Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mayo 6 y 7 de 2009
1. Acto de instalación .......................................................................... 4
1.1. Prensa Escuela: 15 años de trabajo por la lectura, Clara Tamayo. ...... 4
1.2. La UPB, Universidad comprometida y agradecida con Prensa Escuela,
José Fernando Mntoya ......................................................................... 7
1.3. Prensa Escuela, un espacio para la educación y la esperanza,
Ana Mercedes Gómez Martínez ............................................................. 8 1
1.4. Saludo desde la Secretaría de Educación de Medellín para Prensa
Escuela, Felipe Andrés Gil Barrera ....................................................... 10
1.5. Andiarios felicita a El Colombiano por la celebración de los 15 años de
Prensa Escuela,Claudia Dangond......................................................... 12
2. Parte académica............................................................................ 14
Sesión I -mañana ............................................................................. 14
El papel de la prensa en la formación de lectores,
Alfonso García Rodríguez................................................................. 14
Preguntas................................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
• ¿Cuál debe ser el papel y el activo de la escuela ante la libertad
de prensa?......................................¡Error! Marcador no definido.
• ¿Qué significa leer y cómo define el acto de escribir?.........¡Error!
Marcador no definido.
• ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías de la información en la
transformación didáctica que debe implementar la prensa y cuál es
esa implicación en la escuela? ...........¡Error! Marcador no definido.
La información como elemento de formación ética y en valores:
ciudadanía y solidaridad, Víctor León Zuluaga .................................... 26
Los principios universales ....................................................................................................27
Las desviaciones de los principios periodísticos..................................................................29
Valores que deben estimular los medios ............................................................................31
Preguntas. ............................................................................... 50
¿Cómo motivar a los niños y adolescentes para que lean en el aula?50
¿Es apropiado que un niño de 10-12 años lea un libro de literatura, o
a qué edad es apropiado iniciar con estas lecturas?....................... 51
¿Qué sugiere usted a un docente para hacer entonces el periódico
escolar si la exigencia es escribir sobre el colegio? ........................ 52
Cuando comencé a ser maestra leí casi todas las revistas de “La
alegría de enseñar”, quisiera saber ¿qué pasó con ellas? ............... 53
¿Se motiva a leer o se enseña a leer? ......................................... 54
Panel: Elementos de participación de los medios de información para la
formación de lectores activos: fundamentos de tips, blogs y otras opciones
interactivas, coordinador Francisco Alberto Jaramillo Giraldo .................. 55
La innovación tecnológica: el reto del nuevo usuario, Adriana María Vega Velásquez ......56
Formar ciudadanos participativos por medio de las TIC, Beatriz Elena Marín Ochoa ........61
2
EC Blogger, una experiencia de interactividad en El Colombiano,
Ángela María Correa Aramburo ..........................................................................................66
Ciudadanos prosumidores y medios en la ruta del cambio, Catalina Montoya Piedrahíta.71
Preguntas. ............................................................................... 76
Formar lectores con criterio para desarrollar procesos de análisis,
reflexión y producción de sentido, textual y social,
Gabriel Jaime Arango Velásquez....................................................... 78
Incentivos socio-culturales para el fomento de la lectura ..................................................82
La lectura y el valor social de la información.......................................................................88
La lectura, los intelectuales y su función social...................................................................93
Preguntas. ............................................................................... 99
Es común en las instituciones responsabilizar al maestro de castellano
por la baja calidad de lectura de los estudiantes, ¿puede enfatizar su
aporte respecto a que enseñar a leer es compromiso de todas las
áreas? ..................................................................................... 99
¿Cómo promover la producción textual en los estudiantes a partir de
los textos periodísticos?............................................................100
¿Se debe romper definitivamente con la cultura oral para poder
adquirir hábitos de buen lector? ................................................100
Comunicación, educación y ciudadanía. Retos contemporáneos en los
procesos de formación, Érika Jaillier Castrillón. .................................102
Los cambios de contexto ...................................................................................................104
Los retos de la comunicación y la educación frente al tema de la ciudadanía .................106
Participación transformativa .............................................................................................107
Bibliografía.........................................................................................................................114
1. Acto de instalación
4
2. Parte académica
Sesión I -mañana
Buenos días.
Quiero agradecer mi presencia aquí al periódico El Colombiano; un
agradecimiento también a la Universidad Pontificia Bolivariana, que me
recuerda la vinculación que tuve hace muchos años con el Angelicum de
Roma; y, sobre todo, quiero agradecérselo a Clara Tamayo, Coordinadora
de Prensa Escuela, quien siempre estuvo en contacto conmigo para que mi
presencia en Medellín fuese posible. Gracias.
Voy a intentar situarme, situarnos, en el contexto de esto que traemos
ahora entre manos, el tema del aprovechamiento del periódico en el aula.
Les pido en un principio que perdonen algunas palabras, quizás de doble
sentido, quizás no comprendidas, porque es verdad que hablamos la misma
lengua pero tenemos distintos lenguajes, esos matices que tanto nos
enriquecen a unos y otros. Y en ningún caso quiero ser mosca que moleste,
sino todo lo contrario, sobre todo porque estoy cada día más convencido de
que la fórmula mágica, en alguna medida, para hablar es hablar desde la
humildad y la reflexión.
Por eso creo que es bueno recordar, que es bueno reinterpretar, que es
bueno reflexionar sobre aquello que nos parece que es normal, que es
obvio. Es decir, la repetición de lo sabido es un don que siempre deja poso.
Por otra parte, todo lo que diga aquí lo voy a decir desde mi experiencia y
desde la práctica personal; por lo tanto, no hay nada de teorización, o muy
poco.
Cuando hago recuento del trabajo que he hecho con la prensa en el aula, lo
reconozco como esencialmente positivo, pero siempre advierto a todos que
quien quiera acompañarme tiene que correr el riesgo. Tiene que correr
riesgos, como todo el que inicie una actividad que no está asentada en los
cánones de la costumbre. Y sobre todo, tiene que correr el riesgo de ser
comprometido, porque en algún momento el compromiso nos conduce a
situaciones realmente incómodas. En este sentido, y como un simple
ejemplo, recuerdo cuando quise trabajar con el Lorca que habla de “negros
los tricornios, negros los corazones”. Evidentemente en el momento y en el
contexto histórico en el que yo, sin ninguna malicia, hablé de aquello
provocó, más que problemas, no pocas incomprensiones.
Superadas estas circunstancias, hay que constatar que estamos viviendo
una sociedad de vértigo, de rapidez y de prisas. En unas partes más que en
otras, es cierto, pero también lo es que esta sensación de prisas y de
vértigos se está globalizando. Esta actitud, o esta circunstancia más bien,
está produciendo muchos problemas. Sobre todo problemas a nivel
personal, porque en realidad no tenemos tiempo ni para la reflexión ni para
el contacto. El anuncio que circula por Internet y en algunas cadenas de
televisión (“Papá, ¿cuánto cobras a la hora” pregunta el niño. “Cincuenta
euros”, responde el padre. “¿Por qué me lo preguntas?”. “Porque voy a
comprarte por una hora”) es trágico.
Por otra parte, y dentro de ese contexto global –y aquí se ha dicho ya hoy
con mucha insistencia-, recibimos tantísima información que apenas somos
capaces de procesarla, y sobre todo de procesarla con criterio. Quiero 15
recurrir a la etimología de criterio, que viene de critein, palabra griega que
nos indica someter algo a juicio. Realmente cuando sometemos algo a juicio
es cuando en alguna medida podemos obtener claridad de aquello que nos
están dando, y sobre todo en aquellas sociedades que han sentido una
evolución social notable, ha permitido que emerjan los de abajo,
socialmente hablando, que sólo tienen el arma de la inteligencia que
permite pensar por nosotros mismos y obrar, por tanto, en consecuencia.
Este sí es un valor social de tal magnitud, que quien realmente no entienda
que debe trascender lo estrictamente sujeto a un papel, a un aula, está
perdiendo, efectivamente, las posibilidades de circular al nivel de ser uno
mismo.
Pero el problema, en alguna medida, también está aquí, porque cuando
sometemos algo a juicio, tenemos que reflexionar sobre los medios de
comunicación y, por tanto, acerca de su papel en la formación de lectores
con criterio.
Insisto, y creo que es el ambiente que se respira en este encuentro: no
solamente lectores, sino lectores con criterio. Aquí está la verdadera
educación: cuando hablamos de leer sólo desde el punto de vista de la
rentabilidad académica, en cuanto ésta signifique acumulación de datos,
estamos cometiendo, a mi juicio, un grave error. También se ha dicho aquí
que los sueños son muy importantes; y la lectura nos conduce a los sueños,
y la conducción a los sueños supone efectivamente para el ser humano vivir
en tensión, vivir permanentemente en la lucha por la conquista de algo.
Aquella persona que no tenga una tensión vital para vivir con energía, con
compromiso, con honestidad, con fuerza, creo que está mutilada. Y nada
peor que la mutilación espiritual del ser humano. Esto es lo que significa
para mí el tema del compromiso.
A veces los medios de comunicación siembran hoy incógnitas e
interrogantes que no se sostienen en lo razonable. Y esto suscita reflexión y
dolor. Estoy de acuerdo con nuestra directora: tenemos ahí ya el periódico
digital, lo que no sé es en qué medida podemos rentabilizar la digitalización
del periódico. Rentabilizar en este otro sentido, porque no hemos sido
capaces las personas que nos hemos ligado a la enseñanza –lo dijo el
representante de la Municipalidad- de hacerlo: es muy fácil poner
computadoras en los centros, lo que hace falta es que se utilicen con
sentido. Me parece obsoleto, en esta línea, que los profesores de Lengua no
den clases con una computadora, y que lo sigan haciendo con el método
tradicional. A veces los conceptos se repiten sistemáticamente hasta
vaciarlos de contenido.
El periodismo está dominado hoy por la subjetividad y por afinidades varias
de carácter económico, político, religioso, en detrimento de la información.
Actitud que es legítima, sin duda alguna; no estoy haciendo una crítica, sino
una visión que nos permita entender las claves con las cuales nosotros
debemos trabajar. Ésta es, sin duda, una de las causas de la disminución de
lectores. En Europa, sobre todo, creo que también en América. Es una
reflexión que debe hacerse. Igual que la tendencia a frivolizar o trivializar
aspectos notables de la información. Por eso hoy más que nunca es
necesario deslindar información y opinión, justamente para hacer ver que la
información que podemos transmitir a los alumnos y la opinión que da el 16
periodista respecto a un tema determinado son dos cosas distintas.
En esta línea hay que apelar a los principios primordiales de la labor
periodística. Y cito los recogidos por Bill Kovach y Tom Rosenstien en Los
elementos del periodismo: ser defensores de la verdad, de la lealtad, de la
independencia, de la exhaustividad. Es verdad que se antojan utópicos, y en
alguna medida lo son, pero la condición humana también está abocada a la
utopía como principio de vida. Sabemos que esa utopía es normal en cuanto
deseable; y hasta es justo que el mundo no sea perfecto, porque nos
convertiríamos en autómatas. Y estaríamos perdiendo el sentido más
profundo de la condición humana.
Por otra parte, es importante señalar –y este concepto lo recojo del libro La
construcción de la sociedad mediática (1989-2004). Gestión del poder
diluido, de Jesús Timoteo Álvarez- el hecho de que los medios son la
evidencia más importante de las transformaciones más importantes sufridas
en el cambio de ciclo histórico. Y son ellos, los medios, por el momento, los
referentes dominantes de la nueva era (No sé si en el programa Prensa-
Escuela tienen aquí los periódicos relación con los alumnos y se les lleva a
ver la rotativa y demás secciones, cosa que es muy interesante. Pero sería
también muy interesante que conociesen todas las transformaciones que
han sufrido los medios de comunicación en los últimos 15, 20 ó 25 años.
Son tan rápidas, que realmente no nos queda tiempo para reflexionar
muchas veces, porque hay que tomar determinaciones permanentemente, a
veces sobre la marcha y todos los días).
El principio de que la noticia de hoy es historia es verdad. Habría que añadir
que el periódico de hoy puede ser historia por la tarde, porque las
transformaciones sociales son tal veloces que realmente no somos capaces
de tomar las cosas con tranquilidad para contemplarlas, para examinarlas,
para ver si observamos más matices o podemos reflejar análisis más
certeros.
La crisis que estamos atravesando, esta crisis global pondrá en tela de
juicio, de eso estoy absolutamente seguro y me alegro, valores económicos
y modelos económicos que no sirven, como han ido cayendo otros modelos
económicos a lo largo de la historia.
Estoy diciendo todo esto para que el profesor lector de periódicos tenga
después todo esto en cuenta, porque pondrá en tela de juicio valores
políticos, religiosos, educativos, familiares… Pondrá en tela de juicio esa
filosofía del pensamiento único que nos ha mantenido como si hubiésemos
inventado el mundo. Pese a esto y a otras cuestiones negativas, el
periodismo es todavía el único referente, la única actividad, la única lectura
que nos permite estar en la viva y apasionante historia de hoy. Y quien no
siente efectivamente con pasión esto, que, por favor, no haga uso de la
prensa para llevarla a la escuela. Suelo decir que los programas en algunos
momentos me recuerdan la soledad del corredor de fondo. Y no podemos
transmitir aquello de lo que no estamos convencidos. No podemos
transmitir aquello de lo que no estamos enamorados, no podemos
transmitir aquello de lo que no somos apasionados. Apasionados no significa
no tener juicio, significa tener juicio pero transmitirlo con pasión, con
convicción, levantando incluso la voz. 17
Eso sí, entendemos también que los momentos de crisis deben poner sobre
el tapete la recuperación de los valores. Creo que esta crisis va a reinstalar
una recuperación de valores. Y aquí, en la recuperación de estos valores
éticos y convivenciales han de jugar un papel importante los medios de
comunicación. No sé las diferencias, los límites o las fronteras que existen
entre la ética y la moral. Tampoco importan en exceso ahora porque,
lógicamente, no entramos en el plano de la privacidad. Lo que sí sé es que
necesitamos una bandera que nos hable de esos valores porque son los que
nos van a hacer la convivencia más fácil. Y por tanto, no estamos exigiendo
que la gente viva más vinculada a la norma, sino que la gente viva más
vinculada al contacto con el ser humano, que es el que nos interesa a todos.
Si perdemos de vista los valores del ser humano o al ser humano en su
propia concepción, estamos corriendo un grave riesgo. Desde luego, no
estamos educando.
Hay que hablar, en definitiva, de planteamientos éticos, planteamientos
críticos, planteamientos de ciudadanía, ciudadanía abierta, responsable y
comprometida.
Hace dos años una editorial me regaló un cojín. Y en él, esta frase de Emili
Teixidor: “La imagen futura del mundo depende de la capacidad de
imaginación de los que hoy, ahora mismo, aprenden a leer”. Lo tengo en la
pared para que me recuerde permanentemente el compromiso desde los
medios de comunicación y desde las aulas de esa tarea tan delicada, pero
tan extraordinaria, que tenemos encomendada. Es un reto apasionante en
el que hemos de tener varias cosas en cuenta:
Primero. José Antonio Marina escribió: “La lectura no es importante porque
divierta o porque transmita información, o…, sino por algo más radical,
porque la inteligencia humana es una inteligencia lingüística. Sólo gracias al
lenguaje podemos desarrollar ideas, comprender el mundo, inventar
grandes cosas, aclarar nuestros sentimientos, resolver nuestros problemas,
hacer planes”.
(Subrayo, de paso, la importancia de educar los sentimientos. Somos
personas hechas de sentimientos que con frecuencia no manifestamos
porque nos han educado para no hacerlo. Pero esos sentimientos han de
tener una dirección, sobre todo una capacidad de entendimiento, de
claridad y de honestidad infinitas).
Segundo. Muchos de ustedes seguramente serán profesores de Lengua. A
los profesores de Lengua se les asigna todo, o casi todo en los centros
educativos: educación vial, sexual, bucodental… Todo lo que se invente, va
a parar a los de Lengua. Como si estos profesores fuesen una especie de
magos que todo lo resuelven. Y lo cierto –lo que hay que subrayar con
énfasis- es que el comportamiento lingüístico, la vertebración de las
estrategias para su enriquecimiento, ahora más que nunca debe entenderse
como una tarea colectiva. Wittgenstein dijo que “los límites de mi lenguaje
son los límites de mi pensamiento”. La idea que subyace ha de ser motivo
hoy de seria reflexión: un informe habla, supongo que aquí menos, pero
también, que en España un alumno de segundo de ESO (Educación
Secundaria Obligatoria), de 13 ó 14 años, utiliza correctamente sólo 100 ó
120 palabras. Por tanto, utiliza –domina- solamente 100 ó 120 conceptos. 18
Es muy serio.
Si alguien tiene curiosidad, puede hacer incluso una referencia en su propia
aula. Yo la hice hace años con alumnos de doce y trece años para situarme,
situarnos. Ésta fue una de las preguntas: “¿Qué es necesario para que un
templo sea catedral?”. Y fíjense en algunas de las respuestas: “Que la
ciudad tenga historia”; “Que el templo esté en una ciudad”; “Que hayan
pasado los romanos por allí”; “Que haya habido reyes”; “Que haya esclavos
para hacerla”; “Que haya fe”. Y otras muchas de índole parecida. Pero los
de catorce años me escribieron perlas como éstas: “Que haya cigüeñas en
las torres”; “Que tenga vidrieras, de colorines si es posible”; “Que haya
órgano”; “Que esté muy limpio el templo”; “Que allí esté enterrado alguien
muy importante”; “Que haya reliquias”…
Bueno, no me extraña que con este bagaje, un muchacho de lo que es
actualmente la ESO (entre 12 y 16 años), domine 100-120 palabras. Esta
constatación me impulsó en su día a realizar un trabajo muy específico en el
aula, muy gratificante. Voy a exponerles brevemente lo que llamé
“Vocabulario progresivo e interdisciplinar”.
Vocabulario progresivo
El Club de Roma incide en la complementariedad de los libros de texto y la
lectura. Por una parte, el texto da el esqueleto del ser humano educado en
conocimientos. El que rellena el esqueleto, el que nos da el polo vital,
situacional, es justamente la lectura de libros, revistas y periódicos.
Cuando fui tomando conciencia clara y metodológica de todo esto –me
estoy retrotrayendo a los años 80 en que empecé a trabajar en este tema-,
supe que tenía que contar con más profesores, con todos los profesores si
era posible; no les pedía compromiso, simplemente les pedía ayuda. Sobre
todo porque, al margen de este problema, existían muchas palabras baúl,
aquellas que sirven para todo. O las palabras vacías, o los hiperónimos…
Pues bien, partiendo de esa idea que comentábamos antes de Wittgenstein,
empezamos a crear una metodología trabajando por cursos y por ciclos.
Reuniones periódicas para ir determinando qué palabras, conceptos, se
consideraban absolutamente necesarias en los textos.
Entonces el profesor de Sociales, por ejemplo, decía: “Pues mira, en este
trimestre hemos utilizado estas palabras, y éstas son absolutamente
necesarias”. Segundo, y al mismo tiempo, “de las palabras que hemos
incorporado de la prensa son absolutamente necesarias para nuestra
asignatura estas cinco en este trimestre”. Y así sucesivamente. Y es que a
veces un alumno llega a la Universidad sin saber qué es, por ejemplo, el
PIB, o seguramente no sabe qué son los intereses bancarios: entonces
estos son los conceptos que vamos a ir incorporando conforme a la fase en
la que se encuentre el alumno.
Después, incorporadas las palabras en un programa informático, donde el
concepto va en negrita, pero al lado del concepto debe ir la definición, que
va en redonda, en letra normal. Y, si es posible, con una flecha vamos
indicando enlaces con ideas: por ejemplo, PIBEconomía. 19
Hecho esto, entregamos ese material al alumno, bien sea recopilado por
meses, o por evaluaciones, o por trimestres –eso sí, éste y todos los
criterios deben establecerse con claridad desde el principio-, y una copia se
deja en el aula con el fin de que se pueda consultar. Esa copia actualizada
la tendrá cada alumno al finalizar el curso para tomar conciencia de la
globalidad y su progresión. Si en Primero hemos manejado del texto y de la
lectura, especialmente del periódico, 100 conceptos, esos son los que
hemos de exigir como tránsito al siguiente curso y como elementos básicos
de conocimiento.
Yo no sé si ustedes hacen las programaciones, pero tendrán que hacer,
supongo, adaptaciones curriculares de las programaciones, en las que una
de las cosas que se pide es que haya unas exigencias mínimas que suelen
situarse en torno al 75 u 80 por ciento de lo que podría ser considerado la
nota más alta que se dé a un alumno en clase. Pues bien, entre las
exigencias mínimas deberían ir estos 80-100 conceptos. Y al siguiente curso
esos niños irán con esos conceptos asumidos, de tal manera que el nuevo
equipo de docentes ha de hacer exactamente lo mismo porque así añade
otros cincuenta, cuarenta, sesenta… Al terminar la educación primaria, o la
secundaria, el alumno tendrá un enriquecimiento, la obligatoriedad de tener
un conocimiento conceptual en torno a los 500-600 conceptos-términos.
Sí somos capaces, insisto. Mi experiencia ha sido muy positiva. Sí somos
capaces de propiciar y lograr un enriquecimiento del vocabulario, y un
enriquecimiento de conceptos. Pero para ello necesitamos lectores activos
y, sobre todo, profesores activos. Si no, no hay nada. Nada surge por
generación espontánea, necesitamos lectores activos que sepan leer, que
sepan estar en el mundo concreto en que viven. Porque este
enriquecimiento progresivo nos proporciona el entendimiento del mundo. La
amplitud del vocabulario –y, por tanto, su adquisición progresiva y
metodológica- facilita la tarea. Pero alguien ha de ocuparse de que esto se
haga realidad.
Repito que para ello necesitamos, sobre todo, profesores activos, que lean,
que se entusiasmen. Yo no puedo mandar leer a un alumno si yo no soy
lector, y buen lector. Profesores que no se acomoden a la monotonía: lo
peor que le puede pasar a un profesor y a un periodista es que se
acomoden a la monotonía: “Bueno, vamos a sacar el cuaderno, vamos a
iniciar un dictado: El niño comía manzanas…”. Y así un día y otro. ¡Qué
terrible y empobrecedor!
Para ello es necesario, insisto, que cuando nosotros lleguemos a clase
seamos capaces de parecer que estamos improvisando, pero que no
improvisemos. Todo esto exige una preparación constante, y si no existe, si
incluso cuando voy a clase no soy consciente de que tengo esa necesidad,
entonces es inútil.
Digo que improvisando, o comentando una noticia, o leyéndoles un cuento,
o recitando un poema… Romper los moldes tradicionales suscitaba en
alguna medida interés. Los diccionarios genéricos y una buena biblioteca
básica son elementos imprescindibles, junto con nuestra propia curiosidad,
sin duda lo más importante. Lo peor que puede pasar a un profesor es que 20
sea el alumno más aventajado de la clase. Lo mejor que le puede ocurrir es
que sus alumnos lo superen en el sentido de la verdad, en el sentido real de
la idea.
La prensa y la escuela
25
La información como elemento de formación ética y en valores:
ciudadanía y solidaridad
Buenos días.
La anterior conferencia terminó con un tema bastante apasionante, la
transformación de los medios de comunicación, y vale la pena comentar
algo que conocí ayer:
Un amigo que vive en Dallas está de visita en Medellín, pregunté por sus
26
hijas, Anita tiene 15 años y quiere ser médica veterinaria. Por lo menos esa
era la idea inicial. Hace poco vio en un programa de televisión en el que
analizan la suerte de los animales que encuentran en las calles cómo a un
caballo que estaba en condiciones muy difíciles le tuvieron que aplicar una
inyección para que se durmiera por siempre. Desde ese momento ella
cambió lo que quiere estudiar, ya no quiere estudiar veterinaria porque
“¡cómo hacen eso con los animales!”. Se puso muy triste y ahora va a
estudiar pediatría porque a los niños no les ponen inyecciones para que se
duerman por siempre.
Su hermanita, Lorena, que tiene 17 años es una hábil manejadora de los
dispositivos móviles. En las últimas vacaciones envió 14 mil mensajes de
texto en un mes, normalmente ella envía seis mil mensajes de texto. Su
padre, que es un profesional que trabaja en Texas Instrument y que
también usa las tecnologías, envía solamente dos mil mensajes de texto al
mes. Eso es para significar un poco cómo estos medios de comunicación se
están transformando.
Inicialmente me referiré a los Principios Periodísticos universales, para
avanzar luego a las desviaciones de esos principios, y más adelante me
concretaré en ahondar un poco en torno al ciudadano lector y finalizaré con
una propuesta sobre los valores que pueden alentar los periódicos y, en
general, los medios de comunicación en la sociedad actual.
Algunos autores sintetizan la misión de los medios de comunicación así:
informar, orientar y entretener. Es como la tríada misional expuesta
generalmente. La información es el compromiso mayor porque son los
medios y los periodistas los que le garantizan el derecho a la información,
que es un derecho fundamental consagrado en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos y en nuestra carta constitucional.
El artículo 20 de nuestra Constitución Política reza:
“Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su
pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e
imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres
y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en
condiciones de equidad. No habrá censura”.
Hablaremos más adelante sobre la información como un valor que ayuda a
convivir y a mejorar la calidad de vida del ciudadano y de la comunidad en
general.
El segundo fin de los medios es el de la orientación o formación. Aquí la
formación es entendida más como la construcción de una opinión ciudadana
basada en la información. Conocidos los hechos que afectan a la
comunidad, y a las personas consideradas en forma individual, el ciudadano
lector, el ciudadano oyente o el ciudadano televidente se forma un criterio
propio y autónomo sobre la realidad que construyen o reflejan los medios
de comunicación.
El tercer objetivo de los medios de comunicación es el de entretener. Todos,
en mayor o menor grado, aportan piezas para el disfrute de la ociocultura
de las audiencias.
Con frecuencia surge la pregunta: ¿tienen los medios de comunicación la
misión de educar? Si nos atenemos a una exploración superficial podemos 27
decir que los medios informan, forman opinión y entretienen. Es la tríada
misional más difundida. Pero me pregunto: ¿quién podrá negar que los
medios de comunicación mueven, promueven, educan y alertan? ¿Con qué
argumentos se podrán controvertir las sospechas de que los medios de
comunicación sugieren conductas, cambian hábitos, despiertan modas y
consumos y levantan o derriban mitos?.
La introducción inicial de Anita y Lorena nos aporta elementos para indicar
cómo un programa de televisión puede influir de una manera decisiva para
el cambio de opción profesional; y en el caso de Lorena de cómo un
dispositivo móvil se convierte en un medio de comunicación novedoso. Ya
no son las cartas, ya están pasando los correos electrónicos, ahora ya
vienen esos mensajes tan rápidos y que llegan a todas partes, y que se
producen en esas cantidades mensuales.
Yo creo que los medios de comunicación sí pueden contribuir a la educación
y a la formación de valores. En la misión de informar, formar y entretener
está implícita la labor educativa de medios y periodistas. Ya lo dijo
MacLuhan: “son las aulas sin muros”.
Los principios universales
Hagamos ahora un acercamiento a los principios periodísticos universales,
enmarcados en la ética, en las leyes y en la metodología del quehacer
profesional que ilustran, y de qué manera, el aporte de los medios de
comunicación a la formación de una ciudadanía viva y vital.
Veracidad. Decir la verdad, es el principio fundamental del periodismo. No
solo es un principio ético, es también el trato que contraen periodista y
medio con la audiencia. La comunidad le ha asignado a los medios y a los
periodistas la responsabilidad de buscar la verdad de los hechos que la
afectan, para que los comunique en forma veraz, sin distorsiones.
El camino de la búsqueda de la verdad tiene metas parciales. En la
reconstrucción de los hechos debe haber equilibrio, imparcialidad y
visibilidad de las partes involucradas. En la investigación periodística se
deben seguir métodos transparentes, todas las pesquisas sobre la mesa.
Los hechos narrados, si bien no podrán ser catalogados como estrictamente
objetivos, sí deben tender a la objetividad, entendida como valor y meta
límite y, sin concesiones, cada palabra debe estar rubricada con el sello de
la honestidad profesional.
“Si la verdad ha de acompañar a los hombres de bien, tratándose del
periodista, hay que decir que es la sustancia de su profesión. O el periodista
busca decir la verdad siempre y en todo, o no está llamado a esta profesión.
Pensar que pudiera faltar a la verdad, sería como suponer en el abogado
tendencia a la injusticia, en el médico deseo de atentar contra la salud, en
el sacerdote a estimular el vicio. Informar es función primordial del
periodista, es decir la verdad” (Fernando Gómez Martínez). Manual de
Redacción y Estilo de EL COLOMBIANO.
Confirmar los hechos, contrastarlos, expresarlos correctamente desde el
punto de vista idiomático, y sin errores, con claridad y buena fe, se
convierten en las acciones prioritarias del método que sigue el periodista
cuando busca comunicar la verdad de los hechos a las audiencias.
28
Independencia. La libre expresión es el requisito para acceder a los
hechos, para comunicarlos y para que las audiencias puedan ejercer el
derecho a la información veraz, imparcial y en forma oportuna.
La autonomía periodística garantiza que la prensa y los demás medios de
comunicación informen sin distorsionar ni manipular. Bien se dice que los
titulares de la información son los ciudadanos lectores, los ciudadanos
oyentes y los ciudadanos televidentes. Los periodistas y los medios
servimos a las audiencias, correspondemos al compromiso asumido por
encargo de la sociedad. Por esta razón cualquier presión de un grupo de
interés menoscaba la independencia, por sutil que sea la interferencia daña
este principio y provoca efectos perversos en la información.
Responsabilidad. Informar con responsabilidad quiere decir informar
respetando los derechos humanos, entendiendo que el derecho a la
información tiene sus límites en otros, como el derecho a la intimidad, al
buen nombre. La responsabilidad del periodista no se agota en averiguar la
verdad y comunicarla, creo que aquí se abre una gran posibilidad de llegar a
las audiencias con un mensaje que mejore la convivencia y la calidad de
vida.
El encuadre fino de los hechos, sin saturar ni soslayar; sin desinformar ni
silenciar la realidad, el contexto y el análisis son también piezas clave de la
información responsable.
El bien común. La información estará siempre orientada al interés general
de la población. Es un servicio público que busca el bienestar general y
nunca el personal o particular.
Según este principio, la información se publica para todos los individuos que
conforman el conjunto de la sociedad, sin discriminación alguna. Como lo
hace el sol, la información los debe cubrir a todos.
En el caso de EL COLOMBIANO se buscan objetivos adicionales que
profundicen el carácter público y de servicio al bien común. Dice el Manual
de Estilo y Redacción: “El periodista de EL COLOMBIANO privilegiará toda
información que contribuya a la paz y excluirá todo material que fomente la
violencia. Las noticias sobre violencia se tratarán de acuerdo con este
criterio”. “La intolerancia, el exclusivismo, la violencia, el fraude, la
coacción, serán siempre para nosotros cosas reprobables, sea quien fuere el
que las practique”. Fernando Gómez Martínez.
Los periódicos están enfocados a una zona geográfica y a una población
definida, un barrio, una ciudad, una región, o un país. Ese es su objetivo
primordial. Y aunque su ámbito sea global gracias a internet, en primera fila
tendrá una comunidad de lectores a los cuales informa.
El periodismo de calidad está fundado en estos principios y en estas
funciones. Los ciudadanos tendrán así la información justa, completa,
oportuna y veraz, y, por ende, podrán ser mejores ciudadanos. De estos
principios y valores se apropian las audiencias para actuar en la sociedad
como personas que tendrán también en la veracidad, la autonomía, la
responsabilidad y el privilegio del interés general sobre el particular, valores
ya no de la información sino valores ciudadanos que ayudarán a luchar por
un mundo mejor.
29
Las desviaciones de los principios periodísticos
No obstante, a estos principios, valores y criterios se contraponen las
desviaciones del periodismo.
Si los medios de comunicación tienen la función de informar, orientar,
entretener y educar, también pueden ellos desinformar, aburrir, desorientar
y maleducar. La cascada es caudalosa: el rumor presentado como
información fidedigna; la información parcializada, sin verificar ni
contrastar; la violación de la intimidad personal y del buen nombre; el
sensacionalismo y el amarillismo; los errores y las erratas; los silencios y
las censuras; las calumnias y las injurias; la desinformación, la
infravaloración y la supervaloración de los hechos; el afán por el rating, por
la primicia, son una especie de anti valores que también pueden
encontrarse en los contenidos de los medios de comunicación cuando se
apartan de los principios por impericia, por ignorancia, por presión mercantil
o incluso por mala fe.
Con frecuencia los medios de comunicación extralimitan sus fines. Está claro
que la misión es informar y por ningún motivo usurpar la función del juez.
El periodismo no puede juzgar ni poner contra la pared a las personas. Esta
no es facultad de ningún periodista ni de ningún medio.
Es lamentable el espectáculo de la llamada por algunos como la “justicia
mediática”, que cree imponer el orden en la sociedad porque concibe la
información como un poder, como un producto, y no como un servicio.
¿Cuántos periodistas generan más miedo que credibilidad? ¿Quiénes, en vez
de informar, venden una marca de ropa, una ideología, una audiencia o un
modelo de vida?
Es frecuente, también, que algunos medios de comunicación se distraen en
la búsqueda de la verdad y se complacen solo con presentar versiones y
opiniones sobre los hechos que no aparecen por ninguna parte. Los hechos
se deben conocer, confirmar y contrastar con fuentes distintas y distantes
para luego entrar en el terreno de las versiones y de las opiniones. Hace
falta, pues, mantener esa división entre lo que es la opinión y lo que es la
información.
El periodismo de declaraciones cae fácilmente en el plano de la propaganda
o del periodismo pugilístico, ese que se interesa en los polos opuestos para
armar el cuadrilátero en el que se lidian quienes tienen opiniones
radicalmente opuestas, ofreciendo un mundo en blanco y negro, sin más
colores ni matices.
Vale la pena decir aquí que la información y la opinión son dos fases del
proceso periodístico y que mantener los límites entre una y otra es
saludable para todos.
Hugo Aznar, profesor universitario experto en Ética, Ética Pública y Ética del
Periodismo, presenta una afortunada clasificación para simbolizar otras
desviaciones de los medios. Es el concepto de periodismo de colores. Dice el
autor: 30
“En las dos últimas décadas hemos asistido al crecimiento de un periodismo
de colores que ha desplazado en protagonismo social a un periodismo más
responsable y riguroso, que a algunos les parecía demasiado ‘gris’ para los
tiempos que corren. Este periodismo de colores combina el amarillo del
sensacionalismo que sobredimensiona y exagera ciertas noticias; el rojo que
destaca los elementos luctuosos y morbosos de la información; y el rosa del
espectáculo, que tiende a considerar a los protagonistas de todas las
informaciones como famosos por unos días”.
Si los principios y valores del periodismo pueden contribuir a la formación
del ciudadano, estas prácticas desviadas niegan el derecho a la información
que merece y exige toda persona, y además, pueden causar una mala
influencia en la comunidad de lectores, oyentes y televidentes.
Ahora bien, ¿Qué significa ser ciudadano, estar informado y participar en la
vida de los conciudadanos?
Adela Cortina dice que “ciudadano es aquel que es su propio señor -o su
propia señora, evidentemente-, con sus iguales, en el seno de la comunidad
política. ¿Qué quiero decir con eso? Que ciudadano es el que no es esclavo,
el que no es siervo, el que no es súbdito, el que es el dueño de su propia
vida; porque eso es lo que quiere decir ciudadano, al que no le hacen la
vida, sino que se hace su propia vida. Pero la hace con los que son sus
iguales, es decir, con sus conciudadanos”.
La autora de numerosas obras sobre ética, educación cívica y política,
ciudadanía y medios de comunicación, define en forma brillante cinco
dimensiones de ciudadanía: como individuo protegido por las leyes; como
miembro de un colectivo en el que actúa y toma decisiones; como un
ciudadano social con derechos de primera y segunda generación.
La cuarta dimensión, según Adela Cortina es dada por la ciudadanía
económica, por el quehacer de cada quién en el mundo de la producción, de
la distribución y del consumo de bienes y servicios.
Y la quinta, quizás la más importante para el tema sobre el cual estamos
reflexionando hoy, es la ciudadanía civil. “Cada uno de nosotros está
inscrito en esferas sociales, en universidades, en profesiones, en la opinión
pública, que es un sector de la sociedad civil en el que deberíamos de estar
presentes. La sociedad civil debería de estar presente en la opinión pública,
y si hay dificultades -porque es difícil entrar en los medios de comunicación-
es por lo que hay que hacer redes sociales que permitan entrar en la
opinión pública, para transmitir a través de ella todo lo que debe ser
transmitido. Y en el ámbito de las profesiones, creo que hay que ejercer
también la ciudadanía”, Adela Cortina.
El ciudadano es el individuo autónomo del conjunto de miembros de la
sociedad que tiene obligaciones, vínculos con sus conciudadanos, que no se
entiende solitario sino actuando en todas sus dimensiones.
El ciudadano necesita la información, se la merece y tiene derecho a
conocer qué acontece, cómo lo afectan los hechos y qué implicaciones se
vislumbran.
Los periodistas y los medios de comunicación somos los intermediarios
entre la realidad y los ciudadanos. Nuestra misión es la de hacer que el 31
ciudadano esté bien informado y sea un mejor ciudadano: más protegido y
más libre, más racional y más participante, más solidario y más responsable
consigo, con los demás y con el entorno.
El comunicador y la empresa informativa son quienes confeccionan y
transmiten la información con todos sus valores o sus desviaciones.
La ética periodística tiene aquí su papel crucial. En alto grado somos
responsables, como lo vimos al inicio de esta exposición, de la ciudadanía
que estamos forjando en conjunto con la escuela, la familia y otras
instituciones. Pero el peso específico que tienen los medios de comunicación
en la construcción de la realidad y en la sugestión de modelos de
comportamiento ciudadano es crucial.
Preguntas.
¿Cómo motivar a los niños y adolescentes para que lean en el aula?
Pues yo no sé si el aula es para leer. Yo creo que el peor sitio que uno
puede tener para leer es el aula. Yo creo que el aula es para conversar,
porque la conversación es el ejercicio de confrontar miradas del
mundo. Y la conversación es la puerta de entrada a la lectura. Uno
puede conversar sobre lo que ha leído, por ejemplo, y provocar al otro de
que lea algo de lo que uno leyó porque le pareció maravilloso. ¿No les pasa
a ustedes? Que se topan por ahí con un libro de esos que casi que le
impiden a uno ir a trabajar. Y uno dice: “No, es que estoy con un libro que
es una maravilla”, y uno se vuelve el principal propagandista del libro.
El salón no es para leer, pero los maestros todavía en primero de primaria
ven a un par de niños conversando y les dicen: “¿y usted a qué creen que
vienen al colegio, a hacer visita?”, “¿ustedes creen que uno viene aquí es a
conversar?, ¡cállense y pongan cuidado!” Después se aterran porque en
quinto de primaria les va mal en las pruebas de lectura y de lenguaje, pues,
si no les dejan entrenar qué hacemos.
La conversación, me parece a mí, es una cosa que deberíamos aprender a
rescatar. Porque conversar implica empezar a expresar mi mundo, empezar
a desarrollar la capacidad de relato. Porque cuando uno conversa tiene que
aprender a contar historias, y primero tiene que entrenarse mucho en
contarlas para poder después entenderlas. Pero a uno ¿qué le pasa cuando
cuentan todos sus historias y no se escucha la mía, cuando la única historia
importante de verdad es la mía?
Miren, todo esto que ustedes ven en la prensa ahora, que ya
desafortunadamente se nos han vuelto palabras huecas: las víctimas. Todos
los días oímos de las víctimas, pero es que lo importante de las víctimas es
oír la versión, es oír lo que significa esa historia que nosotros tenemos solo
desde los victimarios. La víctima adquiere sentido humano cuando deja de
ser víctima para ser persona, para tener una historia propia.
Por ahí hay cuentos crueles, ahora, que a uno cuando ya está hablando
mucho le dicen: está hablando más que secuestrado recién liberado. Pero
es que, qué es lo que necesita esta gente, contar su historia. Uno no puede
decir: “ya te liberé, ahora cállate”. No, si es que todos necesitan contar su
historia.
Los niños necesitan contar su historia, por eso conversar es la base de 51
aprender. Porque es el momento en el que intercambiamos signos. Ahora,
un maestro puede generar conversaciones alrededor de temas, por
supuesto, y entonces avanza en historia o en geografía, o en biología,
suscitando la conversación. Y para conversar yo tengo que conseguir
información, entonces digamos, si converso eso me va llevando a
otros procesos que son los que me permiten aprender.
¿Es apropiado que un niño de 10-12 años lea un libro de literatura, o a qué
edad es apropiado iniciar con estas lecturas?
Siempre es apropiado leer todo lo que le caiga a uno a las manos siempre y
cuando no tenga uno una razón para leerlo. Entonces, probablemente yo a
los ocho años no me voy a leer “La guerra y la paz”, probablemente a los
sesenta tampoco. A no ser que me levante una muchacha que me echa
piropos, que me diga que las siestas conmigo son ricas, y que es fanática de
“La Guerra y la paz”, entonces yo me la leo mañana porque tengo una
motivación para leer “La Guerra y la paz”.
Hay niños que desde muy pequeños se meten en unas lecturas que a uno
realmente lo sorprenden. Y es más, aprenden a leer para poder leer algo
que tienen en mente. Y a mí me parece maravilloso, lo que no me parece
maravilloso es obligar a un niño a leerse un libro que no le interesa
absolutamente para nada, que le cuesta mucho trabajo leer, que no ha
descifrado porque entonces estoy vacunándolo contra eso.
Tampoco estoy de acuerdo en uniformar los gustos: ¿qué hace uno
haciéndoles leer a todas las niñas de Colombia a los 15 años “La María”? Y
además uno no se las hace leer para que se rían, se la tienen que tomar en
serio y todo.
Entonces es una niña tonta, que se queda esperando tres o cuatro, o cinco
años a un tipo que nunca aparece, y que además nunca le habló. Y que
cuando vuelve a aparecer ella está tuberculosa y tampoco le habla, que
nunca se dieron un beso, cuando hoy a los 14 años ya no saben qué hacer
con la virginidad. Entonces, no, es que es la situación real: ¿cómo leer “La
María”? No es que yo diga que no se lea, pero ¿serán las mismas claves de
lectura que había en 1950?
Yo recuerdo mi esposa leyendo con mi hija menor “La María”, cuando mi
hija tenía 15 años. Mi esposa volvía a llorar lo mismo que había llorado
cuando ella tenía 15 años y mi hija le decía: “Mami, pero esta vieja era una
tarada”. Entonces, la literatura tiene contextos. Yo sé que aquí debe haber
mucha gente que adora, ama con una ternura que va al infinito a Cortázar,
y a “Rayuela” de Cortázar. Y yo realmente me leí la “Rayuela” de Cortázar
tarde y me pareció el libro más tonto del planeta.
Es decir, tonto no en el sentido que sea mala literatura. No tengo ese
atrevimiento, pero es que es la vida de unos hippies desarrapados en París
que me parece la cosa más espantosa del planeta. Porque es algo que se
vivió en los años sesenta, que es algo que evidentemente lo vivieron
muchos latinoamericanos, que es el típico sudaca que a uno no le gusta y
que hoy es una cosa fuera de contexto.
Entonces, no sé. Cuándo leer y cuándo leer qué es muy raro. Mire por
ejemplo el negocio contemporáneo más grande de literatura que ha habido 52
que es Harry Potter. Cada libraco de esos es muy grande, y había colas en
Bogotá que estaban buscando a Harry Potter en inglés, además, a la salida
de cada título.
Yo creo que a los niños les gusta leer, les gusta. Hoy leen más, de hecho la
última encuesta de consumo cultural muestra que lo que arregla un poquitín
la situación en Colombia es el mayor nivel de lectura en niños y
adolescentes porque los viejos seguimos siendo brutos hasta la muerte.
¿Qué sugiere usted a un docente para hacer entonces el periódico escolar si
la exigencia es escribir sobre el colegio?
No, tomen con beneficio de inventario lo que les dije. Ni faltaba más, no me
tomen del todo en serio. Pero si quieren una sugerencia interesante
busquen dos o tres colegios más y hagan un periódico que de alguna
manera tenga una trascendencia más allá del patio escolar, uno podría
desarrollar esta idea, pero ustedes podrían desarrollarla solos, no necesitan
que yo les ayude.
Pero es que la vida interna de un colegio es como la vida interna de una
familia, y papá, mamá y los tres hijos no hacen un periódico para
informarse de lo que pasa en la casa. Ya si se reúnen veinte familias de una
familia extensa a lo mejor terminan haciendo un boletín por Internet para
ponerse de acuerdo, porque además hay un primo que vive en Alemania y
el otro en Chile, y el otro está en Australia y entonces pues se informan, se
ponen al tanto. Se ofrecen servicios.
Pero, lo que yo quiero decir es que el mundo interno de un colegio tiende a
ser un mundo muy chiquito y a mí me parece que los colegios tienen una
tendencia muy grande a ser adoradores de su propio ombligo. No se meten
con nadie, y la ciudadanía implica abrirse, implica generar vínculos con
otras instituciones, contrastarse, compararse. Si los colegios pudieran
unirse entre varios colegios de un sector de la ciudad, si pudieran tener un
buen periódico, además fuerte, que puedan financiar, que pueda vender
publicidad, que pueda ir teniendo las características de un buen periódico:
independencia, criterio, autonomía, que los muchachos se sientan
periodistas, que hagan investigación, que adquieran responsabilidad social.
Eso es lo más formativo que puede tener un periódico, claro si un colegio
quiere seguir teniendo su periódico porque es tradicional y porque lo
inventó la hermana Sor María en 1926 y el periódico ha venido y en él han
surgido escritoras muy importantes, una señora publicó un libro de poemas
y mi tía también escribió ahí pues bueno, manténganlo.
Lo que pasa es que, miren: cuando yo estudié filosofía me hicieron leer un
libro de paleontología que nunca entendí. Pero los libros que uno no
entiende tienen la ventaja de que uno trata de guardar aunque sea una
frase para no desperdiciar todo el tiempo, y este lo escribió alguien que se
llamaba Sir Gaylord Simpson y decía: “Con mucha frecuencia nos preguntan
a los paleontólogos por qué se extinguieron los dinosaurios, y no sabemos.
No hay una respuesta definitiva sobre la extinción de los dinosaurios. Lo
único que sabemos, y es cierto, es que el mundo cambió y los dinosaurios
no cambiaron”.
Y la escuela es un gran dinosaurio, si no la cambiamos y el mundo sí 53
cambió, y los niños cambiaron, y la realidad cambió, y los medios de
comunicación cambiaron, entonces nosotros seguiremos viviendo en las
tripas del dinosaurio. Y los niños nos miran con una cierta ingenuidad y
dicen: “Dejémoslos inocentes, estos maestros se ven contentos, pobres”.
Pero el reto, el desafío es increíble. Muchos de ustedes lo saben, porque
estoy seguro que muchos de ustedes hacen cosas muy chéveres con sus
estudiantes, y estoy seguro de que quienes las hacen se dan cuenta que
tienen estudiantes maravillosos, esos muchachos de ahora son geniales.
Son chinos que tienen muchos más valores de los que teníamos nosotros,
así haya abuelitas que digan que se perdieron los valores, que antes los
hombres les cascaban a las mujeres. No, hoy hay más valores, hoy los
muchachos son mucho más exigentes desde el punto de vista ético, pero no
tienen espacio para expresarse.
John Holt, un gran educador norteamericano decía que no puede existir la
libertad de expresión mientras no existan medios de expresión. Para qué
me sirve a mí ser libre de expresarme si en ninguna parte me publican lo
que yo digo porque no existe espacio. Vaya usted negocie, y eso lo sabe
Ana Mercedes, vaya un periodista del periódico El Colombiano todos los días
tiene que estar negociando cinco renglones porque el espacio es limitado.
Entonces tienen que haber más periódicos, así sea por Internet, así sean
como sean. Y por eso crear medios es crear libertad.
Cuando comencé a ser maestra leí casi todas las revistas de “La alegría de
enseñar”, quisiera saber ¿qué pasó con ellas?
La pasó lo de los dinosaurios, que no sabemos exactamente por qué se
extinguieron. Lo que sí sabemos es que el Ministerio cambió. La razón es
esta: “La alegría de enseñar” fue un proyecto muy lindo que surgió de la
iniciativa de un par de profesores universitarios, después lo tomó la FES
cuando yo estaba allí, y se hizo un convenio con el Ministerio de Educación
de tal manera que el Ministerio financiaba las revistas que le llegaban a los
maestros y era el órgano de comunicación pedagógica del magisterio. Lo
elaborábamos por fuera, luego hubo un cambio en el magisterio y les
pareció que esa vaina era muy cara y que era mejor sacar “Al tablero”,
entonces cambiaron “La alegría de enseñar” por “Al tablero” que es un
periódico institucional, no una revista pedagógica. Eso le pasó y no tenía la
capacidad de sobrevivir sola, y entonces en ese sentido era lo de los
dinosaurios: el mundo cambió y la revista no cambió, no había conseguido
publicidad, no había conseguido todo el circuito comercial para sobrevivir.
Pero hoy hay otras cosas está la revista de la editorial magisterio, que está
sacando también cosas muy buenas.
¿Se motiva a leer o se enseña a leer?
Yo creo que se motiva en general a aprender. La lectura es uno de
los caminos para aprender, aparte de ser todo un mundo en sí misma de
recreación, de satisfacción de la curiosidad, de llenar de información en sí.
Evidentemente se necesita una motivación para leer, si ustedes miran a los
chicos jóvenes que les gusta la música rock y les ponen el tema de
conversación ustedes se quedarán mudos porque lo saben todo sobre el
rock. ¿De dónde lo sacaron?, de YouTube, de una página de Internet, de
leer la biografía o la página de Shakira, de mirar qué pasó en los premios 54
Grammy. Saben todo, y además leen “Elenco” y “Tv y Novelas”; de leer,
leen. Pero naturalmente para llegar a otras lecturas que les aporten más se
necesita generar motivación y para generar esa motivación yo insisto en
que es muy importante generar la posibilidad de conversar.
Los muchachos son capaces de conversar de cosas muy complicadas. Miren,
aquí hay unas personas que estuvieron en un taller que hice el año pasado
al que asistieron un poco de niños de primaria, de secundaria. Estuvimos
siete horas hablando de un tema tan supremamente entretenido como la
evaluación del aprendizaje. Y unos muchachos no se querían ir, y estaban
felices porque los que conversaban eran ellos, y ellos descubrieron que
sabían. Y apenas uno les hace notar que ellos saben de eso ya no se
quieren ir. Cualquier tema les sirve.
Alguien decía algún día una cosa muy linda, un amigo mío italiano, un
maestro decía: “lo que a mí me gusta de la escuela es que es el
único lugar en el que todavía cabe lo inútil”. Todavía en la escuela
cabe lo inútil, todavía uno puede dedicarle tres meses a discutir o a
pensar en Ifigenia en Weiler, que es lo más inútil que uno pueda
imaginar. A nadie le importa quién es Ifigenia, salvo que tenga una tía que
se llama así. Y que está en Weiler no me importa, no es problema mío. Pero
si yo soy capaz de decirle a los niños “representemos la obra” y una niña se
vuelve Ifigenia podrá leer toda su vida sobre Ifigenia, y descubrir toda la
cultura griega a través de Ifigenia. Eso ya no se lo permitirá cuando esté
estudiando Ingeniería mecánica en la Universidad porque estará muy
concentrada en tener éxito.
En la escuela lo importante es no tener éxito, es tener satisfacción y
vida y eso es lo que genera motivación. Y entonces son importantes los
cucarrones, las lagartijas, Ifigenia, una carrera de latas, hacer una
investigación sobre cuántas clases de dragones hay en China, todo eso se
puede indagar en la escuela, porque todo cabe en el universo de la fantasía,
en el universo de la curiosidad inmensa de los niños. Y eso les permite ir
constituyendo sus ganas de leer.
Cuando ya hayan constituido sus ganas de leer, leerán. El problema será
sacarlos de la pieza, y como decía alguien esta mañana, trastear los libros.
Muchas gracias.
Panel: Elementos de participación de los medios de información
para la formación de lectores activos: fundamentos de tips, blogs y
otras opciones interactivas
Este tema tiene un impacto muy grande porque solamente podemos evaluar
el alcance de las nuevas tecnologías en la medida de su aplicación social. Es
decir, en lo que ellas comportan como posibilidades de interacción con los
medios de comunicación. Y es un tema muy vigente porque guarda esa
característica que suelen tener los ríos, que son presente en el momento
que pasan y siguen pasando, y son futuro en la medida que siempre es el
mismo río el que pasa delante de nuestros ojos.
Con las técnicas modernas que hay en la información, unidas a las
telecomunicaciones, tenemos hoy una avalancha grande de posibilidades,
soportes, canales y formas para almacenar y transmitir la información.
Como decía Jesús Martín Barbero: este avance que hemos logrado al nivel
de la comunicación humana solo es entendible en la aplicación social que se
haga de él. Es decir, para saber lo que está ocurriendo en los medios de
comunicación masiva, hoy en día, no hay que mirar al interior de los
medios, hay que mirar lo que está haciendo afuera la sociedad y cómo está
aprovechando esos medios.
La invitación que queremos hacer con la participación de estos panelistas,
es convocar a una forma más activa de participar en la elaboración de
contenidos en los medios de comunicación porque las nuevas tecnologías
permiten, no tener ya a lectores ni televidentes, sino un personaje muy
activo que está participando directamente como emisor de esos mensajes:
es la sociedad toda que se comunica entre sí. A partir del momento en que
un computador se enlazó con otro a través de la telecomunicación se creó
un nuevo canal de comunicación, dio base a Internet, y a través de Internet
se crearon formas muy complejas, cada vez más avanzadas para esa
interacción.
Con Adriana Vega vamos a descubrir en qué momento, de qué forma se
hizo presente en la sociedad este concepto de interacción social, este
concepto de participación de cada uno de nosotros como receptores de
mensajes convertido a emisores de mensajes.
Adriana, adelante por favor.
La innovación tecnológica: el reto del nuevo usuario
Adriana María Vega Velásquez.
Buenas tardes,
Solo tengo 15 minutos, de pronto preparé mucho material pero no puedo
dejar a mis compañeras sin el tiempo entonces voy a acelerar bastante.
Les voy a entregar a los organizadores del certamen un texto sobre el tema
que voy a exponer, además de la exposición que ustedes ven proyectada.
En el texto incluso va bibliografía para los que estén interesados en ampliar
esta información.
Vamos a empezar mirando desde el punto de vista de Manuel Castells y de
Javier Echeverría el tema de lo que ellos denominaron el primer entorno, 56
que es el campo y lo que llama Manuel Castells la sociedad agrícola. El
segundo entorno la ciudad y la sociedad industrial y cómo los espacios de
interacción cambiaron cuando empieza el tercer entorno que es la sociedad
en red, y la sociedad de la información.
Nos vamos a centrar en lo que ha sido la evolución de la interacción y de la
participación en esa sociedad en red, en esa sociedad de la información.
Empecemos analizando lo que ha sido la cultura participativa con el
surgimiento de la tecnología, con el nacimiento y desarrollo de Internet que
nos trae un trabajo colaborativo que nos sirve de ejemplo de lo que ha sido
todo esto:
Partamos del hecho que en 1959 nace el primer computador, pero no
estuvo ligado a la comunicación, no existía un concepto de trabajo en red
en computador sino que era un aparato totalmente relacionado con el
cálculo, todo esto venía de la evolución de la posguerra después de la
Segunda guerra mundial y la necesidad de descifrar mensajes. Entonces la
computación nace de necesidades muy distintas de las que hoy sentimos
que llegó a llenar, que son las comunicaciones en red.
Se vivía un ambiente en el mundo de guerra fría, en la que en Estados
Unidos había una gran preocupación de qué iba a ocurrir si se rompían las
comunicaciones normales, si no había una comunicación alternativa. Es así
como el Departamento de Defensa de Estados Unidos decide invertir una
gran cantidad de dinero en investigación para crear esa forma alternativa
de comunicación, pero el gran error en el que ha incurrido mucha gente es
creer que esa investigación la hicieron los militares. Ese dinero fue
entregado a múltiples centros de investigación de universidades en Estados
Unidos, a investigadores, a académicos, estudiantes de posgrado, y a cada
uno se le asignaron unas tareas concretas en un trabajo que así fuera hecho
por teléfono en ese momento, porque no existía la posibilidad de
comunicación en red, empezó a dar un ejemplo de lo que iba a ser en el
futuro el trabajo colaborativo y la construcción de una inteligencia colectiva.
Porque de ese trabajo en grupo de personas que ni se conocían y que
estaban repartidos por todos los EEUU surgió más adelante lo que hoy es
Internet. Existía en ese momento la Agencia de proyectos de investigación
avanzada, que se llamaba ARPA, entonces ésta fue la encargada de
coordinar ese trabajo en equipo, ese trabajo participativo entre científicos.
Ese tipo de inversión, uno dirá: “pero qué raro, unos militares haciendo ese
tipo de inversiones tan extrañas en investigación de formas de
comunicación”, en ese momento no era extraño: en 1965 el 23% del
presupuesto de ciencia y tecnología provenía del Departamento de defensa
de Estados Unidos, o sea que estaba dentro de lo normal en ese país.
No se creó una empresa ni una institución sino que se entregó el dinero a
los centros de investigación y desde allí se articuló el trabajo de mucha
gente. Así fue como nació ARPANET, que fue la primera red en 1967,
producto del trabajo colaborativo y participativo de los científicos.
Existen muchos nombres ligados a este proceso, entonces uno no podría
decir: “Es que el que inventó la primera red fue...” Hay una gran cantidad
de nombres alrededor de ese tema, había rivalidades, problemas, 57
coincidencias, peleas, todo lo que ustedes quieran. Y finalmente se crearon
cuatro nodos de comunicación en red en distintas ciudades de EEUU, hasta
que en 1971 se realizó la primera conexión entre dos computadores entre
Estados Unidos y Francia.
Empezaron a comunicarse ya científicos de distintos países a través de esas
redes, este esfuerzo colectivo, ahí hubo un paso muy importante en toda
esta historia, se amplió porque algunas universidades europeas ya estaban
trabajando también en el tema y algunas empresas privadas empezaron a
hacerlo también.
Ahora vamos a empezar a ver un poco como coincide con la historia de los
computadores, porque lo de la historia de cómo surge Internet coincide con
la historia del computador personal.
Tenemos que la empresa que manejaba en ese momento toda la producción
de lo que llamamos computadores hoy en día, que en esa época y en su
origen eran más máquinas registradoras, las primeras calculadoras y otro
tipo de aparatos de registro del personal cuando se ingresaba a la fábrica a
trabajar entre otros, lo manejaba IBM y esa fue la marca de la primera gran
computadora que ocupaba un salón enorme, que no tenía pantalla, no tenía
mouse, no tenía absolutamente nada, era simplemente un aparato que
procesaba información, hacía cálculos.
En ese contexto social surgen unos jóvenes, muy jóvenes porque son
muchachos entre 20 y 24 años, con unas ideas de rebeldía de lo que estaba
ocurriendo, empiezan a oponerse a que este tipo de inventos se quede en
manos de IBM o en manos del Departamento de defensa, o en manos de los
académicos de las universidades y de los científicos. Y surge la idea de
democratizar, era la época de finales de la década del 60 de ideas de
libertad, de antipoder, de guerra de Vietnam, paz y amor y entonces había
que democratizar los nuevos inventos.
Entonces es así como surgen muchísimos jóvenes, entre ellos está Bill
Gates, Steve Jobs y les voy a contar una pequeña anécdota que hay
alrededor de Steve Jobs en este sentido. Había una feria de tecnología en
San Francisco, y este hombre que en ese momento tenía 20 años les
propone a unos amigos que creen una especie de computador que es una
caja, sin pantalla y sin nada más. Simplemente una caja que simula ser un
computador, ellos la ponen Altair, porque ese era el planeta de la serie de
moda que era “Viaje a las estrellas”.
Entonces se llevan la caja, le empiezan a vender el cuento en la feria a la
gente, diciéndoles que este tipo de caja en el futuro va a ser el computador
personal, que así como esa máquina que en ese momento tenía la IBM, y de
la cual se hacía muchísimo ruido en el mundo en ese momento, iban a
ingresar a sus casas, iban a impactar el juego, la educación. Iban a poder
hacer cantidades de cosas en su vida cotidiana con esa caja y cómo es que
este hombre y su equipo de amigos a partir de echar el cuento logró crear
un club de donantes para que ellos empezaran a desarrollar lo que fue el
primer computador personal.
Empezó todo como un juego entre ellos y terminó convirtiéndose en lo que
hoy es Apple, que Steve Jobs es el fundador de la empresa Apple
Macintosh.
58
En ese momento los creadores de la tecnología eran los mismos que la
usaban. No existía la posibilidad que el que no fuera creador de la
tecnología usara un computador de algún tipo. O sea, yo soy investigador
de una universidad, estoy creando algo que va a aportar a toda esta cadena
de trabajo participativo de distintos científicos pero yo soy el usuario. No
había esa posibilidad que el usuario fuera esa persona ajena a lo que se
estaba haciendo.
A partir del trabajo de Steve Jobs y de sus amigos, y de otro grupo de
personas que se asentaron en lo que conocemos hoy en día como Silicon
Valley en California, que es el emporio de tecnología más importante del
mundo, estaban sembrando la semilla de lo que sería la figura del usuario
como constructor participativo de tecnología, y no como un usuario pasivo.
¿Por qué todo esto? Porque estaba surgiendo también el concepto del
software libre, de que la tecnología debía ser para los usuarios, debía ser
evolucionada por los usuarios, y no debería haber dueños de esa tecnología.
O sea, la tecnología la deben crear, continuar, evolucionar, cambiar, los
mismos usuarios a partir de su participación y no quedar en manos de unas
personas que se supone que son las que saben y las que tienen el
conocimiento.
Esto tiene una cantidad de valores implícitos que tienen que ver con la
descentralización del conocimiento, la informalidad, la flexibilidad en la
participación. Esos no pueden ser procesos formales, acartonados, el que
sabe es el que dice que se hace y el que no sabe es un ser pasivo que
simplemente repite pasos, si no que tiene un concepto revolucionario de
que toda la gente está en capacidad de producir tecnología.
Entramos entonces a lo que significó el verbo cacharrear, que según el
diccionario de la Real Academia, una de las acepciones es: “intentar arreglar
algún aparato o máquina sin ser profesional”. Ese verbo cacharrear tuvo
muchísima importancia porque la mayoría de los avances en Internet se
atribuyen al trabajo colaborativo de muchas personas desde distintos
lugares, incluso personas que no son ingenieros y que no tienen grandes
conocimientos.
Hace poco veía por televisión una historia de un muchacho de aquí de
Medellín, de un estrato mediano o más bien bajo, con una mamá cabeza de
familia, trabajadora, que le compra siendo muy joven el muchacho el
primer computador y él en lugar de ponerse como la mayoría de los
jóvenes, a usar el Word o a entrar a conocer amigos a Internet, él se puso a
cacharrear el computador y aprendió solo a programar, aprendió a hacer
software solo, hoy ese muchacho tiene alrededor de 23-24 años y ya tiene
su propia empresa de software educativo, ofrece pantallas colaborativas
para usar en el aula, es una historia bastante especial y bastante cercana a
nosotros.
Así, con este tipo de personas que trabajaron de manera aislada surgieron
el mouse, la pantalla, el cursor, las ventanas que las creó la empresa
Microsoft, y nacieron los buscadores, cosas que hoy nos parecen grandes
empresas, grandes emporios, nacieron de la iniciativa de una persona que
se puso a cacharrear, se puso a innovar, se puso a crear cosas raras y así
nació Google, así nació Yahoo!, así nació Napster.
59
Algunos de ustedes de pronto no recuerden qué fue Napster, después de
que alguien crea el mp3, estamos hablando de una historia no muy vieja
porque estos son principios - mediados de la década de los 90, cuando se
crea el formato mp3 para grabar música, a un muchacho en la Universidad
de Harvard se le ocurre que podrían ponerse en Internet esos archivos de
mp3. Y él crea Napster, que desapareció por demandas legales de las
empresas discográficas, porque qué crearon en Napster, una gran red de
amigos que se fue creciendo y se volvió mundial en la que ponían su música
en formato mp3 y sus amigos y la otra gente la podían tomar y la podían
compartir. Obviamente desaparece Napster y aparecen otras, y aparece
simplemente iTunes donde uno puede comprar. O sea, el que se apropió de
eso fue otro empresario que dijo: “si es ilegal aprovechémonos de la idea
pero volvámoslo legal”.
Pero todo eso surgió de la idea de alguien a quien se le ocurrió ponerse a
jugar, a cacharrear por su propia cuenta y a aportarle a la humanidad una
nueva creación. Así nació Blogger, MySpace, Facebook, nacieron todas las
redes sociales. Todos esos avances que conocemos hoy en día aparecen por
la participación de alguien que lo crea, que experimenta sobre lo ya creado
y aparecen nuevas aportaciones.
Desde que nacieron los computadores se habló de medios interactivos. El
solo hecho de poder navegar en un hipertexto ya se considera
interactividad, porque podemos saltar de un lugar a otro, porque podemos
escoger nuestra propia ruta, porque usamos un mouse para mover el cursor
en la pantalla e ingresar por donde nosotros queramos.
Ese es un concepto muy elemental de lo que es la interactividad, luego
vinieron otras formas de interactividad muy simple que fueron hacer un
comentario a una historia, escribirle un correo electrónico a un periodista o
a un editor.
Surgieron luego las posibilidades de la red 2.0, que son posibilidades de
trabajo colaborativo, de trabajo grupal a partir de herramientas que están
gratuitas y son de libre acceso en Internet y que son aportadas
precisamente por el trabajo participativo de los usuarios.
Pero el usuario es cada vez más activo, no solamente es emisor de
mensajes, sino que hoy en día está haciendo aportes a la evolución de la
tecnología y a la innovación.
Vamos a ver aquí algunos casos: por ejemplo los “living labs”, en Barcelona
por ejemplo hay un caso bastante interesante de construcción colaborativa
para hacer software, a partir de las necesidades de los usuarios. Son
laboratorios que reúnen vecinos de barrio, personas absolutamente
desconocedoras de la tecnología y a partir de sus necesidades cotidianas
entran en un experimento de crear el software necesario, en el que ellos
participan en esa misma creación; es la ruptura de la ingeniería de
sistemas, de la electrónica para entregársela a la participación de la gente.
Las redes sociales como Facebook, como Sonico, están invitando a los
usuarios a subir aplicaciones, a crear sus propias aplicaciones, subirlas a sus
sitios y compartirlas con la gente. O sea, es un impulso grandísimo a la
innovación tecnológica.
60
La Fundación Knight, que es una fundación en EEUU que impulsa el trabajo
del periodismo, la ética en el periodismo y dicta unos cursos bastante
interesantes, tiene un premio desde el 2007 de cinco millones de dólares
que se reparte en aproximadamente cinco finalistas, para innovación no
solo de contenidos sino de innovación tecnológica.
Yo quiero compartir con ustedes este párrafo de la publicidad que hacen
ellos: “¿Tienes una gran idea para inspirar e informar a tu comunidad
utilizando medios de comunicación electrónica y tecnología digital?
¿Programación por celular? ¿Software para recolectar noticias o
información? Cualquiera puede calificar, con el slogan ‘Tú lo inventas,
nosotros lo financiamos’ se abre el concurso a nivel mundial para todas las
personas innovadoras que tengan ganas de mejorar la calidad de las
noticias y la facilidad con la cual tu comunidad las recibe. Es un concurso en
el que pueden participar desde estudiantes hasta programadores de
software y periodistas”. ¿Interesante o no?
Pero no nos vamos tan lejos, la Cámara Colombiana de Informática y
Telecomunicaciones tiene los premios Colombia en línea, tiene una
modalidad que es el premio al desarrollo móvil celular, los celulares hoy en
día están siendo creados para que todos nosotros modifiquemos
aplicaciones, creemos aplicaciones, las instalemos y hagamos avances
tecnológicos a partir de nuestra posición de usuarios.
Los labs en los medios informativos, el concepto existe, los medios como
laboratorios. ¿Qué quiere decir esto? Es poner a la disposición de la gente
herramientas como plataformas colaborativas, la posibilidad de crear blogs,
de tener comunicación a través de Twitter y de ingresar a las redes sociales
a través de los medios de información.
El reto que yo les quiero plantear es bastante grande. La verdad es que
tenemos que llegar a formar nosotros como docentes, como maestros, a
formar a los estudiantes y a la gente ya no para que sean usuarios que
simplemente leen información, se limitan a tomar una foto o enviarla, o a
generar alguna información sino que el mundo está evolucionando es hacia
la innovación de la tecnología y tenemos que pensar en ese sentido cómo
estamos trabajando y cómo lo estamos haciendo porque realmente los retos
ya son muy distintos a lo que nos imaginamos. Gracias.
Francisco Alberto Jaramillo Giraldo:
En este repaso que nos ha hecho Adriana descubrimos dos aspectos que
son muy importantes, y es la innovación y la creatividad ligadas a las
nuevas posibilidades que nos brindan la informática y las
telecomunicaciones.
Hay una cosa fundamental, y para recalcar: Hoy en día es tal la capacidad
de desarrollar nuevas tecnologías a partir de estos conceptos que la
sociedad se siente prácticamente avasallada. Incluso se pronostica
desaparición de instituciones o de profesiones, y puede que incluso la
transformación de algunas de ellas que no desaparezcan.
Por ejemplo se habla de la desaparición, sino de los periodistas, sí de los
periódicos. Sino de los profesores sí de las aulas escolares, el reto que hoy
en día existe es cómo logramos poner al servicio de las comunidades, como 61
profesionales, estas tecnologías. Qué tanta cultura hemos logrado
desarrollar. Tenemos incluso una ley en Colombia en torno a la tecnología,
una ley sobre las TIC, sobre las telecomunicaciones y la información: ¿qué
tanto hemos logrado avanzar en crear nuevos usuarios de estas
tecnologías?
Se habla de un nuevo analfabetismo, ¿qué tanto hemos avanzado como
educadores o como periodistas para alfabetizar a las personas en esta
tecnología? De esto nos va a hablar Beatriz Marín.
Esas experiencias se van a una obra de teatro, en este blog ustedes pueden
ver fotos y vídeos de la obra de teatro. Donde ellas en cada obra
improvisan, nunca el guión de un día es igual a otro. Siempre improvisan y
siempre cambian de escenarios, de ambientes, de diálogos incluso porque
ellas durante la puesta en escena es que recuerdan que les había pasado
algo más y lo ponen en escena. Pero además de eso está la obra, ahí la
pueden ver. Está toda la construcción de sus historias de vida, está un
espacio donde ellas enseñan recetas. Entonces ellas invitan a un joven que
está estudiando fotografía en el mismo Casal (Casa cultural), que vaya y
tome las fotografías de cómo construyen ellas una receta típica de su región
y la suben a la red.
Entonces miren que son un montón de apropiaciones que ellas hacen de la
red y además pues crean sus propios videos, sus propias obras de teatro,
sus escrito y las diferentes actividades que ellas van haciendo.
Pero pasemos a un ejemplo más local. Les cuento que aquí en La Guajira,
más específicamente en Uribia, tenemos este blog
(http://wepiaiensi.blogspot.com/), que lo realizan los chicos de la
Institución Educativa Normal Superior Indígena, ¿con qué fin crean ellos
este blog? Con el fin de recuperar toda la tradición de su comunidad y darla
a conocer, en una herramienta que no les cuesta, que solo les exige algunos
conocimientos y eso sí, un grupo de estudiantes muy pilos con un profesor
que está dispuesto con ellos a abrirse al mundo.
Si ustedes entran se van a dar cuenta que muchas de las secciones tienen
nombre, por ejemplo: guajiros, hay un contador bastante interesante de la
gente que ha entrado, esto realmente solo tiene un año. Ha tenido un cierto
apoyo del Ministerio porque ha divulgado la experiencia y hoy podemos
decir que es un espacio en el que los chicos se alfabetizaron, crearon un
espacio y lo utilizan en la red. Muchas gracias.
Preguntas.
¿Es conveniente que los menores de edad visiten la Web a pesar que en ella
se encuentran cosas que atentan contra los valores éticos?
Beatriz Elena Marín Ochoa.
La Web de todas maneras es un sitio para todos, lo que pasa es que aquí
tiene que jugar mucho la formación de casa, de la escuela, los ambientes en
los que se mueven los chicos.
Yo tengo una pequeña pelea en este momento, sanamente casada con la
Universidad, y es que nos tiene vetados a los profesores el uso de YouTube
en las clases, porque obviamente YouTube tiene páginas no tan buenas
como las de pornografía. Pero, yo creo que si somos conscientes de todo el
caudal educativo que podemos encontrar en la Web la estaríamos utilizando
y la estaríamos aprovechando más.
Entonces el problema no es si entran o no entran, es dónde entran. Es más,
hay muchos sitios en Internet, no sé si han oído hablar del concepto de
Internet invisible. Ustedes no se imaginan la cantidad de información en
Internet que es muy útil, que es muy práctica y que a los docentes nos
serviría mucho como apoyo educativo.
Es más, yo no peleo con los estudiantes porque mis clases son todas con
computadores y yo no me puedo gastar las dos horas de clase peleando
para que cierren Facebook, para que cierren MySpace, yo creo que ahí lo
que uno tiene que buscar como docente es cómo lo cautivo para que
realmente potencie eso que es la red y aproveche esos espacios que
realmente son útiles.
A veces la prohibición lo que lleva es más a que el muchacho esté
buscando. Entonces yo le pongo un control contra la pornografía pero a lo
mejor el muchacho que es más hábil que yo en tecnología ya sabe cómo se
lo salta. Y a lo mejor lo ve cuando yo no estoy. 77
Entonces yo pienso que es un proceso de formación desde todos los
ámbitos y la prohibición a veces hace que las cosas sean un poco más
atractivas.
Francisco Alberto Jaramillo Giraldo:
Hay dos preguntas que podemos fusionar en una sola porque ambas hacen
referencia a algo que hay que desmitificar. Por ejemplo, siempre se ha
creído que a pesar de esta profusión de medios de comunicación, en vez de
acercarnos la gente se está aislando, o sea, los jóvenes por estar sentados
frente a un computador se están aislando de la sociedad o de sus familiares
más cercanos.
Y al mismo tiempo otra pregunta coincide en el tema, que si la escritura del
niño depende del desarrollo psicomotor dado por el juego: brincar, saltar,
correr ¿qué puede pasar con la escritura de un niño que no juega por estar
sentado chatarreando en el computador? Yo creo que una preocupación
bastante constante de qué implicaciones negativas tiene esta frecuencia con
la que los niños y jóvenes están frente a un computador tanto para este
desarrollo de sus aptitudes como para su futuro desarrollo de personalidad.
Buenos días.
Muchísimas gracias a todos ustedes por su presencia y en particular al
78
periódico El Colombiano y a la Universidad Pontificia Bolivariana por la
organización de este certamen y lógicamente por la generosidad que han
tenido para invitarme a compartir con ustedes en esta mañana algunas
reflexiones que nos es de interés común, cual es el del fomento de la
lectura y las incidencias que tiene el hacer de una persona un buen lector
en la medida que logremos los educadores y los comunicadores, propiciarle
las experiencias, las motivaciones necesarias para que él se convierta como
alumno o como lector en un lector realmente más crítico, más inteligente,
más autónomo, más analítico. Es decir, en un ser más pensante y de pronto
mejor actuante.
De manera que muchísimas gracias. Yo voy a tener ahora la confianza con
ustedes de hablarles como colega, realmente me siento como un colega
entre los educadores y entre los comunicadores, una relación que
últimamente tiene una dimensión cada vez más reconocida: el papel
pedagógico del comunicador y el papel comunicador del educador.
Me dicen que realmente los asistentes en buena medida están conformados
por un grupo de comunicadores en ejercicio o en formación, lo mismo que
educadores en ejercicio y en formación. Y este tema de cómo formar
lectores con criterio para la producción de sentido, no solamente sobre el
texto sino sobre el contexto social, yo voy a dividirlo en cuatro aspectos.
El primero, en una introducción en la que voy a buscar que caigamos en la
cuenta de un aspecto de la lectura y es que leer es un acto deliberado y un
acto de conquista cultural para el ser humano. No es pues un acto natural,
no es una carga genética que uno traiga y entonces se desarrolle por sí
mismo.
No, se necesita ser consciente de lo que implica adquirir una facultad y una
competencia cultural, que quiere decir exactamente, que es de alguna
manera una elaboración ficticia, o una elaboración que supera las
condiciones naturales de la persona.
En segundo lugar buscaría llamar la atención sobre los incentivos
socioculturales para el fomento de la lectura. Donde buscaré dejar algunas
pistas que nos puedan esclarecer el por qué y el para qué es que se lee. El
asunto del cómo se lee es subsidiario de dilucidar primero el por qué y el
para qué es que se lee.
En tercer lugar abordar la lectura en relación con el valor social de la
información, porque estamos saturados de información, todos valoramos
hoy mucho la información, pero dentro del mundo de la información uno va
cayendo en la cuenta que no todo lo es, ni todo lo es de la misma manera,
ni todo tiene el mismo valor, ni todo tiene inclusive el mismo valor de uso.
De manera que vale la pena, y yo me imagino que durante el día de ayer
muchos de estos elementos se pudieron haber abordado; sin embargo,
pienso que hay en la información una dimensión que poco se trabaja en
relación con la formación de la conciencia política y en relación con la
formación de la conciencia histórica del ser en Colombia, de las personas en
nuestro país.
Y finalmente otra pequeña reflexión sobre la lectura y cómo la lectura 79
contribuye y ayuda a la formación de una actitud, y casi que de una
personalidad connotada en el mundo social como la de los intelectuales.
Casi que no es posible pensar en llegar a ser un intelectual, es decir, una
persona que se ocupe fundamentalmente de los procesos intelectivos, de
conocimiento, de comprensión, de entendimiento, de relacionamiento de
conceptos, de hechos; sin que esa persona sea una crítica y una asidua
lectora.
Pero esos intelectuales tienen una función social también que cumplir que
hace alusión a la producción y a la generación de sentido. Con qué sentido y
para qué finalmente, la finalidad, de para qué es que yo me hago lector. De
manera que estos van a ser pues los elementos fundamentales.
Y quisiera compartirles para empezar una expresión de un educador,
director de la Escuela de Varones de Amagá en 1930, que para los
interesados en la historia de la educación en Antioquia, es importante saber
que este tema que hoy nos tiene aquí congregados es un tema que ha sido
recurrente, no en forma masiva, pero sí ha estado presente en la historia de
la educación al menos en nuestro medio.
Decía este educador:
“…uno de los medios más directos que puede emplear una sociedad para su
perfeccionamiento y educación, una de las acciones más hermosas que
puede ejecutar un conglomerado de hombres que aspiran a salir bien
librados en la ruda batalla de la vida, es la lectura. La lectura sana y
robusta alimenta el alma, enriquece el vocabulario, da firmeza al carácter,
ensancha el espíritu, reforma la vida del hombre, le aleja de los vicios,
disipa las tinieblas monótonas y sombrías que empañan el cristal de las
sociedades y depura la conciencia de los pueblos. Pueblo que no lee, es un
pueblo destinado a sufrir el ludibrio de las sociedades que marchan en la
carroza del estudio y del saber.” David Velásquez Sierra, Director Escuela
de Varones Amagá, década de 1930.
Algunos comentarios sobre este concepto, el primero: “Pueblo que no lee,
es un pueblo destinado a sufrir el ludibrio de las sociedades que marchan en
la carroza del estudio y del saber”. Hoy es muy fácil de entender y lo
podemos comprobar cotidianamente que vivimos en una sociedad
altamente impregnada del valor del conocimiento, y el conocimiento está
reputado como una de las características fundamentales del presente y cada
vez lo será más.
Que en la década del 30 ya hubiera entre nosotros educadores que
pensaran en que es en el conocimiento donde hay que soportar muy buena
parte del desarrollo humano y social es una cosa que nos dice que por
fortuna la inteligencia y la reflexión abundan en cualquier parte y en
cualquier época.
El término ludibrio, que yo estoy casi que seguro que muchos de nosotros
no sabemos qué es. Yo fui el primero que tuve que ir a buscar en el
diccionario a ver qué era esto porque ya es una palabra anacrónica y de no
uso frecuente; es un término que tiene un doble sentido: burla y desprecio
a la vez.
De manera que “Pueblo que no lee, es un pueblo destinado a sufrir la burla
y el desprecio de las sociedades que marchan en la carroza del estudio y del 80
saber”, o sea en la carroza del conocimiento.
¿Cuál es la diferencia fundamental y grande que hoy tenemos entre los
llamados países, sociedades o pueblos más o menos desarrollados?
Fundamentalmente el conocimiento que hayamos desarrollado y lo que
hacemos con ese conocimiento.
En ese contexto entonces, es necesario decir que como todo aprendizaje, el
de la lectura es una adquisición cultural y su ejercicio un acto deliberado y
voluntario. La persona que logra un nivel básico de alfabetización adquiere
una capacidad primaria para cifrar y descifrar mensajes, pero no por ello
automáticamente se habilita para constituirse en lectora asidua, y menos
aún, en lectora inteligente y crítica.
1
SASSOON, Donald. Cultura. El Patrimonio Común de los Europeos. Editorial Crítica, Barcelona,
2006.
Desde la Revolución Francesa, en 1789, en los Derechos del Hombre que se
promulgaron en su momento, el derecho entonces al conocimiento, y por
consiguiente a ser alfabetizado, a saber leer y escribir. Se reivindicó como
un derecho fundamental para todas las personas, en cuanto que solo era un
derecho de unos sectores sociales privilegiados como la nobleza, el clero, la
aristocracia o los comerciantes.
Es una tristeza que en Colombia, un país donde tenemos los recursos para
hacerlo, carezcamos de la voluntad política y de la convicción de las élites
en el poder para hacer de este derecho un derecho realmente ejercido por
la totalidad de nuestros niños. Y no solamente de lo que están en edad
escolar sino de los que están en edad ya fuera de edad escolar, que por esa
sola razón curiosamente y atrevidamente son excluidos del sistema
educativo. Porque la Constitución Política dice que será la educación básica
de preescolar a noveno grado la que será un derecho de todos.
2
URIBE URIBE, Rafael. Diccionario Abreviado de Galicismos, Provincialismos y Correcciones del
Lenguaje. Imprenta Departamental, Medellín, 1887. Págs. IX-X
Nota: la cita se recoge con la grafía y ortografía propia de la época.
proceder de los poderes de toda índole, del desarrollo de la historia, de la
relatividad de las verdades, de la construcción del conocimiento mismo y de
la solución de los problemas cotidianos o trascendentes que se le presenten.
Miren ustedes por qué hay que leer. Remitámonos simplemente al último
diccionario de la Real Academia Española, que se promocionó y entregó el
año pasado aquí en Medellín con la Nueva gramática del castellano en la
reunión de todas las Academias de la lengua española. 138.000 términos
recoge ese diccionario, como acerbo del castellano hoy. En esos términos se
incorporaron para esta última edición 35 mil americanismos, es decir,
términos con los cuales nosotros connotamos y denotamos el mundo al que
pertenecemos.
Ustedes creen que en el conflicto colombiano, tan largo, tan cruel, tan
prolongado, frente al que existe tanta indiferencia, tanta crueldad como
negarlo inclusive de que no existe, ¿no es a causa de no tener el lenguaje
para comprenderlo, para expresarlo y para sentarnos a buscarle soluciones
políticas y que entonces lo más fácil sea apoyar un proyecto político que nos
promete es terminarlo a punta de violencia, de disparos y de muerte? ¿Por
qué es que no nos entendemos los colombianos? Porque es que no sabemos
expresar lo que tenemos que decir, no poseemos el lenguaje para decirlo.
87
En consecuencia y en términos educativos, es a todas las áreas del
conocimiento incluidas en el currículo escolar, a la que les atañe y obliga el
desarrollo del lenguaje general y específico, así como la interpretación de
los signos y los símbolos. Muchas de las llamadas dificultades del
aprendizaje y del rendimiento académico, y hasta del desarrollo intelectual,
no son más que carencias del lenguaje o desconocimiento de la
representación y el sentido de los signos y los símbolos. En este contexto,
por sí misma, la lectura se convierte en medio de enriquecimiento personal
y en soporte de aprendizaje continuo, gradual y ascendente. Tres
características que tiene el acceso al conocimiento: debe ser continuo, debe
ser gradual -de a poco- y debe ser ascendente.
3
LESSING, DORIS. Las cárceles elegidas. Fondo de Cultura Económica, México, 2007. Pág. 96
La lectura y el valor social de la información
4
BARLOEWEN, Constantin, Von. Latinoamérica: Cultura y Modernidad. Galaxia Gutenberg, 1995
“La educación tiene una doble misión: despertar la sensibilidad para la ciencia moderna y la tecnología y
preservar el patrimonio cultural. Así se podrán ofrecer las herramientas conceptuales para la creación de
la base endógena. Ciencia y tradición deben coexistir de forma orgánica, lo cual solo es posible mediante
la interacción recíproca, sea material o espiritual”. Pág. 231.
Vivimos en un mundo que nos predica hasta la repetición innecesaria la
globalización, la internacionalización, la participación. Hay que tener visión
amplia de mundo, pero no para construir supermercados y tránsito de
mercancías de un lugar para el otro del mundo. La globalización tendría
valor extraordinario si estuviera dirigida a construir de verdad el género
humano sobre el planeta y a conservar el planeta donde la vida del género
humano es posible. Pero se nos ha metido que la globalización es el dominio
de unos sobre otros, inclusive del dominio lingüístico, o sea de la
concepción del mundo, de la vida de unos por otros.
5
Ibid, Págs. 247 – 248
6
BETANCUR BETANCUR, Adriana María. La biblioteca pública al rescate de la información
comunitaria.
sin antes reivindicar el derecho de los individuos y los pueblos a conocer el
cuadro objetivo de la realidad mediante una información adecuada y
completa y el derecho de cada nación a desarrollar sistemas propios de
información independiente, especialmente mediante la regulación de las
actividades de las corporaciones trasnacionales y el derecho que a cada
nación asiste para dar a conocer al mundo sus intereses, aspiraciones y
valores políticos, morales y culturales y a oponerse, dentro de los límites
jurídicos a la distribución de información falsa o distorsionada. No basta con
formar consumidores de información, hay que formar emisores de
información.
“La información que se nos está dando acerca de nosotros mismos como 92
individuos, como grupos, como multitudes o como chusma, está siendo
empleada conciente y deliberadamente por los expertos que casi todo
gobierno en el mundo emplea hoy, para manipular a sus súbditos”. 7
7
LESSING, DORIS. Las cárceles elegidas. Fondo de Cultura Económica, México, 2007. Págs. 57 y 58
lenguas empleadas actualmente en nuestro planeta carecen de escritura y
su comunicación es exclusivamente oral”. 8
8
GOYTOSOLO, Juan. La Defensa de las Culturas Amenazadas, en el Periódico El País, Madrid,
miércoles 16 de mayo de 2001, Pág. 13.
formación de las estructuras cognoscitivas para las diversas áreas del
saber; la naturaleza emocional del ser humano; las capacidades de
relacionamiento; la formación de la voluntad; la consolidación de los
códigos comunicativos; el desarrollo de la conciencia lúdica; la naturaleza
sexuada y de género; la dimensión ética y moral, que sirve de fundamento
a la cultura; la conformación de la conciencia cívico-política, que debe guiar
a todo ciudadano; el disfrute y la participación en la creación de los
fenómenos estéticos; la vocacionalidad para el trabajo y la apertura a la
trascendencia del hombre, es decir a la convivencia entre los humanos y a
la búsqueda de lo absoluto.
9
PAZ, Octavio - Tiempo Nublado. Editorial Seix Barral, S.A. Barcelona, 1986. Págs. 55 y 128.
10
Jefe de Redacción del Times of India
de los derechos humanos, la protección del ambiente, la afirmación de la
identidad cultural sin agresividad ni apologías y la preocupación constante
por las aspiraciones espirituales y morales de los individuos... Los
intelectuales desempeñan el papel de pioneros en la exploración de los
grandes desafíos del mañana. Indiferentes a los cantos de sirena de los
doctrineros y los utopistas que han extraviado a muchos de sus
predecesores, realizarán una tarea útil a condición de que definan
claramente su campo de acción”.
11
CASTAÑO ARBELÁEZ, Jaime León. EL Sueño de Los Intelectuales. Suplemento
Dominical del Colombiano. Domingo 7 de enero de 1996
12
POADGAONKAR. Dileep. EL INTELECTUAL: UN AGENTE DE ENLACE?. En el Correo
de la UNESCO. Diciembre de 1993. Año XLVI
intervenir. Intervenir para abrir los ojos de aquellos que, por razones de
todo tipo, no alcanzan a ver los peligros que acechan a la sociedad”13.
13
Citado por Santiago Gamboa en EL PRÓLOGO DE UN COMPROMISO. El Tiempo. Domingo 7
de noviembre de 1993. Pág. 14C
14
GIARDINELLI. Mempo. El Santo Oficio de la Memoria. Editorial Norma, 1991.
Santa Fé de Bogotá. Pag. 443
15
HAVEL. Václav. Un Nuevo Respeto por lo que nos trasciende. Discurso en la Universidad de
Harvard. 1995. En el Dominical de el Colombiano, domingo 27 de abril de 1997.
16
BARZUN, Jacques. Del Amanecer a la Decadencia. Editorial Tauros, 2001, Madrid. Pág. 932
opiniones prevalecientes cuando la fortaleza de sus argumentos y el
imperativo de su conciencia se lo dictan. Por ser un conocedor de la
historia, aprende de los hechos, por encima de las ideologías y posee visión
de largo plazo; por ser lector de literatura selecta se hace conocedor
profundo de la naturaleza humana y se hace sensible ante el dolor y la
injusticia. Desarrolla un amplio sentido de la libertad y el progreso, destaca
lo que es esencial y jamás hipoteca la conciencia.
¿Por qué creen ustedes que los mejores pensadores y los intelectuales de
toda cultura y de toda época son los únicos que van quedando recogidos en
la historia? Donde no cupieron los guerreros quedaron eternizados los
pensadores. Cuando la historia olvida a los generadores del conflicto 97
recoge, se abastece y se inspira en el trabajo de los intelectuales.
17
PIAGET, Jean. Psicología y Pedagogía. Editorial Ariel. 7ª. Edición, 1980. Pag. 18
Colegas educadores, la escogencia o elaboración de la concepción
pedagógica con la cual se ilumina el proceso de formación y humanización
de un niño, joven o adulto, es pues la primera y más trascendente de las
estrategias educativas de cualquier educador o institución. Las estrategias
pedagógicas son a su vez el resultado de la reflexión, el estudio y la
experiencia de una persona o entidad para lograr materializar su vocación
de servicio en función de los estudiantes que se acogen a sus programas,
teniendo como punto de partida esa pedagogía que el educador francés J.
Beillerot denominó: “...forma dulce y sabia de persuadir y de inculcar...”18.
Muchísimas gracias.
Preguntas.
Pero también hay que decirle a la familia que colabore en esa tarea, y que
la tarea de perfeccionar el lenguaje en los estudiantes no se suspende
porque se sale de clase ni se va a descansar a la casa, ni se va a fin de
semana ni a vacaciones. Es una tarea de un contexto social.
18
BEILLEROT, J. La Sociéte Pédagogiqué: Actión Pédagogiqué et Controle Social. Paris: PUF 1982
Los comunicadores que están aquí saben una tragedia que hay dentro de
esa maravilla que hay que es la televisión, ustedes se pueden quedar
perfectamente todo un fin de semana con puente incluido viendo televisión
24 horas al día y la traducción de todas las películas que hacen la
subtitulación en castellano no usan más de 250 términos.
Buenos días,
Después de haber tenido unos conferencistas como los que hemos tenido
ayer y hoy es muy difícil empezar a hablar de este tema sin de pronto tocar
elementos que son comunes, y son comunes con lo que han sido esas
mismas presentaciones.
102
Quisiera permitirme leer inicialmente este texto que tiene sus años, es de
Jean – Jacques Rousseau, se llama “Emilio o la Educación” y me parece
bastante interesante para partir de ahí y servirnos como excusa para
trabajar el tema que quiero presentarles:
“Nacemos débiles y necesitamos fuerzas; desprovistos nacemos de todo y
necesitamos asistencia; nacemos sin luces y necesitamos inteligencia. Todo
cuanto nos falta al nacer, y cuanto necesitamos siendo adultos, se nos da
por la educación. La Educación es efecto de la naturaleza, de los hombres o
de las cosas. La de la naturaleza es el desarrollo interno de nuestras
facultades y de nuestros órganos; la educación de los hombres es el uso
que nos enseñan estos a hacer de este desarrollo; y lo que nuestra
experiencia propia nos da a conocer acerca de los objetos cuya impresión
recibimos, es la educación de las cosas. Así, cada uno de nosotros recibe
lecciones de estos tres maestros.”
El tema es comunicación, educación y ciudadanía. El tema tiene muchísima
relación porque cada elemento, ese quehacer comunicacional, ese trabajo
educativo y esa formación para ser ciudadanos son actividades
permanentes y las tres, también, se entrelazan y articulan
permanentemente: yo no puedo pensar en hacer procesos educativos sin
necesariamente estar pensando en elementos de comunicación, yo no
puedo pensar la comunicación sin una socialización que en el fondo es una
formación permanente para la ciudadanía.
La Educación, la Comunicación y la Cultura nacen de la interacción humana
con el mundo, con los otros y con la vida misma. La relación entre las tres
no solo es permanente sino compleja. Una relación que, además, implica
una serie de mediaciones: por un lado, las pedagógicas; por otro lado las
tecnológicas y por otro lado, las sociales.
Vamos a ver un poco esas tres mediaciones:
La mediación pedagógica se refiere a todas aquellas relaciones simbólicas
entre maestro y estudiante, entre estudiantes, entre maestros, entre la
dirección escolar y estos dos actores, entre el sistema escolar y cada
comunidad académica.
Daniel Preto Castillo un autor latinoamericano que ha venido varias veces a
nuestro país siempre habla de que esa mediación pedagógica es una
mediación permanente, pero es una mediación permanente no solo dentro
del aula sino fuera del aula. Nosotros no dejamos de enseñar cuando
estamos fuera del salón de clase, permanentemente estamos en un acto
educativo. Y ese acto educativo también se refleja en lo que es nuestra
relación con lo que es el sistema educativo y lo que es la relación de ese
sistema educativo con nosotros, seamos docentes o seamos estudiantes.
Entonces cuando estamos hablando de la mediación pedagógica no es
solamente el acto de enseñar y aprender dentro del aula de clase, estamos
hablando de, necesariamente, todas esas relaciones que tenemos dentro de
un sistema educativo, pero también dentro de la vida social y dentro de la
vida cotidiana como sistemas educativos.
Pero estas interacciones además, no son simples: se dan a través de unos
medios, de unas tecnologías (y hablamos aquí desde las más antiguas –la
escritura y la lectura- hasta las más recientes –Internet y las tecnologías 103
digitales de información y comunicación, por ejemplo).
A esta interacción a través de dispositivos o tecnologías la llamaremos
entonces mediación tecnológica. Las competencias básicas comunicativas
que se relacionan con la escritura, por ejemplo, el leer y escribir del que
hemos venido hablando estos dos días, son pues mediaciones tecnológicas
en el sentido que implican un saber hacer complejo, una instrucción, una
formación, una actividad y una aplicación repetitiva, una representación
social, un uso: yo no puedo simplemente aprender a escribir si no valoro la
escritura como ya nos lo han dicho, yo no puedo simplemente aprender a
leer si no valoro la lectura, y si yo no voy más allá de esa simple utilización
básica de la lectura y trato de hacer esas lecturas de primer, segundo,
tercer nivel para recrear esos mundos y de pronto lanzar mis propias
interpretaciones y producciones de sentido con respecto a lo leído.
Entonces, fíjense, no estamos hablando de que el libro, el texto, sea un
objeto tecnológico simple, es un elemento tecnológico bastante complejo.
De por sí, inclusive si estuviéramos hablando de la tiza y el tablero, que son
nuestros medios más tradicionales en el aula, estamos hablando de objetos
tecnológicos.
Saber utilizar el tablero, saber hacer un uso efectivo y eficiente de él como
recurso, es de alguna manera pues interactuar con un objeto tecnológico
que aunque simple resulta también complejo.
Esa mediación tecnológica y pedagógica son posibles porque existe la
mediación social, cuando hablamos de mediación social estamos hablando
también de interacción pero es una interacción permanente con otros. Y es
una mediación permanente con otros porque no solamente los otros,
nuestros pares, pero también nuestros mayores, son seres de los que
nosotros podemos aprender sino a los que también les enseñamos.
Conlleva entonces una aplicación tácita de estos otros compontes de lo
social: la aplicación de lo aprendido en el entorno en cada nueva situación
de intercambio simbólico, es decir, en cada acto de comunicación; y la
interacción que tenemos, tanto pedagógica como con esos objetos
tecnológicos de las que ya hemos venido hablando.
Cuando hablamos de un acto de comunicación, entonces, yo quisiera
detenerme en este punto porque un acto de comunicación no es
simplemente aquel acto mediado, si no todo aquel acto que implique toda
interacción simbólica, un intercambio simbólico de sentido. Cualquier acto
de interrelación que nosotros tengamos con otro es un acto de
comunicación pero no deja de ser también un acto educativo porque tiene
ese componente pedagógico, algo aprendemos, algo cambiamos de
nosotros mismos en cada momento de conversación.
La mediación social es clave sobre todo para entender la educación sobre
todo porque es comunicación, cuando estamos hablando entonces de
mediación social estamos hablando de un acto comunicativo permanente en
donde intercambiamos sentidos, intercambiamos valoraciones,
intercambiamos incluso escalas de valores completas que simple y
llanamente por el hecho de establecer el diálogo o la conversación.
La capacidad de solución de problemas, la integración de lo aprendido con 104
la vida cotidiana y con los escenarios vitales, el desarrollo de la inteligencia,
de la erudición, de la memoria, de la producción, de la creación de nuevos
objetos materiales, la misma apropiación tecnológica, es decir, el uso, el
hábito, la costumbre, pero también la valoración simbólica del objeto y de
su praxis son parte de esa mediación social permanente en la que nosotros
nos movemos.
Los cambios de contexto
Pero volvamos a Rousseau, quien hablaba de tres maestros (hombres,
objetos y naturaleza). Cuando hablamos de los hombres sobra decir que no
es solamente hablar de hombres sino que estamos hablando de cualquier
edad, de cualquier momento dentro del desarrollo tanto cognitivo como
social que pueda tener el ser humano.
Cuando hablamos de los objetos estamos hablando no solamente de los
objetos en término de esos objetos materiales de los cuales nos servimos
sino de aquellos objetos tecnológicos que terminan siendo no solamente el
objeto sino también el espacio de nuestras relaciones.
Y cuando hablamos de la naturaleza hablamos del entorno pero también de
toda esa vida social que en el fondo también es paisaje. No podemos
negarlo, hay un paisaje urbano del cual ya no podemos hablar tan simple y
llanamente como de la naturaleza, de lo ambiental en sentido estricto, deja
de ser una naturaleza recreada, construida, pero igual sigue siendo un
ámbito de relación.
Esos tres actores, (naturaleza, objetos y hombres) y las tres mediaciones,
se entrecruzan adicionalmente con dos variables (tiempo y espacio),
hablamos entonces de la historia, de un contexto social y un contexto
histórico determinados.
También hablamos de diferentes ambientes: el hogar o la familia, las
instituciones, los mismos medios de información y de comunicación son hoy
ambientes de aprendizaje, pero también ambientes de socialización y
ambientes de construcción de esa socialización y de esa ciudadanía.
Entonces cuando consideramos las variables, los maestros y los ambientes,
tendremos que ver que esas relaciones son cambiantes y que no son de
pronto lo mismo a lo que eran en el momento en el que Rosseau mencionó
esas tres relaciones. Hablamos entonces de unos nuevos ambientes, unos
nuevos objetos y unos nuevos roles.
Esos nuevos ambientes aparte de la escuela, el hogar y el mundo de la
vida, que en algún momento se consideraron, aparecen entonces los
medios de información y comunicación.
Aquí quisiera aclarar que cuando hablamos de nuevos ambientes en
términos de medios de información y de comunicación estamos hablando no
solamente de ambientes que pueden ser, para algunos, artificiales si no que
para nuestros nuevos actores y para los actores que somos hoy, que hemos
nacido y crecido dentro de lo tecnológico, esos nuevos ambientes son
también naturaleza, no son artificiales, son parte de la vida y de la vida
social y cotidiana.
Hago la diferencia también entre medios de información y comunicación, los
de información son aquellos en donde nosotros recibimos y ofertamos 105
información: el periódico, la televisión, la radio, funcionan clásicamente
como medios de información, se hace un intercambio informativo;
generalmente funcionan, no digamos que en doble vía, a pesar de que,
bueno, con lo que nos explicaban ayer sobre todo en la tarde, los Tips los
blogs en este momento permiten que exista esa doble vía, esa
bidireccionalidad. Pero inicialmente fueron construidos desde una
unidireccionalidad como medios masivos.
Entonces los medios de información han tenido, clásicamente al menos, esa
característica de ser unidireccionales, eso es lo que los hace diferentes a los
medios de comunicación: cuando hablamos de ellos ya no hablamos de la
unidireccionalidad sino de la bidireccionalidad y de la multidireccionalidad.
De ahí que por ejemplo las Tecnologías de Información y Comunicación
(TICS) digitales, que hoy también hacen parte de nuestra vida cotidiana,
son mucho más que medios de información, son medios que reúnen la
información y la comunicación. Internet entonces es uno de ellos, son
nuevos ambientes y nuevos ambientes de aprendizaje. No podemos negar
que hoy por hoy la educación va a pasar no solamente por la escuela, por el
hogar, por la familia, sino también por esos mismos medios de información
y comunicación e incluyendo esas TICS digitales o lo que para otros en
algún momento fueron las nuevas tecnologías.
Buenas tardes.
Quisiera simplemente dar como primera medida mi agradecimiento a El
Colombiano y a la Universidad Pontificia Bolivariana por permitirnos este 129
espacio y por haber pensado en mí para reflexionar sobre un punto tan
debatido como es la responsabilidad formadora, inicialmente se había
planteado de una empresa periodística.
Cuando yo recibí la invitación le dije a Clara Elena Tamayo: yo no me atrevo
a hablar por una empresa periodística porque en este momento ya no estoy
vinculada a la planta de esa empresa a la que presté mis servicios
periodísticos durante tantos años, Caracol Radio, estoy haciendo
simplemente un programa que va al aire los domingos, pero no me siento -
ni aun cuando estuviera todavía vinculada- con la autoridad para hablar en
nombre de la empresa periodística.
Dije entonces: pongámosla la responsabilidad formadora del periodista
porque finalmente una empresa periodística no es más que la suma de
periodistas. Entonces creo que desde esa óptica podemos entendernos
mejor.
“Muchas personas piensan que el mundo está viviendo los espasmos del
Apocalipsis porque nunca en la historia se habían visto tantas catástrofes
como presenciamos cada día en las pantallas de la televisión. Ello obedece
en parte a un error de percepción. En los viejos tiempos del mundo, cada
quien se enteraba solo de las cosas que ocurrían a su alrededor”.
William Ospina (Revista Cromos, Enero de 2006)
Con esta frase, extractada de una columna del escritor William Ospina
empiezo la tarea encomendada por Prensa Escuela de ayudar a reflexionar
sobre el papel formador de la actividad periodística.
Nunca antes los lectores, oyentes y televidentes se vieron literalmente
“bombardeados” por tanta información como la que reciben hoy en día por
todos los medios; bombardeo que, justamente por su intensidad y
frecuencia no deja espacio para pensar, analizar y entender lo que está
sucediendo en los distintos frentes.
Qué es lo que siente un lector, oyente o televidente después de ver el
noticiero, después de que lee el periódico, después de que escucha la radio
en las mañanas: hay tal cantidad de cosas que no hay oportunidad de saber
qué es lo importante, qué es lo realmente trascendente, qué es lo que
deberíamos asimilar. A riesgo de que no asimilamos realmente nada y nos
pasa -como decía el profesor Cajiao ayer- como con lo de la bandeja paisa,
que es la mezcla de todo, se come rápidamente cuando uno tiene mucha
hambre y luego termina indigestándolo a uno.
Se me dirá que a qué viene tanto lenguaje bélico, esto del “bombardeo de
imágenes” y la “guerra informativa”: pues sí… eso es lo que pienso, que las
principales víctimas de la guerra informativa son precisamente los
consumidores de información cada vez más abundante, pero también
fragmentada, cada vez más variada, pero también superficial, cada vez más
polifacética, pero también descontextualizada.
Digamos con Thomas Davenport que lo que se requiere hoy por hoy es una
verdadera “ecología de la información” que sitúe al ser humano y a la 130
sociedad como ejes entorno a los cuales gire esa información, pero con un
propósito: el de volverla verdadero conocimiento útil para el mejoramiento
continuo de la calidad de vida de las personas… Y es ahí donde el papel del
comunicador, del periodista, cobra su verdadero sentido como profesión,
orientada no solamente a informarle a la gente lo qué sucede sino a
aportarle elementos para que analice por qué sucede… para qué sucede…
qué consecuencias traerán esos sucesos… cómo remediar los efectos de eso
que sucede y más aún, cómo prepararse para evitar repercusiones dañinas
o para aprovechar de la mejor manera posible las consecuencias de lo que
está sucediendo. Eso es formar.
Pongamos un ejemplo, cuando se habla de una inundación que se lleva
varias casas o pueblos, y solamente nos limitamos a informar el número de
víctimas, el resultado de la catástrofe, el “balance” que es una expresión
muy de los periodistas. Si de allí no trascendemos a por qué sucede eso,
por qué la gente está viviendo en las laderas de los ríos, qué consecuencias
puede tener en el futuro esa inundación o avalancha y sobre todo cómo
prevenirla, cómo evitar que vuelva a suceder, no estaríamos cumpliendo
realmente una tarea que pueda llamarse realmente periodística y realmente
formadora.
Quizás cuando se menciona la expresión “formación” se tiende a pensar
generalmente en el hogar… en la familia, o en la escuela… en el maestro y
se les traslada a ellos la responsabilidad formadora; pocas veces se atribuye
esta tarea a otros estamentos sociales. Incluso al hablar sobre la tarea
formadora de los medios de comunicación, se remite generalmente a los
programas y/o publicaciones educativas. Para no ir muy lejos en el
esquema nacional de la televisión pública hay un canal –por cierto de bajo
rating- dedicado a difundir programas culturales y educativos, mientras los
canales de mayor sintonía se dedican primordialmente al entretenimiento y
a la información (también cada vez más cargada de entretenimiento).
Acostumbrados como estamos a planteamientos esquemáticos nos
quedamos con ese viejo diagrama que acabo de describir, olvidando que la
audiencia se forma, se malforma y se deforma en el día a día; para decirlo
en otras palabras: ese entretenimiento o esa información –deliciosamente
empacada en envoltorio entretenido, incluidas presentadoras muy bien
vestidas o poco vestidas- cumple lenta y casi imperceptiblemente, aunque
no se lo proponga, su tarea formadora: forma modelos sociales por la vía de
la imitación, forma esquemas o estilos de vida con los cuales el público
sueña: entonces hay que tener una casa como la que vi en la novela, hay
que vestirse como la protagonista de la novela, hay que hablar como el
protagonista del programa famoso del momento; de alguna manera forma
lenguajes, giros idiomáticos, yo creo que todos nos hemos sorprendido
diciendo expresiones que hemos escuchado en los medios.
Todos los medios, quiéralo o no, son producto de la sociedad en la que se
originan y a la vez le dan forma. Es como una retroalimentación que se
produce independientemente de que la planeemos o no, de que
reflexionemos sobre ella o no.
Lo que trato de decir es que no podemos quedarnos con la idea de que a un
lado están los medios masivos llenos de entretenimiento e información
ligera y al otro los medios educativos y culturales, casi siempre aburridos. 131
Ese esquema está roto por la práctica cotidiana: todos los medios repito,
quiéranlo o no, son producto de la sociedad en la cual se originan y a la vez
le dan forma –cualquiera que ella sea- a esa misma sociedad.
Eso significa que si se produce esta situación, independientemente de que
reflexionemos sobre ella o no, más vale la pena intervenir a tiempo; tomar
conciencia a tiempo de las consecuencias de lo que decimos o publicamos a
través de los medios masivos, si queremos de verdad asumir una tarea
formadora en el sentido positivo y útil del término.
Si somos conscientes de la repercusión formadora que tiene el periodismo
pues vamos a producir efectos más rápidamente porque los medios masivos
tienen un mayor poder multiplicador.
Vuelvo aquí a la columna de William Ospina titulada “El Naufragio” pues,
precisamente lo que el escritor plantea en ella es que esa sensación de
Apocalipsis que le queda a la audiencia cuando termina la emisión del
noticiero, después de que se acaba de leer el periódico o acaba de escuchar
la radio, ese convertirnos en “… vanos espectadores del drama planetario,
inermes testigos del derrumbamiento de una época”, nos está llevando a
sentirnos muchas veces desesperados y vacíos… a convivir resignadamente
con frases como “Aquí ya no hay nada qué hacer”… “A este país se lo llevó
el diablo”… o “A esto ya no lo salva nadie”, olvidando como lo dice Ospina,
el inconmensurable valor del individuo que aunado con otros individuos
forma comunidades que si quieren, pueden cambiar el estado actual de las
cosas.
“Pareciera que no dependen de nosotros las guerras ni la solución de las
guerras, pero tenemos el deber de pensar que nuestra voluntad puede
tener un peso sobre ellas” subraya el columnista y nos convoca a “…
detener con nuestra imaginación, con nuestro esfuerzo, con nuestra fe, con
nuestras oraciones, con nuestra música, con la infinita posibilidad de actos
creadores que alientan en nuestro corazón y en nuestros brazos, la marcha
de los potros de la destrucción, las máquinas inerciales del lucro, las
guerras de la infamia y las de la necesidad, las pestes y las depredaciones
que siguen suspendiendo su amenaza sobre el tejido de civilización, que a
veces parece tan exquisito y tan frágil como una tela de araña”.
Esa convocatoria va para todos, pero entre los primeros que acudamos a
ella deberíamos estar los comunicadores, por una simple y sencilla razón: lo
que hagamos en el ejercicio de nuestra profesión, si somos conscientes de
su repercusión formadora, produce efectos más rápidamente, por ser hecho
en un medio masivo con un poder multiplicador que otros oficios o
profesiones no tienen.
La pregunta a estas alturas seguramente será: ¿pero… cómo hacerlo?... ¿de
qué manera puedo yo como periodista que cubre determinada fuente y
simplemente se limita a transmitir la información que recoge, ejercer esa
tarea formadora con un sentido positivo y benéfico para la sociedad?
¡Naturalmente que no pretendo tener la respuesta a esa pregunta!... Pero sí
quisiera aportar en este espacio de Prensa Escuela, unas cuantas
reflexiones y varios ejemplos de lo que ha sido mi experiencia en algunos
trabajos que creo pueden haber generado resultados en el sentido que
vengo planteando. 132
Empiezo con cuatro reflexiones relacionadas con el oficio mismo del
periodista:
La primera tiene que ver con la Ética, vista como el conjunto de normas que
rigen la conducta humana, pero especialmente como herramienta para
distinguir lo que es bueno de lo que es malo para el humano y para la
sociedad, sin consideraciones relativas a intereses particulares, gremiales,
políticos, económicos, comerciales, etc.
Dejo este punto apenas enunciado pues difícilmente podría agregar algo a
lo que estoy segura trató con maestría el decano del periodismo en
Colombia, Javier Darío Restrepo. Simplemente permítanme subrayar que
cuando hablamos de código de ética para el periodista es necesario saber lo
que es bueno pero también querer que eso bueno ocurra: conocimiento y
voluntad son pues indispensables. Pero además hay otras dos
consideraciones que debemos observar: la Moral en el sentido de aquello
que es bueno de acuerdo con las costumbres y el Derecho, en la medida en
que fija los límites de los deberes jurídicamente exigibles o coercibles.
Pongamos un ejemplo en lo moral, y que es muy reciente, producto del
trabajo que vengo realizando para el Fondo de población de las Naciones
Unidas, ustedes seguramente han escuchado con horror que en la
comunidad Emberá de Risaralda se aplica la ablación del clítoris a las
mujeres: sale la noticia, se hace el escándalo mayúsculo, se atropella
inmediatamente toda la información y se habla de los bárbaros indígenas;
viene una sentencia de un juez que dice que es una práctica bárbara que
atenta contra la integridad de las mujeres, y atropellan totalmente a esta
comunidad que inmediatamente se cierra y no permite que nadie vaya
siquiera a averiguar qué fue lo que pasó.
Al punto de que hay mujeres en la comunidad indígena que cuando
recibieron la visita del Fondo de población dijeron “de qué están hablando,
eso no es verdad, y además si así fuera es problema nuestro, es problema
de las mujeres además”. Sin siquiera permitir reflexionar sobre que el
problema no era de las mujeres sino de los hombres Emberá que exigen a
la mujer la ablación del clítoris para garantizar su fidelidad.
Obviamente, si el periodista desconoce que eso pertenece a la moral
Emberá, o sea a aquello que es bueno de acuerdo con las costumbres, entra
atropellando e inmediatamente produce el cierre de esa comunidad y el
impedimento del trabajo. De hecho se lleva más de dos años, casi tres,
trabajando para que se logre la aceptación de esa realidad por parte de la
comunidad. Miren toda la trascendencia que tiene saber lo que moralmente
es tolerable o no en una comunidad.
Y finalmente la parte jurídica: es deber de todo colombiano,
independientemente de su profesión y oficio conocer el marco jurídico que
nos rige, pero ese deber es imperativo para quienes ejercen el oficio de
informar, ya no es si queremos. Digamos que cualquier otro profesional
puede darse el lujo de ignorar de pronto ciertas normas y cuando se
acuerda es que le cayeron. El periodista no puede hacer eso, el periodista
tiene que conocerlo, no se trata de que todos seamos juristas, pero sí de
conocer por lo menos los fundamentos del estado de derecho: la
Constitución Política, que además de la estructura del Estado consagra los 133
derechos, las garantías y los deberes de los colombianos.
Déjenme subrayar solo estas tres porque tienen que ver con las personas
para las cuales informamos: el Artículo 15 de la Constitución que dice que
todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su
buen nombre y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar; cuando yo
me entrometo en la intimidad de una persona y publico su vida estoy
violando ese derecho a la intimidad.
El Artículo 21 que dice que se garantiza el derecho a la honra y la ley
señalará la forma en que esta honra se protege, la honra, la fama el buen
nombre de las personas. O el Artículo 29, y este sí que se viola todos los
días yo creo: toda persona se presume inocente mientras no se le haya
declarado judicialmente culpable. Yo creo que cada vez que una noticia
judicial sale en las páginas de los periódicos, en la radio o en la televisión
las personas ya están condenadas por los medios, independientemente de si
finalmente lo son por la justicia o no. Ahora, no entremos en el debate de si
la justicia está siendo justicia formal o justicia real, porque ese ya es un
debate muchísimo más de fondo.
A propósito de derechos y libertades podemos caer en la tentación de
aprenderlos y tenerlos en cuenta siempre y cuando nos beneficien. Todos
los periodistas sabemos de la libertad de expresión, la libertad de fundar
medios, la libertad de difundir mi pensamiento, eso es “sacrosanto”. Pero
cuando se imponen límites a esas libertades o se habla de los deberes y del
respeto que hay que tener, ahí sí... Ya no me toca a mí.
Y por eso la segunda reflexión se relaciona con los límites que esa libertad
de expresión debe tener para evitar lesionar otras libertades. Y aquí
extraigo dos frases que quiero traer para el debate:
“Libertad no significa arbitrariedad, todo acto humano pone de manifiesto
cierta moralidad, al menos por el fin que persigue”, nos recuerda Henri
Batiffol, en su Filosofía del Derecho.
Y Jairo Sandoval en el Manual de Normas Esenciales sobre Medios de
Comunicación subraya que “… el periodista está obligado a observar las
normas morales mínimas necesarias para una convivencia ordenada en
sociedad. La ética periodística impone, en consecuencia, ciertos deberes
que no son diferentes de las demás actividades, de otras profesiones, y por
lo tanto son normas de conducta que guardan relación con el papel que
desempeña y de su compromiso con la verdad”. Hay una ética periodística
pero hay una ética para todos, independientemente de las profesiones que
desempeñen.
Estos planteamientos ético-jurídicos nos llevan a una tercera reflexión: la de
la responsabilidad social del periodista, dentro de la cual se enmarca ésta
de la cual estamos hablando: la responsabilidad formadora, que se ha ido
diluyendo ante el embate del entretenimiento como valor dominante, en
especial en los medios electrónicos. Y en esto sí quiero ser justa: pienso que
la prensa escrita se ha salvado un poco de eso, en la medida que todavía
conserva muchos espacios para la reflexión, para el análisis, para la
profundización, que son como el nicho que le va quedando a la prensa
escrita.
134
Pero de todas maneras hay medios escritos que han caído en la veleidad de
mezclar una cosa con otra, de mezclar por ejemplo información cultural con
farándula para tratar de hacer como cuando el niño no quiere comer y
entonces uno le licúa las verduras en la sopita para que se las coma.
Entonces se revuelve la farándula con la cultura a ver si la gente come
cultura. Pero la gente no es boba, la gente se da cuenta qué le están
vendiendo realmente.
Desde este enfoque de responsabilidad social los comunicadores debemos
tener en cuenta que cada vez que una noticia habla de la violación de un
derecho es obligación del periodista, recordar la existencia de ese derecho,
las consecuencias de su violación y los caminos que de acuerdo con la ley y
la organización social existen para defenderlo.
No basta de que hablemos de una mujer abusada, tenemos que hablar de
que eso es delito, y que ese delito es penalizable, y de que hay unos
aparatos en el Estado que tienen y deben funcionar para que ese derecho
sea restablecido, y que si no funcionan es igualmente obligación del
periodista denunciarlo.
No sobra a esta altura llamar la atención sobre el derecho de rectificación
que tienen las personas que se consideran víctimas de una información
equivocada, mal intencionada o que de alguna manera daña su buen
nombre.
Cuando en el afán de informar primero se afecta el rigor informativo y lo
que se publica no coincide con la realidad, la propia Constitución consagra
el derecho a la rectificación en condiciones de equidad; aunque el adagio
diga que “de sabios es rectificar”, mejor acatar primero otra sentencia
popular: “más vale prevenir que curar”… Averiguar bien… cerciorarse…
contrastar fuentes… confirmar… son verbos que hay conjugar antes de
informar, para no vernos obligados a rectificar.
Cerrando esta tercera reflexión digamos que libertad de prensa no significa
solo rechazar las limitaciones arbitrarias, sino también proteger la dignidad
humana, fortalecer las redes sociales, la cultura democrática, la
participación ciudadana, la verdadera controversia política, los espacios
para el otro, las elecciones transparentes, la tolerancia y la posibilidad de
transformar la realidad.
Al respecto recojo un reciente pronunciamiento precisamente del Maestro
Javier Darío Restrepo en entrevista realizada por Daniel Erosa durante el II
Encuentro Becas Avina, en Cartagena: “Cuando la información contiene los
datos de una carta de navegación que muestra los caminos posibles,
cuando la información estimula la convicción y la ambición de cambiar la
realidad, cuando el periodista entiende que parte de su servicio es crear
inconformidad con lo existente en busca de una realidad mejor por lo justa,
por lo tolerante, por lo pacífica, por lo igualitaria, por lo libre y respetuosa
de cada ser humano, cuando todo esto se da, el periodismo cumple la más
alta y dignificante de sus funciones porque estimula la esperanza”.
Y la cuarta reflexión la dedico a aquellos que son los destinatarios de todo 135
este trabajo de Prensa Escuela: los niños y niñas de nuestro país.
Una vez más es la Carta Fundamental la que nos recuerda los derechos de
la infancia y su característica principal: su prevalencia, que no es otra cosa
que el reconocimiento de que esos derechos están por encima de los
derechos de todos los demás miembros de la sociedad y esa, de ninguna
manera debe ser una simple consagración retórica. Cuando la Constitución
la consagra está trazando una ruta que todos debemos seguir para que
algún día ese sueño sea una realidad.
Estamos trabajando con la escuela virtual del programa para América Latina
y el Caribe del PNUD en un curso de Democracia y Medios de Comunicación.
Es un curso para periodistas, inicialmente de los cinco países andinos,
bolivarianos: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, para trabajar en
el sentido de buscar cómo los periodistas asumen finalmente la
responsabilidad de ser multiplicadores de valores democráticos. Y para ello
es necesario saber qué es la Democracia, para que los periodistas que
cubren especialmente fuentes políticas sepan que su misión no es poner un
micrófono en la boca de un político para que diga lo que le plazca y luego yo
lo transcriba a los medios por los distintos lenguajes sino que yo tengo una
misión de formar realmente Democracia.
Finalmente hay otra experiencia muy interesante, que conecta mucho con la
experiencia de la escuela virtual y es la de talleres para periodistas sobre
distintos temas. He tenido la fortuna de que me convoquen y me inviten
para tratar de compartir con los colegas desde la perspectiva jurídica qué
significa informar, por ejemplo, sobre trabajo infantil. Qué significa
informar, por ejemplo, sobre abuso sexual. Qué significa informar sobre
derechos de las minorías étnicas, para que cuando abordemos esa
información tengamos herramientas que nos permitan no entrarle como si
se tratara de un simple reinado de belleza o de cualquier accidente de 137
tránsito, o de cualquier cosa de las cotidianas que cubrimos día a día, sino
que hay algo más de por medio: derechos, y cuando hay derechos hay
deberes, y los primeros en cumplir esos deberes debemos ser los
periodistas.
Cierro diciendo una frase que me encontré relacionada con este tema, la
escribió Gilbert Keith Chesterton dice: “la única educación eterna es esta,
estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño”.
Muchas gracias.
Judith ha dicho mucho de lo que yo tenía aquí preparado, yo quiero que nos
hagan preguntas, así que simplemente voy a dar unos apartes del Código
ético de El Colombiano, y a aprender mucho de ustedes porque nosotros
cometemos muchos errores, se nos van mucho las luces y son luces muy
evidentes, porque sin demeritar ningún oficio, en el periodismo un error lo
ven, oyen o leen miles de personas y tenemos que tener la humildad y la
nobleza para saber que nos equivocamos muchas veces.
Seré breve y pregúntenme bastante porque yo misma tengo muchas
inquietudes de cómo ejercemos el periodismo, y tengo muchas inquietudes
con la manera como estamos enfocando el periodismo popular, que podría
ser una labor dignificadora del ser humano, porque no importa el estrato
económico, porque es la dignificación del ser humano de cualquier estrato la
que debe hacer el periodismo.
Yo misma me critico y tengo grandes cuestionamientos con una publicación
que tiene El Colombiano, que ahora pertenece a una cosa que se llama
Grupo Nacional de Medios y ahí estamos intentando hacer una pedagogía y
reflexiones, y demostrando incluso ante la junta directiva que ser popular
no significa tener que ser sensacionalista; pero muchas veces se nos va la
mano, y de verdad que yo quiero que entiendan que es una preocupación
constante del área periodística de El Colombiano.
Entonces me voy a remitir al código ético de El Colombiano, pues con esos
principios intentamos cumplir con nuestra responsabilidad formativa:
Quiero recordar lo que dijo Fernando Gómez en 1946 en el IV Congreso
Panamericano de Prensa en Bogotá, en él propuso como ideal para los
periódicos del continente lo que había orientado al periódico El Colombiano, 138
que él dirigía en ese momento: la buena fe, honradez mental que impone
ser verídico, buscar el periódico los medios adecuados y no filtraciones
interesadas, que es lo que está moviendo el periodismo hoy. Porque cuando
se hace una filtración siempre hay alguien detrás que quiere que esa
filtración salga.
Nosotros no publicamos filtraciones sobre funcionarios, que ahora es muy
común en el periodismo colombiano, siempre lo hemos dicho desde el
famoso proceso 8.000, porque normalmente las filtraciones son interesadas,
sea quien sea quien filtre. Y nosotros no podemos ser idiotas útiles ni
posibilitar que se genere una mafia de correveidile y de filtraciones para
crear desesperanza en un país que va a tener un buen futuro.
Entonces la buena fe es buscar los medios adecuados para averiguar la
verdad, la buena fe indica rectificar los errores, la buena fe es no recortar la
opinión ajena si al hacerlo esa opinión queda tergiversada.
En caso de formular cargos debe darse a los acusados la oportunidad de
explicar su conducta, poner las distintas caras de la moneda. En Colombia
son muchas, no son dos, así de atípico es Colombia, pero así de maravilloso
para tener esperanza y construir futuro.
Es deber reparar el daño causado injustamente por nosotros los periodistas
cuando se ha informado sobre el inicio de un proceso y la persona que
estaba implicada es absuelta, hay que sacar esa información y no en
cualquier rincón o en la hora de menos audiencia sino con el mismo
despliegue y en el mismo espacio u hora de audiencia en que se sacó
cuando la persona había sido sindicada. Toda persona es inocente hasta que
no se le compruebe que es un delincuente.
La vida privada está fuera de la actividad informativa, noticia u opinión,
salvo cuando afecte el orden público o el orden social. Y yo agrego, cuando
ese acto de la vida privada afecte la actividad de gobierno o de poder, si
está en una rama de poder.
El derecho del público a conocer los sucesos es diferente a la curiosidad del
público, hay que conocer las cosas pero como decía Judith, el cómo, el
cuándo, el por qué, el análisis, ponerle el contexto, las consecuencias, el
ambiente, los códigos morales.
El dolor debe ser respetado, cuántas veces se nos van las luces y no
respetamos el dolor, debe evitarse todo lo que pueda servir de incentivo a
la inmoralidad, tanto en lo literario como en lo gráfico, se nos ha olvidado
mucho eso y se nos olvida que los medios de comunicación hablados,
escritos, audiovisuales, la televisión en Internet que ya se nos vino, llega a
los niños y ellos tienen derecho a que se les forme y se les forme
adecuadamente.
El lenguaje injurioso, la vulgaridad y la difamación son indignos de un buen
periodista.
El interés privado no debe sobreponerse al interés público, es peligroso y
por lo mismo el periodista no puede sublevar las pasiones de las personas,
las pasiones que todos tenemos pero que no son adecuadas. 139
No se debe publicar para generar alarma, a menos que esa alarma sea para
prevenir al público de alguna amenaza. Tampoco se debe servir de
enseñanza para la comisión de delitos: exponer los vicios y los delitos se
justifica solamente para precaver, para que la sociedad lo repruebe y para
que no caiga en esos vicios o delitos, para que se cumpla una función de
ejemplo de lo que no se debe hacer pero no se debe caer en el
sensacionalismo.
Juan Zuleta Ferrer, que fue director después de Fernando Gómez, y se
formó en la escuela de El Colombiano, previno en junio de 1970 sobre los
nuevos peligros para el periódico y el periodista: “hay una azarosa
infiltración en la prensa de elementos incapacitados para tan ardua labor,
hay otros que obsesionados por el afán sensacionalista distorsionan la
noticia, alteran su sentido, deforman su valor y juegan ligeramente con
altos intereses de la patria y el pueblo. Otros están dominados por su afán
insaciable de lucro y de privilegios y menosprecian la labor serena, honesta,
incansable, que es un apostolado desprovisto de subsidios y de gajes. Los
periodistas para ser dignos de este nombre deben observar una ética,
defender su independencia, conservar su dignidad, tener el valor de
enfrentarse a cualquier forma de presión o coacción, aunque al final de su
vida, en la hora del viaje final, estén ‘ligeros de equipaje’ según la frase de
Antonio Machado”.
Verdades y equilibrio
Un resumen de los principios éticos generales del Manual de Estilo de El
Colombiano en la revisión del año 2002, Reinaldo Spitaletta y Javier Darío
Restrepo fueron quienes juntaron todo lo que venía de la tradición desde la
fundación de El Colombiano y lo pusieron al día incluyendo cómo se tiene
que interpretar hoy, pero hay unos pilares éticos inamovibles:
“Si la verdad ha de acompañar a los hombres de bien, tratándose del
periodista hay que decir que es la sustancia de su profesión. O el periodista
busca decir la verdad siempre y en todo, o no está llamado a esta
profesión”, Fernando Gómez Martínez.
Antes de su publicación toda información debe ser verificada. Verificar es
anterior y de mayor obligatoriedad que publicar. Por eso es preferible
publicar una noticia con retraso, yo siempre digo que es preferible salir bien
y salir un día después pero habiendo verificado, y verificar en todos los
términos.
En El Colombiano, y fallamos mucho, los rumores y el chisme no son
noticia, pueden sí usarse como pistas, como primeros pasos para llegar a
una noticia verificada y confirmada. El Colombiano acude a varias fuentes
de información con el fin de ofrecer a sus audiencias una visión plural de los
hechos, aunque no publique necesariamente esos puntos de vista sí los
tiene en cuenta al elaborar sus informaciones como garantía de un equilibrio
informativo. Equilibrio que no es equilibrismo.
140
De este equilibrio es ejemplo una serie periodística sobre los problemas y
avances de la Comuna 13 que ganó el premio Rey de España y hemos
seguido haciendo seguimiento a qué pasa en esta que es una de las
comunas de Medellín.
Hemos intentado mostrar las distintas realidades desde la perspectiva de las
víctimas pero tratando de generar esperanza y soluciones, y de mostrar
caminos.
Otro ejemplo de equilibrio fue una serie sobre los ríos convertidos en
tumbas. Queríamos llamar la atención sobre los desaparecidos por
miembros de los ahora conocidos como ex-autodefensas o bandas, que
también siguen delinquiendo, sin olvidar también los grupos guerrilleros y
de narcotraficantes.
No se trata de entregar los puntos de vista extremos, sino de explorar otros
puntos de vista, analizar coincidencias y diferencias y ofrecer al lector, a la
audiencia, elementos de juicio suficientes. Por eso les decía ahora que
Colombia es un país tan atípico que las monedas no tienen dos caras, tienen
montones de caras; y no tienen que ver con los dados del carriel
antioqueño.
En El Colombiano este es un deber ser que tratamos de cumplir y es una
utopía porque nos equivocamos mucho: no debe publicar informaciones
erróneas, si a pesar de todo llegase a publicarlas se corregirán con
franqueza y claridad para reparar en cuanto sea posible la desinformación o
el daño que el error pudiera haber causado. El error cometido en primera
página se rectificará en la misma primera página, de modo que la
rectificación corresponda a la gravedad del error y del daño.
La independencia como bien supremo del periodismo
En el tema de la independencia se acoge el principio fundamental de la
libertad de prensa y la norma constitucional colombiana del derecho a la
información. El Colombiano rechaza toda práctica de censura: si la verdad
es la sustancia para informar, la libertad es el aire que debe respirar como
orientador, como educador y como crítico.
Es un deber mantenerse a salvo de cualquier caso de presiones, en el caso
de la veracidad e imparcialidad de las informaciones: hay intereses
económicos pero en El Colombiano hay que buscar el bien común. Es
preferible un periódico de condiciones modestas pero libre a una empresa
periodística opulenta pero dependiente.
Responsabilidad en el ejercicio de la libertad, “hemos caído en la cuenta de
que se nos impone una responsabilidad consistente en usarla con rectitud y
siempre para el bien común. Nunca una noticia de El Colombiano debe
causar daño a las personas”, la persona es antes que la noticia, la persona
es más importante que la noticia. La noticia puede ser un hecho
escandaloso o puede afectar a la nación, o trastornar a la economía, o
impresionar hasta la psicosis a muchas personas, o enardecer a otras
personas hasta inducirlas a las vías de hecho, o afectar el honor y la 141
tranquilidad de un hogar.
El periodismo popular como oportunidad de formación ciudadana
Un reto bien difícil que tenemos en El Colombiano, que como casa editorial
tiene varias publicaciones, es su diario popular en una alianza con otros
medios. Y el reto es ser popular sin caer en el sensacionalismo o el
amarillismo. Ser popular pero enseñar democracia participativa y valores.
Este reto ya lo asumió la dirección general del periódico, y a partir de
errores propios y de los errores de otros medios de esa alianza -cuyos
principios éticos no coinciden del todo con los nuestros-, estamos
demostrándoles a los periodistas, empezando por los del diario popular
Q’hubo de Medellín, y a otros editores jefes y directores, que ser popular no
significa, ni tiene que significar, ser sensacionalista.
Nosotros intentamos trabajar por la equidad, por el conocimiento recíproco
de los ciudadanos de distintos estratos económicos. Muchas veces miramos
la paja en el ojo ajeno y no miramos la viga en el propio.
Por eso trataremos con máxima delicadeza y prudencia los casos de
suicidio, por consideración con la propia persona, para con los sentimientos
de su familia, y para la sociedad a la que debe evitar el riesgo de que por
imitación se ponga en peligro la vida de las personas. Está comprobado por
la psiquiatría y la psicología que las noticias sobre suicidios pueden generar
en las personas que tienen tendencias suicidas y que están en un estado de
depresión, suicidio.
En estos días oía yo la noticia de 15 suicidios seguidos en Cartagena, los
medios tenemos mucha responsabilidad en eso. Desde los años 30 El
Colombiano hablaba de no publicar noticias de suicidios, a veces nos
equivocamos.
Intentamos rechazar toda forma de difamación, de sensacionalismo, porque
es una deformación de los hechos, es sobredimensionarlos, y porque es un
intento voluntario o involuntario de manipular a las audiencias.
El Colombiano es una empresa privada guiada por el interés del público,
intentamos dar cabida a las informaciones que contribuyen al
fortalecimiento de la paz y aún informando sobre hechos de violencia y
terrorismo tratamos de expresar rechazo a todas las formas de violencia.
Las noticias de orden público relacionadas con acciones terroristas o de
violencia serán objeto de un tratamiento especial para evitar que su difusión
contribuya a crear una acogida del terrorismo como la solución a los
conflictos. Hacemos seguimiento informativo y editorial a los procesos de
diálogo entre el gobierno y los delegados de las guerrillas y ex-autodefensas
porque intentamos que se llegue a un diálogo.
Estamos convencidos de que había que llegar a la seguridad después del
momento que habíamos vivido, después de un proceso de paz que empezó
muy lindo, con muy buena voluntad, pero que nos faltó planearlo para que
fuera gana-gana de todos los sectores, y no que fracasara como tristemente
fracasó.
Todo grupo político, religioso, étnico, social, debe ser tratado con respeto y 142
contará con la posibilidad de difundir sus puntos de vista y expresiones.
Para El Colombiano serán siempre reprobables la intolerancia, el
exclusivismo, la violencia, el fraude, la coacción, sea quien fuere el que los
practique. Defendemos el derecho de toda persona a la vida y la libertad,
por tanto las informaciones relacionadas con estos derechos intentarán
reflejar ese propósito, y en ningún caso servirá ni directa ni indirectamente
a los objetivos de secuestradores o de terroristas.
Difundiremos los Derechos Humanos y el Derecho Internacional
Humanitario, y cada vez que entran nuevos equipos de periodistas jóvenes,
volvemos a hacer cursos sobre Derechos Humanos y Derecho Internacional
Humanitario.
Quiero dejar acá. Iba a referirme a la línea editorial, la responsabilidad de
los columnistas, la responsabilidad del periódico y a la responsabilidad de
los anunciantes.
En todo caso, ahora estamos muchísimo más interactivos en El Colombiano
que antes, en una estrategia que llamamos Tips y las tradicionales cartas al
director que las llamamos hoy “puntos de vista” o “cartas de los lectores”.
Ayer ustedes escucharon a las personas encargadas de esos temas.
Intentamos trabajar por la Democracia y la equidad pero estoy muy de
acuerdo con Judith en que primero tenemos que definir qué es Democracia,
o cuál es la Democracia que queremos para este país.
En cuanto a estar con la sociedad, con la comunidad, además de Prensa
Escuela -que existe gracias a todos ustedes- tenemos el Colombiano
Ejemplar para destacar a los colombianos, ojalá no visibles, que hagan algo
por alguien en los distintos campos del saber y con una vocación de
servicio.
El Colombiano se preocupa de la vida en todas sus manifestaciones, y en
especial del ser humano integral, tiene secciones y revistas que responden
a temas que interesan al ser humano. Que lo entretienen, que sugieren
cómo hacer cosas útiles, que le dan elementos para que agende actividades
en familia, le explica adelantos científicos, de salud. Le permite leer buenas
crónicas, entrevistas, lo que un español llamó “lecturas felicitarias”.
De modo que este es el deber ser, tenemos muchas equivocaciones, y me
encantaría que me halaran las orejas. Gracias.
Carlos Alberto Giraldo Monsalve
Tenemos muchas inquietudes pero mientras termino un breve proceso de
selección yo quisiera observar algunos asuntos cruciales que se han ido
planteando en las observaciones que hacía Judith y en los puntos de vista
que planteaba Ana Mercedes.
Yo creo que hoy -más que nunca- es necesaria en los medios la cualificación
para hacer frente a este Apocalipsis del que hablaba Judith, y del vértigo
con el que se suceden unas informaciones tras otras, el cual nos impide
hacer esa digestión con la que finalmente terminamos despistando,
deformando las lecturas de la realidad y la comprensión de los hechos.
Cuando Judith planteaba la necesidad de ir más allá de ese papel de
ventrílocuos de la realidad a mí me surgía una inquietud y por eso me 143
parece importante que desde su experiencia, especialmente en la radio, que
es un medio tan afectado por la inmediatez, nos hablara un poco de cómo
se resolvía en la práctica la necesidad de buscar ese tránsito del periodismo
de declaraciones que Daniel Santoro, autor argentino, llama “la lucha contra
la declaracionitis” para pasar a un periodismo que contextualiza, que
ahonda, que documenta, que se plantea un mayor rigor en el examen de la
realidad.
¿Qué se hacía con los periodistas y cuáles eran las observaciones del equipo
directivo en Caracol Noticias para que los periodistas no se quedaran en ser
meros notarios de la realidad y cómo compartir esa experiencia para que se
convirtiera también en una reflexión sobre el papel que tienen que jugar los
medios hoy haciendo ese examen mucho más amplio de la realidad?
¿Y qué les parece si les cuento que las esquelas, los obituarios, tienen una
poética maravillosa? Les cuento un poco más detenidamente lo que hice
con las esquelas ¿Cómo puedo entrar –me preguntaba- a los chicos con
esto de los obituarios? Hablar de la muerte, así como viene en los
periódicos, con la cruz y esa cinta, esa cenefa negra, es muy macabro.
Vamos a buscarle el chiste –me dije-, la parte más graciosa: ¿por qué este
año no nos dedicamos a hacer una recopilación de nombres raros de los que
se mueren? Fue una salida airosa. En las esquelas hay nombres tan
rarísimos, que traigo un texto que escribió un alumno y que puede
confirmarlo. Leo:
Sinforoso y Sinforosa
tienen hoy olor de rosa,
a pesar de que apelliden
ella del Oso, él de la Osa.
Y ¡ay, mamita, mamita!,
aunque el olor se marchita
qué felices se sintieron
al nacer sus dos ositos
y la pequeña pandita.
Como Eufronio y Sisebuto,
y Blanca Hermosa,
ella tan poquita cosa,
que la pobre
ni era blanca…
ni era hermosa.
Ni fue aquélla Milagros del Árbol
ni tuvo nunca Dolores Fuertes de Barriga
aquella amiga
de Consuelo de los Ángeles.
Que se lo digan a Everilda, ilda, ilda,
casada con Felisindo, indo, indo,
-que te bajes ya del guindo-,
yerno de Parachoques y de Alejo,
159
hija de Cebralejo,
buen tipo, de risa abierta,
con fama de buen pendejo.
También se fue de este mundo,
al amanecer el día,
la gran señora Eulalía
sin probar pipas Facundo.
Y Berecundo, undo, undo,
que te tumba tumba tumba
la pequeña Nicolasa.
Nicolasa, Nicolasa
-Eudaldo le preguntaba-,
¿qué te pasa, pasa, pasa?
Y Eustiquio le respondía
poniendo la voz de pito,
cuando se oían los gritos
de la sin par Rosalía.
Ella ya nunca adivina
la pregunta de Nabora:
¿por qué no buscan ahora
una rima consonante?
Profesora
-dijo un alumno muy listo
que se llamaba Calixto-,
ya tengo buscada la rima.
¿Con quién rima Rosalina?
Con la joven Adonina,
con la vieja Vitalina,
la tía gorda
de mi más querida vecina.
¿Y Vesindera?
Yo me entero, tú te enteras.
¿Y Eustiquio?
Tiene nombre de hemistiquio.
¿Y Recesvinto?
160
Tú lo pintas, yo lo pinto.
Calixto quitó la visera
y se rascó la cabeza
buscando encender la bombilla.
Y después le dijo a su madre,
que se llamaba Charo:
Hay que ser un mal padre
para bautizar a tus hijos
con unos nombres tan raros.
Lo escribió un alumno, como dije. Lo que hice fue llevarlo a casa, y a los
cuatro o seis días lo leí en clase, pero añadí cosas -esa es la función del
profesor-, subrayándolas en el texto. El texto está tal cual. Su
aprovechamiento es otra cosa: encabalgamiento (p. ej.: vv.7-8), frases
hechas (que te bajes ya del guindo), incorporación de palabras de otras
latitudes del mundo hispánico (nosotros no usamos habitualmente la
palabra pendejo), metáforas (p.ej.: encender la bombilla), lenguaje
publicitario… En este último caso, la referencia a las pipas “Facundo”, tan
populares en España y en cuyos paquetes va impresa la publicidad: “Y el
toro dijo al morir: / siento dejar este mundo / sin probar pipas Facundo”.
Este juego nos divirtió mucho.
Y así otras muchas anotaciones y datos que no necesitaban muchas
explicaciones teóricas, porque las ven en sus propios textos, lo que, además
de diversión, significaba que ellos mismos eran sus artífices y se implicaban
más en todo el proceso. La metáfora, por ejemplo, es seguramente más
utilizada en la calle que en los propios textos literarios. Dedicar a ver
ejemplos que ellos constatan ayuda definitivamente a la comprensión.
Aprovechaba las esquelas para hablar con el resto de profesores, con el fin
de que ellos añadiesen otros enfoques. Por ejemplo, los de matemáticas
explicándoles las estadísticas de la edad de las muertes, pirámides de
población… En otras áreas podían hacerse aplicaciones de carácter
sociológico, para deducir edades o causas de muerte. Y todavía se puede
dar una aplicación mayor recurriendo al concepto de enfermedad-gasto y en
qué se emplean los presupuestos generales del Estado, qué partidas hay
para sanidad y si están o no justificadas…
A veces en las esquelas vienen los nombres con que eran conocidas las
personas fallecidas. Jugábamos entonces con los motes, tanto individuales
como colectivos, y sus valores, historia… Esto me permitía hablar en 161
algunos casos de la jitanjáfora, una palabra rara, según me decían. “Pero
muy hermosa” solía decirles. Es cuando se aplica un término en una
composición poética que produce movimientos y ritmos. Se da en muchos
países del Caribe, Cuba entre otros, y a los chicos les gusta efectivamente
muchísimo escuchar poemas jitanjafóricos, que con frecuencia no dicen
nada, o aparentan no decir nada, pero que marcan un ritmo especial.
Buscar el ritmo de la palabra es un juego divertido y enriquecedor.
Siempre he dicho que mi autor preferido es García Márquez, pero que me
emociono con poetas Nicolás Guillén. Utilizo mucho la poesía porque creo
que tiene un valor educativo extraordinario, sobre todo si recitas, si les
haces el juego. Si les permites que ellos cuenten, intenten, prueben, llega
un momento en que se entusiasman. De hecho, anualmente hacía un recital
de poesía con tres o cuatro alumnos-rapsodas cada día. Ellos mismos
votaban para elegir al finalista de cada día. Con ellos, la gran final. El
ganador, aparte de tener una buena nota, recibía libros como regalo de mi
parte.
¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
Acuememe serembó,
aé;
yambó,
aé.
Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!
Con este poema, ¿no les puedo enseñar lo que es la onomatopeya? –y así
entramos en lo musical-. El bolero de Ravel es pura onomatopeya. Como
digo, me gusta mucho la poesía, y a los chicos, si se les cuenta bien, suelen
agradecerlo. Creo que la poesía tienes unas enormes posibilidades
pedagógicas.
Les contaba que Nicolás Guillén había sido el poeta de una clase humilde, 162
cubana, que entonces era la de los negros, la de los mulatos. Federico
García Lorca fue el poeta de otra clase oprimida, los gitanos.
Escuchen a Lorca:
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.
163
¿Se dan cuenta de que trato de integrar? Mis clases son hablar, conversar,
pero en esas clases aprendíamos, sentíamos, nos hacíamos preguntas
permanentemente. Muchos de aquellos niños y jóvenes leyeron a Lorca sin
que fuera necesaria y obligatoria una lección sobre Lorca, y hoy muchos
conocen a Guillén sin que yo se lo haya explicado. Eso sí, les aconsejo que
escuchen a Ana Belén interpretando a Nicolás Guillén, se los aconsejo de
todo corazón. Y otros muchos enlaces que parten de aquí. En la curiosidad –
es lo que los profesores debemos suscitar: curiosidad- está, como en los
clásicos, el principio del conocimiento.
Otro tema que tratamos con mucha frecuencia es la geografía como
disculpa literaria. Primero hay que contar una historia. Por ejemplo,
acababa de llegar de Gambia, que es parte del África profunda. Confieso
que siempre he sido un poco Quijote. Tomé un barco, si aquello se podía
llamar tal, para ir, río arriba, hasta llegar al pueblo de “Kunta-Kinte”. Volvía
a vivir la edad de piedra. Cuando les contaba a los alumnos estas historias,
empezaban a tomar interés. “Vamos a ver en ese mapa –les decía- dónde
está Gambia; acababan la clase sabiendo, al menos, dónde está Gambia.
Es amarilla la mirada
que yo detengo en Faya,
la patria ya lejana de una niñez de moras y de arándanos.
Es amarilla
esta tarde lluviosa y gris de principios de noviembre.
Y sueño con la ternura del corazón
puesta en la mano cálida de una hermosa niña
que me mira cuando digo Daniela,
cuando repito Daniela
y no sepa pronunciar su nombre
en fula, jola, wolof ni mandinga.
Me arrastra su mirada
como la semilla poderosa del amor,
río Gambia adentro, en busca de una isla diminuta
en que la esclavitud
aún resuena a vergüenza y nombre propio.
Tiene nombre de santo la isla de esta negritud,
cerca de otras islas de Perros o Pelícanos,
camino de Juffure,
camino de un hombre que convirtió en símbolo la libertad:
Kunta Kinte resuena como un trueno
-katunga, salunga, barunga-,
en los ojos de quienes tienen sólo tiempo
para morir sin aspavientos,
víctimas del óxido de la ceguera y el olvido.
Es lo mismo morir sobre caña de bambú
o sobre el mar hermoso del atardecer en Kanje,
o en el silencio de los cocodrilos
que custodian la laguna sagrada de Kachi-Kali.
Me lo recuerda el brujo
(samjara, batunga, kamjara)
que dibuja sobre las manos mi futuro
cuando retumban los tambores
en el silencioso clamoroso de la selva.
Esparce sangre por los ríos de la palma,
con las garras del águila
que un día sobrevoló la espesura tupida de estos bosques.
Y la asperge con el agua nutrida con las vísceras
de todos los animales que soñaron ascender a sus cimas vegetales.
Escríbase
sobre las gotas de la lluvia que nacen de las lágrimas
de los pájaros de la memoria.
Y también
sobre los escaparates abiertos en el pecho
para conocer los latidos de corazones poderosos,
sobre los paraguas que nos amparan de las lluvias
de pétalos, sonrisas y relámpagos de amor.
Escríbase
sobre la tristeza de los vientres de las madres
que no han conseguido parir ángeles de risa.
Escríbase
en los trapecios donde se balancean las estrellas,
en los trenes que atraviesan las cordilleras del alba,
en los quirófanos donde se extirpa la luz a las luciérnagas,
en los pasillos en que caminan las semillas de los colibríes,
en los zapatos de charol de los cocodrilos que comen macedonia de pelícanos,
en los pantalones de las jirafas que tocan las trompetas
y convocan a dibujar la madrugada,
en los umbrales de las puertas por las que entran los enanos,
en las ventanas en que se posan unos trenes
llenos de músicas y vientos,
en los vientos que traen besos amarillos de otras tierras,
en las nubes en que viajan mil narices de payaso.
Cuando hablen,
díganselo a todos, háganselo saber,
por favor. Que no se olviden.
Y es que esta es nuestra función: iluminar el horizonte a aquellos que nos
hacen preguntas. Y preguntarnos permanentemente a nosotros mismos en
busca de respuestas. Muchas gracias.