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p. álvarez - v. haurigot
Sutiles diferencias
entre las figuras
de homicidio en grado
de tentativa, lesiones
y abuso de armas
por Paula Álvarez (1) y Valeria Haurigot (2)
1 | Introducción
En el presente trabajo de investigación pretendemos ahondar el abordaje
del tema propuesto desde una perspectiva dogmática. En ese sentido,
como premisa de base, consideramos que las sutiles diferencias entre las
figuras de homicidio en grado de tentativa, lesiones graves y abuso de
armas no son tan sutiles en cierta constelación de casos, o si se quiere, no
son sutiles, al menos en relación a las consecuencias que conlleva la op-
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(1) Abogada (UNR). Especialista en Derecho Penal (UNR). Docente Adscripta a la Cátedra de
Derecho Penal I - Facultad de Derecho (UNR). Graduada del Doctorado en Derecho (UNR).
Secretaria, por concurso, del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Penal de Instruc-
ción de la Octava Nominación de Rosario.
(2) Abogada (UNR). Docente Adscripta a la Cátedra de Derecho Penal I - Facultad de Dere-
cho (UNR).
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ción por una u otra. En todo caso, el debate que rodea la aplicación de las
figuras legales en juego reviste suficiente interés práctico y científico como
para —sin necesidad de forzar interpretaciones— abrir una discusión rica
tanto a nivel epistemológico como a los fines prácticos.
Entre las muchas aristas disponibles para trabajar el tema, ya sea en rela-
ción al bien jurídico protegido, la aplicación de las reglas del concurso, la
problemática en torno a la autoría y participación o las cuestiones proce-
sales, hemos de centrar la atención en el dilema de la determinación de la
dirección de la voluntad.
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(3) “Violencia durante el traslado de los restos de Perón”, video obtenido en
http://www.youtube.com/watch?v=_GP9APYFN4Q, (18/04/2013).
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(4) Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 Departamental de la Ciudad de La Plata, Provincia de Bs. As.,
“Quiroz, Miguel Emilio s/ Homicidio en grado de tentativa, intimidación pública, daño cali-
ficado por el empleo de arma de fuego y portación ilegal de arma de guerra en concurso
real”, del 24/05/2011.
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Así, si tomamos como baremo para diferenciar los actos preparatorios im-
punes de los tentados punibles en el marco del plan criminal la posición
formal objetiva, es imposible que haya tentativa de homicidio o de lesiones
porque el acto tentado es el comienzo de ejecución del verbo típico, y a
menos que se fuerce una interpretación de los hechos, es difícil empezar
a matar sin matar, y en el caso de lesiones, empezar a lesionar sin lesionar.
(5) Por ejemplo: Romagnosi y Carrara en Italia; Feuerbach y Mittermaier en Alemania, como
referentes de la versión antigua de la Teoría Objetiva (objetiva-abstracta) que fundamenta
la punición de la tentativa; y von Liszt, Kohler y von Hippel, en una reformulación de aquella
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(6) Soler, Sebastián, Derecho Penal Argentino, actualizador: Manuel A. Bayala Basombrio,
Bs. As., Ed. TEA, 1987, t. III, p. 175.
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(9) Ibid.
(10) Roxin, Claus, Derecho Penal - Parte General. Fundamentos. La estructura de la Teoría del
Delito, trad. de la 2ª ed. alemana, t. I, reimp. 2008, Madrid, Thomson Civitas, p. 320.
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Mezger destaca que la decisión del problema debe proceder, de una con-
cepción subjetiva de la tentativa con algunas limitaciones objetivas. En
efecto, para el hecho consumado hay que requerir la existencia del tipo to-
tal, pero la esencia del hecho tentado consiste, precisamente, en que una
parte del tipo no se realiza. Por lo tanto, el criterio de puesta en peligro es
decisivo para todas las limitaciones objetivas del castigo de la tentativa. (12)
(11) A pesar de la referencia conjunta a estos autores, existen importantes diferencias entre
ambos, ya que Mezger respondía a la vieja escuela normativa o neoclásica, sosteniendo una
acción normativa, un injusto objetivo y una culpabilidad mixta —como relación psicológica y
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como reproche—, mientras que a Welzel lo ubicamos como fundador de la teoría final de la
acción, con un injusto personal, y una culpabilidad normativa.
(12) Ver Mezger, Edmund, Derecho Penal. Libro de estudio. Parte General, trad. de la 6º edic.
alemana por el Dr. Conrado A. Finzi, Bs. As., Bibliográfica Argentina, 1958, p. 288 y ss.
(13) Ver Welzel, Hans, Derecho Penal Alemán. Parte General, Bustos Ramírez y Yáñez Pérez,
Santiago (trads.), 11ª ed., Ed. Jurídica de Chile, 1993, p. 221 y ss.
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Zaffaroni considera que el núcleo central del problema tiene que ver con
el análisis del aspecto subjetivo en la tentativa.
En ese sentido, explica que el dolo de la tentativa es el dolo del delito con-
sumado. Consecuentemente, el tipo penal que admita el dolo eventual
también lo admitirá cuando se amplíe con la fórmula de la tentativa. (14)
Ello sin perjuicio de que el dolo de la tentativa sea un dolo en proyección,
en relación al dolo del delito consumado.
Dolo de ímpetu es aquel que responde a una reacción súbita, poco pla-
nificada. Su principal característica es la inmediatez temporal reactiva, es
decir, la falta de un distanciamiento temporal entre la decisión y la acción.
En consecuencia, explica el profesor Zaffaroni, el problema que esta in-
mediatez decisión-acción plantea no es de culpabilidad sino de tipicidad,
(14) Zaffaroni, Eugenio R., Tratado de Derecho Penal. Parte General, t. IV, Bs. As., Ediar, 1996,
p. 435 y ss.
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Para Zaffaroni esta tesis tiene asidero en la realidad, ya que, por ejemplo,
ante el supuesto de que alguien en el curso de una violenta discusión le
tire un golpe a otro con una botella rota con tanta mala suerte de acertarle
a la carótida, no dudaremos en decir que consuma el homicidio, pero ten-
dremos problemas para condenarlo por tentativa de homicidio.
Se trata de una decisión político penal de fondo al respecto, que está con-
sagrada en nuestra ley tal como resulta de los arts. 104 y 105 CP: “disparar
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un arma contra una persona no puede ser nada diferente a intentar matar
o intentar lesionar” y “no se trata de disparar al lado de una persona, a
centímetros o a sus pies, sino de disparar contra la persona misma”.
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Con los arts. 104 y 105 el legislador argentino ha sacado del ámbito am-
pliatorio de la tentativa las conductas que son comienzo de ejecución del
homicidio y de las lesiones, presididas por un dolo de ímpetu, captando
en tipos especiales las que considera más graves, aunque de cualquier
manera las somete a una pena menor que la tentativa.
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aplicaría la figura del art. 104 solo porque está prevista como consecuen-
cia de una valoración político penal realizada por el legislador, idea que se
sustenta en la interpretación histórica de la norma contenida en el art. 42.
No obstante, si así no fuera, si no existiese la figura del art. 104, aceptar
que la tentativa admite dolo eventual y no distinguir dentro del dolo al
llamado dolo de ímpetu llevaría a concluir sencillamente que la conducta
quedaría abarcada en los términos de la tentativa.
Entre ellas, Donna entiende que no hay ninguna razón dogmática que
lleve a la creación de un nuevo tipo de dolo, distinto a los estudiados en
la parte general en el tipo penal de abuso de armas. Ni las razones de
tipo históricas ni las razones de interpretación dogmática permiten la
incorporación del dolo de ímpetu. Si se analiza la cuestión, tampoco el
dolo de ímpetu, tal como se lo ha configurado, alcanza a todos los casos
que se presentan, más cercanos a un tipo de emoción que a otra cosa. Es
más, el análisis de Zaffaroni, según Donna, tiende a darle al tipo penal una
interpretación que abarca solo los estados emocionales o de embriaguez.
Esa conclusión no tiene en cuenta que los estados emocionales están con-
templados como una atenuante del tipo, por lo cual no se explica que tal
elemento pase a integrar el tipo subjetivo básico.
Por otra parte, tal interpretación, que crearía un nuevo tipo de dolo, de-
bería estar avalada por el texto de la ley, cosa que tampoco surge desde
la simple lectura del texto en cuestión.
(19) Donna, Edgardo A., Derecho Penal. Parte Especial, t. I, 4ª ed. actualizada y reestructurada,
Bs. As., Rubinzal-Culzoni, 2011, p. 391.
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(20) Terragni, Marco Antonio, Tratado de Derecho Penal, t. II Parte Especial, 1ª ed., Bs. As., La
Ley, 2012, p. 336. El resaltado nos pertenece.
(21) Anteproyecto de Ley de Reforma y Actualización Integral del Código Penal de la Nación,
Presentación de Luigi Ferrajoli, Asociación Argentina de Profesores de Derecho Penal, Bs. As.,
Ediar, 2007.
(22) Anteproyecto de Ley de Reforma y Actualización Integral del Código Penal de la Nación,
cit., p. 81.
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(25) Hirsch, Hans Joachim, Derecho Penal. Obras Completas. Los conceptos de desvalor
de acción y de desvalor de resultado o sobre el estado de cosas., t. III, Eduardo Demetrio
Crespo (trad.), Bs. As., Rubinzal-Culzoni, 2003, p. 241.
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3 | Conclusión
Finalmente, adoptar una postura de injusto de tipo personal es conforme
al mandato constitucional plasmado al art. 19 CN que requiere la ofensa al
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(27) Ver Graf Zu Dohna, Alexander; La estructura de la Teoría del Delito, trad. de la 4ª
ed. alemana de Carlos Fontán Balestra con la colaboración de Eduardo Friker, Bs. As.,
AbeledoPerrot, 1958, p. 92.
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(28) Del voto en disidencia del Vocal del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 23 de Capital Federal,
Dr. Héctor Mario Magariños, en el fallo “Ciurana, Ezequiel Fernando s/ lesiones graves”,
17/02/1997, consid. II, párr. 25. El resaltado nos pertenece.
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