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¿Qué es toma de decisiones?

La toma de decisiones es un proceso que atraviesan las personas cuando deben elegir entre
distintas opciones. Diariamente nos encontramos con situaciones donde debemos optar por algo,
pero no siempre resulta simple. El proceso de la toma de decisiones hace hincapié en conflictos
que se presentan y a los cuales hay que encontrarles solución.

En el ámbito de la conducta y psiquis humana, éste ha sido un tema fundamental. Debido a


diversos elementos como la estructura de personalidad, el desarrollo, madurez, etapa de vida,
entre otros, las personas no responden de la misma forma a una misma situación problemática.

Por ejemplo, quienes tienden a ser ansiosos suelen agobiarse incluso aunque el conflicto sea
pequeño para algunos. Alguien que ha sufrido violencia de género constantemente, es probable
que tenga perturbada su capacidad de tomar decisiones. Por otra parte, un sujeto que sea
sumamente creativo podrá tener muchas más habilidades para encontrar curiosas salidas.

Por ello han sido diversos los modelos creados a partir de distintos enfoques teóricos, éstos sirven
tanto para encontrar la explicación a la conducta en situaciones problemáticas, como para tener
las bases en la elaboración de técnicas terapéuticas para ayudar, a quienes lo precisan, a esarrollar
y potenciar la toma de decisiones.

Componentes de la toma de decisiones

Resolver un problema necesita de los siguientes conceptos, ya que todos ellos son importantes no
sólo para encontrar un resultado inicial, sino para el aprendizaje y mejoría de la resolución de
problemas, favoreciendo ampliamente la detección de las propias herramientas (competencias).

 Decisión. Todas las posibles combinaciones que incluyen tanto las acciones a llevar a cabo
como las situaciones.
 Resultado. Hipotéticas situaciones que tendrían lugar si se toma una u otra opción de las
decisiones antes señaladas.
 Consecuencia. Evaluación basada en la subjetividad, por ejemplo ganancias o pérdida.
 Incertidumbre. Aquí juegan un papel fundamental tanto la probabilidad, como la confianza
y posibilidad, frente a lo desconocido, sobre todo cuando no se tiene experiencia en algún
problema en particular.
 Preferencias. Tendencia a tomar una alternativa y no otra, se ve condicionada por la
experiencia.
 Toma de decisión. Acción de decidir.
 Juicio. Evaluación.

Modelo de resolución de problemas


 Definir el problema. Requiere del análisis de la situación que se enfrenta.
 Alternativas posibles. Son todas las combinaciones de acciones que se pueden tomar.
 Prever resultados. Como hasta ahora son sólo hipótesis, se requiere asociar las posibles
consecuencias de cada una de las alternativas.
 Elegir. Optar por alguna de ellas.
 Control. Es necesario siempre tener todo bajo control sin dejar nada al azar, siendo
monitores, responsables y con actitud participativa en el proceso.
 Evaluación. Ver los pro y los contra de lo que se ha decidido, algo primordial para el
aprendizaje.

¿Qué dificulta el proceso para tomar una decisión?

 Disonancia cognitiva. Cuando lo que se quiere hacer y lo que se acaba haciendo no son
coincidentes.
 Efecto Halo. Ocurre cuando la sombra de otras experiencias hace que se deduzca
erróneamente, presuponiendo y anticipando precipitadamente una decisión.
 Pensamiento de grupo. Ocurre cuando un grupo de personas decide por otras, a pesar de
éstas estar en desacuerdo. Es decir, no hay consenso, sino que miedo, autoridad, temor a
equivocarse, rechazo o cuestionamiento grupal.
 Adaptación Hedonista. Estado de bienestar y placer que no permite relacionarse
adecuadamente con el conflicto.
 Sesgo de confirmación. Para poder realizar una correcta evaluación de los resultados, es
necesario tener la suficiente flexibilidad cognitiva como para poder modificar las creencias
si llega a ser necesario, ya que el siguiente objetivo será no volver a cometer el mismo
error, algo que no ocurre cuando seguimos manteniendo la misma posición al respecto,
rechazando todo el nuevo contenido.
 Sesgo de autoridad. Seguir lo que plantean expertos, sin tener en cuenta los propios
deseos.

RACIONALIDAD

La teoría de la elección racional es un enfoque teórico que busca explicar y predecir, a través de su
sistema de hipótesis y modelos, la acción de elegir de los individuos en sus actividades social y
económica.

Esta teoría nace a partir de la primera mitad del siglo XIX. Muchos consideran que la teoría de la
elección racional nació como respuesta a la llamada economía del bienestar. Primordialmente, la
teoría supone al individuo como un ente racional. Cada persona, según expone la teoría, tiene la
suficiente capacidad para elegir la mejor alternativa si está frente a un conglomerado de ellas.

Este enfoque teórico asume que la acción de todo individuo esta radicalmente influenciado por su
propio interés. La teoría, sin necesidad de dictar metas a seguir, si plantea normas a seguir para
lograr las metas propuestas.
ARGUMENTOS FUNDA FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DE LA ELECCIÓN RACIONAL

Ahora bien, esta teoría contiene una serie de elementos o puntos fundamentales del individuo,
que la teoría de la elección racional considera ciertos.

 Que en el individuo prima su propio interés.


 Que todo individuo es completamente racional.
 Por su racionalidad, las personas pueden llegar a obtener la mejor elección.

APLICACIÓN DE LA TEORÍA RACIONAL EN ECONOMÍA

En la ciencia económica esta teoría es el fundamento del denominado homo economicus. La teoría
de elección racional es clave en economía, ya que ella permite hacer predicciones en esta
disciplina científica. Las importancias de estas predicciones se evidencian en el hecho de que estas
permiten llevar a cabo la elaboración de políticas económica para ser aplicadas en la economía.

Los modelos económicos, basados en esta teoría de la elección , desarrollados en economía,


permiten obtener conclusiones útiles para la toma de decisiones en el comportamiento del
mercado.

APLICACIÓN DE LA TEORÍA RACIONAL EN OTRAS DISCIPLINA.

Sin lugar a dudas, la teoría de la elección racional edificadas en la economía, ha introducido una
extraordinaria revolución en las demás ciencias sociales. Ella ha impactado todo el cuerpo teórico
y metodológico de las ciencias sociales.

Aunque esta teoría es un conjunto de ideas que nace en la ciencia económica, su fundamento se
ha exportado a otras áreas de conocimiento. Así, modernamente ella tiene aplicación en la
sociología, psicología, la historia, el derecho, la teoría de la decisión y ciencias políticas.

Esta aceptación de la teoría de la elección racional por parte de otras disciplinas, como las
mencionadas anteriormente, obedece a que esta teoría es una sistematización coherente en lo
referente a toma de decisiones. Su desarrollo y aplicación como instrumento de modelización en
el campo económico, ha influenciado las demás disciplinas sociales.

PATRONES DE TOMA DE DECISIONES

MODELO DE JANIS Y MANN

El modelo de Janis y Mann (1977) se basa en que la toma de decisiones es un proceso que conlleva
un conflicto de decisión generador de estrés. Este estrés de decisión se ve alimentado, según los
autores, por dos fuentes: (a) la preocupación por pérdidas objetivas y (b) la preocupación por
pérdidas subjetivas. Confluyen en el individuo fuertes deseos de acabar cuanto antes con el
problema precipitando una decisión (cierre prematuro del problema) con deseos no menos
intensos de evitar o al menos aplazar cualquier decisión (estancamiento del problema).
La preocupación por pérdidas objetivas y subjetivas genera que el individuo inicialmente tenga
cierta resistencia a tomar decisiones y a que se pregunte si realmente se corre algún riesgo
dejando las cosas tal como están (patrón de inercia no conflictiva); en caso de no ser así y de que
el sujeto perciba que la tendencia del estado de cosas es a empeorar si no se introducen cambios,
se preguntará si se corren demasiados riesgos llevando a cabo el curso de acción más accesible
(patrón de cambio no conflictivo). Ahora bien, si la situación tiende a empeorar de no introducirse
cambios entonces el sujeto entrará en un conflicto de decisión. Según Janis y Mann (1977), cuando
hablamos de conflicto de decisión "nos referimos con ello a tendencias opuestas y simultáneas en
el individuo a aceptar y rechazar, al mismo tiempo, un determinado curso de acción" (p. 46).

Para resolver este conflicto de decisión, el individuo puede adoptar alguno de los siguientes
patrones de toma de decisiones: a) Vigilancia, cuando el sujeto es optimista respecto a encontrar
una solución y cree que tiene el tiempo suficiente para buscar sistemáticamente la información
relevante y evaluarla razonadamente; b) Hipervigilancia, cuando el individuo cree que es posible
encontrar una solución pero piensa que el tiempo de que dispone es insuficiente de modo que, en
un estado próximo al pánico, busca frenéticamente información de manera desordenada y se ve
presa de altos niveles de estrés; c) Evitación defensiva, cuando el individuo es pesimista respecto
de encontrar una solución e intenta escapar del conflicto evitando tomar una decisión, ya sea
posponiéndola (aplazamiento o procrastinación), transfiriéndola o racionalizando la alternativa
más accesible (Burnett, 1991; Mann, Radford, Burnett, Ford, Bond, Leving et al., 1998).

Con el fin de contar con un instrumento que permitiera obtener información sobre los patrones de
toma de decisiones con base en el Modelo de Conflicto de Decisión, Mann propuso en 1982 el
Cuestionario Flinders DMQ. Posteriormente, Mann, Burnett, Radford y Ford (1997) sometieron el
Flinders DMQ a diversos análisis de ecuaciones estructurales con el objetivo de afinar
estadísticamente el instrumento. El resultado fue el Cuestionario Melbourne sobre Toma de
Decisiones (DMQ-II) al cual se hará referencia en el apartado de Método.

La Autoconfianza como tomador de decisiones

En el marco del modelo de Janis y Mann (1977) es importante considerar el importante papel que
juega la confianza que el sujeto que decide pueda tener en su propia capacidad de tomar
decisiones efectivas (Self-esteem as a Decision Maker) ya que esta puede afectar al proceso de
toma de decisión y verse, al mismo tiempo, afectada por los resultados de una decisión juzgada
como exitosa o errónea (Burnett, 1991; Mann et al., 1998).
Janis y Mann (1977) subrayaron el peso que ejerce la anticipación de emociones negativas sobre
quien ha de tomar decisiones, por cuanto pueda conllevar a lamentar su elección. El sujeto que
está ante un conflicto de decisión, con frecuencia anticipa con ansiedad que pudiera también
encontrarse en un conflicto post decisional (Janis & Mann, 1977; Laca, 2005; Mann, 2008). Más
aún, el riesgo de sufrir pérdidas subjetivas es un factor inmerso en un conflicto de decisión, que
podría presentarse como un riesgo de sufrir pérdida de autoestima en caso de que las decisiones
tomadas se revelaran erróneas (Janis & Mann, 1977; Wray & Stone, 2005). Como señala Larrick
(1993) las decisiones pueden entenderse en términos de un deseo por evitar las consecuencias
psicológicas dolorosas que resultan de una decisión que sale mal. Segúne Larrick (1993) realizar
elecciones puede ser amenazante para el yo "porque un resultado pobre menoscabará el propio
sentido de competencia como tomador de decisiones" (p. 440). De ahí la importancia de este
factor para la comprensión de todo el proceso. El presente trabajo se planteó como objetivo
explorar la estructura factorial del Cuestionario Melbourne sobre Toma de Decisiones, en una
muestra de adolescentes bachilleres, identificando los factores subyacentes a los reactivos de
dicho instrumento, así como sus correlaciones, sus posibles diferencias significativas por edad y
género, y sus relaciones con la Autoconfianza. Con lo anterior, el presente trabajo pretende
contribuir a conceptualizar adecuadamente el fenómeno de la toma de decisiones de los
adolescentes en el marco del mencionado Modelo de Conflicto de Decisión.

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