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Resumen de ideas a partir del texto de Husby “Notación y oralidad”

La idea central del texto se refiere al desarrollo de la notación en Occidente, fenómeno surgido a
partir del canto litúrgico de la Iglesia de Roma en plena época de consolidación del Imperio
Carolingio.
El autor señala que en el transcurso de los siglos XIII Y IX se realizó un importante esfuerzo por
unificar la liturgia en todo el imperio. A partir de esta necesidad es que aparecen los primeros
manuscritos litúrgicos que incluyen, por encima de cada línea de texto, una serie de signos gráficos
que van dibujando el contorno general de la melodía.
Posteriormente este sistema fue perfeccionándose. Comienzan a aparecer los primeros manuscritos
que contienen música no litúrgica y paralelamente se incorpora una dimensión espacial a la
notación al surgir y difundirse la polifonía en las melodías litúrgicas. Dos o tres líneas melódicas se
agregan eventualmente al tenor, o canto llano preexistente, en una trama cada vez más rica y
compleja. Según el autor, nos encontramos en un punto de la historia en el cual ya no podemos
concebir a la música de occidente como un fenómeno puramente oral. Eventualmente surgirá
también la noción de acorde, como agregado de sonidos simultáneos con identidad propia, y de las
relaciones entre acordes sucesivos surgirá la teoría de la tonalidad clásica.
En contraposición a todos los manuscritos existentes que documentan el desarrollo de la notación
en occidente, observamos que es escasa la documentación que se posee sobre la actividad musical
oriental durante la Edad Media.
“A partir de la Edad Media, la existencia y el desarrollo de la notación musical divide claramente a
la cuenca del mediterráneo en dos mundos musicales cada vez más diferenciados: el nor-occidental,
con la polifonía, el contrapunto, la armonía tonal y el complejo y diverso arte musical de la cultura
europea; y el sur-oriental, con la sutil riqueza melódica, rítmica y colorística propia de su tradición
oral”
Se diferencian ambos mundos musicales uno desde su creciente complejidad vertical, relacionada
con la polifonía y el otro a partir de su riqueza rítmica y melódica que definen los autores como
complejidad horizontal. Es interesante graficarlo de este modo ya que de lo contrario es posible que
se pretenda colocar a la música occidental por encima de la oriental, considerándola a la misma
como una especie de alguna manera sub-desarrollada, debido a su devenir histórico en el que primó
la transmisión por vía oral por sobre la escrita.
De esta diferenciación se desprende también otra relacionada a la relación intérprete-compositor,
caracterizada en Occidente por existir una brecha entre estos que se amplía a medida que se
generaliza el uso de la notación, otorgando a compositores mayor importancia y popularidad que a
intérpretes.
Otra interesante idea que desarrolla el autor es aquella que señala el desarrollo de la memoria
musical que devino de esta virtual ausencia de notación en les musiques de Oriente, en
contraposición a una memoria descripta como atrofiada, profundamente dependiente de la escritura
en les occidentales.

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