Está en la página 1de 7

Ideologías

Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI


Dr. Javier Armando Huerta Ortega

IDEOLOGÍA
Introducción – Primera Parte

Arnoldo Siperman (∗)

El concepto de ideología es uno de los más polisémicos y controvertidos de los utilizados tanto en la
práctica política como en la obra teórica de politólogos y otros científicos sociales. Este ensayo
constituye una presentación esquemática de su historia, de modo de captar la manera en que, por
más de dos siglos, la vitalidad de la ideología se ha conectado con aspiraciones, actitudes,
definiciones y hasta sueños ilusorios frente al cambio social.

Capítulo 1: "ORÍGEN Y PRIMEROS DESARROLLOS EN TORNO A LA NOCIÓN DE IDEOLOGÍA"

La palabra ideología data de la época de la Revolución Francesa. Aparece utilizada originalmente


por el filósofo francés Antoiné Destutt de Tracy entre 1796 y 1798 en unas conferencias académicas
pronunciadas en el Instituto, en París, bajo el título Memoria sobre la facultad de pensar, que
fueron luego publicadas -en 1800- en forma de un libro: Los elementos de la ideología. Podría
decirse que Tracy hubiera pasado a la historia como una figura relativamente oscura a no ser por la
asociación de su nombre con el tema de la ideología.

De su obra y de las reacciones que, posteriormente ésta suscitó, parecen surgir no menos de cuatro
significados diferentes del término. Primeramente, el de una ciencia de las ideas; en un segundo
estrato, la palabra quedó vinculada a una forma de liberalismo republicano y secular;
posteriormente, tomó la connotación peyorativa que implicaba un radicalismo intelectual y estéril
en la práctica; y finalmente, adquirió el sentido de "doctrina política" en general. Estos cuatro
diferentes sentidos, muchas veces solapados y superpuestos, se hicieron corrientes en materia
política entre 1800 y 1830, e influyeron en los sucesivos desarrollos teóricos y discursivos de las
relaciones sociales.

Ubiquemos entonces el contexto histórico en que se dio cada uno de estos significados, y las
actitudes políticas de quienes los utilizaron para poder darnos cuenta, someramente, de qué
manera se articuló el concepto "Ideología" con la sociedad y con los cambios sociales.

a) Una ciencia de las ideas. Tracy, discurriendo en la corriente central del pensamiento ilustrado,
creyó no solamente posible sino necesario fundar una ciencia empírica de las ideas, para cuya

(∗) Arnoldo Superman: Abogado, graduado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
(1958), con medalla de oro (Premio Universitario) y con el premio Tedin Uriburu. Vicerrector del Turno
Tarde del Colegio Nacional de Buenos Aires y Jefe del Departamento de Ciencias Sociales.
-1-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe
Ideologías
Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI
Dr. Javier Armando Huerta Ortega

identificación se requería disponer de una denominación específica, una palabra nueva que
designara a una ciencia también nueva. Acuñó un neologismo de raíz griega, ideología, "ciencia de
ideas", que servía a estos fines mejor que otras palabras del lenguaje ordinario a las cuales hubiera
podido recurrirse, ya que a esta nueva rama del conocimiento, a esta ciencia empírica de las ideas
se aplicaban mal las designaciones de "metafísica" o "psicología"; la primera por desorientadora y
desacreditada y la segunda porque su referencia a la psiquis, al alma, le daba un cierto tinte
religioso. En lo que atañe a esto último debe recordarse que, Tracy, era profundamente anticlerical
y materialista y que estuvo por ello involucrado en una áspera discusión con la Iglesia Católica,
entre 1790 y los primeros años del siglo XIX, en torno al tema del control de la educación. Por lo
tanto, el vocablo destinado a identificar la disciplina que trataba de crear debía evitar,
cuidadosamente, cualquier referencia religiosa.

Vale la pena hacer notar que la palabra "ideología", en esta acepción originaria, coincidía
aproximadamente con el primer uso de la expresión "ciencia social", que aparecía en esos mismos
tiempos. Ambas expresiones resumían el optimismo del iluminismo en establecer y controlar por la
razón, las leyes que gobiernan la vida social, no solamente con un propósito cognitivo, sino con el
fin de mejorar la felicidad y desarrollo de la vida humana.

Como muchos de los filósofos del iluminismo y de los pensadores del enciclopedismo, Destutt de
Tracy creía que todas las áreas de la experiencia humana -muchas de las cuales eran
tradicionalmente abordadas en términos teológicos-, podían ser examinadas a la luz de la razón y
que competía a los philosophes el esfuerzo de ponerlo en práctica. La ciencia de las ideas, en ese
contexto, tendría por objeto investigar su origen natural. Proponía un conocimiento preciso del
origen de las ideas, a partir de las sensaciones. Se rechazaba la posibilidad de ideas innatas, sobre
las que había especulado la filosofía clásica y se les atribuía a todas -especialmente a partir del
influyente pensamiento de Etienne de Condillac- la calidad de sensaciones modificadas. Tracy
describía entonces a la ideología como si fuese una rama especializada de la zoología, señalando
que el intelecto humano tiene una base fisiológica.

El examen que se hace del proceso de generación de ideas y sus relaciones mutuas (en suma, la
"ciencia de las ideas") podría ser descrito, desde una perspectiva actual, como una especie de
psicología empírica. Por ello se ha señalado que esta concepción constituye un antecedente tanto
del moderno abordaje metodológico de las ciencias humanas, sobre todo en las ciencias sociales
cultivadas en los Estados Unidos en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX, cuanto
de las teorías genetistas actualmente en boga.

Esta nueva ciencia, por otra parte, ocupaba un lugar de privilegio en el elenco de las diversas ramas
del saber, la ideología era la "teoría de las teorías". Era la reina de las ciencias, las procedía a

-2-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe
Ideologías
Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI
Dr. Javier Armando Huerta Ortega

todas, ya que su objeto son las ideas, las que, a su vez, constituyen el elemento operativo
indispensable de las demás ciencias.

Pero Tracy y sus seguidores iban más lejos, no limitaban sus esfuerzos a una tarea animada de
objetivos puramente cognitivos. Admiraban al filósofo y político inglés de principios del siglo XVII
Francis Bacon, quien había proclamado que el destino de la ciencia era no solamente incrementar la
sabiduría de los hombres sino también mejorar la vida humana en este mundo terrenal en el cual
ella trascurre, con lo cual abría un espacio diferente y en cierta medida competidor del
tradicionalmente ocupado en su totalidad por la religión (1). En esa línea de pensamiento, la
"ciencia de las ideas", trasponía los límites de las ciencias descriptivas o explicativas. Era una
ciencia que tenía una misión: servir a los hombres liberando sus mentes del prejuicio y
preparándolos para el advenimiento de la plena soberanía de la razón. No puede extrañar, en ese
contexto, el interés que los ideólogos tenían en la educación y que hayan sostenido una dura lucha
para sustraerla primeramente del monopolio y luego del influjo de la Iglesia.

Desde su nacimiento se confió en que esta ciencia de las ideas habría de tener un inmenso impacto
en el diseño de una política fundada racionalmente. Tracy, que había estado encarcelado durante el
Terror –de la Inquisición-, estaba convencido de que Robespierre (figura representativa de la
Revolución Francesa), había traicionado los ideales ilustrados y que para evitar esas desviaciones,
era conveniente demostrar el fundamento científico de las ideas del liberalismo iluminista, de modo
que futuros gobiernos, orientados racionalmente, estuviesen al abrigo de repetirlas. Uno de los
campos principales para lograrlo era el terreno educativo y si se conseguía comprender el origen de
las ideas ello podría ser usado con gran beneficio en la educación ilustrada y, como consecuencia,
en el ordenamiento de la sociedad. Se podrían investigar las raíces de la ignorancia humana, lo que
era potencialmente el cimiento de una sociedad racional y progresista. Por esta razón abogaban
vigorosamente por el uso social, político y educativo de la ideología. Tuvieron cierto éxito político,
aunque efímero, ya que su punto de vista se convirtió, en tiempos del Directorio, en virtualmente
una doctrina oficial de la Francia republicana. Hacia el final de este período, en 1799, Tracy fue
designado en el Consejo de Instrucción Pública y desde allí expidió circulares a las escuelas
enfatizando el papel de la "ideología" en la organización de los planes y métodos pedagógicos.

No hay que perder de vista que la idea prevaleciente, propia del pensamiento y las actitudes
ilustradas, es que la ciencia puede -y debería- erigirse en fundamento de las decisiones políticas.
Así como la ideología inspiraría una política educativa estrictamente racional, sería análogamente
posible intentar, como en el contemporáneo pensamiento del pensador inglés Jeremy Bentham, el
establecimiento de una "ciencia de la legislación", que sería la base para la producción de leyes
que, en lugar de ser el producto contingente de la voluntad del legislador fuesen la expresión
racional del mejor orden social posible, informado por saberes científicos.

-3-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe
Ideologías
Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI
Dr. Javier Armando Huerta Ortega

b) La ideología como la expresión sustantiva del liberalismo republicano y secular. Persiguiendo


los objetivos que se propusieron especialmente en materia de política educativa, Tracy y sus
seguidores, a los que comenzó a designarse como los "ideólogos" (idéologues), quedaron asociados a
una tendencia de liberalismo secularista y republicano, insistiendo en la doctrina del gobierno
representativo ejercido por una elite ilustrada. Los ideólogos, entonces, aparecen como aspirando a
ejercer una función orientadora del liberalismo elitista, inaugurando una tendencia que habrá de
tener importantes consecuencias durante los tiempos venideros: llamar en su auxilio a un corpus de
ideas prestigiado por su coloración científica.

En poco tiempo y a partir de la gestión cumplida en los tiempos del Directorio, la ideología pasó a
ser, en la percepción pública no tanto la formulación de una "ciencia empírica", caracterizada por la
objetividad y neutralidad atribuidas al saber científico, sino más bien la específica doctrina política
de un grupo de intelectuales liberales. De alguna manera este deslizamiento está anunciado desde
el inicio en la obra de Tracy cuando conecta el impulso fundador de una ciencia de las ideas con los
principios ilustrados que la desmesura jacobina y el gobierno del Terror habrían estado
traicionando. En este punto puede observarse el embrión de discusiones que aún hoy se encuentran
vigentes, en relación con las dictaduras y su conexión con la herencia ilustrada y con el modo de
respuesta de los detentadores del poder político frente a las demandas populares.

El hecho de que esta ciencia de las ideas tuviera asignadas altas misiones para cumplir en el diseño
de la sociedad pone de manifiesto que, pese a buscar las sólidas bases objetivas propias del estatuto
científico haya estado sin embargo marcada desde el comienzo por una considerable impronta
emocional. No sorprende, entonces, el rápido deslizamiento hacia un segundo sentido de la
ideología, que se torna prevaleciente quedando asociado a la doctrina política, si bien a una muy
específica pero que sin embargo se presentaba con pretensiones de universalidad. El deslizamiento
semántico operado no puede extrañar a poco que se tenga en cuenta que el liberalismo
antimonárquico y anticlerical reclamaba la dignidad científica para fundamentar sus puntos de vista
sobre la organización institucional, política, económica, en pocas palabras, sobre el ordenamiento
general de la sociedad. Y ello no solamente en relación con su época sino con una proyección
ilimitada de futuro ya que las verdades de la ciencia, una vez descubiertas, tenían la vocación de
permanencia alimentada por su valor de verdad y solamente sujeta a los perfeccionamientos unidos
a la idea de progreso, por otra parte tan ligada, esta última, con la filosofía ilustrada.

c) La ideología como expresión del radicalismo intelectualizado. Hay otro perdurable sentido del
término ideología que deriva de las asociaciones políticas de Tracy y sus compañeros y que se
origina en la circunstancia de que uno de los primeros miembros del grupo de los idéologues fue
Napoleón Bonaparte. Su relación con los idéologues, tormentosa tal vez por la poca empatía entre
sus arrestos autoritarios y militares y el intelectualismo de los demás integrantes del grupo, culminó

-4-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe
Ideologías
Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI
Dr. Javier Armando Huerta Ortega

en una hostilidad profunda, cuando ya en el poder y persiguiendo sus ambiciones autocráticas los
acusó de fomentar el malestar político. Bonaparte se refería a ellos como a individuos que deseaban
reformar el mundo simplemente en sus cabezas, metafísicos de poltrona, con poca o ninguna
perspicacia política. Los denunció ante el Consejo de Estado en febrero de 1801 como charlatanes,
pero con pretensiones de socavar la autoridad política. Tan pronto como Bonaparte hubo
restablecido relaciones con la Iglesia Católica, mediante el Concordato de 1802, denunció a los
idéologues calificándolos como un "Colegio de Ateos". Mme. Germaine de Staël, que estuvo
vinculada con el grupo de los idéologues

Este uso peyorativo de la ideología, indicando esterilidad intelectual, ineptitud práctica y, más
particularmente, sentimientos políticos peligrosamente subversivos, tendió a permanecer. Pese a su
tonalidad un tanto contradictoria, ya que la falta de sentido práctico no parece casar muy bien con
la peligrosidad subversiva que se les imputaba, adquirió una considerable difusión. Se la acogió
especialmente en los círculos conservadores, legitimistas y monárquicos de Francia, los que no
ahorraron críticas ni ásperos comentarios respecto de los idéologues. En tiempos de la restauración,
al acentuarse la condena a la herencia iluminista, se la hizo extensiva a los idéologues y a su
republicanismo laicista y se denunció una nueva edición de los Elementos... de Tracy, aparecida en
1829, como parte de una conspiración dirigida a desmejorar y destruir a la antigua y restaurada
confraternidad entre el trono y el altar. y fue una lúcida observadora de su tiempo, dio cuenta del
grado de inquina que inspiró en esa época a Bonaparte señalando que parecía atacado de
"ideofobia". Llegó tan lejos como para, en diciembre de 1812, atribuirles la responsabilidad por la
derrota militar de las armas francesas.

De manera que desde sus inicios en el vocabulario político la palabra ideología estuvo fuertemente
cargada de contenidos emotivos. El propio Tracy, pese a haber teorizado a su respecto desde una
perspectiva que aspiraba a un seco y frío tecnicismo científico, le asignaba propósitos morales, de
reforma racional de la sociedad y un consiguiente carácter laudatorio, mientras que Napoleón la
relacionó con los aspectos más detestables del pensamiento revolucionario, rodeándola de
desaprobación y desconfianza. Esta duplicidad habrá de mantenerse y la palabra ideología habrá de
ser utilizada en ambos sentidos, no solamente en francés sino en inglés, alemán, italiano,
castellano, de modo de convertirse en una de las más ambiguas e inaprensibles del lenguaje político
y de más difícil tratamiento por parte de los cientistas sociales.

d) La ideología en el sentido general de "doctrina política". En el contexto que se viene


examinando comienza a perfilarse un nuevo significado. Si la ideología quedaba parcialmente
divorciada de la "ciencia de ideas" que provenía de Condillac y la escuela sensualista y pasaba a
asociarse con una doctrina política (inicialmente el republicanismo liberal, antirreligioso y
secularista), había sólo un corto paso que llevaba identificar las críticas monárquicas como
expresión de otra doctrina política enfrentada a aquella, que podría ser descripta igualmente como

-5-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe
Ideologías
Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI
Dr. Javier Armando Huerta Ortega

"ideología". De esta manera la ideología pasó, al menos en algunos círculos en Francia, a ser
asociada con cualquier doctrina política, quedando los otros sentidos de la palabra coexistiendo con
este último. Podía válidamente hablarse, entonces, de ideologías republicanas y monárquicas,
liberales y restauradoras y, en su hora, de ideologías socialistas, revolucionarias o reformistas y
tanto anarquismo como positivismo admiten, desde esta perspectiva, ser considerados también
como ideologías. Esta acepción de la ideología como aludiendo a cualquier punto de vista
doctrinario, cuerpo de ideas o proyecto político, relacionada aun sentido fuerte del quehacer
político e independiente de los correspondientes contenidos materiales, sigue proyectando su
influencia en tiempos actuales.

Desde esta perspectiva y considerando el tema en términos muy generales se considera, aún en la
actualidad, que una ideología constituye una especie de corpus que incluye varios órdenes
discursivos. En primer lugar, una teoría general de tipo explicativo sobre la sociedad y sobre la
experiencia humana en general, lo que marca un residuo de la concepción de la ideología como
ciencia aunque sesgada hacia una consideración como ciencia social empírica más que como estudio
de las ideas en sí mismas. Incluye asimismo un programa general sobre cómo debería organizarse la
sociedad, definiendo objetivos en el terreno de la organización política e institucional (donde se
advierte la impronta de la noción general de "doctrina política"), objetivos que deben ser realizados
a través de un proceso de carácter agonal, de una lucha por su logro, lo cual supone, en la mayor
parte de los casos, desarrollos de tipo táctico y organizativo. Para estos fines se trata de persuadir y
de reclutar adictos en términos de compromiso y lealtad para lo cual es menester dirigirse a un
público amplio, generándose liderazgos en los que generalmente se reservan espacios privilegiados
para los intelectuales, los "teóricos" políticos. De una u otra manera se pone en juego la noción de
cambio social, aunque no siempre para auspiciarlo: en esta concepción se incluyen ideologías
conservadoras cuyo tono general es adverso a los cambios importantes en la organización de la
sociedad.

Esta concepción de la ideología conlleva la idea de su carácter fuerte, del hecho de integrarse con
elementos fundamentales no negociables o, al menos, abiertos a la negociación solamente en
aspectos tácticos u organizativos pero no en sus lineamientos básicos. Es ella la que alimenta la
difundida idea de que los siglos XIX y XX, fueron predominantemente "tiempos ideológicos" y es
también la que somete a consideración la relación entre la ideología, considerada como un cuerpo
general de doctrina, y la religión.

El concepto de ideología, como lo hemos visto, emerge asociado a la política como actividad
autónoma, es históricamente hijo de la Revolución, un producto cultural ilustrado, que lleva en su
origen una dura repulsa al Antiguo Régimen, sus instituciones, su manera de tramitar los conflictos y
su asociación con la Iglesia. Los contenidos de la ideología tienden entonces a ser laicos y
secularistas. Sin embargo, su relación con las creencias religiosas e incluso la misma proyección de

-6-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe
Ideologías
Ideologí as Contemporáneas – FIIS - UNI
Dr. Javier Armando Huerta Ortega

algunas doctrinas ideológicas a la categoría de sistemas dogmáticos que castigan la disidencia tan
duramente como las religiones a la herejía, siguen constituyendo un tema en la agenda teórica de
las ciencias sociales contemporáneas.

NOTAS:

(1) Bacon había definido en su obra Novum Organum como idola a los obstáculos que se oponían al desarrollo
de la ciencia y de la racionalidad, obstáculos que debían ser removidos. Observó claramente la relación entre
la adquisición de la verdad y las circunstancias del poder, tema al cual no era ajena su propia experiencia
puesto que desarrolló también una destacada actividad política y ocupó importantes cargos públicos.

FUENTES
http://www.pais-global.com.ar/
http://www.cnba.uba.ar/institucional/vicett.php

Jaho/2003

-7-
e-mail : javierhuerta@proiure.org.pe

También podría gustarte