
ánimo del juez. declarado, finalmente, en ella como testigo"
5*) Tener pleito pendiente con -el liti- (art. 611, ap. 8°). Algunos fallos de juris-
gante que recuse. El preogpto es análogo al prudencia ilustrarán acerca de la causal
de los Códigos de las provincias de Buenos anotada, en el Código de procedimiento de la
Aires (art. 397, ap. 5°), Tucumán (art. 855, Capital. "Es improcedente la recusación de
ap. 4"), Corrientes (art. 321, ap. 5'), Salta un camarista, se dice en una sentencia
(art. 309, ap. 5"). El Código mendocino agre- de la Cámara Federal de la Capital Federal,
ga el inciso 5' que expresa: "siempre que si bien intervino como juez de primera ins-
aquél haya sido promovido antes de haber tancia en la iniciación del sumario, no ha
tomado el juez intervención en la causa" emitido opinión alguna con respecto al fon-
(art. 611, inc. 5"). do o mérito del mismo" (-'<}. "No constituye
6^) Ser acreedores, deudores o fiadores prejuzgamiento las opiniones sustentadas
de alguna de las partes. El Código de la pro- como tratadista, constituyente, legislador o
vincia de San Juan mejora el texto, dicien- en otro carácter ajeno a su investidura judi-
do: "ser acreedor, deudor o fiador de alguna cial" ( 2 G ) . Tampoco hay prejuzgamiento en
de las partes por cantidad que se juzgue resoluciones que aprecian "prima facie" una
de consideración, salvo si se tratare de ban- situación jurídica, para dictar una medida
cos constituidos por sociedades anónimas" precautoria (*•). "Si los camaristas se limi-
(art. 1075, ap. 5"). El de Mendoza establece: taran a resolver una cuestión de cornpeten-
"Ser el juez o su consorte, acreedor o fiador
de alguna de las partes" (art. 611, ap. 6'). (24) Cám. Fed. Cap. Fed., L. L., t. 48, pág. 55!;
7?) Ser o haber sido (el juez) denuncia- J. A , 1947-III, pág. 518.
dor o acusador del recusante, o denunciado o (25) L. L., t 48. pág. 582.
(26) Sup Corte Prov. Es. Aires, L. L. Rep. 11,
acusado por el mismo. Concuerda la juris- pág. 845.
prudencia en el sentido de que la denuncia (27) Cám. Civ. 1" Cap. Fed., L. L., t 51, pá-
debe ser anterior al pleito donde se recu- gina 136.
cia, sin entrar al fondo del asunto y alu- "haber procedido en el juicio irregular-
diendo «prima facie» a la calificación jurí- mente, dictando autos o sentencias con el
dica del demandado" (28). vicio de nulidad". Los Códigos de Córdoba
9*) Haber recibido el juez beneficio de (art. 1085, ap. 13), Entre Ríos (art. 318, ap.
importancia de algunas de las partes en 12) y San Juan (art. 1075, ap. 11) determi-
cualquier tiempo; o después de iniciado el nan otra: "Haber el juez producido en el
pleito presentes o dádivas, aunque sean de procedimiento nulidad que haya sido decla-
poco valor. rada judicialmente".
10*) Tener el juez con alguno de los li- En la mencionada ordenación de Mendo-
tigantes amistad, que se manifieste por una za, se hallan contenidos otros preceptos re-
gran familiaridad o frecuencia de trato. El lacionados con el tema. Así, el inciso 15 del
inciso 1' del artículo 43, de la ley 50, ex- artículo 611, establece: "Haber dado lugar
prpsa: "...antes o después de comenzado al recurso de queja por denegación o retar-
el pleito, que se manifieste por una gran dación de justicia, cuando, la queja ha sido
familiaridad". Algunos Códigos procesales considerada -justa por el superior; tener el
(Salta, San Luis, Corrientes, Entre Ríos, juez superior, parentesco dentro de los gra-
Tucumán, Mendoza, Buenos Aires, Santa Fe, dos a que se refiere el inciso 1° con el juez
Jujuy y Santiago del Estero son idénticos), inferior que hubiere pronunciado la sen-
exigen "tener amistad íntima"; el de Córdo- tencia que se trata de confirmar o revisar"
ba; "... o con sus letrados o apoderados, si (art. 611, inc. 16). "Cualquier otra circuns-
la amistad fuese notoria", el de San Juan y tancia que permita dudar fundadamente de
La Rioja. la idoneidad subjetiva del juez o funcionario
11a) Tener (el juez) contra el recusante recusable" (art. 16, ap. 3").
enemistad, odio o resentimiento que se ma- 4. Los funcionarios del Ministerio Fiscal
nifieste por hechos conocidos. La ley 50 y Secretarios. Respecto a los funcionarios
(art. 43, inc. 5') expresa: "Cuando medie del Ministerio Fiscal y Secretarios, dispone
o resentimiento contra el recusante por he- el artículo 390 del Código de procedimiento
chos conocidos, o en los seis meses anterio- civil y comercial de la Capital Federal: "En
res al pleito, le hubiere amenazado en dis- caso de que los representantes del ministerio
cusiones privadas". En un fallo de la Cáma- Público tuviesen algún motivo de legítimo
ra del Trábalo de la Capital Federal, se impedimiento, deberán manifestarlo; y el
ha resuelto respecto a la causal indicada Tribunal o Juez de la causa podrá darlos por
que nrocede la recusación "si la incidencia separados, pasando el asunto a quien deba
planteada entre el iuez y los representan- subrogarlo". El artículo 397 de la misma ley,
tes de la parte al formularse una posición, expresa: "El Procurador General de la Corte
se ha desarrollado en un clima de violen- será reemplazado por el Fiscal de la Cámara
cia... por haberse llepado a una situación de Apelación, y éste por los Agentes Fiscales
de intemperancia entre gonéllos" í 2 »). de la Capital". "Los Agentes Fiscales se su-
El Código de nroeedimiento de la rjrovin- plirán —dispone el artículo 398— unos a
cla de Entre Ríos (art. 318. ao. 10) esta- otros, y en su defecto, por los Asesores de
blece cnie "no s p rán causales de recusación los Defensores de Menores que no estuvieren
los insultos o injurias, de hecho verbales inhabilitadas. Impedidos los Asesores de Po-
o escritas contra el ínez que estuviere ín- bres y Menores, se nombrará por el Juez o
tervini°nrio en el juicio". Tribunal, ante quien penda el asunto, un
El precepto del artículo ha sido ampliado, letrado que desempeñe osas funciones, y
en alevinos otros Códisros procesales de las cuyo honorario será fijado por el Juez y
provincias, pmnlianrto el concepto de la ene- abonado por el Tesoro Público''.
mistad, al letrado (Cód. de Bs. As., art. 397, En punto a los secretarios, dispone el ar-
ap. 11). o enemistad manifiesta con alguno tículo 399: "Los Secretarios de Primera Ins-
de los litigantes (Cód. de Córdoba, art. 1085, tancia serán reemplezados por los que nom-
ap. 12). bren los Jueces al admitir la recusación o
Ciertos Códieos provinciales han agregado impedimento.
otras causales de recusación motivada: así, El Código de procedimiento civil y comer-
el nuevo Código de procedimientos de Men- cial de la provincia de Santiago del Estero,
doza, en su artículo 611, incisos 11 y 14, en su artículo 17, expresa que los funciona-
anota las siguientes: "Vivir en la misma rios del Ministerio Público, los secretarios
casa participando de la misma mesa con al- y demás empleados no son recusables. Aná-
guno de los litigantes o sus abogados" y loga disposición contiene el Código de Santa
Fe (art. 17).
(28Í Id.. L. L., t. 55, pág. 148; írt . L. t.., t. 45, 5. Cómo se opera la sustitución. Según
ág 766. del m'smo Tribunal y Sup. Trib. Santa Fe,
uD.10, pág 974, de la misma publicación. hemos dicho precedentemente, no existe una
'2.) G del P., t. 194, pág. 192. correlación de preceptos que determinen la
forma en que deben reemplazarse los jue- que legislan sobre integíación de 'as Cáma-
ces, miembros de las Cámaras y miembros ras. Tales asuntos han sido complementa-
de la Suprema Corte Nacional, siendo nece- dos por la ley 13.998 (art. 31) y ei regla-
sario apelar a diversas leyes que rigen or- mento para la Justicia Nacional (art. 120).
gánicamente la materia. Así, el articulo El texto del artículo 31 de la ley 13.998, ha
391 del Código de la Capital Federal esta- sido sustituido por el del decreto-ley 7796/56,
blece: "La Suprema Corte formará cada año siendo el régimen en vigencia el siguiente;
una lista de treinta abogados de la matricu- en cuanto a la integración de las cámaras
la, entre los que se sortearán los que deban nacionales de la Capital Federal: l" Las
suplir en casos de recusación sin causa, a Cámaras nacionales de apelación o sus salas,
los miembros de la Suprema Corte, Cámaras se integrarán por sorteo entre los demás
de Apelación y a los jueces de Primera Ins- miembros de aquéllas; 2" Luego, del mismo
tancia de la Capital" El subsiguiente pre- modo, con los jueces de las otras cámaras
cepto establece: "...en la Suprema Corte de apelaciones en el orden establecido por la
y Cámaras de Apelación la integración se reglamentación de la ley 13.998; 3" por últi-
hará en la forma siguiente: En los casos de mo, siempre por sorteo, con los jueces de pri-
excusación... la Suprema Corte y Cámaras mera instancia que dependan de la cámara
de Apelación respectivas, serán integradas o sala que deba integrarse (ley 13.998, ar-
con aquel de los camaristas que resulte de la tículo 31, según decreto-ley 7996/56). La
insaculación quf ai efecto debe practicarse reglamentación dispone que cuando la inte-
entre las Cámaras restantes..." (art. 392). gración debe hacerse con jueces de otras
Estivill afirma que ambos preceptos son cámaras, cada cámara se integrará con los
inapelables a la Suprema Corte Nacional, miembros de la que le sigue en el orden en
que se rige por otras disposiciones. que van enumerados por el artículo 32 de
Establece el artículo 394 del Código de la la ley 13.998, a saber: l') Cámara en lo ci-
Capital, que el "sorteo sobre la lista de Con- vil, comercial y penal especial y en lo con-
jueces se hará por el Tribunal que haya de tenciosoadministrativo; 2°) en lo civil; 3'
integrarse, en audiencia pública y a pre- en lo comercial; 4 V ) en lo penal; 5") de!
sencia de las partes, si quisiesen asistir, trabajo; 6") de paz. Sobre los jueces de pri-
pudiendo cada una de las personalidades mera instancia, dispone el reglamento para
que' constituyen la parte actora o deman- la Justicia Nacional, que los jueces compren-
dada, recusar sin causa, antes de la insacu- didos en la jurisdicción de cada uno de las
lación, hasta tres abobados de la lista. Este cámaras nacionales de la Capital Federal,
derecho se pierde por inasistencia al acto". se reemplazarán recíprocamente en la fi
En el artículo subsiguiente se exrjresa: "En ma que disponga la cámara respectiva.
caso de nue sea parte o teñera interés en el La ley 13.998 sobre Organización de Jui
pleito alguno de los vocales de la Suprema ticia nacional, sancionada en 1950 que n
Corte o de una de las Cámaras, sólo éste los casos de recusación, impedimento, v¡
deberá s^rtararse integrándose según oueda rancia o licencia de aleuno de los mié:
prevenido" (?rt. 395). "Los iueces letrados bros de la Suprema Corte Naional,
de lo civil y los de lo comercial de la Capi- sustituida por el dpcreto-ley 7796/56,
tal se reemplazarán recíprocamente ñor or- dando el artículo 22 de la anterior ordena-
den de turno" (art 396 del cit. Cód.). Es- ción modificado en los siguientes tér;nim
tando todos impedidos, entrarán a siiplir "En los casos de recusación, impedimento
los del crimen, y finalmente, un abogado de alguno de los miembros de la Suoreí
de la matrícula sorteado por la Cámara Corte, este tribunal se integrará hasta ci
respectiva en la forma prevenida en el ar- pletar el número lee^l para fallar, en
tículo 391, y cuyo honorario será abonado orden siguiente: 1") Con el procurador
por el Erario Público". neral de la Nación; 2') Con los miembí
Sobre los secretarios de la Suprema Corte titulares de la Cámara Nacional de Apelí
Nacional dispone el artículo 88 del regla- ciones en lo civil, comercial y penal esp
mento para la Justicia Nacional, que "en cial y en lo contenciosoadministrativo de!
caso de ^ usencia o impedimento se reempla- Capital Federal, y 3") Con los coniueces d
zarán recíprocamente sin necesidad de la lista de veinticinco abogados, que reúna1
acordada especial". las condiciones para ser miembros de 1
Ahora bien, recordando lo dicho al co- misma Corte y que ésta formará por insí
mienzo de la parte primera, capitulo ir, de culación en el mes de diciembre de cadi
este estudio de la correlación de preceptos año".
modificatorios del Código de Procedimiento Una acordada de la Suprema Corte Na
de la Capital Federal, resulta que ios ai ti- u- nal, que data del 17 de diciembre de 1
los pertinentes han sido reemplazado? por reglamentó el orden de reemol?zo de
la ley 7055 (art. 5 y la ley 12.330 (art. 4 » ) , miembros de las Cántaras nacionales de
Capital, determinando (art. 120) que los al menos, con las condiciones en que aque-
"Jueces comprendidos en la jurisdicción de lla se produjo. Se destruye, naturalmente,
cada una de las cámaras nacionales de la esta condición subjetiva cuando el juez,
Capital Federal se reemplazarán en la for- hombre por naturaleza, se ve rodeado de
ma que disponga la cámara respectiva". "Los aquellas pasiones o intereses a que sucum-
jueces del interior de igual jurisdicción —se be fácilmente la humanidad, posponiendo a
lee en otro precepto— territorial se reem- sus conveniencias particulares las extrañas,
plazarán recíprocamente en la forma que aun a trueque de sacrificar principios puros
disponga la respectiva cámara nacional" de justicia. En nuestra pasión de beligeran-
(art. 121). Referente a los secretarios del tes de la contienda judicial, nos mostramos
más alto tribunal de la Nación, prescribe el propicios a recelar primero y a negar des-
artículo 88: "En caso de ausencia o impedi- pués, al juez que se encuentra afectado por
mento se reemplazarán recíprocamente sin alguna causa natural de recusación, no ya
necesidad de acordada especial". En cuantc un justificado margen de confianza en su
a la formación de la lista de con jueces, dis- probidad profesional, capaz de imperar so-
pone, al fin, el artículo 128: "En noviembre bre aquellas afecciones, sino incluso la na-
de cada año los jueces nacionales del inte- tural capacidad o buena fe resolutiva cuan-
rior elevarán a la Corte Suprema una nó- do no somos los favorecidos por él. De ahí
mina de no menos de quince abogados en que una justicia que pueda ponerse en en-
condiciones legales a efecto de la forma- tredicho por apariencias personales, sea
ción de la lista de con jueces". una justicia imperfecta que se debe procu-
rar a todo trance evitar... De las conside-
Capítulo III raciones precedentes se nos manifiesta na-
EL PROBLEMA DE LA EXCUSACIÓN EJí EL tural y espontáneamente la recusación, con-
PROCESO PENAL cluye el autor citado, como una excepción
1. Concepto y naturaleza. No existe una autorizada legalmente que deroga el prin-
razón específica para la no admisión del cipio general, de que todo juez, por el
Instituto de la recusación y excusación en solo hecho de serlo, arrastra la presunción
el procedimiento penal como en el civil. de imparcialidad funcional, como inherente
Idénticos fundamentos lo abonan, pudiendo a su idoneidad debidamente acreditada.
afirmarse que en materia penal la necesi- Esto es, que cualquier funcionario judicial
dad de asegurar la independencia del órga- legalmente designado como titular de un
no jurisdiccional frente a las partes, su ab- órgano jurisdiccional, ya sea como miem-
soluta imparcialidad, es más rigurosa. Pues, bro del mismo o único, debe "administrar
si en el procedimiento civil se procura ga- imparcialmente, recta y cumplida justicia",
rantizar ¡a administración recta de la jus- lo que naturalmente se presupone en tanto
ticia traducida en intereses patrimoniales,, no exista causa o vicio míe lo contradiga o
en el proceso criminal se halla en juego algo sospecha que pueda justificar lo contrario.
mucho más trascendente, cual es la liber- De aquí que se trate de una auténtica lex
tad y quizá la vida misma. esveciali'í que por propia naturaleza es ca-
Habiéndose sentado como premisa funda- paz de abrogar la ley eeneral de comneten-
mental or?ánico-procesal la de que el juez, cia en los casos autorizados por la ley misma
una vez designado competentemente, posee y en favor de una persona determinada; el
capacidad funcional para "administrar jus- actor de la excepción. Esto constituye, en
ticia" en general, cabe preguntarme, dice fin de cuentas un "privilegio" nne como tal
un tratadista, "¿qué razón de orden suoe- necesita una demostración ríe factn y debe,
rior a la precedente justifica, en ciertos por consiguiente, interpretarse restricta-
casos, su derogación? O en otros términos, mente (••">).
que contengan la excepción en sí: ¿cuál es 2. El tema en nuestra legislación. Sin
el fundamento de existencia de las causas ánimo de realizar un estudio exhaustivo del
de recusación? Una de clara razón psico- Derecho positivo vigente en la generalidad
lógica, que se nos manifiesta sobre la doble de los países civilizados, nos limitaremos al
faceta, de la consideración de la opinión análisis de la institución en nuestro proce-
pública de la misma y sobre la integridad dimiento penal. Conforme a lo establecido
subjetiva del juez, tomada esta palabra en en el artículo 77 del Código de Procedi-
su sentido más lato. En el primer aspecto, mientos en lo Criminal de la Capital Fede-
prosigue, resulta que el juez no sólo ha de ral, los jueces que se encuentren en alguno
ser justo sino parecerlo, puesto que la jus- de los casos del artículo 75, se inhibirán de
ticia no sólo es un valor en si misma sirio oficio del conocimiento de la causa y la
una estimación personal que provoca en remitirán al juez a quien corresponda. A
aquellos que la demandan una plena ad- (30) Jiménez Asenjo, E., ob. cit., págs. 283
hesión espiritual a sus determinaciones o, y sigs.
su vez, el precepto citado determina las aconsejado haber lugar a la formación de
causales legítimas de la recusación con cau- causa, de acuerdo con el artículo 45 de la
sa, que son las que condicionan la excusa- Constitución Nacional. La Ley de enjuicia-
ción. Y estas causas son las que detallaremos miento criminal española, se refiere a esta
a renglón seguido. causal en su artículo 54, expresando que
1a) El parentesco de consanguinidad den- ésta se cumple en el caso de "estar o haber
tro del cuarto grado civil o del segundo de sido denunciado o acusado por alguna de
afinidad con alguna de las partes. El con- estas, como autor, cómplice o encubridor
cepto de partes, señala un glosador, aun de un delito, o como autor de una falta".
cuando tiene un sentido preciso dentro de La jurisprudencia de aquél país ha confi-
la terminología jurídico-procesal, ha sido gurado dicha causal diciendo que ella se
interpretado en sentido amplio, compren- presenta en caso de que la denuncia reúna
sivo de quienes aparezcan como víctimas los requisitos necesarios y surta los efectos
o perjudicados por el delito (3i), el fallo precisos para proceder a la averiguación de
citado expresa que debe aceptarse la recu- los hechos que comprenden, no bastando la
sación o excusación del juez que se encuen- denuncia injustificada hecha por un proce-
tra en los grados de consanguinidad o afini- sado acusando de3 cualquier delito al fun-
dad señalados por la ley respecto del dam- cionario judicial i »). "No es suficiente la
nificado, aunque éste no haya asumido el mera denuncia, se afirma en otra sentencia
papel de querellante en el proceso. Pero del mismo órgano judicial, sino que es in-
no se ha aceptado su extensión respecto de dispensable la querella, debiendo ser segui-
los familiares de quienes intervienen en el da del correspondiente antejuicio". "Cuando
proceso (32) F declarando la jurisprudencia no es el Ministerio Fiscal el que ejercita la
que no es causal de recusación o excusación, acción penal y aun en el supuesto de que
el parentesco del juez con familiares de haya sido interpuesta la querella, es pre-
algunas de las partes. Es de suponer, como ciso que haya sido admitida y que así conste,
dice un autor, que en tales casos se plantea para poder estimarla, como causa de recu-
un claro conflicto de conciencia al juez, en- sación (34).
tre faltar a su deber profesional o quebran- 4a) Haber sido defensor de. alguna de las
tar la voz de la sangre —o del parentesco partes, emitido dictamen sobre el proceso
afín— que le liga a los interesados. Resulta como letrado, o intervenido en él como fis-
a todas luces peligroso e imprudente no evi- cal, perito o testigo, o dado recomendacio-
tar que en tan grave alternativa pudiera nes acerca de la causa antes o después de
sucumbir la voz de la justicia ante la lla- comenzada. Una profusa jurisprudencia na-
mada de la sangre. cional apoya el concepto de la "interven-
2*) El parentesco, dentro del segundo ción" en el proceso. Así. un fallo de la Cá-
grado de consanguinidad o afinidad con el mara Criminal y Correccional de la Capital
letrado o representante de alguna de las Federal ( 3 r>), expresa que implica interven-
partes que intervengan en la causa. ción, que justifica la excusación del juez, la
Valen los mismos argumentos del precep- circunstancia de que éste, actuando como
to anterior. "Es natural, dice Manresa, ana- agente fiscal, haya dictaminado en el inci-
lizando igual disposición de la Ley de En- dente de excarcelación del procesado; pero
juiciamiento Criminal española, que el abo- no la de haberse notificado, en dicho ca-
gado que se intere.se por la causa que de- rácter, de una providencia dictada en el
fiende, que pudiera llegar a influir en el proceso (36) ni la de haber actuado en un
que ha de fallarla, pero no es de presumir incidente sobre competencia ( 3 ~). Léese en
que tal interés sea igual al del mismo liti- un fallo de la Suprema Corte de Mendoza:
gante, de aquí que se haya limitado al se- "La circunstancia de que el letrado defen-
gundo grado. sor del encausado haya deducido querella
3a) Estar o haber sido denunciado como contra el juez, no constituye causal de in-
acusado por alguno de ellos ante los Tribu- hibición de éste, por no estar contemplada
nales ordinarios, como autor, cómplice o en el artículo 611 del Código de Procedi-
encubridor, de un delito, o como autor de mientos, que establece en forma taxativa
una falta. Estar o haber sido el juez denun-
ciado o acusado en juicio político por el re- (33) Sentencias Sup. Trib. 12-4-1896, 27-3-901,
currente ante la Honorable Cámara de Di- 22-12-909, 20-6-911 y 22-6-928.
putados de la Nación, siempre que la co- (34) Sentencias del mismo Tribunal, anterior-
misión respectiva de la Cámara hubiera mente citado, 7-5 y 3-6-902.
(35) Sentencia registrada en Fallos, t. 5, pá-
gina 214.
(31) Cám. Crlm. Corr. Cap. Fed.. Folios, t. 4. (36) Sentencia del mismo Tribunal, anterior-
ág. 315. mente citado, registrada en Fallos, t. 5, pág. 213.
(32) Id. Fallos, t. 4, pág. 317. (37) Id., Fallos, t. 5, pág. 214.
¡causales de inhibición de los jueces" ('«). alguno de los expresados en el inciso ante-
ara que la denuncia o querella configure rior. La explicación es análoga a la del caso
la .causal de excusación prevista por el ar- anterior.
tículo 22, inciso 59 del Código de Procedi- 8a) Tener pleito pendiente con el recu-
mientos en lo Criminal de la provincia de sante. La fundamentación del precepto es
Buenos Aires, es menester que el denuncian- harto fácil. Se está en presencia de intere-
te o querellante haya obrado en defensa de ses contrapuestos que afectan la pondera-
un interés propio, no en razón del ministe- ción del razonamiento del magistrado, se-
rio o cargo desempeñado" ( 3 9 ). ducido por las alternativas de la causa que
En cuanto al alcance del término "dado procurará fallar conforme a sus convenien-
recomendaciones", la jurisprudencia local cias.
ha proclamado que no constituye recomen- 9a) Tener interés directo indirecto en la
dación la mera evacuación de una consulta, causa. Es obvio que la causal significa una
por el juez, antes de serlo y en oportunidad de las más fundadas "prima facie''. Un fallo
anterior a la iniciación del proceso, hecha de la Cámara Criminal y Correccional de la
a quien no es parte ( « ) ; ni la circunstan- Capital Federal («) ha definido, acertada-
cia de que el juez, al dictar sentencia en mente, que por interés directo o indirecto
otro proceso, disponga que se saque testi- debe entenderse todo aquello que, en defi-
monio de las declaraciones de los actuales nitiva, pueda redundar en daño o en pro-
procesados, que en aquel proceso actuaron vecho del magistrado.
como testigos, para remitirlo al juez de ins- 10*) Tener sociedad o comunidad con
trucción, por sospecharlos in cursos en el alguna de las partes, excepto si la sociedad
delito de falso testimonio («). fuese anómina. Nos referimos aquí a lo dicho
&) Ser o haber sido denunciador o acu- al efectuar el estudio de la misma causal
sador privado del que lo recusa. Se trata de en el procedimiento civil.
una causal que puede ser encuadrada entre 11a) Ser acreedor, deudor o fiador de al-
lis motivos de amor propio o el orgullo guna de las partes. La causal se halla in-
personal, puesto que ambos se dan en íntima cluida entre la genérica de "tener interés
unión, y según dice Jiménez Asenjo, anali- en ela pleito".
zando el mismo precepto de la Ley de enjui- 12 ) Amistad íntima. Los pronunciamien-
ciamiento criminal, constituye otro motivo tos, en este caso, deben ajustarse a una in-
natural que arrastra a los hombres fuera terpretación restrictiva. La jurisprudencia
de los honestos límites de conducta obliga- española, acotando el mismo precepto de la
da, y así la recoge le ley en todos aquellos ley procesal penal de aquel país, tiene re-
casos en que el recusado tuvo una interven- suelto que no procede la recusación norque
ción en el proceso anterior diferente a la el juez viva en otro piso de la casa del inte-
que pretende ostentar después, pues aparte re.sido, paseen juntos por el jardín y tomen
la contradicción aue supone en la unidad café, pues estos actos pueden realizarse lo
interna de la justicia, puede perfectamente mismo entre amieos íntimos que entre ami-
el juez, magistrado, secretario, etcétera, gos conocidos ( 4 4 ) ; ni tampoco lo es el he-
prevalerse de esta posición para favorecer cho meramente casual de sentarse a comer
lo que antes sostuvo, sin serlo o incluso in- en la. mesa de un hotel el procesado, el de-
conveniente y apasionado poner al servicio fensor y el juez, aunaue entre el juez y el
de aquella realidad que vivió y promovió con abobado se cambiasen palabras y saludos
ocasión de parte, todo el poder recto e im- de cortesía i 4 '"); ni en el hecho de que co-
parcial del juez, por un punto de orgullo miera el juez dos veces en casa del quere-
personal o amor propio exacerbado ( 4 2 ). llante y paseara con él usando caballos de
N
6a) Ser o haber sido tutor o curador de su propiedad ( 4 C ) . Desde luego, no pueden
alguno que sea parte en la causa. Trátase señalarse normas al respecto, se trata de
de la causal paralela del interés en el pro- cuestiones de hecho, que han de probarse
ceso o pleito. El interés puede ser, desde y dependen de innúmeras circunstancias que
luego, directo o indirecto y no solamente se tendrán en cuenta para dictar un pro-
crematístico sino toda clase del mismo in- nunciamiento cabal.
cluso el afectivo. 13?) Enemistad manifiesta. La jurispru-
7?) Haber estado en tutela o cúratela de dencia del país ha aclarado ciertamente el
(38) Pallo registrado en J. A., 1953-IV, pag-
alcance del precepto encerrado en esta cau-
na 260. sal. La excusación de un juez por razón de
(39) Cám. 3a Crim. Corr. La Plata, J. A., 1950-1, enemistad con una de las partes —se dice
pig 28.
(40) Sentencia Cám. Crim. Corr. Cap. Ped.. (431 Fallos, t. 4. pág. 317.
tallos, t. 1, pág 405. (44) Sentencia Sup. Trib. 26-11-1891.
(41) Id., Fallos, t. 5, pág. 525. (45) Id., 14-12-1891.
(42) Jiménez Asenjo, E., ob. cit., pág. 295. (40) Id., 5-3-1899.
en un fallo de la Cámara 3a. Criminal y Co- a lo que resulte más conveniente, que es
rreccional de La Plata ( 4 7 ) — resulta de una evitar cualquier posibilidad de que los ma-
situación personal, no la provocada por me- gistrados no actúen con la imparcialidad
didas o actitudes derivadas de la actividad debida.
procesal, sean del órgano jurisdiccional, de Ahora bien; el juez que reciba el proceso
las partes, o de sus representantes legales. por excusación de otro, puede oponerse a
"La enemistad debe existir, se lee en otro esta; y en tal caso la cuestión será dirimida
íallo, entre el juez y alguna de las partes, por el tribunal de alzada común a ambos
no bastando la que medie entre aquel y un jueces, b) provocada; cuando el juez, que
letrado o representante" ( 4 8 ). No revela se encuentra en alguna de las situaciones
enemistad la sola circunstancia de que el previstas por el Código, articulo 75, es re-
procesado, director de un diario, haya cri- cusado por las partes (art. 74) (™).
ticado la4 0actuación de un camarista en un El incidente respectivo se substanciará
proceso ( ); ni los conceptos vertidos por el según las prescripciones de los artículos 78
magistrado, en el ejercicio de sus funciones, y subsiguientes de la ley procesal penal.
aun cuando se les estime improcedentes o JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y «otas.
excesivos ( 3 °).
149) Haber recibido el juez beneficio de BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
importancia en cualquier tiempo; o después
de iniciado el proceso, presentes o dádivas, EXCUSAS ABSOLUTORIAS.* Podemos
aunque sean de poco valor. (Código de Pro- afirmar, como punto de partida de este tra-
cedimiento en lo Criminal de la Capital Fe- bajo, que por excusas absolutorias han de
deral, artículo 75, modificado por la ley 5107, entenderse aquellas situaciones en las cua-
artículo 1'). les, habiendo delito y delincuente, es decir,
El solo enunciado de esta causal es de por realización de una conducta (acto) típica-
sí suficiente para acreditar su existencia, mente antijurídica y culpable, la que es
si bien es la que más frecuentemente suele cumplida por un sujeto imputable, no hay
ser vejada. La práctica consuetudinaria de posibilidad de aplicar una pena —legítima
agasajar a los jueces, de toda jerarquía, consecuencia del delito cometido por el de-
mediante presentes, dádivas de diversa na- lincuente— por diversas razones, todas ellas
turaleza y solicitaciones que tienden a mo- basadas en la utilidad y conveniencia, va-
dificar o predisponer su ánimo, deseracia- loradas por el legislador que las concreta,
damente no encuentra sanción, puesto que de manera expresa, en una norma de la ley
en la generalidad de los casos, esta suerte positiva.
de soborno se realiza en la intimidad y suele De lo dicho deducimos, sin dificultad al-
no dejar huellas impresas. guna, que las excusas absolutorias tienen
La resolución por la cual el juez por ra- como efecto fundamental y podríamos decir
zón de sospecha, se aparta del conocimiento que único el suprimir la punibilidad de un
de un asunto, apunta Oderigo. puede produ- acto delictuoso, aun mediando todos los ele-
cirse en cualquiera de las siguientes formas: mentos indispensables para que ella se pro-
a) espontánea; cuando el juez, que se en- duzca, porque razones de distinta índole
cuentra en alguna de las situaciones pre- aconseian su impunidad.
vistas ppr el Código de Procedimientos en El Estado, como titular soberano de la
lo Criminal de la Capital Federal (art. 75), potestad de incriminar conductas y sancio-
se excusa del conocimiento de la causa y la narlas penalmente cuesto aue es inneaable
remite al juez que corresponda (cf. art. 77). e indiscutible que sólo en él reside el dere-
A diferencia de lo que ocurre con la recu- cho subjetivo en virtud del cual le es dado
sación, no es necesario que la excusación se acuñar en tipos delictivos conductas huma-
produzca originariamente; pero si alguna nas, a las que anexa una pena, puede dis-
de las partes ha deducido recusación en poner de aquella potestad mediante una
forma, no procede considerar la excusación renuncia en los casos y en las condiciona
formulada posteriormente (^). En una sen- por el mismo preestablecidas en las leyes*
tencia de la Cámara Criminal y Correccio- que limitan el ejercicio del poder público I1).
nal de la Capital Federal ( r > 2 ) se declara que, Esta renuncia se concreta en el cumplí-
no estando previsto por la ley, debe estarse (53) Oderigo, M. A., ot>. cit., t. 1, paga. 150 J
151.
(47) J. A., 1950-1, pág. 28.
(48) Cám. Crim. Cor. Cap. Fed., Fallos, t. 2,
pág. 333: t. 4, pág. 744. * Por el Dr. M. OCTAVIO ITURBB.
(49) Sentencia del mismo Tribunal, Fallos, t. 1,
páf*. 401. (1) Manzlni, V.. Trattato di Dirltto pénale ita-
(50) Id., Fallos, t. 2, pág. 332. liano, ristampa della seconda edizione acresclutad
(51) Id., Fallos, t. 1, pág. 400. perfezionata, vol. 4, Unlone Tipográfica Edltrte|
(52) Fallos, t. 4, pág. 314. Torinese, Turin, 1926. I
miento de determinados actos o en la ve- y precisa la institución que venimos estu-
rificación de determinadas situaciones que diando.
excluyen, extinguen o modifican, dice Man- Max Ernst Mayer, uno de los juristas ale-
zini, la potestad de castigar. manes más sólidos y profundos, las incluye
Algunas de estas causas se relacionan de en el grupo de las causas que dejan subsis-
manera directa con la persona del delin- tente el carácter delictivo del acto cumpli-
cuente en orden a la actividad que por él do por el sujeto activo y que tienen, no
ha sido desplegada, como sucede en el desis- obstante ello, por consecuencia la exclu-
timiento de la tentativa; otras, por el con- sión de la punibilidad, sistemática esta que,
trario, se refieren a la esencia o naturaleza por sí sola, es suficiente para poner de ma-
del propio acto delictivo. nifiesto el concepto que de las excusas se
Podemos decir, pues, sin temor a incurrir ha formado el autor que glosamos y que
en error que las denominadas por la doc- ratifica de la manera más plena, al defi-
trina, excusas absolutorias, son el aspecto nirlas como "causas personales que exclu-
negativo de la penalidad, que para algunos yen la pena, como las circunstancias que
es una de las características del delito, y conciernen a la persona del autor, que ha-
para otros, tesis a la que me inclino prefe- cen que el Estado no establezca contra ta-
rentemente, es una consecuencia jurídica y les hechos, acción penal alguna".
necesaria de aquel. Con más exactitud y más rigor técnico se
No estar penado en un caso concreto el dice en La Ley y El Delito (•>), Augusto Kho-
acto descripto por la ley como delictivo, es ler las define como "circunstancias en las
excusa absolutoria o causa de impuni- cuales a pes^r de subsistir la antijuricidad
dad ( ¿ ) . y la culpabilidad, queda excluida, desde el
Aquellas razones, en virtud de las cuales primer momento la posibilidad de imponer
se hace jugar la excusa absolutoria, son una pena oí autor".
siempre razones de orden personal, como Siguiendo al maestro Jiménez de Asúa,
bien lo ha puesto de manifiesto Eusebio concebimos a las excusas absolutorias como
Gómez ( 3 ), en el sentido de que encuentran aquellas causas que hacen oue a un acto
o tienen su fundamento en situaciones de típico, antijurídico, imputable a un autor
tal carácter y no benefician sino a los que y culpable no se asocie una pena, por ra-
fn tales situaciones se encuentran. zones de utilidad pública.
Las que la doctrina y la legislación espa- Si. pues, entendemos nue la excusa, abso-
ñola, al igual que la nacional, denomina y lutoria importa una situación en oue no
conoce con el nombre de excusas absoluto- existe nena, no obstante encontr-rnos ante
rias, son, al decir de Jiménez de Asúa (•>), un delito y frente a un delincuente en ra-
reconocidas por la ciencia penal alemana zón de dar«e ciertas condiciones determi-
aunque entre los juristas tudescos no se les nadas, es exacto lo aue afirma Mez^r («),
de ese nombre y sea distinto su repertorio. que cuando debemos realizar el análisis o
Es así pues, como nos es dable aoreciar estudio de un concreto precepto contenido
en von Liszt que ellas son denominadas en la ley positiva, sólo podemos pfirmnr su
causas personales que liberan la pena, en carácter o naturaleza de excusa absolutoria,"
tanto que Wachenfeld, lo mismo que Ma- cuando la antijuricidad de la conducta y la
yer y Khó'ler se enrolan en esa corriente, culpabilidad del sujeto activo de anuella,
con una muy levísima variación en la ter- anarecen ante nosotros como indudables,
minoloeía empleada, puesto eme hablan de pues si así no llegamos a proceder en nues-
"exclusión de pena", en lugar de "libera- tra labor de investigación. ?i no aplicamos
ción", tal como lo hace el autor que hemos el máximo de rieor en el análisis y valora-
mencionado en primer término. ción, corremos el riesgo y el peliero de que
Los franceses también han tratado y consideremos como tales situaciones que en
tratan de estas esnecíficas causas de impu- puridad de verdad no son verdaderas ni
nidad, a las que Vidal, Degois y otros mu- puras excusas absolutorias.
chos denominan "excusas absolutorias", La excusa absolutoria, dice Cuello Ca-
siendo evidente, agrega el maestro hispáni- lón ("), al excluir la punibilidad en orden a
co, que de la técnica francesa fue que se una conducta delictiva, se diferencia de las
tomó en España el término que caracteriza
(5) Jiménez de Asúa, L., La ley y el delito,
(2) Jiménez de Asúa, L., El Criminal'sta. t. 8, lug. cit.
Tipográfica Editora Argentina. Bs. Aires. 1948. (6) Me"¡;er. E , Tratnfln de Derertin r,pnal. tr"d.
(3) Gome?, E., Tratado de Derecho penal. Com- de la 2" ed. alemana (19331, ñor José Albfrto Ro-
pañía Arrentina de Editores, Soc. Resp. Ltda, Bs. dríguez Muñoz, t. 2, Ed. Revista de Derecho Pri-
Aires, 1939. vado, Madrid 1949.
(4) Jiménez, de- Asúa, L., La lev y el delito, (7) Cuello Calón, E.. Derecho rifnn!. texto re-
"Principios de Derecho penal", 2' ed., Ed. Kermes, fundido de 1944, t. 1. "Parte general", 9» ed., Ed
México-Bs. Aires, s/f. Bosch, Barcelona, 1948.
causas de justificación, puesto que el hecho los cuatro apartados del artículo 185; la re-
realizado por el sujeto activo no ha perdido levación de la conspiración a la autoridad,
su naturaleza o condición de antijurídico antes de haberse comenzado el procedi-
ya que su intrínseca ilicitud no ha desapa- miento, situación de la que nos habla el ar-
recido; y de las causas de exclusión de la tículo 217, y el hecho de que los sublevados
culpabilidad, ya que en nada se afecta en se disuelvan sin haber causado otro mal
juicio de reproche que es dable formular en que la perturbación momentánea del orden,
contra del sujeto activo de la conducta des- situación a la que se refiere nuestro artícu-
arrollada. lo 232.
La exención de pena resulta aquí revis- Comencemos con la que podríamos decir
tiendo las características de ser accidental, que es, sin duda, la más típica de todas las
puesto que no deriva de una falta del ma- excusas absolutorias, la de más fácil
terial constructivo de la conducta a la que frecuente aplicación, en razón del título
hemos llamado delito, el que por consiguien- que se encuentra sistematizada.
te existe pleno y total, sino que es acordada Nos referimos al artículo 185 del Código
en razón de un interés de naturaleza o de fondo que textualmente dice: "Están
índole personal o particular, es decir, sub- exentos de responsabilidad criminal, sin
jetivo. perjuicio de la civil, por los hurtos, defrau-
Distintamente a lo que sucede con las daciones o daños que recíprocamente se
formas atípicas y la ausencia de las con- causaren: 1' Los cónyuges, ascendientes,
diciones objetivas de punibilidad, que no descendientes y afines en la línea recta;
son contempladas de manera expresa en su 2' El consorte viudo, respecto de las cosas
forma negativa en la ley vigente, las ex- de la pertenencia de su difunto cónyuge,
cusas absolutorias aparecen taxativamente mientras no hayan pasado a poder de otro;
admitidas junto al delito que legalmente 3' Los hermanos o cuñados si viviesen jun-
se perdona. tos. La exepción establecida en el párrafo
En nuestra legislación las encontramos anterior, no es aplicable a los extraños que
no por cierto en la parte general del Códi- participen del delito".
go penal, sino en el libro segundo de ese El proyecto Peco del año 1941, al tratar
cuerpo legal, al que con razón se ha llamado de las causas de impunidad en su articulo
catálogo discontinuo de ilicitudes, con lo 162, exoresa que no se aplicará sanción, sin
cual se mantiene una tradición común a perjuicio de la acción civil que correspondí
todas las legislaciones sólo quebrada por el al damnificado, por los delitos de hurto,
Código penal uruguayo en sus artículos 36 robo, salvo si se usare arma, sustracción de
a 45 inclusive. El fundamento de ellas debe- energía, estafa, apropiación indebida o daño
mos buscarlo en diversos órdenes de ideas. que reciprocamente se causaren Jos cón-
Jiménez de Asúa ( s ) agrupa en distintas yuges, ascendientes, descendientes afines en
categorías las contempladas en la legisla- línea recta; o el consorte viudo respecto de
ción universal, recalcando que los penalis- la pertenencia de su difunto cónyuge, mien-
tas hemos estado acostumbrados a conside- tras no hayan pasado a poder de otro; loi
rar y valorar como excusas absolutorias un hermanos o los cuñados si viviesen juntos,
borroso conjunto de eximentes que podíamos En ,1a respectiva exposición de moti-
colocar en otros sectores, pero que esa si- vos 0°), manifiesta el doctor Peco, que el
tuación de verdadera y real nebulosa cien- artículo 162 de su proyecto se explica sin
tífica, se va aclarando poco a poco y a me- mayor esfuerzo, así como las reformas que,
dida que se va afinando más y más delica- en comparación con el Código de 1922, ha
damente el examen dogmático de los pro- introducido. Agrega que no se consigna en
blemas, llegando así a desplazarse a la ma- ese articulado la parte final del actual ar-
yoría de aquellas de un tal grupo hetero- tículo 185 del Código penal, por considerarla |
géneo. superflua, en lo que, sin duda, y en razón'
En el Código penal argentino, dice Jimé- de la naturaleza de la excusa, tiene la mil
nez de Asúa ( n ) funcionan aún como casos absoluta y total razón.
de excusas absolutorias, la exención de pena En el artículo 185 del Código en vigencia,
en los casos de injurias recíprocas, contem- es evidente que la ley ha establecido UMi
pladas en el artículo 115 del Código penal; verdadera y especial exención de pena, res-
los casos de hurtos, defraudaciones o daños pecto de los delitos y de las personas que en
entre próximos parientes, contemplados en esa disposición se mencionan.
El fundamento de una tal norma inserta
(8) Jiménez de Asúa, L., La ley y el delito, en el Código punitivo, se busca en diferen-^
lug. cit. tes razones o argumentaciones, estando el'
(9) Jiménez de Asúa. L., El Criminalista, t. 2,
1» serie. 2» ed., Tipográfica Editora Argentina, Es. (10) Peco, J., Proyecto de Código penal, "Exp»f
Aires, 1950. sición de Motivos", La Plata, 1942. í
debate, al decir de Sebastián Soler ( U ) , o leyes positivas, dan sólo acción privada
determinado en gran medida por el hecho cuando los actos delictivos se producen en-
de que no todas las legislaciones tienen, tre cónyuges legalmente separados, entre
como lo hace la nuestra, la salvedad refe- hermanos que no viven juntos, entre tíos o
rente a terceros. sobrinos, o entre afines de segundo grado.
Diferentes son los criterios o teorías que En verdad, puede decirse que la excep-
se han formulado respecto de la norma que ción no emana de la existencia de una ra-
nos ocupa. zón de orden patrimonial, de comunidad-o
La legislación francesa, así, entiende que condominio, puesto que si así fuese, la con-
las relaciones parentales o familiares que se ducta cumplida configuraría delito y no se
establecen entre los sujetos que se men- admitiría la posibilidad de la existencia de
cionan en el artículo 380 del Código de 1810, coautores, cómplices o encubridores. Aparte
son de naturaleza tan profundamente ínti- de ello, el supuesto contemplado en el inciso
ma que se hace imposible, que en razón de 3'' no puede fundamentarse en tal sentido.
conflictos de orden puramente patrimonial, La verdadera fundamentación de esta
se pueda poner en marcha el organismo excusa se encuentra en consideraciones de
jurisdiccional para que al hacerlo ponga naturaleza ético-político-patrimoniales, que
de relieve toda una serie de secretos fami- se desprenden o deducen del complejo de
liares, que sin duda se convierten en fuente más o menos íntima relación familiar que
originaria y causal de mayores y más serias dan al hecho un carácter profundamente
disidencias familiares. diverso de aquel que el mismo tiene cuando,
Ha sido Garraud, el eximio comentarista, por el contrario, se verifica entre ausentes.
o.uien dentro de esta posición, ha encontra- Trátase de una renuncia total del Estado
do y afirmado el origen de la norma en el a su potestad de castigar en razón de deter-
Derecho romano, con todas las transforma- minadas relaciones personales, que no se
ciones propias del correr de los años, puesto comunican, por supuesto, a los demás par-
que la familia era para los romanos una tícipes del delito.
unidad civil absorbida en su jefe o pater Además, la excusa de responsabilidad sólo
familias. puede referirse a las figuras delictivas que
Cuando el individualismo rompe esa con- de msnera expresa y taxativa se mencio-
cepción unitaria, la sobrevivencia de la ins- nan en el texto legal, no pudiendo, por nin-
titución debe buscar, lógicamente, otro fun- guna razón o concepto, extenderse a otras
damento y es así, entonces, eme Chauveau por analogía o por mínima en que parezca
y Helie, sostienen que entre esposos, ascen- la diferencia.
dientes y descendientes existe una especie Se afirma, también, que la norma con-
de Derecho recíproco a la propiedad de cada tenida en el artículo 132 del Código penal
uno. ha consagrado en texto la existencia de una
Las conductas contempladas en el ar- excusa absolutoria.
tículo 185 del Código, son sin duda conduc- Tal disposición legal nos dice así: "En los
tas ilícitas en el amplio sentido de la pala- casos de violación, estupro, rapto, o abuso
bra, puesto que si así no fuese, no podrían deshonesto de una mujer soltera, quedará
derivarse de tales actos responsabilidades exento de pena el delincuente si se casare
civiles para el suieto activo, ni penales con la ofendida, prestando ella su consen-
para el tercero extraño. timiento, después de restituida a casa de
El artículo 185 de la ley vigente fue toma- sus padres o a otro lugar seguro".
do de Teiedor ( 1 2 ), quien a su vez se inspiró De ese texto, cuando se lo lee con aten-
en los Códigos españoles y 'en el peruano. ción y se lo analiza con detención, es im-
En el comentario que hiciera Pacheco al posible deducir que el legislador haya crea-
artículo 497 del Código de la península ibé- do una verdadera y real excusa absolutoria,
rica, manifiesta que una idea de moralidad puesto que una de las características de
es la que ha precedido en todas las legisla- éstas, como se lo ha puesto de manifiesto
ciones cuando se ha llegado el momento de en párrafos anteriores, es la circunstancia
contemplar la necesidad de legislar la si- de su intransferibilidad.
tuación que se prevé en el artículo 185. El Código penal en el artículo 132 no in-
Otras legislaciones extienden la excusa troduce, en absoluto, una exención de ca-
a los tutores y a los padres adoptivos, en rácter personal, incomunicable, sino que,
tanto que un segundo sector de doctrinarios por el contrario no tiene en cuenta la per-
(11) Soler, S.. Derecho penal argentino, lo reim-
sona del culpable ni hace valer como arre-
presión, t. 4, Tipográfica Editora Argentina, Bs. pentimiento, como lo pone de manifiesto
Aires, 1951. Ernesto Ure (i3) ( su decisión matrimonial.
(12) Gon/álea Roura, o.. Derecho penal, "Par-
te general", t. 2, Valerio Abeledo Editor. Librería (13) Ure, E. J., Los delitos de violación y estu-
Jurídica, Bs. Aires. 1922. pro, Ed. Idea, Bs. Aires.
La norma consagra, en verdad, una es- al delator, en tanto que el sistema del ar-
pecie de perdón, con su característico efec- tículo 134 del Código italiano de 1889 exime
to comunicante y contempla al hacerlo los de pena al que desista antes de que se dé
intereses de la víctima y de la familia, pen- comienzo a la ejecución del delito pro-
sando que el estrepitus fori es más dañoso puesto.
que la no prosecución del proceso. El puente de plata que sin duda el legis-
En base a la voluntad de la mujer no lador ha tendido a los que voluntariamente
casada y del delincuente, se admite la pre- dejan de conspirar, se encuentra en el ar-
eminencia del factor familiar sobre el re- tículo 216, que sanciona la impunidad para
presivo, preeminencia que lleva al Estado la conspiración desistida, la conspiración
a renunciar a su pretensión punitiva. pasada o abandonada ("antes de empezar
Como bien lo dice Soler, la razón del ins- su ejecución"), con lo cual no se ha hecho
más que repetir la norma contenida en el
tituto que venimos comentando, nos per- articulo 29 del Código de 1887. Junto a ella
mite deducir de inmediato que estamos en tenemos también la delación.
presencia de una causa extintiva de la ac- Soler entiende que la retractación tiene
ción penal sin perjuicio que, como tal, fun- el carácter de una excusa absolutoria, pues-
cione también con el alcance de poder, lle- to que ella presupone la existencia de un
gado el caso, de extinguir la pena. delito ya cometido.
En el Proyecto de 1941, los artículos 174 Con el respeto que merece la opinión de
y 199 eliminan el problema a que diera jurista de tal fuste, me permito discrepar
origen nuestro actual y vigente artículo 132, con una tal posición y disentir con la siste-
al incluir a los partícioes, al igual que el matización por aquél ofrecida.
Código italiano de 1930 en su artícu- La retractación no fue institución que co-
lo 544. nocieran los romanos, puesto que fue creada
En el primero de aquellos artículos se dice por los criminalistas de la Edad Media bajo
que cuando el autor de un delito de rapto, la forma de palinodia o- deprecatio.
cualquiera sea la finalidad con que se lo El Código penal de 1887 la contempló y
cumpla contraiere matrimonio con la ofen- suele afirmarse que el proyecto de 1906 nada
dida, queda extinguida la potestad para ha dicho sobre ella, no obstante lo cual cabe
elercer la acción y para ejecutar la con- poner de manifiesto que al final de la edi-
dena, aun parí los demás nartícipes del ción oficial de este proyecto existe una "fe
delito: en tanto aue en el articulo 199. en de erratas" donde se indica que debe agre-
orden a los delitos de violación, actos libi- garse al artículo 63 de aquél, referido a la
dinosos, estupro y rorrunción de menores extinción de las acciones, como inciso 5»
de quince años, determina que el matrimo- "por retractación pública o exnlicación sa-
nio del autor de esas conductas, con la tisfactoria del acusado por delito contra el
ofendida exting-ue la potestad para ejercer honor siempre que ello tuviere luear antes
la nccíón y ejecutar la pena, incluso res- de contestarse la querella y se ofreciere el
pecto a los demás partícipes del delito. pago de las costas y perjuicios".
Con resrjecto al art'culo 217 aue en su La retractación es eso: una forma de
brevísimo y escueto texto nos dice que "que- extlnfeuir la acción penal en los delitos con-
dará exirnido de pena el que revelare la tra el honor.
conspiración a la autoridad antes de ha- Queda por contemplar, por último, el pro-
berse comenzado el procpdimipnto" no po- blema de los próximos parientes, en orden
demos considerarlo aisladamente, sino, por al delito de encubrimiento. El Código penal,
el contrario, pn la mas estrecha unión con en su artículo 278 dice que "estarán exen-
el artículo 216 el aue a su vez establece: tos de pena por ocultación los consangui-j
"Será reprimido con'reclusión o prisión de neos y afines en línea ascendente y deseen/
uno a ocho años, el aue tomare parte en dente, los hermanos, los cónyuges y los afl-J
una conspiración de dos o más personas, nes colaterales en segundo grado. En
para cometpr el delito de traición, en cual- casos de delitos contra las personas, queda
quiera de los casos comprendidos en los rán también exentos de pena por oculti
a r t í c u l o s precedentes, si la conspiración ción, los amigos íntimos y los que hubieren
íuere descubierta antes de empezar su eje- recibido grandes beneficios del responsable
cución". del delito, antes de su ejecución". El artícu-
En este problema, dice Soler, tanto la lo 279, agrega que "la exención de pena i
historia cuanto la legislación comparada que se refiere el artículo anterior, se enten-
concurren a enseñarnos múltiple variedad derá siempre que la ocultación no se hay»
y así nos es dable ver que en el artículo 108 hecho por precio o participado de los efec-
del Código francés y en el artículo 149 del tos del delito".
Código español de 1848, §e exime de pena La norma contenida en el artículo 278 (
1
Código, ha sido considerada siempre como principal, o bien para acreditar la insol-
una ex casa absolutoria, tesis a la cual no vencia de éste a fin de poder ejecutar al
podemos adhenr pues en verdad estimamos fiador o fiadores que se hubieren obligado
que en esios supuestos entendemos que nos por la misma deuda.
encontramos ante una causa de exclusión Joaquín Escriche en su Diccionario razo-
de culpabilidad determinada por el influjo nado de Legislación y Jurisprudencia seña-
avasallador que sobre la conducta tienen la que es el procedimiento judicial que se
los lazos de sangre o de amistad —a veces hace contra los bienes del deudor principal
éstos mas tuertes que los primeros—, no antes de proceder contra ios del fiador para
concibiéndose que la ley hubiera podido que éste pague la cantidad que aquéllos no
permanecer insensible o mdilereiite ante el alcanzan a satisfacer. También se hace la
culto por la familia, el honor, ia dignidad, excusión de los bienes del fiador cuando
la lealtad, la hidalguía, la amistad, ía gra- hay alguno que debe pagar en defecto de
titud, sentimientos todos ellos creadores de éste, como es el tercer poseedor y otros.
unji fuerza de cohesión y solidaiidad social
que en su propio imere.* está el iomentar 2. Beneficio de orden o excusión
en vez de uestruir. Agrega Escrishe que es el derecho que
El contenido del artículo 273 del Código tiene el fiador para obligar al acreedor a
penai encuentra su antecedente en el ar- que reconvenga primero al deudor princi-
tículo 44 del Código de 1887 y su forma pal y haga excusión de los bienes de éste.
actual proviene del Proyecto de 1891 que Como el fiador no s? obliga sino en de-
Contenía., además, la misma limitación de fecto del deudor principal es claro que no
nuestro articulo 279. puede el acreedor intentar su acción con-
Lo que nos interesa es lograr fijar 3a tra ei Hador o sus herederos, hasta después
exacta naturaleza jurídica de esta institu- de haber solicitado inútilmente del deudor
ción y como bien lo dice Jiménez de Asúa, el cumplimiento de su obligación y haber
a poco que se medite se verá con facilidad visto que o no tiene bienes o no son .sufi-
que esta eximente no es ana excusa abso- cientes para el pago (ley 9, tít. 12, part. 5).
lutoria, un simple perdón legal, en los que Pero deja de tener lugar este beneficio
los caracteres de la antijuridicidad tipifi- de orden o excusión, cuando el fiador io
cada y de la culpabilidad subsisten intac- renunció, y cuando el deudor se halla en
tos, sino uno de los más claros casos de no estado de insolvencia notoria, según sien-
exigibilidad de otra conducta que debe fun- tan generalmente los autores.
cionar y tener los alcances de excluir la Si el deudor se halla ausente u oculto,
culpabilidad del sujeto. puede el fiador pedir plazo al juez para
BIBLIOGRAFÍA. — Ademar de la' mencionada en las presentarlo; y si pasa eí término sin que
notas precedentes, Impallomeni, G. B., II Códice lo presente podrá ser precisado a la paga
pénale italiano, ¡Ilústrate de... , Stabilimento O. (ley 9, tít. 12, part. 5).
Clviie Editore, t 2, Florencia, 1890. — Kamos,
Juan P.. Los delitos contra el honor, 2' ed. actua- El fiador que opone el beneficio de excu-
lizada por Eduardo Agu'rre Obarrío, Abeledo-Pe- sión debe indicar al acreedor los bienes del
rrot, 1958. — Moreno, B. (h.), El Código penal y deudor principal y aun adelantarle las can-
ítif antecedentes, H. A Tommasi Editor. Bs. Aires, tidades suficientes para que haga dicha ex-
1922. — Maggiore G, Derecho penal, Ed. Temis,
Bogotá, 1954. — Fontán Balestra, C.. Manual de cusión, especialmente cuando ésta hubiera
Ksiecho penal, Ed. Depalm<i, Bs. Aires, 1949. — de ser costosa y recaer iobre bienes raices.
Ginaud. rt., Traí+é théoriqve et pratique. au Droit Así lo sienta Febrero, &in apoyarse en ley
prnal jianfai'í, L. Larose et Forcel Libraires-Edi- ni en autor alguno. P^sta disposición se ha-
teurs, P'iríc, 18SX
Ha establecida er el Código francés cuyos
EXCUSIÓN.* SUMARIO: 1. Concepto. 2. Be- comentadores dan por tazón de ella la regla
nfimo ue orrien o ^revisión. 8. ¿ereclio po~ general üe que toda excusión debe hacerse
Sitlvc, 4 La exf'Ufiór) í>ri el Bcrec'io comrr- por cuenta y riesgo del ñador que la pide.
cSf>¡ 5. Proyecto de ¡-"formas. 6. Eíectoa del 3. Derecho positivo
beneíicie de excusión.
a) Noción. R, M. Saivat, en su obra Tro-
1. CoTÍCepiO
tadj de Derecho civil argentino, VI, Fuen-
EJ el arrecho o oenelieio de lo^ fiadores teó de 'as obligaciones, timo 2, Contratos,
para ¡10 ser coarpcUdas previamente al paga dice ,¡ue su origen rtnioüía al Derecho ro-
de una dpnda mientras el OD ig^e priaci- mano del cuai l>3 posado a ía generalidad
í>al o preferente tenga bienes suficientes Je líts legislaciones antiguas y modernas.
para cubrirla. En virtud de él -¿I acíeetíor rit^e dirigir
Excutir es el pi ocedimiento judicial para su acción ante todo contra ei deudor prin-
obtr-ner el pago por irte^medio de] deudor cipa!; si así no lo hace si pre.icincüe»do dí:
él la dalgo contra e) f'ador éste-puede ha-
el Dr. EitJLro PASCA ' cer rechazar provisionalmente su acción
invocando el beneficio de excusión, el cual "Cuando varios deudores principales se han
funciona, por consiguiente, como una ex- obligado solidariamente, y uno de ellos ha
cepción de carácter dilatorio. dado fianza, el fiador reconvenido tendrá
b) Fundamentos. El beneficio de excu- derecho a que se excutan no sólo los bienes
sión está fundado en consideraciones de del deudor afianzado por él, sino también
equidad. Se equipara al fiador —desde el los de sus codeudores".
momento que él ha contraído la obligación El legislador adoptó la doctrina que ense-
de pagar por el deudor— como si fuera el ñaba Pothier ya que se ha pensado que el
deudor mismo de la obligación, pero desde fiador ha garantizado en realidad la obli-
el momento que paga una deuda de otro, gación de todos los deudores.
era justo que primeramente se ejecutara En esta forma nuestro Código civil decide
contra los bienes el deudor directo de la una situación jurídica que dio lugar a una
obligación. gran controversia entre los jurisconsultos
Creemos que ése es el verdadero sentido franceses cuya mayoría se decide en contra
del pacto que celebran las partes cuando apoyándose en una disposición semeiante a
se constituye este contrato, de otro modo, la nuestra consagrada en el artículo 2030.
se estaría tocando los limites del abuso del IV) El fiador del fiador también puede
Derecho. ejercer el beneficio de excusión. Lo esta-
c) Renunciabilidad. Es necesario seña- blece el artículo 2019 del Cídigo civil que
lar muy especialmente que este beneficio establece que "el fiador del fiador goza del
no funciona de pleno derecho. Es faculta- beneficio de excusión tanto respecto del
tivo respecto del fiador quien podrá o no fiador como del deudor principal".
hacer uso de -él, ya que se trata de un de- Esta solución ya estaba adoptada en el
recho renunciable de acuerdo a nuestro Derecho romano y es la que han consa-
Código civil (arts. 2013, inc. 1"; en concor- grado la mayoría de las legislaciones mo-
dancia con los arts. 2019 y 2004). dernas.
d) Casos en los que puede oponerse el Como consecuencia del principio romano:
beneficio de excusión. I) El artículo 2012 del fideiu<ssor nrincipalis fideivssoris suo sub-
Código civil establece que "el fiador no pue- alterno loco reí est, se desprende que en
de ser compelido a pagar al acreedor sin todos los ca.sos. como los que prevé el ar-
previa excusión de todos los bienes del deu- tículo 2013 del Código- civil, en trae el fiador
dor". no goza del beneficio de excusión, tampoco
Por tanto, cuando el acreedor quiera eje- lo tendrá el fiador del fiador, puesto eme el
cutar al fiador en estas condiciones deberá subfiador no puede ser de mejor condición
justificar eme se ha hecho la intimación que el fiador.
previa al deudor principal o directo de la V) El ortículo 2017 del Código civil esta-
obligación y que dicha intimación no ha blece expresamente aue "si los bienes ex-
dado nineún resultado. cutidos no produieren sino un pago narcial
II) Este derecho aún puede ejercerse se- el acreedor estará obligado a aceptarlo, y
gún lo establece el artículo 2015 del Código no podrá reconvenir al fiador, sino por la
civil: "Aunque el fiador no sea reconvenido psrte insoluta".
podrá requerir al acreedor desde que sea Se ha consabido una excepción al prin-
exifible la deuda para eme proceda contra cipio general establecido en el artículo 742
el deudor prineinal, y sí el acreedor no lo del Cód'fo civil por el cual el acreedor no
hiciere, el fiador no será resnons-ihle ñor está obligado a rpnibir paeos pardales pero
la insolvencia del deudor sobrevenida du- la misma se iustifica si se tiene presente
rante el retardo". que el fiador sólo debe pagar en defecto del
Según B. Llerena en su obra Concordan- deudor prin^ÍDa!.
cins oí Código civil argentino, tomo 3, al VI) El artículo 2018 del Código civil con-
comentar este artículo señala que si no lo s?gra otra excepción aue puede invocar el
hace, no por esto pierde el derecho de ale- fiador. Dice este artículo que "si el acreedor
gar la negligencia del acreedor en perseguir es omiso o negligente en la excusión, y el
a su deudor cuando a causa de esta demora deudor cae entre tanto en insolvencia, cesa
se realiza la hipótesis de la última parte la responsabilidad del fiador".
del artículo. El derecho acordado aquí al Es preciso, de acuerdo al texto del artícu-
acreedor recibe completa aplicación cuando lo, que la insolvencia del deudor se haya
la deuda es sin plazo o cuando antes del producido a causa de la negligencia, o aban-
plazo el deudor se encuentra insolvente. dono por parte del acreedor en dirigir y
III) Igualmente el fiador podrá ejercer seguir la ejecución contra él. Verbigracia
este derecho, cuando existan varios deudo- si en el intervalo aue el fiador le ha denun-
res principales como sucede en el caso pre- ciado al acreedor bienes a embargo demora
visto por el artículo 2016 del Código civil: injustificadamente la ejecución y embargo,
y otro acreedor hace uso de tal derecho V) Si como heredero sucedió al princi-
sobre los mismos bienes. pal deudor:
Pero es necesario señalar una acotación El fiador q u e d a convertido en deudor
muy interesante de B. Llerena (ob. cit.) que principal de la obligación por imperio del
estudia la situación en el caso que los bie- artículo 1195 del Código civil que establece
nes del deudor en el tiempo que debieron que los efectos de los contratos se extienden
ejecutarse no alcanzaren para el pago total, activa y pasivamente a los herederos y su-
sino que sólo hubieran cubierto una parte cesores universales; y es concordante asi-
del crédito, en ese caso, la responsabilidad mismo con el artículo 3417 del Código civil
del fiador sólo cesa en relación al valor de que establece: "El heredero que ha entrado
esos bienes que no se excutieron. Por ejem- en la posesión de la herencia o que ha sido
plo en el caso que la deuda afianzada es puesto en ella por juez competente, conti-
de dos mil pesos y que el deudor sólo poseía núa la persona del difunto, y es propieta-
mil en> el tiempo en que debió hacerse la rio, acreedor o deudor de todo lo que el
excusión. En este caso, la responsabilidad difunto era propietario, acreedor o deudor,
del fiador sólo será por mil, puesto que los con excepción de aquellos derechos que no
otros mil se han perdido o se ha hecho im- son transmisibles por sucesión..."
posible la excusión por negligencia del mis- VI) Si el deudor hubiese quebrado, o se
mo acreedor. hallare ausente de su domicilio al cumplir-
La prueba corre a cargo del fiador. se la obligación.
e) Casos en que no es necesario oponer la La primera parte del inciso surge de lo
excusión previa. — Situaciones en las que que dispone la ley de quiebras. En efecto,
el fiador no puede usar del derecho de ex- el artículo 115 de la ley 11.719 dispone que
cusión. I) El artículo 2013 del Código civil "la declaración de quiebra suspende el ejer-
establece que no le es necesaria al acree- cicio de las acciones contra el fallido..." y
dor la previa excusión en los casos si- por el artículo 116 se establece aue "la de-
guientes: claración de quiebra hace exigibles todas las
II) Cuando el fiador renunció expresa- deudas del fallido, aunque no se hallen ven-
mente este beneficio: cidas ya sean comerciales o civiles, con des-
Ya hemos visto que se trata de un dere- cuento de los intereses correspondientes al
cho renunciable, y ello es así porque en tiempo que faltase para el vencimiento".
principio pueden renunciarse todos los de- Por razones obvias debe equipararse la
rechos establecidos en su interés particular, situación del fallido al concursado civil
aunque sean eventuales o condicionales; (arts. 718 y sigs. del Cód. de proc. de la Cap.
pero no a los derechos concedidos menos Fed.).
en el interés particular de las personas, que En cuanto a la segunda parte del inciso
en mira del orden público, los cuales no son "o se hallarse ausente de su domicilio", ha
susceptibles de ser el objeto de una renun- dado lugar a diversas interpretaciones dada
cia (art. 872 del Código civil). la amplitud que puede abarcar esta frase
III) Cuando la fianza fuese solidaria: Se refiere a los siguientes casos:
A) Ausentes durante el período precur-
Porque el eíecto de esta clase de fianza sor de la declaración del fallecimiento pre-
consiste precisamente en que el fiador que- suntivo.
da equiparado en este caso a un codeudor B) Los ausentes cuyo domicilio se igno-
solidario (art. 2005 del Cód. civ.). Pero no ra o simples no presentes, pues una vez
debe olvidarse que para nuestro codificador comprobada esta situación, sería injusto
la fianza solidaria no le quita a la fianza obligar al acreedor a seguir el juicio con el
su carácter de obligación accesoria y no defensor de ausentes. El cambio de. domici-
hace al fiador deudor directo de la obliga- lio, cuando éste ha sido designado para el
ción principal (art. 2004 del Cód. civ.). pago, sólo hace perder el beneficio de excu-
Y er» tal sentido nuestri Jurisprudencia sión, cuando el deudor no ha dejado bienes
en forma reiterada ha establecido que no en el lugar en que debía cumplirse la obli-
puede perseguirse al fiador solidario en pri- gación, o cuando el domicilio se ha cam-
mera línea antea do conocerse el monto de biado a un lugar fuera de la jurisdicción
la deuda, determinar que ésta es líquida, y del juez del domicilio del deudor al tiempo
probarse su existencia. de contraerse ia obligación si éste era el
IV) Cuando se obligó como principal domicilio donde debía cumplirse, aunque se
pagador: encuentre dentro de la República.
Porque el fiador queda equiparado en este C) Los ausentes o no presentes, en el
caso a un codeudor solidario (ait 2005). Se caso de haberse ellos ausentado fuera de
trata de un simple codeudor solidario que la República. Nos remitimos al t^xto perti-
v
a firmado en mancomún et In solidum. nente de la nota del codificador puesta al
articulo 2013 del Código civil y con refe- del deudor están situados en una provincia;
rencia al inciso que estudiamos, (arts. 737 a 749 del Cód. civ.).
..."La ley 9, título 12, parte 5*. manda: XII) Si estuviesen embargados por otro
que hallándose ausente el deudor, pueda el acreedor (art. 2014, part. 2 ? ) :
fiador pedir al juez plazo conveniente para Es evidente que en este caso no sólo se
presentarlo; y no haciéndolo en el plazo demoraría la posibilidad del cobro del cré-
daüo. pierde el beneficio de excusión. La dito, sino que también sería inseguro su
simple ausencia del deudor del lugar en cobro.
que deba hacerse el pago, no impide que el XIII) Si dependieren en alguna manera
acreedor pueda demandarle mientras conste de otro juicio (art. 2014, part. 3?):
su domicilio dentro de la República, y por Tal situación es perfectamente compren-
esto no aceptamos la disposición de la Ley sible porque trae aparejada una situación
de Partida." de duda, de inseguridad en la posibilidad
Señala B. Llerena, ob. cit., que si no hu- de percibir el crédito, si se tiene en cuenta
biese lugar designado para el pago, o se la naturaleza de ciertos juicios como ser la
hubiere designado el que el deudor tuviera reivindicación, una partición, división de
dentro de la República, al tiempo del ven- condominio, etcétera.
cimiento de la obligación, la ausencia o
cambio de domicilio del deudor con res- 4) La excusión en el Derecho comercial
pecio al que tenia al tiempo de formarse La fianza comercial es aquella que tiene
la obligación, no privará del beneficio de por objeto "asegurar el cumplimiento de un
excusión mientras el deudor pueda ser de- acto o contrato de comercio" (art. 478 del
mandado dentro de la República. Fijado el Cód. com.).
domicilio en el extranjero desaparece el be- Dice al respecto el artículo 480 del Código
neficio de excusión; es a este caso al que de comercio: "Él fiador o fiadores respon-
se refiere la nota a este artículo corrobo- den solidariamente como el deudor princi-
rando lo dispuesto en el inciso 6 del mismo pal, sin poder invocar el beneficio de divi-
y en el inciso 4 del artículo 2026. sión ni el de excusión que nunca se admi-
VID Cuando el deudor no puede ser de- ten en materia comercial. Pueden solamen-
mandado judicialmente dentro de la Re- te exigir que el acreedor justifique que ha
pública. interpelado judicialmente al deudor".
Existe en este caso una imposibilidad ab- La norma citada ya estaba consagrada
soluta de excuür previamente los bienes del en el artículo 611 del Código de comercio
deudor principal de la obligación. Se rela- de 1859-62.
ciona asimismo este inciso con el 4'-' del ar- Pero, aunque en una fianza comercial, no
tículo 2026 del Código civil. se haya pactado la necesidad de la excu-
VIII) Si la obligación afianzada fuere sión previa de los bienes del deudor —entre
puramente natural: nosotros ello seria admisible aunque no es
En este caso, dado que no existe acción frecuente en la práctica—, el fiador a quien
contra el deudor principal de la obligación se requiera el pago puede exi?ir la justifi-
de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 515 cación de que el deudor fue interpelado
del Código civil y concordantes, se otorga al judicialmente.
acreedor la facultad de ir directamente con- Y ese derecho a la interpelación previa
tra los bienes del fiador. al deudor principal, es una consecuencia
IX) Si la fianza fuere judicial: del principio que ya se estudió, en el sen-
En este caso se ha querido establecer que tido del carácter de obligación subsidiaria
el f i a d o r quedase estrictamente obligado que la fianza —aun en materia comer-
como señala R. M. Salvat, ob. cit. cial— también subsiste (L.L., t. 53, p. 296).
X) Si la deuda fuera a la hacienda na- La interpelación previa es una facultad
cional o provincial: que puede ejercer o no el fiador.
Es tradicional que la hacienda del Estado ¿En qué fo-rma puede ejercerse?
siempre posea privilegios especiales y por Entendemos q u e la e x c u s i ó n previa
ende podrá ejecutar directamente al fiador, —cuando se ha pactado— o la interpela-
sin que se le pueda oponer defensa alguna, ción prevista en la última parte del artícu-
de la que estudiamos. lo 480, podrá ejercerse al contestar la de-
XI) Si los bienes del deudor se hallasen manda interpuesta contra el fiador (J. A.,
fuera del. territorio de la provincia o de la 1944, t. IV, pág. 685), y también será admi-
capital de la República donde el juez ejerza sible, como opina R. L. Fernández en su
su jurisdicción (art. 2014, part. !?•): obra Código de comercio comentado, tomo
Se refiere al caso, por ejemplo, en que el II, página 391, puede oponer al curso de la
juez que entiende en el juicio ejerce su ju- demanda la excepción de inhabilidad de
risdicción en la Capital Federal y los bienes título.
Tiene además el fiador otra defensa con- 3') Si mediare falencia del deudor, o si
sagrada por el artículo 481 del Código de éste se hallare ausente de su domicilio al
comercio: "Si el fiador fuese ejecutado con vencimiento de la obligación.
preferencia al deudor principal, podrá ofre- 4") Siempre que el deudor no pudiere ser
cer al embargo los bienes de éste, si estu- demandado judicialmente dentro del terri-
viesen libres; pero si contra ellos apareciese torio de la Nación.
embargo o no fuesen suficientes, correrá la 5') Si la deuda afianzada fuere natural.
ejecución contra los bienes propios del fia- 6') En caso de fianza judicial.
dor, hasta el efectivo pago del ejecutante". 7") Cuando la deuda fuere al fisco de la
R. L. Fernández, ob. cit., entiende que se Nación o de las Provincias.
podrá ir también contra el fiador directa- 8") En el supuesto de que los bienes del
mente, si los bienes denunciados por el fia- deudor no se hallaren en el territorio de
dor están situados en el extranjero, hallan- la provincia, o de la Capital de la República,
do excesiva la opinión de Lisandro Segovia donde el juez ejerza su jurisdicción, o si
en su ob,ra Explicación y crítica del nuevo estuvieren embargados por terceros, o de-
Código de comercio de la República Argen- pendieren en alguna manera de otro juicio".
tina, comentarios al artículo 481, nota 1723, Artículo 1320:
que sostenía igual solución para el caso de "Aunque el fiador no fuere demandado
que los bienes del deudor se hallasen fuera podrá requerir judicial o extrajudicialmente
del territorio donde el juez ejerce su juris- al acreedor, una vez exigible la deuda, para
dicción. que proceda contra el deudor principal, y en
Carlos C. Malagarriga en Tratado ele- caso de inacción el fiador no será responsa-
mental de Derecho comercial, II, primera ble por la insolvencia que sobreviniere du-
parte, opina respecto del artículo 480-81 del rante el retardo".
Código de comercio, que salvo que los bienes Artículo 1321:
de que se trate se hallen embargados o no "Cuando habiendo varios deudores soli-
sean suficientes, debe procederse sobre ellos darios, uno de ellos diere fianza, el fiador
antes que sobre los del fiador. demandado tendrá derecho a que se excu-
5) Proyecto de reformas tan igualmente los bienes de los demás
obligados".
En el Proyecto de Reformas al Código Artículo 1322: '
civil luego de estudiarse el Anteproyecto de "Si el acreedor fuere omiso o negligente
J. Bibiloni, se proponen las reformas defini- en la excusión, y el deudor cayere entre
tivas al presentarse el Proyecto del Código tanto en insolvencia, cesará la responsabi-
civil. lidad del fiador".
Las normas que consagran el derecho de Artículo 1323:
excusión están previstas en el libro III. sec- "El que afianzare a un fiador gozará del
ción- VII, título XV, referente al contrato beneficio de excusión, tanto respecto de
de fianza. éste, como del deudor principal".
Artículo 1313: Artículo 1324:
"El fiador responderá solidariamente con "Si los bienes excutidos sólo alcanzaren
el deudor principal: para un pago parcial, el acreedor deberá
1») Cuando se hubiere así convenido. aceptarlo y sólo podrá demandar al fiador
2') Si renunciare al beneficio de excusión por el saldo".
de los bienes de aquél. Del informe de la Comisión Reformadora
3°) Siempre que el acreedor fuere la ha- extractamos eme en líneas peñérales las dis-
cienda nacional o provincial". posiciones del Código han sido casi siempre
Artículo 1314: reproducidas, si bien en un orden más ló-
"La solidaridad no quita a la lianza su gico y con una redacción más clara, ten-
carácter de obligación accesoria, y no con- diente a evitar las dificultades que han
vierte al fiador en deudor directo. surgido al aplicar las actuales.
Serán aplicables las reglas de la simple
fianza, salvo en lo referente a los benefi- 6) Efectos del beneficio de excusión:
cios de excusión y división". Aún cuando el Código civil no lo consa-
Artículo 1319: gre, ni tampoco el proyecto de reformas, de-
"Sólo podrá demandarse al fiador, una bemos señalar que una vez opuesto el bene-
vez que el crédito principal fuere exigible, ficio de excusión y llenado el recaudo legal
y luego de excutirse todos los bienes del de indicar bienes en condiciones de ser eje-
obligado. No será necesario este último, en cutados, el acreedor, queda obligado a pro-
los casos siguientes: ceder contra ellos y mientras así no lo haga
1") Si el fiador renunció expresamente su acción contra el fiador no puede ser
tal beneficio. reanudada.
2') Cuando la fianza fuere solidaria. En tal sentido el derecho que tiene el
OMEBA - xi - 31
liador para intervenir es amplio, ya que 2'' I,a Plata, 7-12-943, B. J. B A., 1944-VII, pági-
no sólo puede intervenir cuando la acción na 390) . El fiador TÍO puede alegar la falta de in-
terpelación previa al principal obligado, si se trata
pe ha intentado en su contra, sino que tam- de un "fiador .solidario, liso y llano pagador" (Cara.
bién tiene derecho para intervenir "en las Com 15-11-944, J. A., 1944-IV, pág. 683; Cám.
instancias, entre el acreedor y el deudor, Paz, 15-2-943; L. L., t. 30, pág. 131 y J. A., 1S-13,
sobre la existencia o validez de la obliga- pág. 903; Cám. Ape! Menrtora, 30-6-945, B. J. M.,
t. 37, pág. l ü ) . La interpelación que debe haceise
ción principal; y si no hubiese intervenido, con carácter previo al deudor principal, obedece al
las sentencias pronunciadas no le privan de propósito de que el fiador pueda cerciorarse el? si
alegar esas excepciones". (Art. 2023 del Cód. la deuda ha sido abonada en todo o en parte, o no
civ.). lo ha sido absolutamente (Cám. Com., 11-4-923,
J. A., t. 10, pág 359; 27-8-956, J. A., t. 55, pá-
Proeesalrnente constituye un derecho ex- gina 603). El fiador está habilitado para oponerse
cepcional que se justifica por ]a situación al beneficio de excusión al ser demandado junta-
jurídica que reviste el fiador y su posición mente COTÍ el deudor principal, por cuanto la obli-
gación no es exigible directamente contra ¿1, sii'o
dentro del campo del derecho. (V. BENE- después que sea declarada con respecto del deudor
FICIO DE EXCUSIÓN.) afianzado (Cám. Civ. 2a Cap. Fed., J A , t. 19,
pág. 866). Eí> ese derecho a la interpelación previa
JUBISPHUDENCIA. —"El fiador" solidario y princi- al deudor principal, consecuencia del carácter de
pal pagador con renuncia al beneficio de "excu- obligación subsidiaria que la fianza aun en mate-
sión" y "hasta la entrega de las llaves" es deudor ria comercial reviste (Cám. 1 ' Apel. Mercedes.
directo de las obligaciones emergentes de ¡a loca- 5-11-948, L. L., t. 53, pág. 296). El concurso del
ción (Cám. Civ. 1* Cap. J1-4-918, J. A., t. 1, pá- deudor principal nace innecesaria la justificación
gina 454). El beneficio de excusión no constituyo de la interpelación previa (Cám. Com., 28-12-939,
propiamente tina excepción previa, y su renuncia G. del F., t. 144, pág. 84). Tampoco es necesaria
puede ser implícita (Cám. Ped. Cap. 17-12-918, la interpelación previa cuando en general, de las
J. A., t. 2, pág. 865). Siendo la lianza solidaria y circunstancias, se desprenda que sería un trámite
habiendo quebrado el deudor principa!, no es ne- inútil (Cám. Civ. 1», 25-8-941, L. L., t. 23, pág<-
cesaria la excusión de bienes para demandar al na 926) . La interpelación previa no es necesaria
fiador (Cám. Civ. 1" Cap., 22-9-020, J. A., t. 5, en el caso de ser la deudora principal una socie-
pág. 247). El fiador solidarlo pxiede ser competido dad de Jas que los fiadores eran los últimos socios
a pagar al acreedor como codeudor, sin hacerse gerentes (Cám. Com., 29-10-945, L. L., t. 41, pá-
previa excusión de los bienes del deudor aíia tiza- gina 161; G. del F., t. 179, pág. 114).
do (Cám. Civ. 2? Cap., 30-7-§23, J. A., t. 11, pa-
gina 151; Cám. Apel. Tucumán, 23-6-927, J. A., Aleonada Aramburú, C. R. S.,
t. 25, pág. 394). *5s procedente la demanda directa Código de comercio anotado, t. 1, Ed. Arayu, 3s.
al fiador sin previa excusión si el deudor está au- Aires, 1954. — Malagarriga, C. C., Tratado elemen-
sente de su domicilio al cumplirse ¡a obligación tal de Derecho comercial, t. 2, 1" parte, TEA. 1951.
(Cám. Com. Cap., 10-5-922, J. A., t. 8, pág. 490) — Sasot Betes, M. A., Código civil argentino con-
La obligación de excutir sólo existe en los casos cordado y anotado con la jurisprudencia, Ed. Eco-
de fianza simple, y no cuando se otorga por deu- nomía Argentina, Bs. Aires, 1932. — Diccionario
das a la hacienda nacional (Corte Sup. Nac., 7-5- Jurídico Formn, Naymark y Adán Cañadas, Ed.
924, J. A., t. 12, pág. 632). No procede la previa Bibliográfica Argentina, Bs. Aires, 1946. — Arias, J.,
excusión de los bienes del deudor cuando el acree- Contrato? civiles. Teoría y práctica, t. 2, Ed. Com-
dor es la hacienda nacional (Cám Civ. 2» Cap., paijia Argentina de Editores, Bs. Aires, 1939. — Rei-
29-10-026, J. A., t. 22, pág. 1060). En razón de que mundin, R , Derecho procese! civil, "Doctrina, ju-
el fiador solidario no puede Invocar el beneficio risprudencia, legislación argentina y comparada",
de excus'ón, se ha resuelto que el acreedor se en- t. 2, Ed. Viracocha, Bs. Aires, 1957. — Salvat, R. M ,
cuentra facultado para dirigir su acción directa- Tratado de Derecho civil argentino, VI. "Fuentes
mente contra el mismo, como si se tratara de una de las obligaciones", t. 2, "Contratos", Ed. La Ley,
obligación solidaría (Cám. Fed. Mendos-a, 11 -5- Bs. Aires, 1946 — Escriche, J Diccionario razo-
943, L. L., t. 30, pág. 822). Con excepción de los nado de legislación y jurisprudencia, Madrid. —
beneficios de excusión y división, el fiador soli- Segovía. L., El Código civil de la República Argen-
dirio puede invocar las mismas defensas que el tina, Ed. La Facultad, Bs. Aires. 1033. — Llere-
fiador simple (Cám. Civ. i«, 2-7-<94í, J. A., t. 75, na, B., Concordancias y comentario'! del Có-ligo ci-
pág. -180). Quien ai\ un contrato de locación se lil argentino, t. 3, Ed. Cas-avalle, Bs. Aires, 1888
constituye como "deudor solídaiio y principal pa- — Fernández, R. L., Oóffr'jw de procedimiento civil
gador", renunciando al beneficio ÚP excusión, "por y comercial. 2* ed., Es. Aires, 1950. — Serantes Pe-
los alquileres y demás obligaciones del locatario", ña. O , y Clavell Borras, J., Código pronesa! cwil
no tiene ta calidad de fiaüor, sino la de codeudor y comercial y leyes complementarias. Ed. Roque
solidario (Cám, Nac. Paz 3; 24-11-953, J. A., Depalma, Bs. Aires, 1S57. — - Salas, A. E., Cód'.po
1954-1, pág. 394). Por no tratarse de un fiador so- civil y leyes complementarias anotadas, t. 2, Ed.
lidario, o üe un principal pagador, e¡ fiador "uso Roque Depalma, Bs Aires, 1957. — Alsina, H.,
y llano pagador" goza del beneficio de excusión Tratado teórico práctico de l>erecho procesal civil
(Cám. Fed., 28-9-942, J. A., 3ÍH2-IV, pág. 322). y comercial, Eú Ediar, B& Aires, 3943, y "unifica-
Que para que la cesación de la responsabilidad ¡J»l ción de la legislación acerca de la intervención de
fiador se produzca en nitrito del art. ¿018 da) Cód. terceros en 3a locación procesal", en Jurispruden-
cív., es necesario que por causa de negligencia o cia Argentina, 29-10-957, núm. 6930. — Mohnario.
abandono del acreedor el deudor caiga en la Insol- A. D., Los privilegios en el Derecho civil argentino
vencia (Corte Sup. Nac., 18-3-93S. L. L., t. 1, pá- (tesis), Bs. Aires, 1941. — Machado, J. O, Expo-
gina 777). El Cód. de corn. no establece un régi- sición y comentario del Código civil argentino, Bs.
men distinto para la solidaridad pasiva, el cual Aires, 1898-1903. — Pascansky, E., Privilegio* da
permanece Intacto tal cual ha sido instituido por locador en el arrendamiento de inmuebles (tesis),
el Cód. civ., en cuanto a la garantía del prlncipn.1 Bs. Aires, 1956. — Palios üe Jurisprudencia Argen-
pagador que no es propiamente una fianza, sino tina, La Ley, Gaceta del Foro, Gaceta de Pan, Doc-
solid-iria entre codeudores (Cám. Apel. trina Jttdictííl, Será Justicia y Le Letra Judicial.
EXEGESIS (ESCUELA DE LA).* SUMA- pugnó, con definidos caracteres, cual el
RIO: I. Concepto y antecedentes: 1. La exé-
gesis y la Escuela de la Exégesis. 2, 3, 4, 5
único válido, el auténtico, tanto para guiar
y 6. Circunstancias condicionantes de la pro- al teorizante como al juez, en la construc-
fesión de fe doctrinaria de los exégetas fran- ción de sus sistemas o el razonamiento
ceses. 7. Nacimiento, fases y representantes obligado para justificar sus fallos.
de la Escuela. II. Las reglas del método exe-
gético: 8. La ¡dea substancial del estricto 2. Esa corriente del pensamiento jurídico,
acatamiento de la ley escrita, cual expresión aparece cual fenómeno derivado de una
auténtica de la soberana voluntad del legis- doble reacción espiritual que, aunque no
lador. 9. Señorío del texto de la ley, con- limitada a ella (pues que alcanza a todos
forme a su tenor literal. 10. La analogía, re-
medio de las lagunas de la ley: los argu- los grupos sociales ilustrados), repercute
mentos a contrario, a parí (regla de la ana- vigorosamente en la clase profesional de
logía en su estricto sentido), a majori, y los juristas: I9 la provocada por las concep-
a minori. 11. Las lagunas de la ley. 12. Ne- ciones exageradamente abstractas de la ten-
gación de la costumbre, la jurisprudencia
y la doctrina, como fuente del Derecho. dencia ius-füosófica racionalista que alza
13. Prevalencia de la ley positiva sobre los con pretensiones de validez universal, in-
dictados del Derecho natural. III. Enjuicia- condicionada, de dominio
3
ilimitado en el
miento critico del método y principios de la espacio y en el tiempo ( ) , un Derecho Na-
exégesis: 14. Planteamiento de la cuestión. tural basado en la naturaleza humana y
15.Difusión de la exégesis en el Viejo y en
el Nuevo Mundo. 16. El reproche de su acti- cognoscible por la razón, sin precisar para
tud legalista. 17. El mejor fundamento de nada el dato externo o empírico (tenden-
la improcedencia de referir la interpretaron cia que encarnan genuinamente, en los si-
legal al espíritu del legislador. 18. La crítica glos xvn y xvui, tras la profunda conmo-
en el plano filosófico. IV. Conclusión: 19.
La Escuela Exegética y el progreso jurídico. ción que llevaron a los espíritus la reforma
20. Balance crítico final. religiosa y la revolución inglesa ( 4 ) los teó-
ricos de la escuela ius-naturalista protes-
tante, que comienza con Hugo Grocio —1583-
CONCEPTOS y ANTECEDENTES 1645— y culmina en Samuel Puffendorf
1. La exégesis de un texto consiste en —1632-1694— John Locke —1632-1704—
dar una explicación de su sentido, en es- Cristian Thomasio —1655-1728— y Cristian
clarecer, desentrañar su significado, inter- Wolff —1679-1754—, este último el más cé-
pretarlo, recurriendo para ello a procedi- lebre de los discípulos de Godofredo Gui-
mientos gramaticales (por el análisis etimo- llermo Leibniz —1646-1716—); 2°, la que los
lógico de las palabras que le componen y abusos a que condujera, señaladamente en
lo que ellas dicen, contempladas en sí mis- el campo penal, el desmedido arbitrio de los
mas, aisladamente, en su tenor vulgar o jueces, despertaron durante el siglo xvín, en
técnico y en relación con las demás a que la conciencia de las clases ilustradas y, a
en la oración se vinculan), así como, tam- través de ellas, en la conciencia pública en
bién, a procedimientos lógicos í 1 ). Aplícase, general, contra toda libertad en la tarea de
pues, el método exeaético a la interpreta- juzgar, propiciando el dogma de la absolu-
ción de un documento, cuando la misma ta sujeción de los magistrados a la letra
se busca por la vía y los procedimientos de la ley. Esta segunda reacción mostróse
.enunciados. Referido a la aplicación e in- mucho más fecunda que la primera en el
terpretación del Derecho, se caracterizó his- ámbito de los resultados prácticos, determi-
tóricamente porque, en la tarea de la ela- nando primordialmente el fetichismo legal
boración jurídica, basó esta exclusivamente que consagró la Revolución Francesa.
en la ley escrita, prescindiendo de las demás 3. Carlos de Sécondat, Barón de la Bréde
fuentes y ateniéndose, por otra parte, a las y de Montesquieu, encabezara en el conti-
particulares y expresas disposiciones de nente europeo tal actitud. "Presintiendo
aquella, sin preocuparse de obtener los des- —como dirá Gény ( r > ) — un gobierno libre,
envolvimientos sistemáticos de que la ley había marcado con frase enérgica la supre-
misma es susceptible (-). En la Historia de macía de la ley respecto a las resoluciones
la Filosofía y de la Ciencia del Derecho, que la aplican", al escribir en su obra capi-
dase el nombre de "Escuela de la Exégesis", tal: "Cuanto más se aproxima un gobierno
al movimiento doctrinario que en el si- al régimen republicano, tanto más uniforme
glo xix, especialmente en Francia, le pro- llega a ser la manera de j u z g a r . . . Es de
esencia en la constitución del gobierno re-
* Por el Dr. FRANCISCO BLASCO FERNÁNDEZ DE (3) Mayer, M. E., Filosofía del Derecho, trad. de
MOHEDA la 2? ed. original por L. Legaz Lacambra, pág 27,
Barcelona, 1937.
t í ) En igual sentido, vid. Gastan Tobeñas, J., (4) Ibid., pág. 28.
Teoría de la aplicación e investigación del Derecho, (5) Gény, P., Método lie interpretación y fuer'es
pág. 82, Madrid, 1947. del Derecho privado positivo, 2-' ed. española, sa-
(2) Id., loe. cit. gina 71, Madrid, 1925.
publicarlo el que IQÍ, jneces ,s? atengan a la a la ley, y la consecuencia, la .Lbtrtad o la
letra de ia ley. v rio hay eudadano r.ontra pena" ('•>).
í l rwal pueda ¿níei pretarse una l p y, t-uando Y rl hispano-Tju-jicano Manu«I ¿e Lardi-
de sus oicnes, su honor o ;.u vida, se tr* te" < « ) , ¿abal, autor del pnmer tratado si&Umático
Luego y como secuela lógica de su inmortal y científico do Fenología, su Liscurso sobre
teoría sobre la di vi ion de ios Poderes de) las penas (1782), iunstia en lo enunciado
'Estado, añadiera:- "No hay libertad &i el por aquel clicienc'o. "Solo las leycc, pueden
poder de juzgar no está bita deslindado decretar las penas de ios delitos, y esta
dei Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo. autoridad oe'oe resid'r únicamente en el
Si no .-slá separado dei Poder Legislativo, legislador. Toda la facultad de l o j jueces
se podtía disponer arbitrariamente áf la debe reducirse a examinar, si el acusado ha
libertad y la vida de los ciudadanos, pues contravenido o no a la ley, para absolverle
entonces el juez ,>ería legislador. Si no esí - o condenarle en ia pena señalada por ella",
separado del Poder Ejecutivo, el juez podría No llegabr, sin embargo tan lejos como ei
fener la fuer2a de un opresoí .. Si 3o; tri- nnlanus ni Montesquieu, que proscribían
bunales no deben ser lijos, Jas resoluciones cual función de los magistrados del orden
deben serlo de tuerte tal, que Jamas sean jurisdiccional la de interpretar los precep-
otra cosa que un texto concreto tíe la ley. tos legislativos y, así, no estimaba "tan pe-
Si no íueran oías que la opinión particular ligroso como pretende el Marques de Bec-
dei jue¿, la sociedad viviría sin saber las caría el axioma común que propone por
obligaciones q-ie contrae" .. "Loj, jueces de necesario consultar el espíritu de la ley. Los
la Nación no son sino la boca cjue pronun- inconvenientes contra que justamente de-
cia las palabras de la ley, seres inanimados clama..., no provienen de consultar el es-
que no pueden moderar ia fuerza ni el píritu tíe la íey, smo del arbitrio voluntario
rigor de elK" ( ' ) . y no regulado de los jueces..." 0°).
Juan Jacobo Rousseau, exaltó igualmente 4. La Asamblea Constituyente de la Re-
el régimen de 1 * Ivy positiva. Existe para él, volución, se hizo eco de las concepciones
es cierto, ¿a ley natural, racional, perfecta reseñadas en su más extremado alcance y,
en su cuutcjmdo y con plena validez nece- al sancionar el decreto orgánico de 16-24 de
saria Pero ella carece de sanción efectiva agosto de 1790, consagrando la separación
en este mundo. Por lo tanto, es preciso que de los Poderes, preocupóse de estorbar las
el soberano emita leyes que puedan impo- usurpaciones de2 judicial contra el legisla-
nerse por la fuerza contra los remisos o los
rebeldes. Lo esencialmente decisivo para que ("8 i Becrarla, De los delitos y de tas penas, ed,
un Estado sea justo es que la ley impere argentina, hecha en tese de K italiana, de 1945
t* cargo de Pís.o Calamandicl, quien se atuvo & ¡a
por encima de todo y cte todos y que las de Míian de t822. Trad, cíe Sentís Melendo y M.
leyes sean expresión de la voluntad gene- Ayerra Redin. §§ u y IV, pagc. 99, ¿01 y 104, Ba.
ral, hechas por el conjunto del pueblo y Aires, 1958
para el bien de todos. Los acta-» administra- Giandomcnlco Romagnosi (Génftls del Derecho
tivos y las decisiones judiciales deoen ins- penal, trad, psjraíiola fie C. González Cortina j Jor-
ge Guerrero, Bogotá, 1956 (Impreso en Buenos AÍ-
pirarse plenamente y con máxima devo- res}. § 559 pág 231), conforme en pnnc pió con Is
ción en ID establecido por las leyes ( < • ) , *esls, al afirmar que "e! jurisconsulto uo tiene otro
En Italia. César Peonaría, en su célebre criterio de Justicia » d« veiüad que e¡ cóif>70 civil
libro Dei delitt: £ delle pene, Impreso por de- ¡a nac'ón, y si quisiera hacerse superior a e¡ o
ponerse e.t desacueido >-on FIIS í"5glas se sfidría
orimera </ez en liorna (1784) y de! que se ttt: la esffcj-n ñs <tus delww>s y del carácter qx:e re-
nace arrancar el "periodo humanitario y 5-iste", se pr' nunoia s seguida por un criterio mía
científico del Dei echo pena'", inspirándose íle-slb?*:, criando expon»1 "Y fcl ocurrler» que «I
eoníesadanvnte en Montesquieu. proclama- gotleríic1 le -lejas* la libertad de interpretar las I».
yfs o de ñatear 31.te mt wlenr o (libertad stfmtre
ba: "Sólo las leyes pueden decretar tas ilegitima v peligrc-sa j » wenutío ííjJíesta, pero q',«
nun.-is srtb»-s los dslitos".,, "Tv-rnpoco la er. ocjinones resulta un bl«-n. cuardo las teyts sen
autoridad de interpretar )a, leyes perales timbaras o r-asurdas y cuaivio el s?^e las inteipret»
puede rendir en lo.-? jueces crimínale-?, ocr y asta encargada de .p)'ía.-Sas es ilustrado y hn-
•onno), eistonce» y íiAJj entonres, lo* principios rie
la misma razón tíe qne no ,SOH legisladores"... dtffcíio utiiversal ;• cíe lnwrr- politiza outdf,) su-
"En todo delito debe hacerse '-1 jue? urt plir, mejor d cho, fleíxn leempíaasi íot dictatnenea
silogismo perfecto' la majar debe s¿r Sa lev de) j"t!scoisBKi*o y ia» serteacSas Sel m&ffrtradn".
general• la menor, la acción eonforir-e o no (¡0) Vial. Dtscur^o so&re las ¡jtnas eorírtiírio 1
tea fpye.» anmtnníes ds Srpafta para faO'Vtaf su
reforma, por don M-nnel tís Lartlírábal y üiibe,
(61 Mo'iresquieu. L'espri des lois, lib 6. cap. 3. del Consejo de S. M.. sr aícalrte? del Crtinei, y d*
(1) /bití., lib ll, c-p. 6. hijosdalgo de ¡a í?aal CbaneUIena de Oraasids,
(8) Rousseau Dti. ccmtrat social, lib. 3 cap 8; Mndíící, Ia«p (?e doa Joach f ii Jfjarrs, 17S2, pág». 6(1
rfr Ave' s»>r« 8 rhf«, L., Nueva filosofía de !a ln- y sigs. Cír BUsco y Ferfiánd<"a de Molida, J 5 ,
Tprcíüritf-, -tez Oareeho pás«i. 181 y «}gn, JA¿vi~ !. ll primer penaLsta de América E*pa-
196». 103, Iffij' Gji.WJSií írta, México, 1957.
tivo (tít. u, art. 10) y reservó celosamente reforma judicial que entronizaba organi-
a la asamblea legislativa, no sólo el derecho zando el Tribunal de Casación por ley del
de dictar toda disposición de tipo general, 27 noviembre-19 diciembre, también de 1790.
sino también, el de interpretar la ley O ] ) . La función privativa de e¿te Tribunal era la
Bajo la Convención, el decreto de 4-16 Pri- de vigilancia estricta y severa del mecanis-
mario del año II, sec. 2, artículo 11, vedara mo judicial en la aplicación de las leyes (i°).
a toda autoridad la interpretación de las Y todo esto se hacía sin que existiese aún
leyes, reservándosela para sí( 1 2 ). Prohibi- un Derecho codificado, mas a la vista de
ciones eran estas, que podían reconocer an- la promesa formalmente hpcha de codifica-
tiguos precedentes y tendrían resonancias ción general, en el título II, artículos 19-21
posteriores ( 13 ). del Decreto de 1790; la cual habría de rei-
Al servicio de los propósitos de su decre- terarse por la Constitución de 3-14 de sep-
to de agosto de 1790, la Asamblea Constitu- tiembre de 1791 (tit. I in fine) y la de 24 de
yente, creó por el mismo la institución del junio de 1793 (art. 85) (").
refere legislativo, no solo facultando a los 5. Cuando al publicarse en 1804 el Código
jueces (refere facultativo) para remitir al de Napoleón se abre, con proyecciones uni-
legislador la resolución de una cuestión versales, la época codificadora por la que, en.
jurídica no suficientemente clara en el texto- lo que a Francia respecta, en corto número
legal, sino exigiéndoselo en ciertos casos de años "todas las leyes, todas las costum-
(refere obligatorio), cuando a causa de bres, toda la tradición anterior, todos los
contradicciones judiciales sobre una misma precedentes de la jurisprudencia civil y
cuestión de derecho, se pusiera de 14mani- mercantil, por un gigantesco esfuerzo so-
fiesto un evidente vacío en la ley ( ). cial, se vaciaron en un molde del cual salie-
Asimismo, con el fin de asegurar el res- ron rejuvenecidos y transformados en fór-
peto a la ley mediante, una superior fiscali- mulas legislativas cerradas, precisas e
zación (i5), la Constituyente completó la impuestas con la fuerza y el absolutismo
(11) Gény, op, tít., págs. 72 y sigs.
de dogmas jurídicos" (">), la idea "de la om-
(12) Ibid., nota 1 de la pág. clt. En contra del nisciencia y la omnicomprensión de la ley
parecer de Gény, respecto al alcance de los menta- escrita, así como la concepción mecánica
dos decretos revolucionados, Merlln, Répértoire, de la función judicial, alcanzan —escribe)
5» interpretación, n. 3, 5» ed., 1827, t. 8, pág 562.
Coincidentes con aquél, Otto Gierke, Der Entwurf Recaséns Siches— un grado de frenética
eines burgerlichen Gesetzbuches und das deutsche
Recht 2« ed , 1889. t. 1 § 18. n. 50, pág. 140, y
Mailher de Chpssat, Traite de l'interprétation des OTO Consejo que, con carácter oficial, conservara e
lois, 1822, $§ 157 y 158. págs 256 y sigs. Interpretara auténticamente la lev. (Cfr. Jiménez
(13) Así, p. ej . diversas Const tuciones de Jus- de Asúa, L,, op. cíí , t. 2, pág 412 )
tlniano (Const. 12, 1, Cod 1. 14 y Const. 2, 21, (16) Génv, op. cit., págs 74 y s gs.; Recaséns
Cod 1, 17, con antecedentes en el ir. 1, XLVII Siches, op. cíí., págs 182 y sigs.
D 1 y 2 v Consts 1 y 9. Cod 1, 14) declaraban que El art. 1' de la lev del 27 de noviembre-1" de
la obra legis'ativa de este emperador era perfecta, diciembre de 1790 disponía* "se establecerá ua
vedaban todo comentario pr'vado y reducían la Tlbunal de Caspc ón cerca del Cuerno legislativo".
función del juez a términos casi mecánicos, reser- Se intentaba, pues, como lo revelan los debates
vando al soberano la interpretación y resoluc'ón de parlamentarios en la cuestión (v pr , los discxirsos
las dudas rué pudiera suscitar el sentido de lo ley. de de Goupil de Préfeln "Garat l'ainé y Robesaie-
(Cfr Recaséns Siches, op cit., pág. 181 ) El Proe- rre", en las ses'ones de la Corstituvente del 9 v 10
mio del Corpus taris Fridericiani prusiano de 1749- de noviembre dp 1790, en Chaoroutri, Arch. Farla-
1751, prescr bia bajo severas penas normas seme- mentaires, 1' srrie, t 15, págs 668, col 1, y 669,
jantes a. las justimaness. José II de Austria dictó cois 1 y 2; t 20, pá^s 3^6 col 2, y 350, cnl 2^
en 1786 una disposición análoga (Vid. Dualde, J., que el Tribunal de Casación no formase prop a-
lino revolución en Ja logren del Derecho, págs 27 mente parte del Poder Judicial, sino que fuera
y sigi,. Barcelona, 1933; Recaséns Siches, loe. ctí.) algo separado de este y con rango más alto: algo
Y en orden a la legislación punitiva, las "Observa- así como una prolongación del Poder Legislativo,
ciones sobre el Código panal para el Reino de Ba- del cual recibía mandato para vigilar, fiscalizar e
viera" (Amerkungen zum Strafgesct^Tjunch fur das inspeccionar la apl'racion de la ley. (Asi se des-
Kómgreichs Bayern), vols 1-3, 1813-1814, prohi- prende igualmente del discurso del diputado po-
bían expresamente en la ordenanza de 19 de octu- nente del decreto, Le Chapélier —qne habría de
bre de 1813 págs. I-IV) la redacc'ón de otro1? co- ser posteriormente miembro del organismo-- en la
mentarios y mandaban a los tribunales de justicia sesión del 25 de octubre de 1790. en Chabroud,
y profesores de las Universidades "atenerse exclu- op. cit., 1» serie, t. 30, pág. 22, col. 2 ) Aparte de
sivamente al texto del Código, utilizando las «Ob- otras cuestiones de impoi táñela menor, la misión
servaciones» oficiales". (Cfr. Mezger, Tratado de primordial del Tribunal de Casación era la de aun-
Derecho penal, trad. española de José A. Rodríguez lar "toda sentencia que contuviese una violauói
J
Muñoz, 2 ed , t 1, pág. 142, Madrid, 1946; Jimé- expresa del texto de ia ley", prohibiéndosele "cono-
nez de Asúa, L , Tratado de Derecho penal, 2* ed., cer del fondo del asurto" y sí. sólo, de la Inírac-
t. 2, pág 412, Bs. Ares, 1958.) cláa flagrante de la ley que resultara de la sen-
(14) Gény, op. ctí., pág. 74. tencia recurrida (arts 3°, 17 y 24).
(15) Ya Filanglerl, en procura de ello, habla (17) Gény, op. y loe. cita.; Recaséns Siches, np.
propufsto (seguido más tarde por Bomagnosl) la y Zoé. nts.
instalación de uti Censor Supremo o de un Supre- (18) Gény, op. cíí, pág. 21.
apoteosis" ( 10 ). A la producción de tal es- políticos y el común de las gentes, hallába-
tado de espíritu concurren factores diversos. se muy lejos del ánimo de quienes la pre-
Uno fue la convicción arraigada en los más pararan y de los consejeros más sabios del
amplios Rectores sociales, de que el Código, emperador, los que verdaderamente la re-
fruto del culto a la aplicación de la razón dactaron, sus genuinos autores. Así Camba-
matemática y de la lógica formal deductiva ceres, el cual, al presentar sus primero y
en el campo jurídico, era la expresión lo- tercer proyectos de Código civil, uno a la
grada del Derecho natural auténtico, per- Convención y otro al Consejo de los Qui-
fecto y eterno, absoluto y universal ( 2 0 ), nientos, aceptaba que el legislador no podía
cosa que cuadraba por entero con el espíritu "resolverlo todo" limitándose a fijar "prin-
heredado del siglo xvm, demasiado confia- cipios fecundos, que puedan previamente
do en la naturaleza y la razón para poder servir para resolver muchas dudas y que
dudar de lo factible de semejante esfuerzo contengan desarrollos posibles que sirvan
y su éxito total ( 2 1 ). Y acaso, también, ce- para dejar subsistir pocas cuestiones" ( 24 ).
díase a la fascinación del entusiasmo que Cuando se llega a realizar efectivamente
en momentos determinados hace creer que la codificación civil, el más autorizado y
se ha llegado a la cima del progreso y que, eminente de los codificadores, Portalis, tras
con vista firme, se descubre el porvenir de sentar el principio de que "preverlo todo
entero (22). es una imposible pretensión" afirma: "Há-
A ese espíritu rendían más o menos con- gase lo que se quiera, jamás las leyes podrán
vencidamente parias, los políticos que inter- reemplazar enteramente el uso de la razón
vinieran en la obra legislativa de la Revolu- natural en los negocios de la vida. Las ne-
ción y era el que se iba a transmitir por cesidades de la sociedad son tan varias, el
adoctrinamiento a los juristas que se for- comercio entre los hombres tan activo, los
marían ya bajo el imperio del Código civil intereses tan múltiples, sus relaciones tan
napoleónico, visto más que como acto de vo- extensas, que es imposible al legislador pre-
luntad del legislador en cierto lugar y cier- verlo todo"... "Además, ¿cómo suspender la
to momento, cual verdadero sistema ius- acción del tiempo? ¿Cómo oponerse al curso
naturalista, definitivamente consagratorio de los acontecimientos o variar la dirección
del triunfo de los principios racionales, por de las costumbres? ¿Cómo conocer y calcu-
sobre la mera potestad del príncipe (23). lar previamente lo que sólo la experiencia
6 Fenómeno curioso y ejemplar, es el de nos da a conocer? ¿Puede la previsión llegar
que (exceptuando Napoleón, imbuido de a asuntos que el pensamiento no puede al-
ideas semejantes a las de Federico II de canzar? Por completo eme pueda parecer un
Prusia y José II de Austria, respecto a la Código, no se ha acabado todavía cuando se
interpretación de sus leyes, y no al par de presentan al magistrado mil inesperadas
éstos, ñor influjo de las concepciones de un cuestiones. Una multitud de cosas quedan,
Montesquieu o de un Beccaría, sino más por lo tanto, abandonadas al imperio de la
bien al conjuro de su genio autoritario y costumbre, a la discusión de los hombres
dominante, cabalmente reflejado en la or- instruidos, al arbitrio de los jueces. El ofi-
gullosa exclamación mon Code est pérdu a cio de la ley es el de ffjar los principios
la vista del primer comentario que sobre generales del Derecho en grandes rasgos;
ese cuerpo legal se escribiera) la excesiva establecer principios fecundos en conse-
importancia dada a la legislación por los cuencias, y no descender al detalle de
cuestiones que pueden nacer en cada mate-
(19) Recasens Siches, op cit, pág 184 ria. Al magistrado, al jurisconsulto, pene-
(20) Recasens Siches. op. y loe ciis. En parejo trados del espíritu general de la ley, es
sentido A Hernández-Gil, Metodología del Dere- a quienes toca hacer las aplicaciones Por
cho, pag 54, Madrid, 1945, Aftalion, E R , "Los
principios generales del Derecho y la reforma del eso en todas las naciones civilizadas, al lado
Código civil", en La Ley, t 15, sec. doct, cap. 2. del santuario de las leyes y bajo la vigilancia
(21) Adam, Ch , La philosophíe en Frunce, pá- del legislador, se ve siempre formarse un
ginas 49 y 55, 1894, Taine, H , "L'ancien redime", depósito de máximas, de decisiones y doc-
lib 3, "L'esprit et la doctrine", en Les orígenes de trinas, que diariamente se depura mediante
la Frunce contemporaine, 1894, t 1, pags. 221-328,
CErtmann, P., "Le nouveau Code civil allemand", la práctica y el choque de los debates judi-
en Revue de l'Umversite de Bruxelles, 1897-1898, ciales, que sin cesar aumenta con todos los
t 3, pags 641 y sigs Bien significativas son tam- conocimientos adquiridos, y que se ha mira-
bién las frases de Savigny en Vom Beruf unserer do siempre como el verdadero suplemento
Zeil fur Gesetzgebung und Rechtswisssenschaft,
3' ed , 1840, pags 4 y sigs de la legislación".. Sólo "en materia crimi-
(22) Savigny op cit, § 26, in fine, pags 157
V sigs , Morelh A . La funzwne legislativa, 1893, (24) Fenet, Recueil complet des travaux pre-
§ 40, pags 293 y sigs , cfr Geny, op. cit., pág. 71, paratoires du Code civil Precis histonque, t 1,
nota 4 pags. 2 y sigs , 141 y sigs y 75, cfr Geny, op cit
(23) Recasens Siches, op, cit, pags 186 y sigs pag 95, Recasens Siches, op cit, pag. 175
nal, donde no hay más que un texto formal silogismo, cuya premisa mayor, sería el
y anterior en que pueda fundarse la inter- texto aplicable, la menor la constatación de
vención judicial, es necesario leyes precisas, los hechos y la conclusión el fallo, se impuso
y nada de jurisprudencia". "Seria errado en la doctrina de la ciencia dogmática del
creer que puede existir un cuerpo legal que Derecho, y dio lugar en Francia al naci-
de antemano hubiera previsto todos los ca- miento y desarrollo de la Escuela de la
sos posibles, y que estuviera, sin embargo, Exegesis, que agrupó en sus filas, durante
al alcance del ultimo ciudadano" (•»). Re- la decimonovena centuria, a la casi totali-
chazo también el insigne jurista, con toda dad de los más ilustres profesores y trata-
energía, la idea de un recurso al legislador distas; aquellos a los que la ciencia jurídica
para satisfacer las exigencias de la justicia francesa debe obras que alcanzaron fama y
diaria Señalo, ciertamente, límites precisos renombre casi mundial ( 2S ). Bonnecase, que
a la función judicial, pero, de acuerdo con la estudió rnagistralmente (20) ( aprecia tres
loantes enunciado, proclamaba que la juris- fases en la historia de la Escuela: el período
prudencia puede dar luz al legislador y que, de formación que va del año 1804 al de
en todo caso, la función adaptadora de ella 1830 aproximadamente; el de apogeo, que
es imprescindiblemente necesaria. Confor- se extiende entre 1830 y 1880, y el de deca-
mábase la actitud de Portalis, con el ar- dencia, del 1880 al 1900 W. La primera se
ticulo 4" del Código civil francés que, al ilustra con los nombres de Delvincourt (por
prohibir al juez rehusar el fallo sobre asun- sus Institutos de Droit civil franjáis, 1808
to sometido a su conocimiento le obligaba que en 1813 se convierten en su Cours de
lógicamente a resolver por su propia cuenta Code civil); Proudhon, decano de la Facul-
y a llenar las lagunas, así como a zanjar tad de Derecho de Dijon (Cours de Droit
las contradicciones y a aclarar las obscuri- francais, 1809); Toullier, decano de la Fa-
dades de la ley escrita (-«). cultad de Derecho de Rennes (Droit civil
7 Declaraciones tan precisas, destinadas francais suivant l'ordre du Code, 1811);
a justificar tanto la concepción general del Merlin de Douai, con las diversas ediciones
Código civil como la disposición particular de su famoso Répertoire; Maleville Analyse
de su artículo 4', despertaron viva repulsa raisonnée de la discussion du Code civil au
de ciertos Tribunales de Apelación (los de consett d'Etat 1804-1805 y el hoy olvidado
Lyon, Rouen, Montpellier, etc.); Portalis, Chabot de l'Allier (Questions transitoires
Tronchet y Bigot-Preameneu hubieron de sur le Code civil, 1809 y Commentaire sur
explicarlas ante el Consejo de Estado y la loi des sucessions, 1805). Al período de
fueron causa de las principales objeciones auge y florecimiento, corresponden los gran-
del Tribunado a la primera ley del proyecto des comentaristas que tan honda huella de-
correspondiente al título preliminar del Có- jaron en la doctrina y jurisprudencia fran-
digo civil y a la resistencia que opuso a cesa y extranjeras: Duranton, profesor de
los comienzos de la codificación, retardán- París (Cours de Droit frangais suivant le
dola y amenazando su éxito ( 2 ~ ) . Mas a Code civil, 22 vols., 1825 y sigs.); Aubry, deca-
pesar de las certeras y atinadas observacio- no de la Facultad de Estrasburgo y Rau, pro-
nes que aquellas declaraciones contenían, fesor de la misma acuitad (Cours de Droit
abriendo a la jurisprudencia ancho camino, civil francais, 1838-1844); Demolombe, de-
reconociendo implícitamente su menor o cano de la Facultad de Caen (Cours de Code
mayor dimensión creadora, lo exacto es que, Napoleón, 31 vols. 1845-1876); Taulier, de-
como ya se ha hecho notar vid supra cano de la Facultad de Grenoble (Théone
num 5), a partir de la promulgación del raisonnée du Code civil, 1 vols, a partir de
Código, fue predominando cada vez más la 1848); Marcadé (Explication théonque et
idea de que todo fallo debía ser forzosamente pratique du Code Napoleón, 11 vols, 1948 y
referido a algún artículo de la ley, emplean- sigs); Laurent, profesor de la Universidad
do para ello el método deductivo de extraer de Gante, en Bélgica, (Principes de Droit
conclusiones de los textos Esta tesis de que civil, 33 vols. 1869-1887), Demante, profesor
solo la ley escrita podía ser la fuente de las
resoluciones judiciales y de que la función (28) Recasens Sienes, op cit., pag 189, Castan
del juez, no era otra que la mecánica de un Tobeñas, op. cit, pags 82 y sigs, Aftalion y otros,
op cit, t 1, pag 454
(25) Portalis, "D'scours prehminaire" al pro- (29) Bonnecase, J , L'Ecole de l'Exegesf en Droit
vecto de Código civil presentado en nombre de la civil, 21 ed París, 1924 (hay trad mexicana del
comisión gubernamental, en Penet, op. cit, t 1, licenciado José M Cajica Jr, Puebla, Fue México,
pag 467, cír Geny, op. cit., pags 95 y sigs 1944, a la que se contraen las citas del presente
(26) Portalis, "Discours" cit en Penet, op y trabajo), el mismo, La penses jurtdique fránjense
loe. cits, Recasens Sienes op. cit, pag 189 de 1804 a l'heure presente, Burdeos, 1933, el mis-
(27) Fénet, op ctí, t 4, pags 27 v sigs, 34 mo, Science du Droit et romantisme, 1928
y sigs y 534, t. 5, pag 456, t 6 i i, 21 v sigs , (30) Bonnecase, J, La Escuela de la Exege&is
Geny op ctí, pags 98 y sigs etc , pags 36 y sigs
de París, y Colmet de Santerre, decano de 9. La primera de esas reglas, es la de que
igual Facultad, (Cours analytique de Cade la ley ha de entenderse y aplicarse, ate-
civil, 1 vols. 1849-1880); Troplong, primer niéndose a su letra, conforme al tenor lite-
Presidente de la Corte de Casación (Le ral de las palabras y oraciones con que sus
Droit civil expliqué suivant l'ordre des arti- preceptos se expresan. El texto legal, reina
cles du Code, 27 vols., desde 1833); y, junto, con absoluto imperio.
a ellos, en plano inferior, Pont, Rodiére A poco de promulgarse el Código de 1804,
Bugnet, Valeíte,, etc. A la época de la de- Proudhon enseña que la divisa del juriscon-
cadencia, va unida la obra de Baudry-La- sulto debe ser la adhesión a los textos en
cantinerie (Precis de Droit civil, 1882 y el estado puro, químicamente puro, abstrac-
Traite théorique et pratigue de Droit civil, ción hecha, de toda mezcla ( 3 4 ) . Laurent
29 vols. 1895) y Guillouard, continuador de escribe que "los códigos no dejan nada al
Demolombe, que colaboró en el Commen- arbitrio del intérprete; éste no tiene ya por
taire théorique ét pratique de Droit civil de misión hacer el Derecho: el Derecho está
T. Huc (15 vols. 1893-1903) (si). hecho. No existe incertidumbre, pues el De-
recho está escrito en textos auténticos. Mas
II para que los códigos realicen esa ventaja,
LAS REGLAS DEL MÉTODO EXEGÉTICO es preciso que los autores y los jueces acep-
8. El análisis de la doctrina desenvuelta ten su nueva posición bajo el Código...
por los juristas que encarnaron la Escuela Diría que deben resignarse a ella" ( : «). De-
de la Exégesis, muestra ésta, asida a la molombe insiste en dichos conceptos: "mi
idea substancial del estricto acatamiento divisa-, mi profesión de fe, es esta: ¡los
a la ley escrita, cual expresión auténtica de textos sobre todo!... Tengo por objeto in-
la soberana voluntad del legislador estatal, terpretar, explicar el Código de Napoleón
proyectada en el instante de manifestarse, mismo, considerado como ley viva, como ley
hacia un futuro determinado por la vigencia aplicable y obligatoria... y tuve siempre
de aquella ley. No se trata de una escuela como base los artículos mismos de la
ius-filosófica, sino científico-práctica. No se ley" (so), y, más tarde, añadirá: "Inter-
ocupa del Derecho, sino de un Derecho da- pretar es descubrir, dilucidar el sentido
do; el Derecho positivo vigente, que lo es exacto y verdadero de la ley. No es cambiar,
todo para los exégetas, así como, también, modificar, innovar; es declarar, recono-
iodo el Derecho positivo se contiene para cer" ( 3 7 ).
ellos en la ley, "factum" histórico que opo- No se crea por ello que entendida en tal
nen al ente racional que el Derecho fue forma la misión del intérprete, ésta se re-
para los ius-n-aturalistas. Tal profesión de duce a la práctica meramente mecánica de
fe de los exégetas, surge vigorosa, encendida unas cuantas fórmulas técnicas. Nada de
de entusiasmo, en los "Prefacios" de los eso. Como Gény advirtiera "es preciso
primeros comentarios escritos sobre el Có- mucha delicadeza y perspicacia: trátase, en
digo napoleónico. Muy conocida, por haber- efecto, en lo esencial, de convertir una re-
la divulgado la generalidad de los autores gla, a las veces abstracta y siempre seca, en
que se han ocupado del tema al que estos algo vivo, concreto, donde puedan hallar
párrafos se contraen, es al respecto la frase satisfacción los diversos intereses de la vida
del profesor Bugnet: "No conozco el Dere- jurídica: ¡cuan mustia y descolorida nos
cho civil, enseño solamente el Código de parece la fórmula legal comparada a los
Napoleón" (32). casos y circunstancias tan variados, comple-
De un tal principio fundamental, los teó- jos y movibles a que debe adaptarse! Hay
ricos de la exégesis deducen las normas me- que darle vida, extraer cuanto encierra, ob-
tódicas que, en su opinión, han de presidir tener, por decirlo así, toda la equidad, toda
la recta aplicación del Derecho; es decir, la utilidad práctica de que es susceptible
de la ley (M). para ponerla en movimiento". "Es verdad
que, en ciertos casos, será esto fácil. La regla
jurídica es clara, precisa, bien construida:
(31) Chausse, A., "Les intérpretes du Code ci-
vil", en Le Code civil. Livre du centenaire, 2 vols. de l'interprétation des lois, 1« ed., 1822, y 2' ed.,
París, 1804; Bonnecase, op. cit., trad. mexicana, 1845; Delisle, G., De l'intérpretation juridique,
págs. 39 y sigs., 45 y slgs. y 56 y sigs. Para la vida 2 vols., 1849, y Brocher, Ch., Etudes sur les princi-
y obra de los grandes comentaristas del Código pes généraux de l'intérpretation des lois et spe-
írancés, vid. especialmente en esta monograíía de clalement du Code civil /raneáis, 1862.
Bonnecase págs. 66 y s!gs. (34) Proudhon, Cours du Droit /raneáis, t. 1,
(32) Bonnecase, J,, La Escuela de la Exigesis, pág. XII; cfr. Recaséns Siches, op. cit., pág. 191.
trad. mexicana, pág. 141; Gény, op. cit., pág. 27. (35) Laurent, Cours élémentaire de Droit civil,
(33) Ese principio y las normas subsecuentes, t. 1, Prefacio, pág. 9.
expusiéronse ya en viejas monografías, siendo las (36) Demolombe, Cours du Code Napoleón, t 1.
principales de entre ellas, según Gény (op. cit., pág. 3.
pág. 24 nota 2) las de Mailher de Chassat, Traite (37) Ibid., pág. 135.
basta un cuidadoso análisis del contenido, 10. El primer grave escollo en el derro-
pesar sus términos y ponerlos en relación tero de la exégesis con base primordial-
con los hechos. El mecanismo, sabiamente
dez-Gil, op. cit, pág. 50; Cossio, C., El Derecho en
adecuado, funcionará en cierto modo por el Derecho judicial, 1945. págs 109 y sigs
sí mismo; será entonces peligroso y contra- Los glosadores encabezados por el profesor bolo-
rio a su fin intentar ir demasiado lejos; y nes Iinerio, creador de la escuela en el sigln XII,
una de las máximas que sintetizan la pru- y a quienes se debe el renacimiento del Derecho
romano y, en general, de la ciencia Jurid ca du-
dencia acumulada por generaciones de rante la Edad Media profesan al Corpus j-uris cim-
juristas" ( 3 t > ) reza: "Cuando una ley es cla- lis de Justimano admiración análoga a la que al
ra, no puede irse contra la letra, so pretex- correr de las centurias dispensaran los exegetas
to de penetrar en su espíritu" ( 3 < ) ). franceses al Code de Bonaparte Plenamente bub-
yugados por la potencialidad expansiva, domina-
La interpretación gramatical y literal de dora, de aquel Derecho quev sucumb do el Imperio
la ley se impone porque no puede presumir- que le alumbro, rige el mundo civilizado por su
se, en buena lógica, que el legislador haya perfección, ven en el —siempre igual que los exe-
prescindido, al expresar su pensamiento, getas de&pues en el Código de 1004—, no un De-
recho excJusivamente, sino el Derecho por antono-
de las reglas normales y corrientes del idio- masia, una especie de Derecho natural, umveisal
ma. Caso de equívoco, conviene sólo tomar y eterno, al par que positivo, pues que promulgado
en su acepción técnica las voces que emplea, por la voluntad impeiial Las transformaciones so-
adecuadas a la finalidad jurídica de la dis- ciales y políticas sobievemdas no cuentan Drsde-
ñan lo actual El Derecho romano, creen, se ha dic-
posición, no en una acepción vulgar que tado de una vez para siempre Le estudian anali-
contrariase sus intenciones ( 4 0 ). Tampoco se zando sus textos, trazando los antagonismos y pa-
ha de olvidar que, cada disposición legal ralel smos entre las diversas normas, sirviéndose
debe considerarse, en su relación con las de la interpretación literal. El respeto que testi-
monian a los argumentos de autoiidad, su vene-
demás, como parte de un todo armónico. La ración por los antecessores ;uns, es exagerado.
inter-comparación, al hacer patentes las Este método de los glosadoies no es oiigmal.
relaciones de interdependencia de los diver- Trátase de la continuación del lonr/obardo (Shom,
sos preceptos, posibilita su encaje sistemático Instituciones de Derecho privado romano, trad. es-
española, 1928, pág. 125; Hernández-Gil, pág 51)
y reduce las aparentes antinomias y contra- y ofrece grandes analogías con el que utilizaban
dicciones entre ellos ( 4 1 ) . las escuelas bizantinas.
El acatamiento que a la letra de la ley, En cuanto a los comentaristas, tienden a sepa-
gramaticalmente entendida, tributan los rarse del análisis literal (Heidemann, Eintuhrung
in die Rechtswissensrhaft. 1927, pág 18; Heisan-
exégetas pone de manifiesto una incuestio- dez-Gil, op ed., pág 52). Aspiran a construcciones
nable afinidad —aunque esté ausente toda teoréticas generales, y el principal objeto de su
verdadera conexión histórica— entre su es- estudio no lo constituyen las fuentes originarias
del Derecho romano, los textos riel Corpus ni^is
cuela y otras del ayer remoto, que utilizaron directamente, sino a través de la mterpretac ón que
dicho método con buenos resultados, como merecieron a los glosadores, procvirando adecnnile
las de los glosadores y los post-glosadoraes a las nuevas neces dades y circunstancias (Sal"ioli,
Storia del Dintto italiano, 1930, pág 104) Y, so-
o comentaristas, a las que cuadra igualmen- bre todo, emplean la dialéctica escolástica mfer.or,
te el denominador de exegéticas ( tó ). con el abuso de un ergotismo inverosímil que in-
c'de en estériles sutilezas, analizándose con pro-
digalidad cuestiones secundarias, abundando las
(38) Gény, op. cit., pág. 27. divisiones y subdivisiones las antítesis y los distin-
(39) La máx ma transcrita se recogió —cual gos Superan a sus antecesoras en la devo.-ión al
formulación legislativa del clásico apotegma tn cla- mag ster dixtt y consagran sus taieas a componer
ns non /it interpretatio, o como Farmacio dijera: comentarios, escolios etc., sobre el aleño razona-
Interpretatio nunquam admutitur m clans (Fari- miento (Hernández-Gil, op. cit., pág 53) Pero lo
nacius, Consihorum crimntalium, ed. de Franc- qxie aquí interesa señalar preferentemente, PS que
fort. 1607, cons XIV, n. 26)— en el art. 5«, lib. 5, —como Cossio ha subrayado— en ambns escuelas
preliminar del proyecto de Código civil francés del de los glosadores y de los comentaristas surg eron
año VIII y desaparec'ó en la redacción definitiva atisbos de lo que serian en el s'glo XIX los méto-
(Pénét, Recueil complet des travaux preparatoires dos Jurídicos y, predominantemente el de la Es-
du Code civil, t. 2, pág. 7; cfr. Gény, op. cit., pá- cuela francesa de la Exégesis. Así, representantes
gina 27, nota 1). Parejamente, dispone el art. 19 de una y otra escuelas med evales, trataron de in-
del Código civil chileno: "Cuando el sentido de la terpretar, no ya por palabras o frases aislados (co-
ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, so mo se hacia en las glosae), "sino desentrañando
pietexto de consultar su espíritu". el nexo en los diferentes títulos de una colección
Sobie la idea expuesta en el texto, vid. Laurent, para ver el sistema seguido por ésta, y a esto lla-
Principes de Droit civil, 1869, t. 1, n. 273, págs. 342 maron continuationes titulorum; o formularon un
y sigs. aforismo, inducido del texto legal y llamaron a esa
(40) Aubry y Rau, Cours, 5a ed., t. 1, § 40 pá- técnica brocarda; o hicieron resúmenes claros y
ginas 194 y sigs ; Laurent, op. cit., t. 1, n. 273, conc sos de las leyes, para penetrar mejor en su
pág. 242; BatiJry-Lacantmene y Houques Porcade, espíritu, a los que llamaron súmulas; o, finalmen-
Des personnes. '896, t. 1, n. 259, in fine, págs. 173 te, llegaron algunos audaces a tener alguna visión
y sigs; Génv, a. ci*.. pág. 28. general de alguna Institución con un comentario
(41) ^ u. -Lacantmpne y Houques Forcade, casi continuado de todo un titulo y llamaron a
op. cit., i i 2GU, pág. 174. c~ o apparatus" (Cossio, El Derecho en el Derecho
(42) •'r.üta-i obeñas, op. cit., pág. 82; Hernán- judicial, loe. cit,).
monte lexicológica o gramatical, aparece Ahora bien, los más ortodoxos exégetas,
cuando la letra de la ley no es clara, cuando reclaman el máximo cuidado en la tarea
no revela nítidamente su sentido. Es fre- aludida, para no exponerse a suplantar la
cuente que el pensamiento del legislador auténtica voluntad del legislador, por otra
no esté fielmente traducido en los términos que le fue extraña. En tal dirección, Aubry,
por él empleados y, para el intérprete que a declaraba en su Discurso inaugural del año
ellos debe atenerse, la fórmula resulta obs- lectivo de 1857 en la Facultad de Derecho de
cura, incompleta y, por tanto, insuficiente Estrasburgo, que la divisa del jurisconsulto
para dar la pretendida solución. Necesario debe ser toda la ley, en su espíritu como en
es en casos semejantes, con el fin de suplir nú letra, con extensa aplicación de sus prin-
la impotencia de la interpretación gramati- cipios y el más completo desarrollo de sus
cal, acudir a la impropiamente denominada consecuencias; pero solamente la ley. Y
interpretación lógica ( W ) . concluía seguidamente: "La misión de los
De aquí nace la segunda regla del método profesores llamados a prestar enseñanza en
exegético; buscar el pensamiento de la ley nombre del Estado, es la de protestar con
en el espíritu de su autor, pasando por enci- medida, sin duda, pero también con firmeza,
ma de las palabras, comprobando, rectifi- contra la innovación que tienda a substituir
cando, completando, restringiendo o am- por una voluntad extraña la del legislador'1.
pliando su valor literal. En esa tarea de Taulier, exponía: "Marcho en persecución
búsqueda de la intención del legislador, se de lo que la ley ha querido ser, a fin de
recurrirá al examen de circunstancias mil, saber lo que es; con el faro que alumbró
fuera de la ley, especialmente las que ro- necesariamente al mismo legislador, trato
dearon su nacimiento y que, tratadas há- de penetrar en el fondo de su voluntad
bilmente, permiten fecundarla y multipli- escrita, para robarle su sentido y su alcance
car sus efectos. Se estudian detenidamente más íntimos, de la misma manera que se
en consecuencia, las fuentes y los trabajos sorprende el secreto de un ser vivo en su
preparatorios de la ley, las discusiones par- palabra y aún en su silencio. Revelo las
lamentarias a que su sanción dio lugar, cuestiones más graves que nacen de los tex-
etcétera. Cabe poner asimismo a contribu- tos, me esfuerzo por mostrar su verdadero
ción, el análisis de la tradición histórica, origen y por situar la lucha en su verdadero
la costumbre (hoc sensu), no estudiada por terreno; me pregunto como hubiera deci-
sí misma o con un fin filosófico, sino con dido el mismo legislador, para ser conse-
objeto de substituir a la ley en sus orígenes cuente con sus otras voluntades...; de esta
y deducir de ahí el pensamiento de le dio manera, trato de pasar de lo conocido a lo
vida o desarrollar las. consecuencias de con- desconocido" ( 4 r >). y es que, en ningún mo-
formidad con los precedentes. E incluso, a mento puede olvidarse que "quien dice codi-
falta de los dos procedimientos auxiliares de ficación, dice adopción del principio fun-
que acaba de hacerse mérito, indagar la damental consistente en que el derecho de
voluntad del legislador, no en la equidad hacer la ley corresponde exclusivamente al
en sí misma, pero sí en las razones de equi- legislador, es decir, que ante la voluntad
dad y de justicia o los principios generales expresada en su otara, la jurisprudencia de
del Derecho que debieron guiar dicha vo- los tribunales como la ciencia de los trata-
luntad, presuponiendo en el legislador la distas, pierden en absoluto la independen-
intención más acorde con la recta satis- cia, desde el punto de vista de la signifi-
facción de todos los intereses en litigio. cación del Derecho positivo, aún cuando
Demante, justifica lo expuesto con estas conservan ilimitada libertad para la críti-
palabras: "La voluntad del legislador es lo ca" («).
que constituye la ley. El espíritu del legis- 11. Escollo de mucha mayor gravedad
lador constituye una guía tan segura que a que el que representa la obscuridad de los
menudo es necesario hacerlo prevalecer so- textos para captar en su genuino significa-
bre sus términos, en el sentido de que no do la intención del legislador, centro de la
hay que admitir todas las consecuencias
autorizadas por la letra de la ley, ni des- y sigs.; § 40, pág. 194 in fine: Laurent, op. cit..
t. 1, núms. 274 y 275. págs. 347 y s;gs.; el mismo,
echar todas aquellas que no resulten de Avant-projet de revisión du Code civil, t. 1, pá-
ella clara y necesariamente (**). gina 181, Bruselas, 1882; Baudry-Lacantinene y
Houques Porcade, op. cit., t. 1, núms. 271 y 273.
( 1 3 ) Gény, op. cit., pág. 29; Ihering, Esprit du págs. 174 y sigs.; Sirey, J. P., "L'interprótation des
Droit romaln, trad. francesa, eci. de Meulennere, lois", en Recueil General des Lois et'Arrets, 1824,
t. 3, § 49, págs. 138 y sigs.; Savigny, Traite du Droit II, pág. 19; cfr. Gény, op. cit., págs. 29 y sigs.; Af-
romain, trad. francesa üe Guenoux, 1840, t. 1, § 33, talión y otros, op. cit., t. 1. pág. 455; Becaséns Bi-
págs. 207 y sigs. ches, op. cit., pág. 191.
(44) Demante, Cours analytique, t. 1, Intro- (45) Cfr. Becaséns Sienes, loe. cit.
ducción, n. 23, pág. 12; vid. también Aubry y Rau, (16) Roguin, Observations sur la codification.
op. cit., 5' ed., t. 1, § 41, nx'ims. 2-3, págs. 197 1890. pág. 75; cfr. Hernández-GÜ, op. cit., pág. 58.
tarea interpretativa, es el constituido por las implicaría necesariamente que hubiese que-
lagunas de la ley, que se revelan especial- rido excluir de la disposición legal a esté
mente cuando, en la diaria realidad de la último. Cabría aplicarle, a título excepcio-
vida del Derecho, afloran casos que razona- nal, cuando la conclusión por exclusión
blemente, nunca pudieron ocurrírsele al le- negativa, se fundase en disposiciones legales
gislador encerrado siempre en el molde que positivamente pugnaran con los princi-
limitado de sus fórmulas escritas. Verdad pios generales, o al menos, cuando la fór-
es, que los exégetas más convencidos de las mula de la ley, en los casos por ella contem-
virtudes de su método y de la perfección plados, llevase consigo una solución a todas
del Código al que le aplican, estiman como luces restrictiva (•>").
de una rareza excepcional la existencia de b) Más eficaz y frecuentemente, al am-
tales lagunas. Valette, que cree en el más paro de la máxima vMa eadem est legis
alto grado en la omnisciencia y omnicom- ratio, ibi eadem est leges dispositio, se utili-
prensión del legislador, afirma con sobrado za el procedimiento inverso, mediante los
optimismo: "Se ha legislado tanto, sobre argumentos a parí, a majori ad minus o a
todo desde hace setenta años, que sería minori ad majus, cuya reunión y combina-
muy asombroso encontrar un caso que estu- ción da lugar a la interpretación extensiva
viera por completo fuera del alcance de los de la ley "por analogía". Por el primero (ar-
preceptos legislativos" ( 4 7 ) . Demolombe, me- gumento analógico stricto sensu), se aplican
nos crédulo, considera que, si bien el texto las reglas estatuidas en una materia o si-
del artículo 4° del Código napoleónico "no tuación, a otra situación o materia análo-
parece admitir que en realidad pueda haber gas (pues que es razonable dar igual trata-
silencio, obscuridad o insuficiencia de la miento a lo que es s i m i l a r ) . Por los
ley" puesto que no autoriza al juez a abs- segundos (•"<>), presupuesto el íntimo análi-
tenerse de fallar bajo pretexto —pretexto, sis de las disposiciones de la ley hasta cap-
o sea razón contraria a lo cierto, lo real— tar la ratio de ella, motor de la voluntad
del concurso de esas circunstancias, "no se legisladora, el alcance de sus preceptos se
calumnia a la ley... al acusarla de esas amplía o restringe, siempre que ello se
imperfecciones más o menos inevitables". Y muestre acorde con su substancia jurídica
añade: "Pero aunque tales imperfecciones y, los mismos, no revistan carácter excep-
puedan existir, de acuerdo con el articulo 4° cional (exceptio est stristissimae interpre-
el juez no puede legalmente pretender que tationis) en forma que, el método puesto en
la ley no le dé los medios necesarios para práctica para aplicarles más allá de lo que
resolver el litigio sometido a su conoci- su enunciado autoriza, revista el aspecto de
miento" ( « ) _ simple aplicación particular de un derecho
La solución, audaz, pero encuadrada en el común más general (~<i). Concebida la ana-
análisis de la ley, a la que toman cual siem- logía de este modo —ha dicho Gény— "se
pre, como centro de referencia, que los nos presenta como la mayor audacia que
exégetas dan al problema, yace en el empleo puede permitirse la interpretación propia-
(justificado por el brocardo ubi eadem raizo mente dicha, dentro de un sistema que pre-
ibi jus) de ciertos principios lógico-forma- tende inspirarse únicamente en los textos
les, que les autorizan a extender con elas- legislativos" ( 3 2 ).
ticidad suma las fórmulas legales a lo en 12. Legalistas a ultranza, imbuidos del
ellas no taxativamente comprendido, en fun- espíritu que un magistrado, Crépon, define
ción de hallar una racionalmente presunta de modo categórico cuando dice "Uno de
voluntad del legislador, ratio legis de su los principios fundamentales de nuestro
ordenamiento. estado social es que nada debe quedar al
a) Eecúrrese así, unas veces, al argu- arbitrio del juez, que jamás pueda éste deci-
mento a contrario, expresado en los apoteg- dir, sino en virtud de un precepto termi-
mas clásicos qui dicit de uno dicit de altero, nante de la ley" O"'3), los exégetas niegan
inclusione unius jit exclusio alterius, que se
usa para probar que si la ley se refiere a (49) Aubry y Rau, op. cit., t 1, § 40; Laurent,
un caso dado, no comprende lógicamente op. cit., t. 1, págs. 354 y sigs
otros. Los maestros de la exégesis no deja- (50) Argumentum a majori ad minus (de lo
ron de percibir los peligros de este artificio mayor a lo menor) (quien está obligado o autori-
zado a lo más, lo está a lo menos); Argumentum
lógico, puesto que el hecho de que el legisla- a minori ad majus (de lo m«nor a lo mayor) (a
dor mencionase un supuesto y no otro, no quien se le prohibe lo menos se le prohibe lo
más; lo que se requiere para lo menos se requiere
(47) Valette, Cours de Code civil, t. 1, págs. 3 para lo más).
y sigs. y 34 y sigs.; eír. Bonnecase, La pensée juri- (51) Aubry y Rau, op. cit., t. 1, § 40, pág. 196;
dique ¡ranfaise, t. 1, pág. 533; cfr. Aftalión y otros, Laurent, op. cit., t. 1, n. 277, págs; 351 y sigs.;
op. cit., t. 1, pág. 455; Recaséns Siches, op. cit.. Gény, op. cit., págs. 31 y sigs.
pág. 192. (52) Gény op. cit., pág. 33.
(48) Demolombe, op. cit , t. 1, pág. 134. (53) Ibid., pág. 37 y nota 2.
generalmente valor a. la costumbre como naturales o morales, sólo son obligatorias
•fuente jurídica directa. Aceptan, a título en tanto que han sido sancionadas por
de máxima concesión, que puede ayudar a la ley escrita. Las demás no son nor-
interpretar la ley, contribuyendo a veces mas jurídicas; de suerte, que el juez que
a esclarecer el pensamiento del legislador, se apoyare en éstas para fundamentar
aparte, claro está, del supuesto de su efica- sus decisiones, rebasaría los límites de sus
cia cuando la ley expresamente se la reco- facultades" ( 3U ) ( 5 7 ). Dura lex, sed lex...
noce, cual ocurre en ciertas materias espe- III
ciales, principalmente las del Derecho mer-
cantil ( r > 4 ). Consiguientemente, aparte de ENJUICIAMIENTO CRÍTICO DEL MÉTODO Y
las antiguas costumbres que el nuevo Dere- PRINCIPIOS DE LA EXÉGESIS
cho refrendó o aquellas otras a las que 14. La crítica serena, veraz y objetiva de
expresamente se remitieron las leyes, los toda doctrina u otara humana, exige que,
usos, las tradiciones, carecerían de todo junto a lo que de ellas se juzgue objetable
valor jurídico. No podrían crear Derecho, ni o erróneo, no se omita destacar lo que apa-
suplir, ni derogar en todo o en parte el rezca acertado y digno de asentimiento La,
estatuido por la ley. Y con mayor razón, Escuela de la Exégesis ha conocido pocas
negábase tal valor a las autoridades, a los críticas de esta clase. Quienes las formula-
precedentes, por muy útil que resultara acu- ron, cuidáronse por lo común de poner tan
dir a ellos, a la doctrina y la jurisprudencia, solo el acento sobre los yerros y deméritos
en consulta y para la dirección práctica; de la misma, repitiendo con pocas variantes,
Zo cjue no emvece a que en ese sentido, en la mayor parte de los casos, los apostro-
ninguno entre los fieles de cualesquier otra fes indignados de Ihering contra los pan-
Escuela haya mcstrado mayor acatamiento dectistas alemanes, las razones de Salé-lles
y respeto que los de la eregética francesa, o de Gény contra el que denominaran mé-
a las construcciones doctrinarias de sus todo clásico o tradicional de interpretación
Maestros ( s r >). de la ley las de Hermán Kantorowicz o
13. Investigadores científico-prácticos, Ernst Fuchs en pro de un "Derecho libre"
los exégetas, que a la hora de enfrentarse etcétera ps).
con los grandes principios de la teoría ge- 15. Hiia del espíritu "legalista" trun,
neral del Derecho creen como los ius-natu- fante con la Revolución francesa, que viera
ralistas, en la existencia de dictados abs- con razón en el Derecho positivo codificado,
tractos e inmutables, en razones de equidad una garantía del hombre y el ciudadano,
que le inspiran y rigen, superiores a la contra los excesos del Poder y la antigua
voluntad nuda del legislador, cuando están arbitrariedad de los magistrados, espíritu
frente "a la interpretación viva y activa" que tuvo el patronato excelso de Montes-
de los textos del Derecho estatal, positivo, quieu, la Escuela francesa de la Exégesis,
alzan toda clase de restricciones para recu- fue un movimiento ideológico que encontró
rrir a esa equidad, a esos principios abstrac- su semejante en el de los pandectistas ger-
tos generales del Derecho, esforzándose, (56) Mourlon, Rfrjctition écrites svr leí írois
para conciliar su actitud metafísica de par- examens rlu Code civil, 1846, t 1, pág. 3
tida con su ius-positivismo rígido, en descu- (571 Oény, op c?t., págs. 35 y sigs ; Bonnecase,
brir en la ley misma la razón y la justicia op. cit, págs 106 y sigs ; Hernández-GU, op. cit,
superiores que les condensan. Si ello no se páfs. 62 v sigs.
(58) Ihermg R. von, Scherz una Erst in der Ju-
logra, entonces, fuere cual fuere la con- risprudenz, 1884, trad. española de Román Ria?a,
vicción del intérprete, del juez, respecto a Jurisprudencia en broma y en seno, Madrid 1933;
la bondad intrínseca de la ley, ésta ha de Saléiljes, R , en "Prefacio" al libro de Góny Mctoao
ser, no obstante, obedecida. Mourlon lo pro- de interprétete ón. ..; el mismo. La rétfe moróle
clama sin titubeos: "Para el jurisconsulto, dans les obliqations civiles. 3* ed. 1935; Gény,
op. cit.; el mismo Science et téchnicive en Droit
para el abogado, para el juez, sólo existe un privé positif",' 2» ed., 1922; el mismo, Ultima verba,
Derecho, el Derecho positivo... Las leyes 1951; Kantorow cz. H , Der Kamnf um dic Rec'its-
wlssenschajt, 1906, trad. española en el vo'umen
(54) Demolombe, op. cit., t. 1, m'uns 32-35 La ciencia del Derecho Savigny, Kirchmann, Zit-
y 130: Aubry y Rau, op. cit., t. 1, §§ 23 y 29, telmann y Kantorowicz, Bs Aires, 1949; vid. iPual-
págs 75 y sigs. y 96 v sigs.; Huc, Commentai^e du mente en Información Jurídica, núm. 116, Madrid,
Code civil, t. 1, núms 49-51, pags 58 y sigs ; Bau- enero de 1933, trad. de Werner Goldschmidt, pá-
dry-Lacantmene y Houques Forcade, op. cit, 1896, ginas 3 y s'gs; Fuchs, E, Junstischen Kultur-
t. 1, núms. 17-27 y 123-124, págs. 16 y sigs. y 84 kampf, 1913; el mismo, Was wül die FreirecM-
y sigs , Lyon-Caen y L. Renault, Traite de Droit schule? 1929. Puede añadirse cuanto han escrito
commercial, 3q ed , 1898, t. 1, núms. 77-85, pags. 78 sosteniendo la "función judicial creadora del De-
y sigs.; cfr. Gény, op. cit., pags. 33 y sigs. recho" y contra la doctrina tradicional de la vln-
(55) Es asi como hay que entender lo afirmado culac'on del Juez de la ley, los qxie creen que el
por Bonnecase, La, Escuela de la Exégesis..., trad. Derecho está más que en la norma en lo "láctico",
mexicana cit, págs. 178 y sigs., repetido por Her- desde Fiitz Sander, pasando f or Freisler, hasta los
nádez-Gil, op. cit.. pág. 58. "ególogos" argentinos.
manos del siglo xi:r, y amplia difusión en. vías lógicas tiadicionalistas ( M ), c e! que,
el inundo jaiino europeo y americano (*><). desde el ángulo visual existenáal, con len-
Los comentaristas de los textos légale s en te adiestrado en li filosofía de la razón vital
Italia, Empaña y los países de la América y 10. razón his'arica de Ortega Gasset, cam-
latina, siguieron PP. sus libros ios prineimos pea en las enseñanzas ius-filosó}i<,as de
hermenéuticos de aqueua Escuela. En la Rccasens Sienes («).
Argentina, pagáronle tributo Llerena, Ma- No se reproche, pues, a la Escuela d<- la
chado, y los insignes jurisconsultos correa- Exégesis su respeto a la ley positiva. Más
Unos Segovia y Guastavino ('•>«). Aún en comedidamente, aunque con mayor precisión
nuestros tiempos, encuentra leales, corno y exactitud, puédese decir que lo exageró,
por ejemplo, en Italia, Ricci, Filippis o ciñéndose en sus construcciones, fundamen-
Lomnnaco. talmente, al orden .sistemático de la ley (""),
16. Se le ha reprochado su caito a la ley analizuna n sus preceptos más o menos rigu-
y el ver en esta ja íuente directa del De- rosamente por ese orden, en vez de elevarse
recho. Pero lo cierto es que, en el mundn desdí el examen de ellos y por vía de in-
(íel Derecho codificado —y tal cual lo afir- ducción de sus ideas directrices, a la eclifi-
ma Gastan Tobeñas con respecto al Derecho eació'.i oe un sistema; y también, al aceptar
privado español—, el principio de sujección el principio de la sujección absoluta al sig-
del intérprete o del juez a las normas de nificado literal de aquellos preceptos, cuan-
la ley positiva, se reconoce y acata por do- do este pareciese claro, con olvido de que el
quier sin reservas. Las radicales doctrinas apotegma in claris non fit interpretatio ca-
sobre la llamada "emancipación del juez'' rece c;c sentido ( « < ) y de que toda ley —no
o sobre la libertad del intérprete para se- sol.-) la imprecisa y oscura— exige ser in-
pararse de Jas noirms en vigor cuando lo terpretada o comprendida (<> 8 >, !o que im-
requieran la? circunstancias del caso some- porta no ya captar simplemente el signifi-
tido a su decisión, propugnadas por escue- cado textual de sus palabras y oraciones,
las modernas, r.o tienen posible cabida <>;l> sino aprehender mediante la apreciación y
donde impera e1 D( recrío legislado. Aquí "la valoración conjunta de todos los medios
apUer.cico de las normas supone una acti- interpretativos o de comprensión, el espíritu,
vidad rrerídort-. en erante el que interpreta propósito y razón de la misma, puesto que
da sentido desarrolla y completa la ley; "saber las l<=-yes no es atenerse a sus pala-
perp no significa la conexión de un poder bras, sino a su fuerza y a su poder" (scire
arbitrario al juez p.tra ba-'T sus decisiones leges non est verba earum tenere, sed vim
en sus partic'uJaivs sentimientos o en sus ¡te potcstateml Í G Í ) ),
utópicos ideales de legislador; se ie confie- 17. Más sólida es la objeción alzada con-
re el olücium -iu cooperar en Ja realización tra el afán de los exégetas de considerar la
del Derecho, y en su cumplimiento está tarea interpretativa en todo caso, en el
sometido a las leyes y guiado por los prin- más llano y fácil como en el más complicado
cipias generales del Derecho" («). Las fuen- y dificultoso cual la búsqueda de la volun-
tes subsidiarias de este, ¡as sociales (usos, tad del legislador, fundando en la autoridad
costumbre:,) o la jurisprudencia, sólo fun- de este para dictarla, la soberanía e imperio
cionan cuando la ley lo autoriza y dentro ce la ley y el alcance de sus disposiciones.
de los límites y con los efectos que ¡a ley Razonamiento tal deja al descubierto el
estatuye, o cuando esta "calla". Como ha flanco más vulnerable de la Escuela. Los
dicho Carnelutti. sólo la fuente legislativa alegatos en contra del mismo, son conclu-
produce Derecho sin limites. Las otras son yentes. En tiempos idos, cuando la ley era
por el contrario fuentes limitadas y los lí- hija de la voluntad del autócrata ("lo que
mites se hallan determinados por la ley ( ss ). place al Príncipe")— enseña un Maestro de
Este es, en io esencial, el pensamiento do- renombre universal— puesto que ella sur-
minante en la ciencia jurídica contempo- gía de la voluntad de un hombre, era posi-
ránea. El que expresamente se mantuvo en ble hallar tal intención; mas no hoy. Ac-
data reciente por tan insigne jurisconsulto tualmente, el legislador no es un hombre
cual Georges Ripert, queriendo marchar por
(59) Eecaséns Sicbes, op. cit., págs. 181, 194 (64) Ripert, G , Les /orces créatrices du Droit,
y sigs. cap. 7, París. 1955.
(60) Cfr. Salvit. Derirho civil argentino. "Par- (65) Rcraséns Sienes, L., Vida humana, Kocie-
te general".'vol. 1, 10» ed. actualizada por Víctor N. tíad y Derecho, 3' ed, esp. págs. 321 y sigs., 327
Hornero del Prado. Bs. Aires, págs. 165 y 166. y sigs., y 337 y s'gs , México, 1952.
(61) Gustan Tohtñus, op. cit., páp. 154. (66) Bonnecase, op. cit., págs. 191 y sigs.
(02) Castro. F. cié, Derecho civil de España, (07) Mnggiore, G., Derecho penal, "Parte gene-
"Parte general", 1. 1, '>g 389, Valladol'd. Itf42; ral", trad. de José J. Ortega Torres, t. 1. pág. 167.
cír. Cactán Tobeñas, op. oí'., pág. 155 Boqotá, 1954 | imp. en Buenos Aires).
(63) Carneluiti. F., Teoría general del Derecho, (68) Map-giore, G., Zoé. cit.
pag 105, Madrid. 1941 < C 9 ) Celso, fr. 17, D. I, 3.
al que "le place" esto o aquello, sino una legales han de resolver cuestiones que sur-
función que se cumple por varias personas gen de hechos y circunstancias muy distin-
que han podido tener intenciones diver- tos a los que constituían el universo material
sas ( 7 ° j . Abundando en la misma idea, otro e ideal en que se desarrollaba la vida de
tratadista ilustre, ha escrito que el legisla- los hombres cuando dichas normas se dicta-
dor "como creador de la ley, es una abs- ron. También puede ocurrir que sea necesa-
tracción. ¿Quién es el legislador? ¿El rey rio atender, no al momento en que la ley
(o el jefe del Estado) C") que sanciona la fue dictada sino al momento de su aplica-
ley, el parlamento que la aprueba, el minis- ción, teniendo en cuenta las modificaciones
tro que la presenta, las comisiones de juris- sobrevenidas en otros sectores del ordena-
tas que la elaboran, la conciencia popular miento jurídico, considerado en su conjun-
que la reclama?" ( ~ 2 ) . Y Gustavo Radbruch, to y unidad. Una ley no tiene solo valor
reafirma lo expuesto y suma todavía ele- per se, sino que recibe limitaciones y mati-
mentos a la crítica de la concepción recha- ces de otras. Si alguna de estas se modifica,
zada, al declarar: "La interpretación jurí- puede resultar modificada la significación
dica, se dirije al sentido objetivamente y el alcance de otras que siguen inaltera-
válido del precepto jurídico. No se propone, bles en su texto. Esto es irrefutable en caso
pues la fijación del sentido pensado por el de remisión expresa o tácita a otras leyes;
autor de la ley, y no puede hacerlo porque pero puede resultar cierto también sin tales
en toda obra legislativa interviene una di- referencias, dada la solidaridad de las dis-
versidad de autores; es posible, por consi- tintas piezas del sistema jurídico (">). AI
guiente, una diversidad de opiniones entre ser aplicada, la ley no mira hacia el ayer,
estos partícipes sobre el sentido de la ley, si no que se refiere al día qXie vivimos. Ha
diversidad cue justamente para la interpre- de entenderse y comprenderse en función
tación jurídica, al servicio de la aplicación del significado de sus preceptos en el mo-
del Derecho, ha de convertirse necesaria- mento cultural eme al aplicárseles informa
mente en una explicación única de la ley. la existencia social ( 7 I ! ). Finger, afirmó con
Pero aunque todos los. partícipes coincidie- justeza que "terminada la ley se indepen-
ran en un mismo sentido, con ello no se ha- diza de su pasado" ("¡"O. La ley, se ha dicho,
bría fijado necesariamente el sentido deci- asimismo, "no es una historia pasada, sino
sivo de la ley; la voluntad del legislador no una actualidad palpitante; no la voz de un
es la voluntad colectiva de los que partici- muerto, filada en un escrito, sino concien-
pan en la legislación, sino más bien la vo- cia y voluntad de seres vivos. Y el intérprete
luntad del Estado. El Estado, sin embargo, no debe indagar lo que el legislador quiso,
no habla por las manifestaciones persona- sino el querer actual de la ley" ( 7 R ) . El gran
les de los participantes en la producción error de los exégetas. fue el no haberlo vis-
de la ley, sino por la ley misma" ( 7 : í ). En to así. Y Gény, definió como vicio capital
forma coincidente se pronuncia Del Vec- de la doctrina que profesaron, el que inmo-
chio ("). vilizaba el Derecho, cerrando el paso a toda
No, no es la voluntad del legislador lo que idea nueva. Cualquiera que sea la evolución
interesa al intérprete o al juez que ha de posterior de las situa-.-iones o de las ideas
aplicar la ley, sino la voluntad actual de —decía— falta la autorización para tras-
esta. Y ello, no solo por lo que acaba de pasar el horizonte que el leeislador descu-
alegarse, sino porque el significado de las brió en la época en míe dictó la regla ("").
normas, por imperio de la necesidad, llega Una Escuela que adolecía de tal vicio, ha-
a ser muchis veces superior a la intención llábase condenada absoluta e irremediable-
de los individuos que la formularon. Cuando
se establece una ley, no cabe prever todas (75) Jiménez de Asúa. La ley y el delito, 3-1 ed.,
pág. 110, Bs. Aires, 1959; el mismo Tratado y t. 2
las aplicaciones que tendrá. Si es verdad que cits., pág. 415.
es fácil descubrir necesidades permanentes (76) El que las palabras de la ley, al contrario
en la evolución social, las cuales a su vez de lo que se indica en el texto, debían entenderse
implican permanencia en las disposiciones en el significado que tenían al promulgarse ésta
del Derecho positivo, ello sólo es exacto has- ycada,
no en el que tuvieran al instante de ser apli-
fue el parecer da los antiguos prácticos, y
ta cierto punto, y tie continuo las normas Farinacio (Consiliormn criminalium, Cons. XCV.
n. 16) mantenía que in dubio sunt referenda ni
(70) Jiménez de Asúa, L., Tratado de Derecho tempus dispositioms. En nuestros días, mostróse
penal, 2-1 ed., t. 2, pág. 414, Bs. Aires. 1958. fiel a esta arcaica concepción, jurista de tan emi-
(71) El subrayado entre paréntesis se ha aña- nentes méritos como Vincenzo Manzini (Tratado
dido al texto original, por el autor de este trabajo. de Derecho penal, "Parte general", t. 1, vol. 1 de la
(72) Maggiore, G., op. y t. cits., pág. 168.* ed. argentina, pág. 374, Bs. Aires. 1948).
(73) Radbruch, G., Filosofía del Derecho, 3-' ed. (77) Finger, Lehrbuch des deutschen Sím-
española, pág. 149, Madrid, 1952. frechts, § 33, Berlín, 1904.
(74) Del Vecchio, G., Filosofía del Derecho, (78) Maggiore, op. y vol. 1 cits., pág. 168.
5-' cd. españolo pás^. 335, Barcelona, 1947. (79) Gény, op. cit.. pág. 61.
mente por mandato de la ley del progreso; toda investigación de tono filosófico, sobre
"no es posible gobernar indefinidamente al eJ concepto del Derecho, ateniéndose a la
mundo social con instituciones hechas para noción formal que se teñía de la, norma,
el pasado" (»<>). cual resultado de un mecanismo legislativo
18. Se ha censurado a la Escuela de ¡a (entonces lan nuevo y tan en boga, que
Exégesis desde el punto de vista de la Filo- había de ajustarse además a las exigencias
sofía jurídica, el que, peso a alribuir al De- de la división de poderes) y resolviendo en
recho, en último análisis, un origen meta- consecuencia el problema de la ir añera ñas
físico, y a aceptar la doctrina metafísica cómoda, teniendo por Derecho lo dado, re-
de la noción del mismo, abstuviéronse sus ducido a su expresión mínima y formal:
maestros de explicar la esencia, del Derecho la Ipy ( S1 ). "No cabe —añádese en términos
así comprendida, negándole o poco menos peyorativos— un positivismo mayor ni un
toda influencia sobro la elaboración del racionalismo más exacerbado que prescin-
Derecho positivo, ya que la voluntad del de, para el Derecho, de toda consideración
legislador, bastábase a sí misma. Se la impu- sociológica, espiritual, moral o "conómica,
ta, pues, como grave falta, el haber rehuido desenvolviéndose sólo en la esfera de las
puras nociones" ( 82 ).
Crítira tal, que en lo medular, en lo que
(80) Bonnecase, op. cit., pág. 219. al itis-positivismo exasperadarnente racio-
Con todo, aún se encuentran por el mundo tra-
tadistas y jueces que se aíerraii a la idea de que nalista de la Escuela concierne, estuviera
interpretar la ley es inquirir la voluntad expresa mejor aderezada contra ciertas direcciones
o presunta del legislador. A título de ejemplo, actuales —singularmente la de la Reine
puede recordarse, entre los españoles, a Legaz La- Rechtslehre, la Teoría pura del Derecho
cambra, a quien replicara agudamente Raúl Váleles
Villarreal ("La interpretación como descubrimien- kelscniana— se presta a no pocas objecio-
to del sentido oujetivo ae Ins expresiones legales. nes. La primera, es la de que, los exégetas,
Tendencias objetivas en la interpretar/en del De- al no proponerse hacer filosofía (s:!) no
recho", en "Curso colectivo sobre la interpretación tenían por que hacerla, ni se les debe cen-
de la ley", por E, García Maynez y otros en Revista
de la Escuela Nacional áf Jurisprudencia, México, surar por ello. Su programa de acción no se
julio- diciembre de 1947, pág. 21). En ia Argentina, refería al Derecho en sf, totalitaria y uni-
el afán de jur'Et.i; y mag'strados por desenterrar versalrnente contemplado, sino que, más
la "voluntad" o "inter,,-ion" ÜPÍ legislador, espe- modestamente, se limitaba al estudio de un
cialmente a través de. los antecedentes y debates
parlamentarios, a los que suele denominarse con Código, de un cuerpo legal determinado,
grosero error "interpretación autjntica", es toda- concreto. Sus propósitos eran de carácter
vía —como sefiaia Aftalión (Aftalión, E. B. y otros, científico-práctico; no filosófico-jurídico. Y
Introducción al Derecho. 5" ed., 1958, t. 1, pág. 456, al ponerlos en obra, fueron consecuentes
nota 32)— más, desmedido. Tan corriente es el he- con el fin que se marcaron.
cho, que hasta la Corte Suprema, en numerosas
sentencias, ha otorgado excesivo valor a esos ele- Pero es más: aun cuando hubieren hecho
mentos interpretativos. En fallo del 20 de marzo filosofía jurídica, no podría inmutárseles a
de 1942 (J. A., correspondiente al 25 de abril del error su ius-positinismo ni su formalismo al
expresado año) proclamó textualmente que "la referirse a la noción del Derecho. El que el
primera regla de interpretación de las leyes (es) la
de dar pleno efecto a la intención del leg-islador, Derecho positivo es el único verdadero De-
que debe fluir de la letra o del espíritu de jas recho —mientras oue el Derecho Natural
mismas". (Vid. igualmente, con respecto a Ja es- no pasa de ser la idea o el ideal jurídico—;
tima de dicha intención a través de los anteceden- así como aue el concepto universal, abs-
tes y discusiones parlamentarias por la Corte Su-
prema, Fallos, ts. 33, pág. 228; 77, pág. 319; 100, tracto, de ese Derecho nositivo —fenómeno
págs. 51 y 337; 115, pág. 186; 120, pág. 872; 134, cultural, realidad vital tendiente a la reali-
pág. 57; 150, pág. 150; 155, págs. 274 y 302; 165, zación de determinados valores («•*). Derecho
pág. 107; 184, pág. 5; 186, pág. 258; 192, pág. 183; dado, sólo puede aprehenderse destacando
etcétera. Y en orden a pronunciamientos de otras
Jurisdicciones, eri que se alude a la voluntad del las notas esenciales formales que permanen-
legislador, cabe recordar, entre las más recientes, temente le caracterizan, pese a la variedad
los de la Cám. Nac. Civ. de la Capital, Sala D, del y variabilidad de sus manifestaciones y con-
27 de noviembre de 1951, L. L., t. 65, pág. 178; tenido, es, precisamente, una de las más
Tribunal Supremo de Córdoba del 23 de abril de
1954, .en Comercio y Justicia de dicha ciudad, t. 7, firmes y acatadas conclusiones a que en el
pág. 954; Cám. 2« Trab., también de Córdoba, en ámbito ontológico y gnoseológico ha llegado
la misma rev., t. 7, pág. 281; etc.).
Con Aftalión (siempre en op. y loo. cits.) se ha (81) Bonnecase, op. cit., ed. mexicana, pa'<s 237
de decir que los antecedentes y debates de qup se y sigs.; Hernández-Gil, op. cit., pág. 60
hizo mérito, sirven eficazmente a veces para una (82) Hernández Gil, op. cit.
adecuada interpretación y aplicación de la ley, (83) "Los exégetas no se preocuparon en rnn-
más no por e! nudo hecho de ser expresión de la nera alguna de la filosofía..." (cfr. Bonnecase,
voluntad del legislador, sino por ser índices del op. cit., pág. 237).
clima axiológico en que se dictó aquélla y que (84) Radbruch, G., Filosofía del Derecho. 3" ed.
puede no haberse modificado radicalmente al tiem- española, pág. 44; Recaséns Sienes, Vida humana
po en que el juez tiene que aplicarla. Sociedad y Derecho, págs. 34 y sigs. y 147. ,
la Filosofía del Derecho contemporánea, por adecuado un método empírico-racional cuya
las vías que originariamente abriera el neo- función y empleo vánse precisando a partir
kantismo de Marburgo y de Badén (con de la tesis del dualismo metódico de Rad-
Stammler, Del Vecchio, Lask, M. E. Mayer, bruch ( s s ), también lo es que la sumisión
Radbruch) í' N -~) y culminan en el día con al método lógico-abstracto cual el exclusi-
lana fenomenología jurídica-existencial tran- vamente aplicable para captar el sentido de
sida de inquietudes lógicas ( s «). Y no menos las normas jurídicas, cuenta aún, en la hora
encuentra asenso, en la doctrina corriente, de ahora, muchedumbre de partidarios, al-
el principalísimo rango que entre tales no- gunos eminentes, entre los cultivadores de
ta.s reconocieron los exégetas, a la fuente y las disciplinas jurídicas.
la forma específicas de producción del De- IV
recho positivo (señaladamente la ley, en ré-
gimen legislado) ( s7 ). CONCLUSIÓN
Sobre la carencia de preocupaciones axio- 19. Reflejo fidelísimo de la ideología ñ-
lógicas y Ideológicas al enfrentarse con el losófico-politico-juridica triunfante al final
Derecho legislado para interpretarle o com- de un gran siglo y en la más memorable de
prenderle en vista de su recta aplicación, las revoluciones, ideología que alumbró el
imputables a los exégetas —preocupaciones espíritu que presidiera la magna obra de la
Que dejaran para el legislador y que muy Codificación napoleónica, la Escuela de la
fugaz, secundaria y esporádicamente aco- Exégesis encarnó, en Francia y el mundo
gieran en supuestos de oscuridad o lagunas latino en el que se difundieran sus princi-
legales que impusieren indagar la presunta pios, un momento capital en la evolución
voluntad de aquel— conjugado todo ello histórica de la Ciencia del Derecho.
con su adoración de la ley escrita, no se Retrospectivamente considerada, es tarea
han de repetir aquí conceptos que ya se sencilla —cual ocurre al analizar todo mo-
emitieron vid supra núm. 16) y han de vimiento científico superado después que lo
dorse por reproducidos; los cuales encua- ha sido— poner de relieve lo que de errado
dran en límites justos la crítica que a la o deficiente hubo en sus doctrinas y en los
doctrina de la exéresis pueda formularse en resultados a que estas condujeron. Hermana
torno a los extremos señalados. espiritual —como ya se subrayó— de la de
Por lo que al inflexible racionalismo al los pandectistas alemanes CPuchta. Regels-.
que el movimiento exegético se atuvo en lo berger Wachter. T*runs. Brinz. Bekker, Hól-
que a la interpretación de la ley respecta, si der, Dernburg, Winscheid) o "jurispruden-
es verdad que para la comprensión del Dere- cia de conceptos" no tuvo el aliento de esta,
cho, en cuanto fenómeno de cultura, resulta matriz de la dirección dogmática que genial-
mente cultivada por los más ilustres juris-
(85) Stammler, Recht und Wirtschaft. 1897; tas germanos (Feseler, Pluntschíi, Gerber,
Thconc dcr Rechtswissenschaft, 1911. y Lehr^uch Plank, Laband, Jellinek. Berner, Binding,
dcr Rcchtsphilosophie, 1921; Del Vecchio. G.. / pre-
supposti filoso/id delta noztone del D'ntto, ¡905; Wach, Hellwig, Stein, Enneccerus, Kipp,
11 concetto del Dintto, 2" ed., 1912; Lezioni di filoso- Wolff. Eelíng Mezger, von Tuhr, Cosack,
fía del Diritto, 1925 (se ha citado precedenteaiente etcétera) llevó la ciencia alemana a la cús-
la 5a ed. española, en cuyas págs. 295 y sigs., 309 pide del pensamirnto jurídico universal,
y sigs. y 318 y sigs. se exponen las ideas del maes-
tro italiano sobre el concepto formal, aprioristioo, junto a la de la Italia eterna... Pero, no
cié! Derecho); Lask, E , Rechtspliilosopliie, 1907; obstante, con Duramen, Mercadé, Troplong,
Mayer, M. E., Hechtspiíilcsuphíe, 1922 (las citas Laurent, Aubry, R.r.u, Taulier, la Escuela
que se han hecho Ue esta obra se refieren a la de la Exégesis constituyó un fecundo ele-
trac!, española publicada por la Ed. Labor). Vid,
también Recaséns Sienes, Vida humana, eic., espe-
cialmente cap. 1. num, 4: "El tema sobre la esen- (88) Radbruch, G., Filosofía del Derecho, pági-
cia de lo jurídico o concepto esencial del Derecho" nas 15 y sigs L. Carnelli ha dicho con frase exacta;
(págs. 34 y sigs.). "No hay Derecho si no es positivo: quien lo posl-
(86) Vid Kaufmann. P., Logik und Rechtswis- tivice, captará racionalmente, con eso fin, fl ob-
senschaft, 1922; del mismo. D^e Kriterien des Rech- jeto debido en la norma deb'da" (Carnelli.- L.. "El
tes, 1924; Schreier, F., GiundbegrLJje und Grund- existencialismo y el racionalismo en el Derecho'',
farman des llechtes, 1927, trad. cié E. García May- en La Ley, t, 76, pág. 766). Claro está que el que
nez, Bs. Aires, 1942; ei mismo, Dci Lclire von der se acepte lo transcrito ro significa ni mucho me-
RechcsinterpreLation, 1929; Recaséns Sienes, op. y nos aceptación de todo cuanto en la cuestión pien-
loe. cits. Carlos Cossio, por los rumbos fenómeno- sa Carnelli. De igual modo que pronunciarse como
lógicos y exisLeiiciales igualmente, traza dirección él por un método empirico-racional para el cono-
muy peculiar ("el Derecho no esiá en la norma, cimiento del Derecho, no supone aplicarle en 1a
sino e u la conducta") con su teoría egologica. forma que como "empírico-dialéctica" propugnan
( 8 7 ) Kelsen, H., Teoría pura del Derecho. Bs. Cossio y sus discípulos. Las preferencias del que
Aires, 1911, sobre todo págs. 96 y sigs. y 145 y áigs.; esto escribe, corren mejor por cammo.í teleolágicos
Woll-f, K., "El concepto del Derecno", er. La Ley, en que. para ei estud'o del Derecho pena!, se ü.len-
t. 72, págs. 782 y sigs.; Recaséns Siches. Vida hu- tró siguiendo las huellas de su maestro el doctor
mana, etc., especialmente cap. 10, págs. 287 y s¡gs. Luis Jlmiuez de Asúa. hace ya unos treinta años.
mentó de progreso del conocer propio de los era el Derecho privado de los Merlín,
juristas... Su principal vicio, el recurso al de los Toullier, de los Troplong y de
pasado, a la fantasmal "intención del le- Laurent (con el tren de sus 33 volúme-
gislador", que hubiera debido estancar, pa- nes) y lo que es hoy; quien, viniendo a
ralizar aquel conocimiento, refiriéndole de tiempos más recientes, conoce la vacuidad
modo inmutable al tiempo de la promulga- de los comentarios exegéticos de Riccl, de
ción de la ley estudiada" o aplicada, corri- Filippis, de Lomonaco, y hoy se halla en
gióle en Francia la jurisprudencia de los presencia de trabajos elaborados con mé-
tribunales cuando el Derecho en ley fijado todo científico, tiene la impresión de quien
hubo de acomodarse a un mundo nuevo, contempla una piragua india al lado de
adaptándose a las transformaciones econó- una nave de guerra moderna (»«). Mas por
micas, políticas, sociales, que iban surgien- muy humilde que sea la operación exegé-
do. Los jueces franceses del siglo xix, adoc- tica, hay que reconocer que constituye la
trinados en los principios exegéticos que base y antecedente indispensables de todo
entendían profesar de buena fe y acatar ulterior trabajo sobre el Derecho positivo
debidamente, en la práctica, irresistiblemen- y que no hay posibilidad de llegar a resul-
te presionados por la realidad y su buen tado científico alguno, si no es partiendo
juicio, actuaban de modo muy distinto al de una recta inteligencia de los textos de
preconizado en esos principios, si bien apo- la ley" (»i).
yándose en artilugios dialécticos, con los BIBLIOGRAFÍA. — La Indicada en el texto y notas.
que querían presentar sus fallos como re-
sultado de la aplicación del método deduc- EXENCIONES IMPOSITIVAS.* SUMARIO:
tivo que tomaba por premisa mayor el tex- 1. Concepto, n. Inmunidad impositiva del
to legal, simulando que su función se cons- Estado, m. Poder impositivo de la Nación
treñía, como debía constreñirse a la de ser sobre su ínstrumentalidad: a) Jueces nacio-
nales; b) Poder Ejecutivo; c) Poder Legls-
"oráculos automáticos de los textos legisla- tlvo; d) Inmunidad de los Instrumentos de
tivos" y extrayendo de los artículos del Có- crédito público: 1?) Contrato de empréstito.
digo prescripciones que en realidad no ha- 2») Inmunidad Impositiva. 8?) Tenencia de
bía en ellos, pero que eran presentadas cual títulos por personas exentas. 4») Distribu-
ción de gastos deducibles entre rentas exen-
si lo estuviesen. Y aún muchas veces llega- tas y gravadas. 5») Transmisión hereditaria de
ron a más: a sacar de tales prescripciones títulos exentos. 6») Inmunidad de los Instru-
supuestas, tomándolas por premisas, con- mentos de crédito público provinciales y mu-
clusiones eme igualmente se atribuían a la nicipales. 79) Alternativas de la exención en
el proceso legislativo. 8») Iglesia católica.
voluntad del legislador ( 89 ). Procedimientos, IV. Poder impositivo federal sobre la tns-
los expuestos, de que continúa ofreciendo trumentalidad provincial: 1) Poder Judicial
constantes ejemplos la jurisprudencia fran- de las provincias. 2) Miembros de los res-
cesa de nuestros días, encerrada —en ma- tantes poderes. 3) Entes menores depen-
yor o menor grado— dentro de los estre- dientes de provincias y municipalidades. Ac-
cionistas privados de entes oficiales. 4) Im-
chos moldes de una legislación vetusta. puestos indirectos. 6) Cómo gravita el im-
20. Un texto del doctor José Castán To- puesto a la transmisión gratuita sobre entes
beñas, catedrático excedente de Derecho ci- oficiales. 6) Banco de la Provincia de Bue-
nos Aires. V. inmunidad de la Ínstrumen-
vil y presidente del Tribunal Supremo de talidad federal frente al poder impositivo
España (al que llegó por designación del local. Tasas de servicios y contribuciones de
gobierno de la República, atendidos sus al- mejoras. VI. Exenciones que nacen de la
tos méritos de jurisconsulto) resume lo que ley: a) Diplomáticos; b) Sociedades coope-
de positivo cabe dejar escrito en forma de- rativas; c) Asociaciones y entidades civiles
de carácter social; d) Entidades mutualls-
finitiva, en el haber científico de la Escuela tas; e) Asociaciones deportivas; í) Explota-
de la Exégesís. Ese texto, con el que se cie- ciones mineras. VII. Poder de eximir de la
rra esta exposición, sienta lo que sigue: Nación. VIII. Exenciones objetivas. Con-
"Actualmente se suelen considerar los tra- cepto.
bajos exegéticos como extraños a la verda- I. CONCEPTO
dera ciencia del Derecho o cuando me-
nos impropios de su actual fase de des- "La palabra exención tiene los brazos lar-
envolvimiento. Quien realice un cotejo gos como la misericordia de Dios", concep-
—dice Giuseppe Maggiore— entre lo que to de Einaudi con que iniciamos un trabajo
(89) Vid. Saléllles, B., en Prólogo a Gény, op. (90) Maggiore, O., "La dottrlna del método glu-
cit., págs. III, XII; Gény, op. cit., págs. 91 y slgs. ridlco e la sua revlsione critica", en Rivista ínter-
y 640 y sigs.; Recas.ns Sienes, Nueva filosofía de nazionale di Filosofía del Diritto. 1926, pág. 367.
la interpretación del Derecho, págs. 212 y slgs. (91) Castán Tobefias, J., Teoría de la aplicación
Para un completo estudio sobre la acción Innova- e investigación del Derecho, pág. 83.
dora de la jurisprudencia francesa del siglo XIX,
véase el libro de Jéan Cruet, La vie du Droit et
l'impuissance det lois. París, 1908. * Por el Dr. ROBERTO TAMAOITO.
sobre este tema(i). "Exención —agrega— plomáticos por razones de reciprocidad, a las
es palabra que debiera estar prohibida en iglesias por los bienes espirituales que pro-
el vocabulario tributario". digan a la colectividad y, por último suelen
Aunque no podríamos acompañarlo al emplearse para favorecer al desarrollo de
ilustre maestro en conclusión tan tajante, ciertas actividades útiles. Es aquí donde se
no dejamos de advertir que la expresión es lia abierto una brecha a la intangibilidad
usada a menudo para cubrir situaciones que del principio de la igualdad, que por razo-
le son extrañas. nes demagógicas se la ha ido ampliando no
La ley señala como expresión de capaci- siempre justificadamente (<).
dad contributiva a cierto hecho económico Las personas menos favorecidas por la
y es frecuente que se llame exención a las fortuna no son alcanzadas por los tributos,
situaciones que quedan fuera del presupues- pero no porque estén exentas, sino porque
to. Así en el capítulo de las "exenciones" carecen de capacidad contributiva; con res-
de la ley de réditos, articulo 19 (T. O. 1956) pecto a ellas no se origina la causa jurídica.
no lo son los incisos b), i), j) que estable- (V. CAUSA JURÍDICA DE LOS TRIBUTOS.) y en
cen limitaciones al hecho imponible; no lo consecuencia no existe obligación de con-
son los réditos extraordinarios del trabajo tribuir.
personal (art. 1» de la ley de impuesto a los Agregaremos para completar la noción del
beneficios extraordinarios T. O. en 1956) instituto que importando la derogación del
pues lo que en realidad ocurre es que sola- precepto constitucional que obliga a con-
mente se gravan los beneficios obtenidos en tribuir a todos los habitantes, la exención
el ejercicio del comercio, e industria; tampo- debe:a) ser expresa ( 5 ); b) interpretársele
co pueden denominarse exenciones las que stríctissimi juris («); alcanzar solamente al
enumera el artículo 26, del decreto regla- beneficiado, no se transmite al sucesor a
mentario de la ley de impuesto a las ven- título singular ( T ) . Además como debe ser
tas. Lo que allí ocurre es que coloca fuera materia de un texto expreso de la ley no hay
del alcance del gravamen a todo el arte- persona totalmente exenta de tributos ( 8 ).
sanado. La doctrina atendiendo a. que la ley en
Menos pueden incluirse en esta categoría unas oportunidades considera al sujeto pasi-
las operaciones que no .son alcanzadas en el vo de la obligación pp.ra concederle el bene-
impuesto de sellos (arts. 36, 37, 39, 43, 46, de ficio de la exención y en otras aprecia la
la Ley de Sellos T. O. en 1952) pese a que materia imponible, han dividido las exen-
se les titule exenciones. Muchos otros ejem- ciones en personales y objetivas.
plos podríamos señalar para demostrar 2 el
error con que éste concepto es empleado ( ). II. INMUNIDAD IMPOSITIVA DEL ESTADO
El verdadero concepto de exención es de ¿De dónde nace? Para el profesor Diño
excluir por razones determinadas a quienes, Jarach, iniciador en nuestro medio de los
de acuerdo con los términos de la ley, alcan-
za el gravamen. Era frecuente en el pasado (4) "Estos privilegios exorbitantes v ncord?dns
considerar por razones políticas excluidos im régimen de dnmnp'ofcfn parlproer.tnrlo ti"-
nen por obleto favorecer ciertns forróos dp enirre-
del impuesto a algunos estamentos socia- Sfis consideradas como democráticas o Impii!nir
les ( 3 ), pero hoy priva el criterio de que el ciertas explotaciones drolflrprias de titl'Idnd púWI-
impuesto debe ser general cubriendo la tota- c a . . . " (Lanfenburgpr, Sevenu, carñtal et imvit,
lidad de la mayor parte de los contribu- páí. 171). Rotondi. M.. "Crlsl di coscicnra e'atti-
vita financiarla", en Diritto e PraVca Tributaría.
yentes clasificados en categorías, de manera 1951- I. pílg. 113.
que nadie pueda ser excluido sino por mo- (5) "Las exenc'ones no rmec'pn sobreentender™
tivos muy especiales. Una exención que ca- por implicancia". New York Transt. Con. c'Np-
reciera de razonabilidad sería considerada York U. 8. A., en J. A., t. 61, pS". IB j.e. S. C. N.
Sierra Felipe c/Cia. Industrial de Cancho. J. A.,
inconstitucional. t. 63, pásr. 738; C. C. 2? C«p., Moss suc.. J. A., t. 67,
En el concepto moderno de exención im- pít*. ISl.IJnarcs, J. P.. "El cnso admin'strntlvo no
positiva sólo puede comprenderse en sus be- previsto", en La Ley. t. 24, pág. 189; Grraotti, B.,
neficios al Estado y su instrumentalldad. a "Appllcazionl analógica di provedimentl favorevoll
los estados extranjeros y representantes di- in materia dltasse sni contratti". en Riu. <í. Dir.,
Fin. e Se. d. Fin.. 1940-11, pág, 185.
(6) 8. C. N. Tucumán, P. C. B. A. y Rosarlo,
(1) Elnaudl, L., "Es'stono veri esenzioni d'im- Fallos, i. 113, pág. Ifiü (1910); Provincia de Entre
poste?", en Miti e paradossi della giustinia tribu- Ríos c/C!a. Entrerrlana de Teléfonos S. A., t. 198,
tarla, pág. 105, Turln. pág. 18 (1944); Puerto de Rosario e/Dirección Ge-
(2) Análogas consldeíaciones pueden leerse en neral de Impuestos a los Réditos, J. A., 1946-1, pá-
Gianntnl. A. D., 11 rnpporto giurídico d'¡»npost<i, gina 685. Trlb. Apel. (tercer término) Montevideo,
págs. 107 y 109 e ¡stituzloni di Diritto tributario, suc. Castellanos de Echeverría, L. L., t. 35. pág. 775.
pág. 81. (7) Sala 1» Just. Paz, Terz Barbar c/Munlclpa-
(3) Tangorra, V., Trattato di ¡cierna della fi- lídad, J. A., 1951-11, pág. 648.
nanza, págs. 791 y sigs. Estudia ampliamente la (8) Tesoro, G., Principii dt Diritto tributario.
Justificación de estos privilegios. pág. 141.
trabajos jurídicos de Derecho financiero y gobierno para el cumplimiento de sus fines,
autor de la doctrina de la causa jurídica utiliza personas, cosas y crea organizacio-
que la centra en el hecho imponible, el nes e institutos de la más variada natu-
presupuesto de hecho de todo impuesto tiene raleza y cuya complejidad ha asumido, en
naturaleza económica, radica en una acti- estos tiempos, el aspecto de una maraña
vidad que pone de manifiesto una capacidad impresionante. Son sus instrumentos de go-
contributiva. Las actividades del Estado bierno.
"nunca representan capacidad contributiva,
porque toda la riqueza del Estado ya sirve III. PODER IMPOSITIVO DE LA NACIÓN SOBBB
SU INSTRUMENTALIDAD,
directamente a las finalidades públicas y
seria, sin sentido atribuirle una capacidad Hemos dicho en otra oportunidad, que
de contribución a la finalidades para las parece natural, que el gobierno que dicta
cuales toda su actividad y su existencia la ley impositiva no grave sus propios bie-
mismas están destinadas" ( 9 ). nes o la remuneración de sus agentes. Es
Las razones de la inmunidad fiscal del absurdo que por un lado dé y por otro les
Estado y sus instrumentos de gobierno se retire, que es tanto como cambiar el dinero
imponen por sí solas. Aparte de los muchos de bolsillo perdiendo algo en el cambio.
argumentos que podrían hacerse valer, bas- Debe sentarse como principio general que
taría con poner de resalto que se impondría toda ley tributaria excluye la imposición de
a sí mismo con recargo de actividad y gas- los bienes que pertenecen al poder que la
tos injustificados ( 10 ). Las razones eminen- dictó (>«). No pasa lo mismo con los emo-
temente institucionales, sobre todo en un lumentos de los empleados y funcionarios
país como el nuestro en que concurren dos que quedan afectados a los gravámenes
jurisdicciones originarias: La Nación y las comunes a esa clase de retribuciones y par-
provincias y una tercera derivada: los mu- ticularmente el impuesto a los réditos.
nicipios; Merecen particular consideración algunos
Llamamos poder derivado al de los mu- problemas que iremos viendo ordenada-
nicipios por cuanto nace de una expresa mente.
disposición constitucional (art. 5 de la Cons- a) Jueces nacionales. La cuestión fue
titución Nacional) rechazando el concep- planteada con respecto a los jueces de la
to de "delegado" que se usa habitualmente, Corte Suprema y de los tribunales inferio-
y que nosotros atribuímos a los entes de res de la Nación, sobre los cuales la Cons-
creación legislativa (»). titución dispone: "Recibirán por sus ser-
La existencia jurídica de ésta delegación vicios una compensación que determinará
ha sido admitida por nuestro más alto tri- la ley y que no podrá ser disminuida en
bunal, así, como que ésta delegación com- manera alguna mientras permanecieren
porta el derecho de cobrar la tarifa, que (permanezcan en la constitución derogada
no es por lo general sino una tasa de ser- del 49) en su funciones" (art. 96).
vicio (12). Llegó a ¡os tribunales con motivo de la
Aparte de las reparticiones oficiales, el negativa del Juez Federal doctor Rodolfo
Medina a abonar el impuesto a los réditos
Í9) El hecho Imponible, pág. 164. Bs. Aires, que expresamente alcanzaba a los miem-
1943.
f l O ) Lanfenbun»er, ot>. cit., páes 169 y slgs.; bros del poder judicial. Demandado por .el
Rhc'nfeld, M.. Precia du Droit finan&ére. páge. 149 Procurador Fiscal el juicio se ventiló en la
y slRs. Corte, intecrada ad hoc por los conjueces
(11) Tnmagno, B.. El contribuyente, pág. 170. Horacio Calderón, Octavio S. Amadeo y
Anotamos cpie la situación es distinta en los SE.
ÜU. La Corte ha dicho en United State c/Baltl- Osvaldo Rocha. Los tres y cada uno con su
more 3 O. R Co , 17 Wall 322. 212, ed 597: "Una voto coincidieron en que la ley era incons-
entidad municipal como la ciudad de Baltlmore titucional y los tres acudieron al inagotable
no silo es un representante del Estado sino que acervo norteamericano. Trajeron a cola-
es una parte de su poder gubernamental. Es una
creación suya, hecha pura un propósito especfílco, ción la carta del Chief Justice Taney al
pura ejprcer dentro de una esfera limitada los po- Secretario del Tesoro Chace (1862) en que,
deres del Estado. El Estado puede retirariB estos negándose a pagar el impuesto a la renta,
poderes y puede, por Intermedio de su ICRlslatur» fue reproducido en el libro de acuerdos
u otras vías esteblec'drs, gobernar el territorio le-
gal como gobierna el Estado General. Puede am- del tribunal. Los tres jueces ad-hoc, coin-
pliar o restringir sus poderes o destruir su exis- cidieron, también, en señalar que nuestra
tencia". Las legislaturas argentinas no podrían, so Constitución era más enfática que la nor-
pena de intervención, nulificar los municipios teamericana, ya que ésta no emplea la frase
(art. 5» de la Const. Nao.).
(12) S. C. N. Caja de Jubilaciones y Pensiones
para Empleado? y obre; as Ferroviario» e/ P. C C.A., (13) Aiirogué, C. A., Poderes impositivos fede-
t. 152, pág. 385. Considerarlo II (1928) Benjamín ral y provincial sobre los instrumentos de gobier-
Yantorno c/CHADE, t. 158, pág. 268 (1930). Ver no, pág. 160, Bs. Aires, 1945. 8e trata de un trabajo
A. Haurlou, L. L., t. 4, pág. 4, sec, 3oct. exhaustivo, desda el punto de vista constitucional.
"de manera alguna" con que nuestros cons- Lo que no se explica es la forma como la
tituyentes quisieron afirmar la independen- ley 11.682 ha resuelto la cuestión. Dice el
cia del poder judicial. artículo 78, segunda parte: "Los ministros
La costumbre de recurrir al predecente de de la Corte Suprema de Justicia de la Na-
la Corte norteamericana íué en este caso ción, miembros de los tribunales provin-
desgraciada porque allá cambiaron las cosas ciales, vocales de las cámaras de apelacio-
y, doctrinariamente por lo menos, el fallo nes y jueces tributarán el impuesto, salvo
quedó sin sustentación. (Fisco Nacional su manifestación expresa en contrario, so-
e/Rodolfo Medina, t. 78, pág.-73, J. A t. 72, bre el importe de los sueldos", etcétera. No
pág. 107.) se alcanza por qué ha de obligárseles a
Allí ocurrió que en 1919 el congreso in- invocar, como cosa voluntaria y personal,
sistió en gravar a los jueces, ahora con más una garantía que resulta de la Constitución.
fundamento, por cuanto la enmienda XVI Ampara al poder judicial no a las personas
autorizó al gobierno federal a gravar los que transitoriamente lo desempeñan.
réditos "cualquiera sea su fuente". Plan- Menos explicable aún está esta solución
teada la- cuestión judicial la Corte anuló la frente a la que se han decretado para sí
pretensión impositiva con fuerte disidencia los legisladores, sin que puedan ampararse
de los calificados jueces Brandéis y Holmes. en ningún texto constitucional. Dice el ar-
La tesis de la Corte fue ratificada posterior- tículo 19: "No están sujetos al gravamen...
mente en el caso Miles versus Granan con inciso b), las dietas de los legisladores sal-
la particularidad de que el demandado, vo manifestación contraria". Vale decir,
miembro de la Court of Clains, había sido ellos deben pedir que les cobren...
desginado después de la creación del im- b) Poder ejecutivo. El artículo 79 de la
puesto. Pero en 1939 la doctrina tradicional Constitución establece la inalterabilidad del
de la Corte estadounidense fue abandonada. sueldo del presidente y del vice, así como el
Predominó la tesis del nuevo Justice Félix 93 para los ministros. No deben, en conse-
Frankfurter con la sola disidencia de Pier- cuencia ser alcanzados por los impuestos
ce Butler. La razón fundamental fue el de cualquier naturaleza que sean.
hecho de que la ley considerase alcanzados c) Poder legislativo. Hemos señalado
a todos los magistrados designados después que los legisladores al margen de toda dis-
de la sanción de la ley impositiva, vale de- posición constitucional se han creado una
cir, conocían y aceptaban la disminución inmunidad que urge eliminar por el propio
de sus salarios. Además usó del argumento respeto a su dignidad de representantes
de que los jueces, al igual que todos los del pueblo.
ciudadanos, tenían el deber de contribuir d) Inmunidad de los instrumentos de
a los gastos del común ("). Esto es más crédito publico. En verdad no es esta una
efectista que real, la intangibilidad de los exclusión personal, por el contrario, podemos
emolumentos judiciales es una garantía que señalarla como un caso evidente de una
interesa más a la colectividad que los pocos inmunidad objetiva. Los títulos de crédito
pesos del aporte a las cajas fiscales. eximidos de la carga impositiva no tributan
A nuestro juicio la exención debe man- cualquiera sea la persona que los posee.
tenerse. Recogiendo el argumento de Frank- Sin embargo, los incluímos en este capí-
furter diremos que precisamente la función tulo por tratarse de instrumentalidad gu-
del juez es tan delicada ya que debe juzgar bernativa y vincularse, en consecuencia con
de los actos del poder administrador y de la inmunidad que el Estado acuerda a los
la constitucionalidad de las leyes, que no medios de que se sirve para cumpir sus
puede colocársele al mismo nivel del común fines.
de los ciudadanos. Nadie puede ignorar el 1. Contrato de empréstito. Antes de tra-
poder inquisitivo de que están investidos tar lo sustancial de nuestro tema, es im-
los funcionarios liquidadores del impuesto prescindible establecer la naturaleza jurí-
a los réditos, y no podemos asegurar que dica del vínculo que el Estado asume al
siempre y en todo tiempo, ese poder ha de colocar-en el mercado sus títulos de cré-
ser usado con altura y corrección. dito.
No debe olvidarse, además, que las pro-
vincias no han renunciado a la facultad Jurídicamente el empréstito es un con-
que tiene de imponer los réditos (15). ¿Qué trato de Derecho público que debe ser auto-
pasará cuando lo usen? ¿Cómo se refleja- rizado por el Congreso "para ingresos de
rá sobre la independencia de los jueces? la Nación o para empresas de utilidad pú-
blica" (art. 40 y 67 de la Constitución).
(14) Adrogué, op. cií., págs. 170 a 172.
Sus clausulas obligan tanto al Estado como
(15) S. C. N., in re Botfi Leopoldo c/Provincla a los tenedores, para una y otra parte na-
de Buenos Aires, J. A.. 1948-1, pftg. 412. cen derechos objetivos y las correlativas
S i g u i e n t e P á g i n a

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