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En la clínica escuchamos muchas veces frases como: “no tengo tiempo”, “apenas sobrevivo”,
“estoy a punto de colapsar”, entre otras de mayor o menor impacto dramático.
Es verdad, muchas veces necesitamos más horas para poder realizar todas las actividades que
nos hemos impuesto. Pero esto no es problema de cómo está distribuido el día, sino de cómo
lo distribuimos nosotros.
Será necesario poder reflexionar acerca de la modalidad de vida para evaluar las prioridades y
comenzar a disfrutar de nuestros tiempos y no padecerlos.
Necesariamente tendremos que tomar de ese valioso tiempo para organizarnos. La habilidad
de organizar el tiempo en función de nuestras obligaciones e intereses es importante, tanto
para evitar el estrés como para potenciar el desarrollo personal.
Podemos brindarles algunos Tips para ayudar a acomodar un poco las cosas:
1. - Fijarnos Metas:
Serían objetivos a medio y largo plazo. Las actividades que hacemos día a día deben orientarse
a la consecución de estas metas. Un buen ejercicio sería tratar de escribir nuestras metas y las
actividades que podemos hacer para alcanzarlas. Siempre pensando que las metas han de
cumplir una serie de condiciones (Acosta, 1999):
Realizar una lista diaria de lo que tenemos que hacer (prioridad A) y de lo que nos gustaría
hacer (prioridad B). Luego clasifiquemos estas actividades diarias en tres grupos (de más a
menos prioridad):
Ordenar las actividades según gusten más o menos (por ejemplo dejar las más
agradables para final del día y que así sirvan de premio a la realización de otras menos
agradables).
Para cada actividad hay que planificar un tiempo, que será siempre superior a lo que
exigiría la tarea. Así se previenen imprevistos, y si se acaba antes de lo planificado deja
tiempo libre para hacer otras actividades.
Dejar pausas entre actividades.
Programar también algunos tiempos de relajación.
Incluir no sólo tareas obligatorias (pagar cuentas, ir al banco, etc.) sino también
aquellas que nos reporten mayor satisfacción (leer un libro interesante, pasear con
amigos, etc.)
Delegue responsabilidades: aunque al principio encargar a otros tareas que usted hace puede
implicar más tiempo, a la larga le liberará para hacer otras actividades interesantes.
Aprenda a decir NO a ciertas demandas inesperadas de los demás: si se dice sin agresividad no
produce enfado en los demás y contribuye al respeto mutuo
Ajustarse al plan previsto: cuando empezamos algo, lo acabamos, luego ya pasaremos a otras
actividades.
Reducir el tiempo para actividades a las que les dedicamos un tiempo excesivo.
No posponer las cosas que tienen prioridad A: si posponemos algo porque no nos gusta la
actividad, cuanto antes se haga antes dejará de preocupar.
Al final del día revisemos nuestro programa de organización para ver si pudimos realizar todo
lo previsto, y si no se pudo, mañana se hará mejor!