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ALUMNOS:
Por otra parte, la armonía base desarrollada por los compositores barrocos sirve de
base para prácticamente toda la música que hoy escuchamos, y al mismo tiempo
los artesanos de aquella época acabaron de definir la mayoría de instrumentos
musicales que hoy hasta la actualidad usamos. Casi toda la música que escucha la
humanidad del siglo XXI consiste en canciones con un acompañamiento
instrumental, una fórmula expresiva que se consolidó en el barroco, época en la que
también nacieron géneros como la ópera o la sinfonía.
MÚSICA BARROCA:
BARROCO:
El barroco fue un periodo cultural surgido en Italia, desde la segunda mitad del siglo
XVI hasta la primera mitad del siglo XVIII, que planteó cambios artísticos y culturales
enalteciendo el sentimiento y la espiritualidad.
En su origen la palabra Barroco tenía un significado despectivo para hablar de un
arte caprichoso que daba a entender una expresividad desmesurada y de gran
complejidad en el uso de sus recursos musicales. En la época de la Ilustración, los
iluministas Diderot y Rousseau usaron esta palabra para describir de manera
peyorativa el arte de ese período, al que consideraban estrambótico y confuso. Sin
embargo, la historiografía posterior ha reivindicado el valor estético de este período,
considerando tres elementos que son considerados fundamentales en su estética: el
efectismo, la espectacularidad y la emocionalidad.
BAJO CONTINUO
Bajo ininterrumpido que sirve de acompañamiento instrumental en una composición y sobre cuya
base se improvisan armonías, generalmente en un instrumento de teclado.
Las principales características del contexto musical asociado con el florecimiento del
bajo continuo son:
SISTEMA TONAL:
El sistema tonal es una evolución desde los últimos maestros de la música medieval hasta su
máximo esplendor desde Bach a los últimos compositores tonales del postromanticismo. En
sus comienzos, se definió una armonía musical compuesta por siete asuntos distintos: las
notas, los intervalos, los géneros, los sistemas de escala, los tonos, la modulación y la
composición de melodías. La tonalidad fue una de las principales innovaciones que se
desarrollaron en el barroco, su evolución fue bastante lenta y no apareció plenamente hasta la
época de Provenzale y Corelli, a finales del siglo XVII.
El bajo cifrado fue una de las principales aportaciones a la tonalidad, porque gracias a éste
se pudo experimentar con la música vertical por acordes: “la armonía” Los tratados del
barroco temprano como los de Lippius, Baryfono y Crüger basados en Zarlino explican el
fenómeno de la Trias harmonica. El bajo continuo se basaba en la escala diatónica, las
tríadas no se veían sometidas a las cifras, sino que asumían la forma mayor o menor
dependiendo de la posición que ocuparan en la escala, la única cifra que se ponía era el 6,
tomando como referencia una regla: “todas aquellas notas del bajo modificadas por un
accidental deben plasmarse en acordes de sexta, incluso en el caso de que no lleven cifra
(esto se hace sobretodo para evitar la quinta disminuida).
Antes del establecimiento de la tonalidad, las progresiones de los acordes se veían regulados
por el principio melódico, esto es la línea del bajo. Con la concepción de los acordes se
derrocaron los patrones modales y ello condujo al reconocimiento de la tonalidad. Autores
como Carissimi o Crüger redujeron todos los modos a dos (mayor y menor) o lo que según
ellos llamaban: “tonalidades sostenidas o bemolizadas”.
El único modo real que sobrevivió fue el frigio que permaneció hasta el barroco pleno con
Haendel y Bach. Por citar un ejemplo, el compositor protestante Fernand Fischer tiene tres
preludios y fugas en el modo frigio de Mi, aquí les mostramos una de estas obras de Fischer:
Se trata de un periodo donde se crean nuevas técnicas para poder expresar los
sentimientos de la mejor manera posible y esto no se genera de la noche a la
mañana.
Claudio Monteverdi:
Giulio Caccini:
Él era ante todo un músico, y con la música pretendía expresar todas las
ideas que imperaban en la época que se inclinaban hacia un humanismo
alejado de todo academicismo.
Su gran aportación fue trabajar con el recitativo, algo que fue fundamental en
el terreno de la ópera
Mientras tanto, en Italia autores como Cesti, Francesco Cavalli y Luigi Rossi
suavizaban la dureza del estilo monódico original para desarrollar la ópera
belcantista, en la que se separaban ya claramente recitativos y arias.
● Representantes:
En esta última etapa del barroco, que comienza hacia 1700-1710 cuando esta
generación empieza a ser activa en el mundo musical de la época, la música
adquiere y avanza a una nueva dimensión sin romper el estilo barroco en todos los
ámbitos, desde los géneros y formas, hasta la forma de escuchar la música pasando
por los instrumentos e instrumentación. El barroco musical adquiere aquí una
espléndida madurez, apogeo y una gran refinación inédita en las dos etapas
anteriores que culminará especialmente en la obra de Bach y Haendel, las dos
grandes figuras dominantes de este período.
Jean Philippe Rameau es el más importante teórico musical del siglo XVIII y junto
con Bach estableció el sistema tonal que perdurará hasta el siglo XX. Sus obras son
la cumbre del Barroco francés. La técnica de la polifonía y el contrapunto aún tiene
una especial importancia en esta época, de forma más notable en Alemania y sobre
todo en Bach, pero la homofonía adquiere cada vez más auge e importancia,
conviviendo las dos técnicas durante algunas décadas de forma a la par durante
esta generación de compositores, algunos de ellos como Bach o Handel,
dominandolos con gran maestría.
Las formas musicales del barroco tardío son prácticamente las mismas del periodo
anterior, pero con pequeñas novedades que serán precedentes importantes y
abrirán un camino de algunos de los géneros más queridos del clasicismo vienés de
la segunda mitad de ese siglo: El concierto para teclado y la sonata con
acompañamiento sin bajo continuo.
Handel es una gran figura del último Barroco. Sus óperas son la máxima expresión
del género en esa era, siendo conjuntamente con Mozart, el compositor más
importante del género en el siglo XVIII. En cuanto a instrumentos, se hacen varios
cambios y algunos instrumentos de etapas precedentes no aguantan hasta el final
del barroco y caen en desuso mucho antes, el laúd y la viola, la viola da gamba, en
general son reemplazados por otros más nuevos que en esta época alcanzan un
gran auge técnico y de prestigio, como el violín, la guitarra o el violonchelo.
En Alemania se destacan:
Instrumentos:
El Clavecin, cabe mencionar los 4 libros de órdenes (1713, 1717, 1722 y 1730) de
Couperin y los libros de suites (1706, 1724 y 1728) de Rameau, que es la
cumbre de la música barroca francesa para teclado.
MÚSICA EN EL CLASICISMO:
CLASICISMO:
Se denomina clasicismo al estilo del arte que se desarrolla de acuerdo a los
preceptos y los valores de la Antigüedad clásica: es decir, del periodo de apogeo
de la Antigua Roma y la Antigua Grecia. Fue un movimiento que siguió los
principios del modelo desarrollado durante el mencionado periodo antiguo, que se
extendió entre el siglo V a.C. y el siglo II d.C. Entre sus principales características
se encuentra la búsqueda de la perfección física, estética e intelectual del ser
humano.
Predominante en los siglos XVIII y XIX, el clasicismo puede advertirse en múltiples
manifestaciones artísticas, como la pintura, la música, la literatura y la arquitectura.
Además de las ideas de la Antigüedad clásica, también toma conceptos del
Renacimiento, el humanismo y otras corrientes.
LA ORQUESTA
La orquesta ha evolucionado desde las pequeñas formaciones propias del Barroco,
con gran protagonismo de los instrumentos de cuerda y teclado, hasta la orquesta
sinfónica que conocemos hoy en día. El desarrollo técnico de los instrumentos, la
evolución estilística de las formas musicales o las necesidades expresivas y sonoras
de los compositores son algunos de los aspectos que han propiciado esta evolución.
Con anterioridad a la época barroca, los compositores centraban la mayoría de sus
esfuerzos en la música vocal, considerando la música instrumental un género
menor. Aunque las líneas vocales de la polifonía medieval y renacentista solían ser
dobladas por instrumentos, esas agrupaciones instrumentales no se especificaban
y, además, tenían un tamaño tan reducido que apenas se parecían a las orquestas
modernas.
La llegada de la ópera en torno a 1600 ayudó a concretar la instrumentación y a
crear una dependencia cada vez mayor de un gran número de instrumentos de
cuerda, para aportar cuerpo y equilibrio al viento y la percusión.
Aunque la orquesta nace como tal en el Barroco (siglo XVII y principios del siglo
XVIII), es en el Clasicismo (segunda mitad del siglo XVIII) cuando se establece la
instrumentación y la forma con la que la conocemos actualmente, si bien habrá que
esperar hasta finales del siglo XIX para la llegada del perfeccionamiento técnico de
los instrumentos.
Dos fueron los centros de producción musical más importantes de aquella época,
catalizadores del «nuevo estilo» y forjadores de la sonoridad del nuevo concepto
sinfónico de la orquesta: Mannheim y Viena. En estas ciudades, más que en
cualquier otro sitio, se fraguó la realidad de la forma sinfonía. Mannheim disponía de
unos excelentes medios materiales para experimentar en este campo: una orquesta
disciplinada y estable cuya calidad pudo apreciar Mozart. La orquesta fue conocida
por la utilización de unos recursos, como el llamado crescendo Mannheim, que en
realidad no fue invención de los miembros de este grupo. Uno de sus principales
directores fue Johann Stamitz (1717-57), también fructífero compositor que introdujo
notables cambios tanto en el arte de la instrumentación como en los motivos
musicales básicos del material sinfónico. En Viena destacaron una serie de
compositores a los que, por lo general, no se ha tenido demasiado en cuenta, como
Matthias Georg Monn (1717-50), considerado el más importante por sus
aportaciones al concepto estructural de la sinfonía. Pero fue con Haydn y Mozart
con quienes esta forma alcanzó el desarrollo que llevó directamente a las
realizaciones beethovenianas.
A principios del período clásico, la orquesta estaba compuesta por dos oboes, dos
trompas y el grupo de cuerdas. Poco a poco se fueron incorporando otros
instrumentos de viento, como las flautas traveseras -por estas fechas la flauta y el
oboe eran tocados por un mismo instrumentista- y las trompetas. Como elemento de
precisión rítmica se hizo uso de los timbales. Los trombones, en cambio, no tuvieron
lugar en la orquesta sinfónica; su utilización quedó relegada a la música sacra -en la
que doblaban las partes de contralto, tenor y bajo- y a la ópera. El fagot, que no
siempre estaba escrito en la partitura fue utilizado regularmente y adquirió a finales
del clasicismo, cierta autonomía, alejándose así de la simple función de duplicar la
línea del bajo que se le había encomendado en un principio.
Las trompas y las trompetas pasaron a ocupar el papel de «pedales de la orquesta»,
con lo que el bajo continuo vio disminuido su papel. De hecho, la desaparición del
continuo comenzó hacia 1760, aunque no fue totalmente abolido en la práctica
musical hasta finales del siglo XVIII. El órgano y el clave, como sustentadores del
desarrollo armónico, cumplieron, aún durante algún tiempo, un significativo papel en
la música sacra y en la realización del recitativo seco. El clave se sobreentendía en
la ejecución de la música sinfónica, sobre todo en la fase temprana del clasicismo,
cuando los instrumentos de la orquesta no asumían la totalidad de las relaciones
armónicas. El compositor actuaba como director desde el clave, concertando a los
distintos grupos instrumentales. No era otra cosa lo que Haydn hacía cuando dirigía
a la orquesta de los Esterházy. Y desde el clave dirigió sus últimas obras cuando, en
1791, se presentó en Londres. Sólo la participación activa de los instrumentos de la
orquesta hará comprensible el discurso armónico, lo cual, unido a la nueva
concepción del lenguaje musical, acabará desterrando definitivamente el uso del
bajo continuo.
Uno de los instrumentos que tendrán una prodigiosa evolución a través de los
diferentes usos que de él se han hecho a lo largo de su historia, va a hacer su
aparición gradual a partir de 1750. Este instrumento fue el clarinete. Al parecer, la
ascendencia del clarinete se encuentra en la familia del chalumeau, grupo que
cuenta con varios instrumentos de diversos tipos y tamaños. El clarinete fue
empleado de manera intermitente en la primera mitad del siglo XVIll -se dice que la
primera mención de este instrumento en una partitura, concretamente en una misa
de Faber, data de 1720-. Sin embargo, compositores como Haendel y Rameau lo
incluyeron en muy pocas obras. En cambio, la renombrada Orquesta de Mannheim
lo convirtió en instrumento fijo, incorporando dos al conjunto hacia 1758. Pero fue
Mozart quien, a finales de siglo, abrió el camino a este instrumento.
FORMAS INSTRUMENTALES
Las formas instrumentales del Clasicismo reciben su nombre según el conjunto al
que están destinadas:
• La sonata está escrita para un instrumento solista (generalmente el piano), o
bien para piano y un segundo instrumento (violín, flauta, etc.).
• El trío, el cuarteto, el quinteto... denominan a obras escritas respectivamente
para tres, cuatro, cinco... instrumentos. Entre estas combinaciones quedan fijadas
algunas plantillas, como la del cuarteto de cuerda o el quinteto de viento.
• La serenata, el divertimento y la casación suelen estar escritas para un
conjunto de tamaño medio (pequeña orquesta de cuerdas, banda de viento), para
ser interpretados al aire libre.
• El concierto está escrito para un instrumento solista y orquesta.
• La sinfonía es una obra escrita para orquesta sinfónica.
Todas estas obras son estructuradas de modo similar, tomando como modelo la
sonata. Tiene esta tres o cuatro movimientos:
• En el primero se sigue un esquema con tres partes: primero una exposición
en la que el compositor nos presenta dos temas, uno enérgico, en la tonalidad
principal, y otro más melódico, en la dominante o el relativo mayor. En segundo
lugar, el desarrollo, en el que se establece un conflicto entre los dos temas, que son
fragmentados, transportados, variados... Finalmente la reexposición, en la que la
tensión armónica se resuelve al volver a escucharse los temas iniciales en la misma
tonalidad.
• El segundo movimiento, lento, suele ser más melodioso, utilizándose la forma
lied, de estructura ternaria y carácter lírico.
• El tercer movimiento tiene un carácter más desenfadado, generalmente en
forma de minueto, danza de origen francés, o de scherzo (en el caso de Beethoven).
• En el cuarto movimiento se adopta casi siempre la forma rondó, que alterna
un tema principal a modo de estribillo, en la tonalidad principal, con episodios en
otros tonos.
Mozart es uno de los compositores del clasicismo musical más importantes. Quizás
el compositor más celebre y reconocido en la historia de la música clásica,
reconocido como niño prodigio y genio. A la edad de 5 años ya poseía gran destreza
en el teclado (piano y clavecín), en el violín e incluso en la composición. A pesar de
su corta vida (35 años), Mozart posee una impresionante cantidad de más de 600
obras a su nombre, muchas consideradas la cúspide de la música sinfónica. En
cuanto a personalidad, a Mozart se le conocía como un personaje cálido, de
carácter juguetón y carismático. Una de las últimas composiciones de Mozart fue su
propio Réquiem, el cual quedaría inconcluso debido a su muerte.
Obras importantes: Serenata No.13, La flauta mágica, Las bodas de Fígaro,
Réquiem, Sinfonía No.40.
Ludwig Van Beethoven (1770 – 1827, Austria)
Además de su excelencia como músico, Beethoven tenía fama por poseer un fuerte
carácter. Su sordera en los últimos años de su vida también es un tema que se
conoce popularmente. Beethoven es aclamado por sus sinfonías, habiendo creado 9
que le brindaron (y le siguen brindando) popularidad internacional. Beethoven tomó
parte del clasicismo, pero se destacó también luego, en la época del romanticismo.
No podíamos abordar un artículo con los compositores del clasicismo musical sin
mencionar a Bach. Para muchos, Johann Sebastian Bach (1685 – 1750, Alemania)
es “el dios” de la música clásica. Su obra fue el clímax de la época barroca y el
máximo ejemplar de belleza, perfección técnica, simetría e intelectualidad musical.
Bach tuvo dos matrimonios y 20 hijos, de los cuales 4 fueron grandes contribuidores
en la historia de la música. Es por ello que a la familia Bach se le conoce como una
de las familias musicales más destacadas de todos los tiempos.
Nieto de Johann Sebastian Bach, hijo de Johann Christian Bach. Wilhelm fue el
último portador del apellido de la familia Bach, siendo el único nieto de Johann
Sebastian. Fue alumno de su tío Carl Philipp Emmanuel. En sus obras destacan
sinfonías, cantatas y música de cámara.
María Anna Mozart fue la hermana mayor de Mozart, excelente pianista, clavecinista
y cantante. María Anna o “Marianne” se consideraba, al igual que su hermano,
un niño prodigio y era llamada frecuentemente a interpretar. Existe evidencia de
que también escribía obras musicales, ya que su mismo hermano alababa sus
composiciones en las cartas que se enviaban mutuamente. A pesar de sus talentos,
su posición como mujer en la época del momento no le permitió avanzar en su
carrera artística.