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Esperanza en

tiempos inciertos
Nancy DeMoss Wolgemuth|Esperanza0 Comentarios
    
Las temporadas de adversidad económica o de cualquier otro tipo
no toman a Dios por sorpresa. Él sabe todo lo que está sucediendo
en nuestro mundo y también sabe lo que se avecina. Él está
orquestando todas las cosas para cumplir sus propósitos eternos y
redentores y glorificarse a sí mismo.

A Dios le importa cómo las circunstancias adversas afectan la vida


de sus hijos. Esas circunstancias a veces pueden ser intensas y
dolorosas, pero no tienen por qué abrumarnos, ni robarnos la paz.
De hecho, en última instancia, ¡cualquier cosa que nos haga
necesitar a Dios es una bendición!

Ahora bien, muchas estrategias y herramientas prácticas están


disponibles para ayudar a las personas a superar las crisis
financieras. Aquí hay algunos consejos bíblicos para ayudarte a
fortalecer tu corazón en medio de estos tiempos inciertos.

 Mira hacia arriba, no hacia afuera o hacia


adentro: Nuestra perspectiva y dónde colocamos nuestro
enfoque determina nuestra respuesta a tiempos turbulentos.
Las personas deberían poder mirar a los cristianos y ver una
respuesta a la presión que es claramente diferente:
¡inexplicable!
 
 Cuéntale a Dios tus necesidades: Pídele provisión, sabiduría,
dirección y gracia para perseverar. Pídele a Dios que use esta
temporada de confusión e incertidumbre para lograr el
avivamiento y el despertar espiritual en nuestras iglesias y en
nuestro país.
 
 Aprende el secreto del contentamiento: El contentamiento
surge de creer que Dios ha provisto todo lo que necesitamos
para el momento presente, y que Él proveerá todo lo que
necesitamos en el futuro.
 
 Pídele a Dios que cumpla sus propósitos: Dios usa la
adversidad para mostrarnos lo que hay en nuestros corazones,
para purificarnos y para que dependamos más de Él. Las
temporadas de escasez pueden ser tiempos de gran bendición,
ya que las personas son despojadas de la autosuficiencia y sus
corazones se vuelven hacia el Señor.
 
 Permite que Dios purifique tu corazón: Los tiempos de
escasez pueden ser un medio de la disciplina de Dios, tanto a
nivel personal como colectivo. Pregúntale a Dios que está
tratando de decir en estas circunstancias, deja que examine tu
corazón y luego responde con humildad y obediencia.
 
 Permite que Dios reordene tus prioridades: Los tiempos de
dificultades o pérdidas económicas exponen lo que más nos
importa y lo que realmente amamos. También, brindan la
oportunidad de identificar cualquier tendencia a acumular
«cosas» que no necesitamos y nos permiten dar pasos hacia un
estilo de vida más moderado.
 
 Pon tu confianza en el Señor: Puedes confiar en el Señor. Él
te ama, sabe lo que estás enfrentando y se preocupa por ti.
Estas circunstancias no lo han tomado por sorpresa. Él todavía
está en su trono y está cumpliendo sus propósitos en tu vida y
en el mundo. Confía en Él para satisfacer tus necesidades: Él
proveerá. Ahora es el momento de ver lo que Dios puede
hacer.
 
o Recuerda lo que Dios ha hecho en el pasado.
o Confía en su carácter.
o Repasa sus promesas.
o Detente cuando quieras tomar el asunto en tus propias
manos. No dejes que el miedo te lleve a lugares donde
Dios no quiere que vayas.
 
 Tiende la mano a otros: Sé sensible a las personas que te
rodean y que pueden tener necesidades más grandes que las
tuyas, especialmente a aquellos que hacen parte del Cuerpo de
Cristo. No solo pienses en tus propios problemas, pon las
necesidades de los demás por encima de las tuyas.
 
o Ora por las necesidades de los otros.
o Busca maneras de alentar a aquellos que tienen luchas.
o Comparte con otros. Ayuda a satisfacer las necesidades
materiales, así como el Señor te ha bendecido. Esta es
una oportunidad para que los cristianos demuestren el
evangelio y la compasión de Cristo, para que el mundo
diga: «¡Miren cómo se aman!».
 
 Practica dar como Cristo: La tendencia natural en tiempos
de incertidumbre financiera es aferrarse a lo que tenemos y
dar menos. ¡Pero qué oportunidad para demostrar la grandeza
y el poder de Dios a la hora de dar! Pregúntale a Dios cómo
puedes ejercitar la fe y reflejar su corazón generoso dando en
este momento.
 
 Regocíjate en el Señor: Independientemente de lo que esté
sucediendo en el mundo o de tu situación financiera, ¡no dejes
que el enemigo robe tu gozo! ¡Si lo tenemos a Él, somos
ricos, tenemos todo lo que necesitamos y tenemos razones
para regocijarnos!
Gracias Señor por
interponerte en mis planes
Débora Dilge de Peralta|Gratitud, Maternidad9 Comentarios
    
Durante una conversación con una ex compañera de la facultad, me
hizo la pregunta infaltable:

- ¿Trabajas?

- Mi respuesta: «Sí, claro; trabajo en mi casa, soy esposa y madre


a tiempo completo»

Esa respuesta casi siempre causa decepción. «¡Qué derroche!


Tantos años de estudio para quedarse en la casa.» En esos
momentos recuerdo lo agradecida que estoy a Dios por interponerse
en mis planes.

Proverbios 21:2 dice «Todo camino del hombre es recto ante sus


ojos»

Durante el transcurso de nuestras vidas vamos planificando nuestro


futuro; primero estudiaré, segundo me casaré, tercero tendremos la
casa propia, recién después de eso buscaremos los hijos y así
sucesivamente vamos proyectándonos. Pero por mucho que
programemos nuestra vida, no siempre acontece como deseamos.
Dios tiene un propósito y ordena todo para llevarlo adelante.
Tal vez como yo, hayas planificado una vida ¿Pero qué si Dios
quisiera interponerse y cambiar nuestra dirección?

Muchas veces nos proyectamos con base en nuestros propios deseos


y según nuestra prudencia, como dice Proverbios 21:2: Todo
camino del hombre es recto ante sus ojos, pero el Señor sondea[a]
los corazones. Nuestro Padre sabe lo que es mejor para nosotros y
nos manifiesta su voluntad, Él ordena toda circunstancia para
encaminarnos en ella, y cuando nos adentramos en «Su» plan y
comenzamos a conocer su diseño, vislumbramos el cuadro casi
completo de su obra.

Nunca antes había considerado la maternidad como un área


importante en mi vida, de hecho tenía otro objetivo en mente, como
desarrollarme profesionalmente, lo que no sabía era que Dios tenía
algo mejor reservado para mí y por su gracia quiso intervenir en mis
planes y darme la luz para comprender el hermoso ministerio de la
maternidad. De alguna manera Él nos encamina en su voluntad y
cambia nuestro rumbo, no siempre estamos dispuestas a agradecer
cuando interrumpen nuestros esquemas, muchas veces nos
comportamos como necias y nos quejamos de las circunstancias,
pero si no fuera por la intervención de Dios estaríamos caminando
en nuestra propio entendimiento dejando a un lado el rol bíblico que
Dios nos ha dado.

Hoy podemos dar gracias a Dios al expresarnos sus propósitos en su


Palabra. Cuando toda la sociedad nos dice que la maternidad no es
un aspecto importante de la vida, Dios nos dice que es nuestro
ministerio en el cual Él quiere que nos deleitemos. Dios quiere que
seamos mujeres contracultura y nos está llamando a servirle a Él en
la vida hogareña, que nos convirtamos en profesionales del hogar.

Aunque el feminismo quiso sacarnos a muchas de nuestras casas, y


llevarnos por la senda de la autosuficiencia y el autodesarrollo, Dios
se interpuso y nos regaló un llamado más sublime y más eternal,
como es criar hijos para Su gloria.

Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del
Señor prevalecerá.- Proverbios 19:21 (NTV)
 

¿Te unes conmigo en agradecimiento a Dios por el grandioso


llamado de la maternidad?
Oración:

Gracias Señor por manifestarnos tu voluntad, tú sabes lo que es


bueno para nosotras y nos has dado el privilegio de servirte en
nuestros hogares, ayúdanos a amar el ministerio que nos has
encomendado. Gracias porque tus caminos son verdaderamente
rectos, ordena nuestros pasos. Amen.

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