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Sánchez García Carolina

618 05/12/2016
El Periquillo Sarniento
Dentro del orden naciente del caos en la época, es esta novela un gran ejemplo de
cómo se estaba conformando nuestra sociedad mexicana, pero ¿por qué?, hay dos
razones principales que yo personalmente veo, la primera que se puede observar tanto
en la vida de Lizardi como en las notas antes de comenzar la obra es el valor y el status
que el arte podía proporcionar al hombre, esto es remarcable porque el arte es pasión y
decadencia, es técnica y destrucción, es gritar en la oscuridad que no quieres que nadie
te oiga pero sí que te vean, y Lizardi sabía lo que su obra podía significar para el
mundo, sabía cuál era el fin de hacerla, siendo un crítico aparte de ser escritor, siendo
un pensador antes que cualquier otra cosa. Una persona, una persona que quería
despertar una emoción en el pueblo mexicano, lo que me lleva al segundo punto, en el
cual vemos un estilo tan claro, unos valores y una lógica que seguimos apreciando en
nuestros días, vemos como se comienza a crear una identidad mexicana en la cual ya
hay una unión de la estética, y los nuevos conceptos europeos integrados con los
valores de los Antiguos Mexicanos, su amabilidad, sus costumbres, tan perfectamente
claros en el ingenio mexicano, que bien sabemos, es inconfundible.

Con esta pequeña introducción ya puedo comenzar a hablar del libro, me pareció
una obra simpatiquísima, cuyos perfiles están muy bien marcados, realmente sabes
cómo va creciendo el Periquillo, que por cierto se llamaba Pedro por su similitud a un
perico (por su incapacidad de cerrar la boca) lo comenzaron a llamar Periquillo,
Sarniento, que originalmente se apellidaba Sarmiento pero después de enfermar de
Sarna pasó a ser Sarmiento, continúo, conforme va creciendo el Periquillo puedes
sentir cómo sus emociones y sentimientos cambian, todas sus pueriles intenciones, y
deseos se van desarrollando al lado de la obra, teniendo ese aire relajado pero
conservando siempre el fin de ser educativo para otras generaciones y que logren
“escarmentar en cabeza ajena” haciendo la lectura muy fluida y fácil de llevar y
sabemos que ese era un fin del libro.
La novela aborda la historia del Periquillo Sarniento desde sus años más tiernos,
cuando su madre lo llevaba con nodrizas por no querer alimentarlo como la naturaleza
lo dicta, en la reflexión que el mismo personaje hace sobre su historia supone que por
ese hecho su constitución física y moral se ve afectada por la dudosa procedencia de
esas damas, crece siendo un niño en extremo consentido, con un padre prudente y una
madre conservadora, mostró ser un estudiante inquieto, se aburría fácilmente lo que
hizo que su educación fuera en suma inestable, y esto siguió afectando el degenere de
su comportamiento en años posteriores, cuando llegó a su tercera escuela conoció a un
buen hombre y excelente profesor que logró cambiar algo dentro de él y fortalecer las
cuestiones espirituales que ya tenía bastante perdidas, y terminando el bachillerato ante
la duda por parte de su padre de qué sería de su hijo ahora piensa en meterlo a que
aprenda un oficio, a lo que su madre da una negativa terrible y de alguna forma termina
tomando un curso de artes, siendo estas cuestión de su interés desde su primera
infancia, dando un énfasis especial en las cuestiones gramaticales.

Como resolución deciden que el Periquillo iría a una hacienda a aprender el


oficio, y su sorpresa fue grande cuando al llegar a la hacienda se encuentra a Juanario,
un amigo de su infancia, el mismo que lo apodó “Periquillo Sarniento”, resulta que aún
hacen buenas migas y que Juanario es el sobrino del amo. Poco tiempo después se
organiza una comida, a la cual asistió la prima de Juanario, y ¡oh, sorpresa! Al Periquillo
le interesa esta peculiar señorita, haciendo alarde de sus capacidades y conocimientos,
tratando de mostrar todo lo que sabía, logra, sí, impresionar a los invitados, pero,
también molestar a Juanario por dejarlo en ridículo, Juanario muy molesto planea cómo
vengarse del Periquillo y astutamente le dice que su prima estaba interesada en él y
que debiera ir a buscarla a la recámara, el Periquillo ilusamente y fiándose de su amigo
decide ir a emprender tan apetitosa búsqueda agradeciendo la gran oportunidad, pero
grande fue su pena y enojo al entrar a la recámara, meterse en la cama y descubrir que
la dama presente no era la prima, ni mucho menos, sino la madre, que creyendo que el
Periquillo era un ser humano de lo más bajo le pide que deje de inmediato la hacienda.

A su regreso la decepción de sus padres era grande, ¿qué harían con su hijo?,
no eran una familia opulenta, el padre sabía que no le quedaban muchos años y le
preocupaba de qué viviría su hijo, pues a base de tranzas y engaños cualquiera, pero
su hijo no. Las opciones que le plantea a su descarriado muchacho son las de
convertirse en médico o abogado, o bien, estudiar un oficio, y le da, otra vez, su apoyo
incondicional, pero el Periquillo quería la opción más fácil, más práctica, pues realmente
ninguna de esas opciones le apasionaba, y un amigo suyo le dice que el oficio de
clérigo es el mejor del mundo, pues eres respetado, vives con las limosnas y nunca
falta comida en tu mesa, el Periquillo sin más preámbulo dice a su Padre que quiere ser
Clérigo, su padre se sorprende y trata de hacer que el Periquillo entienda que eso
significa tener una vida con muchos sacrificios y limitaciones, pero su hijo no cambia de
opinión y decide emprender su nueva vida. Resulta que esa “nueva vida” lo acercó más
al vicio, al dinero, al azar, al juego y a una vida por completo alejada de los valores y la
rectitud mínimos que se esperaban de él lo9 que nuevamente entristece a sus padres.

Estos deciden que es hora de hacer una intervención y en una cena su madre le
informa que su padre desea meterlo de aprendiz para que por fin haga algo de su vida,
el Periquillo suplica no hacerlo y ahora le da la opción a su familia de permitirle
convertirse en fraile. Naturalmente recibió el apoyo de su familia para llevar a cabo su
conversión pero el día que ya todo estaba dispuesto se dio cuenta que su vida estaba
muy lejos de ser la de un fraile y decide desertar, al poco rato se entera de la muerte de
su padre lo que lo deja sin saber qué hacer o cómo reaccionar, se había quedado sin su
apoyo y guía y al ver su testamento descubre una serie de consejos que durante la vida
de su padre no escuchó y con ellos llegan la carga moral, la culpa y el desconcierto.

Después de narrada la historia puedo decir que es un libro que en cualquier momento
puede ser útil y divertido, pero a nuestra edad te pone a pensar porque la mayoría de
los jóvenes adolescentes no tenemos ni idea de qué hacer con nuestra vida y solemos
confundir el placer con la felicidad, no con lo correcto pero sí con la felicidad y es muy
fácil que no desviemos y caigamos en lo que se ve fácil, y es una forma divertida de
contralo pero con la suficiente seriedad como para ponerte a pensar y sepas que no es
una broma, que estamos en una carrera contra el tiempo y contra nosotros y que en
cualquier descuido chocamos. Verdaderamente disfruté mucho la lectura y es un libro
que trasciende a lo real y a lo práctico.

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