él hará” (Salmo 37:5) Introducción: Por lo general nuestro camino no sigue el orden que este versículo nos enseña. Siempre queremos ver a Dios actuar y nuestras oraciones están nutridas de pedidos en los cuales queremos que Dios haga algo a nuestro favor. Sin embargo, el punto de inicio debería ser encomendar a Dios nuestro camino. Es decir, entregarle nuestros planes a Él desde el comienzo. Esto quiere decir que nuestro camino esté en sus manos y no en las nuestras. ¡Esto cuesta! Porque al quedar en sus manos significa que se cumplirán sus tiempos, que será con sus recursos y que Dios usará a quien quiera. En definitiva, no será a nuestra manera sino a la manera de Dios. Cuán importante llega a ser la vida del hombre en todas sus circunstancias. Todos quisiéramos tener una vida segura y tranquila. Pero esto no siempre es así. Por eso las escrituras comparan la vida del hombre con un camino, un lugar por dónde transitar. Les comparto esto, porque ha sido mi experiencia de vida. Uno trabaja, no solo para cumplir con el rol bíblico, que nos indica que los varones debemos proveer para nuestras familias, sino que mayormente el rol que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros, sobre todo cuando nos llama a servir en el ministerio. Por otra parte, en el camino de la vida, se nos mueve el piso, cuando en el área material no tenemos un trabajo que nos permita ganar lo suficiente para vivir bien. Además, que el hombre es inconformista. Nunca estamos tranquilos, siempre queremos más. Pero, que pasa, cuando nos toca vivir un proceso de cesantía y de perder un empleo, que en algunos casos nos ha dado cierta estabilidad. De la misma manera, ocurre, en el plano espiritual. Nosotros queremos intervenir en nuestro futuro, asegurándolo con armas carnales. Es entonces, cuando las palabras de este versículo adquieren importancia. Debemos encomendar nuestro camino a Jehová. Espero que este sermón sea ilustrativo, de lo que Dios puede hacer con cada creyente, y con cada uno de los suyos. Proposición: Hoy veremos 2 consejos que nos comparte el salmista al “Encomendar nuestro camino a Jehová”. 1° Consejo: Confiar en él (en Dios). Explicación: Un elemento indispensable que precede al actuar de Dios es nuestra confianza en Él. ¿Qué es confiar? Demostrar confianza (esperanza firme) hacia una persona. Otra definición es, depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene alguna cosa. El significado bíblico de Confianza se refiere a la certeza de que Dios está con nosotros, de que su presencia y nuestra fe están en perfecta sintonía. La palabra confianza es sobre todo un acto de fe, es confiar en aquello que creemos, o sea en Dios, que él es bueno, y que él sabe dirigir nuestra vida mejor que nosotros. Es depositar en Dios nuestra vida, nuestro hogar, nuestra salud, nuestro trabajo, nuestro destino, absolutamente todo. Las dificultades en nuestro caminar diario, probará la calidad de esta confianza por lo que en medio de las dificultades no haremos nada que al Señor le desagrade, por ejemplo: si estamos en necesidades económicas no jugaremos a la lotería o haremos cualquier chanchullo o engaños para sacar beneficios, porque sabemos que Dios nos sacará del apuro, ya que lo ha prometido. Son en estas circunstancias cuando tenemos que mantenernos firmes y demostrar quienes somos. Ilustración: Una hermana que era bien pobre. Se llamaba Teresa. Ella trabajaba muy duro haciendo tareas domésticas. La pobrecita ganaba muy poco. Sin embargo, ella era una mujer cristiana que rebosaba el amor y la alegría del Señor. En cambio, había otra hermana, también cristiana, que era “bien sombría y tosca”. Un día, esta le dijo a la empleada doméstica, “Teresa, yo entiendo tu felicidad de hoy en día, pero tus perspectivas futuras no son muy prometedoras. Suponte, por un momento, que te enfermaras y no pudieras trabajar. O, suponte que tu empleador decidiera mudarse lejos, y tú no pudieras encontrar trabajo en otro lugar. O, suponte sí… “basta ya” contestó la hermana Teresa. Ella dijo: Yo nunca supongo nada. Solo sé que el Señor es mi Pastor, y con él nada me faltará. Además, le dijo a su pesimista amiga: “Son todas estas suposiciones las que te están haciendo sentirte miserable y deprimida. Déjate de tanta tontera… ¡Y CONFÍA EN EL SEÑOR!” Aplicación: Proverbios 3:5-7 dice "Confía en el Señor de todo corazón..." y continúa "y no te apoyes en tu propia prudencia". Todo nuestro corazón, sin ninguna reserva, debe depositar su confianza de forma completa en Dios. El peligro es valernos de "nuestra propia prudencia". El versículo 7 reafirma esto y nos dice que no seamos sabios en "nuestra propia opinión". Cuando nos ponemos de pie en nuestras capacidades personales y confiamos en ellas, abandonamos nuestra confianza en Dios. La prudencia y la sabiduría son necesarias, pero en Dios debe estar siempre nuestra confianza final. Eso es confiar en Dios, o sea, depender 100% de Dios. Debemos, por lo tanto, aprender a caminar con Dios confiando plenamente en él. 2° Consejo: El (Dios) hará. Explicación: La versión PDT dice: “Entrega al SEÑOR tu vida; confía en él y Dios actuará. Dios hará o Dios actuará. ¿Qué es actuar? Comportarse o proceder [una persona] de una manera determinada. Bíblicamente hablando, él actuar de Dios se refiere a, poner acción algo en favor de los suyos. Es obrar o ejercer actos propios de su naturaleza. La naturaleza de Dios es Santidad, amor, misericordia. Dios pondrá en acción todo lo que muestre su amor hacia nosotros. El quiere lo mejor para cada uno de nosotros. Quiere que cada uno tenga el mejor cónyuge, tenga los mejores hijos, tenga la mejor familia, tenga el mejor futuro. ¿Por qué no siempre esto es así? Porque no dejamos a Dios actuar. Ilustración: Para iniciar nuestra Iglesia el año 2003, necesitábamos $600.000.- $240.000 era el costo del arriendo mensual, más $240.000 del mes de garantía, más $120.000 el costo de la comisión de la Corredora de propiedades. Con algunas ayudas de ofrendas que habían realizado algunos pastores que me conocían, entre ellos, las de mis dos hermanos, David y Pablo, más la de la Iglesia madre, de dónde salí al ministerio, me refiero a la iglesia de Las Condes, más la iglesia de Toesca, y alguna otra, por ahí, había logrado juntar solo $300.000 en casi 4 meses. ¿De dónde sacaría el resto? Por más que buscaba alguna solución humana, no lograba encontrar la respuesta, así que solo me quedaba esperar en Dios, en que él actuará. Lo pusimos en oración con mi esposa. Yo justo debía viajar a Brasil por 5 días por el IBN, pero antes de viajar, visitamos unos amigos en San José de Maipo. Era un sábado. El domingo por la mañana viajaba a Brasil, así que antes de viajar visitamos a nuestros amigos. Después de tomar onces, y ya de noche, al despedirnos, Jean Paul, el dueño de casa me dijo. Pastor Manuel tú has venido muchas veces a vernos y a orar por nosotros, y nunca nos has pedido nada a cambio, así que espérame un poquito que tengo algo que darte. El fue a su casa, nosotros estábamos en el estacionamiento, adentro del auto. El volvió como en dos minutos y me entrego un papel doblado. Yo supe inmediatamente que era un cheque, pero como estaba oscuro y no había suficiente luz, se lo pasé a mi esposa y le dije que lo guardará. Al día siguiente viaje a Brasil, y 5 días después estaba de regreso en Chile. La Corredora de propiedades me había dejado el recado que si tenía el dinero nos juntáramos el lunes siguiente para firmar el contrato. Yo tenía las ganas, pero no el dinero. Conté el dinero de nuevo, y la suma era $300.000.- En eso me acorde del cheque de mi amigo, pensando que era una ofrenda de unos $10 mil o $20 mil pesos, pero para sorpresa mía y de mi esposa, el cheque era por $500.000.- ¡Gloria a Dios! Dios había actuado, y nos había dado $200.000 demás, dinero que fue utilizado en la inauguración de nuestra iglesia. Aplicación: Hermanos, si queremos que Dios actúe, es esencial para esto, reconocerlo en todos nuestros caminos ¡Dios debe estar presente en cada cosa que hagamos! Y entonces él enderezará nuestro camino y actuará en nuestro favor. El nunca deja desamparado a uno de los suyos. El siempre actúa a nuestro favor. Conclusión: Encomendarse a Dios, es echarse en los brazos del Señor, cuando uno no puede hacer ya nada y todo parece estar perdido, sin solución. Encomendarse es, por lo tanto, más que confiar. Hay momentos en la vida que tenemos que tomar decisiones importantes sin esperar, sueños que realizar, problemas que solucionar sobre todo en situaciones límite, pero no vemos la salida, ni el modo, ni los recursos por ningún lado y no queda tiempo para reaccionar. Dios quiere que en estas circunstancias le presentemos todas estas cosas con plena fe y paciencia. Hermano, hermana, recuerda Dios siempre tiene el control: El cerrará puertas, pero abrirá otras, para que sigamos el camino que él nos ha señalado. Esto será en su tiempo, no en el nuestro. Por muy desesperante que sea la situación debemos esperar en Dios. El mismo Salmo 37 en el versículo 34 dice: “Espera en Jehová, y guarda su camino”. Esto implica que un creyente debe aprender a convertir su camino (su vida) en el camino de Dios. Si así lo hacemos, nuestros enemigos caerán y los problemas se solucionarán, para que reconozcamos que nuestro Dios merece nuestra alabanza y nuestra adoración. Hermanos, “Encomendar nuestro camino a Jehová” significa que debemos poner todo en sus manos y confiar en Él, y sin dudas ¡Él hará! Recuerda el versículo leído: Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Que en esta mañana pongamos nuestros caminos en las manos del Señor; confiemos en él, y él se encargará de todo. Entregarnos al Señor significa encomendarle todo a Dios: la vida, la familia, el trabajo, las posesiones. Confiamos en Él sabiendo, que él cuidará de nosotros, mejor de lo que nosotros mismos podríamos hacerlo, esa es la experiencia de muchos creyentes, ¿quieres que sea la tuya hoy? Les invito a orar y a Encomendar nuestros caminos a Jehová.
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