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Sánchez García Carolina

Don Quijote, ¿héroe o tonto?

El presente ensayo se propone demostrar si el Quijote es un héroe o un tonto,


esto basado en los contrastes entre la personalidad del Quijote y el ambiente en el
cuál se desarrolla, siempre recordando que hablamos de una obra ficticia. El lugar
del análisis se llevará a cabo solo en la primera parte de la novela cervantina.

El Hidalgo don Quijote de la Mancha, fue escrito en 1605 –la primera parte- y en
1615 –la segunda parte, por Miguel Cervantes de Saavedra; esta obra fue escrita
con un propósito, y este era ridiculizar las malas historias caballerescas.
Cervantes se volvió uno de los escritores más aclamados a nivel mundial, cambio
la definición de la novela, pues anteriormente la novela era una composición corta
y con una temática más simple, marcó la historia de la literatura española, su
novela es considerada como una obra anti-romántica, y entra en el canon de obra
realista, otra novedad es que es una obra cuya estructura se va acomodando de
acuerdo a las invenciones del Quijote, es decir que es una novela de personaje
cuyo tema principal radica en la lucha existente entre el ideal y lo real.

A lo largo de la obra se narran aventuras extraordinarias; como aquella en la cual


el Quijote recibe la ira de la gente por romper un cuero de vino, las personas
estaban verdaderamente molestas; en otros momentos pasó algo similar, como
cuando quiso rescatar a un joven mozo de la violencia desmedida con la cual lo
trataba su amo y solo logró agrandar sus males, hecho que el mismo mozo le
reclama después al Quijote diciéndole:

“el fin del negocio sucedió muy al revés de lo que vuestra merced se
imagina (…) De todo lo cual tiene vuestra merced la culpa, porque si
se fuera su camino adelante y no viniera donde no le llamaban, ni se
entrometiera en negocios ajenos, mi amo se contentara con darme
una o dos docenas de azotes y luego me soltara y pagara cuanto me
debía”1

1
Cervantes de Saavedra, Miguel. Don Quijote de la Mancha. Brontes S.L., Barcelona, 2013.. VIII, 45 p.
Pues, si bien para el hidalgo estas eran magníficas aventuras, normalmente
alguien pagaba las consecuencias de sus actos, o lo que haya consumido en
algún lugar, como en la venta, o bien el mismo Quijote acababa terriblemente
golpeado por entrometerse en asuntos ajenos o salvar a gente que no había
pedido ser salvada. Hecho recalcable, ya que si se midiera la heroicidad del
Quijote con la cuenta de sus victorias, claro está que no llegaría muy lejos, Lo
único que tuvo un resultado positivo de sus aventuras fue el reencuentro de
Luscinda y Dorotea con sus respectivas parejas, y estar como celestina uniendo
parejas no es la tarea de un gran caballero. Entonces si estamos seguros de algo
es que Don Quijote no era un caballero.

Algunos personajes a lo largo de la novela fueron cómplices de las aventuras del


hidalgo, el amable joven que asumió su deuda en la venta y alentó sus aventuras,
por supuesto su fiel escudero Sancho quien sin dudar partió a la aventura de la
mano de don Quijote, con la promesa de recibir tierras y reinar en ellas, Sancho
deja todo lo que tenía por seguir al Quijote, y pese a estar cuerdo, poco a poco fue
entrando al mundo de fantasía del Quijote quien además lo entrenó pues decía
que Sancho no estaba cursado en eso de las aventuras 2, sin embargo Sancho
pensaba que “si no salía con la felicidad que él pensaba, determinaba de dejadle y
volverse con su mujer y sus hijos a su acostumbrado trabajo” 3 puesto que no
estaba dispuesto a realmente perderlo todo.

Viendo esto, es difícil creer que es un héroe, pues ni tiene fama, ni gloria, menos
victorias, los antiguos caballeros no estarían orgullosos de él, ya fuera el Cid, o
Roland no se verían maravillados. Entonces, ¿el Quijote es un tonto? El Quijote es
un personaje cuya imaginación va más allá de todo límite, incluso para el mundo
en el que se desarrolla, concretamente un mundo ficticio. El juego de apariencias
en sociedad es el más antiguo por excelencia, y él abandonó el juego, quiso
buscar aventuras que ya tenía un tiempo que no había, quiso revivir a los grandes,
no supo discernir la ficción de la vida real, él se asombraba, no creyó que era
demasiado increíble para ser cierto, era un ser con confianza, con intelecto,
2
Ibidem. XXXI, 171 p.
3
Ibidem. XXXIIII, 175 p.
aunque sin seso, he was a dreamer, creía en su propia esencia y persiguió sus
sueños de convertirse caballero de la Mancha, ni siquiera fue alguien que sólo
fingió, orquestó una ceremonia para poder tomar las armas, consiguió un
escudero y un caballo, era un ser imparable, y tal vez su gran error fue el de nacer
en la época incorrecta o la gran crueldad de Cervantes de colocarlo en un lugar al
que no pertenecía y sólo lo juzgarían como a un loco, o peor, como a un tonto, no
es congruente en lo absoluto su ambiente y su persona, aunque esta novela
cambio la historia de la literatura, entonces pensar en que este es un hecho tan
descomunal debe de ser por algo.

Cervantes trajo a la vida a un hombre que creía, en lo que leía y en lo que podía
hacer, pues como el Quijote preguntó: “es que quiera darme vuestra merced a
entender que todo aquello que estos buenos libros dicen sean disparates y
mentiras estando impreso con licencia de los señores del Consejo Real.” 4 Para él
era impensable que todas las historias fueran mentiras, no encontraba una razón
para que fueran esparcidas.

¿Cuánto nos toma reconocer que no todo es cierto? Creemos en verdades


absolutas, en hecho, en valores, pero no por que creamos en eso son reales, la
gente miente todo el tiempo, y sobre todo pretende, entra en su papel. Sancho
tomó su papel de escudero, y en los momentos en los que su lealtad salió a la luz
se iba apegando cada vez más al Quijote quien tenía ideas demasiado mágicas,
podría decir que es un héroe del imaginario, él veía sólo lo que quería ver, por
ejemplo: “Don Quijote, que vio los extraños trajes de los disciplinantes, sin pasarle
por la memoria las muchas veces que los había de haber visto, se imaginó que era
cosa de aventura y que a él solo tocaba”. 5

¿Qué lo haría un tonto? Cuando uno lee el Quijote, uno lee lo que el vio, así como
lo que pasó, es igual de real para el lector, claro que la concepción de la realidad
tan marcada que tenemos ahora nos impide creer en los molinos como gigantes, o
en el vino como sangre, cuando no debiera de haber diferencia, el Quijote

4
Ibidem. XXXIII, 175 p.
5
Ibidem. LII, 278.
destruye el tiempo y los utilitarismos, él no creería en el materialismo histórico, el
sólo cree en la palabra de los hombres, en aquello que está escrito y por eso no
debiera de ser falso. Sólo podría hablar de un Quijote tonto si marcamos el real y
el imaginario como algo diferente, no hay que caer en absurdos, todo el Quijote es
imaginación, ¿por qué juzgar entonces?, ¿por qué buscar en las hojas, en las
letras, los juicios que nosotros sólo aplicamos hoy en día?, que siempre hemos
juzgado y limitado la imaginación de los otros, menospreciamos a los niños,
queremos ensalsarnos de cultura e intelecto.

Cervantes cuando escribió el Quijote quiso parar la ola de malas obras. No


porque él supiera que podía hacer algo mejor, sino porque sabía que la gente
podía tener mejores obras, que la humanidad se merecía más, y no solo esa bola
de patrañas mal contadas, pero él no escribió la nueva historia de caballeros, el
nuevo héroe, él construyó un personaje mucho más descomunal, a aquel que
llaman loco, porque supuestamente si no estás completamente al día con tu época
eres un demente o un retrograda, qué tal si las comprendes pero te parecen tan
horribles que no quieres seguirlas, tan vacías, tan vanas.

El Quijote claramente estaba aburrido, insatisfecho, y por eso salió a la aventura,


la imagen anticonformista, eso es heroico, ¿pero es tonto cuando salir de la rutina
es ser un gran caballero? El Quijote soñaba con un mundo diferente, se encontró
a gente, a más de la que uno como lector esperaría, entonces El Quijote es el
héroe de su historia, logró que los otros creyeran en el tan solo un segundo, y sino
que se divirtieran con situación, ellos también entraron en juegos de rol y fingieron
ser otras personas, y también ellos se olvidaban un rato de sus vidas para
escuchar historias de otros que no existieron. Aunque no haya tenido grandes
hazañas caballerescas y haya sido llamado loco demasiadas veces, la gente creía
en él y ha tenido un recibimiento más que increíble a lo largo de la historia.

Personalmente creo que si se lee tan basta novela y se piensa en un mundo real
se cometería un error tan grande que hasta el Quijote podría parecer tonto,
ingenuo, cosa que no es, el Quijote es el nuevo héroe, es el personaje arriesgado,
imparable, él no necesitó gigantes para tener la batalla del siglo, le bastó con
encontrarse enfrente de los molinos y construir su historia, no fue el Cid
campeador, fue más, más gente conoce al Quijote que al Cid, el hidalgo no tuvo ni
el escenario, ni los recursos para ser un caballero, pero sí la madera para ser un
héroe, cambiar vidas, las nuestras, las de los lectores, aquellos que amamos la
literatura y a veces no distinguimos la realidad, los que acabamos de leer los
sonetos de Sor Juana y sin querer hablamos con rimas y adornos después.

Cervantes hizo una novela, que hablaba de literatura y los riesgos de la misma, el
estudiante de letras que no tiene dinero, la locura y el peligro que causa, las
mentiras que pueden contener nuestros libros, porque, repito, no es posible que la
corona permita que se impidan tantas mentiras, ¿qué no es mentira, ni apariencia?
Cada día salimos y somos amables, saludamos, decimos “por favor” y “gracias”,
pero cuántos vivimos la vida que deseamos, cuántos vivimos nuestra vida ideal. El
Quijote nos enseña que sólo basta creernos nuestra historia, claro que tanto
nosotros como Cervantes sabemos que uno no vive de libros o historias
fantásticas, ni nos curamos mágicamente, ni se nos dan las cosas gratis, “este
sobredicho hidalgo (…) se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y
gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración
de su hacienda”6, padecemos lo mismo que el resto del mundo y un poco más,
porque nuestra cordura poco a poco se transforma, y una persona de letras es
muy diferente a cualquier otra, no es ni mejor, ni peor, yo no escribo para juzgar
eso, ni mucho menos, sino que hay una esperanza de ver la vida mucho más
romántica, una tendencia a idealizar, la única diferencia con el Quijote es que el
omitió que hay una parte de realidad, él estaba en el extremo en el que no hay una
línea divisoria y adecuó todo para que su realidad fuera un mundo de aventuras.

Bibliografía:

Cervantes de Saavedra. Don Quijote de la Mancha. Brontes S. L., Barcelona,


2013.

6
Ibidem. I, 19 p.
Solorzano, S. Anaya. Literatura Española. Porrúa, México, D.F., 1968.

https://www.escritores.org/biografias/408-miguel-de-cervantes-saavedra

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-Quijote-de-la-
mancha-6/html/

http://www.monografias.com/trabajos96/analisis-literario-don-Quijote-
mancha/analisis-literario-don-Quijote-mancha.shtml

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