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Desarrollo psicosocial durante los tres primeros años

El desarrollo psicosocial inicia desde la gestación, durante los primeros tres años en
el cual se sufren y se experimentan muchos cambios emocionales, cognitivos y físicos que
determinan la personalidad de cada ser humano.

Tomaremos como modelo las memorias de Margaret Mead, experiencias personales


y científicas de la antropóloga y las de su hija, que proporcionan una inusual y única
perspectiva acerca de los tres primeros años de vida, que sin duda alguna fue marcada por
la separación y las largas ausencias de ambos padres, pero la señora Mead fue siempre muy
meticulosa con las personas que se encargarían de cuidar su pequeña hija, Mead (1972)
establece que “su cálida responsabilidad, su confianza y su interés activo en las personas y
las cosas…crearon el marco para sus expectativa de que el mundo era un sitio amigable”
(p.266). Sin duda la señora Mead y su hija Mary pudieron realizar conjeturas acerca de un
flagelo que cada vez se hace más grande en el cuidado infantil para los hijos de los padres
que trabajan y tienen que dejar la crianza de sus hijos a terceros.

Al hablar de un tema tan complejo como son las diferentes bases del desarrollo
psicosocial, estamos sin duda enunciando que los bebes comparten y desarrollan patrones
comunes de desarrollo, mostrando de la misma manera un principio de personalidad
diferenciadas, la cual siempre reflejan influencias tanto innatas como ambientales, por lo
cual siempre debemos tener en cuenta unas características esenciales que sin duda nos
muestran la edad y las diferentes actividades y actitudes entre otras.

Estas edades nos dejan ver que los niños evolucionan por etapas, por lo tanto, deben
desarrollar ciertas actividades, emociones y sentimientos; para ello se mencionan las edades
y características que hacen parte de la vida de los niños durante los primeros tres años de
vida:

0-3 meses: empieza a mostrar interés y curiosidad, responde a los estímulos del
adulto con sonrisa.
3-6 meses: puede predecir lo que va a suceder, expresa enojo y desilusión de una
manera recelosa.

6-9 meses: los lactantes participan en juegos sociales y tratan de obtener respuestas
de los demás.

9-12 meses: experimenta miedos y temores frente a las personas desconocidas.

12-18 meses: son exploradores y afianzan su confianza y seguridad en sus


cuidadores o padres.

18-36 meses: aquí de una manera circunstancial experimenta ansiedad al separarse de sus
padres para explorar y experimentar su mundo.

Los niños durante cada uno de los avances en las diferentes edades y etapas,
experimentan, expresan emociones y sentimientos, los cuales les permiten ir afianzándose
en este mundo tan lleno de retos, pero encontramos un elemento que se encuentra
enmarcado en el desarrollo de la personalidad y son las emociones, debido a que estos son
sentimientos como: tristeza, felicidad y temor, las cuales nos muestran claramente su estado
de ánimo, pero también son conocidas y consideradas como reacciones subjetivas a la
experiencia, estas se dan y se desarrollan durante el periodo de la lactancia, también son
unos indicadores muy importantes del desarrollo del bebe.

El llanto, grito, agite de brazos, piernas y cuerpo rígido, son unas de las primeras
señales de emociones que emiten los recién nacidos para manifestar que están irritados o
molestos, el llanto acompaña esta emoción, lo cual le permite comunicar sus necesidades;
ciertos investigadores han distinguido cuatro patrones de llanto, enojo, dolor, frustración y
angustia, todos estos son elementos de las emociones que a medida que los pequeños van
creciendo, sus estados emocionales iniciales se diferencian y se convierten en verdaderas
emociones de alegría, sorpresa, tristeza, asco, enojo y temor.

Cabe resaltar, como aspecto importante, que durante el segundo año de vida aparece
la culpa y la empatía que aumenta con la edad, se dice que la empatía depende de la
capacidad que se tiene para ponerme en los zapatos del otro y que ellos también poseen y
poseen la capacidad de determinar sentimientos e intenciones, por otro lado Piaget nos
indica que el egocentrismo muestra la incapacidad que tiene para ver el otro punto de vista
de los demás, al realizar un paralelo nos señal que la empatía y el egocentrismo son puntos
contrarios del uno al otro.

Es importante partir de conocer y conceptualizar que el cerebro humano se


desarrolla después del nacimiento y este a su vez se relaciona con todos aquellos cambios
que sucede en la vida emocional y van aumentando a medida que los bebes van creciendo y
de esta manera van también modificando sus conductas, apareciendo tempranamente el
temperamento que no es más que la capacidad de reaccionar antes distintas situaciones; tras
un estudio de patrones de temperamento se encontraron tres tipos de niños: fácil, difícil y
lento para entrar en confianza, cabe resaltar que el temperamento lo viven los niños cada
uno a su manera, porque este tiene una dimensión emocional pero con una diferencia
enorme de las emociones como temor, excitación, y descubrimiento, por consiguiente se
han desarrollado más tempranamente.

Al mencionar algunos aspectos muy esenciales en el desarrollo de los bebes nos


estamos refiriendo al desarrollo que experimente el recién nacido, al enfrentarse a un
mundo donde él no tiene una gran fluidez y su repertorio emocional es muy reducido,
depende el ciento por ciento de sus padres o cuidadores, es allí donde este pequeño debe
desarrollar la confianza pero este proceso es mucho más complejo del que se piensa, porque
el recién nacido tiene unas necesidades y solamente las sacia su familia, según Erikson
(1950) expresa que “las experiencias temprana son la clave.”1 (p.245); cabe ampliar que
los primeros meses de vida, él bebe desarrolla un sentido de confiabilidad de la persona y
objetos que lo rodean, un elemento crítico para desarrollar la confianza es el cuidado
sensible, responsivo y consiente.

El apego es sin duda uno de los problemas más comunes que enfrentan en su gran
mayoría, por no decir todos, los niños y niñas lactantes y el vínculo que se ha formado
especialmente con la madre es muy fuerte, porque es reciproco y duradero; muchos
profesionales expertos en el tema han realizado diferentes estudios relacionados con el
apego y encuentran unos patrones que sin duda nos aclaran la concepción que tenemos

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Teorías del Desarrollo de Papalia. Capítulo 8, Desarrollo Psicosocial durante los primeros 3 años;
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sobre este, de igual forma se mencionan clases de apego seguro, que es el de separarse por
corto tiempo para explorar y regresar nuevamente, también encontramos el apego evitante
en este el llanto es escaso cuando su madre se aleja, el apego ambivalente que es cuando
manejan la ansiedad al que su madre se aleja del sitio en el que se encuentra, por último
encontramos el apego desorganizado-desorientado, se refiere al sitio menos seguro para
ellos. Cuando hablamos de apego sin duda la palabra confianza es inminente y básica,
porque para Erikson el éxito de la familia Bateson y Mead reflejó su comprensión y manejo
en este concepto; el apego seguro refleja confianza porque los pequeños experimentan
ansiedad ante lo desconocido y la separación, todo esto le produce desconfianza por
encontrarse con personas desconocidas según R.J.Davidson y Fox (1989)

“La ansiedad ante desconocidos y la ansiedad de separación solían considerarse hitos


emocionales y cognitivos de la segunda mitad de la lactancia que refleja el apego hacia la
madre. Sin embargo, investigaciones más recientes sugieren que, aunque la ansiedad ante
desconocidos y la ansiedad de separación son bastantes típicas, no son universales. El que
un bebe llore cuando uno de sus progenitores se aleje o cuando alguien nuevo se aproxima
puede decir más acerca del temperamento o circunstancias vitales del bebe que acerca de
la seguridad del apego.”2 (p. 249).

Es importante que tengamos en cuenta que el apego es universal y que de una misma
manera la viven todas las culturas.

El apego un vínculo social y emocional positivo que se establece durante la


infancia, y la referencia social hace la complementación, permitiéndole la capacidad de
buscar información emocional para guiar su propia conducta.

La autonomía se ubica en la segunda etapa del desarrollo psicosocial de Erikson,


desde los 18 meses a los tres años de edad, en este periodo los niños y niñas empiezan a
remplazar los juicios de los demás por los propios, cuando aprende a controlar esfínteres, es
un paso gigante a la autonomía y el autocontrol, pero también necesita del adulto reglas y la
vergüenza, que sin duda le ayudaran a reconocer la necesidad de tales limites, donde de una
manera muy significativa aprende valores y los aplica en su vida, entonces la moral
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Teorías del Desarrollo de Papalia. Capítulo 8, Desarrollo Psicosocial durante los primeros 3 años;
pág. 249
también ya hace parte de este individuo porque de igual manera desarrolla hábitos, valores
y motivos que lo hacen sentir que es un ser muy valioso para la sociedad.

La calidad de la relación que establecen los padres e hijos, se debe a la socialización


que han realizado sus padres a temprana a edad, su hija o hijo ayuda de una forma
impactante en el proceso del apego, porque cuando van al centro escolar, este se hace
menos dramático e insignificante entre los niños y niñas, aunque esto no indique que estos
sean iguales, la diferencia de genero siempre demarca de una manera puntual, que el género
femenino suele poseer unas características muy mínimas al otro género, teniendo en cuenta
que las conductas empiezan a parecer a partir del año, pero hay estudios estadunidenses que
informan que las propias familias siempre piensan que él bebe varón caminara primero que
la niña, estos infantes suelen tener la capacidad en el periodo de la lactancia de reconocer
los géneros ya sea por alguna características como el cabello largo entre otros, de igual
manera manejan y empiezan a socializar los juguetes típicos para un género, cabe resaltar
que los padres juegan un papel importante en el afianzamiento de identidad.

Los hijos y las hijas, deben ser preparados por los padres para los cambios que
eventualmente suelen suceder, como la llegada de otro miembro a la familia (hermano o
hermana), ya esto causa malestar y empiezan a realizar actividades o pataletas para llamar
la atención, sin lugar a dudas la atención y el tiempo que tenía la madre no será el mismo
que le dedica, la relación entre hermano mayor y menor representan un papel definitivo en
la socialización de las diferentes relaciones afectivas que se dan entre los diferentes
miembros de la familia, contribuyendo de una manera muy significativa a que estos
construyan entre si relaciones afectivas y duraderas, es muy importante que los padres
sepan manejar el tiempo, el afecto dentro de la cotidianidad para no excluir al hermano
mayor y no provocar en el grandes conflictos.

Se sabe que el cuidado infantil es fundamental porque durante esta etapa el niño
construye su personalidad y necesita de personas que lo eduquen y les den mucho amor,
cuando nos referimos a aquellos padres que trabajan y dejan al cuidado de sus hijos a
terceros, quizás donde se les brinde un cuidado o un afecto muy similar al del hogar, muy
probablemente no afectará de manera significativa su proceso de construcción constante de
identidad.
BIBLIOGRAFIA

Teorías del Desarrollo de Papalia. Capítulo 8, Desarrollo Psicosocial durante los


primeros 3 años, Pág. 235- 268, tomado de
http://www.ceummorelos.edu.mx/libros/libropsicologia.pdf

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