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Dios habla en la biblia a través de los hombres; Dios no escribió las Escrituras de
su puño y letra. Simplemente escogió a unos pocos hombres como instrumentos
suyos, les inspiró lo que quería que dijesen y éstos obedecieron y actuaron. Hay
que tener presente que la biblia fue escrita alrededor de 2.000 años atrás y se
caracteriza la Palabra de Dios por tener un lenguaje verbal y escrito que ayudo a
llegarán hasta nosotros todos los libros Sagrados que hoy conocemos y son
reconocidos por la Iglesia Católica.
Si nos fijamos en nuestro estilo de hablar, veremos que una misma verdad o
suceso lo expresamos de muchas maneras. Corrientemente no nos importa el
modo de hablar, sino la verdad que queremos expresar. Esto mismo pasa con los
autores de la Sagrada Biblia. «Dios habla en la Escritura por medio de los
hombres en lenguaje humano»; por tanto, el intérprete de la Escritura, para
conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los
autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. En
la biblia encontramos diferentes géneros literarios que nos ayudan a comprender
mejor que los autores nos querían transmitir por ello encontramos géneros como
por ejemplo; relatos de historias religiosas, forma de expresión poética, forma de
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Los libros de la Sagrada Escritura tienen tres características que no las tiene
ningún otro libro. Son ellas: la inspiración, la revelación y la inerrancia. Estas
notas hacen que estos libros lleven el sello divino, porque es Dios mismo su
autor. En inspiración se conocen estos tres elementos; Dios autor principal—
como inspirador, el hagiógrafo o escritor—autor secundario-como inspirado, el
libro, como término de la inspiración. Qué se entiende por revelación; revelar es lo
mismo que descubrir, mostrar alguna cosa. Es como remover un velo que
ocultaba algo, quedando ese algo al descubierto. Es, en una palabra, manifestar
alguna verdad oculta o desconocida. La Inerrancia se conoce como la ausencia de
error en la biblia.
Canon bíblico es una palabra que nos hace conocer la autenticidad de los libros
sagrados, se habla también de libros apócrifos que en el lenguaje griego se
comprendía esta palabra por oculto, escondido. Por tanto, en sentido bíblico,
podemos decir que un libro es apócrifo cuando su canonicidad es incierta porque
oculta, razón por la cual no ha sido admitido como canónico. Hay que tener
presente que algunos hermanos separados, reconocen unos pocos libros por
considerarlos ellos poco útiles para la formación de la biblia y creen ellos que son
de origen dudoso y simplemente no están deacuerdo con ellos, pero los católicos
reconocemos los 73 libros como sagrados y de origen divino.
Antes de leer y acércanos a un texto Sagrado debemos hacer una corta oración; lo
otro es dejar que Cristo actué en nuestras mentes y rompa los sellos que a veces
no dejan entender el texto bíblico, siempre el objetivo es Cristo y de allí la caridad
y el amor al hermano, durante la lectura de la biblia se debe hacer despacio y
meditando lo que los libros sagrados contienen. Es indispensable leer con
humildad, con fe y en oración y es valiosa la inteligencia para sacar el mayor
provecho espiritual para nosotros; esta lectura de la biblia con estas
disposiciones, nos ayudarán a comprender mejor en cada circunstancia de
nuestra vida la voluntad de Dios, también se puede escoger un orden el cuál cada
uno opte y según las diversas necesidades personales.
EL PENTATUECO O LA LEY
El libro del Génesis se denomina así porque trata del origen de la creación del
mundo y del hombre. En efecto, génesis en griego significa origen, comienzo. Es el
primer libro del Pentateuco. Consiguientemente es también el primero de la
Biblia.
El Dios del Génesis aparece, en primer lugar, como el Dios Creador. A diferencia
de todos los demás personajes del libro, el Dios Creador no tiene ni genealogía ni
pasado; carece de historia. Esto le convierte en un ser totalmente diferente. Dios
no entra en escena como los otros personajes, sino que lo primero que hace es
crear la escena. Así, se acredita no sólo como el creador, sino también como el
director y señor del mundo y de los seres que ha creado. Este libro lo podemos
distinguir en dos partes; una la historia de los orígenes y la historia de los
patriarcas.
El Éxodo es el segundo libro que aparece en la lista de la biblia, pero según los
especialistas debería aparecer antes del Génesis, porque fue el primero que se
escribió, quizá unos 300 años antes. Pero el tema que trata el Génesis pareció
más oportuno colocar éste en primer lugar. Éxodo significa «salida» y narra «la
salida» de los israelitas de la esclavitud de Egipto.
Uno de los temas fundamentales del libro del Éxodo consiste en saber quién es el
verdadero soberano de Israel y, en consecuencia, si Israel tiene que servir al
Faraón o al Señor su Dios. El decálogo o los diez mandamientos son
fundamentales a la hora de hablar de la preservación de la libertad de un pueblo
y de nosotros mismos hoy; es la voluntad de Dios para cuantos desean conducir
su vida a la luz de la liberación operada por Dios, habría que hablar de un Israel
en camino y, por tanto, de su orientación escatológica.
El libro de los Números cuyo traductor griego de este libro-cuarto del Pentateuco
y de la Biblia, luego el nombre de números, a causa de los censos que se
levantaron, primeramente de la multitud que salía de Egipto y luego de sus hijos
a la víspera de la entrada en la tierra prometida. El propósito del censo era
movilizar a los israelitas como una hueste bien ordenada, mientras se
encontraban en el campamento y durante la marcha. Para acamparse, se dividían
las 12 tribus en cuatro grandes grupos alrededor del Tabernáculo, siempre en la
misma posición relativa. Al marchar, seis precedían y seis seguían al tabernáculo,
para que éste, como señal visible de la presencia de Dios, quedara siempre en
medio.
Las principales cuestiones teológicas giran en torno al Señor y a Israel, los dos
grandes protagonistas del libro. Israel es, ante todo, un pueblo en marcha hacia
la tierra prometida, bajo la guía del Señor y de Moisés.
Cada uno de estos temas posee su propósito entidad, pero a menudo se hallan
entrelazados, formando un entramado teológico. Cuando Israel entre en la tierra,
tendrá una ley que cumplir. El Deuteronomio presenta los mandatos y decretos
como una tarea en la tierra prometida (cf. 6, 1; 12, 1). Observar los
mandamientos significa ser fieles al Señor. Del cumplimiento de las leyes
dependen la vida y la bendición de Israel en la tierra prometida (6, 20-25; 28).
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Libros históricos son aquellos que recogen algún suceso o historia de carácter
sagrado en los cuales aparece, directa o indiferente, la intercesión divina. El fin
que se propone Dios a través del escribiente no es historiar en el sentido moderno
de la palabra, sino dar una enseñanza religiosa, ilustrada por la selección de este
hecho o personaje histórico.
1. El libro de Josué
Se llama así este libro porque trata de los «jueces o salvadores» del pueblo de
Israel. Los jueces eran personajes elegidos por Dios, dotados del carisma especial
del Espíritu del Señor, con la misión de liberar al pueblo de la opresión enemiga
temporalmente, pues llevada a cabo la misión concluía su oficio. El autor ha
querido mostrar cual ha sido la actitud ambivalente de fidelidad/infidelidad del
pueblo en relación a la alianza establecida en el Sinaí, después de la muerte de
Josué, contraria a la fidelidad de Dios, que a demás de fiel, se manifiesta como el
misericordioso en las caídas de Israel, extrayendo una gran lección: sin fidelidad,
la alianza con Dios no es operativa, pues el pecado obstaculiza la acción divina.
Acciones como pecado-castigo-arrepentimiento-salvación son predominantes en
estos libros.
3. El libro de Rut
Este octavo libro de la biblia nos relata la historia de Rut, una mujer moabita que
se desposa con un judío y se queda viuda. Se establece en Israel, a pesar de ser
moabita y por tanto enemiga de este pueblo, por fidelidad a su suegra Nohemí, la
cual ha perdido también a su marido. Allí se casa con su pariente más próximo,
según mandaba la ley del Levirato, y de su estirpe saldrá David y por tanto Jesús.
El libro de Rut en su gran sencillez, contiene unas enseñanzas muy valiosas para
la vida en lo referente al orden ético y moral, entre las que parecen destacar
principalmente tres, relacionadas, respectivamente, unos de los temas principales
es la genealogía de David como eje central de este libro. Pero también
encontramos otros temas importantes como la vida familiar grata a Dios, la
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4. Libros de I y II de Samuel
5. Libros de I y II de Reyes
Se llaman así estos libros porque nos hablan de la historia de los reyes de Israel.
Las páginas iniciales de I de Reyes complementan el reinado de David. En
seguida aparece la elección que él hizo de Salomón para que le sucediera,
elección sabia y acertada en verdad. El reino que Salomón recibió, no fue
ciertamente un reino arruinado o deshecho: fue un reino bien establecido, que no
supo conservarlo en todo su esplendor. Por eso en Salomón hay cosas buenas y
maravillosas y hay puntos vulnerables. Entre las primeras hay que citar la
construcción del templo y su admirable oración de dedicación. Pero sus placeres
mujeriegos y su idolatría lo hicieron también reprobable ante el Señor. Salomón
fue un hombre superdotado: botánico, zoólogo, arquitecto, poeta, escritor. Sin
embargo, sus últimos años no fueron demasiado felices. 1-2 Reyes, en su relato
orgánico y unitario, pretende demostrar la efectividad histórica en la época
monárquica de la alianza sinaítica y davídica. El mensaje de 1-2 Reyes en
consecuencia, iba también dirigido a que la nación permaneciera en lo sucesivo
fiel a la alianza. La historia se analiza desde el punto de vista religioso, todos los
reyes reciben un juicio por parte del autor deuteronomista-de alabanza total y
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6. Libros de I y II de Crónicas
Las Crónicas, título de la biblia hebrea, son llamadas por la biblia Vulgata de san
Jerónimo Paralipómenos, por transcripción de una palabra griega que significa
libro de las cosas omitidas, o según otros, libro de las cosas transmitidas.
Muchas cosas relatadas en los libros anteriores, se recogen en estos dos. En
términos generales podemos decir que en ellos se narra la historia sagrada del
reino. Por eso hay muchos pasajes parecidos en Samuel y Reyes. El objeto
principal al escribir estos libros está en proveer genealogías correctas.
Estos dos libros tomaron el nombre de los dos protagonistas de la historia que
narran: Esdras y Nehemías. El primero pertenece a una familia noble y clerical.
Era escribano. Nehemías fue nombrado gobernador de Jerusalén. Ambos
proceden de Persia; vivieron a mediados del siglo V antes de Cristo y su actividad
en Jerusalén puede fecharse con certeza en la segunda mitad del siglo V. Son los
dos constructores de la comunidad nacional y religiosa que resucitan en la tierra
de Israel gracias a Ciro y a la tradición liberal y tolerante de los reyes
aqueménidas. Refieren los dos libros los acontecimientos del regreso del desierto
a raíz del decreto de Ciro, y la segunda misión de Nehemías en el año trigésimo
segundo Artajerjes. La historia de este período no es completa. Hay largos lapsos
enteramente omitidos: entre el 536 y el 520, entre el 516 y el 458; entre la
primera y la segunda misión de Nehemías.
8. El libro de Tobías
El título de este libro responde al nombre del protagonista que es Tobías. Este era
un hombre judío de la tribu y ciudad de Neftalí, y fue llevado cautivo a Nínive con
los demás israelitas por Salmanasar, rey de Asiria, unos 600 años antes de
Jesucristo. Este libro nos relata la vida familiar, tierna y fiel de los esposos Tobías
y Sara, y de su hijo también llamado Tobías como el padre. Difícilmente se
encuentra en la literatura bíblica y aun fuera de ella una historia tan bella y
emotiva, tanto por el ambiente humano como sobrenatural que en ella se respira.
En Tobías, el padre, brilla extraordinariamente la fe en las divinas promesas, el
espíritu de oración, el desprendimiento de los bienes materiales, la más tierna
caridad para con el prójimo, una paciencia heroica en las aflicciones, la firme
esperanza en Dios y un santo anhelo de agradarle en todas las acciones. También
en este libro se narra la providencia amorosa de Dios para aquellos que le temen
y viven en la justicia del verdadero Dios, se habla de los caminos del justo
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9. El libro de Judit
Judit es la heroína de este libro que lleva su nombre. Con su celo y con su fe
salvó a su pueblo y a la ciudad de Betulia, cerca de Samaria, contra el ejército
enemigo, capitaneado por Holofermes. No se conoce el autor de este libro. Pero
sabemos que fue escrito después del desierto, en una lengua semita, hebreo o
arameo. El original se perdió, pero actualmente se conserva en textos griegos y
latinos. El libro de Judit se hace eco de un tema muy frecuente en la biblia: la
protección de Dios a su pueblo, cuando le es fiel, a través de personajes débiles
que ponen en él toda su confianza. En Judit hay temas claves como la acción
escondida de Dios que plantea los destinos de salvación de la humanidad, Dios
escucha siempre la oración sincera cuando esta va orientada de acuerdo a los
designios de Dios; Judit se asemeja a María cuando se nota que a pesar de las
adversidades y contradicciones siguen la voluntad de Dios.
Ester, doncella judía, cautiva en Persia, elevada por su hermosura a esposa del
rey asuero, es la protagonista de este libro, que lleva su nombre. Ella fue quien
libró a los judíos de la proscripción general que Amán había hecho firmar al rey,
de quien era ministro y favorito. No consta quién sea el autor de este libro. San
Agustín y san Epifanio dicen que el autor es Esdras; otros lo atribuyen a Joacín,
sumo sacerdote de los judíos; y muchos otros a Mardoqueo, fundándose en el
cap, 9, vers. 20 del mismo libro, en donde se dice que Mardoqueo escribió estas
cosas, etc. Si, a partir de una primera lectura del libro de Ester, se puede afirmar
que su finalidad es la de mostrar como el hombre justo debe comportarse en las
situaciones adversas y difíciles, sin perder la identidad religiosa. La
responsabilidad humana en la construcción de la historia: este libro quiere
subrayar la presencia escondida de Dios en la historia; responsabilidad humana
para lograr un final feliz de los acontecimientos. Otro tema de este libro es la
historia como consecuencia de fe; la historia de Ester, sin perder su dimensión
humana, como mensaje de esperanza futura, se convierte en una historia
impregnada de fe, de oración, de explícitas intervenciones de Dios.
durante ocho días, encendiendo las lámparas de la Hanuká, en las casas y en las
sinagogas y, con los cánticos de Hallel. Doctrinalmente, se nos enseña la
creencia, por cierto muy explícita en los Macabeos, de la resurrección, creencia
que gozó de gran preponderancia en el judaísmo desde el 166 antes de Cristo y
más tarde (2 M 7, 6-11).
INTRODUCCIÓN
Casi todos los libros de la biblia tienen porciones llenas de poesía y de sabiduría.
Sin embargo hay algunos de ellos que por su confección más directa, han
recibido esa denominación de poéticos o sapienciales. Son aquellos cuyo tema es
la reflexión, la prudencia, el estudio, la oración, las enseñanzas morales y
religiosas que tienden a dirigir la vida individual: inquieren sobre los grandes
problemas de la naturaleza del hombre y meditan sobre el misterio de Dios, de su
sabiduría y de su providencia.
1. EL LIBRO DE JOB
Este libro lleva el título de su protagonista: Job. Este era un hombre torturado,
sufriente, que se atreve a dirigirse a Dios con libertad y sin temor, dando un bello
mensaje sobre el dolor. En todo el Antiguo Testamento-escribe Kierkegaard-no
hay una figura a la que uno se acerque con tanta confianza, franqueza y alivio
como a Job, porque en él ¡es todo humano! Nadie en el mundo ha expresado
como él la pasión del dolor. En él se ventila el problema del dolor, del mal y del
bien. Y se discute si, supuesta la providencia divina que el Señor tiene con todos
los hombres, los justos deben esperar de él premios solamente en la otra vida o
también en ésta. Y también, si los males y los bienes permite Dios
indiferentemente a buenos y malos, según sus ocultos misterios. Hay que
destacar de este autor, unos temas importantes como el sufrimiento del justo,
este es uno de los argumentos centrales de este libro de Job es el problema de
por qué Dios permite el sufrimiento del justo. La justicia y las sabidurías divinas,
este se debe dar en confianza en Dios tanto del hombre en el encuentro con su
Creador, como consigo mismo.
Este libro es una colección preciosa de himnos y canciones sagradas, con los
cuales el Pueblo de Dios entonaba alabanzas al Señor, le tributaba acciones de
gracias y le imploraba misericordia en sus fallas y necesidades. Costumbre del
pueblo hebreo era transmitir a la posteridad por medio de cánticos e himnos la
memoria de las obras y sucesos grandes que el Señor venía haciendo en él, para
que así se los aprendiesen desde la más tierna edad. Por lo anterior, este libro es
distinto de todos los demás. Los otros están hechos para leer y escuchar, Éstos
para orar y cantar. De otra forma no se entendería su mensaje. Los salmos tienen
una clasificación muy valiosa para nuestra meditación e incluso nos serviría para
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nuestra oración personal, los salmos pueden ser de súplica, alabanza, acción de
gracias, salmos para las pruebas, salmos de confianza en Dios. Etc.
4. EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
El título de este libro, Cantar de los Cantares, no significa que sea un poema
compuesto por muchos cantares o cánticos. Se trata simplemente de una forma
de expresar su superlativo en lenguaje hebreo, como queriendo decir: «el más
bello de los poemas». Se trata sin duda de un poema alegórico en que intervienen
dos personajes, Salomón, nombre masculino aplicable al esposo, y Sulamita,
nombre femenino que representa a la esposa. Interviene a demás, en esta obra,
un Coro de Vírgenes, hijas de Jerusalén y hacia el final aparecen dos hermanas
de la Sulamita. El tema es el amor de ambos esposos. Pero un amor fiel,
exclusivo, de mutua entrega. Tema escrito precisamente en un tiempo en que la
poligamia había adquirido dimensiones casi universales. Por eso, los entendidos
afirman que esta obra es un canto de protesta contra la infidelidad y la poligamia.
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6. EL LIBRO DE LA SABIDURÍA
Este libro es llamado por los griegos la «Sabiduría de Salomón». Ciertamente que
se trata de un libro de mucha sabiduría, pero probablemente Salomón no es el
autor de ese libro. Si Salomón aparece en escena (9, 7-12) es de modo ficticio, por
un procedimiento literario corriente y que no induce a error. A lo largo de la obra
son muchos los temas religiosos que se abordan. En la primera parte se insiste
en la retribución de los justos y de los malvados desde la fe en la otra vida. En la
segunda, se analiza el origen, la naturaleza y las propiedades de la sabiduría. En
la tercera, se relaciona la sabiduría con la historia de Israel y su hecho más
representativo: el Éxodo. Pero todos estos temas tienen un hilo conductor: la
justicia. En cada página se recuerda que la justicia es el fruto más eminente de la
sabiduría, porque está en el origen de todas las virtudes humanas y en la
actuación salvífica de Dios a través de la historia.
INTRODUCCIÓN
Profecía es una palabra que suele emplearse para designar toda revelación divina
(2P 1, 20-21), que se comunica por el Espíritu de Dios mediante visiones, voces y
sueños. Profetas se llamaba a quienes anunciaban estas revelaciones divinas al
pueblo. Al principio Dios hablaba directamente a los hombres. Así lo hizo con
Abrahán, Moisés, entre los temas teológicos principales de los libros proféticos
están: Fidelidad a los principios religiosos, los profetas lucharon incansablemente
por instaurar el monoteísmo en la vida del pueblo, combatiendo el sincretismo
religioso y la idolatría. De igual forma la doctrina moral predicada por los profetas
se hacía así eco de los preceptos enunciados por la ley mosaica, enfatizando la
importancia de la interiorización, es decir, la necesidad de acompañar los actos
externos con la pureza de corazón.
PROFETAS MAYORES
1. OSEAS: Cuyo libro llevan su nombre, hijo de Berí, profetizó en los reinados
de Ozías, de Joatán, de Acaz y de Ezequías, reyes de Judá. Fue
contemporáneo de Isaías y de Amós. Fue elegido por Dios para anunciar
sus castigos a las diez tribus de Israel. De su vida, durante este período,
sólo conocemos el drama que él nos cuenta en los capítulos 1-3, del cual se
han dado diversas interpretaciones. Que contiene 14 capítulos, es de estilo
patético, sentencioso y elocuente. Y trata de transmitir, a través de su vida
íntima, el mensaje del Señor a su pueblo, la misericordia del Señor,
correspondida con la infidelidad de su pueblo. Como a través de estas
páginas, Oseas, cuenta su propio drama, las palabras le salen de su boca
sin esfuerzo y con espontaneidad.
2. JOEL: Escribió el libro que lleva también su nombre. Profetizó Joel en el
reino de Judá, después de la ruina de Israel y después de haber sido
llevadas cautivas a babilonia. Tiene apenas cuatro capítulos. Su estilo es
vehemente, expresivo y figurado. Lo más interesante de él es el capítulo 2,
2-32, en que profetiza la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, texto
interesante que repetirá el apóstol Pedro el día de Pentecostés, como consta
en Hechos 2, 17.
3. AMÓS: Es igualmente autor de un libro. Era pastor en Tecue, pueblo
cercano a Belén, y profetizó en Betel, en donde Jeroboám, rey de Israel,
adoraba a los ídolos. Le predijo a éste que si no desistía de su maldad
serían él y toda su familia llevados cautivos. Amasías, sacerdote de Betel, le
acusó de rebelde al rey. No se sabe cómo murió. Con sus nueve capítulos,
está escrito con sencillez y hay comparaciones hermosas tomadas del
pastoreo. Amós es el profeta de la justicia y la justicia consiste ante todo en
ser fieles a la alianza. Ve el desorden y se rebela contra él. Pero no es un
demagogo; es simplemente un testigo de la justica del Señor.
4. ABDÍAS: Es autor del libro más corto de la biblia. Dirigió su profecía
principalmente a los idumeos, a los cuales anuncia castigos por lo mal que
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EL NUEVO TESTAMENTO
Evangelio es una expresión de origen griego que significa “buena nueva o buena
noticia”.
Acerca del lugar de composición de este relato evangélico, según algunos autores,
proviene de un ambiente palestinense; otros en cambio, ubican su origen en el
contexto geográfico sirio, podría haber sido escrito en la capital de Siria, es decir,
Antioquia, en una fecha cercana al año 80 D.C., si pensamos en el evangelio tal
como ya lo tenemos hoy en el canon. Si se piensa en el primer relato escrito en
arameo, la fecha habría que ubicarla en las proximidades del año 64 D.C.
Lo más probable es que Lucas haya escrito su evangelio alrededor del año 80
D.C., en todo caso después del 70, porque se puede percibir que tiene ya noticia
de la destrucción de Jerusalén, pero no de la persecución por parte de
Domiciano. No hay certeza acerca del lugar en el que Lucas escribe su relato
evangélico, sin embargo, se suele mencionar Antioquia de Siria como escenario
geográfico de la composición de este evangelio.
Juan era natural de Betsaida, en Galilea, cerca del mar o lago de Tiberíades, hijo
de Zebedeo y de Salomé y hermano de Santiago el menor, con quien fue llamado
al apostolado, estando los dos con su padre, componiendo las redes en la barca.
Se le identifica como el discípulo amado, que aparece en forma anónima varias
veces en el discurso de este Evangelio. Siendo obispo de Éfeso, fue llevado a
Roma en la persecución del emperador Domiciano. Desterrado por el mismo
emperador a la isla de Patmos, escribió allí el Apocalipsis. Muerto Domiciano,
volvió a Éfeso, donde escribió su Evangelio contra Cerinto y otros herejes, con el
fin de refutar el error que empezaba a extenderse por parte de los ebionitas, que
negaban la divinidad de Jesucristo. Escribió este Evangelio en griego a finales del
siglo I. Permaneció virgen y murió a edad muy avanzada en el imperio de Trajano.
Según lo que ya hemos podido constatar hasta aquí, el evangelio de Juan goza de
una profundidad y riqueza de significados sorprendentes, y siempre será poco lo
que podamos decir acerca de su enseñanza: es el evangelio espiritual del cristiano
maduro, es una elaboración teológica a partir del acontecimiento histórico de
Cristo, es el Evangelio de los signos reveladores de la gloria del Señor; es el
evangelio de la Vida y el Amor, de la gracia y del bautismo, del Padre y de la
Eucaristía; de la Hora de Jesús y de la acción del Espíritu...Por eso, para no
perdernos en un sinnúmero de consideraciones, vamos a tratar de sintetizar el
mensaje central de Juan bajo tres aspectos fundamentales: cristológico,
antropológico y eclesiológico.
Como quedó ya expresado, el autor del libro de los Hechos de los Apóstoles es el
mismo que escribió el tercer evangelio, es decir, San Lucas. Así también lo deja
entender el propio relato desde el primer versículo: Teófilo, yo escribí en mi
primer libro todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio... (Hechos 1,1). No
sería necesario repetir aquí cuanto ya hemos dicho acerca de quién era Lucas; sin
embargo, para facilitar la ubicación histórica de nuestros amigos lectores,
ofrecemos a continuación un brevísimo recuerdo del perfil biográfico de San
Lucas: probablemente era un pagano, es decir no pertenecía al pueblo judío,
oriundo de Antioquia, médico muy culto y hábil en el manejo del idioma griego en
el que escribió su obra (Evangelio y Hechos). Se sabe también que fue compañero
y colaborador muy cercano de San Pablo, desde el segundo viaje misionero (Cf.
Hechos 16,10), luego estuvo también con él en el tercer viaje (Cf. Hechos 20,5;
21,1) y en ocasión de la ida a Roma de Pablo, como prisionero (Cf. Hechos 27,28;
28,1). El mismo apóstol da testimonio de la valiosa colaboración y cercanía por
parte de San Lucas (Cf. Colosenses 4,14; Filemón versículo 24; 2 Timoteo 4,11).
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