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Nivel de la población
Nivel de diferencias entre grupos
Nivel de las diferencias individuales
R esu m en y e v a l h u m
T érm in o s clave
EL D O MI N I O D I S P O S I C I O N A L
P..M... iense en sus días en la secundaria. ¿Puede recordar cómo era entonces? Tra
te de recordar lo que le interesaba más, cómo pasaba su tiempo, qué cosas valoraba más
y eran más importantes para usted en esa época de su vida. Si es como la mayoría de
la gente, es probable que sienta que, en muchos aspectos, es una persona diferente aho
A un cuando las personas
cambian y se desarrollan
conforme envejecen, cada
persona aún tiene un senti
do de sí misma como la
misma persona, el mismo
“yo", año con año. Como
ra de lo que era en la secundaria. Es probable que sus intereses hayan cambiado. Dife
rentes cosas pueden ser importantes para usted ahora. Es probable que sus actitudes veremos en este capítulo so
acerca de la escuela, la familia y las relaciones hayan cambiado al menos un poco. Qui bre desarrollo, cuando se
zá ahora sea más maduro, más articulado y tenga una visión más experimentada del trata de la personalidad, al
mundo que lo rodea. gunas cosas cambian y al
Mientras piensa cómo era entonces y cómo es ahora, es probable que también gunas cosas permanecen
sienta que hay un núcleo de “usted” que sigue siendo en esencia el mismo a través de iguales.
los años. Una vez más, si usted es como la mayoría de la gente, tiene un sentido de una
parte perdurable de usted, una sensación de que “en realidad” es la misma persona aho
ra que entonces. Por supuesto, usted tiene más años, es más experimentado y más ma
duro. Pero ciertas cualidades internas parecen las mismas a lo largo de estos años. Las
personas que lo conocieron entonces lo reconocerían ahora. Y de seguro siente que us
ted es la “misma persona” en ciertos aspectos esenciales.
En este capítulo, abordaremos estos temas y otros relacionados, las continuidades
psicológicas y los cambios en el tiempo, los cuales definen el tema del desarrollo de la
personalidad. Cuando se trata de la personalidad, un dicho común es “Algunas cosas
cambian; algunas cosas permanecen igual”. En este capítulo expondremos la forma en
que piensan los psicólogos acerca del desarrollo de la personalidad, enfocándose prin
cipalmente en los rasgos o disposiciones de la personalidad.
Parte ll.vo El dominio disposiciona!
Ejercicio
Para ilustrar la frase “Algunas cosas cambian; algunas cosas permanecen igual”, considere el pe
riodo justo antes del bachillerato (sus años de secundaria) y compárelos con el periodo justo des
pués del bachillerato; de manera típica, sus años universitarios. Identifique tres características
que hayan cambiado en forma notable durante ese periodo. Estas características podrían ser sus
intereses, sus actitudes, sus valores y lo que le gustaría hacer con su tiempo. Luego enumere tres
características suyas que no hayan cambiado. Una vez más, estas características podrían reflejar
ciertos rasgos de su personalidad, sus intereses, sus valores o incluso sus actitudes respecto a di
versos temas. Escríbalos en el siguiente formato:
Características que 1.
no han cambiado 2.
3.
('APfrrLO Cinco Disposiciones de personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, ('■ambio v congruencia 129
distribución a los 20 años de edad. Lo mismo puede aplicarse a los rasgos de la personalidad.
Si las personas tienden a mantener sus posiciones en dominación o extraversión en relación
con otros miembros de su grupo a lo largo del tiempo, entonces hay una estabilidad de orden
del rasgo alto para esa característica de personalidad. Por el contrario, si las personas no man
tienen su orden del rasgo, si los sumisos se levantan y derrocan a los dominantes, por ejem
plo, entonces el grupo exhibe inestabilidad del orden del rasgo, o cambio del orden del rasgo.
Una forma más compleja del desarrollo de la personalidad implica cambios en las manifesta
ciones de un rasgo. Considere el rasgo de la dominación. Suponga que las personas que son
dominantes a los ocho años de edad son las mimas personas que son dominantes a los 20. Sin
embargo, los niños de ocho años de edad manifiestan su dominación mostrando brusquedad
en el juego rudo, llamando a sus rivales “maricas” e insistiendo en monopolizar los juegos de
video. A los 20 años de edad, manifiestan su dominación persuadiendo a otros de aceptar sus
opiniones en discusiones políticas, pedirle con audacia a alguien una cita y eligiendo el res
taurante en que comerá el grupo.
Esta forma de desarrollo de la personalidad, mantener el orden del rasgo con relación a
otros individuos pero cambiando las manifestaciones del rasgo, se llama congruencia de la
personalidad. Note que esta forma de congruencia de la personalidad no requiere que las ma
nifestaciones conductuales precisas de un rasgo permanezcan igual. En efecto, las manifesta
ciones pueden ser tan diferentes que de manera literal no hay superposición entre los ocho y
los veinte años de edad. Todas las manifestaciones del acto han cambiado, pero algo esencial
ha permanecido igual, el nivel global de actos dominantes. Por tanto, la congruencia de la per-
La manifestación de desa-
gradabilidad puede diferir
a lo largo de la vida, va
riando desde berrinches en
la infancia hasta discutir
en exceso y tener mal genio
en la adultez. A un cuando
los comportamientos son
diferentes en distintas eda
des, no obstante expresan
el mismo rasgo subyacente.
Esta clase de consistencia
se llama congruencia de la
personalidad.
130 Parie Uso El dominio disposicional
En 1948, un asesino le disparó tres Aun cuando Gandhi se volvió el laba en una rueca por una hora o dos. Lue
balas a Gandhi a quemarropa. El asesino "Padre de India", en esencia siguió siendo go usaba el hilo en hacer tela para sus
era un fanático hindú que creía que Gan la misma persona durante su vida adulta. propias ropas y para las ropas de sus se
dhi debia haber usado su posición para pre- Aunque es uno de los más grandes líderes guidores. Practicaba la abnegación y la
d ica re l odio a los musulmanes de India. En que ha conocido el mundo, este hombre autosuficiencia que aprendió al principio
su lugar Gandhi predicaba la tolerancia y enjuto de piel morena de manera típica só de su vida. De diversa manera, su perso
la confianza, exhortando a musulmanes e lo usaba un taparrabo blanco y un chal de nalidad fue estable de forma notable du
hindúes a participar juntos en la nueva na tela común. Cada día de su vida, se lavaba rante su vida, aun cuando estuvo en el
ción de India. Este hombre de lo más no con cenizas en lugar de usar un jabón co s centro de una de las revoluciones socia le s
violento y tolerante se volvió una víctima toso, y se rasuraba con una vieja navaja más tum ultuosas de la historia.
de la violencia irracional, la cual la historia recta simple en lugar de con navajas más
muestra con demasiada frecu encia que costosas. Limpiaba su propia casa y barría
surge de la intolerancia religiosa. su patio casi todos los días. Cada tarde hi
Varios psicólogos de la personalidad han planteado teorías acerca de los cambios por los que
pasamos todos al navegar de la infancia a la adultez. La teoría de Freud del desarrollo psico-
Parte Uno El dominio disposicional
sexual, por ejemplo, contiene una concepción del desarrollo de la personalidad que se presu
mía que se aplicaba a todos en el planeta. Todas las personas, según Freud, pasan por una se
cuencia de etapas invariable, empezando con la etapa oral y terminando con la etapa genital
madura del desarrollo psicosexual (véase el capítulo 9).
Este nivel de desarrollo de la personalidad trata de los cambios y constancias que se
aplican más o menos a todos. Por ejemplo, casi todos en la población tienden a incrementar
su motivación sexual en la pubertad. Del mismo modo, hay una disminución general en los
comportamientos impulsivos y de correr riesgos conforme envejecen las personas. Es por es
to que los seguros de automóvil disminuyen conforme aumenta la edad de las personas, debi
do a que una persona de 30 años de edad por lo general tiene mucha menos probabilidad que
una de 16 de conducir de una manera arriesgada. Por tanto, este cambio en la impulsividad es
parte del nivel de la población del cambio de la personalidad, describiendo una tendencia ge
neral que podría ser parte de lo que significa ser humano y pasar por la vida.
Muchos padres de dos o más niños le dirán que sus hijos tienen personalidades diferentes de
manera distintiva desde el día en que nacieron. Por ejemplo, Albert Einstein, ganador del pre
mio Nobel y padre de la física moderna, tuvo dos hijos con su primera esposa. Estos dos ni
ños eran bastante diferentes entre sí. El mayor, Hans, estaba fascinado con los enigmas cuando
era pequeño y tenía un don para las matemáticas. Llegó a convertirse en un distinguido pro
fesor de hidráulica en la Universidad de California en Berkeley. El menor, Eduard, disfrutaba
de la música y la literatura cuando era niño. Sin embargo, cuando era un adulto joven termi
nó en un hospital psiquiátrico suizo, donde murió. Aunque éste es un ejemplo extremo, mu
chos padres notan diferencias entre sus hijos, aun cuando son bebés. ¿Las intuiciones de los
padres son compatibles con la evidencia científica?
Con mucho las características de personalidad que se estudian en forma más común en
la infancia y la niñez caen bajo la categoría del temperamento. Aunque hay algo de desacuer
do respecto a lo que significa el término, la mayoría de los investigadores definen tempera
mento como las diferencias individuales que surgen muy temprano en la vida, que es probable
que tengan una base heredable (véase el capítulo 6) y que con frecuencia están implicadas en
comportamientos ligados con la emocionalidad o la excitabilidad.
La investigadora Mary Rothbart (1981, 1986) estudió a un grupo de bebés a diferentes
edades, comenzando a los tres meses. Examinó seis factores de temperamento, usando un ins
trumento contestado por los cuidadores de los bebés:
Los cuidadores, principalmente las madres, contestaron escalas basadas en el observador di
señadas para medir estos seis aspectos del temperamento. En el cuadro 5.1 se muestran las co
rrelaciones de los diferentes aspectos con el tiempo a lo largo de diferentes intervalos. Si
examina las correlaciones en el cuadro, notará primero que todas son positivas. Esto signifi
ca que los bebés que tienden a obtener puntuaciones altas en un periodo en el nivel de activi
dad, en sonreír y reír y en los otros rasgos de personalidad, también tienden a obtener
puntuaciones altas en estos rasgos en periodos posteriores.
A continuación, notará que las correlaciones en las dos filas superiores del cuadro 5.1
tienden a ser mayores que las de las cuatro filas interiores. Esto significa que el nivel de acti
vidad y sonreír y reír tienden a mostrar niveles mayores de estabilidad en el tiempo que los
otros rasgos de personalidad.
Ahora observe que las correlaciones en las dos columnas de la extrema derecha en el
cuadro 5.1 por lo general son más altas que las de las columnas de la extrema izquierda. Es
to sugiere que los rasgos de personalidad tienden a volverse más estables hacia el final de la
infancia (de los nueve a los 12 meses de edad), comparados con las etapas anteriores de la in
fancia (de los tres a los seis meses de edad).
Como todos los estudios, éste tiene limitaciones. Quizá la más importante es que los
cuidadores de los bebés pueden haber desarrollado ciertas concepciones de sus bebés, y
pueden ser sus concepciones en lugar del comportamiento de los bebés lo que muestra es
tabilidad en el tiempo. Después de todo, las correlaciones se basan en estimaciones de los
cuidadores. No obstante, estos hallazgos revelan cuatro puntos importantes. Primero, las di
ferencias individuales estables parecen surgir muy pronto en la vida, cuando pueden ser eva
luadas por observadores. Segundo, para la mayor parte de las variables de temperamento,
hay niveles moderados de estabilidad en el tiempo durante el primer año de vida. Tercero, la
estabilidad del temperamento tiende a ser mayor durante intervalos cortos que durante inter
valos largos, un hallazgo que ocurre también en la adultez. Y, cuarto, el nivel de estabilidad
del temperamento tiende a incrementar conforme maduran los bebés (Goldsmith y Rothbart,
1991).
AL: angustia por lim itaciones .23 .18 .25 .57 .61 .65
oq
*
O
A ccionóm etro
3 años de e d a d ............................................... .44* .61*** .56*** .19
4 años de e d a d ......................43* ... .66*** .53*** .38**
Basado en jueces
3 años de e d a d ..................... 50*** .36** ... .75*** .48***
4 años de e d a d ......................34* .48*** .51*** ... .38**
7 años de e d a d ......................35* .28* .33* .50***
*p < .05. **p < .01. * * * p < .001 (dos colas). L as c o rre la c io n e s a rrib a de la d ia go n al se b a san en da to s so b re niños, lo s que se e n c u e n
tran debajo de la d ia g o n al s e b a san en da to s so b re niñas.
136 Parte Uno Kl dominio disposicional
Pendenciero ® 9 2
Ninguno 9 (200) 15
Víctima 1 10 (¡6)
Capítulo Cuíco Disposiciones de personalidad a lo lai;go del tiempo: estabilidad, cambio y congruencia
sadas en el accionómetro tienen coeficientes de validez positivos y significativos con las me
diciones del nivel de actividad basadas en un juez. El nivel de actividad en la niñez puede eva
luarse en forma válida por medio de juicios de observación y registros de actividad de los
accionómetros. Las dos medidas se correlacionan en forma moderada en cada edad, propor
cionando una validación cruzada de cada tipo de medida.
Segunda, observe que todas las correlaciones de las mediciones del nivel de actividad
en el cuadro 5.2 se correlacionan de manera positiva con las mediciones del nivel de activi
dad tomadas en edades posteriores. Podemos concluir a partir de estas correlaciones que el ni
vel de actividad muestra estabilidad moderada durante la niñez. Es probable que los niños que
son muy activos a los tres años de edad sean activos también a los cuatro y a los siete. Es pro
bable que sus semejantes menos activos a los tres años de edad permanezcan menos activos a
los cuatro y siete.
Por último, vea que el tamaño de las correlaciones en el cuadro 5.2 tienden a disminuir
conforme aumenta el intervalo de tiempo entre las diferentes pruebas. Este hallazgo es análo
go al hallazgo sobre la infancia hecho por Rothbart (1986). Como regla general, entre más
tiempo pase entre las mediciones, serán menores los coeficientes-de estabilidad. En otras pa
labras, las medidas tomadas al principio de la vida pueden predecir la personalidad más tarde
en la vida, pero la predictibilidad disminuye con la duración del tiempo entre la prueba origi
nal y el comportamiento que se está prediciendo.
Estas conclusiones generales también se aplican a las otras características de la perso
nalidad. La agresión y la violencia han sido desde hace mucho una preocupación esencial de
nuestra sociedad. En años recientes, al menos en Estados Unidos, muchos casos de violencia
han captado la atención de todo el país. Por ejemplo, los asesinatos alarmantes cometidos por
dos estudiantes en la Columbine High School conmocionaron al país. Estos tiroteos y otros si
milares han impulsado a muchos a preguntar: “¿Qué causa que algunos niños actúen en for
ma tan agresiva?”
Como resultado, los psicólogos de la personalidad han realizado muchos estudios de la
agresión infantil. Dan Olweus (1979) revisó 16 estudios longitudinales de la agresión duran
te la niñez. Los estudios variaban en forma amplia en muchos aspectos, como la edad en que
los niños fueron examinados por primera vez (de dos a 18 años de edad), la duración del in
tervalo entre la primera prueba y la prueba final (de medio año a 18 años) y las medidas es
pecíficas de agresión usadas (por ejemplo, estimaciones de los maestros, observación directa
y estimaciones de los compañeros).
La figura 5.1 muestra una gráfica que resume los resultados de todos estos estudios. La
gráfica describe los coeficientes de estabilidad para la agresión como una función del interva
lo entre la primera y la última pruebas. Como se puede ver, surgen diferencias individuales
marcadas en la agresión muy temprano en la vida, de seguro ya a los tres años de edad (Ol
weus, 1979). Los individuos retienen su estabilidad de orden del rasgo en la agresión en un
grado considerable a lo largo de los años. Y, como hemos visto con el temperamento infantil
y el nivel de actividad en la niñez, los coeficientes de estabilidad tienden a declinar conforme
se incrementa el intervalo entre los dos momentos de medición.
En suma, podemos concluir que las diferencias individuales en la personalidad surgen
muy pronto en la vida, con mayor probabilidad en la infancia para algunos rasgos y de segu
ro para el inicio de la niñez para otros rasgos, como la agresión. Estas diferencias individua
les tienden a ser estables en el tiempo de manera moderada, así que las personas que son altas
en un rasgo particular tienden a permanecer altas en esa dimensión. Y, por último, los coefi
cientes de estabilidad declinan en forma gradual a lo largo del tiempo conforme aumenta la
distancia entre las pruebas.
v
.00
.90
,g .80
oó
oo .60
5 .50
03 .40
£O .30
.10
.00 X
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
Intervalo en años
Figura 5.1
La figura muestra la estabilidad de la agresión en hombres a lo largo de diferentes intervalos. La
agresión muestra los niveles mayores de estabilidad durante intervalos cortos como de un año al si
guiente. Sin embargo, conforme aum enta el intervalo entre pruebas, los coeficientes de correlación
declinan, lo que sugiere que la agresividad cambia más en intervalos que en intervalos cortos.
examinado muchos sectores de edad, desde los 18 años de edad hasta cohortes mayores con
un rango que llega hasta los 84 años.
En el cuadro 5.4 se muestra un resumen de estos datos, reunidos por Costa y McCrae
(1994). Este cuadro clasifica las medidas de personalidad en el modelo de los cinco factores de
los rasgos, descrito en el capítulo 3. Los intervalos entre la primera y la última evaluaciones
de la personalidad para cada muestra varían desde un mínimo de tres años de edad hasta un má
ximo de 30 años. Los resultados produjeron una conclusión general sólida: a través de medi
das de autorreporte de la personalidad, llevadas a cabo por diferentes investigadores, y a lo
largo de diferentes intervalos en la adultez, los rasgos de neuroticismo, extroversión, apertura,
afabilidad y escrupulosidad muestran todos niveles de moderados a altos de estabilidad. La co
rrelación promedio a través de estos rasgos, escalas e intervalos es más o menos +.65.
Todos estos estudios se basan en autorreportes. ¿Cuáles son los coeficientes de estabili
dad cuando se usan otras fuentes de datos? En un estudio longitudinal, con una duración de
seis años, de adultos usando evaluaciones del cónyuge, los coeficientes de estabilidad fueron
+ .83 para neuroticismo, +.77 para extroversión y + .80 para apertura (Costa y McCrae,
1988). Otro estudio usó evaluaciones de la personalidad por compañeros para estudiar la es
tabilidad a lo largo de un intervalo de siete años. Los coeficientes de estabilidad variaron de
+ .63 a +.81 para la taxonomía de los cinco factores de la personalidad (Costa y McCrae,
1992). En suma, se encontraron niveles de estabilidad de la personalidad de moderados a al
tos, en el sentido de diferencias individuales, ya sea que la fuente de datos sea autorreporte,
reporte del cónyuge o reporte de compañeros.
Estudios recientes continúan confirmando la estabilidad del orden de los rasgos de la
personalidad durante los años adultos. En un estudio, Richard Robins y sus colegas (Robins
et al., 2001) examinaron a 275 estudiantes universitarios durante su primer año, y de nuevo
cuatro años después en su último año. Usaron las escalas n e o - p i para medir los Cinco Gran
des Factores. A lo largo de los cuatro años de universidad, la estabilidad del orden de catego
ría obtenida fue: .63 para Extroversión, .60 para Afabilidad, .59 para Escrupulosidad, .53 para
Neuroticismo y .70 para Apertura, todas las cuales fueron muy significativas desde el punto
de vista estadístico. En resumen, los niveles moderados de estabilidad del orden de los rasgos
Capítulo Cinco Disposiciones de personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, cambio y congruencia
Neuroticismo
N E 0 -P IN 6 .83
16PFQ4: Tenso 10 .67
ACL Niño adaptado 16 .66
Neuroticism o 18 .46
GZTS Estabilidad em ocional (bajo) 24 .62
M M P I Factor 30 .56
Mediana: .64
Extroversión
NE0-PI E 6 .82
16PF H; Arriesgado 10 .74
ACL Seguridad en sí mismo 16 .60
Extroversión social 18 .57
GZTS Sociabilidad 24 .68
M M P I Factor 30 .56
Mediana: .64
Apertura
NE0-PI 0 6 .83
1 6 P F 1: Compasivo 10 .54
GZTS Seriedad 24 .66
M M P I Intereses intelectuales 30 .62
Mediana: .64
Agradabilidad
N E O -P IA 3 .63
Afabilidad 18 .46
GZTS Am abilidad 24 .65
M M P I Cinismo (bajo) 30 .65
Mediana: .64
Escrupulosidad
NE0-PI C 3 .79
16PF G: Escrupulosidad 10 .48
A C L Resistencia 16 .67
Control de los impulsos 18 .46
GZTS M oderación 24 .64
Mediana: .67
Nota: El inte rvalo se da en años; to d a s la s c o rre la c io n e s de re p e tic ió n de la p ru eba so n sig n ific a tiv a s en p < .01. neo -P I = Inventario
de P e rso n a lid a d neo, acl = Lista de V e rific a c ió n de A d je tivo s, gzts = E ncue sta de Tem peram ento de G uilford Zim m erm an, m m pi = In
v e n ta rio M u ltifá s ic o de la P e rso n a lid a d de M in n es ota .
de los Cinco Grandes Factores encontrados antes por Costa y McCrae parecen ser replicables
a lo largo de diferentes poblaciones e investigadores.
Hallazgos similares surgen para disposiciones de personalidad que no están incluidos en
forma estricta en los Cinco Grandes Factores. En un estudio metaanalítico masivo de la esta
bilidad de la autoestima (es decir, qué tan bien sienten las personas acerca de sí mismos),
Trzesniewski, Donnellan y Robins (2003) encontraron niveles altos de continuidad a lo largo del
tiempo. En un resumen de 50 estudios publicados que incluyeron a 29 839 individuos y cua
tro estudios nacionales grandes que incluyeron a 74 381 individuos, encontraron correlacio
nes de estabilidad que iban desde .50 hasta .70. La forma en que sienten las personas sobre
Parte Uro El dominio dispositional
a03 ;
te- 70
s 60
<
-o
o
50 3
40
30
20
Edad (años)
Figura 5.2
La figura muestra el nivel medio de cinco rasgos a lo largo de toda la vida. Aunque las puntuaciones
promedio en cada rasgo son bastante estables en el tiempo, Apertura, Extroversión y Neuroticismo
muestran una declinación gradual de los 30 a los 50 años de edad. En contraste, Afabilidad muestra
un incremento gradual a lo largo de estas edades.
tieron menos ansiosos, menos angustiados y menos irritables conforme avanzaban hacia la
mitad de la vida (McCrae et al., 2001). Se obtuvieron hallazgos similares en un estudio lon
gitudinal a 2 804 individuos a lo largo de 23 años; la afectividad negativa disminuyó de ma
nera consistente conforme los participantes envejecieron (Charles, Reynolds y Gatz, 2001).
Mientras el neuroticismo y el afecto negativo declinan con la edad, las personas tam
bién obtienen puntuaciones más altas en afabilidad y escrupulosidad conforme envejecen. Un
estudio encontró un incremento en afabilidad de casi una mitad de desviación estándar (d =
+ .44), mientras la escrupulosidad aumentó casi un cuarto de desviación estándar (d = + .27)
(Robins et al., 2001). Otros investigadores han descubierto resultados parecidos: los estudian
tes universitarios se volvieron más afables, extrovertidos y escrupulosos del primer año a dos
y medio años después (Vaidya et al., 2002); la afabilidad y la escrupulosidad aumentan a lo
largo de la adultez inicial y media (Srivastava et al., 2003); el afecto positivo aumenta desde
los años finales de la adolescencia hasta los primeros años después de los 50 (Charles et al.,
2001). Tal vez un buen resumen de los cambios de personalidad de nivel promedio proviene
en forma directa de los investigadores longitudinales: “Los cambios de personalidad que tie
nen lugar de la adolescencia a la adultez reflejaron un crecimiento en la dirección de una ma
yor madurez; muchos adolescentes se vuelven más controlados y más seguros en lo social y
menos enfadados y enajenados” (Roberts, Caspi y Moffitt, 2001, p. 670).
Por último, las Cinco Grandes disposiciones de personalidad pueden cambiarse por me
dio de la terapia. En un estudio único, Ralph Piedmont (2001) evaluó los efectos de un pro
grama de rehabilitación de farmacodependencia para pacientes de consulta externa sobre las
disposiciones de personalidad, incluyendo por supuesto los Cinco Grandes Factores. La tera
pia, administrada a 82 hombres y 50 mujeres durante un periodo de seis semanas, arrojó re-
Parte Uno El dominio disposicional
sultados fascinantes. Aquellos que pasaron por el programa mostraron una disminución en el
neuroticismo, y aumentos en afabilidad y escrupulosidad (d = .38). Estos cambios de perso
nalidad se mantuvieron en gran medida en una evaluación de seguimiento 15 meses después,
aunque no en forma tan dramática (d = 28).
En resumen, aunque las disposiciones de personalidad por lo general muestran nive
les altos de estabilidad media en el tiempo, ocurren cambios predecibles con la edad y qui
zá también con la terapia: menor neuroticismo y afecto negativo y mayor afabilidad y
escrupulosidad.
ño
La personalidad de cada individuo es, de alguna manera, estable en el tiempo; sin embargo, de
otra, cambia a través de éste. En el presente ejercicio, puede evaluarse a sí mismo en función
de lo que lo describe ahora y cómo piensa que será en el futuro (Markus y Nurius, 1986). A con
tinuación hay una lista de reactivos. Para cada uno, tan sólo contéstelo en una escala de uno a
siete, en la que uno significa “no me describe en absoluto” y siete significa “es una descripción
muy precisa de mí”. Dé una contestación para cada una de las dos preguntas: 1) ¿Esto me des
cribe a mí ahora? y 2) ¿Me describirá esto en el futuro?
Es feliz
Es seguro
Es deprimido
Es perezoso
Viaja mucho
Tiene muchos amigos
Es indigente (pobre)
Es sexy
Está en buena forma
Habla bien en público
Toma sus propias decisiones
Manipula a las personas
Es poderoso
Es digno de confianza
Es insignificante ■, '
Es ofensivo
Ahora compare sus respuestas a las dos preguntas. A cualesquier reactivos a los que haya dado
las mismas respuestas indican que cree que este atributo permanecerá estable para usted en el
tiempo. Los reactivos que cambian, sin embargo, pueden reflejar las formas en que su personali
dad cambiará en el tiempo.
Puede ver su yo posible en diversas formas, pero dos son importantes en especial. La prime
ra pertenece al yo deseado, la persona en que desea convertirse. Algunas personas desean volver
se más felices, más poderosas o con mejor forma física. La segunda pertenece a su yo temido, la
clase de persona en la que no desea convertirse, como pobre o rígido. ¿Cuáles aspectos de su yo
posible desea? ¿Cuáles aspectos de su yo posible teme?
CAPÍTULO C iro Disposiciones de personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, cambio y congruencia.
Cambios de la-personalidad_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
Las medidas globales de rasgos de personalidad, como aquellos captados por el modelo de los
cinco factores, nos dan pistas de que la personalidad puede cambiar en el tiempo. Pero tam
bién es cierto que los investigadores que se han centrado más en la estabilidad de la persona
lidad por lo general no han diseñado en forma explícita estudios y medidas para evaluar el
cambio de la personalidad. Por consiguiente, es importante recordar que el conocimiento so
bre el cambio en la personalidad es escaso.
Una razón para la carencia relativa de conocimiento acerca del cambio es que podría ha
ber un prejuicio entre los investigadores contra buscar siquiera el cambio en la personalidad
(Helson y Stewart, 1994). Como señala Block (1971), incluso los términos usados para des
cribir la estabilidad y el cambio están cargados con significado evaluativo. Los términos que
se refieren a la ausencia de cambio tienden a ser positivos: consistencia, estabilidad, continui
dad y constancia parecen cosas que sería bueno tener. Por otra parte, inconsistencia, inesta
bilidad, discontinuidad e inconstancia parecen indeseables o impredecibles.
En suma, la transición del inicio de la adolescencia al inicio de la adultez parece ser más
dura en las mujeres que en los hombres, al menos desde el punto de vista del criterio de la au
toestima. En conjunto, las mujeres tienden a disminuir en autoestima, mostrando una brecha
creciente entre sus autoconcepciones actuales y sus yo ideales. En conjunto, los hombres tien
den a mostrar una discrepancia menor entre sus yo real e ideal durante el mismo periodo. Por
último, parece haber un conjunto coherente de variables de personalidad vinculado con los
cambios en la autoestima a lo largo del tiempo para cada sexo.
Flexibilidad e impulsividad
Otro ejemplo de cambio de personalidad puede encontrarse en un estudio de arquitectos crea
tivos. En este estudio, los investigadores midieron la personalidad dos veces, con las prue
bas separadas por 25 años (Dudek y Hall, 1991). Se administraron dos inventarios de
personalidad amplios en cada ocasión, el c p i (California Psychological Inventory; Inventario
Psicológico de California) y el a c l (Adjective Check List; Lista de Verificación de Adjeti
vos). Los arquitectos fueron examinados al principio de sus carreras y de nuevo 25 años des
pués. Algunos de los arquitectos resultaron ser muy exitosos y creativos, mientras otros eran
sólo arquitectos promedio. En ambas evaluaciones, los arquitectos muy creativos exhibieron
personalidades consistentes en puntuaciones altas en espontaneidad, intensidad de la motiva
ción e independencia. Los arquitectos menos creativos, por otra parte, empezaron con pun
tuaciones altas sobre todo en conformidad y continuaron mostrando puntuaciones más altas
en conformidad 25 años después. Los participantes en conjunto, sin embargo, mostraron una
disminución marcada en impulsividad y flexibilidad conforme envejecían. Estos hallazgos co
rresponden con nuestras intuiciones acerca de las personas mayores, tienden a predominar so
bre sus impulsos y quizá se vuelven un poco más inflexibles en sus formas y más rígidos
conforme envejecen.
Búsqueda de sensaciones
La sabiduría convencional dice que las personas se vuelven más cautelosas y conservadoras
con la edad. Los estudios de búsqueda de sensaciones confirman esta opinión. El rasgo gene-
Capítulo ClKO Disposiciones de, personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, cambio y coii.»Tuencia
100
U niversitario No universitario
90
■' j
80
70
60
50
40
30
20
10
O
O 8 20 O 8 20
Figura 5.3
La figura muestra el cambio con la edad en las puntuaciones de autonomía de hombres en el estudio
de a t & t . Tanto los hombres con educación universitaria como los que no la tenían tendieron a volver
se más autónomos o independientes conforme envejecían.
ral de búsqueda de sensaciones se describe, en su mayor parte desde el punto de vista bioló
gico, en el capítulo 6. Para nuestros propósitos aquí, necesitamos recordar una descripción ge
neral de las facetas de la búsqueda de sensaciones. La Escala de Búsqueda de Sensaciones
(Sensation-Seeking Scale; sss) contiene cuatro subescalas; cada una contiene frases como
reactivos de elección forzada entre dos opciones distintas. La primera es búsqueda de emocio
nes y aventura, con reactivos como “Me gustaría intentar saltar en paracaídas” frente a “Nun
ca desearía intentar saltar de un avión, con o sin un paracaídas”. Las otras escalas son
búsqueda de experiencia (por ejemplo, “No estoy interesado en la experiencia por sí misma”
frente a “Me gustaría tener experiencias y sensaciones nuevas y excitantes aun si son un po
co atemorizantes, poco convencionales o ilegales”); desinhibición (por ejemplo, “Me gustan
las fiestas atrevidas y desinhibidas” frente a “Prefiero las fiestas tranquilas con buena conver
sación”); y susceptibilidad al aburrimiento (por ejemplo, “Me aburre ver las mismas caras”
frente a “Me gusta la confortable familiaridad de los amigos cotidianos”).
La búsqueda de sensaciones aumenta con la edad de la infancia a la adolescencia y al
canza su máximo al final de la adolescencia alrededor de los 18-20 años; luego cae en forma
más o menos continua conforme los sujetos envejecen (Zuckerman, 1974). La correlación
promedio entre la búsqueda de sensaciones y la edad es -.30, lo que sugiere una declinación
modesta o gradual con el incremento de la edad más allá de la adolescencia. Los saltos en pa
racaídas y las fiestas atrevidas y desinhibidas parecen ser menos atractivas para las personas
mayores.
Feminidad
En un estudio longitudinal de mujeres del Colegio Mills en el área de la bahía de San Fran
cisco, Helson y Wink (1992) examinaron los cambios en la personalidad entre el principio
146 Parte Um El dominio dispositional
Nivel de autoestima
B ajo A lto
Estable
Variabilidad
de la autoestima
Variable
El nivel de autoestima (si uno está alto o bajo) y variabilidad en la autoestima (si uno es estable o
variable día con día) no se relacionan entre sí. Esto hace posible encontrar personas con
diferentes combinaciones, como una persona que tiene un nivel alto de autoestima, pero también
es variable.
de los cuarenta y el principio de los cincuenta años de edad. Usaron el Inventario Psicoló
gico de California en ambos periodos. El cambio más impresionante ocurrió en la escala f e
minidad (ahora llamada escala feminidad/masculinidad). Las personas que obtuvieron
puntuaciones altas en feminidad tendieron a ser descritas por observadores como dependien-
CAPÍTULO Ciito Disposidones de personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, cambio y conffliienria. 147
Kernis etal. (1991,1992) han sugeri toestima. En un estudio (Kernis et al., Con base en los hallazgos de estu
do que la variabilidad de la autoestima se 1991), el nivel de autoestima se relacionó dios como éstos, los investigadores han
relaciona con el grado en que la opinión con la depresión, pero esta relación fue llegado a ver la variabilidad de la autoesti
de uno mismo puede ser influida por los mucho más fuerte para las personas más ma como una vulnerabilidad a los eventos
sucesos, en particular los eventos so cia altas en variabilidad de la autoestima que de estrés de la vida (Roberts y Monroe,
les. La autoestima de algunas personas para personas más bajas en variabilidad 1992). Es decir, se piensa que la variabili
sufre jalones y empujones de los su cesos de la autoestima. En otras palabras, en to dad resulta de una sensibilidad particular
de la vida más que la autoestima de otras dos los niveles de autoestima, los partici en el sentido de valor propio de uno. Los
personas. Por ejemplo, para algunos, la pantes que tenían una variabilidad baja psicólogos Ryan y Deci (2000) han sugerido
autoestima podría ponerse por las nubes mostraron una relación menor entre la au que las personas variables dependen para
con un cumplido y caer en picada con un toestima y la depresión que los p artici su valor propio de la aprobación de los de
desaire social, mientras otros, que pueden pantes que tuvieron una variabilidad alta. más. Esta opinión sugiere que las personas
equilibrar mejor los golpes de la vida, po Butler, Hokanson y Flynn (1994) obtuvieron variables son muy sensibles a la retroalí-
drían tener una autoestima más estable, resultados sim ilares, los cu ales mostraron mentación social y se juzgan a sí mismas
superando tanto los desaires como las que la variabilidad de la autoestima es un sobre todo a través de los ojos de otros. Es
elevaciones de la vida sin mucho cambio buen pronosticador de quién se volverá tas opiniones son resumidas bien por Ker
en su opinión de sí mismos. Esta estabilidad deprimido seis m eses después, en espe nis, quien sugiere que las personas con
frente a la mutabilidad de la autoestima es cial cuando hubo estrés de la vida duran mucha variabilidad muestran 1) un aumen
la disposición psicológica denominada va te los m eses intermedios. Estos autores to en la sensibilidad a los eventos evaiuati-
riabilidad de la autoestima. también concluyeron que la variabilidad vos, 2) un aumento en la preocupación
Se han llevado a cabo varios estu indica que la persona puede tener un sen acerca de su autoconcepto, 3) una depen
dios para exam inar si la variabilidad de la tido frágil de valor propio y que, con e s dencia excesiva de las fuentes sociales
autoestima predice resultados de la vida, trés, pueden deprim irse en forma más para la autoevaluación y 4) reaccio n es de
como las reaccio n es depresivas al estrés, crónica que alguien cuya autoestima es ira y hostilidad cuando las cosas no salen
de manera diferente que el nivel de au más estable. como quieren.
tes, emocionales, femeninas, gentiles, tensas, dulces, nerviosas, sensibles, sentimentales, su
misas, simpáticas y preocupadas (Gough, 1996). Las que obtuvieron puntuaciones bajas (es
decir, las que obtuvieron puntuaciones en la dirección masculina), en contraste, tendieron a
ser descritas como agresivas, asertivas, jactanciosas, firmes, determinadas, de carácter fuerte,
independientes, masculinas, seguras de sí mismas, fuertes y rudas. En función de los actos rea
lizados (recuerde el Enfoque de la frecuencia de los actos del capítulo 3), reportados por los
cónyuges de estas mujeres, las que obtuvieron puntuaciones altas en la escala de feminidad
tienden a hacer cosas como enviar tarjetas a amigos en los días de fiesta y recordar el cum
pleaños de un conocido, aun cuando nadie más lo haga. Las que obtuvieron puntuaciones ba
jas, en contraste, tienden a encargarse de reuniones de comités y a tomar la iniciativa en los
encuentros sexuales (Gough, 1996).
Ocurrió un cambio fascinante en esta muestra de mujeres educadas: mostraron un des
censo consistente en la feminidad conforme pasaron del inicio de sus cuarenta al inicio de
sus cincuenta años de edad, un cambio en el nivel de grupo en esta variable de personali
dad. No se sabe con precisión por qué ocurre este descenso en la feminidad. Quizá está vincu
lado con las disminuciones conocidas en los niveles de la hormona estrógeno durante esta
década.
Competencia
Otro hallazgo clave en el estudio longitudinal de las mujeres del Colegio Mills (Helson y
Wink, 1992) está relacionado con las autoevaluaciones de competencia. La competencia se
midió con la escala Lista de Verificación de Adjetivos ( a c l ) , la cual contiene estos reactivos:
orientada a las metas, organizada, minuciosa, eficiente, práctica, con claridad de pensamien
to, realista, precisa, madura, segura y satisfecha (Helson y Stewart, 1994). Las que obtienen
puntuaciones altas tienden a aprobar muchos de estos reactivos como autodescriptivos, mien-
Parie Oso El dominio disposicional
55 □
50
E
oo
45 O Esposas
— Esposos
-A- M adres
■O Padres
40
Periodo paternal Periodo pospaternal
in ic ia l (1964) (1990) (Padres, 1961)
Figura 5.4
Medias en el grupo de Competencia de la Lista de Verificación de Adjetivos ( a c l ) para mujeres y
sus parejas en los periodos paternal inicial (n = 65) y pospaternal (n = 48), y para una submuestra
de los padres de las mujeres (n = 29 parejas) en el periodo pospaternal.
tras que las que obtienen puntuaciones bajas aprueban pocos. La figura 5.4 muestra los resul
tados para las mujeres y sus parejas cuando las mujeres tenían 27 años de edad y de nuevo
cuando tenían 52.
Las mujeres en esta muestra presentaron un aumento brusco en las autoevaluaciones de
competencia. Sus esposos mostraron puntuaciones bastante constantes a lo largo de los dos
periodos. Además, los incrementos de las mujeres en la competencia autodescrita no depen
dieron de si tenían hijos o no. Tanto las que tenían hijos como las que no los tenían manifes
taron aumentos comparables en competencia.
22
21
20
19
18
21 años de edad 43 años de edad
Figura 5.5
Medias en la escala de Independencia del c p i a las edades de 21 y 43 años para amas de casa (n = 17)
y tres grupos de mujeres que habían seguido caminos con papeles menos tradicionales: neotradicional,
n = 35; divorciada, n = 26; y no madres, n = 26.
tos mensajes” (p. 142). Los estudios de las generaciones actuales y futuras determinarán el cado variables de personali
grado en que estos interesantes efectos de cohorte permanecerán o cambiarán. dad que predicen si un
matrimonio resultará ser fe
liz y satisfactorio o si termi
nará en divorcio. Aunque la
personalidad no es destino,
se relaciona con resultados
de la vida importantes, como
la infelicidad matrimonial y
el divorcio.
La forma final de desarrollo de la personalidad que examinaremos se llama congruencia de
la personalidad, que se define como los cambios predecibles en las manifestaciones o resul
tados de los factores de personalidad en el tiempo, aun si las características subyacentes per
manecen estables. En particular, nos enfocaremos en las consecuencias de la personalidad
para resultados relevantes desde el punto de vista social, como la estabilidad matrimonial y
el divorcio, el alcoholismo y la perturbación emocional y los resultados del empleo más tar
de en la vida.
la personalidad. Las parejas que tenían un matrimonio estable y satisfactorio tenían puntua
ciones de neuroticismo que eran más o menos la mitad de una desviación estándar inferiores
que las parejas que después se divorciaron. Además, en las parejas con estabilidad emocio
nal, los esposos tendieron a obtener puntuaciones más o menos una mitad de desviación es
tándar mayores en control de los impulsos, en comparación con los esposos en matrimonios
inestables.
Las razones para el divorcio parecen estar vinculadas con las características de persona
lidad medidas antes en la vida. Los esposos con control de los impulsos bajo cuando fueron
evaluados por primera vez, por ejemplo, tendieron a tener romances fuera del matrimonio más
adelante en su vida, violaciones de los votos matrimoniales que cobraban importancia entre
las razones principales citadas para el divorcio. Los hombres con mayor control de los impul
sos parecen haber sido capaces de abstenerse de tener aventuras sexuales, las cuales son tan
perjudiciales para los matrimonios (Buss, 2003).
Estos resultados, que abarcan un periodo de 45 años consistentes en la mayor parte de la
vida adulta de los participantes, apuntan hacia una conclusión importante sobre la congruencia
de la personalidad. La personalidad puede no ser destino, pero conduce a algunos resultados pre
decibles de la vida, como la infidelidad, la infelicidad matrimonial y el divorcio.
De manera interesante, el neuroticismo también desempeña una función en otro resul
tado de la vida importante: resistencia a la pérdida de un cónyuge. Un fascinante estudio lon
gitudinal mostró que uno de los mejores elementos de pronósticos para afrontar bien la muerte
de un cónyuge fue la disposición de la personalidad de la estabilidad emocional (Bonanno et
al., 2002). Un total de 205 individuos fueron evaluados varios años antes de la muerte de su
cónyuge, y luego seis y 18 meses después del fallecimiento de su cónyuge. Aquellos con
puntuaciones altas en estabilidad emocional sufrían menos, mostraban menos depresión y una
recuperación psicológica más rápida. Los individuos con puntuaciones bajas en estabilidad
emocional (altos en neuroticismo) aún estaban angustiados desde el punto de vista psicoló
gico medio año después e incluso año y medio más tarde. La personalidad, en resumen, afec
ta muchos aspectos de la vida romántica: quién es probable que tenga una relación romántica
exitosa (Shiner, Masten y Tellegen, 2002); cuáles matrimonios permanecerán estables y muy
satisfactorios (Kelly y Conley, 1987); cuáles personas es más probable que se divorcien
(Kelly y Conley, 1987) y cómo afrontarán las personas la pérdida de un cónyuge (Bonnano
et al., 2002).
;<q »
Un acercamiento detallado Resultados en la adultez de niños
coo berrinches
En un estudio longitudinal que abarcó 40 la adultez. La posición ocupacional de su 22% de los hombres sin una historia infantil
años, Caspi (1987) exploró las im plicaciones primer trabajo también fue menor de ma de berrinches. En suma, la personalidad
de la personalidad infantil para la posición nera consistente que la de sus sem ejantes inicial en la infancia muestra vínculos con
ocupacion al y los resultados laborales más calmados. Los niños explosivos que sistentes con resultados socia le s adultos
adultos. Identificó un grupo de niños ex tenían antecedentes de clase media ten importantes, como el logro laboral, la fre
plosivos, incontrolados, que empleó entre dieron a tener movilidad descendente, y cuencia del cambio de empleo, el desem
vistas con sus madres como la fuente de para ia mitad de la vida sus logros ocupa- pleo, el logro militar y el divorcio.
datos. Cuando los niños tenían ocho, nue cíonales eran indistinguibles de los de sus Es fácil imaginar por qué los indivi
ve y once años de edad, sus madres esti contrapartes de la clase trabajadora. A d e duos explosivos incontrolados tienden a
maron la frecu encia y gravedad de sus más, tendieron a cam biar de empleos con lograr menos y a divorciarse más. La vida
berrinches. Los berrinches graves se defi frecuencia, mostrando un patrón laboral consiste de m uchas frustraciones, y las
nieron como com portam ientos que in errático con pausas más frecuentes en el personas enfrentan sus frustraciones en
cluían morder, patear, golpear, tirar cosas, empleo, y promediaron un número mayor formas diferentes. Por ejemplo, es más
ch illar y gritar. De la muestra, 38% de los de meses desempleados. probable que los incontrolados explosivos
niños y 29% de las niñas se clasificaron En vísta que 70% de los hombres en revienten y le griten al jefe, o que renun
como que presentaban berrinches fre la muestra sirvieron en el ejército, también cien a su empleo durante un momento im
cuentes e incontrolados. pudieron exam inarse sus expedientes mi pulsivo. Del mismo modo, es más probable
Estos niños fueron seguidos a lo litares. Los hombres que, cuando niños, que los incontrolados explosivos desaho
largo de la vida, y las m anifestaciones habían sido considerados con berrinches guen sus frustraciones con sus cónyuges,
adultas de la personalidad infantil fueron explosivos alcanzaron un rango militar sig o quizá incluso tener una relación fuera
notables en especial para los hombres. nificativamente menor que sus sem ejan del matrimonio por impulsividad. Es proba
Los hombres que, cuando niños, habían tes. Por último, casi la mitad (46%) de estos ble que todos estos eventos conduzcan a
tenido berrinches frecuentes y graves lo hombres estaban divorciados cuando te niveles m enores de logro laboral y a nive
graron niveles inferiores de educación en nían 40 años de edad, comparado con sólo les mayores de divorcio.
líos que puntuaban alto en autocontrol a los 18 años de edad tuvieron un logro ocupacional
mayor, una mayor participación en su trabajo y una seguridad financiera superior a los 26
años de edad. A la inversa, los que eran impulsivos a los 18 años de edad tuvieron menos
probabilidad de progresar en su trabajo, mostraron menos compromiso psicológico y menor
seguridad financiera.
De manera interesante, las experiencias laborales también tienen un efecto en el cam
bio de personalidad (Roberts et al., 2003). Aquellos que logran una posición ocupacional al
ta a los 26 años de edad se han vuelto más felices, más seguros de sí mismos, menos ansiosos
y menos derrotistas desde que tenían 18. Aquellos que lograron una satisfacción laboral alta
también se vuelven menos ansiosos y menos propensos al estrés en su transición de la ado
lescencia a la adultez joven. Por último, ¿qué hay de las personas que logran éxito financie
ro en el lugar de trabajo? Estos individuos no sólo se enajenan menos y son más capaces de
manejar el estrés, sino también incrementan sus niveles de cercanía social: les gustan más las
personas, acuden a otros por consuelo y les gusta estar rodeados de personas. En suma, del
mismo modo en que la personalidad a los 18 años de edad predice los resultados laborales a
los 26 (por ejemplo, el autocontrol predice el ingreso), los resultados laborales predicen el
1,0
Sem ejanza baja
| Semejanza m oderada
0.8 -
0.61
0.6
0.58
0.50
0.46 0,45
0.41
03 0,4
0.2
0.0 1
M ujeres H om bres
(25 por grupo) (25 por grupo)
Figura 5.6
La figura muestra la estabilidad de la personalidad en el tiempo como una función de la semejanza
(baja, media o alta) de la persona con su cónyuge. Los hombres y mujeres que están casados con al
guien que es similar a ellos en personalidad muestran los niveles más altos de estabilidad de la per
sonalidad en el tiempo.
Capítulo Cm i Disposiciones de personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, cambio y congruencia
cambio de personalidad con el tiempo. Vemos una vez más que la impulsividad es un factor
de personalidad crítico, el cual está vinculado en forma significativa con los resultados pos
teriores en la vida.
¿Podemos predecir quién es probable que cambie en su personalidad y quién es probable que
permanezca igual? En un fascinante estudio longitudinal, Caspi y Herbener (1990) estudiaron
a parejas de mediana edad durante un periodo de 11 años. Las parejas fueron examinadas dos
veces, una en 1970 y de nuevo en 1981. Todos los sujetos habían nacido ya sea en 1920-1921
o en 1928-1929 y eran parte de un proyecto longitudinal más grande.
El cuestionamiento que intrigaba a Caspi y Herbener era éste: ¿la elección de una pare
ja matrimonial es una causa de estabilidad o cambio de la personalidad? De manera específi
ca, si se casa con alguien que es similar a usted, ¿tiende a permanecer más estable en el tiempo
que si se casa con alguien que es diferente a usted? Razonaron que la semejanza entre cónyu
ges apoyaría la estabilidad de la personalidad, en vista que la pareja tendería a reforzarse en
tre sí en sus actitudes, a buscar fuentes externas de estimulación parecidas y quizá incluso
participarían juntos en las mismas redes sociales. Casarse con alguien que es diferente a uno,
en contraste, puede ofrecer conflictos de actitud, exposición a eventos sociales y ambientales
que uno no podría buscar solo de otra manera y pueden crear por lo general un ambiente in
cómodo para mantener el statu quo.
Usando medidas de personalidad obtenidas tanto en los esposos como en las esposas,
Caspi y Herbener dividieron a las parejas en tres grupos: aquellos que eran muy similares en
personalidad, aquellos que eran similares en personalidad de manera moderada y aquellos que
puntuaban bajo en semejanza. Luego examinaron el grado en que los individuos mostraban
estabilidad en la personalidad a lo largo del periodo de 11 años de la mitad de la vida en que
fueron examinados. Los resultados se muestran en la figura 5.6.
Como puede verse en la figura 5.6, las personas casadas con cónyuges que eran muy si
milares a sí mismas mostraron la mayor estabilidad de la personalidad. Aquellos casados con
cónyuges menos similares a sí mismos mostraron el mayor cambio de personalidad. El grupo
moderado cayó en medio. Este estudio es importante al señalar una fuente potencial de esta
bilidad y cambio de la personalidad: la selección de cónyuges. Será interesante ver si la inves
tigación futura puede documentar otras fuentes de estabilidad y cambio de la personalidad,
quizá examinando la selección de amigos similares o distintos.
RESUMEN Y EVALUACIÓN
El desarrollo de la personalidad incluye tanto las continuidades como los cambios en la per
sonalidad en el tiempo. Hay tres formas de estabilidad de la personalidad: 1) estabilidad del
orden de los rasgos es el mantenimiento de la posición relativa de uno dentro de un grupo en
el tiempo, 2) la estabilidad del nivel promedio es el mantenimiento del nivel promedio de un
rasgo o característica en el tiempo y 3) la congruencia de la personalidad son los cambios pre
decibles en las manifestaciones de un rasgo. Podemos examinar el desarrollo de la personali
dad en tres niveles de análisis de la personalidad: el nivel de la población, el nivel de las
diferencias entre grupos y el nivel de las diferencias individuales.
Hay evidencia sólida para la estabilidad del orden de los rasgos de la personalidad en
el tiempo. Los temperamentos como el nivel de actividad y el miedo muestran niveles de m o
derados a altos de estabilidad durante la infancia. El nivel de actividad y la agresión muestran
niveles de moderados a altos de estabilidad durante la niñez. Los peleoneros en la niñez tien
den a convertirse en delincuentes juveniles en la adolescencia y en criminales en la adultez. Los
rasgos de personalidad, como aquellos captados por el modelo de los cinco factores, muestran
niveles de moderados a altos de estabilidad durante la adultez. Como regla general, los coefi
Parie Uro El dominio disposicional
cientes de estabilidad disminuyen conforme aumenta el intervalo entre los dos periodos de
prueba.
La personalidad también cambia en forma predecible con el tiempo. Con respecto a los
Cinco Grandes Factores, ahora está surgiendo un consenso de que por lo general el neuroticis-
mo disminuye en el tiempo; las personas se vuelven un poco más estables en las emociones
conforme envejecen. Además, afabilidad y escrupulosidad tienden a aumentar en el tiempo. To
dos estos cambios sugieren un aumento en la madurez, conforme los tiempos en ocasiones tu
multuosos de la adolescencia se calman en la madurez de la adultez. Desde el inicio de la
adolescencia hasta el inicio de la adultez, la autoestima de los hombres tiende a aumentar,
mientras que la autoestima de las mujeres tiende a disminuir. En la adultez, hay alguna eviden
cia de un estudio de arquitectos creativos que la flexibilidad y la impulsividad declinan con el
aumento de la edad. La búsqueda de sensaciones también declina de manera predecible con la
edad. Y, en las mujeres, la feminidad tiende a disminuir con el tiempo, de manera notable, des
de el inicio de sus cuarenta hasta el inicio de sus cincuenta años de edad. Por otra parte, varios
estudios sugieren que las características de personalidad de autonomía, independencia y com
petencia tienden a aumentar conforme envejecen las personas, en especial entre las mujeres.
Además del cambio de personalidad debido a la edad, también hay evidencia de que los
niveles medios de personalidad pueden ser afectados por la cohorte social en la que uno cre
ce. Jean Twenge ha documentado varios de dichos efectos, de manera más notable en los ni
veles de asertividad o dominación de las mujeres. Los niveles de asertividad de las mujeres
fueron altos después de la década de los treinta en la que las mujeres tuvieron que ser inde
pendientes en extremo; disminuyeron durante las décadas de los cincuenta y sesenta cuando
las mujeres eran en gran medida amas de casa y menos se volvieron profesionales. De 1967 a
1993, sin embargo, los niveles de asertividad de las mujeres aumentaron, en correspondencia
con los cambios en sus papeles sociales y el aumento en la participación en ocupaciones pro
fesionales.
La personalidad también muestra evidencia de congruencia en el tiempo. Las medidas
de personalidad tempranas pueden usarse para predecir los resultados relevantes desde el pun
to de vista social más tarde en la vida. Los niveles altos de neuroticismo en ambos sexos y de
impulsividad en los hombres, por ejemplo, predicen insatisfacción matrimonial y divorcio. El
neuroticismo al inicio de la adultez también es un buen pronosticador del alcoholismo y el de
sarrollo de problemas emocionales posteriores. La impulsividad desempeña una función cla
ve en el desarrollo del alcoholismo y en la falla en lograr el potencial académico de uno. Los
individuos muy impulsivos tienden a obtener calificaciones menores y abandonar la escuela
más que sus semejantes menos impulsivos. Los niños con berrinches explosivos tienden a ma
nifestar sus personalidades cuando adultos a través de una movilidad ocupacional descenden
te, un cambio de empleo más frecuente, un logro de rangos inferior en el ejército y frecuencias
mayores de divorcio. Las personas que son impulsivas a los 18 años de edad tienden a desem
peñarse en forma más deficiente en el lugar de trabajo, logran menos éxito ocupacional y me
nos seguridad financiera. Las experiencias laborales, a su vez, parecen afectar el cambio de
personalidad. Aquellos que logran éxito ocupacional tienden a volverse más felices, más se
guros de sí mismos y menos ansiosos con el tiempo.
Aunque se sabe poco acerca de qué factores mantienen estas formas de estabilidad y
congruencia de la personalidad a lo largo del tiempo, una posibilidad se relaciona con nues
tras elecciones de parejas matrimoniales. Existe evidencia de que tendemos a elegir a aque
llos que son similares a nosotros en personalidad, y entre más similares sean nuestras parejas,
más estables permanecerán nuestros rasgos de personalidad en el tiempo.
¿Cómo podemos reconciliar mejor los hallazgos de una estabilidad de la personalidad
considerable a lo largo del tiempo con la evidencia de cambios importantes? Primero, los es
tudios longitudinales han mostrado en forma concluyente que los rasgos de personalidad, co
mo los incluidos en los Cinco Grandes Factores, muestran una estabilidad de orden de los
rasgos considerable a lo largo del tiempo. Estos rasgos de personalidad también muestran evi
dencia de consistencia en el tiempo. Los que son pendencieros en la secundaria, por ejemplo,
Capítulo Cmco Disposiciones de personalidad a lo largo del tiempo: estabilidad, cambio y congruencia
D esarrollo de la personalidad Cam bio del prom edio del rasgo A ccionóm etro 135
128 129 C oeficientes de estabilidad 135
E stabilidad del orden de los C ongruencia de la personalidad C oeficientes de validez 135
rasgos 128 129 A utoestim a 143
E stabilidad del nivel prom edio Tem peram ento 133 Efectos de la cohorte 150
del rasgo 129 Estudios longitudinales 135