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Julio César Olórtegui Sáenz (UNAP-FCEH)-2020

ACTITUDES: NATURAL Y
FILOSÓFICA
Diferencia entre actitud y aptitud:
 Aptitud de origen latín aptus que significa 'capaz para', es la idoneidad que
posee un individuo para ejercer un empleo o cargo y, la capacidad o disposición
para el buen desempleo de un negocio o industria.

 En cambio, actitud es la voluntad o disposición que posee un individuo para


realizar una determinada actividad y que se manifiesta exteriormente.

¿Qué es una actitud?

La actitud es un procedimiento que conduce a un comportamiento en particular. Es la


realización de una intención o propósito.
La actitud designa la orientación de las disposiciones más profundas del ser humano
ante un objeto determinado.
El filosofar presupone una actitud, es decir “…adoptar un especial punto de vista ante
las cosas, ante el mundo, ante la vida, ante uno mismo”. ( Echano, J. & otros 2001- 3)

La actitud Humana:
Reacciona ante el mundo, las personas, situaciones, hechos y las cosas de modo diverso:
 Las quiere y las cuida;
 Las odia y las destruye;
 Las usa o las consume;
 Las contempla o goza con ellas.

Los seres humanos poseemos dos maneras de querer saber cómo es el mundo:
1. Mediante la observación de nuestros sentidos (actitud natural o prefilosófica),
que nos dice: el mundo es tal y como lo vemos.

2. Y a través de la razón (actitud reflexiva o filosófica), que nos dice que el mundo
no es como parece ser.

La actitud natural o prefilosófica

La actitud natural nos dice: el mundo es tal y como lo percibimos con nuestros sentidos.
El sujeto que tiene una conciencia o actitud natural (ingenua, objetivista y dogmática)
no hace pregunta a otros, ni él mismo se cuestiona. Perdido en su mundo cotidiano,

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concibe el mundo como existiendo, sin atreverse a cuestionar, sin problematizar la


realidad. Como sólo se interesa por el mundo de los objetos, termina alejándose de sí
mismo, con la concomitante alienación que lo convierte en un objeto dentro de los
objetos. Él vive sólo en el plano del saber meramente aparencial, "que se queda en el
parecer de la opinión y responde al puro aparecer de las cosas", desconociendo que hay
otro plano del saber, que es auténticamente real y responde a lo que son las cosas en
realidad.
En la actitud natural la relación sujeto y objeto no es problemática, el ser de las cosas no
resulta problemático; se acepta sin cuestionamiento, y esto permite que los objetos
predominen sobre el sujeto, que, moviéndose en la tendencia objetivista, se olvida de sí
mismo. El sujeto se resigna pasivamente a aceptar tradiciones, costumbres,
convenciones, supuestos, creencias y supersticiones, porque así lo han querido los
demás, porque eso han hecho sus antecesores. En esta actitud el individuo se pierde en
lo cotidiano, en lo dado, en lo instalado, en la inautenticidad y se aliena profundamente.

El hombre, en la actitud natural se deja guiar por opiniones recibidas desde afuera sobre
lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, lo útil y lo inútil. Aquí el individuo es totalmente
pasivo; no hace más que tomar confiadamente lo que se le ofrece como válido. Por esto
carece de claridad sobre los motivos de su obrar, pues no lo inquietan. El hombre de la
actitud natural vive, por decirlo así, en la irreflexión. Es prisionero de un mundo de
apariencias, en el cual está instalado cómodamente sin preocuparse nunca por hacer un
esfuerzo de liberación, es decir, sin tomar en sí la dura faena del preguntar filosófico por
las apariencias, ciega en la realidad de las cosas… La actitud natural se caracteriza por
la ingenuidad.
La actitud natural no suscita en el hombre inquietudes, problemas,
cuestionamientos, crítica ni disensos, y carece de claridad conceptual; se puede decir
que no es un ser "problemático".

Esta actitud está presente en la mayoría de las personas, y que tiene como rasgo
distintivo, el aceptar como verdad, lo que carece de fundamentación racional; Además
es:

a) Asistemática
b) Ametódica
c) Subjetiva
d) Acrítica

La actitud filosófica

Una de las tareas de la filosofía, es la “…propiciar una actitud crítica y potenciar la


capacidad de pensar de forma autónoma usando la razón”. (Doñate, I. &…2002- 7).

Como dice David Sobrevilla, la filosofía tiene como una de sus determinaciones es
orientar racional y general al mundo, y que esta orientación permite a que una persona o
entidad tome una posición ante el mundo, la sociedad y el hombre mismo.
Augusto Salazar Bondy, afirma que tener una actitud filosófica involucra e implica que
vemos el mundo, la sociedad y el hombre mismo, desde una nueva perspectiva, dejando
de lado, las creencias, costumbres y tradiciones que muchas veces no pueden sostener
un análisis racional y científico.

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Se entiende por actitud filosófica una toma de postura frente al mundo, al saber, a la
sociedad y a sí mismo. Es la actitud que asume quien busca “pensar por sí mismo”, al
ser crítico frente a los supuestos que fundamentan a las sociedades y al sujeto. Formar la
actitud filosófica es formar el hábito de “pensar por sí mismo”, tal como lo reza
modernamente el lema kantiano. La actitud filosófica es pensarse a sí mismo; esto lo
hace “la filosofía: piensa el pensar”.

La actitud reflexiva, crítica, filosófica, se opone a la actitud natural o espontánea en que


esta no se cuestiona la vida y la desarrolla respondiendo tan solo a la urgencia de
supervivencia; se opone a la actitud dogmática, aquella que admite ciertas verdades
como principios inamovibles y no sujetos a discusión; rechaza el sometimiento y el
fanatismo; invita a utilizar como guía la propia razón, para ser ciudadanos libres y
autónomos. "Es "vivir despierto", "en alerta", "aguijoneado", no habituado al mundo,
sino en un constante inconformismo. Plantea interrogantes radicales y últimos. Busca el
sentido de la existencia y desborda lo pragmático (es desinteresada). Es un modo de
"humanizarse", porque con ella realizamos lo que nos vuelve más radicalmente
humanos: pensar, desvelar la verdad, descubrirla.
Cuando la mente pensante examina las cosas asume una actitud crítica, y cuando los
sistematiza se da la actividad especulativa. La filosofía es un saber de fundamentación,
hecha del pensar de toda la humanidad sobre sus mayores y más acuciantes preguntas, y
de las respuestas que los mayores pensadores intentaron encontrar.

Apréciese, de paso, al mismo tiempo que se señala en qué consiste la reflexión


filosófica, una comparación entre ciencia y reflexión filosófica. Ante el hecho de la
muerte de un ser humano el problema no consiste tan sólo en determinar si la causa de
la muerte fue un infarto o un cáncer (ciencia positiva) sino en determinar por qué el
hombre es mortal (filosofía); o bien, responder al modo como las cámaras legislativas
elaboran las leyes positivas (ciencia positiva) deja todavía abierta la cuestión de la
determinación de la razón última que, hace necesaria la existencia de tales leyes
(filosofía).

Nuestra época está afectada por una especie de ceguera absoluta con relación a aquello
que precisamente por tener el carácter de fin es lo más valioso, como puede ser la
importancia del amor humano, el significado de las obras de arte o el mismo sentido que
guarda la persona humana.

¿Se podría decir, por ejemplo, que la ética carece de utilidad? Parecería absurdo sin las
consideraciones anteriores. Si algo hay que lamentar en la época en que vivimos es
precisamente la ausencia de conocimientos tan necesarios como los de la ética para dar
a la conducta humana su cauce adecuado. A un nivel no científico, la ausencia de, la
virtud de la prudencia explica en la historia que nos ha tocado vivir una serie de
opciones dramáticamente negativas.

Quizá lo único que pudiera devolver al hombre el significado de su ardua existencia, el


sentido de sus acciones, la luz de sus desvelos y sacrificios sería una adecuada filosofía
moral. Es todo un mundo el que aparece: el de los valores, el del bien, el del amor, el de
la ley, el de la responsabilidad, el del bien común, el de la justicia, el de la fortaleza, el
de los derechos, etcétera.

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Existen diversas actitudes que el hombre a través de la historia a manifestado en


diversas actividades y propósitos, veamos algunas de ellas:

La actitud pragmática
El pragmatismo es una tradición filosófica centrada en la vinculación de la práctica y la
teoría. Describe un proceso en el que la teoría se extrae de la práctica y se aplica de
nuevo a la práctica para formar lo que se denomina práctica inteligente. Posiciones
importantes características del pragmatismo incluyen el instrumentalismo, el empirismo
radical, el verificacionismo, la relatividad conceptual y el falibilismo. Existe un
consenso general entre los pragmatistas de que la filosofía debe tener en cuenta los
métodos y los conocimientos de la ciencia moderna.
La piedra angular del pragmatismo es la redención de la idea de verdad (y otras
nociones como el bien y la belleza) en la filosofía post-kantiana. Aunque según los
pragmatistas el conocimiento objetivo podría ser imposible, se puede redefinir la verdad
como aquello que funciona desde nuestra limitada forma de experimentar la realidad.
El pragmatismo fue creado en los Estados Unidos a finales del siglo XIX.  Charles
Sanders Peirce (y su máxima pragmática) merece la mayor parte del crédito por el
pragmatismo, junto con William James y John Dewey, contribuidores de finales del
siglo XIX.
Pierce describió el pensamiento de la escuela con la siguiente máxima pragmática:
«Considera los efectos prácticos de los objetos de tu concepción. Luego, tu concepción
de esos efectos es la totalidad de tu concepción del objeto».
Considera las cosas como objetos de uso y consumo; las cosas la distinguen por su
utilidad. Busca la eficacia y utilidad.
Es una corriente filosófica que se caracteriza por la búsqueda de las consecuencias
prácticas del pensamiento.
Para Bunge, M. el pragmatismo: “La doctrina filosófica según la cual la praxis(acción)
es la fuente, el contenido, la medida y el objetivo de todo conocimiento y todo valor…;
la utilidad es la prueba de todo…la verdad es tanto un eufemismo para la utilidad
práctica como algo prescindible; la creencia, incluso si es acientífica, es justificable si
<<funciona satisfactoriamente>>…Rechaza todas las ideas no prácticas…”. (Bunge,
M. 20027-168)
El pragmatismo sitúa el criterio de verdad en la eficacia y valor del pensamiento para la
vida.
Teoría filosófica según la cual el único medio de juzgar la verdad de una doctrina moral,
social, religiosa o científica consiste en considerar sus efectos prácticos

La actitud estética

Por su parte el término estética (aesthetics) del griego αἰσθητικός (sensible), trata de la


belleza y de la teoría fundamental y filosófica del arte. Se relaciona con la esencia y

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percepción de la belleza y fealdad. Estudia las razones y las emociones estéticas, así
como las diferentes formas del arte, es el dominio de la filosofía que estudia el arte y sus
cualidades, tales como la belleza, lo eminente, lo feo, lo inarmónico.
Actitud estética es una categoría filosófica propia de la Estética que se entiende como
la predisposición de la acción de un individuo hacia aquello que considera bello o no,
según su propio ideal de belleza.

La actitud religiosa

Es la actitud que ve las cosas como la obra de un ser supremo. Todas las cosas son obra
de Dios. A través de la actitud religiosa el creyente fundamenta su existencia en el
mundo y también, por lo menos en muchas de las religiones, vive en función de una
existencia futura, más allá de la muerte.
Su vivir presente o mundano, es generalmente preparación para el vivir futuro, en donde
obtendrá premio o castigo según sea el caso.

La actitud moral
La actitud moral es en filosofía, aquella forma de ver la vida por parte de las personas
en donde se realiza un análisis de la bondad o maldad de los actos o hechos. Esto se
valora desde el punto de vista ético. 
Es la actitud frente a las acciones humanas, a la conducta humana. Para esta actitud los
actos humanos son buenos o malos.
La actitud moral de una persona es su orientación básica frente a la vida. Cuando es
sana, consiste en la constante voluntad de cumplir con lo que es moralmente recto. Esto
implica mantener una actitud en el que el beneficio personal este subordinado a las
exigencias de la moralidad objetiva.
Pero si la persona deja que sus propios deseos prevalezcan sobre los valores moralmente
objetivos, su actitud moral, puede llegar a ser malsana. La actitud moral se desarrolla
durante todo el transcurso de nuestra existencia, y sólo el que es capaz de autoanalizar
su comportamiento, podrá determinar si está actuando de acuerdo a las normas morales
que rigen una sociedad determinada.

La actitud científica
En términos generales, puede definirse como la predisposición a «detenerse» frente a las
cosas para tratar de desentrañarlas. El trabajo científico, en lo sustancial, consiste en
for- mular problemas y tratar de resolverlos.
Entre todas las posibles formas de dar respuesta a una pregunta, las dadas desde la
ciencia son especiales: su validez o invalidez nace de interrogar a la naturaleza, a través
de la experimentación y no de la adecuación a preferencias personales, construcciones
sociales o códigos de ética. Como resultado, el método científico nos mantiene objetivos
y honestos: está diseñado para que sea siempre la naturaleza quien guíe nuestros
avances y para que no nos engañemos a nosotros mismos.
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En la ciencia, son exclusivamente los hechos y las características medibles de la


naturaleza los que determinan la validez de una explicación.
La ciencia es, más que un cuerpo de conocimiento, una forma de pensar sobre el
mundo. Más aún, el pensamiento científico no es exclusivo de las ciencias
naturales. Claude Lévi-Strauss, padre de la antropología moderna, dijo: “El científico no
es una persona que da las respuestas correctas, es quien hace las preguntas correctas”.
Esta tiene como características el de ser:

• Objetiva.
• Explicativa.
• Metódica.
• Sistemática.
• Selectiva
• Verificable

Bibliografía:
Bunge, M. (2007). Diccionario de Filosofía. Quinta edición en español. Siglo xxi
editores, s.a. de c.v. México, D.F.
Doñate, I. & León, F. & Melero, M. & Muñoz, C. (2002). Introducción a la Filosofía.
(Filosofía I). Editorial Biblioteca Nueva, S. L. Madrid-España.
Echano, J. &Martínez, E. & Montarelo, P. & Navlet, I. (2001). DIANOIA. Filosofía.
Primera edición. EDICIONES VICEN VIVES, S. A. Barcelona-España.
Salazar, A. (1964). Iniciación Filosófica. Segunda edición. Editorial y Librería Arica S.
A. Lima-Perú.
Sobrevilla, D. (2014). Introducción a la filosofía. Primera edición. Universidad Ricardo
Palma / Editorial Universitaria. Lima-Perú.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pragmatismo

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